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EL EFECTO DEL DIA DESPUÉS
A la mañana siguiente, a plena hora de la mañana, surgiendo el amanecer todo el peloton de trolls de cada grupo se puso a juntar cada uno de los cuerpos de todos los cadetes troll que fallecieron luchando anoche. Los contaron a todos, eran unos 35 como mucho, no eran tantos pero si era un numero demasiado alto como para tomarse en cuenta que ellos se suponía que tenían que ser lo mejor, y ayer algúnos apenas demostraron tener muy poco de lo que se les enseño hacer en casos como este.
Pero ahora el daño estaba hecho y ya no había nada que hacerle.
Cogieron los cuerpos, algúnos estaban destrozados con la piel quemada o llena de unos enormes cortes que se notaban a plena vista, se les veía la sangre coagulando alrededor de sus heridas mas grandes. Los metieron a todos en unas bolsas de trapo que usaban para meter patatas, había espacio suficiente como para meter un cuerpo entero, pero quedaban con la cabeza al descubierto. Luego los llevaron a un area que habían escogido para dejarlos a todos ahí apilados, quedo una enorme hilera rectangular que ocupaba toda una cuarta parte del campamento masacrado.
Los demas cadetes quedaron reunidos en una sección observando la desagradable escena de ver como juntaban a la mayor parte de sus compañeros fallecidos, era horrible ver eso ya que no hacía nada todos ellos estaban vivitos y coleando como si estuviesen de fiesta, y ahora ya no iban a seguir disfrutando de mas cosas.
Por otra parte, otro grupo se encargo de recoger los cuerpos de los sabuesos que habían conseguido matar durante el ataque, algúnos estaban intactos y otros tenían las tripas para afuera, se mostraba lo que habían comido antes, era asqueroso y apestaba tanto como aquella baba acida que usaban para quemarles.
A nadie le gusto hacer eso, se quejaron bastante a pesar de que les habían dado ordenes explicitas de ocuparse de esa tarea por mucho que no les gustara.
Thorne estaba entre el grupo que veía a los demas recoger los cuerpos, se sentía indiferente viendo eso ya que la mayoría de todos ellos intentaban de proteger el campamento, pero en cambió él se puso a correr buscando a su amigo que al final resulto que estaba hacíendo lo que mejor le gustaba hacer, hacerse el heroe, y él ni siquiera se sentía un heroe como tal, se sentía mas bien una mala victima de las circunstancias.
A lo lejos pudo ver al general Lomis, estaba trayendose el cuerpo del cadete que se marcho corriendo, el primero en morir, lo dejo apilado en una esquina con los demas cuerpos y luego se limpio la cara con la mano, estaba acarolado y deprimido, era evidente que no se sentía orgulloso de ver tantos cuerpos muertos juntos.
Es mas, desconocía de si Lomis estuvo presente ante una masacre así.
-Eh Thorne -le aviso Oggus que se encontraba a su lado.
-¿Si?
-¿Así es como me senti yo después de que mi equipo muriese.
-¿Ah si?
-Si, sentía como si ya a esa gente la hubiese conocido tal y como estaba ahora, destruida, arruinada, como si en realidad no les conociera, pero luego cai en que realidad todo esto se trataba del Efecto del Dia Después.
-¿Que es eso?
-¿Sabes cuando pasas una mala noche en la que suceden cosas horribles, pero al dia siguiente te despiertas creyendo que todo lo anoche fue un sueño? Es como eso, pero en la vida real -argumento meneando negativamente con la cabeza.
-¿Te ocurrió eso al dia siguiente?
-Me ocurrió durante tres semanas, que fue el tiempo que tarde en recuperarme.
-Pues yo creo que de esto tardare mucho mas en recuperarme -opino ingenuamente.
-No, te recuperaras en menos de tiempo -terció seriamente.
-¿Y eso porque?
-Esto no sera nada comparado con lo que viene ahora.
Por ese comentario asumió que Oggus estaba seguro de lo que sucedería, entendía que ya había estado metido en cosas así y se conocía de pura experiencia todos los procedimientos que tenían los trolls militares, pero esto era algo nuevo, así que no podía asumir nada a menos que sepa con seguridad lo que vendra después de esta situación.
Miro al frente de nuevo, terminaron de recoger los cuerpos, quedo toda una figura rectangular ocupando tres areas del campamento, el general Tumbor se acerco poniendose en medio del cuadro de cuerpos, se quedo de espaldas mirandolos, no sabía que era lo que hacía ya que solamente le veía la espalda, pero asumiria que por lo menos estaría lamentandose de sus muertes, ya que sino quedaría mal que no se estuviese lamentando cuando todos esperaban unas palabras de él.
Al cabo de dos minutos aproximidamente, se dirigio hacía las tropas y dijo:
-Cadetes, guerreros, trolls. ¿Sabeís acaso lo que teneís delante? -señalo los cuerpos sin siquiera voltearse para saber donde señalaba.
Todos los cadetes bajaron la cabeza apenados, entendían esa pregunta.
-Esto de aqui, es vuestro futuro, lo que os sucedera muy pronto a menos que no espabileís y seaís mejor de lo que veaís aqui, ¿lo habeís entendido?
-¡Si señor! -afirmaron euforicamente.
Aquello en vez de parecer un discurso de modestia, parecía ser mas bien una riña por no haber podido hacer mejor su trabajo, era evidente que a Tumbor no le importaba las victimas, solamente le importaba el progreso.
-No os estoy culpando por haber hecho mal vuestro trabajo, se que lo habeís hecho bien, no, mejor dicho, lo habeís hecho estupendamente, habeís podido confrontar a esas asquerosas criaturas con bastantes esfuerzo -ahora si volteo la mirada pero fijandose en la montaña de cuerpos de sabuesos que se encontraban apilados fuera del area del campamento-. Estas son las cosas de las que me hacen sentirme orgulloso, pero desgraciadamente no es lo suficiente para entusiasmarme, así que por eso mismo os exijo que recordeís este momento, para saber bien que ya no estamos en casa, ya no estamos en Trollia, estamos en terreno desconocido, y eso implica que en este lugar se encuentran cosas que matan, así que sera mejor que esteís preparados para que esto no vuelva a o-currir como anoche, ¿ha quedado claro?
