207
LA SOMBRA EN EL VOLCAN
Spyro termino de hablar con Sparx, lo dejo regocijarse con los demas en ese baño termal que había en el frente de las habitaciones. Se oían las risas de estar pasandoselo bien, le daba gusto oír eso ya que después de todo el arduo viaje que tuvieron hasta llegar aqui fue insoportable. Pasaron por todo tipo de cosas, desde muertos, fantasmas, dragones, calor y los molekins. Pero por lo menos ellos habían sido la única cosa buena que tuvieron ahora, había que darles la gratitud por haberles ofrecido un alojamiento como este en un lugar tan extraño y extragante como este.
Salío de su habitación y bajo al salón, no había nadie, aprovecho para poder descansar disfrutando del ambiente que le rodeaba. Le gustaba el aspecto que tenía este palacio subterraneo, era el mejor que había visto con diferencia, los adornos y los muebles tenían un estilo único que hacía años que no veía. La primera vez que vio unos aposentos con esta textura fue en una excursión que tuvieron a las oficinas del alcalde Villa Rocosa, vivia con todos los lujos que cualquier libélula superiora podría tener. Pero también fue ahí donde conocieron a Tyzone y se ganaron su afectuoso odio, desde entonces siempre se llevaron mal con él debido a su obsesión a creerse que estaba por encima de todo. Ambos sabían que no era cierto, y año tras año siempre le recriminaban lo mismo, pero en vez de madurar y comprender que estaba teniendo un pesimo comportamiento con la gente, se volvía cada vez mas cabezota e incapaz de razonar con alguien que no fuese con su padre o su hermano, del cual ya en ese entonces ya lo seguia tratando tan mal como hasta ahora.
No tenía ni idea de que había pasado con él, desde que se marcharon ambos ya se habían olvidado de sus patrañas y sus insultos descarados. Dedujo que seguramente se aburria por no tener a nadie a quien odiar y estaría buscando pelea con otra libélula solo por el mero hecho de estar a Sparx, su enemigo mortal de toda la vida.
Echaba de menos su vida en Villa Rocosa, echaba de menos jugar con los demas, descubrir nuevas obvios que seguramente serían peligrosas, las fiestas en donde siempre quedaba solo e ignorando por los demas.
No iba a permitir que eso volviese a ocurrir, habían cambiado muchas cosas desde entonces y una de ellas es que había madurado lo suficiente para reconocer que no podía vivir solo, tenía amigos que le querían y que habían demostrado tenerle una gran confianza gracias a su liderazgo.
Este era el Spyro que quería ser ahora, no el pequeño niño que era incapaz de since-rarse y tenía miedo de aceptar lo que era.
De pronto oyo un sonido que venía de algúna parte.
Miro al frente y observo que alguien se estaba metiendo, abrió la puerta revelando ser un molekin vestido con uniforme de guardia.
-Hola -le saludo con tono cortes.
-Hola -le devolvió el saludo extrañado por su intrusión.
-¿Eres el dragon que se hospeda aqui ahora nó? -le pregunto.
-Si -afirmo confundido, no entendía quien era pero viendo su uniforme empezo a hacerse una idea de porque estaba-. ¿Eres el guardia enviado para inspeccionarnos?
-Así es, veo que le han informado bien -dijo cortesmente.
En su mente le daba risa su forma tan peculiar de hablar.
-¿Y ahora ha venido aqui para averiguar si nos hemos roto la habitación?
-Mas bien para determinar si vuestra estancia aqui es acogedora.
-Pues la verdad es que si, me encanta este lugar, y la verdad tengo que decirlo, en cuanto nos marchemos de aqui mi hermano y yo echaremos de menos.
-Tengo entendido que su hermano es una libélula -objetó acercando la mirada.
-¿Supone eso algún problema? -pregunto notando por su comentario que no parecía gustarle la idea de que hubiese un insecto en el palacio.
-No, claro que no. En absoluto. Pero es la primera vez aqui que veo a un dragon teniendo como hermano a una libélula -aclaro justificando que ese hecho lo decía por resultarle extravagante y nuevo.
