Harry Potter: Una lectura distinta, vol. 5

Por edwinguerrave

Copyright © J.K. Rowling, 1999-2008

El Copyright y la Marca Registrada del nombre y del personaje Harry Potter, de todos los demás nombres propios y personajes, así como de todos los símbolos y elementos relacionados, para su adaptación cinematográfica, son propiedad de Warner Bros, 2000.


La Orden del Fenix

CAPÍTULO 4 Número 12, Grimmauld Place

—¿Esa no es la dirección de la casa, papá? —preguntó Al, extrañado.

—Exactamente, Al, la casa de Londres.

—Pero —Freddie frunció el ceño—, ¿los cuarteles de la Orden del Fenix?

—Sí —respondió Rose—, imagino que por eso este libro se llama así, "La Orden del Fénix".

—Exactamente, mi niña —dijo Ron, al momento que vio el atril frente a sí, con el pergamino del nuevo capítulo—. Bienvenidos al Número 12, Grimmauld Place.

Algunos aplaudieron, pero en general dejaron que Ron iniciara la lectura.

¿Qué es la Orden del…comenzó a decir Harry.

¡No aquí, niño! gruñó Moody. ¡Espera a que estemos dentro!

Arrancó el trozo de pergamino de las manos de Harry y le prendió fuego con la punta de su varita. Mientras el mensaje se retorcía en llamas y flotaba hasta el suelo, Harry miraba de nuevo a las casas contiguas. Estaban parados delante del número once; miró a la izquierda y vio el número diez, sin embargo a la derecha estaba el número trece.

¿Pero dónde está?

Piensa sobre lo que acabas de memorizar dijo Lupin tranquilamente.

Harry miró atentamente, y tan pronto habían alcanzado el lugar correspondiente al número doce de Grimmauld Place, una puerta bastante estropeada surgió de ningún sitio entre los números once y trece, inmediatamente seguida por unas paredes sucias y unas ventanas sombrías. Era como si una casa extra se hubiera inflado, desplazando de su camino a las que estaban a sus lados. Harry se quedó boquiabierto al verla. El radiocasete del número once seguía sonando. Aparentemente los muggles que ocupaban la casa no habían notado nada.

—Así funciona el encantamiento Fidelio —explicó James ante la mirada de extrañeza de muchos de los más jóvenes—, debes memorizar la información que te da el "guardián secreto" para que se te revele.

Harry asintió en silencio, como varios en la Sala.

Vamos, deprisa gruñó Moody, empujando a Harry por la espalda.

Harry subió los peldaños de piedra y se quedó de pie ante una puerta que acababa de materializarse. Su pintura negra estaba desconchada y arañada. El tirador plateado tenía la forma de una serpiente enroscada. No había cerradura ni buzón.

—Típico de las familias de "sangre pura" —comentó Scorpius, a lo que Draco asintió en silencio.

Lupin sacó su varita y golpeó una vez la puerta con ella. Harry escuchó clicks metálicos y lo que parecía ser el estrépito de una cadena. La puerta se abrió con un crujido.

Entra rápido, Harry susurró Lupin, pero no te vayas muy lejos cuando estés dentro y no toques nada.

Los tres hijos de Harry voltearon a ver a su padre, quien sólo sonrió.

—Qué raro —comentó Dom—, cuando vamos a visitarlos no se ponen con tanto misterio.

Harry traspasó el umbral de la puerta para adentrarse en la más absoluta oscuridad del recibidor. Podía oler la humedad, el polvo y un olor dulzón que parecía arraigado al lugar; el sitio daba la sensación de ser un edificio abandonado.

—¿Edificio abandonado? —se extrañó Hugo—, qué raro. No recuerdo que la casa de tio Harry esté en tan mal estado. Al menos no por dentro.

La totalidad de los primos Weasley afirmaron con distintos grados de entusiasmo. Hasta las mellizas Dursley estuvieron de acuerdo.

Miró por encima de su hombro y vio a los demás entrando detrás de él, Lupin y Tonks transportando su baúl y la jaula de Hedwig. Moody estaba de pie en la última escalera de la entrada, liberando las bolas de luz que el Apagador había robado de las farolas de la calle; las bolas volaron hacia sus bombillas y la plaza brilló momentáneamente con una luz naranja, hasta que Moody cojeó hasta el interior y cerró la puerta delantera, de modo que la oscuridad del recibidor se volvió completa.

Aquí.

Dio un golpe fuerte con su varita en la cabeza de Harry; Harry se sintió esta vez como si algo caliente estuviera goteando por su espalda y supo que el Encantamiento Desilusionador había desaparecido.

Ahora quedaros aquí todos mientras damos un poco de luz susurró Moody.

Las voces silenciosas de los otros producían en Harry un extraño presentimiento; era como hubieran entrado en la casa de una persona muerta. Escuchó un ruido silbante y suave y entonces unas lámparas de gas totalmente pasadas de moda volvieron a la vida a lo largo de las paredes, arrojando una parpadeante y escasa luz sobre el despegado papel de la pared y la raída alfombra durante un rato. El oscuro corredor apenas estaba iluminado por una luz tenue que reflejaban una tela de araña del techo y los marcos de unos retratos ennegrecidos por los años, que colgaban torcidos de las paredes. Harry escuchó algo detrás del rodapié. Tanto la tela de araña, como los candelabros que estaban en una raquítica mesa cercana parecían tener forma de serpientes.

—Bastante tenebroso —mencionó Paula, a lo que Kevin le respondió:

—Sí, muy tenebroso.

—Casi como la casa de Scorp —machacó Freddie.

—¿Y tú has ido para allá? —se sorprendió James.

Seeeeh —confirmó displicentemente—, una que otra vez nos ha invitado.

Los demás primos Weasley asintieron con distinto nivel de entusiasmo.

Se oyó el sonido de unos pasos rápidos y la madre de Ron, la señora Weasley, salió de una puerta situada al final del vestíbulo. Estaba sonriendo para dar la bienvenida y corrió rápidamente hacia ellos, aunque Harry se dio cuenta de que estaba bastante más delgada y pálida que la última vez que la había visto.

¡Oh, Harry, es fantástico verte de nuevo! susurró, apretándole en un abrazo antes de cogerle por el brazo y examinarlo críticamente. Estás demasiado delgado, necesitas alimentarte, aunque me temo que tendrás que esperar un poco para cenar Se giró hacia la pandilla de magos que estaban detrás de él y susurró urgentemente. Acaba de llegar, la reunión ya ha empezado.

—Una evaluación sincera e instantánea —comentó Fred, viendo a su madre.

—Tanto de uno como de la otra —dijo George, provocando risas. Hasta Ron sonrió antes de seguir, pero cuando tomó aire, fue interrumpido por Rose:

—Papá, ¿y ustedes donde estaban? ¿En esa reunión?

—Ya lo voy a leer, mi bella —le dijo, sonriendo.

Los magos que estaban detrás de Harry hicieron sonidos de interés y excitación y empezaron a pasar uno detrás de otro hacia la puerta por la cual la señora Weasley acababa de salir. Harry hizo ademán de seguir a Lupin, pero la señora Weasley le retuvo.