Ahora ningúno quiso contestar, quedaron tan absortos con ese discurso que se empezaron a sentir mas culpables de lo que ya se sentían antes.
Tumbor resoplo satisfecho, volteo la mirada hacía el otro lado y eso hizo un gesto con la cabeza dirigido hacía un grupo de trolls expertos en pirotecnica que se encontraban colocados alrededor de los tanques, obedecieron y entonces levantaron unos palos de madera que tenían una cuerda remojada en aceite atada a la punta superior. Se arrodillaron y acercaron los palos hacía una hoguera en la que apenas le salía de fuego de su interior, las cuerdas se prendieron provocando que se convirtiesen en antorchas. Los soldados se fueron juntando uno por uno en fila y en cuanto se acercaron a la sección donde estaban los cuerpos, se dividieron yendo en diferentes secciones.
-¿Que es lo que van a hacer? -le pregunto a Oggus, tenía interes por saber que era lo que iban a hacer con esas antorchas.
-Van a quemar los cuerpos.
-¿Quemarlos?
-Es mas honorable que ser enterrado en la tierra donde los insectos te devoran la carne muerta, se ha hecho así desde hace mucho tiempo.
-Yo pensaba que quemar trolls era algo deshonroso.
-Eso para los vivos, para cuando alguien muere, es mejor ser destruido de la misma manera que fuimos creados, como un pequeño rastro de polvo formado en este mundo.
Aquella ideologia le hizo ver las cosas de otra manera, siempre había creído que cuando un troll se moría, solamente bastante enterrarlo en la tierra y dejar que se pudriera para así formar parte de Trollia, pero ahora viendo esto, sentía como si hasta los propios trolls hubiesen nacido sin ser del todo especiales, eran uno mas de Trollia, eran otra especie mas destinada a morir comunmente.
Los trolls pirotecnicos acercaban las antorchas dejando que las bolsas se quemasen poco a poco, luego fueron pasando hacía otro cuerpo y así sucesivamente hasta acabar haciendo que todos se prendiesen fuego consecutivamente. El fuego de los cuerpos se unió creando una bola de humo negro que se elevó hasta arriba de todo, el olor de esa incineración se notaba que la mayoría de los trolls no pudieron evitar taponarse la nariz de lo mal que olía, y eso que encima eran compañeros suyos.
Paso como media hora y los cuerpos ya quedaron carbonizados del todo, no quedo nada de ellos excepto varios rastros cuadriculados de cenizas con algúnos trozos de huesos carbonizados y rompiendose lentamente, aquello olía peor que cuando se estaban quemando minutos antes, ningúno quería estar lo suficientemente cerca de eso como para saber que así es como acabarían en un futuro proximo.
Tumbor se coloco al lado de los restos, meneo la cabeza resentido por tener que presenciar esto tan pronto, no se esperaba tener que incinerar a tantos miembros tan pronto, se rasco la cara intentando de quitarse el sudor de la cara y se alejo volviendo con los demas generales que le estaban esperando al otro rincon.
Asintio resentido y entonces les dijo:
-Necesitamos avisar de esto a Kaos, tiene que enterarse de lo que ha ocurrido aqui -aviso, su voz sonaba tan amarga que apenas se entendía si lo decía de forma precavida o con descargo, como si no tuviera ganas de hacer esto a pesar de que era una de sus mayores prioridades como general del ejercito troll.
-Esas cosas destruyeron varias tiendas de campaña anoche, en ellas habían varios radiofonicos, la mayoría rotos o algúnos por lo menos se pueden reparar -comento el general Kaff meneando la cabeza disgustado.
-Lomis, ¿a ti el tuyo aún te funcíona, nó? -preguntó el general Herman.
-Las comunicaciones no funcionan -contesto Lomis-, he estado toda la noche inten-tando de comunicarme con Kaos, pero no hay manera.
-Lo mismo conmigo.
-Algo esta sucediendo en Trollia -opino el general Archivald.
Todos afirmaron murmurandose lo mismo, llevaban tanto tiempo sin saber nada de lo que sucedía en su hogar, que empezaban a sospechar de que algo horrible estaba ocurriendo y por eso nadie les contestaba.
Tumbor veía lo que sucedía y no le estaba gustando para nada, tenía que tranquilizarlos antes de que empezaran a dejarse llevar por el panico.
-Tranquilos, queridos generales -les exigio calmandoles pasivamente.
Todos fijaron sus miradas hacía él.
-Se que lo de anoche nos dejo un poco tocados, lo entiendo perfectamente, pero eso no significa que nosotros tengamos que dejarnos llevar por malas ideas. No sabemos que sucede en Trollia, eso lo comprendemos por seguro, pero mientras sigamos aqui, tenemos que preocuparnos de los unos de los otros, ¿entendido? -argumento sinceran-dose con ellos para que entendiesen que preocuparse primero de su mision.
Se miraron convencidos de ese argumento.
-Ya nos ocuparemos luego de entablar comunicación con Kaos, ahora preocupemonos primero de lo que tenemos que hacer, primero debemos de ocuparnos de quemar esa pila de monstruos que hay ahí al otro lado -señalo a los sabuesos sin girar a la cabeza-, y luego buscaremos un nuevo plan.
-¿Un nuevo plan?
-Hay que avisar a los familiares de las victimas -añadió el general Kervin.
-Eso también haremos... a su debido tiempo -indico asintiendo desganado al reconocer que ese otro problema que le iba a costar resolver-. Sera mejor que ahora atendaís a los que estan todavía heridos, necesitamos asegurarnos de que esten todos bien.
Los cuatro generales se marcharon excepto Lomis que se acerco hacía Tumbor con una expresión bien interrogante en su rostro.