-Ah. Entiendo -se rio avergonzado por haber pensado mal del hombre.
-¿Cuanto se quedaran aqui?
-Como mucho unos dias, hasta que sepamos que hacer a continuación.
-Lo comprendo.
No tenía ni idea de porque hablaba así con ese tono tan fluido pero por algúna razón le caía bien ese topo, sentía que era alguien de confianza.
-¿Como se llama?
-Mollar.
-Encantado señor Mollar, yo soy Spyro -le estrecho la mano en señal de gratitud.
-No hace falta que me llame señor.
-¿No?
-No, aqui el que manda es el residente del Palacio, y usted y sus amigos son residentes, así que eso hace que este a sus ordenes en todo momento.
-¿Y puedo servirle lo que sea?
-Claro, pero nunca me trate como un esclavo, porque los molekins no lo somos.
-No pensaba tratarle como a un esclavo.
-Eso también esta bien, y asegurese de que sus amigos también lo hagan.
-Les dire sobre eso.
Alzo la cabeza observando al frente, Spyro se giro y vio a Cynder observandoles.
-Hola Cynder, él es...
-El guarida, lo se -dijo con desgana.
Echo el vuelo y aterrizo delante de ellos, marcho hacía la dispuesta a salir, Spyro se percato de ello y le resulto extraño.
-Cynder, ¿adonde vas? -le pregunto.
-A salir.
-¿A salir? ¿Adonde?
-Al exterior.
-¿Al exterior? Cynder no se como decirtelo pero... eres como una extraña en este mundo, no se muy bien lo que hará la gente al verte -recalcó Spyro queriendo que comprendiese los inconvenientes que tenía hacer su pequeña salida.
-Eso no es para nada preocupante -dijo Mollar.
-¿Ah no?
-No, aqui nosotros los molekins tenemos prohibido juzgar a los desconocidos, si en algún momento un forastero de las afueras decide deambular por nuestros poblados, tendra primero la necesidad de compadecerse del individuo antes de hacer soltar prejuicios malintencionados con la intención de ser crueles.
-Increible -exclamó Spyro sorprendido por la poca discriminación que tenían.
Se sentía como si esta tierra estuviese hecha para él.
-¿Supone eso algún problema?
-No, en absoluto -se retracto antes de pensar mal.
-Entonces eso significa que me puedo ir -terció Cynder abriendo la puerta.
-Cynder, espera -Spyro salto volando hacía ella-. ¿Que te ocurre?
-No me ocurre nada -contesto tono veraz.
-Claro que te ocurre algo, esto no lo haz hecho antes.
Pudo reconocer que tenía razón en eso, del poco tiempo que habían estado juntos había conseguido determinar todas sus caracteristicas. Y una de ellas era saber que no se iria de su lado en cualquier momento ya que le quería capturar.
-Necesito estar un momento sola.
-¿Y no puedes estar sola aqui?
-No se trata de eso.
-¿Entonces? -se encogió de hombros al no entenderla.
-Si quiere puedo enviarle a un guardia para que la escolte hasta...
-No -interrumpío a Mallor, sabía lo que iba a hacer-. Esto es algo que necesito hacer sola por mi propia cuenta, así que espero que nadie me siga.
Aquello lo dejo mal porque sentía que necesitaba ayudarla, pero si ella no quería dejarse ayudar le dejaba con un gran malestar.
-No te preocupes, volvere dentro de un rato -se despidió con un tono calmado y se marcho saliendo por la puerta. Afuera se veía que salía volando.
Spyro se sintio sofocado por dentro, se sentía como si le hubiese hecho algún daño y no sabía cual era, quería pedirle que regresase, pero viendo que por lo menos prometió que volvería, confiaba en que lo hiciera y luego hablarían de lo que ocurría.
Mallor se acerco por detras y le dijo:
-Parece que su chica esta pasando por una situación.
-Lo se -contesto, luego reaccionó avergonzado ante ese comentario-. Un momento, esa no es mi chica, es solamente otra dragona que esta conmigo.