No, Harry, las reuniones son sólo para los miembros de la Orden. Ron y Hermione están arriba, puedes esperar con ellos hasta que la reunión haya acabado, entonces cenaremos. Y baja la voz en el vestíbulo añadió en un rápido susurro.

¿Por qué?

No quiero que nada se despierte.

¿A qué se…?

Te lo explicaré más tarde, tengo que darme prisa, se supone que tengo que estar en la reunión... Sólo te enseñaré dónde tienes que dormir.

—No quieres que esté en la reunión, simplemente —dijo amargamente James.

—Era el deber ser, James —replicó Molly, esperando que Lily la apoyara.

—Sí, pero teniendo en cuenta que se trataba de Harry, debieron dejarle estar —todos se sorprendieron por lo dicho por Lily, quien continuó—. Sí, entiendo que era menor de edad en ese momento, pero ¿quién mejor que estar en la reunión para recibir la información de primera mano?

—¿Quién eres y qué hiciste con Lily Evans? —preguntó Sirius, sorprendido.

—¿Por qué? —replicó la aludida—, si estaba Molly allí, seguro estarían sus hijos, y recuerdo que entre ellos hay un par de bromistas redomados, que te aseguro harían todo lo posible por conseguir cómo enterarse de lo que hablaran ahí.

Presionando el dedo contra sus labios, le guiaba en cuclillas hacia unas largas cortinas carcomidas por el moho, detrás de las cuales Harry supuso que tendría que haber otra puerta. Después de ladear un enorme portaparaguas que estaba de pie en el suelo y que parecía que hubiera sido hecho con la pierna cortada de un troll, empezaron a subir la oscura escalera, y pasaron por delante de una hilera de cabezas encogidas, que estaban enmarcadas en placas en la pared. Una mirada más cercana reveló a Harry que las cabezas eran de dos elfos domésticos. Todos ellos tenían el mismo hocico por nariz.

—Menos mal que eso ya no está en la casa —comentó Lilu, estremeciéndose con la descripción que la lectura hacía de la decoración original de su hogar.

Harry se quedaba más aturdido a cada paso que daba. ¿Qué diablos estaban haciendo en una casa que parecía que pertenecía al más tenebroso de los magos?

Señora Weasley, ¿por qué...

Ron y Hermione te lo explicarán todo, querido, de veras que tengo que irme deprisa dijo la señora Weasley distraídamente. Allí... estaban alcanzando el segundo piso, tu puerta es la de la derecha. Te llamaré cuando haya acabado.

—Mi cuarto —comentó Al, sonriendo.

Y de nuevo desapareció rápidamente escaleras abajo.

Harry cruzó el sombrío piso, se encaminó hacia el tirador de la puerta, que tenía forma de cabeza de serpiente, y abrió la puerta.

Echó un breve vistazo al tenebroso techo de una habitación con dos camas; entonces, se oyó un fuerte ruido, seguido por un chirrido aún más potente, y su visión quedó totalmente oscurecida por el espesor de una gran cantidad de pelo.

Ron hizo una leve pausa justo cuando Hugo saltó al gritar:

—¡Esa es mamá!

—No creo —replicó JS, sonriendo con malicia—, es un estropajo encantado que le salto encima a papá.

Estallaron las risas en la Sala, aunque Hugo estaba algo molesto con su primo.

Hermione se lanzó hacia él en un abrazo que casi le desinfla, mientras la minúscula lechuza de Ron, Pidwidgeon, pasaba zumbando excitada, una y otra vez, alrededor de sus cabezas.

¡HARRY! ¡Ron, está aquí, Harry está aquí! ¡No te oímos llegar! ¿Oh, cómo estás? ¿Estás bien? ¿Has estado furioso con nosotros? Apuesto a que lo estabas, sé que nuestras cartas eran inservibles... pero no podíamos decirte nada. Dumbledore nos obligó a jurar que no te diríamos nada, oh, tenemos que contarte muchas cosas y tú tienes que contarnos también... ¡los Dementores! Cuando oímos… y aquella vista del Ministerio… ¡es simplemente un escándalo! He estado informándome, no te pueden expulsar, simplemente no pueden, hay una disposición en el Decreto de la Restricción del Uso de la Magia en menores que permite usar la magia en situaciones de vida o muerte.

—¡Mamá! —exclamó Rose—, ¡respira! Así te pones cuando te aceleras por algo del trabajo.

Ron soltó una risita al adelantarse en la lectura.

Dale un respiro, Hermione dijo Ron, sonriendo mientras cerraba la puerta detrás de Harry. Parecía que había crecido varias pulgadas más durante el mes que habían pasado separados. Tenía un aspecto mucho más alto y desgarbado que nunca, aunque la nariz larga, el pelo rojo brillante y sus pecas seguían siendo las mismas.

—¿En cuatro semanas? —preguntó Ron extrañado. Rose sonrió apenada al darse cuenta que había pensado como su padre en ese momento.

—Generalmente nos estiramos a esa edad —comentó Bill, afirmando con la cabeza.

Todavía sonriendo, Hermione dejó libre a Harry, pero antes de que pudiera decir otra palabra, se oyó un suave aleteo y algo blanco salió disparado de lo alto del oscuro armario y aterrizó gentilmente en el hombro de Harry.

¡Hedwig!

La blanquecina lechuza chasqueó su pico y mordisqueó su oreja de manera cariñosa, mientras Harry acariciaba sus plumas.

Ha estado muy a gusto dijo Ron. Picoteándonos hasta la muerte cuando trajo tus últimas cartas. Mira esto.

Le enseñó a Harry el dedo índice de su mano derecha, el cual ostentaba una media cicatriz, pero con un corte bastante profundo.

—Me imagino —comentó Colin.

—Te aseguro que no se nos despegaba del lado —ratificó Ron.

Oh, sí dijo Harry. Lo siento, pero necesitaba respuestas, entendéis...

Queríamos dártelas, colega dijo Ron. Hermione creía que nos estábamos pasando. No paraba de decir que harías algo estúpido si te sentías abandonado y sin noticias, pero Dumbledore nos hizo…

Jurar que no me diríais nada dijo Harry. Sí, Hermione ya me lo ha dicho.

La sensación cálida que se había encendido en él al ver a sus dos mejores amigos, se había extinguido, y ahora algo helado estaba inundando la boca de su estómago. En un instante -después de haber estado suspirando por verles durante un interminable mes- sintió que habría preferido que Ron y Hermione le dejaran solo en ese momento.

—No te entiendo —Lily se volteó a ver a su hijo.

—Imagínate, mamá, que esperas que tus dos amigos más cercanos corran a escribirte para informarte casi al momento de lo que está pasando, buscando soluciones al problema que tienes y lo menos que hacen es decirte nada, ¿cómo demonios esperarías sentirte?

Lily vio a Sirius y a Remus, después a Alice y Frank, y luego de suspirar, respondió:

—Como mínimo, decepcionada.

Harry no respondió verbalmente, pero la forma de mover sus manos dijo "exactamente, así es".

