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TIO EPHRAIM

Gorkit decidio pasar del duro trabajo que estaba sufriendo y se decidio por volver a casa a descansar, quería olvidar que pasaba por una conflictiva situación en la que le resultaba imposible mantener la cabeza alta a menos que fuese para encargarse de algúna tarea importante por la que se sintiera obligado a hacer.

No es que se sintiera como un esclavo, pero viendo la criptica situación por la que estaban pasando todos los demas trolls, sentía que muy pronto el egocentrismo de Kaos alcanzaria un nuevo nivel que no gustaría a nadie y eso provocaría que todos se pusiesen en su contra como ya ocurrió unos dias atras.

No quería estar presente de nuevo cuando sucediera.

Se metió en su cocina y se preparo un rico té caliente que siempre tenía guardado para situaciones tan estretantes, lo calento, se lo sirvió en una de sus tazas favoritas y se marcho al salón donde termino sentandose en su sillon que estaba especificamente colocado en el centro de la habitación muy cerca de la chimenea.

Se sento y solto un suspiro de alivio de lo comodo que estaba.

Se quedo mirando a ambos lados analizando el aspecto de la habitación. Su casa no era gran cosa, era un pequeño bloque unido a otras cuantas que ocupaban toda una manzana, solamente constaba de tres habitaciónes, el baño, que estaba empezando a deteriorarse a causa de un malestar de la celulosa de las paredes, y la cocina, que al menos era lo suficientemente amplia como para que pudiera tener un horno y una caldera en el mismo lugar. Y luego quedaba su dormitorio, que era una habitación tan estrecha que solamente le cabía una cama que llegaba a tocar ambos extremos, ni siquiera tenía una habitación de invitados, mejor dicho, no lo tenía porque no era la tipica persona que solía invitar gente a quedarse.

La ultima vez que convido a alguien a quedarse a pasar el rato fue ese dia cuando dejo que Eathol se quedase con él, quería que se quedara a dormir pero luego se fue y no volvió mas, y eso ocurrio hace como medio mes.

Quería hacer eso de vuelta, no sabía cuando lo haría.

De pronto escucho un fuerte golpeteo.

Asomo la cabeza observando que provenía de detras de la puerta.

-Sera Eathol -penso deductivamente.

No confiaba que fuera él pero le resultaba raro que alguien le fuese a visitar.

-¿Quien es? -preguntó.

-Gorkit, ¿estas ahí? -su voz le resulto conocida.

-Si, ¿quien es?

-Soy yo, tu tio Ephraim.

¿Ephraim? Le resultaba imposible que fuera él, pero por su voz parecía serlo.

Apoyo la taza de él sobre la mesa de comedor que tenía en el rincon y se dirigio hacía la puerta, la abrió desvelando a un troll anciano con unas gafas rojas, eran tan redondas y anchas que parecían estar ancladas sobre los ojos, tsobre la cabeza tenía tres pelos en punta y grises y su mandibula era muy caricaturesca. Reconoció quien era se trataba del tio Ephraim, estaba vestido con su tipico atuendo con traje negro de seda y un sombrero de copa plana.

Le esbozo una media sonrisa.

-Tio Ephraim, ¿que haces aqui? -le dejo pasar.

Cerro la puerta y el tio Ephraim se quito inmediatamente el traje.

-No sabía que hiciera tanto calor aqui -espeto soltando una leve carcajada.

-Pues claro que hace calor, esto no es Tierra Escarcha.

-Hace tanto tiempo que ya ni me acordaba de lo que era sentir el sol en la cara, ahí todo el dia siempre esta nublado y llena de nubes bien blancas -comento estrafalariamente y apoyo el sombrero contra un perchero que se encontraba al lado de la puerta.

-¿Sabes que la gente de ahí afuera esta un poco ajetreada?

-Si, estamos todos mal por lo que ocurre con Kaos.

-Ah Kaos -murmuro con tono vacilante-. Siempre digo que ese enano calvorota nunca ha sido una buena influencia para nuestra especie, y fijate tu lo que ha conseguido ahora, ponernos a todos en nuestra en contra.

Asintio reconociendo que tenía razón.

-Pero bueno, que se le va a hacer, lo elegimos y ahora es nuestro nuevo gobernante, que los ancestros nos ayuden si al final nos lleva por el mal camino -espeto tomandoselo como un error imperdonable del que ya no había solución algúna.

-Mas bien ya nos ha mandado por el mal camino -objetó Gorkit hacíendo referencia al hecho de que ya ningúno de los trolls se estaba comportando con normalidad.

El tio Ephraim le miro con seriedad, se cercioraba de que no estaba bien.

-Dime mi pequeño sobrino, ¿como te va? ¿Todavía sigues limpiando barcos?

-Lo estoy intentando, pero ahora el trabajo esta yendo de capa caida.

-¿Y eso?

-Todos estan en huelga.

-Con razón, me recuerda a mi juventud -dijo y entonces saco una caja de cajas de su bolsillo derecho, lo abrió un pañuelo del cual uso para limpiarse sus gafas, sin ellas demostraba tener los ojos muy pequeños-, cuando trabajaba en el campamento, los compañeros que tenía, empezaron a hartarse de la mala conducta de nuestros superiores, y como era imposible hablar o razonar con ellos porque se creían que estaban por encima de todo, no tuvieron mas opción que montarse una huelga.

-¿Tu la hiciste?

Bueno, yo la hice porque tenía ganas de que por lo menos nos diesen el derecho a cambiarnos de zapatos, los mios se estaban arruinando y no me permitian comprarme unos nuevos con el salario que me daban, así que durante una semana estuvimos protestando, tirados en el suelo para evitar que nos sacasen de ahí, hasta que al final nuestros superiores se hartaron y nos sacaron a rastras del terreno.

-¿Y que ocurrió?

-Pues nada, nos dieron a todos una azotaina por rebelarnos y pasar de nuestras obligaciones pero por lo menos nos concedieron unas sandalias que no eran las mas adecuadas para trabajar, y nos lo tuvimos que aguantar durante muchos años.

-¿Por eso siempre dices que tienes los pies torcidos?

-Y si, ¿como te crees que me quede después de estar trabajando con esas horribles sandalias? -levanto los pies en punta para demostrar la fuerza que se había formado en ellos tras estar años caminando mal-, menos mal que al final consegui tener futuro como doctor donde por lo menos puedo ayudar a otros a que no pasen por lo mismo que yo y ser recompensado como me merezco.

Solto una risotada falsa de lo ironico que sonaba ver que él estaba bien con su trabajo mientras que él no. En ese momento se acordo de que él había venido sin previo aviso y no entendía porque motivo.

-¿Puedo preguntar porque no me has mandado un mensaje?

Recibio ese comentario inesperadamente.

-Es que el sistema de correos esta un poco de capa caida y no esta funcionando como siempre, podría haberle pedido a alguien que te enviara la carta, pero... ya vez tu que yo no soy de pedir peticiones a nadie.