-Pues por lo que veo parece que se ha disgustado por algo relacionado con usted.
Se puso a pensar en la manera de explicarselo mejor.
-Es que en realidad esta conmigo porque quiere capturarme -comento.
Levanto el ceño estando pensativo.
-Lo comprendo -lo tomo en cuenta.
-No como usted cree -espeto suspirando nervioso ante la idea de creer que algo malo pasaba verdarderamente con Cynder y no se lo contaba.
-¿Por ahora no necesitan nada de mi ayuda? -le pregunto con tono esceptico.
-Bueno no se, depende de los chicos... -opino poco conforme, volteo la cabeza hacía el otro lado y dijo-: Chicos, venid aqui.
Espero unos segundos y luego acabo llegando Sparx, estaba todo recubierto de espuma y se le veía bastante ajetreado.
-Hola hermano -le saludo con tono jugueton.
-¿Porque estas así? -le pregunto retoricamente.
-Es que Vickam ha tirado unas sales de baño a la bañera y ahora todo luce como si estuviesemos en un palacio en las nubes -confeso rascandose la nuca avergonzado por tener que pasar por una situación tan absurda.
Spyro rezongo agobiado al oír eso.
-Ademas, me parece que Vickam se esta peleando con Ermit por algo de no se que de una toalla -añadio con tono esceptico.
Justo en ese momento llegaron Ermit y Vickam igual de cubiertos de espuma, Vickam tenía en sus manos una toalla a la que parecía que Ermit no quería que tocase, la cogió por las malas y se la ato a la cintura, estaba medio desnudo.
Los tres miraron hacía abajo.
-Chicos, os presento a Mollar, el guardia que se ocupara de todas nuestras necesidades por si requerís de algo -les señalo con tono indulgente.
-¿Como un mayordomo? -objetó Vickam.
Carraspeo Mollar, se indigno.
-No, la verdad es que no -rectificó Spyro, dijo lo que justo no debía decir, aprovecho este momento para preguntarles-. ¿Deseaís algo si os apetece ahora o no?
Ambos tres se lo pensaron seriamente.
-Bueno, yo tengo ganas de un zumo bien frio -pidio Vickam.
-A mi también -acepto Sparx.
-Y yo -levanto Ermit la mano aceptando la misma petición.
-¿Y usted? -pregunto Mollar, suponía que Spyro también pediria lo mismo.
Se lo penso, hacía tiempo que no probaba nada frio.
-La verdad es que si, ponga cuatro -acepto con entusiasmo.
-¿No deberían de ser cinco? ¿Que sucede con Cynder? -criticó Sparx.
Rezongo angustiado al acordarse de ese hecho.
-Cynder no esta aqui, ha salido -les notifico con molestia.
Ambos tres se sorprendieron al oír eso.
-¿Se ha ido de verdad? -objetó descaradamente Vickam.
-No, no se ha ido de verdad, ha ido a pasear, ha conocer el pueblo.
-No parece algo propio de ella -indico Ermit.
-Lo se, pero ha sido decision suya. Tendremos que esperarla.
-¿Seguro que es bueno que una dragona de la oscuridad ande por el pueblo sin que sucede nada? -se cuestiono honestamente Vickam.
Aquello volvió a carcomerle la cabeza a Spyro, comprendía la decisión de Cynder de querer irse, pero viendo como estaban las cosas tras todo lo sucedido con Madre Superiora, no podía permitirse que se fuera, era su responsabilidad y tenía que volver con él.
-Ire a traer a Cynder de vuelta, vosotros quedaos aqui -les ordeno autoritariamente.
-¿De veras iras tu solo a buscar a Cynder? -criticó Sparx.
-Si. Lo haré, quedaos aqui por si regresa.
Se dirigió a la puerta para irse pero Mallor se acerco y le dijo:
-Si quiere puedo ayudarle a buscarla -le propuso con tono favorable.
