195
LA SENSACIÓN
Un grupo de enfermeros junto con dos enfermeras se encontraban atendiendo a la abuela Thelia, le tenían puesto una mascarilla de oxigeno que se conectaba a una maquina bien grande formada por varios tubos que le enviaban aire a sus pulmones, eso la ayudo a mantenerse estable, pero su enfermedad empeoro demasíado. Ambos estaban intentando de hacer lo mejor que podían hacer para mantenerla con vida, aunque con dudoso exito, no había manera de poder ralentizarle aún mas su estado.
La enfermera Srill no pudo aguantarlo mas, se había pasado medio año esforzandose para ayudar a la pobre anciana con aquella enfermedad que padecía, le había hecho de todo, la ayudo a bañarse, a cambiarse la ropa cada tanto, a leer cuando no podía ver bien, a darle de comer, a tejer, a hacer todas las cosas que le gustaban. Había llegado a conocerla tan bien que le daba lastima tener que ver que se fuese, salió de la habitación sin que a los demas enfermeros parecía importarles que se marchara.
Se quedo en el rellano con la mano apoyada en su boca, quería esbozar una expresión pero no podía, al ser enfermera le habían recomendado que no llorara ya que así evitaria distraerse de su obligación de ayudar a los pacientes, no es que fuese una peticion injusta, era solamente un consejo que se les daba para que pudiesen soportarlo.
-¿No puedes soportarlo verdad? -preguntó una voz conocida.
Volteo la mirada observando que en la esquina se encontraba la hija, estaba con los brazos cruzados y esbozando una mirada de resignación vacia.
Srill pudo comprender por lo que estaba pasando ella, era su madre, la había parido, la había cuidado desde siempre, pero por algún motivo no estaba como se sentía ella.
-Lamento mucho que se tenga que ir así -opino consoladamente.
-Lo se, pero me alegro -contesto timidamente.
Frunció extrañada el ceño al oír eso.
-¿Como dice?
-Me alegro de que se vaya.
Se puso a buscar la manera de razonar con ella ya que no se creía lo que contaba.
-¿Como puede decir eso? Es su madre -le recriminó honestamente.
-Mi madre se fue hace mucho tiempo, lo que hay ahí es algo viejo que se esta descomponiendo poco a poco, ella ya me lo dejo bien claro.
-¿Que quiere decir?
-Ella hace unos años me explico de que cuando Kaos se hizo con el poder de esta tierra, supuso de que nada acabaría bien, de que todo esto acabaría fatal ya que nosotros los trolls nunca estabamos destinados a tenerlo todo, a ser tratados como las demas especies, nacimos para ser debiles ya que esa era nuestra naturaleza, y no lo decía porque se creyese mejor que los demas, lo decía porque sabía de que si intentabamos de crearnos un conflicto, no ganaríamos nada, no nos apoderaríamos de Skylands, perderíamos al igual como lo hicimos hace mil años cuando Malefor nos convirtio en sus esclavos. Al principio no lo comprendi, ya que pensaba que se refería a que todos seguiamos si-endo los mismos trolls que vivieron en esa epoca y que sufririamos el mismo destino no importase como sucediera.
-¿Y a que se refería entonces? -preguntó intrigada con la historia.
-Se refería a que en realidad la verdadera culpa de que siempre perdiesemos era porque obedecíamos ordenes de un lider tan ciego por dentro que no vería que su propio ego nos conducería a una muerte segura. Ahí entonces lo comprendi, cuando Malefor nos convirtio en trolls oscuros, nos invirtio la vida transformandonos en muertos vivientes que acampaban a sus anchas por la superficie buscando la destrucción total de Skylands, Malefor hizo eso mismo hace mil años, y ahora aqui Kaos lo esta hacíendo de una nueva forma, una que nos esta quitando la vida para convertirnos en aquello que él quiere ser -fijo su seria y fria mirada en ella-. Por eso mismo pienso que ya esta muerta, porque ya murió el dia en que Kaos se hizo emperador, ella tenía razón, y nadie la escucho, y ahora se va a ir por fin de este mundo para que no vea en lo que Trollia se ha convertido en realidad.
Toda esa explicación hizo que Srill se cuestionara todo aquello cuanto consideraba venerable en los trolls, pero viendo todo lo que estaba pasando los ultimos dias, sentía que ahora debía de darle la razón a ella también.
-Para mi todos estan muertos, mi madre esta muerta, mi hijo esta muerto, todos se moriran pronto cuanto este pueblo arda del todo -opino poniendo una voz amarga que indicaba la poca simpatia que tenía por los demas.
Srill le miro indiferente, antes creía que aquella mujer por lo menos tendría una vision de las cosas un poco mas razonable ya que siempre la considero una mujer fuerte, pero ahora veía que en realidad resultaba ser una mujer vacia que se trataba como si hubiese decaído en la mayor depresión posible.
-No todos estan muertos -exclamó-. Su hijo, y su marido siguen vivos.
-¿Mi hijo? Mi uníco hijo, al que lo he mandado a morir, seguro que ya esta muerto.
-¿Mi marido?
-Si, ¿él no murió verdad?
No había caído en la cuenta de eso.
-Mi marido se marcho porque tenía mejores cosas que hacer que comportarse como alguien con la suficiente humanidad como para darse cuenta de que tenía que cuidar de un hijo y una esposa, para mi esta muerto, ya que nunca volvera -confesó demostrando que le guardaba cierto rencor.
Se sintio por haberle dicho eso.
-Por lo menos tiene a su hijo.
-Mi hijo esta muerto, se murió el dia en que se marcho de aqui.
-Eso no es cierto, su hijo aún sigue vivo, esta luchando con los suyos, a pesar de que este metido en una lucha que no nos beneplace a todos.
-Igual, yo se que esta muerto.