-Bonito discurso Tumbor -espeto escepticamente.
-Tenía que motivarles o sino acabarían montando un enorme barullo, se nota demasíado que no han pasado por una experiencia como esta -se quejo entre dientes.
-¿Y tu si?
Ese comentario le hizo reconocer que Lomis ya no estaba de buen humor por algo.
-¿Sucede algo Lomis?
-Les has dicho eso para que no avisasen a Kaos de lo que ha ocurrido.
-¿Pretendes acusarme de algo?
-Pretendo hacerte ver que no quieres que todos te echan la culpa de lo de anoche.
-Yo no tuve nada que ver, lo que sucedió anoche fue una tragedia.
Solto una risotada falsa.
-Para ti esa ultima palabra no quiere decir nada.
-Si que quiere decir algo, quiere decir que me siento mal por perder a tantos cadetes valiosos que ahora mismo nos podrían servir para derrocar al enemigo que tenemos mas allá de estas tierras.
-Los consideras valiosos solamente porque saben disparar y pelear, pero aparte de eso a ti no te importa lo que hagan.
-Lo que hagan a mi me da igual, mientras puedan matar a alguien mejor.
-¿Y si no matan que hacen? Les matamos, como anoche.
-No, les seguiremos entrenando hasta que sepan hacerlo.
-¿Y cuando sera eso? Porque desde que estamos aqui no he visto para nada que los pongamos a entrenar como cuando estabamos en Trollia.
Tumbor bajo la mirada reconociendo que tenía razón, estaba tan metido en su idea de que sus cadetes eran los mejores guerreros que podía tener cuando en realidad apenas sabían luchar, no estaban del todo entrenados como creía esperar y eso provoco que varios muriesen a manos de los sabuesos sin poder hacer nada, demostro estar equivocado en muchas cosas que ahora le costaba asimilar.
De pronto se oyo un ruido insonoro que venía de algúna parte.
Ambos fijaron sus miradas al otro lado observando que el grupo de trolls que mando quemar los cuerpos de los cadetes fallecidos, ahora se encargaron de prender fuego a la montaña de sabuesos que amontonaron fuera del area que formaba el campamento, tiraron las antorchas por encima de los cuerpos que tenían las tripas abiertas, aquello provoco una reacción en cadena que hizo que se quemasen mas rapídamente que los cadetes, el jugo de sus tripas resultaba ser inflamable, la montaña se prendió fuego y aquello largo una enorme bola de fuego que llego tan alto como los cuerpos, pero la peste que desprendió era mucho mas repulsiva, ni siquiera quemandolos hacía que ese mal olor desapareciese por completo, pero pronto se iria obviamente.
-En cuanto nos larguemos de aqui y encontremos un lugar mas seguro, nos quedaremos para entrenarlos de una forma mas facil -acoto, se lamentaba tanto que ya no sabía que mas pensar de toda esta situación.
Paso por delante y se marcho dispuesto a volver a sus aposentos, pero justo antes de que se alejara, Lomis volteo la mirada y le dijo:
-Tumbor, dime una cosa.
-¿Él que? -giro la cabeza captando su atención.
-¿Te acuerdas de que ayer me dijiste que podría suceder algo que disminuyera el nivel de trolls de nuestro ejercito?
-Si, me acuerdo perfectamente de eso.
-Pues al final sucedió algo inesperado, ¿no te parece una rara coincidencia?
Se quedo pensandolo mentalmente.
-Estamos en territorio desconocido, aqui cualquiera podría suceder.
-¿Pero con aqui, te refieres a Skylands, o a este desierto en especial?
-¿Que pasa con este desierto?
-Yo me vi los mapas antes, estamos en las Llanuras Salvajes, ¿sabes acaso porque llaman así a este lugar?
-No, ¿por que?
-Porque este lugar esta infectado de seres salvajes que podrían matar a cualquiera ser vivo que se adentrase, y aqui se encuentran uno de los peores seres con los que nadie quiere toparse, ¿te suena el nombre de Sabuesos Carnosos?
-Creo que si.
-Pues esas cosas que nos atacaron anoche, lo eran, eran un grupo de Sabuesos Carnosos que viven de los desperdicios que se encuentran en este desertico lugar. Pero hay algo que muy pocos a menos que sean expertos saben.
-¿Que es?
-Existen dos cosas que atraen a los Sabuesos. Una: El de molestarlos mientras se encuentran reunidos en plena jauria, el mas minimo ruido molesto les atrae hacíendo que se pongan agresivos al instante. Y dos: La sensación de calor.
-¿Sensación de calor?
-Como los sabuesos tienen mas boca que cara, no pueden ver lo que tienen a su alrededor, a menos que tengan algo que les permita percibirlo, y para eso poseen una rara habilidad que se encuentra alojada en su propia piel -se fue acercando lentamente hacía Tumbor con total impetitud-. Por toda ella, se encuentran alojadas unas glandulas sudorificas que actuan como sensores, y esos sensores permiten percibir cualquier tipo de movimiento o sensación climatica a veinte millas de distancia a la redonda. Y como ayer encendimos varias hogueras para calentarnos del frio, las glandulas de esos Sabuesos pudieron percibir el calor de esas hogueras permitiendo que por pura curiosidad viniesen directamente hacía aqui.
-Pero esas hogueras eran muy pequeñas, apenas habrían sentido su calor.
-Ya, pero luego ocurrió que aquel joven cadete que horas antes se deshidrato se marchase corriendo del campamento y se adentrase tontamente en el desierto creyendo que se alejaría de todos nosotros, ese muchacho atrajo a los Sabuesos.
-Pues es culpa suya que matasen a muchos novatos, por marcharse así como así -asimilo concluyentemente esa cuestión.
-Así es, pero hay algo que sigo sin entender.
-¿Y que es?
-¿Porque se marcho corriendo hacía el desierto en vez de haber pedido ayuda a sus compañeros o superiores a decirles lo que le pasaba?