Se produjo un tenso silencio en el cual Harry acariciaba a Hedwig de manera automática, sin mirar a ninguno de los dos.

Creo que pensó que era lo mejor dijo Hermione casi sin aliento, Dumbledore, quiero decir.

Bien dijo Harry. Se dio cuenta de que las manos de Hermione también estaban marcadas por los picotazos de Hedwig y descubrió que no lo sentía por ellos del todo.

Oh, oh —algunos de los contemporáneos de Harry, como Neville, Seamus y los Creevey, expresaron su pensamiento, al cual Lavender le dio voz:

—Sospecho que Harry le cantó sus verdades.

—¿Tu crees, Lavender? —le preguntó Ron, a punto de reírse.

—Ni siquiera voy a apostar —dijo JS ante la mirada de sus primos nuevos merodeadores—, está clarísimo. Papá se descargó con los tíos.

Creo que pensó que estarías más a salvo con los muggles…empezó a decir Ron.

—Ah, no —insistió JS—, si le dijiste eso, tío, te lo ganaste.

—Jamie.

—Es verdad, mamá —replicó el mayor de los Potter Weasley—, porque yo también soy así.

—Y hasta peor —le susurró Harry al oído de Lily, lo que le hizo sonreir.

¿Si? dijo Harry, alzando sus cejas. ¿Alguno de vosotros ha sido atacado por Dementores este verano?

Bueno, no… pero para eso es para lo que tiene a gente de la Orden del Fénix vigilándote todo el tiempo…

Harry sintió una gran sacudida en sus tripas, como si se hubiera saltado un escalón bajando las escaleras. Eso quería decir que todo el mundo sabía que estaba siendo vigilado, excepto él.

Aunque eso no funcionó tan bien, ¿no? dijo Harry, haciendo todo lo posible para mantener la voz intacta, en el mismo tono (—Lo que te estaba costando horrores —recordó el propio Ron, interrumpiéndose—). Tuve que cuidarme yo mismo después de todo, ¿no?

Estaba muy enfadado dijo Hermione, con voz respetuosa. Dumbledore. Lo vimos. Cuando descubrió que Mundungus se había marchado antes de que su turno hubiera acabado. Estaba muy asustado.

Bueno, estoy contento de que se hubiera marchado dijo Harry fríamente. Si no lo hubiera hecho, no habría hecho magia y Dumbledore probablemente me hubiera dejado el resto del verano en Privet Drive.

—¿O no, profesor Dumbledore?

La pregunta de Harry no pasó descuidada para el director, quien suspiró y dijo.

—Había considerado que pasaras los últimos quince días de vacaciones en La Madriguera, pero después del ataque, y al precipitarse la situación, decidí junto con los demás que la mejor opción era la que se está leyendo.

—Interesante —respondió lacónicamente Harry, extrañando a propios y extraños. Parecía que no había superado fácilmente lo ocurrido.

No estás... ¿no estás preocupado por la visita al Ministerio de Magia? dijo Hermione tranquilamente.

No mintió Harry, desafiante. Se alejó de ellos, mirando alrededor, con Hedwig acurrucada en su hombro, pero esa habitación no parecía no ayudarle a ahuyentar sus espíritus. Era oscura y tenebrosa. Un trecho blanco lleno de lienzos de cuadros ornamentales era lo único que aliviaba la desnudez de las desconchadas paredes, y mientras Harry les echaba un vistazo tuvo la sensación de haber oído a alguien, que estaba al acecho fuera de su visión, riéndose disimuladamente. Entonces, ¿por qué Dumbledore tiene tantas ganas de mantenerme oculto? preguntó Harry, todavía intentando hacer que su tono de voz sonara casual. ¿Alguno de vosotros… eh… se lo ha preguntado?

Echó una ojeada en el momento justo en el que vio a los dos intercambiando una mirada que le decía que se estaba comportando como ellos temían que lo hiciera. Pero esto no mejoró su humor.

—Creo que no es necesario mencionarlo —dijo Seamus—, pero es que la capacidad de observación de Harry es digna de recordar.

Harry sólo encogió el hombro.

Le dijimos a Dumbledore que queríamos decirte lo que estaba pasando dijo Ron. Lo hicimos, colega. Pero él está muy ocupado ahora, sólo le hemos visto dos veces desde que llegamos aquí y no tenía mucho tiempo. Simplemente nos hizo jurar que no te diríamos ninguna cosa importante cuando te escribiéramos. Dijo que las lechuzas podían ser interceptadas.

Pero él podría haberme mantenido informado si hubiera querido dijo Harry, cortante. No intentéis convencerme de que él no tiene maneras de mandarme mensajes sin usar lechuzas.

—Tienes razón, Harry —reconoció Dumbledore—, pero después te expliqué mis razones, conversación que seguramente leeremos más adelante.

—Ya papá se está comenzando a molestar —indicó Al, seriamente.

Hermione le echó una ojeada a Ron y entonces dijo:

Yo pensé lo mismo que tú. Pero él no quería que supieras nada.

A lo mejor es porque cree que no puede confiar en mí dijo Harry, mirando las expresiones de las caras de sus amigos.

No seas idiota dijo Ron, mirándole desconcertado.

O que no puedo cuidar de mi mismo.

¡Por supuesto que no piensa eso! dijo Hermione ansiosamente.

¿Entonces como es que yo tengo que estar con los Dursley mientras vosotros dos estáis enterados de todo lo que está pasando aquí?dijo Harry, mientras sus palabras se juntaban unas sobre otras apresuradamente, alzando más la voz a cada palabra que pronunciaba.¿Como es que a vosotros se os permite saber todo lo que está pasando?

¡No se nos permite! interrumpió Ron. Mi madre no nos deja oír lo que dicen en las reuniones, dice que somos muy jóvenes…

—Por algo estábamos encerrados en esa habitación antes que llegaras —se interrumpió Ron, mirando directamente a Harry—. Se puede decir que lo único que sabíamos era lo que te estábamos diciendo.

—Lo sé —respondió Harry—, con el tiempo lo entendí. En ese momento estaba drenando lo que llevaba acumulado desde el ataque de los dementores.

Pero antes de que se diera cuenta, Harry estaba gritando.

ENTONCES NO HABÉIS ESTADO EN LAS REUNIONES ¡QUÉ GRAN COSA! PERO HABÉIS ESTADO AQUÍ ¿VERDAD? ¡HABÉIS ESTADO JUNTOS! YO, ¡YO HE ESTADO SOPORTANDO A LOS DURSLEYS! ¡DURANTE UN MES! ¡Y HE ESTADO ENVUELTO EN MÁS DE LO QUE NINGUNO DE VOSOTROS DOS HA ESTADO ENVUELTO NUNCA Y DUMBLEDORE LO SABE…! ¿QUIÉN SALVÓ LA PIEDRA FILOSOFAL? ¿QUIÉN SE DESHIZO DE RIDDLE? ¿QUIÉN SALVÓ VUESTRO PELLEJO DE LOS DEMENTORES?

