200

MADRE SUPERIORA

El carro dio la vuelta por toda la via hasta ponerse de frente hacía la obertura, esta fue acelerando lentamente mientras el operador molekin manejaba el panel, a medida que bajaba la palanca, mas rapído iba el carro. En cuanto quedo lo mas cerca de la salida, este la bajo del todo provocando que acelerase de golpe.

Salieron despedidos de la cueva y el carro fue desplazandose rapídamente por toda la via que iba cambiando de angulo a medida que se elevaba, giraron en la siguiente curva que los levantaba, y de ahí bajaron de golpe provocando que se acelerase mas. Aquello dio resultado a que tuviesen que agarrarse a los bordes pensando que se caerían, pero al mismo tiempo les daba una subita emoción sentir toda esa aceleración pasando por delante de ellos, era divertido.

Volvieron a subir en otra curva y de ahí fueron subiendo mientras la via se convertía en un remolino que los llevaba hasta lo mas alto de la montaña, pasaron por delante de otra via en la que también se veía a otros topos metidos en su carro, Spyro los vio y por apenas unos segundos pudo ver como ellos ni reaccionaban a estar acelerando en aquel carro, se habían acostumbrado tanto que les parecía normal ir así.

Subieron unos cuantos pisos hasta que giraron a la derecha y de ahí pasaron a un camino recto, este les condujo a traves de un hueco donde se volvió todo oscuro al instante. Parecía que hubiesen atravesado otro mundo, pero al cabo de medio segundo empezaron a vislumbrar algo de luz.

Se metieron en un tunel que estaba repleto de lamparas de cristal colocadas en varios extremos de las paredes a su alrededor, aquello iluminaba el ambiente dando una sensación de que hubiesen pasado a otra sección de la cueva. Pasaron por unas cuantas curvas que hicieron que el camino ahora se volviese un poco menos ajetreado que al principio, eso era bueno ya que hacía un rato estaban como si todo lo que habían devorado les salíese para afuera. Siguieron así durante un minuto hasta que de nuevo pasaron por una via inclinada que dio un brusco impacto contra el suelo, luego de ahí acelero de nuevo mientras seguian atravesando aquel oscuro tunel que parecía extenderse hasta lo mas hondo del terreno.

Giro en un recoveco y de ahí marcho lentamente de nuevo, atravesaron una zona elevada bastante amplia donde se podían ver otras cuantas vias que parecían llevar a la misma dirección. Llegaron al final y ahí se toparon con una plataforma de tierra grisacea donde también se encontraba otro operador molekin dirigiendo un panel formado con palancas, se le iba bajar una palanca de uno de los extremos, esto provoco que el carro desacelerase mientras giraba a la derecha y subía a la plataforma por encima de una via inclinada, se puso delante del panel y ahí freno en seco.

Todos suspiraron atolondrados tras haber pasado por esto.

-Hemos llegado -contesto Diggs.

Se le quedaron mirando al comprender lo que ocurrió, nadie se lo esperaba.

De pronto se oyo a alguien gemir, voltearon las miradas hacía atras y observaron que a Vickam parecía darle un ataque de algo, se tiro de cabeza contra el suelo y se puso a hacer ruidos con la garganta.

-Vickam, ¿estas bien? -le preguntó Ermit preocupado al ver lo que hacía.

Acabo regurgitando todo lo que tenía en el interior de su cuerpo.

-¡Egh! -se quejaron todos mutuamente del asco que les daba ver eso.

-Me parece que vuestro amigo no esta muy acostumbrado a los transportes rapídos -espeto Hatterson con tono considerable.

-¿Transportes rapídos? ¿Esto es lo que hemos hecho? -pregunto Sparx.

-Así es, todo esto forma parte de una red de vias que se extienden por todo el volcan, cada via lleva a un lugar especifico, y gracias al control de la inercia que poseen estas vias, uno puede llegar a su destino en cuestión de pocos minutos -describió Diggs la forma rutinaria tan alocada que tenían para desplazarse.

-Increible -exclamarón ambos sorprendidos, esto era algo que a ningúno se le habría ocurrido utilizar nunca, y resultaba bastante sorprendente y divertido de ver.

-Pues yo quiero volver a intentar de nuevo -dijo Sparx.

-Pero si tu puedes volar -le recriminó Cynder.

-Pero no es lo mismo que te entre toda la presión por delante de tu cara.

Spyro se rio al ver que Sparx ya estaba con otra de sus ideas tan locas.

Vieron a Vickam y continuaba regurgitando cada vez mas, era evidente que él no es-taba hecho para este tipo de transportes de gran velocidad.

-¿Quieres tomar algo? -le pregunto Ermit.