-Deje de decir eso, usted no lo sabe.
-Si que lo se, una madre lo sabe todo, sabe cuando las cosas dejan de tener sentido y empieza a darse cuenta de que vive en un infierno donde hace demasíado calor y no tiene ni siquiera una gota de agua para refrescarse. Ese maldito Kaos me lo ha quitado todo, pero hay una cosa que no me va a quitar todavía.
-¿El qué?
-Mi dignidad, no pienso darle ningún tipo de lealtad, no voy a aceptar cualquier cosa que diga, y tampoco pienso dejar que la muerte de mi madre haya sido en vano, pienso evadir todo esto antes de que me afecte a mi también -acoto decidida a no dejarse intimidar por Kaos, él no era su emperador, y como no lo era, no tenía ningún derecho a hacerle caso a cualquier cosa que dijese por importante que pareciera.
La enfermera Srill esbozo una sonrisa de satisfacción, eso era algo en lo que si estaba verdaderamente de acuerdo, ahora veía a la mujer fuerte que conocía de sobra.
De pronto surgió uno de los enfermeros asomando la cabeza.
-Es la hora -dijo y volvió a meterse dentro de la habitación.
Ambas se miraron solemnemente sabiendo bien lo que significaba.
Regresaron a la habitación y ahí se encontraron con todos los enfermeros parados alrededor de la cama donde se encontraba la abuela Thelia, se mordían el dedo mientras esbozaban unas caras nerviosas al no saber que hacer, se acercaron lentamente y la hija se acurruco al lado de su madre que yacía con una mirada completamente perdida.
-¿Mama? -le hablo fuertemente para que le escuchase.
Se le escuchaba respirar, pero no movía ni un solo musculo.
-¿Puedo escuchar algo? -preguntó dirigiendose a los enfermeros.
-Escucha bien, el problema es saber si esta lo suficiememente consciente como para poder hablar con ella -comento el enfermero mas viejo del grupo.
Aquello no la consolo, pero tenía la esperanza de que pudiera tener un ultimo momento con ella para poder despedirse. Le acaricio suavemente el pelo, lo tenía muy fino y corto, no le gustaba que fuese así, siempre le gusto que fuese largo ya que así podía jugar con él y asumir que eran telarañas, y ella la araña que se columpiaba sobre ella, era un juego tonto que le gustaba hacer, lo dejo hace mucho tiempo, pero ahora viendolo así lo echaba de menos.
Echaba de menos demasíadas cosas de ella.
De pronto solto un enorme suspiro que hizo que todos se asustaran, ella mas ya que se encontraba mas cerca y pensaba que iba a largar algo por la boca.
-¿Se encuentra bien? -le pregunto una joven enfermera.
-¿Que ha sido eso?
-Eso ha sido una expulsión de aire, cuando el cuerpo ya no deja entrar mas, debes en cuando sucede de forma exponencíal, eso significa que se va a ir pronto -confeso el enfermero viejo apaciguandola con una dulce palmada en el hombro para que se calmara.
Eso era algo que temía oír, pero reconocía que tenía razón.
De pronto la abuela Thelia giro la cabeza, mirandola con los ojos medio cerrados.
-Mama -se acerco de nuevo.
Empezo a abrir la boca dispuesta a hablar.
-Vica -mencionó su nombre.
-Hola mama, ¿estas bien? -se puso a sollozar entre lagrimas.
Puso una mirada seria de estar pensando.
-¿Me voy a... ir... verdad? -hablaba entrecortado debido a que apenas podía respirar.
No le quedo otra que confesarle la verdad.
-Me temo que si.
-Me lo... imaginaba.
Ambas empezaron a sollozar soltando grandes lagrimas por los ojos.
-Mama, lamento mucho que esto este pasando, me esperaba que durarías un poco mas, lo suficiente como para que Thorne regresara de donde fuera que estuviera, pero ahora siento que si tu te vas, no se quien se quedara conmigo -le comento sincerandose con ella, le demostraba que no era lo suficientemente sola como para vivir sola.
-Tu no estas sola -se puso a acercar su mano para tocarla.
Dejo que le tocara la cara mientras lloraba de la alegria que era que la estuviese aca-riciando por una ultima vez.
-Tu puedes seguir sobreviviendo.
-No quiero sobrevivir, quiero que todos los que amo esten conmigo, tu, Thorne, no quiero que nadie mas muera -bajo la mirada avergonzada por desear algo que resultaba imposible de desear.
-Mi vida, escuchame bien -le exigió pasivamente.
Levanto de nuevo la mirada mientras le agarraba fuertemente de la mano.
-¿Nos pueden... dejar solos? Por favor -le pidio a los enfermeros.
-Si, claro -acepto el enfermero mas joven y todos se marcharon de la habitación.
Srill se quedo la ultima, echo una ultima mirada para ver encantada como madre e hija compartían un ultimo momento juntos, les sonrio halagadas y se marcho.
-Hay una cosa... muy importante... que tengo que... decirte.
-Vale, ¿que es? -se dispuso a escuchar atentamente lo que tuviera que decir.
-Yo morire, yo morire al igual que todos los demas, pero tu seguiras viviendo, al igual que Thorne sobrevivira también, pase lo que pase.
-Lo dudo mucho, estan apunto de iniciar una guerra en Skylands, y ambas sabemos perfectamente como eso acabara.
-Lo se, pero hay una forma de que por lo menos... Thorne siga con vida.
-¿Como?
Echo una mirada al frente para asegurarse de que nadie les viera.
-Hay un secreto..., que nunca te he contado.
-¿Que secreto?
-Uno muy... importante, uno que ni siquiera pudo decirselo a... Thorne.
-¿Que quisiste decirle?
-Acercate -le exigió haciendole el gesto con la mano.
