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ESTADO DE CAOS

Kaos sintio una enorme fuerza que le hizo tambalearse hacía adelante saltando desde su asiento, cayo de bruces contra el suelo llevandose un buen golpe tanto en los codos y en las rodillas, los uso para evitar un daño mayor en su cuerpo.

-¡Ah! -gimio al sentir un dolor que le venía de la cabeza.

Apoyo las palmas de sus manos contra el suelo y se puso a enderezarse con tal de volverse a poner de pie, aquella rara sacudida le había dejado confundido ya que se encontraba en su sala oscura donde casi nunca sucede nada, pero ahora algo había pasado, esa espontanea reacción no se había producido de forma voluntaria, algo le hizo reaccionar por algún motivo que desconocía.

-Maestro, ¿estas ahí? -pregunto esperando que le contestara el sér sin cuerpo fisico que se encontraba oculto en la propia sala.

No hubo respuesta, Kaos empezo a preocuparse.

-Maestro, ¿estas aqui o no? -suplico con tono sollozante.

-Estoy aqui Kaos, no te preocupes, no me he ido.

Suspiro aliviado al ver que el sér seguia presente.

-Maestro, he sentido algo malo, algo que no sentía desde que me entregaste parte de tu poder, siento como si tu oscuridad haya sido alterada, ¿sabes de lo que hablo?

-Se de lo que hablas, porque se lo que ha ocurrido.

-¿En serio? ¿Que ha ocurrido?

-Ha sido el dragon.

-¿El dragon? - se puso a asimilar esa respuesta, al instante la comprendió-. No es posible, ¿pero como lo ha...

-Esta en Terrayente.

-¡En Terrayente! ¿Como lo ha encontrado?

-Hacíendo un largo viaje que le ha costado muchos riesgos.

-Pues espero que esos riesgos hayan acabado con él -protesto echandole la bronca mientras se ponía a dar vueltas del ataque de nervios que tenía a causa de este asunto.

-Al contrario, él ha acabado conmigo.

-¿Que quieres decir?

-Le dije lo que quería saber, y eso ha provocado la total destrucción del cristal oscuro que antes solía mantenerme.

-¿Ha destruido el cristal? -chillo Kaos sobresaltado al descubrir eso, de pronto cambió de tema al percatarse de algo que no cuadraba-. Pero si ha destruido enteramente el cristal, ¿como es que tu aún sigues aqui?

-Yo aún sigo aqui porque comparto una conexión contigo y con estas paredes, la destrucción del cristal solamente ha conseguido que no tenga lugar donde poder ocultarme, tendre que permanecer aqui eternamente, el dragon sabe eso, lo que eso supone adelantarse con esta mision si no queremos que él venga antes de tiempo.

Carraspeo pensativo al asimilar que ahora lo tenía todo mas complicado que antes.

-Pero hay una cosa que no entiendo, ¿como consiguio romper el cristal? Recuerda que a mi me costo romperlo la primera vez.

-Ha usando todo su potencial, ese dragon esta madurando mas de lo que parece, pronto sera capaz de derrotar a cualquiera oponente, incluyendote a ti.

-No dejare que me venza, lo confrontare, con todo lo que tengo, mandare a cada soldado, maquina, o monstruo que pueda tener a mi disposición para detenerle -acoto Kaos dejando constancia de todo el armamento que pretendía usar para matar a Spyro.

-No podras ganarle así.

-¿Como que no podre ganarle así? -le criticó explicitamente.

-Tu nunca entendiste muy bien como son los dragones. Veras Kaos, los dragones eran unas bestias poderosas, fuertes e inteligentes, por esa misma razón fueron hace mil años los gobernantes de Skylands, los dragones siempre estan por encima de todo ser vivo en Skylands, y Spyro al ser uno de los pocos dragones que quedan con vida, pronto aprender a ser lo suficientemente fuerte e inteligente, como para vencerte a ti, y a todo tu ejercito -le explíco sinceramente para que comprendiera que no se estaba enfrentando a un enemigo normal y corriente, se estaba enfretando a un sér que venía de una epoca ya perdida y era solo cuestión de tiempo que adquiriese tanto poder como cualquier otro dragon que hubiese vivido en su anterior era.

-¿Y entonces que puedo hacer para vencerle?

-Dejame eso a mi, mi pequeña asesina se encargara de acabar con él.

-Bien -afirmo convencido de esa propuesta.

Kaos se dio la vuelta dispuesto a irse, pero de pronto se le paso una idea por la cabeza, una teoría que le hizo tener sus dudas al respecto sobre cierto asunto.

-¿Puedo preguntarte algo?

-¿Que deseas preguntarme Kaos?

-¿Le dijiste solamente que lo matara, verdad?

-Así es Kaos, tal y como tu quieres que sea.

-Estupendo -confirmo con tono desganado.

-¿Porque dudas de mi palabra?