-Y yo que se, a lo mejor tenía miedo de decirselo a alguien.
-Ya, pero para eso no te marchas corriendo hacía tierra nadie.
-¿Que quieres decir con todo esto? Porque te juro que no te entiendo.
Se le quedo mirando con una expresión tan fija que ni pestañeaba.
-¿Que estabas haciendo antes de que me pusiera a hablar contigo?
-¿Eh? -se extraño con esa pregunta.
Intento de asimilarlo lo que estaba diciendo ahsta que entonces pudo comprender adonde iba a parar con todo este interrogatorio.
-¿Me estas acusando de algo?
-Aún no, pero hay duda que me resulta imposible de corroborar.
-Pues sera mejor que te la quites de encima, o sino te afectara demasíado.
-¿Y eso que significa?
-Una vez conoci a un general que tenía sus sospechas de que su amigo le estaba vendiendo armas a los drows, así que se puso a seguirle constantemente creyendo de que quizas conseguiria hallar algúna prueba de su traicion.
-¿Y la encontro?
-Estuvo dias encaprichado en averiguar todo sobre él, tanto que al final no le dejo otra que avisar a sus superiores de que lo estaba pasando, penso que si lo hacía conseguiria hallar algúna prueba eficiente que respaldara sus dudas. Pero le salió el tiro por la culata, se enteraron de lo que dijo y acabaron persiguiendole como si fuese un delincuente, toda su vida se le arruino al instante.
-¿Y que le ocurrió?
-Intento de huir de Trollia, pero durante el trayecto tuvo un accidente, se tropezo y un carruaje le paso por encima, se le rompío las vertebras hacíendo que se muriera al instante, tuvo una muerte verdaderamente tonta.
-¿Pero descubrieron si estaba vendiendo armas?
-Resulto ser que no eran armas, estaba vendiendo medicinas, al parecer se encontro con una familia que vino aqui buscando ayuda y él se dispuso a ayudarles dandoles las medicinas que necesitaban para curar a su hijo. Y el otro pensando que estaba hacíendo algo todavía peor, acabo muriendo por hacer lo que posiblemente fuese lo correcto para algúnos -argumento mostrandose bastante apenado por el final de esa historia.
Lomis se quedo igual de nefasto con esa historia, jamas creía que en todo este tiem-po Tumbor acabase largando la uníca historia que le resultaba honesta.
-¿Entiendes a lo que me refiero?
-Si -afirmo, se convenció con ese argumento.
-No esta mal dudar de la gente de vez en cuando, pero ten en cuenta de que esas dudas te pueden acabar llevando a una grave consecuencia, puede que te pase algo a ti, o a alguien a quien conoces -indico hacíendole ver el grado que tenía ponerse a acusar a cualquiera de lo que fuera que creyese, ya que al final acababa mal de algúna manera.
Se quedo reflexionando sobre esa cuestión.
-Si quieres demostrar algo, hazlo bien -le dio una palmada de confianza en el hombro y se giro marchandose de nuevo.
Le miro irse pensando en intentar de avisarle de que pronto encontraría algúna prueba de que le culpase responsablemente de lo que sucedió anoche, pero ahora que le dijo todo eso, le dejo con el sentimiento de duda de creer que quizas tenía razón.
Siempre había creído que asimilando todas las pruebas encontraría al culpable, pero tras ver lo que paso con aquel general en aquella historia suya, sentía que ahora se precipitaba demasíado hacía algo que no podía controlar. No estaba en su terreno, no estaba en ningúna parte, así que lo mejor que podía hacer era fingir que lo que ocurrió fue un acto de mala suerte, y esperar por si surgia algúna respuesta en el momento idoneo.
..
Thorne y sus nuevos amigos se reunieron en los puestos de duchas que se encontraban al otro lado del campamento, era un area que habían incorporado especialmente para los lavabos y demas usos para los trolls. Colocaron unas duchas formadas por unos muros de madera que les tapaban medio cuerpo, de ahí salia un agua que iba filtrada a traves de unos tanques de agua que se encontraban al otro lado, había un guardia que los supervisaba ya que se tenía muy en cuenta las reserva de agua y no se podía tener a nadie ahí metido mas de diez minutos bañandose.
Se ducho lo mas rapído que pudo y de ahí cogió su toalla, se la puso por encima y salió dejando pasar a los demas, había una cola enorme de trolls que estaban desesperados por querer quitarse la peste de los Sabuesos de encima, ademas también del olor que desprendíeron los cadaveres que calcinaron antes.
Después se marcho hacía los vestuarios que se encontraban al lado, se metió y con la ayuda de la toalla se pudo secar facilmente, termino y empezo a ponerse la ropa que tenía almacenada en una de las taquillas del costado. Lo había dejado todo ahí, botas, armadura, su bloc de notas, incluyo su preciado medallon, que lo había dejado ahí desprotegido, pero debía hacerlo ya que no se podía bañar con él, no después de aquel mal suceso que tuvo en los primeros dias que se instalo aqui.
Miro al medallon, no le pasaba nada, estaba en perfecto estado, pero eso no quitaba el hecho de que todavía seguia preguntandose porque motivo brillo anoche, desde que vio aquel sabueso quedarse hipnotizado, seguia preguntandose porque actuo así. Desconocía por completo si el cristal del medallon tenía algo especial o no, pero era evidente que este no era un medallon normal y coriente.
Sentía le necesidad de buscar información sobre él en algúna parte, pero por desgracia jamas vio que hubiese un puesto de libreria, y con razón, ya que todos los trolls estarían mas entretenidos matando seres vivos que leyendo paginas y paginas de algo que les resultaba imposible de tocar o de sentir placer al hacerle algo.
Estaba solo en esto.
O no.
Tenía a sus nuevos amigos de confianza para poder decirles lo que ocurrió, hasta ahora Marvus y Oggus habían demostrado ser tan parecidos a él como cualquier otro, y eso le beneficiaba ya que así no le pasaría nada mientras estuviese con ellos, a menos que Fargus apareciera de repente para exigirle que volviese con él.