-Cierto -afirmo convencido de ello, sabía perfectamente que el tio Ephraim no era mucho de dar pedidos urgentes a la gente para así evitar que no se arriesgasen mucho a pasar por un viaje tormentoso que podría acabar mal-. Pero aún así, ¿para que has venido exactamente? ¿Como estan las cosas por casa?

Se acomodo la camiseta que llevaba debajo y cambió su expresión a una mirada de preocupación, giraba la cabeza como si quisiera evitarlo, pero no podía.

-Hay una cosa que tengo que decirte -le dijo con un tono ahogado y seco.

Cuando le hablaba así, solamente podía significar que habían malas noticias.

-¿Quieres sentarte? -le señalo las sillas de la mesa de comedor.

-Si -acepto, se sentó en la silla que tenía mas cerca.

Gorkit hizo lo mismo sentandose en el otro extremo.

-¿Que ha pasado? -se dispuso a conocer la verdad.

Se puso a hacer giros con el dedo sobre la superificie de la mesa, se notaba que estaba pensando detenidamente lo que iba a decir, entonces esbozo:

-¿Te acuerdas de Gemina?

-¿Gemina? ¿La hija de los vecinos que vivian al lado?

-Así es, y no recuerdo mal tu estabas un poco prendado por ella -objetó esbozando una expresión vacilante que le hizo volver a poner su sonrisa socarrona de antes.

Trago saliva.

-Viviamos al lado, eramos amigos -retractó honestamente.

-¿Mas que amigos? Venga, pichoncin -exclamó animandole para que se acordara de lo mucho que le entusiasmaba estar con aquella chica.

Ambos se acabaron riendo de lo absurda que era esta situación.

Cambió su expresión al acordarse de que había algo malo en esto.

-¿Que ha pasado con ella?

Ephraim tambió cambió su expresión.

-Que tonto soy al no acordarme -balbuceo entristecidamente.

-Venga tio Ephraim, cuentamelo, ¿que le ha pasado? -exigió nerviosamente Gorkit al ver que se lo estaba ocultando por algún motivo.

Respiro profundamente y largo el aire como si conteniese en su interior una noticia tan asfixiante que no podía seguir conteniendolo mucho mas tiempo.

-Ha fallecido -confesó solemnemente.

Sus ojos se agrandaron como platos al oír esa noticia.

-¿Fallecido? ¿Como?

-De una forma bastante poco agradable.

-Me da igual, cuentamelo.

-No se muy bien como fue que empezo, pero según varios rumores, al parecer ella se convirtio en participante del grupo opositor contra el gobierno de Kaos, quería que la gente supiera que les estaba hacíendo a su especie, y al parecer eso enfado a muchos fanaticos del gobierno que se opusieron a sus comentarios, así que marcharon hacía ella intentando de propinarle una paliza. Unos cuantos vecinos intentaron de sacarla corriendo de ahí, pero desgraciadamente después de muchos empujones, se cayo y se golpeo la cabeza contra el borde de una carretilla -le explicó mostrandose taciturno.

Gorkit quedo indeciso al oír eso, se estiro sobre la silla y se paso varias veces las manos por la cara como si eso le fuese a aliviar el color.

-Intentaron de ayudarla, pero no pudieron hacer nada para salvarla -añadió, esbozo una expresión de disgusto por lo horrible de ese acontecimiento.

Quería ignorar todo eso, pero no podía, quería saber mas de lo ocurrido.

-¿Detuvieron a alguien?

-Detuvieron a los que empezaron el barullo, pero luego los soltaron ya que no habían sido los responsables de su muerte.

-Pero si querían pegarla -recalcó.

-Lo se, pero ningúno de ellos consiguio tocarla, lo que le sucedió fue un accidente.

-¿Un accidente? -se quejo entre dientes, no quedo muy convencido de ese hipotesis.

-Se que es un fastidio Gorkit, pero creeme, así estan las cosas por casa, no quería decirte esto pero he tenido que hacerlo -cruzo sus manos en señal de lamentación, se disgustaba que se lo hubiese dicho tan pronto.

-¿Entonces si no querías decirmelo porque has venido hasta aqui? -le reprocho injustificando sus motivos para visitarle desde tan lejos.

-He hablado con tus padres, quieren que vayas con ellos.

-¿Que vaya?

-Se va a hacer un funeral por ella, estaran todos invitados, y ellos me han pedido que te pida que me acompañes para dar el pesamen. Todos saben cuanto la querías, así que esperan que puedas decir algo bonito -confesó revelando el verdadero motivo.

Se llevo las manos a la cara al ver que este asunto no podía ser mucho peor.

-No puedo hacerlo -esbozo con tono chirriante.

-No tienes porque hacerlo, solamente tienes que estar ahí y mostrar que ella te...

-No me refiero a eso...

-¿Ah no?

Asintio profundamente y dijo:

-No puedo volver, no puedo irme de aqui.

Se quedo impavido ante esa confesión suya.

-¿Por que no?

Se levanto de un salto de la silla y dijo:

-Ahora mismo todo el pueblo esta controlado por las fuerzas de Kaos, nos mantienen aprisionados para evitar que ningúno monte follon como ocurrió hace dias, si me voy de aqui, todos pensaran que me estoy yendo por ser un traidor, como todos los que intentaron de amotinarse contra su gobierno -confesó seriamente, con eso dejaba cons-tancia de que si se iba, cometería el peor de sus errores.

El tio Ephraim se quedo reflexionando ante ese problema.

-¿Y no puedes hablarlo con alguien?

-Puedo intentarlo, pero dudo de que me den un permiso para salir de aqui, y si lo hago y vuelvo aqui, seguro que me detenienen por traicionar a las leyes de Kaos -comento esbozando una leve queja de disgusto que apenas se notaba por estar de espaldas.

Reflexiono de vuelta, lo penso mas a fondo.

-Pues vente con nosotros.

-¿Que vuelva con vosotros?

-Así es, vuelve a casa, ahí Kaos no te hara ningún daño.

-¿Pero de veras quieres que abandone todo esto... -alzo sus manos señalando la casa entera-, para volver adonde justamente no quería regresar?

-Se que hemos tenido nuestros problemas en el pasado, pero todavía hay una forma de remediarlo, si lo aceptas.

Penso detenidamente esa propuesta, le ponía de los nervios regresar a su hogar natal. En cierto modo le entusiasmaba ya que podría volver a ver a su familia de nuevo, pero no podía arriesgarse de esta manera por solamente visitar a alguien a quien olvido años atras, cosa que tampoco esperaba recibir una hospitalidad de la gente del pueblo, tenía asuntos del pasado que resolver, y no estaba preparado para enfrentarse a ellos.

-Lo siento tio Ephraim, se lo mucho que quieres que vuelva con la familia, pero aqui tengo cosas que hacer, amigos a los que ayudar. Ademas, si hago esto, posiblemente Kaos te acabe condenando a pasar por el mismo castigo -reprimio sincerandose con él para que entendiera la gravedad del asunto-, no dejare que esto ocurra.