Se acerco y empezo a relatarle algo al oído, a medida que le iba contando, se quedaba indecisa, y cuanto mayor relataba, mas sorprendida se quedaba ya que aquello que relataba, era algo verdaderamente inimaginable.
-¿Que? -salto sobresaltada.
Aquello hizo que los enfermeros asomasen la cabeza para ver que ocurría.
Les hizo un gesto con la mano para indicar que no pasaba nada, un par de ellos se miraron preocupados pero luego volvieron a quedarse fuera en el rellano.
-¿Es cierto eso? -le preguntó reprochadamente.
-Si.
-¿Por que se lo diste a Thorne? ¿Y porque no me contaste nada?
-Por que... te casaste con un hombre... en quien yo no confiaba... por eso mismo no podía... contartelo. No me... quedo otra... que darselo... a Thorne.
-¿Pero porque él?
-A él... le protegera... este donde este...
-¿Y como estas tan segura de eso?
-Pase por... lo mismo... que él, hace muchos... años... lo descubrira muy pronto.
-¿Que descubrira?
-Su poder.
-¿Su poder?
-Nuestra familia... lo ha mantenido... a salvo por generaciones..., asegurandose de que no cayera... en malas manos... y Thorne... es la persona mas confiable... a quien puedo otorgarselo... para que siga... retomando la cadena.
-Pero no le dijiste casi nada -criticó ese hecho-. No sabe ni siquiera que es lo que tiene en las manos, ¿que pasa si lo pierde en algún momento?
-Yo también... lo perdí... hace un tiempo... pero pudo recuperarlo.
-¿Como?
-Me temo... que eso tampoco... puedo decirtelo. Pero si... puedo decirte algo mas.
-¿Que es? -acerco aún mas la cabeza para oírla mejor.
-Algún dia... ese pequeño artefacto... que tiene Thorne... en sus manos... podra ayudarlo... a detener... esta batalla... esta infernal guerra... de la que seguro... se cobrara... miles de vidas... inocentadas... pero él encontrara... el camino... para usarlo... en su beneficio... y hallara la manera... de detener a la oscuridad... para siempre -cogió el tubo que estaba pegado a la respiración y lo arranco de cuajo de su cara. Aquello provoco que largarse un fuerte suspiro de ahogamiento.
-¿Que estas hacíendo? -protestó Vica costernada.
-Yo he seguido... mi camino... ahora es el turno de Thorne... continuarlo -enderezo la espalda hacía adelante provocando que eso afectara su flujo de aire a los pulmones.
Vica se quedo mirando sin saber, estaba cada vez mas consternada, pero no porque estuviese viendo a su morir, sino porque al hacer eso dejaba constancia de que se estaba suicidando apropositamente.
Thelia enderezo la mirada poniendo una horripilante mueca como señal de que ya no podía respirar mas, cayo rendida en la cama.
Falleció.
..
-¡Ah! -grito Thorne.
Volteo la mirada hacía atras, no veía nada, pero sintio algo raro.
-Thorne, ¿estas bien? -le pregunto Oggus dandole una palmada en el hombro.
Asomo la mirada viendo que todos sus amigos le estaban mirando preocupados. No supo que decirles ya que se quedo con una sensación rara.
-No lo se -contestó timidamente.
-Has puesto cara de haber visto un fantasma -opino Borke con tono optimista.
No tuvo mas opción que contarles.
-He tenido un escalofrio.
-¿Un escalofrio? -inquirio Marvus.
-Así es, lo he sentido por la espalda.
-A lo mejor por frio -opino Duanne mirando el ambiente.
-Dudo de que sea frio con este sol tan infernal que tenemos -discrepo Borke de esa opinion suya, alzo la cabeza para sentir el sol en la cara.
-No lo se, ha sido raro, como una sensación de que ha ocurrido algo malo.
-¿Algo malo como qué?
Se puso a buscarle una explicación a esa sensación, pero no podía.
-Ni idea -exclamó desorientado.
Ambos se miraron intuitivamente.
-¿Quieres que lo hablemos?
-No, lo uníco que quiero hacer es irme de aqui ahora mismo -insistió, se enderezo y levanto una caja con la ayuda de los demas, la dejaron apoyado sobre un carro en el que se encontraban otro tipo de materiales necesarios para el viaje como uniformes, cubetas para lavar, jabon, todo lo indispensable para que ningúno de los soldados marchasen sin tener un aspecto deporable y poco honorable.
Paso como una hora y media desde que limpiaron el area en el que habían calcinado los restos de los cadetes muertos, en todo ese tiempo se habían ocupado de recoger todas las pertenencias y demas accesorios que habían esparcidos por el campamento como las mesas, las sillas, las tiendas de campaña, ademas de limpiar los carros y los tanques, llevaban bastantes dias sin limpiarse y eso no era bueno, tenían la estricta obligación de lavarlos de cuerpo entero ya que si evitaban que el metal del que estaba formado se oxidase y no produjese un deterioro en su dureza, era el mismo tipo de trabajo que hacían los obreros en el hangar del castillo en Trollia.
Al cabo del rato todo el campamento quedo recogido sin que se viera nada que indicase que ellos se hospedaron en el area, los generales vieron aquella limpieza desde que empezo, se sentían halagados de ver que verdaderamente trabajaban en equipo para lograr que toda esta fuese una operación rapída y bien sencilla.
Lomis examino el mapa en el que tenían planificado el recorrido del plan, desde que llegaron habían hecho correctamente el recorrido tal y como estaba ahí planificado, pero desde que el general Tumbor habían cambiado los planes que ya tenían formados desde que salieron de Trollia, ahora se encontraban en un punto muerto. Estaban en medio de ningúna parte, en un desierto en el que sabían perfectamente que se encontrarían con los Sabuesos de nuevo si pasaban por su territorio, y apenas podía verse algo de vegetación o siquiera algúna vida que les ayudase a seguir adelante, aunque viendo el camino de destrucción que provocaron en todo el viaje, dudaba completamente de que alguien les ayudase como la ultima vez.