Ron intentó imitar la voz de Harry, lo cual logró a medias, pero dando a entender lo que pasaba en ese momento.

Toda la amargura y el resentimiento que Harry había estado soportando durante el último mes estaba saliendo de él: su frustración por la ausencia de noticias, el daño que le había hecho que todos ellos estuvieran juntos sin contar con él, su ira porque le hubieran estado siguiendo sin que nadie se lo dijera -todos los sentimientos de los que estaba medio avergonzado finalmente se estaban desbordando. Hedwig se asustó por el ruido y remontó el vuelo de nuevo al armario; Pigwidgeon revoloteaba alarmada y zumbaba aún más rápido alrededor de sus cabezas.

¿QUIÉN TUVO QUE SORTEAR DRAGONES Y ESFINGES Y TODAS ESAS ESTÚPIDAS COSAS EL AÑO PASADO? ¿QUIÉN LE VIÓ A EL VOLVER? ¿QUIÉN TUVO QUE ESCAPAR DE ÉL? ¡YO!

Ron estaba de pie con la boca medio abierta, totalmente petrificado y sin encontrar algo que decir, mientras que Hermione parecía estar a punto de echarse a llorar.

—Exactamente —sólo pudo decir Hermione, quien asentía tristemente ante la lectura, al igual que Ron.

¿PERO POR QUÉ TENDRÍA YO QUE SABER LO QUE ESTÁ PASANDO? ¿POR QUÉ DEBERÍA NADIE DECIRME QUE ES LO QUE HA ESTADO OCURRIENDO?

Harry, queríamos decírtelo, de verdad que queríamos… empezó a decir Hermione.

NO LO DESEÁBAIS DEMASIADO ¿VERDAD? PORQUE SI NO ME HUBIESEIS ENVIADO UNA LECHUZA, PERO DUMBLEDORE OS HIZO JURAR…

Dumbledore oía la lectura en una posición reflexiva, mirando al suelo, con los dedos entrelazados sobre su vientre, apenas asintiendo a cada mención de su nombre.

Bueno, sí, lo hizo…

CUATRO SEMANAS AGUANTANDO EN PRIVET DRIVE, ROBANDO PERIÓDICOS DE LOS CUBOS DE BASURA PARA INTENTAR DESCUBRIR LO QUE ESTABA OCURRIENDO…

Queríamos…

SUPONGO QUE HABREIS PASADO TODOS UN BUEN RATO ¿VERDAD? TODOS AQUÍ JUNTOS, APOYÁNDOOS…

No, sinceramente…

¡Harry, lo sentimos mucho! dijo Hermione, desesperada, sus ojos brillando con lágrimas. Tienes toda la razón, Harry… ¡yo estaría furiosa si me hubiera pasado a mí!

Harry le echó un vistazo, todavía respirando profundamente, entonces de nuevo se alejó un poco de ellos, paseando de un lado a otro. Hedwig piaba melancólicamente desde lo alto del armario. Hubo una larga pausa, sólo rota por los crujidos de las tablas del suelo, debajo de los pies de Harry.

—No se había calmado —asumió Lilu—, papá sólo estaba esperando para contraatacar.

—¿Tú crees, Lilu?

—Claro, Al. Parece que no conocieras a papá, y eso que me llevas dos años.

Auch —soltó JS, provocando algunas risas.

De todos modos ¿qué sitio es éste? les espetó a Ron y a Hermione.

La sede central de la Orden del Fénix dijo Ron finalmente.

¿Alguno de vosotros piensa decirme qué es la Orden del Fénix?

Es una sociedad secreta dijo Hermione rápidamente. Dumbledore esta a cargo, él la fundó. Son las personas que lucharon la última vez contra Quién-Tú-Sabes.

¿Quién está en ella? preguntó Harry, haciendo una pausa con las manos en los bolsillos.

Bastantes personas…

Hemos conocido alrededor de veinte de ellos dijo Ron, pero creemos que hay más.

Harry les echó una mirada feroz.

—Como la que nos echa cuando nos reclama —comentó Al.

—Aunque mamá le gana —corrigió JS—, y por mucho.

Ginny sonrió en silencio.

¿Y bien? preguntó, mirando a uno y a otro.

Eh dijo Ron. ¿Y bien qué?

¡Voldemort! dijo Harry furioso, y tanto Ron como Hermione se estremecieron. ¿Qué está pasando? ¿Qué está tramando? ¿Dónde está? ¿Qué estáis haciendo para pararle?

Te lo hemos dicho, la Orden no nos deja estar en sus reuniones dijo Hermione nerviosa. Por eso no sabemos los detalles… pero tenemos una idea general se dio prisa en añadir al comprobar la cara de Harry.

—No les está creyendo —dijo Ginny—. Bueno, no les estaba creyendo.

—Ciertamente —admitió Harry.

Fred y George han inventado Orejas Extensibles, mira dijo Ron. Son muy prácticas.

¿Orejas...?

Extensibles, sí. Sólo que tuvimos que dejar de usarlas después porque mi madre las descubrió y perdió los estribos. Fred y George tuvieron que esconderlas todas para que mi madre no las tirara a la basura. Pero pudimos usarlas durante un tiempo hasta que mi madre se dio cuenta de lo que estaba pasando. Sabemos que algunos de los de la Orden están persiguiendo a conocidos Mortífagos, vigilándolos, ya sabes...

Algunos de ellos están intentando reclutar más personas para la Orden dijo Hermione.

Y otros están guardando algo dijo Ron. Siempre están hablando acerca de vigilar algo.

—No sería a papá, ¿verdad? —saltó Lilu—. Digo, por lo que pasó con el tal Mundungus y los dementores.

—Pensaste igual que tu papá, Lilu —comentó Ron, sonriendo.

Puede que se refirieran a mí, ¿no? dijo Harry sarcásticamente.

Oh, sí dijo Ron, con una mirada comprensiva.

Harry suspiró con rabia. Empezó a dar vueltas por la habitación otra vez, mirando a todas partes menos a Ron y a Hermione.

—Papá no se ha terminado de calmar —notó Al—, si comienza a caminar así por la habitación.

Entonces, ¿qué es lo que habéis estado haciendo si no se os permite estar en las reuniones? demandó. Dijisteis que estabais ocupados.

Y lo estamos dijo Hermione rápidamente. Hemos estado descontaminando esta casa. Ha estado vacía durante años y un montón de cosas asquerosas se han estado alimentando aquí. Hemos conseguido dejar limpia la cocina, casi todas las habitaciones y creo vamos a empezar con el salón ma... ¡AAAARGH!

Ron trató de imitar el grito de Hermione, lo que más bien provoco un susto en los más jóvenes y risas en los contemporáneos de Harry.

Con dos fuertes cracks, Fred y George, los hermanos gemelos mayores de Ron, se habían materializado en el aire, en el medio de la habitación. Pigwidgeon empezó a menearse de forma aún más violenta y se fue zumbando para juntarse con Hedwig en lo alto del armario.

¡Dejad de hacer eso!dijo Hermione débilmente a los gemelos, los cuales tenían el mismo color rojo vivo de pelo que Ron, aunque en menor cantidad y un poco más corto.