Fargus.
Recordo que ayer dictamino alejarse de él como castigo por haberle herido anoche, no era su intención hacerle daño, pero se comporto como si para él ese desastre hubiese sido el mejor dia de su vida, para él cualquier acto de violencia era se lo tomaba como si fuese el mejor de su vida, y ahora seguramente no lo sería sin él.
No le vio en toda la mañana, no le hallo por ningún lado, tampoco sabía si se encontraba por algún lado del campamento, dudaba por completo de que se hubiese largado ya que Fargus no se perdería una oportunidad como esta. Debía de seguir por aqui, solo que quizas no quería que nadie le viese o le encontrara, estaba solo.
Penso en que quizas sería lo mejor, ya que así no estaría buscandose mas enemigos de los que ya se había creado desde que se convirtio en soldado.
En ese momento se acordo de otra cosa.
Ayer Sturgess le salvo matando al sabueso al que controlaba el medallon, él fue la primera persona que vio que tenía el medallon, eso era algo que le resultaba intolerable ya que desde que se unió a las filas, dejo constancia de que no cometería ningún error como este, y ya lo cometió. Pero hasta ahora no había visto nada relacionado con eso, tampoco vio a Sturgess o a algúno de sus amigos por algúna parte, era como si todas las personas con las que algúnas tuvo contacto se desvanecieran, o quizas murieron en el ataque de anoche, ahora que quemaron los cuerpos lo desconocía por completo.
Pero ahora debía tener cuidado con saber guardar bien las cosas ya que no sabía si Sturgess le estaría acosando o no para averiguar sobre el medallon.
Y no estaba en situación de razonar con nadie.
Se termino de vestir y salió del vestuario, se acomodo el cinturon que le apretaba cada vez que se lo ponía y se marcho dispuesto a buscar a sus amigos, fue recorriendo tranquilamente el campamento observando las caras apenadas de los demas cadetes trolls, todos estaban fatal por lo que sucedió, algúnos estaban con un gran malestar mientras que otros estaban quejandose constantemente como si hubiesen podido hacer mas, cosa que encima la mayoría de ellos acabo pudiendo contener a unos cuantos de esos Sabuesos, así que podría decirse que fue un exito, si para ellos lo era.
Ya no veía nada de la montaña de Sabuesos que amontonaron al otro lado, solamente quedo una enorme mancha ovalada de cenizas cubriendo todo un area, se intuia de que en algún momento lo limpiarian ya que a pesar de que todo este ejercito se había mostrado bastante asalvajado con varias cosas, tendrían por lo menos la decencia de limpiarlo a fondo ya que no podían dejar todo ese oloroso montón de cenizas tiradas alrededor del suelo como si fuera su problema.
Siguio recorriendo el campamento y no veía a sus amigos por ningúna parte, estaba deambulando alrededor de todo el campo sin saber bien lo que hacía, eso era otra cosa que detestaba de todo esto, como no había ningún lugar especifico donde la mayor parte de los trolls se ubicara, era imposible hallar a quienes quería encontrar.
Penso en buscarles donde se encontraban los trolls heridos, ahí debería de estar Oggus ayudando a los mas necesitados con la ayuda de su estuche medico.
Volvio por donde vino, giro en la siguiente esquina y llego a una sección donde se encontraban un grupo de tiendas de campaña colocadas de forma lineal, tenían la marca roja colocada sobre las cortinas, indicaba que eran tiendas medicas.
Decidio ir a mirar para ver que averiguaba.
Si Oggus no estaba ahí, lo estuvo en algún momento.
Se metió en la primera que vio, la abrió con cuidado levantando la cortina izquierda y asom la cabeza para mirar. Lo uníco que pudo ver fue a una enfermera troll inyectandole una aguja sobre la espalda de un troll bastante musculoso, tenía quemaduras alrededor de la espalda y la nuca, ambos voltearon sus miradas mirandole fijamente, el troll herido le echo una mirada como de pocos amigos seguido de un leve gemido.
-Perdon -se disculpó, sintió que les había interrumpido en algo importante.
Echo la cabeza hacía atras, no tenía ganas de volver a preguntar, decidio mirar en las otras tiendas asumiendo que quizas no encontraría nada inusual en ellas.
Miro en la segunda: había un par de trolls estornudando, estaban resfriados.
En la tercera: se encontraba otra enfermera charlando con uno de los generales, era el general Archivald, les veía riendose de una forma bastante coqueta.
En la cuarta: no había nadie para preguntar, estaba vacio.
En la quinta: había una enfermera torciendo el brazo de otro cadete.
En la sexta: había un troll señalandole a otra enfermera que tenía mal la garganta.
En la septima: había un troll reposando sobre la camilla.
-Paso -dijo un troll que surgió de detras suyo, se metió en la tienda de campaña sin siquiera mirarle, se puso al lado del otro troll y se quedo charlando con él.
Estaba claro que era mejor no meterse ahí, paso a la siguiente.
En la octava y ultima: había otro troll lleno de quemaduras, pero este las tenía alrededor de los abdominales, se dispuso a irse pero de pronto se percato de una cosa, ya había visto a ese troll antes, y no era un troll cualquiera. Era el general Herman, él también había sido atacado por los Sabuesos, cosa que resultaba extrañaba, ya que desde anoche no oyo nada sobre que algúno de los generales se hubiesen enfrentado a los Sabuesos y le hiriesen de gravedad, y él se notaba bastante dañado con esas quemaduras, no sabía que le había ocurrido pero notaba que le iba a costar recuperarse de eso.
Herman volteo la mirada.
Rapídamente echo la cabeza hacía atras para que no le viera, se intuyo que seguramente no le dijo nada a nadie para evitar así que le echasen del cuerpo, y por eso no dijo nada, nadie debía de saber lo que le ocurria.