-¿Todo bien general Lomis? -pregunto el general Tumbor acercandose sorpresivamente hacía él, se acerco para mirar el mapa.
-Tengo mis dudas sobre una cosa.
-¿Cual?
Le enseño el mapa hacíendole ver lo mismo que él veía.
-Nosotros estamos aqui, ¿nó? -señalo un punto en el mapa en el que se podía ver la imagen de un sendero llano.
-Si -confirmo.
-Y nosotros tenemos que llegar hasta aqui -movió el dedo hacía el dibujo de una tierra redondeada donde había puesto un titulo que ponía: Valle Sierra.
-Lo veo.
-¿Sabe acaso que pueblo es?
-Pone que Valle Sierra.
-Valle Sierra, eso es -doblo el mapa hacíendole un rollo, tenía tanta furia que se puso a darle todas las vueltas necesarias hasta que quedara bien-. En Trollia busque ese lugar y resulta ser un pueblo habitado por una raza de gremlins expertos en ingeniera mecanica, son expertos en construir todo tipo de maquinas que ningún otro ser haría. Si vamos ahí con toda la maquinaria que tenemos, nuestros cadetes seguramente no les gustara nuestra intrusión y se pondran a atacarnos con todo.
-Pues nosotros les atacaremos también -espeto con tono optimista.
-¿Como hemos hecho todas las anteriores veces en este viaje? -le criticó llevandole la contraria, sentía que ya esperaba una respuesta de ese tipo.
-Vinimos aqui para demostrar que los trolls somos superiores, y eso les demostraremos a esos gremlins -acoto justificando autoritariamente los motivos por los cuales estaban cometiendo este viaje en realidad.
-¿Y que pasa si no funcíona? ¿Que sucede si todo sale mal y acabamos matando a algúnos cuantos gremlins inocentes, ademas de algúnos cuantos cadetes mas? Ya hemos perdido demasíado por tomar decisiones de este tipo.
-¿Y que pretende hacer entonces?
-Resolverlo a mi manera.
-¿Y cual es esa manera suya?
No le gustaba atraverse a decirselo pero debía hacerlo.
-Negociar con ellos -admitió.
-¿Negociar? ¿De veras quiere negociar con ellos para que acepten dejarse esclavizar por nosotros los trolls? -le criticó ingenuamente.
-No me refiero a eso -se retracto insistentemente-. Me refiero a hablar con ellos para proponerles la idea de que se pongan a trabajar con nosotros, de hacerles ver que no somos sus enemigos y que podemos ayudarnos mutuamente.
-¿Te das cuenta de que eso sería engañarles para descubrir que les estamos vendiendo? -objetó hacíendole ver que todo en ese plan acababa de forma negativa.
-Lo se, pero es esto o nada.
-No es nada, hay otra manera. La mia.
Berreo meneando la cabeza de lado a lado.
-Lo intentamos a la suya y funcionó, ahora dejeme a hacerlo como yo quiera.
-Si lo hacemos como tu quieres acabaremos perdiendo el tiempo cuando podemos solucionarlo todo rapídamente, ¿que pensara Kaos de esta actitud tuya?
-Me importa ya un comino lo que diga Kaos, ni siquiera sabemos que es lo que suce-de Trollia, estamos incomunicados con nuestro hogar, así que me da igual lo que diga de lo que hagamos, ahora lo único que importa es llegar al lugar mas poblado para impedir que nos vuelvan a atacar esas horribles criaturas -le replico Lomis harto de que le estuviera criticando sus opiniones morales.
Se paso la lengua por la boca en señal de estar pensandoselo.
-¿Cual es su plan? -le pregunto intrigado.
-Ire directamente al poblado y hablare con el hombre que este al mando -argumentó.
-¿De veras es ese su plan?
-Si, ¿algún problema con eso?
-Puede que no sea asunto mio, pero le aconsejo que no haga eso, si va a hablar con ellos solos, le mataran sin pensarselo dos veces -le comentó honestamente.
-Tengo que intentarlo por lo menos.
-No tiene que intentarlo, obviamente es una mision suicida de la que nadie sale vivo.
Eso fue algo en lo que si pudo reconocer que tenía razón.
-¿Y entonces como solucionamos esto?
-No puedes ir solo, ¿tienes que ir con alguien mas?
-¿Con quien?
-Conmigo.
-Ni loco -lo rechazo marchandose para el otro lado.
Tumbor se puso a perseguirlo apuradamente por detras.
-Lomis, escuchame bien, se que no soy el mejor troll que hay para decirte esto, pero si quieres cometer este plan, vas a tener que seguir mis pasos al pie de la letra -le pidió exigentemente que le escuchara.
Asintio Lomis largando un fuerte suspiro de esos de los que parecía que se estaba ahogando por dentro, no quería aceptar esta sugerencia ya que sabía bien que cualquier cosa que dijese Tumbor sonaba mal, pero hasta él mismo conocía de sobra que cometer una idea tan imprudente como esta no funcionaria de la forma en como la proponía, necesitaba hacerle caso esta vez aunque solo sea para ayudarle.
-Esta bien -acepto con tono desganado-. ¿Quien me acompañara?
-Yo.
-¿Tu conmigo? -le miro con el ceño fruncido.
-Esos gremlins no son trigo limpio, si voy contigo yo te ayudare a ser menos flexible con ellos, necesitaras a alguien que sea disciplinado.