Hola, Harry dijo George, sonriéndole. Nos pareció haber escuchado tu dulce tono de voz.

¿Entonces, habéis aprobado vuestros exámenes de Aparición? preguntó Harry malhumorado.

Con distinción dijo Fred, agarrando lo que parecía ser un trozo de una insignia muy grande de color carne.

No os puede costar más de treinta segundos bajar, como todos, por las escaleras dijo Ron.

El tiempo son Galeones, pequeño hermano dijo Fred. De todos modos, Harry, tu voz estaba interfiriendo en la recepción. Orejas Extensibles añadió en respuesta a las cejas alzadas de Harry, a la vez que se desprendía de la insignia, la cual Harry vio en ese momento desvanecerse en el aterrizaje. Estamos intentando oír qué es lo que pasa abajo.

Tenéis que andar con cuidado dijo Ron mirando fijamente a la Oreja, si mamá ve otra de éstas...

Molly miró a sus hijos gemelos con curiosidad, aunque después sonrió débilmente.

El riesgo vale la pena, ésta es la reunión más importante que han tenido dijo Fred.

La puerta se abrió y una larga melena roja apareció.

¡Oh, hola, Harry! dijo la hermana menor de Ron, Ginny, con una sonrisa brillante (lo que provoco silbatina de los bromistas y un sonrojo de parte de Ginny)—. Me pareció oír tu voz volviéndose hacia Fred y George, dijo. No lo vais a conseguir con las Orejas Extensibles, ella se ha avispado y ha puesto un Encantamiento Imperturbable en la puerta de la cocina.

¿Cómo lo sabes? dijo George, con cara de deprimido.

Tonks me dijo cómo averiguarlo dijo Ginny. Sólo tienes que arrojar algo a la puerta y si no puede hacer contacto con la puerta, es que ha sido Imperturbada. He estado lanzando Bombas de excrementos desde lo alto de las escaleras y todas rebotaban antes de dar contra la puerta, por lo que no hay manera de que las Orejas Extensibles encuentren un hueco por debajo.

Tonks sonrió, haciendo que su cabello se viera más brillante, ante la mirada escrutadora de Molly.

—Ya me parecía raro —comentó Molly, haciendo sonrojar aún más a Ginny.

Fred suspiró profundamente.

¡Qué desgracia! De veras disfrutaba descubriendo de lo que es capaz el viejo Snape.

¡Snape! dijo Harry rápidamente. ¿Está él aquí?

Sí, claro dijo George, cerrando la puerta con cuidado y sentándose en una de las camas; Fred y Ginny le imitaron. Está dando un informe. Alto secreto.

Idiota dijo Fred sin prisa.

—Estoy de acuerdo —soltó James en un susurro mal contenido a Sirius, quien sólo replicó, también en susurros ante la mirada cáustica del pocionista:

—Ni lo digas.

Él está ahora de nuestro lado dijo Hermione reprochando el comentario. Ron resopló.

Eso no quiere decir que no sea un imbécil. Tendrías que ver la manera en la que nos mira cuando se encuentra con nosotros.

Lily, James, Molly, Arthur y los profesores Dumbledore y McGonagall fijaron su mirada en Snape, quien simplemente oía la lectura con los ojos cerrados.

Bill tampoco le cae bien dijo Ginny, como si con esto hubiera resuelto la cuestión.

Harry no estaba seguro de si su enfado se había disipado del todo; pero ahora su sed de información superaba sus deseos de seguir gritando. Se sentó en la otra cama.

¿Bill está aquí? preguntó. Pensé que estaba trabajando en Egipto.

—Sí, se me olvidó en ese momento que el profesor Dumbledore le había pedido hablar con el señor Arthur —reconoció Harry cuando Rose lo miró decepcionada.

Pidió un trabajo de oficina para poder venir a casa y trabajar para la Orden dijo Fred—. Él dice que echa de menos las tumbas, pero... sonrió con satisfacción, aquí hay compensaciones.

¿Qué quieres decir?

¿Te acuerdas de Fleur Delacour? dijo George. Consiguió un trabajo en Gringotts para mejorarrr su iiiinglés.

Y Bill le ha estado dando un montón de clases particulares rió disimuladamente Fred.

—¡Mama! —exclamaron a duo Vic y Dom.

—¡Papá! —saltó Louis, al mismo tiempo que sus hermanas, lo que provocó silbidos y risas en la Sala, aligerando un poco la tensión.

Charlie también está en la Orden dijo George, pero él todavía está en Rumanía. Dumbledore quiere que en la Orden estén todos los magos extranjeros que se puedan reclutar, por lo que Charlie está intentando hacer contactos con ellos en sus días libres.

—Así fue —ratificó Charlie—, al menos contamos con apoyo para… después —corrigió al ver a Harry hacer una seña casi imperceptible.

¿No puede Percy hacer eso? preguntó Harry. Lo último que había oído era que el tercer hermano Weasley estaba trabajando en el Departamento de Cooperación Mágica Internacional, en el Ministerio de Magia.

Con las palabras de Harry, todos los Weasleys y Hermione cruzaron significativas miradas sombrías.

Hagas lo que hagas, no menciones a Percy delante de mamá y papá le dijo Ron a Harry con voz tensa.

¿Por qué no?

Porque cada vez que se menciona el nombre de Percy, mi padre rompe algo que está sujetando y mi madre empieza a llorar dijo Fred.

Ha sido horrible dijo Ginny tristemente.

Lucy y Molls voltearon a ver a Percy, a quien se le habían enrojecido las orejas.

—Creo que recuerdo que pasó —comentó lacónicamente.

—No digas nada, Percy —le sugirió Harry—, seguramente se leerá qué pasó. Si no recuerdo mal, se comentó algo.

Pienso que hicimos bien deshaciéndonos de él dijo George con un gesto poco habitual en su cara.

¿Qué ha pasado? preguntó Harry.

Percy y papá tuvieron una discusión dijo Fred. Yo nunca he visto a papá pelearse con nadie de esa manera. Normalmente la que grita es mamá.

Fue la primera semana después de que acabara el curso dijo Ron. Estábamos a punto de venir e ingresar en la Orden. Percy llegó a casa y nos dijo que le habían ascendido.

¿Estás bromeando? dijo Harry.

Aunque sabía perfectamente que Percy era una persona muy ambiciosa, la impresión de Harry era que Percy no había tenido mucho éxito en su primer trabajo en el Ministerio de Magia. Percy había cometido justamente la gran equivocación de no darse cuenta de que su jefe había sido controlado por Lord Voldemort (aunque el Ministro no lo hubiera creído, puesto que todos creían que el señor Crouch se había vuelto loco).

—En eso tienen razón ambos —dijo Percy, lacónicamente—, Fred y Harry.

Sí, estábamos todos sorprendidos dijo George, porque Percy se metió en un montón de problemas relacionados con el tema de Crouch, hubo un interrogatorio y todo eso. Dijeron que Percy tendría que haberse dado cuenta de que Crouch estaba loco de remate e informar a un superior. Pero sabes que Percy, dejándole Crouch al cargo, no iba a quejarse...