-No quiero nada -rechazó pasivamente, se recostro acostando la cabeza sobre el carro mientras echaba todo el aire de dentro suyo.

El otro operador se acerco hacía ellos.

-Es mejor que se tome esto -extendió la mano enseñando una pastilla blanca con forma de semilla y teniendo el tamaño de un diente.

-¿Que es? -pregunto Spyro con curiosidad.

-Es una pastilla que sirve para curar los mareos, esto le hara sentirse mejor.

-¿De verdad? -cuestionó Sparx mirandose bien la pastilla.

-Dadsela, se la dan a todos los que empiezan a pasar por aqui por primera vez -aconsejo sabíamente Hatterson.

Ambos se miraron convencidos y se acercaron al pobre de Vickam. Se la enseñaron y este la miro con una expresión como de asco.

-No quiero nada -la rechazó como si le estuviesen entregando algo nocivo.

-Esto te pondra mejor, dejaras de vomitar -le dijo Diggs.

Se la miro de nuevo y sin previo aviso la cogió llevandosela a la boca de un tirón.

-Se le pasara dentro de media hora como mucho -avisó el otro operador.

-¿Media hora... como mucho? -criticó Spyro esa ultima frase.

-A los molekins les funciona mucho mas rapído, a él no se cuanto le tardara -indicó, se dio la vuelta y regresó al panel.

-Genial, esto no puede ir a peor -se quejo cruzandose de brazos.

-Venga Vickam, deja de quejarte de tanto, ya estamos en un lugar seguro, aqui no tienes que preocuparte de nada -le animó Ermit queriendo que pensara de una forma mas optimista ante esta situación.

De pronto oyeron un temblor que resono por todo el lugar. Vickam se levanto de pie de golpe mientras todos miraban atonitos a su alrededor.

-¿Que ha sido eso? ¿Un temblor?

-No, ha sido demasíado pequeño para ser un temblor -aclaró Cynder.

-¿Y que es?

El temblor volvió a sonar pero ahora sonaba mas intensificado que antes, pudieron sentir que provenía de una entrada que se encontraba al otro lado de la esquina, parecía dar un camino de tierra. Los pasos se hacían cada vez mas grandes hasta que pudieron ver una sombra que se iba formando en el costado de las paredes.

Ambos se pusieron en posicion de atacar, aunque Spyro se puso mas bien a la defensiva ya que esta situación le hacía acordarse a lo que vivieron antes en el tunel, creían que se iban a encontrar con una criatura feroz pero al final resulto ser un molekin, asumió que este momento seguramente se repetiria de nuevo.

La sombra se achico por detras y ahí entonces surgió el individuo que provocaba esos pasos tan pesados que hacían temblar el suelo.

Era un golem.

Pero un golem muy distinto de la especie que era Rompe Prisma.

Todo su cuerpo estaba hecho de rocas rojizas, por dentro parecían contener una luz anaranjada que actuaba como nucleo, su cabeza era ovalada y tocaba sus hombros, en sus manos tenían solamente cuatro dedos y eran grandes, y sus pies eran tan anchos que parecían que se hubiesen puesto unas botas de plomo. Por eso mismo al pisar el suelo resonaba todo de una forma descomunal.

Todos se quedaron indecisos al ver ese golem.

-¿Que es eso? -pregunto Sparx.

-Eso no, él, es un golem -rectificó Hatterson.

-Existen de verdad -exclamó Vickam.

-Ya os lo había avisado -recalcó incredulamente Cynder.

-¿Y que hace aqui? -pregunto Spyro.

-Se llama Rocamauro, es el primer oficial del cuerpo de Golems Volcanicos.

-¿Golems Volcanicos?

-Es una raza de golems que viven de las zonas calurosas, desde que nuestros antepasados consiguieron ayudarles, pasaron a convertirse en una autoria militar para evitar que esos magmagolems les volviesen a atacar creyendo que son debiles, y desde entonces son la mayor fuerza defensiva de esta tierra.

-Y que hace aqui entonces? -pregunto Ermit.

-Ahora vereís -dijo susurradamente de nuevo.

El golem doblo la cabeza dirigiendo la mirada hacía ellos, tragaron saliva ya que ver aquella cara tan rigida que tenía les daba una rara sensación de pavor, no sabían como era pero ya siendo primer oficial ya se intuirian que tendría un comportamiento bastante estricto y amargo, como cualquier militar con el que hubiesen estado.

Giro el resto de su cuerpo y marcho hacía ellos, su forma de caminar parecía la de una maquina ya sus pisadas resonaban por el suelo como si estuviesen hechas de metal, verdaderamente parecía ser alguien superior a Rompe Prisma, no era un golem normal.