-¿Y los demas no son disciplinados? -dirigio la mirada hacía los cuatro generales restantes que se ocupaban de dirigir a sus propios cadetes. A algúnos se les veía mostrandose con un aspecto autoritario mientras que otros parecían estar tratando a los jovenes trolls como si fuesen unos alumnos de escuela.
-Ellos estan mas cualificados para enseñar y tratar, no para razonar -opino honestamente-, yo en cambió he pasado por este tipo de cosas, se en lo que me meto.
Se resentió mentalmente.
-Si lo vamos a hacer, ¿prometes de que no comportaras como siempre?
-La forma en como me comporto siempre, es la manera que tengo para mostrarme delante de todo el mundo como soy en realidad, ¿como hace usted para mostrarse?
Eso fue algo en lo que nunca había caído en la cuenta, normalmente un general podía mostrarse benevolente o autoritario con los demas para que se comportaran como verdaderos cadetes, pero nunca antes había intentado mostrarse como él mismo para que viesen la clase de lider que era, pero en cambió Tumbor lo era y parecía tomarselo muy normal, como lo hacía era algo inexplicable, pero si él podía lograr hacerlo, entonces él también probarlo.
-¿Que me dice? ¿Lo intentamos? -le alargo la mano queriendo que se la estrecha, pactaba para que lograsen el acuerdo.
Lomis se lo miro poco confiado.
-Lo intentaremos, pero yo pongo las condiciones en esto -decreto estrictamente.
-De acuerdo.
-Si hacemos esto, no quiero que se diga nada sobre lo que hacemos.
-Lo se -afirmo.
-Aceptaremos todo lo que nos digan, y no nos mostraremos benevolentes con ellos.
-Uhum.
-Y si algo sucede mal, no quiero esperar un acto inapropiado que de comienzo a un conflicto injustificable.
-Muy bien, ¿eso es todo?
-Eso es todo, de momento.
Esbozo una sonrisa optimista que parecía dejar constancia de que estaba de acuerdo. Estrecho fuertemente su mano y ambos se separaron.
-Usted y yo nos vamos a llevar muy bien -exclamó con tono burlon.
Rezongo asqueado y se marcho alejandose de él, ahora que tenía zanjado su plan no quería escuchar nada al respecto sobre lo que pensara, no estaba orgulloso de poder trabajar con él ya que se notaban sus ganas de asesinar a esos gremlins sin ningún tipo de compasión, pero ahora que parecía que por lo menos acepto su idea sin rechistar nada a cambió, se intuyo en que quizas no pasaría nada en esa negociación.
Bajo por la pendiente de tierra en la que se encontraba y de ahí fue caminando hacía la tienda de campañas de alto rango que aún no se habían quitado, solían quitarse las ultimas para evitar así que si en algún momento recibian la noticia de quedarse en su puesto, al menos no tendrían la necesidad de volver a montarlas otra vez, en cambió los cadetes si ya que era su obligación pasar por este tipo de encargos poco agradables.
Regreso a su tienda de campaña, se sento delante del escritorio con toda la mayor parte de sus pertenecias, encendió el radiofonico y se puso a comunicarse con él, hizo el mismo trabajo de siempre y empezo a hablar una vez que capto una señal.
-Aqui el general Lomis llamando a Trollia Central, ¿me recibe alguien?
Nadie le contesto, solamente escuchaba un zumbido.
-Aqui el general Lomis, llamando a Trollia Central, ¿me recibe alguien? Llamo para comunicarme con el emperador Kaos, ¿me responde alguien?
Sin respuesta.
Aquello hizo que se llevara las manos a la cabeza del agobio que tenía.
-Llamando a Trollia Central, aqui el general Lomis, ¿me recibe alguien por favor? -contesto con un tono mas abrupto y malhumorado.
Sin respuesta.
Tenía ganas de golpear la mesa, pero no lo hizo, se lo aguanto.
-¿Puede alguien de Trollia responderme? -protestó harto de que no le respondieran.
No hubo respuesta, seguia escuchando ese zumbido horrible que dejaba bien claro que nadie estaba captando su frecuencia.
Lomis se desanimo por completo, se agacho sobre el escritorio mientras apagaba el radiofonico, se rindio ante la idea de creer que alguien le escucharía. Lo dejo todo ahí y se marcho de la tienda de campaña, no quería pasarse todo el dia encerrado asumiendo que quizas Kaos se preocuparía de él, cuando en realidad no lo hacía.
De pronto escucho un sonido ensordecedor que le alarmó de golpe.
Se levanto de un salto y salió de la tienda para averiguar de que se trataba. Paso al exterior y se junto con un cadete que venía corriendo, lo cogió y le dijo:
-Cadete, ¿que sucede?
-Ha habido un accidente -notificó euforicamente.
-¿Que accidente?
-Mire -señalo al fondo donde se encontraba la mayor parte del campamento.
Asomo la mirada y observo que todos los cadetes trolls de la zona se estaban reuniendo en un extremo cercano al lugar donde tenían estacionados los tanques, se iban juntando cada vez mas, eso provocaba que se armara un enorme barullo que se oía desde una gran distancia, carraspeo amargado por tener que pasar otra situación igual.
Marcho corriendo a mirar, se metió entre la multitud y de ahí fue empujandoles consecutivamente ya que les estaba pidiendo que le dejasen pasar pero no les escuchaban. Llego al otro lado y ahí se encontro con la raiz del problema.
Había un joven troll tirado en el suelo con toda la cara ennegrecida, mostraba una cara fruncida y apenas podía mover las extremidades, se le escuchaba soltar unos gemidos como si pretendíera decir algo a duras penas. Se acerco al joven para ayudarlo a averiguar lo que le sucedía, le paso la mano por encima de su cara, se le mancharon los dedos de restos de polvora.
-¿Que ha pasado? -pregunto dirigiendose hacía un troll que se encontraba al lado, mostraba una cara indecisa, eso indicaba que estaba con él cuando ocurrió lo que paso.