Se quedo de espaldas intentando de no ver la cara de desasociego, no quería dejar que él le mirara y se avergonzara de esto, pero en cambio se le oyo decir:

-¡Chorradas! -se quejo indignado, golpeteo la mesa con fuerza, aquello provoco que varios platos que estaban almacenados sobre la lacena saltasen de golpe-. Kaos puede ser el gobernante de Trollia, pero eso no le da derecho a tratarnos a todos como sus prisioneros solo que porque todos no acatemos sus ideas.

-Lo se, pero así son las cosas ahora.

-Pero y si no tienen porque serlo -espeto calmadamente.

Le miro seriamente, por su mirada se cercioraba de que tenía una idea.

-¿En que estas pensando?

-Voy a sacarte de aqui, aunque solo sea para ir un viaje de ida y vuelta.

-¿Como? Los guardias controlan los caminos fronterizos, es imposible pasar desapercibido sin llamar la atención de algúna manera.

Apoyo el dedo sobre su boca estando pensativo.

-Hay una cosa que puede que nos permita salir.

-¿De que se trata?

-Yo soy doctor, y la mayoría de los doctores tienen derecho a ir de un lado para otro a menos que se tenga un permiso de llevar medicamentos, podemos fingir que necesito llevarme urgentemente a un paciente gravemente enfermo al otro lado de Trollia para que reciba atención medica -argumento teniendo el plan perfecto.

-¿Pero de donde vamos a sacar a un paciente enfermo? No es que cualquiera enferme de pura casualidad, ¿pero no nos vamos a llevar a cualquiera solamente para que yo pueda salir de aqui y luego vuelva? -criticó esporadicamente ese hecho, sentía que a pesar de estar bien coordinado, había un gran fallo ilogico en ese plan.

Carraspeo pensativamente, se volteo poniendose de costado y se rasco la barbilla sintiendo que tenía una idea pero no sabía como expresarla, frunció el ceño y entonces esbozo una sonrisa de orgullo al ocurrirsele algo.

-Tu te enfermeras -le dijo señalandole con ambos dedos.

-¿Yo me enfermare?

-Si, te sacare de aqui como un enfermo mas que necesita ayuda.

-Pero tio Ephraim, ¿te das cuenta de lo absurdo que suena ese plan? ¿De veras quieres que me enferme apropositamente?

-Es eso o sacar a un enfermo por las malas -repercutó objetivamente.

Gimio amargado mientras se pasaba la mano por la cara, cuanto mas cosas le proponía, mas sentía que estaba apunto de meterse en un buen lio insolucionable.

-Mira Gorkit -dijo esbozando una expresión cabizbaja, quería ser sincero con él-. Se que ahora te encuentras en una situacíon bastante poco halagadora y no te gusta mucho cometer algo que para muchos puede ser un crimen, pero no quiero que te lo tomes a mal solamente porque te estoy pidiendo esto, que que te lo tomes a bien porque quiero que volvamos a hablar como solíamos hacer antes. ¿Lo recuerdas?

Se puso a pensar en sus años de infancia.

-Hace tanto tiempo que no hablamos que ya no se cuando fue que lo hicimos.

-Cuando te fuiste me quede muy mal porque tu eras una de las pocas personas con quien mejor compartía todas mis opiniones, y después de eso ya no me senti muy igual.

-¿Porque nunca me lo dijiste?

-Por que no quería preocuparte, y yo quería que tuvieras tu vida, y pensaba que con el paso del tiempo me olvidaria, pero después de lo que le paso a Gemina, me acorde de lo mucho que te echaba de menos, por eso he venido a verte.

Gorkit se quedo tan mal con eso que no sabía que pensar, jamas había asumido que el Tio Ephraim, quien era una de las personas mas entusiastas que conocía en toda su vida, se hubiese sentido tan mal consigo mismo porque él se fuera. Pero ahora que le estaba contando esto, sentía que le debía algo, sentía que debía ayudarle por todos los años que estuvo él ayudandole a ser mejor persona.

Le apoyo la mano encima de su hombro de una forma amistosa y le dijo:

-Lo vamos a hacer -dijo conforme-. Volvere a casa.

Quedo indeciso pero luego cambió a una expresión de alivio, esbozo una media sonrisa y luego ambos se abrazaron fuertemente, sentían que estaban en calma.

Se separaron y luego se miraron seriamente al cerciorarse de que si iban a hacer esto, iban a tener que organizarse bien y pensar como lo iban a lograr.

-¿Conoces una forma de que me enferme aproposito?

-Bueno, necesitaria unas cuantas cosas, que yo no me he traído conmigo -indico aflojandose las gafas-. A menos que se lo pidamos a algún mercader de confianza, acabaremos teniendo que ocurrir a tecnicas poco elocuentes para hacerlo.

Lo penso seriamente, necesitaba a alguien que supiera que le ayudaría.

-Yo conozco a alguien -dijo Gorkit teniendo la persona indicada para el trabajo.

..

Después de haber pactado que iban a cometer ese plan tan ridiculamente descabellado, Gorkit y el tio Ephraim salieron de la casa y se dirigieron a la zona comercial donde ahí encontrarían al hombre de confianza que les ayudaría con el plan.

Se metieron en la zona comercial e inmediatamente el tio Ephraim se puso a contemplar todos los articulos que vendían en cada uno de esos puestos que ocupaban rectamente toda una manzana. Se fijo en la parte de vestuario donde a lo largo de una docena de puestos que vendían articulos de ropa, y la mayoría de todos esos articulos tenían un diseño tan peculiar que no pudo evitar echarles un vistazo.

Vendían zapatos hechos de cuero, corbatas con estilo aristico, jerseys hechos con lana de oveja negra, sombreros de copa alta, bufandas a colores.

Luego paso a la zona de embutidos donde se quedo casi embobado mirando los diferentes articulos de comida que vendían en cada sección, en unos vendían embutidos de carnes de animales del oeste de Trollia cocinadas a la barbacoa, jalea real de abeja, pastas rellenas de cremas y caramelo, pasteles de nata y chocolate, hasta cervezas hechas a mano por maestros profesionales de la cerveceria.

El tio Ephraim no podía sentirse mas vivo en su vida que hoy.

Gorkit le hizo volver en si hacíendole acordar que era lo que estaban hacíendo.

Le llevo hasta la parte de metales donde ahí giraron en la siguiente esquina y pasaron al interior de una tienda de brebajes que se encontraba vacia.

Saludo al dueño de la tienda hacíendo que este se girara y se dirigiera hacía él, se llamaba señor Halp, era un troll bajito con unas gafas muy parecidas a las del tio Ephraim, tenía la mandibula de su boca algo ondulada hacía los lados y tenía una mancha de nacimiento que se le veía saliendo por detras de la oreja izquierda.