¿Entonces cómo es que le han ascendido?

Eso es exactamente lo que nos preguntamos dijo Ron, que parecía entusiasmado al estar consiguiendo mantener una conversación normal y que Harry hubiera dejado de chillar (esto provocó algunas risitas que Ron acalló al continuar la lectura)—. Llegó a casa muy satisfecho consigo mismo (incluso más de lo habitual, si puedes imaginarlo) y le dijo a papá que le habían ofrecido un puesto en la propia oficina de Fudge. Un puesto muy bueno para alguien que sólo lleva un año fuera de Hogwarts: Asistente Menor del Ministro. Creo que él esperaba que papá estuviera impresionado.

Sólo que papá no lo estaba dijo Fred, sonriendo abiertamente.

¿Por qué no? -dijo Harry.

—Claro —comentó Harry—, es lo que supongo que hace un padre, enorgullecerse por el logro de sus hijos. Yo me enorgullezco cada vez que JS o Al me dicen que ganan en el quidditch, o cuando Lilu logra aprender un nuevo hechizo antes de entrar a Hogwarts, o incluso cuando Teddy logra resolver un caso.

—Sí —respondió Arthur—, es verdad, Harry. Pero en el caso de Percy había una agenda oculta, como él mismo reconoce.

Percy asintió en silencio, dándole la razón a su padre.

Bueno, aparentemente Fudge estuvo echando pestes por todo el Ministerio, comprobando que nadie tenía ningún tipo de contacto con Dumbledore dijo George.

Actualmente Dumbledore tiene muy mala fama en el Ministerio, sabes dijo Fred. Todos piensan que sólo está tratando de crear problemas diciendo que Quién-Vosotros-Sabéis ha vuelto.

Papá dice que Fudge dejó claro que cualquiera que esté aliado con Dumbledore puede ir limpiando su despacho dijo George.

El problema es que Fudge sospecha de papá. Él sabe que papá simpatiza con Dumbledore y siempre ha pensado que papá es una persona un poco extraña por su obsesión con los muggles.

—Puede que siempre hayan tenido razón —admitió Arthur, luego de suspirar—, pero siempre ha sido así.

¿Pero qué tiene esto que ver con Percy? preguntó Harry, confundido.

Ahí es donde quiero llegar. Papá cree que Fudge sólo quiere a Percy en su oficina porque quiere usarle para espiar a la familia y a Dumbledore.

Harry dejó escapar un pequeño silbido.

Os apuesto que a Percy eso le gusta.

—Tomo la apuesta —saltó JS.

—Ya, Jamie —dijo Ginny—, ya está bueno lo de las apuestas.

—Le quitas lo divertido a la vida —murmuró JS.

Ron se rió de manera irónica.

Ha perdido totalmente los estribos. Dijo... bueno, dijo un montón de cosas horribles. Dijo que ha estado luchando contra la malísima reputación de papá desde que entró en el Ministerio y que papá no tiene ambición y por eso es por lo que siempre hemos sido... bueno, ya sabes... quiero decir que no tenemos mucho dinero...

¿Qué? dijo Harry con descrédito, mientras Ginny hacía un ruido como de gato enfadado.

Este comentario hizo que Ginny mirara extraño a Harry, mientras se oían algunas risitas.

Lo sé dijo Ron en voz baja. Y fue aún peor. Dijo que papá era un idiota por seguir alrededor de Dumbledore, que Dumbledore era la cabeza de grandes problemas y que papá iba a caer con él, y que él (Percy) sabía donde yacía su fidelidad y que eso era en el Ministerio. Y que si mamá y papá iban a convertirse en traidores del Ministerio iba a asegurarse de que nadie supiera nunca más que él pertenecía a nuestra familia. Entonces, hizo sus maletas esa misma noche y se marchó. Ahora está viviendo aquí, en Londres.

—¡Papá! —exclamaron a dúo Molly y Lucy, sorprendidas por lo que se había leído.

—Así es —admitió Percy—, menos mal que ya lo aclaramos.

—¿Por qué nunca nos lo comentaste? —reclamó Lucy, aunque con tono calmado.

—Porque no quería darles una mala impresión, Lucy, Molly —les dijo, acercándolas hacia sí—. Esa etapa fue muy dura, muy triste. Aunque me sirvió para entender que la familia está y siempre debe estar en primer lugar —complementó mientras abrazaba a sus gemelas y miraba a Molly con los ojos llorosos.

Harry echaba pestes por dentro. Siempre le había gustado menos Percy que el resto de los hermanos de Ron, pero nunca podría haber imaginado que le iba a decir esas cosas al señor Weasley.

Mamá ha estado en buen estado dijo Ron deprimido. Ya sabes... llorando y todo eso. Fue hasta Londres para intentar hablar con Percy, pero él le cerró la puerta en las narices. No sé qué es lo que hace cuando se encuentra a papá en el trabajo... le ignorará, supongo.

—Exactamente —admitió Arthur—, como muy raras veces coincidíamos no nos encontrábamos, pero si nos llegábamos a cruzar era como ver a cualquier extraño.

Percy asintió en silencio, aún abrazado por Molls. Lucy, sin embargo, los miraba con decepción.

Pero Percy tiene que saber que Voldemort ha vuelto dijo Harry tranquilamente. Él no es estúpido, tiene que saber que tu madre y tu padre no arriesgarían todo sin ninguna prueba.

Sí, bueno, tu nombre también se introdujo en la discusión, dijo Ron, lanzándole a Harry una mirada furtiva. Percy dice que la única evidencia que tenemos es tu palabra y... no sé... él no cree que sea del todo suficiente.

Percy se toma lo que dice El Profeta muy en serio dijo Hermione ácidamente, y el resto asintió con la cabeza.

—Debo reconocer que Hermione tenía razón —admitió Percy, suspirando a continuación.

¿De qué estás hablando? preguntó Harry, mirando alrededor, a todos ellos. Todos le estaban devolviendo la mirada con respeto.

¿No has... no has visto El Profeta?preguntó nerviosamente Hermione.

¡Sí, lo he visto! contestó Harry.

¿Lo has… eh… lo has estado leyendo en profundidad? preguntó Hermione, esta vez aún más ansiosa.

No de lado a lado dijo Harry defendiéndose. Si van a publicar cualquier reportaje acerca de Voldemort deberían hacerlo en los titulares ¿no? Los otros se estremecieron con el sonido del nombre.

—Hijo —le dijo James—, muchas veces lo que necesitas leer no aparece en los grandes titulares, sino en los artículos pequeños y casi ocultos. Eso lo descubrí ese año de ocultamiento para protegerte.

Hermione se dio prisa:

Bien, necesitas leerlo de lado a lado para encontrarlo, pero ellos… um… ellos te mencionan un par de veces a la semana.

Pero lo habría visto...

No. Si sólo has estado leyendo la portada, no puedes haberlo visto dijo Hermione, meneando la cabeza. No estoy hablando de grandes artículos. Ellos sólo te incluyen dentro, para apoyar ciertas bromas.