-No, dele a los chicos lo que han pedido, es su dia de descanso, yo en cambio me encargare de esto personalmente -acoto estrictamente y se marcho saliendo por la puerta dispuesto a buscar a la joven dragona estuviese donde estuviese.
..
Cynder se adentro en uno de los barrios mas concuridos del pueblo topo, estaba lleno a rebosar de tiendas por todos los rincones, podía ver a varios comerciantes vendiendo utensillos de cocina, ropas, gafas para ver en la oscuridad, lamparas de cristal, y cajas repletas de gusanos que seguramente usaban para comer.
Le asqueaba ver eso ya que a pesar de ser una criatura salvaje ni siquiera se sentía capaz de comerse un insecto tan insignificante y baboso como un gusano.
Fue caminando lentamente sin llamar la atención de nadie ya que se encontraba en un lugar que no había estado nunca y no quería provocar revueltos ahora que había conseguido hospedarse de una forma bastante cordial. Aunque por mucho que intentase de no crear sospechas, no podía evitar darse cuenta de que algúnos topos se fijaban demasiado en ella, evidentemente nunca habían visto un dragon en sus vidas, pero eso no parecía provocarles ningún problema en absoluto. Miraba sus caras, todos ponías unas caras de entusiasmo como si estuviesen contentos de que ella estuviese ahí, lo cual para ella le resultaba extraño ya que todos los intentos que tuvo para relacionarse con seres vivos de verdad acabaron en tragedia. Pero aqui ningúno la juzgaba en lo mas minimo, ningúno fruncía el ceño con vergüenza, con extrañitud o siquiera con miedo, era como si fuese una celebridad entre ellos solamente por el hecho de estar ahí.
Siguio andando hasta que de pronto sintio que algo la golpeo.
Bajo la cabeza observando que se trataba de una pelota, la primera pelota que veía en su vida, la cogió, clavo sus garras en ella notando que estaba hecho de un elemento elastico que nunca antes había visto, le parecía que era liquido pero se sentía solido, eso provoco que se sintiese mas extrañada con el objeto.
-Disculpa -dijo alguien con una voz murmurante.
Volteo la cabeza observando que había una pequeña molekin delante de ella.
Le entro el panico al no saber que contestarle.
-Hola -le saludo, fue la única cosa que se le ocurrió decir.
-¿Te gusta? -le pregunto?
-¿Eh?
-La pelota.
La miro, pudo asumir que era suya.
-¿Es tuya?
Afirmo meneando la cabeza, acto seguido esbozo una dulce sonrisa.
-¿Y quieres que te la devuelva?
-Si -dijo.
Se le ocurrió la idea de pincharsela con tal de entristecerla, pero le prometió a Spyro que no montaría problemas o todos serían echados aqui por la fuerza. Al final decidio devolversela, se la tiro y la niña la cogió.
Pero luego se la volvió a tirar de nuevo, y la atajo.
-¿Porque me la das? -se cuestiono extrañada.
Se quedo mirandola con esa misma sonrisa socarrona.
Al ver esa expresión que ponía supo que había una razón para que hiciese eso.
-¿Quieres jugar?
-Si -afirmo.
-De acuerdo, tu lo has querido -le tiro la pelota de nuevo.
La niña la atajo y dijo:
-Eres rara -solto una risotada falsa.
-Disculpa -se indigno con esa mención.
La niña se marcho corriendo rapídamente mientras seguia sosteniendo la pelota.
Cynder no pudo tolerar eso.
-Eh niña, ven aqui -protesto, se puso a perseguir a la niña.
Siguio a la niña lo mas rapído que podía, pero era tan pequeña que se escondía entre la multitud para pasar desapercibida, eso le dificulto su campo de vision, era la primera vez que le ocurrió en una situación así de vergonzosa. La descubrió en una esquina y la siguio hasta un callejon oscuro donde no había ningún molekin a la vista. Echo el vuelo y aterrizo delante de la niña impidiendole el paso.
-¿Que es lo que me has dicho niña? -le pregunto con tono desafiante.
Le volvió a tirar la pelota, no la atajo y le golpeo el hocico.