Este se alegro de verle y estrecharon sus manos alegrados de volver a verse de nuevo, le presento a su tio y ambos también se estrecharon las manos, ahí aprovecho para explicarle lo que le sucedió con Gemina y porque debía volver a su respectivo pueblo de origen, el señor Halp no se sintio muy convencido de eso ya que veía el gravisimo problema que eso ocasionaba. Ambos asintieron estando de acuerdo con él pero luego le explicaron que tenían un plan pensado y que si lo hacían bien entonces funcionaria.

Se lo penso dos veces e inmediamente fue a buscarlo al almacen que tenía detras de la tienda. Estuvo cinco o seis minutos metido ahí hasta que al final regreso con una ampolla del tamaño de una manzana que contenía un brebaje especial que se hacía llamar:

DOLZURO

Era un brebaje que se usaba para adormecer a las aves de corral cuando estas se ponían muy agresivas a la hora de estar en celo, pero si se las tomaba un troll, estas tenían el pesimo efecto secundario de que sufriria los mismos efectos que alguien contaminado de fiebre bubolica, una enfermedad que ahora era muy poco común que se producía cuando se ingeria un tipo de carne que caducaba muy pronto y si no se comía a tiempo, esta largaría una sustancia bastante nociva y alergica. Los sintomas eran sufrir fiebre de tercer grado, constantes expulsiones de saliva, perdidas de conocimiento a corto plazo, y sobretodo generaba una gran peste en el interior del infectado, una peste tan enorme que los trolls no la aguantan por asomo.

Si se bebía eso, tendrían la excusa perfecta para salir.

Como ambos mutuamente pactaron el plan, decidieron pagarle por el brebaje, se lo llevaron discretamente sin que se notara lo que habían comprado, no es que estuviesen comprando algo ilegal, cualquiera lo podía comprar, pero estaba el problema de que si se encontraban con alguien a quien Gorkit conocía, no sabría decirse que excusa ponerle para justificar que se estaba llevando algo que no necesitaba.

Volvieron a la casa y ahí sacaron el brebaje de la bolsa de color veige en la que estaba envuelto, le sacaron la tapa y al instante hecho un olor pestilente que apenas podían soportar, tuvieron que abrir las pocas ventanas que había en la casa para que el salón se ventilara, no podían dejar que quedase esparcido un olor así.

Después de esperar un buen rato a que parte de ese olor desapareciese, ambos descubrieron que dentro de la bolsa había una nota escrita por el propio señor Halp, ahí les explicaba los procesos que debían tomar para preparar el brebaje. Decía:

·Sacar el brebaje y apilarlo en algúna cazuela o colador.

·Mezclarlo para que quede concentrado.

·Echarle una pequeña gota de grasa de carne.

·Volver a mezclarlo para que la gota de grasa se une al resto.

·Congelarlo durante media hora.

·Luego calentarlo a fuego lento durante otra media hora.

·Una vez este caliente, se echa sobre un bol o lo que sea que uno tenga encima.

·Aplicarle un poco de sal y luego mezclarlo.

·Y por ultimo, se tiene que beber todo el contenido del brebaje.

·Pero tenía la condicion de que no podía comer o ingenir nada durante las proximas horas si no quería acabar potando todo lo que comío en todo el dia entero.

Una vez leído todas las especificaciones, hicieron el proceso tal cual como lo ponía.

Sacaron todo el brebaje con la ayuda de una cuchara ya que aquel brebaje era algo gomoso y salía como si se tratara de helado o plastilina, nunca antes habían visto un brebaje con una consistencia tan blanda.

Lo apilaron sobre una cazuela y empezaron a ir mezclandolo poco a poco hasta que aquel brebaje empezo a derretirse como si fuese algún tipo de sustancia acuosa, estuvieron así durante un buen rato hasta que al final decidieron esparcirle la gota de grasa.

Gorkit tuvo que sacar una pata de pollo que tenía guardado en el frigorifico para poder cocinarla y provocar que esta echase grasa por toda la cacerola. Al cabo de diez minutos mas tarde aquella pata de pollo iba sacando grasa por ambos extremos, el tio Ephraim cogió una cuchara y le derramo una gota al brebaje.

Lo volvieron a mezclar hacíendo que ahora el brebaje se le cambiase un poco mas el color, antes estaba verdoso fuerte, ahora se lo veía mas claro, era del color de las hojas de los arboles en primavera. Ambos se miraron indecisos ante ese raro efecto, se cuestionaron entre miradas si lo habían hecho bien o no, ya que en la carta no ponía nada sobre que debía pasar una vez mezclado el brebaje con la gota de grasa, aunque seguramente el señor Halp ya lo había hecho antes y entendía que sucedía eso.

Después de eso lo metieron en el congelador asumiendo que quizas se congelaría rapído, ambos no entendian porque debía hacerse así ya que poco entendían como funcionaba este proceso, pero si el señor Halp les entrego el brebaje sin reflexionar sobre el asunto, es porque entonces sabía lo que hacía.

Media hora mas tarde lo sacaron del frigorifico, estaba congelado como un helado, duro como una piedra. Luego encendieron el fuego poniendolo a un nivel muy bajo y lo apoyaron sobre el horno dejando que este se descongelase y se calentara, podía sentirse el humo saliendo de aquel brebaje de aspecto tan podrido y poco agradable.

Gorkit estaba tan exhausto con esto que no sabía que pensar, empezaba a cuestionarse sobre si hacía bien en intentar de escapar de todo esto, comprendía que si lo lograba, una vez que volviese posiblemente le cogerían y lo detendrían por insubordinación y por huir de sus responsabilidades como miembro del ejercito de Kaos. No es que este hacíendo algo malo, pero trabajaba para posiblemente uno de los peores seres que hayan existido nunca en Skylands, y eso implicaba que obtendría un castigo tan severo que no se perdonaría nunca lo que hizo.

Pero debía intentarlo, por el tio Ephraim, y por si mismo.

Había perdido a demasíada gente estos ultimos años, sobretodo a Lynus, quien era uno de los pocos amigos que tenía, pero lo perdió tontamente al marcharse a atacar aquel refugio en el que supuestamente recidia el ultimo Maestro del Portal. Hasta el dia de hoy todavía tenía sus dudas sobre lo que ocurrió en ese lugar, preguntó pero todos le dieron la misma respuesta, que él había fallecido valientemente, pero eso para él no le parecía una respuesta, necesitaba algo que indicara lo que se temía.

Que abandonaron a todos los trolls en aquel refugio, dejando que aquellos guerreros magicos les capturaran o los ejecutaran en el proceso.

Kaos tenía la culpa de esto, él era el culpable de todo este desastre, y no tenía manera de demostrarlo, mejor dicho, le iba a resultar imposible demostrarlo ya que él era un mago de poderes oscuros, y si hablaba, le mataría en el intento. Tenía que dejar atras todo eso y preocuparse por lo que tenía ahora, su antigua amiga había fallecido en circunstancias tan bizarras como las de Lynus, y lo peor de todo es que encima apenas pudo despedirse de él, pero esta vez no iba a ser así, se iba a despedir de ella, le iba a dar la despedida que debió darle cuando se marcho de casa.