-¿Dudar yo?

-¿Me lo has preguntado sin siquiera mirarme? Como si sospechases de mis intenciones, ¿porque sospechas de mi ahora?

Se volteo mirando fijamente al frente.

-Porque siento que algo no me cuadra.

-¿A que te refieres?

-Ese dragon, es el ultimo de su especie, y uno de los pocos en aparecer en mucho tiempo, y ahora que mi triunfo esta apunto de llegar, me hace cuestionarme, ¿acaso no estaras planeando algo tu también a mis espaldas? Algo que yo no sepa.

-Si quieres que te sea sincero, podría estar respondiendote cualquier cosa ahora mismo, y te lo creerías de lo ingenuo que puedes llegar a ser.

-¿Entonces me estas traicionando?

-Yo no te estoy traicionando, solamente estoy hacíendo lo mejor para ambos, pero si eso si eso no te gusta, entonces me temo que podemos terminar con esto ahora.

Kaos empezo a replantearse el seguir acusandole de algo que no sabía.

-¿De veras quieres que esto acabe mal Kaos? Después de todo, ya has empeorado aún mas la situación mas de lo que ya has podido empeorar las cosas con los trolls.

Se apreto el puño enfurecido por hacerle recordar ese problema.

-Escuchame bien, si he hecho lo que he hecho, ha sido por el bien de esta operación, y por el bien de mi gente a la que he jurado proteger -le reprochó justificandole la ra-zón de sus actos, se apoyo la mano encima del pecho jurandoselo firmemente.

-Jamas sera tu gente Kaos, tu no eres un troll, y por mucho que lo justifiques, todos los que te rodean saben la verdad, incluido yo -le indico honestamente para que viera que por mucho que pensara eso, no había nada que lo justificase de verdad.

Kaos quería cabrearse mas de la cuenta por oír eso, pero no podía hacer para nada para remediarlo. Tenía razón, y odiaba que lo tuviera, pero esto era algo que llevaba sabiendo desde hace mucho. Los trolls jamas iban a ser su gente, solamente los utilizaba para ganarse su confianza y tener su ansiada conquista.

-Piensate bien esto Kaos, busca a cualquiera que crea que te respeta por ser su lider, pero si piensa lo contrario, entonces sabras que solamente te adoran por tu palabra, no porque seas como uno de ellos -le aconsejo como alternativa para que así viera que los trolls solamente le halabarían por las cosas que contaba en vez de parecer o actuar como uno mas de la especie.

Se puso a temblar del nerviosismo que tenía por tomar esa idea, no era mala, pero eso suponía que pronto se daría cuenta de quien era aqui en realidad.

-Lo hare, pero si demuestro que te equivocas, me trataras con mejor respeto -acepto, le puso el inconveniente por si esto acababa de otra manera.

-El respeto no se gana con tener razón, se gana con tener moralidad, algo que a ti te encontrara hallar.

-Ya veremos -exclamó amargamente, se acomodo su túnica y se marcho definitivamente de la sala oscura.

Salió aspirando el aire fresco que se movía a su alrededor, siempre que se pasaba todo el rato encerrado en esa sala oscura, se olvidaba de lo que era sentirse rodeado del calido aire que emitia su castillo, se sentía mejor después de haber tenido esa horrible revelación. Pero rapídamente recordó que ahora tenía que mantener a todo un pueblo a flote ya que después de lo que anunció, las cosas no estaban siendo como antes, y eso era algo que tenía que solucionar como fuera.

Recorrió todo el pasillo hasta regresar a su despacho personal, los guardias de los extremos le abrieron ambas puertas y paso al otro lado, cerraron por detras suyo, oyo el portazo. Asomo la mirada y observo que sus seis hombres de confianza se encontraban ahí mismos sentados en la mesa de comedor principal, los veía con expresiónes de pena como si estuviesen angustiados por algo que les carcomía la cabeza.

Asumió que debían de haber estado esperandoles para poder tratar con el asunto que no paraba de hablarse desde hacía dias, marcho hacía ellos y dijo:

-Caballeros -esbozo con tono formal.

Los seis se acomodaron sobre sus respectivos asientos, se pusíeron firmes.

Vallhaderb se levanto de su asiento dejando que Kaos la usara, se sento en ella y luego se alejo poniendose a un costado de la sala, se quedo firme delante de ellos.

-¿Hay noticias sobre nuestro grupo de conquista? -preguntó.

Kullshak tosió dispuesto a hablar él primero.

-Según nuestras fuentes, nuestras tropas han decidido separarse en dos grupos para poder desplazarse tanto en el oeste y en el este -notificó hacíendo gestos con los dedos como señalando la forma en que se dividieron los dos equipos.

Carraspeo intrigado.

-No esta mal -dijo convencido de ese plan de estrategia.