Se acerco y se quedo mirandoles, les echo una vista de arriba a abajo.

-¿Vosotros dos... sois dragones? -preguntó, tenía una voz doble.

Ambos se miraron al asumir que se refería a Spyro y Cynder.

-Si, lo somos -reafirmo Spyro.

Carraspeo echando un soplido caluroso a traves de su dentuda boca de roca. Doblo la mirada fijandose en el par de molekins que tenía al lado.

-¿Donde les habeís encontrado?

-Yo les encontré, pasaron por la entrada secreta -confesó Diggs.

Abrió lentamente su boca esbozando una expresión de asombro.

-Necesitamos ver a la Madre Superiora -pidio autoritariamente Hatterson.

-En efecto lo hareís, seguidme -ordeno, se dio la vuelta marchando por donde vino.

Se volvieron a mirar sin entender a que vino eso, pero al ver que aquel golem parecía saber lo que estaba ocurriendo, decidieron seguirle.

Pasaron un tunel de tierra cuyas paredes tenían un tono de color parecido al del golem al que seguian, pero se notaba mas oscuro, a medida que avanzaron por el camino empezaron a sentir un olor que ya habían olído antes, era parecido al sulfuro que sintieron cuando estuvieron bajo tierra, pero se notaba mas dulce, era gustoso oler eso.

Spyro ignoro eso y se preocupo por aquello que le seguia carcomiendo la cabeza.

-Diggs, ¿podrías confirmarnos quien es la Madre Superiora? -le pregunto queriendo resolver de una vez esa cuestión que hasta no le había querido revelar.

-La Madre Superiora es nuestra emperatriz Molekin, es descendiente de los primeros colonos molekins que descubieron el volcan -le explíco revelando quien era el verdadero lider de su comunidad-, durante años toda su familia se ha ocupado de dirigirnos y de llevar el orden a este lugar, ella es la fuerza de alianza que existe entre nosotros y los golems, si no hay nadie gobernando nuestra especie, se rompe la alianza con los golems y dejan de protegernos.

-¿Pero acaso si dejan de protegeros, vosotros tampoco podreós protegerlos a ellos nó? -objetó Ermit demostrando que al final ambos grupos terminaban en discordia.

-Lo se, es el precio a pagar por vivir en este lugar, este volcan no esta hecho para los molekins, esta creado para seres adecuados a su propio elemento, y nosotros no pertenecemos al del fuego, por eso mismo es mejor que nunca le suceda nada a nuestra Madre Superiora, solamente ella puede equilibrar la unión entre ambos grupos.

-¿Y no habeís intentado de razonar con ellos para que podaís convivir sin importar los prejuicios de cada uno? -argumentó Sparx.

-No se trata de eso -dijo Rocamauro.

Todos fijaron la mirada en el golem que tenían delante.

-No lo hacemos porque no les tengamos respeto, lo hacemos porque es mejor que cada uno siga su camino, como nosotros el nuestro -aclaró dando a entender porque parecía que los dos grupos no convivian entre si.

Ambos se quedaron adoninados al oír eso ya que esperaban que a pesar de todo el tiempo que llevaban los molekins viviendo con los golems estuviesen viviendo como en una gran comunidad apacible, pero ahora veía que no estaban muy unidos debido a que ambos habían escogido un camino mas independiente entre si. Para Spyro resultaba bastante complejo asimilar esto ya que ver dos grupos coexistir de esta manera, le hacía imaginarse como sería su relación con su hermano si él hubiese continuado el viaje él solo hasta llegar aqui.

Salieron del tunel bajando por una rampa de tierra caliza, asomaron las cabezas observando que se encontraban en el interior de una amplia caverna, el techo estaba lleno de estalactitas de tierra por las que goteaban agua y caían sobre unos riachuelos formados alrededor de los rincones, en ellos el agua hervía y salía un humo que lo cubría por encima, como si fuese una piscina de espuma.

Siguieron a Rocamauro conduciendoles al frente de la caverna, bajaron por una pendiente inclinada y de ahí fueron avanzando por todo un salón repleto de columnas de tierra que mantenían enganchadas el suelo con el tejado, se notaba bastante que si estas se rompían, seguramente todo se vendría abajo con ellos.

Llegaron al frente donde se encontraba toda una multitud de golems y molekins reunidos ante la Madre Superiora, hicieron una reverencía inclinando el cuerpo hacía abajo y luego se enderezaron firmemente, cada grupo se desplazo por un lado y se marcho permitiendoles el paso hasta llegar a ella, estaba sentada en lo que parecía ser un trono de roca con forma ovalada enganchado a la pared de detras.

Ahí pudieron ver como era la Madre Superiora.