El brebaje terminó de descongelarse, volvió a estar gomoso y licuoso de nuevo, pero ahora olía mejor, lo que era un privilegio ya que no pensaba seguir oliendo aquella peste que le hacía recordar al del oxido de los barcos viejos que desmentalaba.

Metieron el brebaje en una taza ya que era lo mas facil que había para poder beberlo sin que se cayera nada del contenido, le aplicaron unos gramos de sal dentro y luego lo volvieron a mezclar hacíendo que ahora la sal quedase mezclada con el brebaje. Ambos se miraron inquisitivos ya que no estaban muy seguros de como iba a saber eso una vez Gorkit lo probase del todo.

Terminaron de mezclarlo y ahí Gorkit se dispuso a beberselo.

-¿Seguro que quieres hacerlo? -le pregunto seriamente el tio Ephraim.

-¿Tu no querías que lo hiciera? -le recriminó indirectamente.

-Si, pero una vez que hagas esto, no hay vuelta atras -objetó honestamente.

Sabía bien que si bebía esto sufriria un dolor inaguantable, ademas de que también estaría apunto de cometer un crimen inquebrantable, pero a estas alturas ya no podía ocurrirle nada peor que haber perdido a un viejo amor.

Lo agarro fuertemente y se lo bebió todo de un trago.

Absorbió hasta la mas minima gota del brebaje y dejar estar la taza sobre la mesa.

Esperaron varias horas hasta que surgiesen los efectos, el señor Halp ya les aviso que el efecto del brebaje tardaba como unas tres horas en manifestarse aproximadamente, así que mientras tanto no podía ingerir ni beber nada durante ese tiempo ya que sino no se provocarían los efectos que ellos mismos querían que se produjesen.

Como primera medida, se pusieron a preparar el equipaje, Ephraim tenía el suyo propio que era con el que vino, pero Gorkit debía llevarse algo ya que estaría en un pueblo invernal y ahí hacía un frio que no soportaría estando minutos ahí. Pero como normalmente siempre permanecía, no tenía nada que le abrigara, lo que eso significaba que ahora necesitaban conseguir algo de ropa en los proximos minutos.

Salieron de la casa y regresaron al mercado a buscar algúna vestimenta que le sirviera como abrigo para que por lo menos hasta llegar al pueblo no se enfriase y eso produjese un mal efecto secundario en su falsa enfermedad. El señor Halp no dijo nada sobre que pasaba una vez estuviese enfermo, simplemente decía que sentiria los mismo sintomas y que era mejor dejarlos pasar, pero como él era medico sentía que quizas habría algún inconveniente a tomar en cuenta, no sabía cual era, pero no iba a cometer el error de dejar que su sobrino se muriese tan tontamente.

Le compro un impermeable muy parecido al que suelen usar los mabus del norte, dudaba de que le fuesen a parar por eso ya que la mayoría de los trolls vestian diferentes prendas venidas de todo Skylands, luego volvieron a casa dispuestos a terminar el equipaje. Metieron lo indispensable en una maleta de tamaño medio ya que pretendían marcharse secretamente y no querían que pareciera literalmente una mudanza, era la misma que uso para cuando se instalo en la casa, la seguia teniendo aún como recordatorio de la nueva vida que empezo en Trollia.

Ahora que estaba todo perfectamente planeado, solamente les faltaba esperar a que llegase el momento de poder marcharse. Como no tenían nada mejor que hacer, se pusíeron a jugar a una partida de Skystones, tenía el juego con las cartas guardado debajo de la cama ya que era él uníco sitio que le quedaba disponible en toda la casa, y eso que encima disponía de muy pocos juegos con los que poder jugar con alguien.

Estuvieron divirtiendose durante una hora y hasta ese entonces se olvidaron de que habían creado un plan, se lo estaban pasando de la misma manera que hicieron hace años, ya ni se acordaban de la ultima vez que se divirtieron tanto como hasta ahora.

El tio Ephraim parecía que estaba ganando la partida ya que había cuatro de sus cartas se volviesen en su contra, pero luego Gorkit uso una carta dorada de edicion Arkeyan, consiguio sacarle todas las cartas a su tio en un segundo. Se maldijo por haber perdido de aquella astuta manera, desconocía que hubiese tenido esa carta en sus manos, pero no pudo evitar reirse de lo divertido que era haber jugado.

Justo en ese momento Gorkit empezo a sentir los sintomas, la garganta se le seco, la vista le dolía, sentía ganas de vomitar, y empezaba a perder completamente el equilibrio, los efectos ya se estaban manifestando del todo.

Rapídamente llevo a Gorkit al baño para que este vomitara todo lo que expulsaba, era como si se estuviese sacando todas las entrañas del interior de su cuerpo, le fue sacando la cara con un paño limpio que encontro en la cocina, estaba sudando tanto como él cuando vino acolchado con aquel abrigo de invierno.

Lo saco de ahí y luego lo llevo de vuelta al salón, lo se sento en su sillon para que reposara un momento, sabía bien que este era el momento que indicaba que tenían que marcharse, pero como primera medida se ocupo primero de quitar todas las pruebas que demostrasen que habían planeado esta fuga. Limpio el bol y la sarten que usaron para mezclar y preparar el brebaje, lo lavo lo mas a fondo posible para que no quedara ni una sola mancha, luego tiro la bolsa donde el señor Halp había metido el brebaje, se guardo antes la nota donde ponían las intrustecciones ya que quizas la necesitaría para cuidar de Gorkit hasta que se le fuesen los efectos de la enfermedad falsa, lo escondió en un lugar seguro de su traje ya que si en algún momento los trolls les paraban y les inspeccionaban, era mejor que no les encontrasen eso encima.

Una vez terminado todo eso, le puso el abrigo que compraron horas antes y se lo puso a Gorkit, estaba cada vez peor que antes, ahora si que se notaba que estaba enfermo de verdad, tanto que asumió que si alguien le viera, asumiria muy facilmente que se infecto de esa enfermedad y les dejarían salir del poblado.

-Gorkit, mirame -imploro agarrandole de la cara para que le mirara fijamente.

Le miro dejandole con una expresión infamemente rigida.

-Vamos a lograrlo, ¿lo entiendes?

-Si -afirmo a duras penas, no podía ni abrir la boca para hablar con normalidad.

Se convenció de su palabra, le puso un paño caliente alrededor de la cabeza para simular lo grave que estaba y se marcharon apuradamente de la casa.

Una vez fuera, hicieron todo el recorrido hasta llegar al puente fronterizo que conectaba el pueblo de Trollia con el otro territorio exterior, se metíeron en una de las zonas comerciales aprovechando que había un tumulto de gente, pero de pronto empezo a notar que se estaba llenando de demasíados trolls por algún motivo, y encima no paraba de oírles gritar algo que apenas lograba comprender que significaba.