-Por desgracia, no hemos podido averiguar mas sobre ellos, creo que han apagado las comunicaciones hasta nuestro aviso -añadio seriamente Kullshak.

-No importa, mientras logren otro encargo de mabus como hicieron la primera vez, podremos avanzar con este asunto -acoto Kaos dejando constancia de que seguirian con el plan por mucho que la cosa no pareciera funcionar.

Todos carraspearon estando de acuerdo.

-Fraymus, ¿has podido razonar con el Consejo Troll? -se dirigio hacía su antiguo general con expresión de intriga y curiosidad.

Desde que había quitado a Reginald del puesto de senador por sus crimenes de cons-piración contra él, decidió meter a Fraymus para sustituirle ya que así por lo menos tendría un senador de su lado que le pudiera servir para tratar con los demas senadores y llegar a un acuerdo mutuó sin que se complicara gravemente.

Fraymus golpeteo ambos pulgares con desgana, dijo:

-Kaos, he estado tratando con ellos, y siguen sin estar muy contentos con esto, no les hace mucha gracia que ahora yo, un general que se ha pasado la mitad de tu mandato desaparecido y viviendo con los civiles, sea ahora el senador principal del Consejo -le comentó, meneaba la cabeza en señal de negación.

El senador principal del Consejo era como jefe de estado de Trollia, era el troll que remediaba de todos los asuntos importantes con el consejo, y si demostraba tener un gran control y una responsabilidad de todo cuanto se cocía en el pueblo y en las demas provincias de toda Trollia, se convertía en la persona mas proxima a ser el nuevo gobernante de los trolls, siempre y cuando no hubiese otro candidato que representase unas aptitudes y un liderazgo superior al del propio senador que se presentase.

Se quejo poniendo una desagradable expresión de mal gusto.

-Es que no hay forma de que se pongan de acuerdo con ellos -protestó indignado.

-Me temo que no Kaos, y esto es de lo que me parece que tendras que resolver tu solo, no yo -le indicó con total honestidad.

-Esta bien, lo resolvere a mi manera -golpeo la cabeza con descaro, poco le gustaba hacer eso ya que no aguantaba tratar con el Consejo.

Los seis se dieron un intercambio de miradas serias.

-¿Algo mas que decir?

-Yo tengo algo, señor -dijo Glumshanks.

-Bien Glumy amigo mio, sueltalo -le exigió con tono amigable.

Golpeteo sus dedos contra la mesa seguido de un leve suspiro, luego dijo:

-Hay un grupo de trabajadores que se les encomendo limpiar una de nuestras naves, pero como no han querido cooperar, decidieron ensuciarlo aún mas.

-Genial, mas inútiles que no quieren entender para quien trabajan, pues si tantas ganas tienen de ensuciar mis naves, que las limpien todavía mas -ordenó Kaos.

-Ya lo hicieron -objetó Vallaherb interrumpiendo la conversación.

-¿Lo hicieron? -se intrigo con esa mención.

Dirigio la mirada de vuelta hacía Glumshanks.

-Glumy, ¿que sucede? -notó una mirada de tensión hacía él.

-Eso no es lo peor.

-¿Es que acaso hay algo mucho peor?

-Pues si. Se les encomendó limpiar el estropicio, pero se pusíeron de malhumor y decidieron prender fuego la nave. La proa entera ha quedado inutilizada.

Se quedo impavido al oír eso.

-¿Esos mismos trabajadores han prendido fuego a una de mis naves? -preguntó retoricamente, quería corroborar ese hecho del todo.

-Así es.

-¿Y los han arrestado?

-Los tenemos encerrados en las celdas del sotano -corroboró Vallhaderb.

-Bien -reafirmo convencido, se quedo con una cara de malos humos-. Quiero que reciban el maximo castigo posible para esos trabajadores.

-Lo hare señor.

-No, en realidad, tengo una idea mejor.

-¿Cual? -pregunto intrigado Fraymus.

-Si tantas ganas tenían de jugar con fuego, les dare de su propia medicina.

-¿Que quiere decir con eso señor?

-Ja, eso me gusta mas -espeto vacilante Noodles, él sabía de lo que hablaba.

-Si querían prenderle fuego a la nave, les prendere fuego a ellos.

Ambos seis quedaron con los ojos abiertos como platos.

-Pero mi señor, ¿de veras quiere usted hacer eso? -le criticó honestamente Kullshak.

-Así es, ya estoy harto de que se piensen que tengo demasiado compasión, es hora de enseñarle a esos idiotas lo que sucede cuando me hacen perder: dinero, tiempo, y armamento que no voy a poder usar para matar a mis enemigos.

-Señor, con todos mis respetos, esa es una practica de tortura demasiado cruel para que la puedan usar los trolls, no podemos permitirnos utilizarla contra los nuestros por muy culpables que sean -le insistió Glumshanks reconsiderandole esa propuesta.