Estaba siendo custodiada por dos mujeres molekins armadas con dos lanzas afiladas hechas de un metal que parecía ser bastante resistente y fuerte, mostraban unas expresiones que indicaban que estaban decididas a proteger a su reina.

Era una mujer molekin anciana, tenía la piel caucasica pero el torso era de color blanco, llevaba puesto una túnica de color purpura que la hacía parecer una flor primaveral, y por encima de la cabeza tenía puesta una corona de plata, en ella llevaba enganchada una diadema verde que brillaba con cada movimiento que daba.

La Madre Superiora fijo su mirada en ellos al instante.

-Madre Superiora -se presentó Rocamauro haciendole una reverencía.

Los demas le siguieron presentandose como era debido, inclinaron sus rodillas hacía el suelo y enderezaron el cuerpo hacía abajo.

-Primer oficial Rocamauro, ¿creía entender que se había marchado? -le preguntó con tono autoritario, tenía una voz amarga que la hacía parecer una mujer superior.

-Así era, pero en cuanto he cruzado la salida, me he percatado de la presencia de estos inesperados invitados que han traído los trabajadores Diggs y Hatterson -se dio la vuelta señalando al grupo que tenía detras consigo.

-¿Vosotros los habeís metido aqui?

-Yo les encontre -respondió Diggs-, atravesaron la entrada secreta, han acabado aqui por pura casualidad, yo les he permitido pasar.

-Y yo he decidido traerles ante usted -añadio Hatterson.

-Umh -carraspeo pensativo.

Clavo sus uñas sobre el respaldo del trono, les echo una mirada de curiosidad.

-¿Quienes sois?

-Mi nombre es Spyro, yo estoy al mando de este equipo mio -confirmo Spyro mostrandose pasivo ante ella.

Frunció el ceño intrigada por Spyro.

-¿Que se supone que eres jovencito?

-Para decirselo, es mejor que estemos solos -propuso Rocamauro.

-De acuerdo -acepto, dirigió la mirada hacía los dos mujeres guardias y les dijo-: Dejadnos solos, os dejo libres de momento.

Asintieron con la cabeza y se marcharon yendo cada una por un lado distinto.

Quedaron solos en aquel salón enorme donde no se oía ni un solo murmullo de nada.

-Acercate joven dragon -exigió con tono solemne.

Spyro se acerco volando y aterrizo a unos metros delante de ella, enderezo el brazo y le agarro para examinarlo fijamente. Se puso a ver cada una de las caracteristicas de su rostro, los cuernos, las escamas, los dientes, los ojos, todo ello le producía una gran sensación de interes como si estuviese viendo algo que jamas antes había presenciado, de pronto se fijo en una cicatriz que tenía en el lado izquierdo de la cara.

-¿Que te sucedió aqui joven dragon? -le pregunto con un tono que sonaba a que se hubiese mosqueado por verle esa herida cicatrizada.

-Se la hizo peleando con un...

-No hablo contigo, ¡insecto! -le recriminó con bronca.

Sparx quedo indeciso al oír eso, no se esperaba que le gritara de esa manera.

-Dime, ¿como te lo hiciste? -volvió a preguntarselo, pero ahora de forma pasiva.

-Me atacaron unos drows, yo intente de defenderme, para impedir que se llevasen a mi hermano, pero fui vencido al primer momento, fue un error -le confesó acordandose de la vergüenza que sintio aquel dia ver como su hermano era arrebatado.

-Pero lo recuperaste, ¿verdad?

-Si -afirmó, volteo la mirada para hacerle ver que su hermano estaba con él.

-¿Ese de ahí es tu hermano? -preguntó confundida.

-Así es, aunque claro, es una larga historia.

Se llevo el dedo a la boca intrigada al descubrir todas esas cosas.

-¿Donde has estado todo este tiempo?

No estaba muy seguro de confiar en ella y decirle la verdad, volteo la mirada hacía su grupo asumiendo que algúno le daría la opción de poder confesarselo. Miro a Diggs meneando la cabeza en señal de que confiara en ella.

Volvió a mirar al frente y le dijo:

-He estado viviendo en el Valle de las Libélulas, en el pueblo de Ala Rocosa durante quince años, hasta que descubri que especie era -le confesó con total honestidad.

-¿Y hasta ahora que has estado haciendo?

-Esa es otra larga historia.

-Entiendo -dijo comprensiva.

Echo la mirada a la joven dragona que estaba con el grupo.

-¿Ella también está con vosotros?

-Así es, es la ultima en unirse a nuestro grupo, pero ambos no somos de la misma especie, ella proviene de otra parte menos agradable -mencionó sin detallar mucho sobre lo que era, no estaba preparado para confesarle la peor parte.