Cruzo en la siguiente esquina y se encontro con una multitud reunida alrededor de una casa de tres plantas, era la sede de reclutamiento para tareas militares, aqui era donde venían todos los trolls a alistarse al ejercito con tal de ganarse un trabajo que les proporcionara un dinero razonable. Asomo la cabeza y observo que había un grupo de cuatro trolls colocados sobre la azotea del edificio, uno de ellos portaba un gorro rojo aplastado y mostraba una posicion intimidante, como si fuese alguien superior, se notaba que ese era el lider del grupo. Dos de ellos estaban en un extremo sosteniendo una lamina blanca enrollada mientras el tercero se ocupaba de sujetar la parte central de aquella lamina, el lider les hizo un gesto con la mano como gesto de orden e inmediatamente los tres desplegaron la lamina que cayo hacía abajo desenrollandose, era una pancarta pintada de tres o cuatro colores oscuros que ponía:

ABAJO EL GOBIERNO DE KAOS

Esa pancarta hizo que la mayoría de los trolls se pusiesen a vitorearles.

-¿Quien esta harto del gobierno de Kaos? -preguntó el troll lider.

Todos alzaron los brazos euforicamente.

-¿Que es lo que queremos?

-¡Que Kaos se vaya y liberen a los opositores! -grito la multitud euforica.

El tio Ephraim veía lo que estaba sucediendo y no se lo podía creer, por primera vez en su vida estaba viendo una protesta contra el emperador de Trollia, y lo peor de todo es que encima protestaban para que liberaran a aquellos que habían atentado contra él, como si fuesen unos heroes a los que habían encarcelado por motivos injustos, todo esto estaba resultando demasíado para él, tenía que salir de aqui antes de que empeoraran las cosas de una manera inimaginable.

-Tio Ephraim, ¿que sucede? -titubeo Gorkit con voz ronca.

-Nada Gorkit, todo va... bien -le levanto la cabeza viendo el estado en que se encontraba ahora, tenía los ojos purpura con el iris de color rojo, paso a tener todos los sintomas de la enfermedad mas rapído de lo que creía.

Lo sujeto por encima de su hombro y se lo fue llevando apuradamente, no quería que viera esto ya que sabía bien que si lo hacía, se pondría los nervios y decidiria volver a casa y pasar del viaje, había cometido un terrible error viniendo por este barrio.

Fueron pasando por entre la gente, no dejaban amontonarse mas trolls que le impedían aún mas el paso, tenía que ir avisando que era medico y que tenía un paciente en problemas para que les dejaran pasar facilmente. No era algo que le gustara ya que una vez ocurrio eso en su poblado y casi la gente se vuelve loca pensando que si alguien tocaba a la victima que estaba infectada, se infectarían también.

Aqui desconocía como eran las cosas, pero no tenía ganas de averiguarlo.

De pronto oyo un sonido parecido al fogonazo de un arma. Alzo la mirada al igual que el resto de la gente observando que por detras de ellos había un ciclope enorme armado con una pistola muy parecida a la que solían usar los piratas, salía humo del orificio del arma, él había disparado para alarmar a la población.

Bajo la pistola y entonces dijo:

-¡Aquellos que atentan contra el gobierno de Kaos, seran erradicados y encerrados en las mazmorras! -grito el ciclope con tono autoritorio.

La multitud volteo la mirada dirigiendose hacía el grupo extremista que se encontraba detenido en la azotea de la casa. El lider se quedo rigido mirandoles, puso una cara odio, hizo una mueca de disgusto y acto seguido dijo:

-Vosotros no nos controlaís -reprocho alzando el puño.

Uno de los miembros del grupo, saco una botella de la mochila que llevaba colgando detras suyo, le metió un pañuelo dentro apenas tocando el contenido de la botella, dejo un trozo largo por fuera y luego cogió una pipa que había dejado apoyada en un rincon del afeizar que tenía detras suyo, puso la pipa debajo del pañuelo este inmediatamente se prendió fuego, alzo el brazo y tiro la botella contra la multitud.

Rapídamente el tio Ephraim se agacho junto con Gorkit, vio como la botella cayo derecho sobre la paja que había apoyada sobre una carreta, el fuego toco la paja y esta rapídamente se expandió provocando que se prendiese fuego.

La gente quedo exhausta al ver se incendiaba.

El ciclope se enfado y alzo su pistola contra el grupo extremista, disparo soltando un enorme fogonazo que llego hasta la casa, impacto contra el que tiro la botella y esto hizo que cayera a la calle, pero el cinturon se le engancho a la pancarta hacíendo que quedara colgando con los extremidades bajadas como si fuese un muñeco de trapa.

-¡Ah! -grito la gente aún mas costernada.

Ephraim no pudo soportar eso y rapídamente se marcho de ahí llevandose a Gorkit por la fuerza, ya no podía llevarselo tranquilamente.

Cruzo la esquina en donde la multitud se había separado, paso inadvertido y se dispuso a meterse en un callejon asumiendo que quizas fuese un atajo, pero se encontro con que delante suyo venía un equipo de trolls vestidos con trajes pesados, llevaban puestos unos cascos metalizados y puntiaguados que les cubrían un tercio de su cara, e iban armados con unos escudos rectangulares plateados, tenían la insignia de los trolls impresa en el centro de sus escudos.

No sabía quienes eran pero al ver su aspecto autoritario y el armamento que llevaban encima le hizo temerse lo peor. Se asusto y rapídamente dio la vuelta regresando por donde vino para evitar a esos guardias, fue acelerando al lado de varios establecimientos que tenía a su izquierda con tal de pasar mucho mas rapído, esquivo al ciclope que tenía la mirada fija en aquel grupo extremista que parecía que no se iba a rendir.

Oyo unas pisadas que sonaban como las de una maquina pesada aplastando metal, volteo la mirada hacía el otro lado observando que aquel grupo de trolls reforzados salio del mismo callejon donde les encontro antes, giraron en la esquina y fueron en fila dirigiendose hacía la gente que estaba aglutinada en el area.

Estaba tan distraido mirando la escena que por poco se choca contra un troll viejo.

-¡Ey! -protesto el troll, parecía ser el tabernero del bar de al lado.

-Lo siento -se disculpo y siguio su camino.

Intento de llevarse a Gorkit lo mas rapído posible de ahí, pero iba tan apurado que no se daba cuenta de que él apenas podía moverse, no aguanto mas y acabo tropezando mientras iba agarrado de la mano del tio Ephraim.

-No puedo mas -exclamó.

Lo ayudo a levantarse y lo apoyo sentado detras de una carreta, dejo que suspirara un momento para que largara todo el aire de sus pulmones, aprovecho para asomar la cabeza y vio como ahora el grupo extremista les estaban tirando piedras al grupo de guardias reforzados, estos levantaron sus escudos lo mas alto posible para no recibir el impacto de aquellos piedras que parecían tener una gran magnitud. El resto de la gente iba corriendo asustada por la lluvia de piedras, a ellos también les estaban alcanzando, mientras que otros se ponían a replicar a los guardias reforzados como si ellos tuviesen la culpa de lo que estaba pasando.