Aquello hizo que Kaos se le viniera el mal genio de vuelta.

-¿Acaso estaís diciendome que jamas nadie se ha castigado así?

-No señor, nunca -respondió Vallahderb.

-Pues entonces hoy cambiaremos las cosas -decretó-. A partir de ahora decreto que toda persona que este implicada en un acto de vandalismo o de cualquier intento de contradecir mis ordenes. Sera torturado de todas las maneras posibles, y no parare hasta que me supliquen o no haya tenido suficiente torturandolos.

-A mi me gusta la idea -opino el Mago Chompy.

Decidieron ignorar ese comentario suyo.

-Señor Kaos, si impone eso la gente empezara a manifestar violentamente en el pueblo, por no decir de toda la capital de Trollia -objetó seriamente Kullshak.

-Pues entonces duplicaremos los cuerpos anti-disturbios.

-La mayoría de todos los cuerpos anti-disturbios se encargan ahora de vigilar a cada trabajador que este en el hangar principal, no habra suficiente para parar a una multitud enfurecida -comento Fraymus.

-Yo puedo mandar hombres -soltó Noodles con tono de tener una idea.

-¿Te refieres a tus ciclopes?

-Así es, mis chicos se han pasado toda su vida metiendose con los mas chicos para enseñarles quienes son los que mandan. Si la cosa se calienta por aqui, puedo mandar a unos cuantos para que se enfrenten a los protestantes, les meteremos el miedo de tal manera que no podran volver a contradecirte.

-Al fin una idea buena de verdad -espetó ingenuamente el Mago Chompy estando de acuerdo con su idea de mandar ciclopes como agentes anti-disturbios.

-Señor, ¿esta seguro de que quiere que un grupo de ciclopes se haga cargo de mante-ner el orden en las calles? -le pregunto Reginald con total honestidad.

-Si no tenemos otra opción, es eso o nada.

Todos se quedaron sin saber que decirse ahora, Kaos ya lo dejo bien claro.

-Me encargare de llamarlos personalmente -dijo Noodles.

-Muy bien, cuando tengas tiempo, hazlo, quiero que vengan antes de que la gente empiece a venir hasta aqui con ganas de seguir prendiendo fuego a mas cosas -le permitió confiado en que su idea funcionaría.

Afirmo meneando la cabeza seguido de un leve carraspeo.

-¿Algo mas que comentar?

-Eso era todo señor -reafirmo Fraymus.

-Bien, pongamonos manos a la obra con todo lo que nos queda entonces -se golpeó las palmas en señal de que ya lo tenía todo zanjado, se dispuso a levantarse seguido de sus propios hombres. De pronto se oyo un golpe de detras de la puerta, Kaos lo oyo y sintio que debía de ser por algo importante-. Glumshanks, abre la puerta, por favor.

Glumshanks obedeció y marcho hacía la puerta, la abrió por ambos lados y paso un soldado guardia, este era uno que conocía por estar siempre enviandole todo tipo de noticias importantes que sucedíesen en el momento.

-Mi señor -exclamó.

-¿Sucede algo soldado?

-He recibido la noticia de que el ex-senador Reginald ha intentado suicidarse -le notificó, lo dijo con un cierto tono grave y puramente serio.

-Reginald, ¿ha intentado suicidarse? -le preguntó asombrado, se extrañaba ya que a Reginald le habían encerrado en una celda en la que resultaba imposible que pudiese escapar o siquiera quitarse la vida tan facilmente-. ¿Como demonios lo ha hecho?

-Según tengo entendido, rompío el plato que llevaba su desayuno en varios trozos, utilizo uno de esos para clavarselo en el abdomen.

-¿Pero no esta muerto nó?

-Por poco señor, hemos conseguido salvarlo antes de que pudiera perder mucha sangre, lo tienen hospitilizado en el ala medica.

-¿Esposado a la camilla y vigilado con guardias?

-Así es, tal y como usted pidio por si pasara cualquier cosa. Ademas, en cuanto le llevaron al ala medica, se la paso balbuceando su nombre.

-¿Mi nombre?

-Asi es, señor. Creo que quiere hablar usted, señor.

Kaos resoplo amargamente, quería ignorar esa petición pero viendo que su viejo enemigo había intentado de quitarse la vida facilmente, sentía la necesidad de ir a hablar con él antes de que empezara a venirle la locura.

-Puede marcharse cadete, gracias por la noticia.

-Con mucho gusto señor -agradeció firmemente el guardia y se marcho por donde vino. Glumshanks le cerro ambas puertas al salir.

Kaos se acomodo y resoplo amargamente de nuevo, miro fijamente a sus hombres esperando que le dijeran algo mas, pero nada, estaban todos como impavidos asumiendo que él diria algo, pero tras esto ya no tenía mas ganas de hablar.

-Ya podeís retiraros -obedeció pasivamente.