Frunció el ceño y dijo:

-¿Como te llamas jovencita?

-No soy ningúna jovencita -contestó malhumoradamente.

Aquello provoco que Rocamauro le echase una mirada defensiva.

-No te dirijas a la Madre Superiora con ese tono -le recriminó indignado.

-Tranquilo Rocamauro -le apaciguó antes de tiempo.

Volvió a quedarse firme y rigido tal y como estaba antes.

-Lo siento, empiezo a ver que no eres una dragona facil de tratar, ¿no es así?

-Podría decirse que si -reafirmo tomandoselo como una molestia.

-Te tratare como mejor te plazca, ¿te parece bien?

-Si -acepto con una expresión firme y confiada.

-Bien, ¿entonces podrías acercate, por favor? Quiero verte.

Se quedo rigida como teniendo sus dudas, asintio profundamente y se acerco lentamente hacía la mujer, se acerco y extendió sus manos para tocarla. Le hizo lo mismo que Spyro, le examino cada una de las partes de su rostro con interes.

Los otros se quedaron mirandos nerviosos ya que conociendola bien, se intuían que en algún momento ella reaccionaría mal y le haría daño, pero confiaban en que Spyro se daría cuenta de ello ya que él estaba en ventaja con ella.

Termino de examinarla hasta que entonces se fijo en algo que le llamo la atención, acerco la mirada para fijarse en sus ojos, se concentro bien en ellos hasta que de pronto observo una energia purpura pasar alrededor de los iris de ambos ojos.

-¡Ah! -chillo asustada al ver eso-. Eres hija de la oscuridad.

Todos sintieron un golpe en el estomago al ver que descubrió eso.

-¿Eres descendiente de Malefor? -pregunto reprochadamente Rocamauro.

-¿Pasa algo si lo soy? -contradijo burlonamente.

-Si -dijo amargamente, transformo su mano derecha en un martillo de rocas.

Ambos se miraron dispuestos a pelearse entre si.

-No, ¡esperad! -replicó Spyro interrumpiendo el fortuito conflicto, se dirigió hacía la Madre Superiora y le dijo-: Con todos mis respetos Madre Superiora, ella tiene poderes oscuros, lo reconozco, pero ahora mismo es mi responsabilidad hacerme cargo de ella, le prometo que no pretende hacer nada, a menos que sea mi consentimiento.

Lo scucho atentamente, levanto la mano en señal de que Rocamauro se calmara, se detuvo y volvió a pasar su martillo a la mano que tenía antes.

-¿Dices que es tu responsabilidad cuidar de este engendro maligno?

Cynder se sintió ofendida.

-Así es, pero eso no hace que sea un engendro maligno, puede que lo parezca, pero yo veo en ella a uno mas de mi especie, y eso lo uníco que cuenta -argumentó justificando que por mucho que la juzgara por la magia que portaba, eso no significaba que tuviera que verla como un monstruo, tenía que verla como lo que era delante suyo.

Carraspeo pensativa de nuevo la Madre Superiora.

-Por lo que puedo ver eres comprensivo y ves mas allá de tu juicio -espetó.

-Así es señora, me educaron para tratar bien a la gente, y a Cynder la tratare de la misma forma, aunque tenga que confrontar por pensar mal de ella.

-Eso me gusta, si hay algo que no soporto en este sitio, son los seres que no respetan a las criaturas mas indiferentes de Skylands.

-¿Entonces respetara mis exigencias?

-Lo haré, siempre y cuando tu amiga no suponga una amenaza.

-Prometo asegurarme de que no represente una amenaza Madre Superiora.

-De acuerdo, pero ahora respondeme a otra pregunta que te quiero hacer joven dragon. ¿Conoces la historia del guardian Hot Head?

-La conozco, pero gracias a ellos me han ayudado a entenderla mejor -comento dirigiendo la mirada hacía ambos molekins.

-¿Entonces sabras la importancia que tiene esa entrada?

-Lo se, pero hay una cosa que sigo sin comprender.

-¿Y que es?

-Desde que he conocido a Diggs y a Hatterson, se han entusiasmado por algo que no logro entender, y tiene que ver con la puerta. Según la leyenda, esta cuenta de que solamente la puede cruzar un sér especial, y yo dudo mucho de ser especial, y no me refiero especialmente al hecho de que sea uno de los ultimos dragones con vida.

-Hablas de querer entender cual es tu destinó, ¿nó?

-Así es mi señora.

Rocamauro le dirigió una seria mirada hacía la Madre Superiora, aquello indicaba que ambos sabían algo relacionado con este asunto.

-Vengan conmigo -ordeno y se levanto del trono.