La niña se rio de nuevo y dijo:
-Eres rara.
-Otra vez, ¿porque me dices eso?
Quería hacerle algo a la niña pero viendo la forma en como se reía se sentía confundida, nunca antes se le había presentado una situación así en la que no supiera como solucionarla sin tener bien claro porque sucedía el problema.
De pronto escucho algo, sintio las vibraciones de unas pisadas que se aproximaban detras suyo, no notaba de que eran pero sentía que era un peligro inminente. Se le ocurrió tomar una estrategia que conocía de antemano, clavo sus garras sobre el suelo y en cuanto se acerco el individuo, echo el vuelo dando una voltereta lateral hacía atrás y aterrizo de espaldas sobre él atrapandole.
Le lanzo una furtiva y salvaje mirada.
Pero de pronto se quedo estupefacta al ver de lo que se trataba.
-Quitate de encima de mi -protesto, un pequeño molekin.
Se asusto y se aparto de él dando un salto hacía atrás.
La pequeña niña ayudo al molekin.
-¿Estas bien? -le pregunto.
-Estoy bien -confirmo, se estiro la espalda.
Luego el chico se giro mirando a la joven dragona.
-¿Has intentado de atacarme? -le recrimino extrañado.
-Tu eres el que estaba apunto de atacarme -repercutó contradictoriamente.
-Porque estabas por atacar Pili -señalo a la niña.
-Eres rara.
-Me ha dicho eso.
-Lo dice siempre.
-¿En serio?
-Así es, Pili es como un disco rayado, gira y vuelve al principio y dice lo mismo -indico considerablemente.
-Sois todos raros -exclamo dando saltitos de entusiasmo.
-Lo vez.
Cynder quedo confundida ante ese semejante situación tan estrambotica.
-¿Quien eres?
-Yo soy Risko -se presento alzando la mano.
-Yo Cynder -se la estrecho amigablemente-. Esta niña de aqui es tu hermana.
-Mas bien hermanastra, pero si, Pili es algo así como la hermana que uno nunca quiere pero luego descubre que se la necesita -reafirmo cinicamente.
-Eres rara -volvió a decir Pili.
-Ya veo -exclamó sorprendida, estos dos hermanos que tenía delante le hacían acordarse a Spyro y a su hermanastro, eran basicamente identicos en todo.
-¿Tu eres la dragona que ha venido de visita a nuestra ciudad verdad?
-No vengo sola, he venido con un equipo de individuos y uno de ellos es otro dragon -comento con descaro, le disgustaba decirlo ya que le quitaba todo el poderió que ella tenía, pero como todos los molekins lo sabían no pudo evitar contarselo.
-¿Vienes de la superficie nó?
-Así es, ¿que? ¿Nunca la habeís visto?
-Y no, si salimos al exterior nos quemaremos los ojos.
Frunció el ceño intrigada.
-¿Eso os han contado?
-Así es, es el mayor peligro que hay en la superficie.
Rechisto para sus adentros.
-¿Ocurre algo malo? -se extraño por su reacción.
-Niño, me parece que no te han contado casi nada de lo que hay en la superficie.
-¿Dices que me han mentido?
-No, simplemente no te han contado mucho más.
Ambos hermanos se miraron intrigados.
-¿Puedes contarnos como es el mundo de la superficie?
-¿Contaroslo?
Miro sus caras de entusiasmo, evidentemente tenían ganas de que les relatase todas las cosas que había visto sobre el mundo exterior. No le gustaba mucho tener que hablar con niños ya que le repudiaban, pero como no sabían de lo que había afuera, se le ocurrió una manera de poder aprovecharse de ellos.
-Os lo contare, si me llevaís lejos de aqui, este lugar huele a lago de leviatantes -convino Cynder asqueada con el ambiente que le rodeaba.
Ambos hermanos volvieron a mirarse, se les ocurrió una idea.
-Ven conmigo -le agarro de la mano y tironeo de ella.
-Eh -exclamo sorprendida al sentir como la tiraban con fuerza-. ¿Adonde me llevas?