Los seis se levantaron de sus asientos llevandose consigo las agendas donde estaban archivados todos los asuntos a tener en cuenta, los guardaron bien y pasaron por delante suyo sin apenas dirigirle la mirada. Vallhaderb fue el ultimo en irse ya que él estaba de guardia colocado firmemente en la esquina, le miro a Kaos queriendo que le dijera algo, Kaos le meneo la cabeza como señalando que él también podía irse, obedeció y se marcho dirigiendose con los demas. Oyo a varios de ellos salirse por la puerta pero de pronto sintio que alguien se dirigia hacía él por detras suyo.

-Kaos -oyo la voz de Fraymus.

-¿Que sucede Fraymus? -le miro de reojo.

-Se que quieres que todos te vean como alguien temido, pero te aconsejo que no lo hagas, muy pocos han logrado sobrevivir comportandose como lo haces tu ahora -le aviso seriamente para que tuviese bien en cuenta por donde iba.

-Dime tu, ¿a cuantos gobernantes conoces que hayan gobernado con mano floja?

-A unos cuantos.

-Pero que esten vivos.

Resoplo amargado, reconoció que sabía como coger a alguien desprevenidamente.

-No, a ningúno.

-Pues entonces de que sirve que gobierne este pueblo si no me impongo por encima de ellos, ¿acaso crees que los trolls van a prestarle atención a alguien que no le gusta matar hasta la mas minima mosca? ¿Te crees que eso funcionaria?

-No, si...

-Si nada -golpeo fuertemente el puño contra la mesa-. Me meti en esto para mostrar que no tenía compasión ante nadie, y eso mismo voy a hacer, les demostrare a todos que yo estoy por encima de todo cuanto conocen, y si alguien tiene problema con eso, les hare ver mi otra cara. ¿Quieres verla?

-No señor.

-Bien -se puso de brazos cruzados con tal de ignorarle-. Si no tienes nada mas que decirme ya puedes irte de aqui viejo amigo.

Se le pudo oír una leve queja con la boca cerrada como disgustado por haberle tenido que oírle decir eso, se marcho por la puerta y luego Glumshanks se la cerro fuertemente, se oyo un flojo portazo.

-¿Va a ir a verle señor? -pregunto Glumshanks.

-¿Como dices Glumy? -objetó Kaos, se extraño por la pregunta de su criado.

-Reginald se ha intentado de suicidar, ¿eso no le preocupa?

-Y me preocupa, pero no se si me vale la pena ir a visitarle, después de todos los problemas que me dio, siento que ya no tengo nada que explicarle.

-¿Y no quiere saber porque lo hizo?

-Pues no, me resulta una perdida de tiempo -cruzo los brazos de nuevo en señal de ignorarle, no tenía ganas de escuchar a nadie.

Glumshanks no quería entrometerse pero sabía que tenía que hacerlo, se acerco hacía Kaos y este no se inmuto para nada por estar cerca suyo.

-Sabe una cosa señor.

-¿Que?

-¿Recuerda cuando me presente para ser su criado personal?

-Si, lo recuerdo bien, ¿que pasa con eso?

-Vera, hay algo que jamas le conte, pero me parece que este es el mejor momento para que se lo diga ahora que nunca.

Aquello capto el interes de Kaos, le miro pero solo de reojo.

-Cuando yo le vi por primera vez, pense que usted como se había convertido en el primer gobernante de Trollia que tomaba el liderazo sin siquiera ser uno de los nuestros, senti curiosidad por saber como sería usted, si sería distinto a los demas, si demostraría tener el valor suficiente para hacernos ver que podríamos obtener algo mejor que lo que hemos tenido aqui en este pueblo por siempre. Por eso quise unirme a usted, para ver si era verdad que usted cambiando las cosas en serio, y no como esos senadores que solamente dicen lo que quieren hacernos creer para sentirse mejor consigo mismos, yo quiero creer en un lider bueno, y no en uno que solamente se cree que como esta por encima de todo, se cree que es mejor que los demas. Un verdadero lider se estaría preocupando por hacer las cosas bien, y no al reves -le explíco con total sinceridad para que viera como siempre estuvo de su parte pero ahora por culpa de sus decisiones estaba perdiendo la confianza con él.

Le dio la espalda y se marcho dejandole con el beneficio de la duda.

Kaos echo la vista al frente perplejo, jamas creyo para nada que Glumshanks se hu-biese puesto a confrontarlo de esa manera, pero viendo todas las cosas que le dijo, le hizo reconocer que tenía bastante razón en lo que decía. Casi siempre todos los senadores nunca hicieron nada por Trollia, nunca les dieron la conquista que ellos siempre ansiaron, hasta que llego él dando el mayor pequeño avance que hayan hecho nunca los trolls. Pero su odio hacía la gente le estaba volviendo insaciable, corrupto, se comportaba como aquellos senadores que juro que jamas sería, no podía permitirse esto, tenía que demostrarle a Glumshanks, y a si mismo, que estaba equivocado.