Se alejo de ahí intentando de que no se levantase y fuese hacía él para averiguar quien era, iba a respetar su privacidad y su secreto si eran necesarios, no es que lo hiciera porque le respetara, apenas lo conocía, pero en los ultimos dias le había visto charlando con Lomis bastante seguido, seguramente era uno de los pocos amigos con quien él podía confiar aparte de los cuatro, así que por eso mismo lo iba a dejar en paz.
Fue caminando de vuelta hacía el campamento cuando de pronto se golpeo con alguien, fue tan brusco el golpe que casi pierde el equilibrio.
Asomo la cabeza y observo de quien se trataba.
-Hola Thorne -le saludó.
-Sturgess -exclamó alarmado al ver que tenía delante a uno de los pocos individuos que peor deseaba encontrar en esta situación.
-¿Has visto algo interesante?
No entendió esa pregunta hasta que entonces cayo en la cuenta.
-¿Me has estado vigilando?
-Venía aqui buscando a mis amigos, y justo te he visto pasar de tienda en tienda, creía que ahí dentro se encontraba tu testarudo amigo Fargus -comentó vacilante.
-Fargus ya no es mi amigo -le contesto farfullando.
-¿De veras? -puso cara de asombro.
Afirmo hacíendo un pequeño gesto con la mirada.
-Pues bueno -se encogió de hombros-, así que supongo que puedo hacer lo que quiera con él, si no es mucho problema.
-Dejale en paz, por favor.
-¿Por que? Ya no es tu amigo, ¿nó?
En su mente tenía ganas de decirle la verdad, pero ahora mismo estaba mas preocupado por lo que él sabía que por lo que intentaba cometer.
-¿Que quieres?
-Quiero entenderlo.
-¿Entender qué?
-Anoche sucedió algo que ni yo mismo me creo que haya sucedido, y me parece que tiene que ver con eso que llevas ahí colgando -le señalo la parte del cuello donde se encontraba oculto su medallon.
Dio un paso adelante temerozo de que se lo cogiera.
-¿Sabes de que hablo verdad? -se notaba por la mirada que había venido especifica-mente justo para eso.
Ahí no tenía razónes para mentirle, lo presenció.
-Si -le contestó susurradamente.
-¿Que es eso?
-Es algo personal y mio.
-Yo lo dudo.
-¿De que hablas?
-He visto eso antes.
Cambió su expresión a una de pura curiosidad.
-¿Has visto el medallon?
-Fisicamente no, pero si una imagen de ello.
-¿Donde?
-Digamos que es algo que descubri hace unos años leyendo libros de historia.
-¿Libros de historia? -se rio falsamente.
Le miro indirectamente.
-¿Te hace risa eso?
-No te veo como alguien que lee libros de historia.
-¿Por que? Porque parezco alguien con malas intenciones
-No, es solo que... -cayo en la cuenta de que tenía razón en eso, desde que empezo a mostrar un comportamiento bastante hostil hacía Fargus, se le metió en la cabeza de que era alguien malvado que pretendía cometer algúna atrocidad.
Asintio resignado al sentirse avergonzado.
-Lo siento -se disculpó.
-No importa, pero ten en cuenta que es tu amigo Fargus quien me ha metido en esto -le advirtió hacíendole recordar que él estaba así por un buen motivo.
-Lo se, pero eso ha terminado.
-Ya -exclamó, mostraba una expresión que indicaba que no se lo creía.
De pronto recordo de lo que estaban hablando.
-¿Donde fue que leiste eso?
-Lo lei hace años en un libro que relataba la historia de los Maestros del Portal -le comento acercandose sigilosamente para que nadie le oyera, se notaba que Sturgess se preocupaba bastante por ese asunto.
-¿No sabía que hubiera libros relacionados con Maestros del Portal?
-Fue antes de que Kaos hiciera su purga de libros, por aquel entonces aproveche para leerme todo lo que pude antes de que lo destruyeran.
-Cierto -reafirmó convencido de ese hecho.
Ya ni se acordaba de ese acontecimiento, hacía años Kaos dictamino que había ciertas cosas culturales de toda Trollia que iban en contra de todo aquello que representaba a los trolls, y por eso mismo debían ser eliminadas. Durante semanas se formo una purga para perseguir cada cosa que se decreto prohibir, y una de ellas eran los libros de historia que mostraban ciertos acontecimientos que ahora Kaos planeaba corregir, aunque mejor dicho los modificaba para que explicarlos a su propia manera.
Aquello fue tan devastador que muchos trolls se pusíeron a recoger todos los libros que encontraban por todas las bibliotecas de Trollia con la intención de sacarlos del rei-no y llevarlos a un lugar seguro donde Kaos no los pudiera destrozar. Pero como suele ocurrir algúnos no tuvieron tanta suerte y acabaron siendo apresados por recoger libros que ahora eran considerados ilegalmente en Trollia, los quemaron y a la gente que los salvaban, los mandaron a campamentos de trabajos forzados donde nunca mas se vol-vieron a saber de ellos, aunque se dice que continuan ahí, trabajando dia y noche.
-En ese libro, explicaba que cuando los Maestros del Portal se empezaron a convertir en los protectores de Skylands, hicieron toda una travesia para encontrar objetos que pudiesen alterar el orden de las cosas, como sucedió con Malefor años atras.
Meneo la cabeza comprendiendo a que se refería.
-Hallaron muchos artefactos que trataron de peligrosos, pero había uno en especial que me hallo bastante la atención -dijo con tono persuasivo.
-El medallon.
-Se decía que un pequeño grupo de Maestros del Portal se metieron en el interior del volcan Magmosia con la intención de impedir que entrase en erupción y destruyese un poblado mabu. Consiguieron enfriar las llamaradas que salían de su interior, pero al hacerlo descubrieron algo que jamas creyeron encontrar.
-¿Que hallaron? -acerco la mirada intrigado con lo que relataba.