El troll no contestaba, estaba en trance debido a lo sucedido.
-¿Que le ha pasado? -le reprochó al ver que no contestaba.
-Estabamos limpiando el tanque, y al parecer hallo algo incrustado dentro, se dispuso a sacarlo pero... -volteo la mirada hacía el tanque que tenía al lado, podía verse que en el extremo frontal tenía toda una parte ennegrecida.
-¿Pero? -insistió queriendo saber como terminaba la frase.
-Agarro su lanza porque no estaba muy seguro de lo que era, y en cuanto lo toco, le exploto en toda la cara -confesó dando por entendido lo que ocurrió de verdad.
Lomis asintió frustrado al oír eso, miro al tanque de nuevo y ahí rapídamente pudo hacer una rapída conclusión a lo que ocurrió.
-Dime, ¿dijo que era lo que vio?
-Apenas lo escuche, pero dijo algo de un mango.
-De un mango -exclamó apenado.
-¿Sabe que era?
-Era una granada -declaró.
Todos los demas cadetes se pusieron a murmurar absortos al oír eso.
-Seguramente la usaron ayer durante el ataque, alguien debió de tirar de ella, se quedo ahí atorada y como él la movió, acabo estallando -argumentó honestamente-. Pero tiene suerte de que no la haga cogido con su mano, ya que si no la habría acabado volando en mil pedazos.
Todos hicieron el gesto de asco al imaginarselo.
-¿Pero se recuperara nó?
Miro al joven que se encontraba todavía con la mirada perdida, era evidente que la explosión le había dejado en un estado catatonico.
-Cadete, ¿me escuchas? -le preguntó asumiendo que le contestaría, tras esa explosión dudaba de que siguiera pudiendo escuchar con normalidad.
-Gene... ral -esbozo con pocas palabras.
-¿Puedes oírme?
-Me due... le.
-¿Que te duele?
-Las orejas... y los ojos.
-Uf -suspiro lamentandose.
-¿Es grave?
No supo como decirselo honestamente.
-¡Que venga aqui un medico! -ordenó, lo uso como excusa para cambiar de tema.
Espero un rato y al instante aparecieron dos enfermeros llevando consigo una camilla que la sujetaban por ambos lados, la pusieron contra el suelo y luego los tres ayudaron a apoyar al troll moribundo sobre la camilla, luego los dos enfermeros alzaron la camilla con fuerza llevandose consigo el troll a otra parte.
Los otros se quedaron mirando indiferentes.
-Señor -dijo el otro troll dirigiendose hacía Lomis-. ¿Se pondra bien?
-Eso ya no depende de mi, depende de los medicos -fue lo uníco que pudo decirle como para que no pareciera culpable de mentirle-. ¿Tu te encuentras bien?
-Me siento aturdido -dijo con tono optimista.
-¿Pero estas cerca de la explosión, nó?
-Si, pero yo estaba detras del tanque.
-Tienes suerte, ¿pero te duele algo?
-No, aparte de que apenas oígo algo de esta oreja -señalo su oreja derecha.
-¿En serio? Veamoslo -se acerco a su oído malo, chasqueo los dedos para averiguar cuanto podía oír de ese lado-. ¿Oyes eso?
-He oído algo, ha sido molesto.
-Entonces estas bien -le paso la mano por la cara para quitarle los restos de polvora que se le quedaron pegados tras la explosión-. Vuelve con tu general.
-De acuerdo -acepto y se marcho con los demas cadetes.
Lomis se giro observando que todos los trolls continuaban mirando, al verlos pudo reconocer que todos estaban asustados de esta situación, necesitaba hacer que se olvidaran de ello antes de que algúno se volviera loco o empeorara aún mas las cosas.
-¿Y vosotros no teneís otra cosa mejor que hacer? ¡Volved al trabajo, nos largamos de aqui! -les ordeno mostrandose autoritorio delante de todos.
Obedecíeron y dieron la vuelta, se marcharon apresuradamente por donde vinieron. Podía notarse que alguien se estaba quejando como si no le gustara que le diesen esta orden justo cuando había ocurrido un accidente tan poco probable de que sucediera.
Lomis también se marcho, decidio regresar a su tienda de campaña para recoger sus cosas, no esperaba volver a comunicarse, si no recibia la voz de nadie a traves del radiofonico, es que entonces los habían dejado abandonados ahí por nada, siguio caminando tranquilamente cuando de pronto se percato de que un conocido cadete le hallo y marcho corriendo apuradamente hacía él.
-Lomis -era el general Herman.
-Hola general Hemran -le saludo al juntarse con él-. ¿Como le va?
-Señor, ¿es cierto eso de que a ese cadete le exploto una granada?
-Tus suposiciones son ciertas, pero no te preocupes, no ha sido tan grave, tuvo la suerte de tocarla con su respectiva arma.
-Menos mal, ¿pero se recuperara nó?
No esperaba darle la misma respuesta a él, tenía que ser honesto.
-Lo dudo, antes he hablado con él y he podido notar que su agudeza ya no es lo que era antes, apenas puede oír, y viendo los daños que tiene en su cara, he supuesto que seguramente tampoco podra ver bien -confeso demostrando que les había mentido a los demas trolls, aquel cadete no estaba bien del todo.
Se lamento bajando la cabeza apenado.
-Espera que después de lo que sucedió ayer esto terminara, pero no termina, va de mal en peor, ¿no se que hacer? -comento mostrandose nervioso y preocupado por el estado de sus cadetes, después de haber visto lo que ocurrió a ese cadete, ya estaba empezando a mosquearse por lo que pudiera ocurrirle a muchos mas.
-Tienes que seguir ayudandoles, tienen que adaptarse a estas circunstancias.