Siguieron a la Madre Superiora hasta un rincón que se encontraba a la izquierda del salón, doblaron en la esquina y ahí se encontraron con una puerta de madera, la Madre Superiora retiro parte de su túnica revelando tener un conjunto de llaves que colgaban de un especie de cinturon de plata, las retiro y escogió una. La metió dentro de la cerradura y abrió la puerta desvelando unas escaleras hechas de roca que conducían hacía un abismo tan ennegrecido que no se veía nada de lo que veía abajo.

-A partir de aqui solamente pueden bajar los seres de confianza, vosotros los dragones vendreís conmigo, en cambió ellos se tendran que quedar aqui -avisó dirigiendo la mirada a ambos grupos para que lo tuviesen en cuenta.

-Sabe que ella es una dragona oscura, ¿nó? -objetó Vickam-. Yo no la veo mucho como un ser de confianza para esto.

Volvió a echarle otra mirada amenazante.

-Esto es algo que debeís ver los dos -acocto la Madre Superiora.

Ambos se miraron intrigados por lo que fuera que estuviesen apunto de ver.

-Spyro, ten mucho cuidado ahí -le aviso preocupado Sparx.

-No te preocupes, no pasara nada -le reafirmo consoladamente.

-¿Pero y si os quedaís encerrados dentro y tenemos que ir por vosotros?

-Eso no hara falta -dijo Rocamauro escuchando la conversación-. Yo me quedare aqui custodiando la entrada, si algo malo sucede, me metere y os sacare a todos.

-Gracias -le agradeció el gesto de su parte.

Le dio una palmada de confianza a Sparx y ambos se marcharon siguiendo a la Madre Superiora bajando lentamente por aquellas escaleras cuyos escalones eran tan estrechos que eran incomodisimos de bajar. Giraron en una curva y de ahí se adentraron cada vez mas hasta que al final desaparecieron en la oscuridad.

..

La Madre Superiora encendió una antorcha que se encontraba en un recoveco, eso permitió que se iluminara el estrecho pasillo en el que se hallaban, caminaron por el frente observando que el lugar era una especie de mausoleo repleto de pequeñas puertas rectangulares de plata que ocupaban todo el muro.

-Madre Superiora, ¿que se supone que es este lugar? -preguntó Spyro.

-Esto es el Altar de las Leyendas, aqui es donde mantenemos guardadas todas las futuras profecias que se han extendido a lo largo de los años en toda la historia de Skylands, de la mas indeterminada, a la mas creible.

-¿Y algúna de estas profecias se han cumplido? -inquirió Cynder.

-Las desconocemos, pero ha habido algúnas que siempre hemos tenido la sospecha de que se cumpliesen, y aqui es donde entraís vosotros dos -indico seriamente.

Ambos se miraron mutuamente sintiendo de lo que fuesen a descubrir.

Andaron unos cuatro metros hasta que entonces la mujer molekin se detuvo, abrió una de las cajas tirando de esta como si fuese un cajón, en cuanto la movió una enorme humareda de polvo salió expulsado y golpeando sus caras.

Tosieron al sentir como el polvo se metía en sus narices, olía fatal.

-Lo siento mucho, hace años que no se abren estas cajas -se disculpó la Madre.

-No importa -espeto Spyro dejandolo estar.

Quitaron el resto del polvo que había acumulado dentro de la caja y ahí pudieron ver con mayor precisión que era lo que contenía, eran unos libros del mismo ancho que la caja, se notaban ser bastante antiguos.

-Tened mucho cuidado, llevan años guardados aqui, así que si quereís tocarlos para ver algo pedidmelo a mi, ¿entendido? -acoto estrictamente la mujer queriendo que tuviesen en cuenta que estaban tratando con objetos historicos de gran valor.

Ambos lo comprendieron a la perfección.

La Madre cogió uno de los libros, le retiro el resto del polvo que le quedaba y fue pasando lentamente las paginas con sumo cuidado, temía que después de tanto tiempo con solo moverlas se deshiciesen en pedazos, estuvo así como un minuto hasta que esbozo una expresión de asombro que indicaba que dio con la pagina que buscaba.

Carraspeo intrigada.

-Joven dragon, ¿como fuiste a parar al Valle de las Libélulas?

-Bueno, según al parecer, acabe ahí debido a que...

-No hablo de eso, quiero saber a causa de porque acabaste ahí -le aclaró.

Carraspeo comprendiendo lo que quería decir, sabía bien que tendría que confesarle todo acerca de su maestro y de los Skylanders, pero no estaba del todo confiado como para poder decirle mas de lo que podía comentarle.

-Le encontro el Maestro Eon -confesó Cynder diciendolo sin mas preambulos.