-Un cristal carmesi, del tamaño de una casa agricola, se encontraba oculto debajo del magma, sus poderes helados lo hicieron salir a la superficie, los Maestros del Portal lo miraron y se quedaron indecisos al ver aquel cristal, pensaron que era algo valioso así que decidieron llevarselo de ahí para examinarlo en su interior.
-¿Descubrieron algo?
-Estuvieron meses analizandolo para averiguar si había algo de vital importancia que pudiese servirles en su proyecto de paz en Skylands, pero no lograban hallar respuesta algúna, así que tuvieron que mantenerlo encerrado a la espera de que algún dia otro Maestro del Portal lo pudiera resolver por donde otros fallaron.
-¿Y cuanto duro eso?
-No sabe a ciencia cierta, pero se dice que estuvo encerrado por cien años, hasta que entonces un nuevo grupo de Maestros del Portal, decidieron sacarlo de nuevo aprovechando que estaban empezando a vivir en una epoca mucho mas actualizada. Con la ayuda de un grupo de jovenes mabus cientificos utilizaron sus inventos mas a fondo hasta averiguar como funcionaba aquel cristal.
-¿Y hallaron algo entonces?
-No, siguieron igual, pero se dice que hubo un dia, en que un pajaro se colo en el palacio donde mantenían vigilado el cristal, estuvo voloteando de un lado para otro, hasta que entonces sucedió algo inimaginable.
-¿Que le ocurrió?
-El cristal empezo a brillar, brillo tanto que petrifico al pajaro por completo.
Eso hizo que Thorne sintiera cosquillas en el estomago, estaba ocurriendo lo mismo que había sucedido con su cristal anoche.
-Después de ver eso, los Maestros del Portal comprendieron que cualquiera que mantuviese custodiado el cristal, podría controlar a los seres menos desarrollados tras quedar en trance al ver la resplandeciente luz que les echaba sobre sus miradas.
-Pero los Sabuesos no tienen caras, solo bocas, ¿como pudo dejarlo en trance? -se cuestiono Thorne reconociendo que había algo que no le cuadraba del todo.
-A saber -indico, él no tenía una respuesta para eso.
Movio la cabeza de un lado para otro de nuevo asegurandose de que nadie les viera, se ponía de los nervios con solamente estar hablando con él.
-Como los Maestros del Portal vieron que aquel cristal podría ayudarles a solucionar todas sus guerras, pensaron en utilizarlo para combatir a las fuerzas demoniacas que todavían perduraban en Skylands, pero algúnos de ellos se opusieron a ello ya que esa tactica iba en contra de todo aquello que defendían.
-¿Y que hicieron entonces?
-No recuerdo bien, pero... creo que se decía que hubo una disputa entre varios Maestros del Portal, que provoco que el cristal se partiera en pedazos, y perdiera su magia.
Aquello dejo bastante indeciso a Thorne ya que a pesar de que empezaba a comprender por donde iba esta historia, aquello ultimo le dejo con el beneficio de la duda.
-¿Como es posible que perdiese su magia... si ayer funcióno?
-No se, recuerdo muy poco de esta historia, pero si creo que los Maestros del Portal hicieron algo para ocultar los trozos de ese cristal, para que nadie los encontrase mas.
-¿Y como es que yo tengo uno? -se miro el collar de vuelta, se sentía como si tuviese en sus manos uno de los objetos mas han quedado terriblemente en el olvido, y eso seguramente era algo valioso para muchos que quisieron conseguirlo.
Le miro de reojo.
-¿De donde lo conseguiste tu?
No estaba muy seguro de si decirle o no lo de su abuela, a pesar de que ahora se estaba mostrando bastante pasivo y cooperativo con él, no estaba del todo seguro de si tenía buenas intenciones o no, era mejor que fuese precavido.
-Fue un regalo, pero de hace muchos años.
-¿Y te lo has llevado de casa así sin mas? -le reprochó indirectamente.
-Necesitaba algo que me recordara a mi hogar, y esto es lo mas parecido que tengo.
Se le oyo carraspear entre dientes.
-Es cierto, en cambió yo lo único que tengo para acordarme de casa es el recuerdo de como tu amigo Fargus me venció estupidamente -comentó amargamente.
No sabía si confirmarle esa opinion o sentir desasociego de ese recuerdo.
-Yo que tu no le diria nada de esto a nadie.
-Pensaba decirselo a Marvus y a...
-¡No se lo digas! -le recriminó susurradamente.
Aquella reacción por poco le espanta.
-Hasta que no estemos muy seguro de lo que hace, es mejor que nadie sepa la clase de poder que tiene, no puede caer en malas manos -le avisó seriamente.
Eso era algo en lo que si podía darle la razón, si era cierto que el medallon que tenía como colgante era un arma muy poderosa, no podía dejar que cualquiera lo obtuviera, ni siquiera los generales, ya que si el general Tumbor lo descubria, podría usar para cometer mas atrocidades como las que planeaba como todo Skylands.
-Te juro que no dire nada -acoto estando de acuerdo.
-Bien -afirmo aliviado al ver que lo entendió.
Echo la mirada al otro lado y observo que sus amigos estaban cerca.
-Sera mejor que me lleva, me esperan para trabajar.
-¿Me prometes de que no intentaras hacer nada malo con Fargus?
-¿Para que? Si al final de cuentas el mismo se ha arruinado solo.
Ambos se rieron falsamente al reconocer que aquello tenía gracia, de pronto se callaron al reconocer lo raro que era esta situación.
-No digas nada -le aviso una ultima vez señalandole con el dedo, se dio la vuelta y se marcho corriendo antes de que nadie le viera.
-No lo hare -se lo quiso prometer pero se alejo tanto que no le oyo.
Esta situación le resulto tan extraña que ahora ya no sabía si quedarse encantado por todo aquello que le dijo o sentirse aliviado de que alguien por lo menos le dijo algo interesante que no estuviera relacionado con esta guerra.
Ahora sentía interes por estar mas tiempo con él.