¿Qué quieres...?

Es bastante repugnante dijo Hermione con voz calmada, pero forzada. Sólo están apoyando las mentiras de Rita.

Pero ella no ha escrito para ellos nunca más ¿o sí lo ha hecho?

Oh, no, está manteniendo su promesa (aunque no tiene otra alternativa) añadió Hermione con satisfacción. Pero fue ella la que fundó todo lo que están intentando hacer ahora.

—No me extrañaría —rumió Lily.

—Conociendo al personaje —dijo Frank—, es capaz que haya encontrado como seguir influyendo en el periódico.

Lo cual es... ¿qué? dijo Harry impacientemente.

Vale, tú sabes que ella escribió que tu siempre te estabas desmayando por todos sitios y diciendo que tu cicatriz te dolía y todo eso ¿verdad?

dijo Harry, que no podía haber olvidado los cuentos de Rita Skeeter en un suspiro.

Bien, pues ellos están escribiendo acerca de ti como si tu fueras este farsante, siempre intentando llamar la atención de las personas para que piensen que eres un héroe trágico o algo así dijo Hermione, muy rápido, como si haciéndolo así fuera menos incómodo para Harry escuchar estas cosas. Siguen añadiendo comentarios sarcásticos sobre ti. Si aparece una historia pasada de tiempo, dicen algo así como, "Un cuento digno de Harry Potter", y si alguien tiene un accidente divertido dicen, "Tengamos la esperanza de que no tenga ninguna cicatriz en su frente o será el siguiente al que tendremos que adorar".

—Ja, ja, ja —Sirius se rió con sarcasmo—. Creo que yo en esos días, pasando lo que estaba pasando, hacía mejores bromas.

Yo no quiero que nadie me adore… empezó a decir Harry sofocado.

Sé que no quieres dijo Hermione rápidamente, mirándole asustada. Lo sé, Harry. Pero, ¿ves lo que están haciendo? Quieren convertirte en alguien a quien no crea nadie. Fudge está detrás de esto, te apuesto lo que quieras. Él quiere que los magos de la calle piensen que sólo eres un chico estúpido que no es más que una broma, que cuenta ridículas historias porque adora ser famoso y quiere seguir siéndolo.

—¿Famoso porque sobreviví a la muerte de mis padres? —dijo Harry—, no gracias, no quiero esa fama.

—Sabemos que no —admitió Ron—, y aquí lo dices.

Yo nunca lo pedí… Nunca quise… ¡Voldemort mató a mis padres!farfulló Harry. Me hice famoso porque él mató a mi familia pero no pudo matarme a mí ¿Quién quiere ser famoso por eso? Es que no piensan que hubiera preferido nunca...

Lo sabemos, Harry dijo Ginny rápidamente.

Y por supuesto, no publicaron ni una palabra sobre el ataque de los Dementores dijo Hermione. Alguien les diría que estuvieran callados con ese tema. Eso podría haber sido una gran historia: Dementores fuera de control. Tampoco han publicado que rompiste el Estatuto Internacional del Secreto. Pensamos que deberían haberlo hecho, eso concuerda muy bien con la imagen tuya de presumido estúpido. Pero creemos que lo están reservando para cuando te expulsen, entonces es cuando verdaderamente lo sacarán… Quiero decir, si te expulsan, claro rectificó rápidamente. Realmente no puedes ser expulsado. No... si se atienen a sus propias normas, no hay cargos contra ti.

—Y volvieron al tema de la audiencia —comentó Neville, con tono preocupado. Inmediatamente aclaró—. Sí, sé que no lo expulsaron porque estuvo con nosotros ese año, pero eso de la audiencia era un tema delicado.

Estaban de nuevo hablando de la vista y Harry no quería pensar en eso. Buscó alrededor para cambiar de tema, pero se ahorró el esfuerzo de encontrar uno porque se oía el sonido de unos pasos subiendo las escaleras.

Oh, oh.

Fred le dio un fuerte tirón a la Oreja Extensible; hubo otro fuerte crack y él y George desparecieron. Segundos después, la señora Weasley apareció en la entrada de la habitación.

La reunión se ha acabado, ahora ya podéis venir abajo a cenar. Todo el mundo se muere por verte, Harry. ¿Y quién ha dejado todas esas Bombas de Excrementos a la salida de la puerta de la cocina?

Crookshanksdijo Ginny con la cara colorada. Adora jugar con ellas.

Oh dijo la señora Weasley, Pensé que había sido Kreacher, sigue haciendo cosas tan extrañas como esa. Ahora no olvidéis bajar vuestras voces en el hall. Ginny, tus manos están sucias ¿qué has estado haciendo? Vé y lávatelas antes de ir a cenar, por favor.

—Ya me parecía extraño —comentó Molly—, pero con el tema de la reunión no me dí cuenta de los detalles.

Ginny hizo una mueca a los otros y siguió a su madre fuera de la habitación, dejando a Harry solo con Ron y Hermione. Los dos estaban mirándole aprensivamente, como si temieran que empezara a gritar de nuevo ahora que todo el mundo se había ido. La sensación de verles tan nerviosos le hizo sentir bastante fatigado.

Mira... musitó, pero Ron meneó su cabeza y Hermione dijo suavemente:

Sabíamos que ibas a estar enfadado, Harry, y realmente no te culpamos, pero tienes que entenderlo. Intentamos persuadir a Dumbledore...

Sí, lo sé dijo Harry cortamente.

Buscó alrededor un tema que no envolviera a su director, porque cada pensamiento hacia Dumbledore hacia que el interior de Harry quemara de ira otra vez.

—Entiendo —dijo Dumbledore con voz calmada aunque baja.

¿Quién es Kreacher?preguntó.

El elfo doméstico que vive aquí dijo Ron. Anormal. Nunca conocí a uno como él.

Hermione frunció el entrecejo a Ron.

No es anormal, Ron.

La ambición de su vida es que le corten la cabeza y que la cuelguen en una placa como colgaron la de su madre dijo Ron irritado. ¿Es eso normal, Hermione?

—Para él, no lo dudaría —comentó Sirius, quien había seguido relativamente callado la lectura.

Bueno... bueno, si él es un poco extraño no es su culpa.

Ron puso los ojos en blanco a Harry.

Hermione todavía no ha dejado ese rollo del PEDO.

¡No es PEDO!dijo Hermione azorada. Es el Plan para los Elfos Domésticos Oprimidos. Y no soy la única que lo piensa, Dumbledore también dice que deberíamos ser amables con Kreacher.

Sí, sí, si dijo Ron. Vamos, estoy hambriento.

—Es decir —intervino Fred.

—Tu estado normal —completó George, provocando risas y un fruncir de cejas de parte de Ron.

Siguieron el camino más allá de la puerta, liderados por Ron, pero antes de que pudieran descender las escaleras...

¡Esperad un momento! dijo Ron casi sin respiración, estirando un brazo para que Harry y Hermione no caminaran más allá. Todavía están en el vestíbulo, a lo mejor somos capaces de oír algo.