Se levanto de su asiento y se marcho de la sala.

Hizo todo el recorrido por aquel amplio pasillo hasta bajar al salón principal del castillo, doblo en la esquina y de ahí bajo por otra escalera secundaria que lo llevaba hacía la sala de entrenamiento de los soldados trolls, cruzo la sala y de ahí paso por otro estrecho pasillo que daba a la sala medica. Paso al interior de la sala donde se encontraba todo un grupo de medicos y enfermeras trolls atendiendo a varios jovenes soldados que tenían varias magulladuras alrededor de todo el cuerpo, la mayoría de todos ellos se las habían hecho durante las protestas por el mal estado de los trabajos. Llego al final de la sala medica donde ahí se encontraba un par de guardias trolls colocados firmemente al lado de una camilla con un paciente atado a los barrotes de aluminio del costado.

-Pueden retirarse -les ordeno cordialmente.

Los dos guardias obedecieron meneando las cabezas y se marcharon por el otro lado.

Kaos se puso delante de la camilla observando al paciente que se encontraba ahí tendido con los ojos cerrados, se trataba de Reginald. Estaba ahí mismo con una venda alrededor del cuello en el que se podía ver una efimera mancha sangre que salía de su herida, llevaba puesto una tunica blanca que era la que se le ponían a los enfermos, estaba tapado bajo unas sabanas de algodon blancas que le tapaban la mitad del cuerpo y tenía unas esposas de un lado atado a su mano izquierda y la otra sobre el barrote que hacía de soporte de la camilla, también podía notarse que la muñeca estaba roja, como si se la hubiesen apretado demasíado, cosa que resultaba ser hecha aproposito.

Le veía dormido pero sentía que en realidad estaba despierto, solamente tenía los ojos cerrados para ignorar el hecho de que estaba con vida, necesitaba que estuviera consciente para poder hablar con él, se le ocurrió la manera de despertarlo.

Hizo un gesto con los dedos que provoco que surgiera unos pequeños destellos de polvo oscuro que flotaban alrededor de su mano, inclino el dedo anular hacía adelante hacíendo que estos marchasen directamente hacía Reginald. Flotaron sobre su cuerpo y de ahí pasaron al interior de su oreja, se metiíeron dentro de él.

Los ojos de Reginald empezaron a moverse en señal de que se despertaba.

Se acerco mas y vio como el deplorable senador estaba abriendo lentamente los ojos, los abrió y en cuanto observo quien tenía delante, solto un amargo resoplido, lo hizo como si estuviera disgustado de verle.

-Hola Reginald -le saludó aprovechando que ahora estaba despierto.

-Kaos -exclamó, eso fue lo uníco que pudo decir.

-Tengo entendido que has intentado de quitarte la vida -objetó expresamente.

-¿Y que? ¿Ahora has venido a terminar el trabajo?

-No, no lo voy a hacer, ¿y sabes porque?

-Porque prefieres que este castigado vivo que muerto, ¿nó?

-Ahí le has dado -solto una risotada falsa entre dientes-. Pero no, no he venido por eso, he venido a querer entender como es posible que conociendote, hayas sido capaz de poner en riesgo tu vida sin siquiera preocuparte por tu familia.

-¿Y a ti eso que te importa? -se echo la vuelta con tal de ignorarle.

Frunció seriamente el ceño al reconocer que no le iba a hacer ningún caso.

-Ignorame si quieres, pero eso no va a impedir que me vaya -dio la vuelta poniendose del mismo lado en el que él estaba acostado-. He venido a hablar contigo.

-Pues yo no quiero hablar.

-¿Porque te has querido quitar la vida?

-¿De veras quieres saberlo?

-Pues si, y te lo digo con total sinceridad.

Le miro friamente con señal de odio, le detestaba por todo lo que presentaba, pero ahora que lo tenía diciendole una de las pocas cosas que jamas le oyo decir, se decidió.

-Me quise quitar la vida, porque después de lo que me hiciste, me he dado cuenta de que ya no vale la pena que siga existiendo aqui, yo antes confiaba en un mundo en el que todo se arreglaba pacificamente. Pero desde que llegaste tu, lo has cambiado todo de una manera incorrecta, lo reconozco, te has salido muy facilmente con la tuya, y como tu ahora vas a conseguirle a esos trolls lo que ellos siempre han deseado, no merezco seguir viviendo en un futuro al que yo no pertenezco -comentó explicandole el conflictivo motivo por el cual quiso quitarse la vida, lo hizo para no seguir viendo las fechorias que hacía Kaos a su pueblo.

-Puff, tonterias -exclamó indignado, no se convencía con esa respuesta-. Tu no puedes matarte por ver todo lo que voy a hacer.