Se quedo indeciso al ver que ella misma lo dijo.

-¿Maestro Eon? -pregunto intrigada la Madre Superiora.

Ahora no tenía mas opción que confesarle todo de una.

-El Maestro Eon es mi maestro, es uno de los ultimos Maestros del Portal, sobrevivio al ataque del emperador Kaos que aniquilo a todos los Maestros del Portal, él me ha ayudado a entender quien soy, y me hizo ser el lider de los Skylanders.

-¿Los Skylanders?

-Es un grupo dedicado a salvar Skylands de la guerra de los trolls que se aproxima, pero hace unos dias me separe de ellos junto con mi hermano, y desde entonces hemos juntado nuestro propio grupo para descubrir como detener a Kaos, y ahora que sabemos cosas sobre él, hemos decidido regresar con ellos.

-Por eso mismo estabaís bajo tierra, ¿nó?

Afirmo meneando la cabeza.

-Entiendo -asintió.

-¿No le produce ningún problema? -pregunto Cynder notando que no parecía provocarle impacto algúno que le hubiese comentado todo eso.

-Al contrario, esto me lo esperaba

-¿Que quiere decir? -se extraño Spyro.

Hizo un gesto para que se acercasen, se pusieron detras de ella y vieron la pagina.

Observaron que la pagina mostraba una imagen de un hechicero rodeado de un aura turquesa cuyo aspecto les resultaba bastante familiar.

-Ese es el Maestro Eon -recalcó el joven dragon.

-¿Ese es tu maestro? -pregunto Cynder.

-Así es, pero no lo entiendo, ¿como es que aparece aqui?

-También hay mas -retiró la pagina pasando lentamente a otra.

En la siguiente estaba puesta la imagen de un ser parecido a Eon pero mucho mas bajo, llevaba puesta una túnica que parecía estar hecha de magia oscura, en su frente tenía tatuado un simbolo en forma de circulo pero hecho de seis triangulos, y sus ojos eran rojos, pero de un tipo de rojo sangre.

Cynder reconoció perfectamente el boceto.

-Ese es Kaos.

-¿Tu mentor?

-Si, es él, pero aqui parece tener mas poder de magia oscura del que yo he visto -indico extrañada al ver como lo representaba la imagen.

-¿Como es posible que esten ellos dos dibujados aqui? -se cuestiono Spyro.

-No solamente estan ellos -añadio la Madre pasando a la siguiente pagina.

En esta se mostraba una imagen de perfil de un dragon adulto de color purpura, tenía unos cuernos dorados por encima de la cabeza, los ojos rojos y unos finos bigotes ondulantes alrededor de su boca.

Spyro se sintio tremendamente extrañado al ver eso.

-Parezco yo, pero...

-Te ves como un dragon guardian -indico Cynder.

-¿Un dragon guardian?

-El que lidera a toda la horda de dragones, aquel que actua como un padre para todos, suelen tener este aspecto una vez llegada a la madurez.

-¿Todos se quedan así una vez ya adultos?

-Así es, lo mismo nos pasara a ti y a mi dentro de unos cuantos decadas.

-Ja -exclamó sorprendido al descubrir eso.

-No solamente hay de ti, también hay de ella -paso la siguiente pagina revelando una imagen de perfil pero del otro lado, en ella se podía ver a una dragona con un tono purpurpura mas oscuro, tenía unos cuernos plateados y puntiagudos y unos ojos carmesies.

Cynder quedo horrorizada al ver eso.

-Es imposible, ¿que significa esto? -replíco nerviosa ante lo que veía.

-¿Quien dibujó todo esto?

-Lo dibujó un antiguo profeta hace mas de 800 años.

-¿Hace 800 años? ¿Quien era?

-No se sabe, quien lo dibujo lo hizo anonimamente para que no se supiera.

-Imposible, tiene que haber algo por ahí -cogió la pagina dispuesto a pasarla.

La Madre le miro con una expresión amarga, reaccionó percatandose de que estaba apunto de cometer uno de esas imprudencias que le pidieron que no cometiera.

-Lo siento -se disculpó avergonzado.

La Madre se ocupo de eso, se puso a pasar lentamente las paginas intentando de ubicar algún nombre que estuviese oculto en ellas, lo hizo durante un largo rato ya que debía examinarlas a fondo y sin apresurarse por nada, no quería ella misma cometer el error de romperlas cuando en mucho tiempo nadie las toco.

Continuo pasando todo el libro hasta que ya no pudo mas.

-No hay nada, ni un solo nombre, quien lo escribió quería asegurarse de que nadie supiese de su existencia.

-¿Porque haría eso?