-¿Y si no qué? ¿Que pasara cuando una docena muera en pleno combate y no tengan la manera de defenderse porque su general les ha enseñado mal.
-No pienses en eso, les has enseñado bien, es solo que estos chicos nunca han experimentado una situación como esta, es algo normal, pronto aprenderan y ahí veran lo que tienen que hacer, dales tiempo -le aconsejo modestamente para que se lo tomara en cuenta y viera que todo era cuestión de practica.
-Tiempo es lo que no tengo -se resigno y se sento en el suelo a reflexionarlo.
Herman pudo ver que algo malo le ocurría, se sento a él a confrontarlo.
-¿Que es lo que sucede? -se dispuso a razonar con él.
Esa fue otra cosa de la que no tenía muchas ganas de comentar, pero viendo que se había llevado bastante bien con Herman durante el trayecto, decidio contarselo.
-El siguiente pueblo al que vamos a visitar, esta poblado de gremlins, gremlins hostiles que no dudaran en matarnos por ser trolls, así que he ideado este plan de razonar con ellos, pero no puedo hacerlo solo, así que no he tenido otra que aceptar un trato con Tumbor para negociar con él.
-¿Y te ha prometido que se comportara bien? -objetó sarcasticamente.
-Ha prometido que si, pero dudo que hara después.
-Como para no tenerle miedo.
Ambos asintieron agobiados al sentirse que estaban atrapados en la misma situación.
-¿Dime una cosa Herman? ¿Estamos verdaderamente hechos para hacer esto?
-¿A que te refieres?
-¿De veras somos capaces de conquistar un mundo?
-Un mundo, a todas las razas, eso es lo que estamos hacíendo.
-¿Tu crees? -se intrigo con esa opinion suya.
-Y si, piensalo bien, un mundo es un planeta, donde habitan cientos de seres, cada uno de ellos actuando de forma independiente, pero viene una especie superior a arruinarles la vida que ya tienen hecha, se les quita su libertad, y empiezan a ser utilizados por esa otra raza para que estas hagan lo que quieran con el mundo que ya han creado -le explicó de forma razonada para que entendiera que todo este plan de conquista no era nada mas que un proceso natural.
-¿Entonces estas diciendo que en realidad estamos actuando de la misma forma que todas las especies que habitan en Skylands?
-¿Nunca te has puesto a pensar en eso? Si nosotros fuesemos una raza superior con todas las de ganar, y atacamos a una raza mas debil, ¿acaso no estamos controlando a esa especie para que borre todo lo que ha hecho y nos lo haga devuelta para que quede a imagen y semejanza nuestra? -le argumentó de otra manera mas clara para que viera lo onirico que era este asunto-. No se puede conquistar un mundo, el mundo ya esta conquistado por todas las razas, lo uníco que se la puede hacer ahora es dañarla.
Lomis quedo tan adoninado al oír eso que empezaron a venirle todo tipo de conclusiones que le hacían darse cuenta de que tenía razón en ese hecho. Desde que se formo Skylands, ya habían nacido seres que habían reformado el planeta hacíendolo un lugar habitable, pero después de eso empezaron a venir otros seres que hicieron lo mismo que ellos, y así sucesivamente hasta lo que era ahora, ellos atacando Skylands por el mero hecho de dañar algo que ya estaba en perfecto estado.
-No se que es lo que le haremos Skylands, pero se que haremos algo mucho peor que todos los demas seres que han intentado de cometer nuestras mismas acciones -admitió demostrando que él también sentía remordimientos de su mision.
-No, no haremos algo peor, haremos un nuevo capitulo en la historía de Skylands. Uno que demostrara que los trolls han sido la peor especie del mundo ya que estaban dispuestos a arruinarlo todo solamente por el mero motivo de ser narcicistas y soberanos sin motivo -retracto honestamente Lomis argumentando la manera en como el futuro les recordaría por lo que hicieron ahora.
-Si que hay un motivo.
Supo entender a que se refería con esa mención.
-Kaos -dijo solemnemente.
-Ese monstruo cabezon ha sido nuestra peor influencia.
-Y si lo es, ¿entonces porque le hacemos caso?
-Porque creíamos que hacía lo mejor para nosotros.
-Pero en realidad lo hacía todo por él -se llevo las manos a la cara de la vergüenza que sentía por reconocer de una vez que no Kaos no era un buen lider.
Herman no pudo evitar reirse de esa conclusión, le resultaba ironico ver que se cerciorasen ahora justo cuando estaban hacíendo algo que no les gustaba.
-No quiero seguir con esto Herman -le confesó con total honestidad.
-Y yo tampoco, pero si nos negamos nos fusilan por esto.
-Así que no nos queda otra que seguir con este absurdo plan a la espera de que algo lo empeore y acabemos volviendo a casa, a menos de que Kaos nos ejecute por ello.
-¿Que quieres decir? -pregunto intrigadó.
-Creo que Kaos nos ha abandonado aqui.
-¿Abandonado aqui?
-Nos ha dejado aqui para que hagamos su trabajo sin importar si volvemos o no.
-¿Como estas tan seguro?
-He intentado de comunicarme con casa, nadie responde -señalo con el dedo a su tienda de campaña para entender que uso su radiofonico para comunicarse.
Se quedo pensando en esa cuestión.
-A lo mejor aqui hay interferencias.
-No se ha oído ningúna interferencia, ha sido aproposito.
Reflexiono seriamente esa cuestión.
-Pero no tiene ningún sentido, ¿porque Kaos arriesgaría tanto mandando a tantos hombres a una mision de la que posiblemente no volviesen?
-Porque para él todos somos daños colaterales -indico sinceramente reconociendo que Kaos discrepaba completamente de lo que hiciesen los trolls.