De pronto alguien le apoyo la mano en su hombro.
-¡Ah! -se asusto tanto que se giro hacía el otro lado.
-Thorne, ¿estas bien? -era Marvus, venía acompañado de los demas.
Suspiro aliviado de ver que no se trataba de Fargus.
-¿Ese tio de ahí te hizo algo? -pregunto Duane.
-¿Eh?
-Vimos a alguien hablando contigo, ¿le conocías? -inquirió Borke.
Le había jurado a Sturgess que no le diria nada a nadie, y eso también iba para ellos, no le gustaba mucho tomar esa decisión ya que se había hecho muy buenas migas con este grupo y no quería faltarles el respeto, pero él le confesó que hasta ni el mismo sabía, eso era una prueba irrefutable de que pretendía ayudarle, y si intentaba de ayudarle, entonces no podía desperdiciar su confianza con él.
-Era solamente un loco exigiendome de que le ayudara a volver a casa -confesó, se invento la mentira mas creible que se le pudo ocurrir decir.
Ambos se miraron dandose miradas serias.
Thorne empezo a preocuparse de que no se creyeran su mentira.
-No tienes de que preocuparte Thorne, aqui hay muchos comportandose así -comento Borke tomandoselo con total seriedad.
-¿Ah si?
-Así es, miralo bien -señalo Oggus a un grupo de cadetes malheridos con las piernas inclinadas y meneando la cabeza de arriba a abajo, se les notaba bastante traumatizados-. Esos chicos de ahí se han quedado tan mal con lo sucedido que no paran de exigirse con querer volver a casa.
-Como si pudiese ser posible ahora -indico honestamente Duane.
Todos coincidieron con él.
-¿Pero tu estas bien nó Thorne? -le apoyo Marvus amistosamente la mano encima.
-Si, lo estoy -afirmo meditabundo, estaba tan mal por tantas otras cosas que no sabía si sincerarse con ellos o guardarselo todo para otro momento.
-Me alegro, si mi hermano estuviera aqui no lo habría soportado.
-Tu tienes suerte de que tu hermano se haya quedado en casa, en cambió yo al mio me he tenido que separar de él por las malas -admitió apenado Duane.
Todos dirigieron unas miradas de estupefacción hacía él.
-¿Tu hermano se fue con el otro grupo?
-Así es, él es unos años mayor que yo, lo asignaron con otro de los generales, creía que estaríamos juntos en esto, pero jamas pense que nos dividirian.
Aquello les hizo sentirse mal a ambos ya que no se esperaban encontrarse con alguien que vino acompañado de un familiar y se tuvo que separar de él en tan malas circunstancias, no podían sentirse empatizados con él por esto.
-Por eso te preocupabas tanto por aquel pequeño troll, ¿verdad? -objetó Oggus-. Te recordaba a tu hermano y le quisiste ayudar.
Asintio con la cabeza reconociendo que tenía razón.
-Él siempre cuido de mi, así que pense que quizas... -esbozo un gemido de soslayo al sentir pena por aquel cadete que se murio-. No pude ayudarle.
-Lo ayudaste mejor que nadie, que se largara fue cosa suya -espeto Duane.
-Y si, se llamaba Perill, le pedi que se quedara y que le enviaria ayuda, y estaba entusiasmado con la idea ya que pensaba que si hablaba con alguien podría conseguir la forma de regresar a casa -añadio esbozando una expresión de extrañez.
Todos se miraron intrigados ante ese hecho.
-¿De veras le dijiste eso, antes de que saliera corriendo?
Se lo penso detenidamente.
-Es cierto, le dije que se quedase un momento ahí porque iba a buscar a nuestro general para hablarle de esto para ver si podía hacer algo con él. Pero no consegui encontrarle por ningúna parte, y luego al cabo de un rato Perill se larga corriendo del campamento para meterse en tierra de nadie -aclaro justificando que había un hecho de ese asunto que no cuadraba para nada con lo que todos creían.
Todos se miraron convencidos de que se largo por otro motivo.
-¿Quien es tu general? -le preguntó Thorne.
-El general Tumbor -confesó.
-¿Tumbor? Con razón acabo tan mal lo de anoche -se quejo Oggus.
-¿Que quieres decir?
-No estoy seguro, pero... creo que Tumbor tiene algo que ver con todo esto.
-¿Crees que le dijo a Perill que se largara corriendo?
-Quizas, pero debio de darle un motivo para que lo hiciera -asintio desconsolado mientras se rascaba la cabeza de lo impaciente que estaba-. Así estaba yo cuando me sucedio lo mio, sintiendo que había una conspiración que impuso cometer el acto de abandonarnos aproposito en esa horripilante isla, y sintiendo también de que había un culpable que perpetro aquel viaje suicida.
-¿De veras crees que mandaron a ti y a tu equipo a esa isla aproposito sabiendo que estaría llena de Sabuesos? -le criticó cuestionadamente Marvus.
-¿Y por que nó? ¿Porque no habrían venido a buscarnos a menos de que no supieran conocer ese terreno? Creo que aquella operación nunca tuvo que ver nada con el porubsco, creo que fue mas bien para deshacerse de nosotros.
-¿Por que? -esbozo Borke.
-No lo se, llevo preguntandome eso durante mucho tiempo.
Todos se dieron un intercambio de miradas serias sintiendo de que este tema no había terminado, algo malo sucedía con los cuerpos militares trolls, algo que llevaba gestandose desde hacía mucho tiempo.
-Si Tumbor es el culpable de la masacre de anoche, hay que averiguarlo -acoto decididamente Duane.
-¿Sabes que si hacemos algo prohibido, es posible que nos maten y hagan daño a nuestras familias? -objetó Marvus hacíendole acordar que ya no estaban en casa, aqui las reglas eran muy diferentes y podían ocasionarles cosas mucho peores.
-Lo se, por eso mismo tengo un plan.
Todos se acercaron dispuestos a oír el plan que tenía orquestado cometer.