Los tres miraban cautelosamente a los que estaban a punto de salir. El tenue corredor del vestíbulo estaba cubierto de brujas y magos, incluyendo los guardianes de Harry. Todos estaban susurrando excitadamente. En el centro del grupo Harry pudo ver el pelo negro y grasiento y la prominente nariz de su profesor más odiado de Hogwarts, el profesor Snape. Estaba muy interesado en lo que Snape estaría haciendo para la Orden del Fénix...

—No creo que llegaran a enterarse —dijo Freddie.

—Estoy contigo —intervino JS, intentando provocar a Lucy o a Frankie para que apostaran, pero estos declinaron en silencio.

Demonios oyó Harry susurrar a Fred, que estaba alzando la Oreja Extensible porque se había quedado congestionada otra vez.

Oyeron cómo se abría la puerta de entrada y luego se cerraba.

Snape nunca come aquí le dijo Ron a Harry tranquilamente. ¡Gracias a Merlín! Venga, vamos.

Y no olvides bajar la voz en el vestíbulo, Harry le advirtió Hermione.

—¿Pero por qué tanto empeño en bajar la voz? —reclamó Al—, que recuerde, en la casa se hace bastante ruido, y nadie reclama.

—En estos tiempos, Al —indicó Harry—, en aquel momento era otro asunto. Seguramente lo leeremos.

Mientras pasaban por la hilera de cabezas de elfos colgadas en la pared, vieron a Lupin, la señora Weasley y Tonks en la puerta de entrada, sellando mágicamente sus múltiples cerraduras y cerrojos detrás de los cuales los otros acababan de salir.

Vamos a comer abajo, en la cocina susurró la señora Weasley, acercándose a ellos al final de las escaleras. Harry, querido, si pudieras andar de puntillas a lo largo del vestíbulo hasta esa puerta de allí...

CRASH

¡Tonks! sollozó la señora Weasley exasperada, girándose para mirar detrás de ella.

¡Lo siento! gimió Tonks, que estaba tirada en el suelo. Es ese estúpido paragüero de ahí, es la segunda vez que me tropiezo con…

Pero el resto de sus palabras fueron cortadas por un horrible y ensordecedor chillido que dejaba helada la sangre.

Las mortífagas cortinas de terciopelo que Harry había pasado hace un momento se habían abierto de par en par, pero no había ninguna puerta detrás de ellas. Por un segundo, Harry pensó que estaba mirando desde una ventana, una ventana detrás de la cual una mujer mayor vestida con una capa negra estaba gritando y gritando como si la estuvieran torturando, entonces se dio cuenta de que simplemente era un retrato de medio cuerpo, pero el retrato más realista y menos agradable que había visto en su vida.

—¿En la casa? —preguntó Lilu, extrañada como todos los jóvenes que conocían la residencia de los Potter en Londres.

—Sí, en la casa —respondió Harry—, ya vas a ver por qué lo dice. Vamos a darle chance a Ron para que lea.

La mujer vieja estaba babeando, sus ojos estaban girando hasta quedarse en blanco, la piel amarillenta de su cara se estiraba hasta tensarse cuando ella gritaba; y por todo el vestíbulo detrás de ellos, los otros retratos se despertaban y empezaban a chillar también, de manera que Harry arrugó los ojos ante el sonido y se tapó las orejas con las manos.

Lupin y la señora Weasley se precipitaron y trataron de cerrar las cortinas para tapar a la anciana, pero no eran capaces de cerrarlas y ella empezó a gritar más alto que nunca, blandiendo sus manos para intentar atacar sus caras con las uñas.

—¡Ya va! —interrumpió Dom, sorprendida— ¿Un retrato del cual salen las manos del retratado para atacar a la gente? ¿Qué tipo de magia es esa?

—Una magia muy oscura —comentó Sirius, atonalmente, pero al ver que lo miraban, sólo encogió los hombros.

¡Suciedad! ¡Escoria! ¡Productos de la suciedad y repugnantes! ¡Medio desarrollados, mutantes, subnormales, largaos de esta casa! Cómo os atrevéis a venir a la casa de mis padres…

Tonks se disculpaba una y otra vez, incorporando la enorme y pesada pierna del troll de nuevo en el suelo; la señora Weasley abandonó el intento de correr las cortinas y caminaba deprisa, arriba y abajo, por el vestíbulo, aturdiendo a los otros retratos con su varita; y un hombre con pelo largo negro embistió una puerta y apareció frente a Harry.

¡Cállate, horrible bruja vieja, CÁLLATE! gruñó, corriendo las cortinas que la señora Weasley había abandonado.

La cara de la mujer vieja empezó a palidecer.

¡Túúúúúúúú!aulló la vieja, sus ojos abiertos como platos tan pronto vieron al hombre. ¡Traidor de sangre, abominación, vergüenza de mi carne!

¡He-dicho-que-te-calles! gruñó el hombre, y con un enorme esfuerzo, él y Lupin fueron capaces de hacer que las cortinas se cerraran de nuevo.

Los chillidos de la mujer vieja cesaron y de nuevo el silencio cayó. Acariciando su largo pelo negro y apartándoselo de los ojos, el padrino de Harry, Sirius, se giró para ponerse enfrente de él.

Hola, Harry dijo lúgubremente—. Veo que has conocido a mi madre.

—¡Yaaaaa vaaaaaa! —se levantó Lilu, impresionada—, ¿ese cuadro maligno era de la mamá de Sirius?

—Así mismo —respondió el aludido.

—Pero, pero… —la chica miraba alternativamente a Sirius, a Harry, a Ginny e incluso a Molly—, ¿por qué ese cuadro estaba en la casa?

—Creo que eso se responderá en un rato —indicó Molly, al ver el atril con el pergamino frente a ella.


Buenos días desde San Diego, Venezuela! Parece que Harry soltó toda la molestia que llevaba debido al encierro provocado después del ataque de los dementores, el intercambio de cartas y los cuatro días de ansiedad y depresión, y más al enterarse que sus amigos del alma no podían darle ningún tipo de información por orden de quien se supone es su mentor; además de la sorpresa de llegar a una casa "oculta" y repleta de artilugios oscuros, sorpresa que se refleja en los más jóvenes, quienes conocen una versión muy distinta, más luminosa, de esa misma casa. Igualmente, el capítulo nos muestra las características y personalidades de varios de los presentes en ese momento, y los que no estuvieron en ese momento se sorprenden por lo que escuchaban. Lo que no es sorpresa es que ustedes estén por acá, mis queridos lectores, con su presencia, activando las alertas, marcando como favoritos y comentando, como hizo esta semana creativo (ganaste la apuesta, jejejeje; además, recuerda que Sirius era "el Black desertor", y como el díjo, "era lo menos que podía hacer"). Como siempre les comento, en estos tiempos de #cuarenterna y variantes, por favor, tomen en cuenta todas las medidas de bioseguridad, si pueden y tienen acceso a ella, vacúnense, y sobre todo, expresen a sus familiares su aprecio y amor (en persona o por las redes sociales)... Salud y bendiciones!