-¿Que no? Kaos -se estiro intentando de cogerle pero no podía, las esposas se lo impedian, se calmo y volvió a acomodarse como estaba antes-. Kaos, a mi me encantaba la vida que tenía, me encantaba tal y como era, y no me importaba siquiera si todo se atrasaba con tal de conseguir un absurdo plan de conquista. Yo seguia siendo un respetado senador que disfrutaba de la vida que se había forjado, y me lo has arrebatado. Me has arretabado la dignidad, y lo peor de todo es que encima has conseguido hacer que nadie se preocupe por mi.

-¿Que quieres decir?

-¿Sabes cuanto hace que no hablo con mis compañeros? ¿O siquiera con mi mujer? ¿Lo sabes? ¿O acaso no te importa?

Frunció seriamente al ceño al estar pensandoselo detenidamente, quería sentir lastima por él, pero le resultaba imposible, no quería darle esas esperanzas ya que todo este tema seguia siendo un castigo por ese crimen.

-¿Sabe acaso ella que aún sigo vivo?

-Lo sabe Reginald, lo sabe -eso fue lo uníco que pudo reafirmarle.

-Gracias -le agradeció soltando un fuerte suspiro sofocante.

Ahí no pudo evitarlo, le daba lastima ver que echaba de menos a su esposa.

-Kaos, ¿tu no habras venido por tu propia cuenta verdad?

Clavo una mirada dudosa sobre él.

-¿Porque asumes eso?

-Porque te conozco -le contestó incredulamente-. Se perfectamente que ni por asomo vendrías a verme a pesar de que me había querido matar.

Resoplo angustiado al ver que otra vez tenía razón en otro aspecto suyo.

-Si te lo dijera, no me creerías.

-¿A que lo adivino? Te han tenido que convencer para que vengas.

-¿Sabes que puedo pedir a los guardias que te aten de brazos y piernas? -le reprocho avisandole de que si se pasaba de la raya, le empeoraría aún mas la situación.

-Oh Kaos, esta pasando.

-¿Que esta pasando?

-Te estas dando cuenta de que tus planes estan fallando.

-No estan fallando.

-Claro que si, mirate bien, mandaste a un escuadron de trolls a atacar a tu antiguo amiguito Eon para que no regresaran por puro capricho, has mandado a un grupo mucho mayor para que vaya por ahí conquistando pueblos sin siquiera saber si van a conseguir hacerse con todo Skylands o no -le especifico todas las cosas que dejaban constancia de como estaba destruyendo el pueblo de los trolls-.Y encima ahora estas perdiendo la confianza con tus trabajadores provocando que se pongan a destruirlo todo, ¿no te das cuenta de lo que pasa Kaos? Has convertido Trollia en un Estado de Caos.

Se quedo meditabundo al oír eso, jamas se había cerciorado de que todos sus planes hubiesen dado lugar a esto, y tenía bastante razón, lo convirtio todo en un Estado de Caos, un estado de puro desastre incontrolable del que ahora se tenía que ocupar de solucionar antes de que lo llevase a un problema mayor. Le miro fijamente de reojo al percatarse que había algo en él que no cuadraba, veía por su cara que se sentía relajado, como si se estuviese desahogandose con esta conversación por algún motivo.

Frunció seriamente el ceño, sospechaba de que todo esto había sido perpetrado apro-posito por él, incluido su intento de suicidio, decidio preguntarselo.

-Reginald, ¿de veras quisiste quitarte la vida?

-Si, ya te lo dije.

-Lo se, ¿porque quisiste quitartela o simplemente fingiste que te ibas a matar?

Se creo una enorme tensión entre los dos.

-Kaos, creo que estas exagerando un poco todo esto -razono pasivamente con él.

No lo aguanto y se tiro encima de él, le quito los brazos de encima y le arranco de un tiron la venda que teníaa colocada sobre la herida de su cuello, vio la herida y la noto roja debido a que la sangre que estaba coagulada, pero también se cercioro de que aquel no era un corte profundo, apenas le rozaba el musculo interior.

-Por ese corte es imposible que te murieses -protestó enfurecido al ver que se hirio aproposito, era mentira todo lo que dijo.

-Kaos, tu no lo entiendes -le suplico con tono titubeante.

-Si que lo entiendo, te has cortado solamente para poder sacarte de la celda y llevarte aqui donde por lo menos es mas limpio que esa sucia celda en la que te meti, ¿me equivoco acaso? -opino concluyendo el motivo por el cual cometió esa insensatez.

-Pues si -reafirmo echandoselo en cara.

Aquello capto extrañamente su atención, decidió escucharle.

-Hice eso, para poder hablar contigo cara a cara, para poder decirte que todo lo que haz hecho, es patetico, es vergonzo, tu jamas debiste haber sido gobernante de este lugar, y no lo digo porque no seas un troll, lo digo porque ese poder oscuro tuyo que tienes en tu interior, nos destruira a todos, llevaras a los trolls a la extinción otra vez -aclaro reprochandole con total sinceridad que jamas confió en él, siempre sintio que era una mala infuencia para todos, y ahora lo estaba demostrando.