La situación se estaba yendo de las manos.

-Tio Ephraim, ¿que esta pasando? -pregunto Gorkit a duras penas.

Miro a su sobrino y no sabía que decirle.

-La gente esta de fiesta, nada mas -le comentó falsamente.

-No estan de fiesta, he visto a un equipo anti-disturbios -declaró.

-¿Anti-disturbios?

-Debe de ser idea de Kaos, los habra puesto para controlar a los manifestantes.

Ahora Ephraim empezo a comprenderlo todo.

-¿Deberas ha hecho eso?

-Por eso te dije que no me gustaba esto, ha sido una mala idea.

-No, no vuelvas a decir eso, pero es verdad -le recriminó señalandole con el dedo.

-Me da igual tanto si es verdad como que nó, estamos hacíendo esto por Gemina, y ella hubiese querido que estuvieras ahí, por eso mismo te vas a casa, para decirle lo mucho que la amabas y por no haberte despedido como tal -le razono severamente para que entendiera que tenía un motivo por el que tener que irse.

Aquello empezo a motivar a Gorkit.

-Yo la quería -dijo.

-Si Gorkit, recuerdo lo mucho que la querías.

No pudo soportarlo mas y entonces se agarro al borde de la carreta para ayudarse, el tio Ephraim le agarro de los brazos y lo levanto poniendolo de pie.

-¿Estas bien? -pregunto aliviado al ver que tenía confianza en sigo mismo.

-Lo estare -contesto esbozando una media sonrisa, se reía entre dientes.

De pronto escucharon un sonido que les llamo la atención.

Dirigieron sus miradas hacía el frente observando que ahora un nuevo grupo de manifestantes armados con palos y varias herramientas de construcción surgio de entre la multitud aglutinada entre la zona, estos tenían la cara descubierta con capuchas y algo que parecían ser pañuelos tapandoles la mitad del rostro, solamente se les podía ver los ojos. El que estaba mas adelante, armado con una pala, se acerco al guardia troll reforzado que tenía mas cerca y le atizo un buen golpe que casi le hizo perder el equilibrio, pero quedo bien protegido con la ayuda de su escudo plateado. Aquello provoco que los demas manifestantes marchasen corriendo hacía el equipo mientras blandían sus armas dispuestos a atacarles con bastante furia.

Los anti-disturbios se juntaron formando una defensa rectangular a su alrededor mientras los manifestantes se ponían a golpearles duramente con la intención de hacerles el mayor daño posible, había uno armado con una lanza que se tiro encima del grupo, la levanto y luego la clavo por debajo de ellos, no se veía si se la había clavado a alguien pero viendo la manera en como estaban cayendo los guardias, se notaba que ellos estaban perdiendo la batalla contra aquellos enfurecidos manifestantes.

Ambos se miraron fijamente reconociendo que esto no era bueno para ningúno, hicieron un gesto con las miradas y se marcharon apresuradamente de ahí.

Fueron pasando de sección en sección con la intención de seguir avanzando, usaban las carretillas amontonadas en el rincón para protegerse de la trifulca que se estaba produciendo al otro lado. Escucharon otro disparo parecido al que oyeron antes, asomaron de vuelta la cabeza y observaron que el ciclope que intento de detener el conflicto se unío a la pelea, agarro a uno de los manifestantes y se puso a revolearlo de un lado para otro como si fuese una pelota de goma, era brutal la fuerza que tenía aquel ciclope. Aquello enfado a los demas manifestantes que tenía delante, unos cuantos se acercaron y se pusíeron a golpearle con sus rudimentarias armas, pero era tan rudo y tan fuerte que no le provocaba ningún daño, seguia atacando a los manifestantes con la intención de detenerlos a todos y de terminar esta disputa.

Dejaron de hacerlo caso y marcharon dirigiendose hacía otro callejon que tenían mas adelante, se juntaron en un recoveco donde ahí el tio Ephraim aprovecho para asomar la cabeza y observar que no viniese otro grupo de guardias como ocurrió antes, miro de reojo y no veía que viniera nadie, pero a pesar de ello no le convencía, quiso intentar de ir por otro lado, pero viendo como estaba su sobrino, sentía que debía de tomar la peor opción que se le podía ocurrir ahora mismo.

Doblaron y se metieron en el callejon, pero se chocaron con alguien.

Cayeron los dos de espaldas, aunque Gorkit se llevo el peor golpe.

-Lo siento -dijo el sujeto con quienes se chocaron, era otro manifestante, se saco el pañuelo que le cubría la cara mostrandose quien era.

-Eathol, ¿eres tu? -le preguntó murmuradamente.

-Gorkit -esbozo sorprendido-. ¿Pero que te ha pasado?

Ambos le ayudaron a volverse a poner de pie.

-¿Tu le conoces? -le pregunto el tio Ephraim.

-Es un amigo mio, no entiendo, ¿que estas hacíendo aqui?

Se percato de que le vio vestido de manifestante.

-Oí que unos cuantos trolls iban a protestar por el gobierno de Kaos, así que he aprovechado para unirme a la disputa en cuanto se pusiera mal -comento mostrandose entusiasmado con la idea de ver esa batalla campal que se producía al otro lado.

-¿Tu sabías que esos trolls iban a provocar eso?

-Bueno, ¿cuantas veces se ha visto una manifestación? -objetó ingenuamente.

Gorkit se puso a toser profundamente.

-¿Que le sucede? -pregunto Eathol preocupado por su malestar.

-Lo siento mucho, tenemos que irnos -insistió dispuesto a llevarse a su sobrino lo mas lejos posible de aqui.

-¡Alto ahí! -se puso en medio interrumpiendoles el paso-. ¿Quien es usted?

-Soy su tio Ephraim, he venido para llevarme de vuelta a su pueblo natal.

-¿A su pueblo natal? ¿Estando así? ¿Que le ha sucedido? -protesto indignado al ver que aquel hombre no parecía darle una respuesta sincera.

-No te preocupes, no es nada grave -le contestó queriendo que lo dejara pasar.

-¿Que no es nada grave? Gorkit, mirate, pareciera que te estas muriendo, ¿que le ha ocurrido para que se ponga así? ¿Debería ir a un medico?

-Y lo haremos, en cuanto vuelva a casa -le golpeo queriendo que le dejara pasar.

-Ya esta en casa -se puso delante de él mirandole con una expresión autoritaria.

Se quedaron los dos mirandose como con ganas de pelearse violentamente.

Gorkit no pudo mas y vomito largando una baba purpura que cayo al suelo.

-¿Que es lo que tiene? -inquirio insestentemente Eathol, estaba desesperado por querer entender que era lo que padecía.