-¿Quien sabe? La mayoría de todos estos libros estan escritos de la misma manera, todos fueron hechos por personas secretas que no querían ser recordados por las cosas que anotaron en ellos -indico honestamente.

Asintio Spyro desilusionado con ese hecho.

-¿Que es lo que pone ahí?

-Aqui cuenta, que según un antiguó ser, profetizo que en un futuro incierto, un ser malevolo lleno de oscuridad en su corazon, nacería para corromper el equilibrio que existe sobre Skylands, provocando que todo ser vivo que viva de la luz, quede expuesto a una maldad que lo permanecería convertido en un esclavo de las sombras para toda la eternidad, sin posibilidad de ser libre o volver a ser el que solía ser -releyo la primera pagina que había mostrado al principio.

Aquello hizo que Spyro le dirigiese una seria mirada a Cynder asumiendo que ella comprendería porque el libro estaba explicando eso, Cynder no se inmuto, ignoro por completo ese hecho ya que solamente se preocupaba de sola una cosa ahora mismo.

-Pero cuando esa oscuridad este dispuesta a romper el equilibrio, una nueva luz resurgiria para cambiar las reglas de la magia.

-¿Las reglas de la magia? -se extraño en esa ultima frase.

-¿No lo conoceís?

-Yo no -reafirmo, miró a Cynder asumiendo que ella lo sabría.

Lo nego rotundamente con la cabeza.

-Las reglas de la magia son las leyes que controlan todo el equilibrio magico que existe alrededor de Skylands, es lo que permite que el mundo este dividido por los ele-mentos y como funcionan para cada uno.

-¿Pero y para la oscuridad y la luz?

-Según las reglas de la magia son dos polos opuestos que se pueden interpretar de forma objetiva, son lo que son, la luz representa la bondad y la vida, y la oscuridad representa la destrucción y la muerte. Pero según lo que cuenta este profeta, pone que en algún futuro cercano a una guerra que desatara una nueva era de oscuridad por todo Skylands, explica que un viejo hechicero, juntara a dos seres de polos opuestos, pero de la misma raza, para que luchen en esta esa guerra, y venzan al ser que lo representa. Pero para lograrlo deben combatirlo usando ambos elementos ya que así no solo podran vencerlo, sino que encima cambiaran el orden de las cosas.

-¿Que significa eso? -pregunto Cynder intrigada.

-La luz y la oscuridad se han estado enfrentando mutuamente durante años y siempre ha causado el mismo resultado, primero fue el dragon oscuro Malefor que fue venciendo por los Maestros del Portal, y ahora tenemos al emperador Kaos apunto de cometer una guerra mucho peor que la anterior que tuvo Skylands, es el mismo proceso repitiendose de nuevo pero a una escala mayor.

-Pero con la ayuda de mi equipo y de la gente de Skylands, podremos vencer a Kaos y así evitar que suceda otra guerra de oscuridad -argumentó Spyro.

-No, que va -nego rotundamente-. Kaos no es el problema, el problema es la oscuridad que lleva consigo, Kaos es un portador de magia oscura, si le venceís, solamente la liberareís y encontrara a otro huesped en el que poder almacenarse.

-Como hizo Malefor, se murió y dejo su magia oscura en Terrayente a la espera de que algúno siguiese su legado, y Kaos lo esta continuando.

-Esa oscuridad seguira existiendo en este Skylands por mucho que pasen los años, la uníca forma de evitarlo es que ambos utiliceis vuestros poderes de luz y oscuridad, para vencer a esta misma oscuridad y lograr que no siga existiendo mas. Por eso mismo debeís romper con las reglas del equilibrio magico, para crecer a algo nuevo que cambiara el curso del futuro para siempre.

-Hay que cambiar los mitos, para que esta guerra termine de una vez por todas -indico comprendiendo la idea que debían tomar.

-¿Comprendeís ahora porque estaís juntos?

-¿Porque estamos juntos? -cuestionó Cynder esa ultima frase.

-El profeta que escribió este libro, no solamente idealizo que la guerra contra la oscuridad continuaria años mas tarde después de que Malefor hubiese sido vencido, también argumentó que dos especiales seres se unirian y formarían un equipo lo suficientemente fuerte para combatir a la magia oscura, y eso mismo esta ocurriendo ahora. El destino ha hecho que vosotros os junteís para descubrir que teneís un objetivo importante en todo esto, y es que salveís a Skylands de la oscuridad.

-Eso es imposible -protesto agresivamente Cynder-. Yo nunca utilizaría mis poderes para acabar con mi maestro o con la oscuridad, es parte de mi.

-Puede ser, pero eso es lo que nos salvara del mal -acoto justificando que por mucho que creyera que no iba a pasar, ella se convencía de lo contrario.