-Yo no soy Malefor -terció esa respuesta suya.

-¿Ah no? ¿Y entonces quien te dio ese poder?

Trago saliva, aquello lo sorprendió enseguida.

-¿Que sabes tu? -le preguntó intrigado.

-¿No lo sabes? Durante años han habido leyendas que cuentan que Malefor no murió durante la batalla con los Maestros del Portal, sino que en realidad lo que ocurrió fue que lo hirieron, de tal gravedad que tuvo que retirarse hacía algún lugar para poder recuperarse. Pero no lo consiguio, y en vez de salvarse decidio quitarse parte de los poderes que lo convirtieron en un ser oscuro para que así en un futuro proximo, alguien que pudiese terminar lo que él empezo, alguien digno de modificar Skylands y convertirlo en el reino que siempre quiso que fuera -le resumió explicandole esa supuesta leyenda como si fuera algo de lo que tuviera que seriamente preocuparse-. ¿Acaso Kaos eres tu el elegido para llevarnos a la destrucción?

Se alejo de él sintiendo que Reginald ya no estaba bien de la cabeza.

-Lo siento Reginald, pero todo eso que dices son solo historias creadas para aterrorizar a los niños, nada de eso es cierto -le comentó dandole la idea de que se equivocaba con todo eso que pensaba, no podía dejar que se lo creyera de verdad.

-¿Y tus poderes entonces que son?

-Un regalo.

-¿De quien? Porque de los ancestros se que no lo son.

Toda esta conversación empezaba a mosquearlo bastante, ya tenía suficiente con que Reginald le hubiese mentido, pero ahora tampoco tenía ganas de explicarle el verdadero motivo por el cual acabo convirtiendose en alguien superior.

-Mira Reginald, si sigues pensando eso, voy a tener que encerrarte con los locos -le aviso seriamente, quería darle la oportunidad de que se rectificara.

-Hazlo si quieres, pero sabes que tengo la razón, Malefor te dio ese poder, has venido a destruirnos, ¡a destruirnos! -vocifero histericamente y se abalanzo sobre Kaos agarrandole de la tunica con su otro brazo.

Kaos intento de quitarselo de encima pero forcejeaba de una manera tan bochornosa que era imposible saber por donde agarrarlo para sacarselo de encima, le cogió y se puso a torcerselo pero no le hacía ningún efecto, se había vuelto tan loco que no le hacía ningún caso al dolor que le estaba dando aquel tirón.

Estaba peor de lo que creía.

Justo en ese momento vinieron los enfermeros que se acercaron poniendose detras de Reginald, ambos se juntaron y con todas sus fuerzas le quitaron el brazo hacíendo que soltara a Kaos. Se alejo observando atonito como los enfermeros le estaban atando los brazos y las piernas a las barandillas de la camilla con un grupo de cintas cuero que le iban apretando con gran intensidad las muñecas de cada extremidad.

-Yo te aviso Kaos, ¡tu no nos destruiras!, ¡no nos destruiras! -le advirtió enloquecidamente mientras forcejeaba enrarecidamente con tal de soltarse, pero no podía, quedo incapacitado contra la camilla.

Uno de los enfermeros se acerco con una jeringuilla, se la inyecto en el otro lado del cuello y aquello hizo que Reginald empezara a calmarse mientras ponía una nefasta y horripilante mueca en su cara, quedo como si estuviese sonriendo pero aquella no parecía ser una sonrisa de entusiasmo, era como una expresión que dejaba constancia el grado de locura al que llego Reginald, perdió la cordura por completo.

Con esto Kaos ya no quiso saber mas, le pidio a los guardias que lo mantuviesen sedado para impedir que se volviera a desequilibrar de aquella manera, pero si pasaba algo raro, quería que le avisaran para que lo viera.

Les dio la espalda y se marcho queriendo salir de ahí, nunca le gusto estar en la sala de enfermería ya que ahí siempre se encontraba con cualquier ser raro, y justamente ahora Reginald se había vuelto uno de esos individuos raros con los que no quería tratar.

Mientras volvia derecho a su despacho, no podía dejar de pensar en lo que le dijo antes Reginald, entendía a lo que se refería, pero no quería darle esa motivación, sabía que lo que estaba haciendo estaba mal, pero le daba igual, vino aqui para ganarse el favor de la gente que estaba dispuesta a escucharle en lo que sea, y no iba a permitir que nadie se lo quitara, y eso implicaba que tendría que hacer los peores sacrificios que se le ocurría con tal de lograr su plan.

Este era su pueblo, su reino. Y no le importaba como le dejaba.

Tanto si era un Estado de Caos o no.