-No tiene nada, es falso.

-¿Falso?

-Es algo que hemos hecho juntos, para salir de aqui.

-¿Salir de aqui? ¿Estaís locos? Os mataran.

-Lo se, por eso mismo le he hecho ponerse así, se le pasara, pero ahora mismo debemos irnos antes de que todo esto vaya a peor.

Justo en ese momento surgieron otros dos manifestantes armados con martillos, pasaron de largo y se marcharon saliendo del callejon.

-¿Porque tiene que irse?

-Una amiga suya, ha fallecido, y él necesita presentarse con su familia, si no salimos de aqui, digamos que acabaremos cometiendo un grave perjurio imperdonable -le comento hacíendole entender que esto era un asunto importante de gran responsabilidad.

Eathol asintio comprendiendo perfectamente lo que sucedía.

-Yo puedo ayudaros -dijo.

-¿Ayudarnos?

-Conozco un atajo que os permitira salir del pueblo?

-¿No sera un lugar para salir secretamente, nó?

-Pues si, ¿que pasa con eso?

-Pienso llevarmelo, para que luego él vuelva -añadio expresamente.

-Espera, ¿de veras quereís iros de aqui, para luego volver?

-Ha sido decisión mia Eathol -dijo Gorkit.

-Hemos montado este plan porque queremos hacerlo correctamente, así que si no nos vas a ayudar como queremos que lo hagas, entonces sera mejor que te hagas a un lado porque lo haremos nosotros solos -le aviso hacíendole entender que ellos no iban a seguir su plan, iban a seguir el suyo tal y como habían acordado.

Eathol asintio amargamente, no le gustaba esa idea ya que sentía que Gorkit se merecía algo mejor, y tener que volver aqui para continuar con lo mismo de siempre, le resultaba una opción bastante ordinaria de su parte.

Pero como él le había tratado bien, debía respetar su decisión.

-Conozco otro atajo.

-¿Pero no sera para salir ilegalmente nó?

-No, este os llevara directamente a la salida del pueblo.

-Bien, vamos -acepto convencido y ambos marcharon apuradamente pero sin meter demasíada prisa para no lastimar a Gorkit.

Estuvieron recorriendo varios callejones ya que eran él uníco lugar seguro para defenderse de la trifulca que se producía en el centro, ver todo aquello les había dejado con muy malas sensaciones, nunca antes habían pasado por una situación así, esto nuevo para los tres, aunque para Eathol le resultaba un juego ya que como siempre salía de Trollia, habría visto de todo y para él no le resultaría novedoso.

Desde bien lejos escuchaban explosiones y gritos, la trifulca paso a ser literalmente un ataque, un ataque de esos que acababan llevando a un golpe de estado, era algo inaudito al mismo tiempo que aterrador ya que no sabían si esto acabaría llevando a la destrucción de Trollia. Dudaban de ello ya que habían pasado de generaciones de situaciones como estas, ahora estaba todo mejor controlado, pero si eso dejaba de funcionar, entonces iban a tener que asumir que el reinado de Kaos hoy iba a terminar.

Consiguieron dejar a un lado toda la trifulca y pasaron al embarcadero, una zona especializada en pesca que de vez en cuando servía como extremo fronteriza entre Trollia y la siguientes rutas que llevaban a los demas pueblos inferiores de la capital troll, se veía a mucha gente apelotonada en varios extremos, ambos se miraron extrañados al no comprender que hacía toda esa gente ahí, fueron pasando entre la gente con sumo cuidado ya que no querían que cundiera el panico por ver a un troll infectado de una enfermedad rara, llegaron al final de todo y ahí observaron como un grupo de guardias bastante fornidos estaban custodiando los puentes de salida del pueblo.

Se veía a la gente puesta en fila queriendo salir de ahí pero los guardias apenas les dejaban pasar, la mayoría pretendían pasar al otro lado por medio de empujones pero los guardias conseguian tirarlos con brusquedad, era evidente que aquellos trolls recibieron ordenes especificas de no dejar salir a nadie, tal y como ellos asumieron antes.

-¿Estaís seguros de esto? -les pregunto precavidamente Eathol.

-Tenemos que estarlo, esto es por eso -indico Ephraim hacíendole entender que si este plan no funcionaba, entonces estaban arriesgando todo por nada.

Ahí Eathol reconoció que ya no podía ayudarles mas.

-No te preocupes Eathol, volvere -le dijo Gorkit.

-Yo que tu no volvería aqui -retorció ese pensamiento suyo.

Asintio compasivamente al ver que no estaba muy de acuerdo con su plan.

-Gracias por todo Eathol, se ve que eres muy buen amigo suyo -le agradeció el tio.

Esbozo una media sonrisa, en eso estuvo de acuerdo, aunque no quería reconocerlo.

Le hicieron un ultimo gesto de agradecimiento y marcharon pasando por delante de aquella fila repleta de gente desesperada por salir. Pasaron con sumo cuidado de no dañar a nadie ya que la mayoría de todos ellos eran ancianos y apenas parecían estarse de pie, necesitaban que se les ayudasen para seguir adelante.

Se dirigieron al guardia que custodiaba la entrada al puente de madera central que pasaba por encima de un estrecho rio donde el agua fluia muy lentamente, se pusíeron delante de él como queriendo llamar su atención.

Les vio y les puso la mano encima impidiendoles el paso.

-Lo siento mucho, no podeís pasar -les anunció con tono autoritorio.

-Disculpenos, soy medico y tengo que llevarme a un paciente bien lejos de aqui -le dijo el tio Ephraim con tono desesperado, se había preparado para decir eso.

-¿Que le ocurre? -pregunto intrigado.

Le levanto la mirada a Gorkit hacíendo que viera su deplorable estado.

-Por los ancestros -exclamo aterrorizado el guardia-. ¿Que le ocurre?

-Tiene fiebre bubolica.

-¿Fiebre bubolica? Hace años que nadie la padece.

-Pues ahora él si, necesito salir de aqui y llevarmelo para que un medico mucho mas especializado le pueda tratar lo que tiene.

El guardida por un momento dudo, pero entonces dijo:

-De acuerdo, vayase de aqui antes de que contamine a alguien mas -le reprocho convencido de ello, le dejo pasar hacíendose a un lado.

-Gracias -le sonrio aliviado y ambos pasaron cruzando el puente.

Voltearon la mirada y observaron que al otro lado se encontraba Eathol viendo como se iban, mostraba una expresión de tristeza, se preocupaba por lo que les pasara a los dos, Gorkit no pudo evitar sentir pena por él ya que tenía ganas de que viniera, pero conociendole bien, sabía que no lo haría, pero en cambio agradecía que le hubiera dejado salir sin rechistarle por lo que fuera, eso ya era algo digno de su buena persona.

Lo cruzaron al otro lado y siguieron adelante dispuestos a irse bien lejos de ahí.

Pero mientras al otro lado de Trollia, todo estaba en llamas.