Se quedaron mirando al frente observando como todos los cadetes casi estaban por terminar de recoger el campamento, al verlos hacíendo su labor de forma honorable, no podían evitar preocuparse sobre el hecho deque muchos de ellos creían que tendrían exito con esta mision, no tenían ni idea de que se habían metido en un lugar que no era su hogar, y eso era lo que mas temían, ya que ellos eran los que mas tenían que perder al no poder regresar con sus respectivas familias.
-¿Les decimos algo a todos? -objetó Herman dispuesto a confesarlos lo que sabían.
-No, eso solo creara problemas, y yo ya tengo bastantes -acoto estrictamente mientras se levantaba para ponerse de pie de nuevo.
Los dos se enderezaron con fuerza, les había resultado tan incomodo el lugar donde se sentaron que ahora tenían la mitad del cuerpo dormida.
-¿Seguro que quieres hacer esa negociacion con esos gremlins?
-Tengo que hacerlo, si no los cadetes se enfadaran por no encontrar un lugar donde refugiarse en buenas condiciones.
Aquello le hizo acordarse de otro asunto importante.
-¿Se sabe algo del otro grupo?
-La verdad es que no, he estado horas intentando de comunicarme con los demas generales para averiguar lo que fuese, pero tampoco contestan -comento cambiando la expresión a una de lamentación-. Temo que les hayan ocurrido algo.
-A lo mejor nos han abandonado aqui -opino ingenuamente.
Se rio de lo ironico que resultaba ese chiste.
-Quizas.
Justo en ese momento se acerco uno de los cadetes de mas alto rango.
-General Lomis. General Herman -saludo cordialmente el cadete.
-¿Que sucede cadete? -pregunto Herman.
-Mi general me ha informado de que les ordene retirar sus respectivas tiendas de campaña, los demas generales han ordenado lo mismo -les notificó.
Ambos se miraron al saber bien que tenían que irse.
-¿Nos vamos?
-Si -acepto a regañadientes.
Regresaron al campamento y ahí se pusíeron a recoger sus pertenencias, lo metieron casi todo en mochilas o en cajas para que pudiesen estar seguros en el viaje, eran cosas importantes, así que debían de mantener la mayor discrepancia posible y no permitirse perder nada ya que no tenían forma de intercambiar lo que perdiesen.
Al cabo de menos de una hora ya estaba todo el campamento perfectamente recogido y sin que se quedasen nada atras, los trolls ya estaban vestidos con sus respectivas armaduras y se iban reuniendo en el centro del campamento hacíendo la formación rectangular que siempre hacían a la hora de marchar.
Thorne se junto con su equipo pero no pudo evitar pensar en Fargus, no le vio en todo el dia, a pesar de que decidio separarse de él, le preocupaba que pudiese estar hacíendo otra tontería con tal de llamar su atención. Dudaba de ello ya que ahora se encontraba dirigiendo los tanques, que era una de las cosas que mas le gustaba, pero después de lo que paso anoche discernía sobre si eso le calmaría o no.
-¿Algún problema Thorne? -le preguntó Duane.
No tenía ganas de decirle que pensaba eso, necesitaba relatarle otra cosa.
-Solo nervioso, por saber adonde vamos -le comentó escepticamente.
-No te preocupes, tengo la sospecha de que el siguiente lugar que visitemos, sera un lugar mejor que este -le palmeo en el hombro y le sonrió.
Sonrio entusiasmado de ver que por los nuevos sus amigos se lo tomaban todo con un cierto tono optimista, cosa que él no tenía ya que vivia constantemente preocupandose por todo. Marcho siguiendoles para reunirse en las filas donde se encontraban todos los trolls puestos en posicion para marchar, a medida que avanzaba, empezaba a sentir de nuevo esa rara sensación que había sentido antes, no sabía que era pero cada vez que la sentía, la notaba mas fuerte.
Miro para ambos lados asumiendo que quizas se notaba de un mal presentimiento, como un aviso de que tuviera ojo con cualquiera, pero no era eso, se trataba de otra cosa que le costaba entender que era.
Asomo la cabeza y vio que algo le brillaba, penso que se trataba de un reflejo de luz causado por el sol, pero tampoco era eso, se giro asegurandose de que nadie le viera y saco su medallon fuera de su traje, vio que el pequeño cristal rojo que estaba colocado en el medio brillaba con intensidad. Aquello empezo a asustarlo ya que no entendía porque estaba hacíendo eso, ya no entendía nada de lo que hacía ese medallon.
Se dispuso a guardarlo pero de pronto escucho decir:
-Thorne.
Reconoció esa voz al instante.
Era la abuela Thelia.
No entendía porque escuchaba su voz pero era bastante evidente que estaba saliendo de aquel medallon, lo levanto y lo miro fijamente. Como si se tratara de un juego de luces de circo, el medallon empezo a revelarle una serie de imagenes en movimiento que le estaban mostrando toda la juventud de la abuela Thelia, desde que nació, desde que se hizo una mujer, desde que se caso, desde que le tuvo a él, hasta... ver como ella tendida en la cama abandonaba todas sus fuerzas.
Se quito de encima el medallon al instante.
Le dolían los ojos tras haber visto eso, se los rasco y aquello le aclaro la vista.
Miro de vuelta el medallon y ya no brillaba.
Quedo tan patidifuso al haber visto eso que ahora ya no sabía que pensar, no tenía ni idea de si lo que vio fue real o no, pero le vislumbro la vida de su abuela en cuestión de segundos, eso era algo imposible, a menos que aquel medallon tuviese un poder oculto que no había descubierto hasta ahora. Empezo a sospechar de que Sturgess decía la verdad sobre aquel medallon era especial, porque lo era, eso era algo que no entendía.
Pero al menos le mostro algo importante.
Su abuela falleció.