-A ver a unos amigos que seguramente tendran ganas de verte.
-Vamos a ver a amigos raros -vocifero euforicamente Pili dando saltitos en el aire.
-¿Y esos amigos tuyos son iguales que tu o como ella?
-Pues claro que son como yo, ¿que cree? ¿Que todos los dias soportaría a ver mas chicos repitiendo lo mismo una y otra vez? -indico escepticamente.
Suspiro aliviada de que no tendría que soportar mas menciones como las de Pili.
La llevo fuera del callejon, acabaron en un campo llano rodeado de superficies planas, era un patio de juegos, arriba había unos alambres colgados de diversas secciones por todo el área, en ellas habían colgadas unas lamparas encendidas por medio de unas velas que daban un ambiente anaranjado que se reflejaba en las paredes de roca de los costados. Abajo en el campo había un grupo de niños molekin reunidos en un rincón, apenas se veía sobre lo que jugaban pero viendo lo juntos parecía notarse que estaban bastante compenetrados en el juego.
-Chicos -anunció Risko levantando la voz.
Los niños voltearon sus cabezas y se enderezaron de pie.
-Mirad lo que he traído -la señalo como si se tratase de un obsequio.
Marcharon corriendo hacía él, eran unos siete, eran cinco machos y dos hembras molekin, todos tenían el mismo aspecto a excepción de algúnos que llevaban varios tonos de piel o algúnas manchas alrededor de sus ojos como los mabus.
-Chicos, os presento a Cynder, es una dragona, y viene de la superficie -anunció poniendo un tono cortes y considerado ante ella.
-Oh -esbozaron mutuamente los niños.
-Hola -les saludo con un tono arraigado, fingia no despreciarles.
-Te presento a los chicos, él es Honk.
-Hola -levanto Honk, el molekin con aspecto rudo y con musculos.
-Él es Catter.
-Hola -saludo Catter, el molekin con aspecto de ser aventurero.
-Él es Rudan.
-Hola -saludo Rudan, el molekin con aspecto rebelde.
-Él es Frag.
-Hola -saludo Frag, el molekin con aspecto de ser muy inteligente.
-Ella es Handi.
-Hola -saludo Handi, la chica con aspecto de ser caríñosa y susceptible.
-Y ella es Yora.
-Hola -saludo Yora, la chica con aspecto de no ser muy amigable.
-Ten cuidado con ella, no le gustaban mucho los extraños y suele hablar mal de la gente a sus espaldas -le aviso susurradamente al oído.
-¿No se suponía que aqui el respeto estaba estrictamente establecido?
-Si, pero eso no significa que muchos lo reconsideren.
-Oh -comprendió escepticamente.
-¿Donde la has encontrado? -pregunto Honk.
-Mas bien Pili la encontro a ella -dirigió la mirada a su hermanita pequeña.
-Chica rara -soltó alzando los brazos de alegria.
-Y por poco me mata -añadio seriamente.
-Uh -esbozaron ambos mutuamente, sorprendidos.
-Eso de matar sobra, solamente quería defenderme -se rectifico Cynder, ahora le daba vergüenza reconocer que aquello estuvo mal.
-Pues la proxima vez defiendase sin hacer daño a nadie -le propuso Frag.
-Bueno -se ruborizo estupefacta ante esa idea-. Me lo pensare.
Los chicos se rieron entusiasmados, le cayeron bien.
-¿Podemos preguntarte cosas? -musitó Honk.
Miro a Rizzo, meneo la cabeza señalando que podía hacerlo.
-De acuerdo, esta bien, preguntadme lo que sea.
Se miraron estando aún mas contentos.
-¿Te has peleado con alguien algúna vez? -pregunto Rudan.
-¿Es verdad que antes los dragones solían ser grandes y vivieron durante mucho en Skylands antes de ser extinguidos? -vocifero Frag.
-¿Has podido recorrer todo Skylands? -inquirió Catter con entusiasmo.
-¿Y que eran hermosos y adorables? -objetó Handi.
-¿Y es cierto que el dragon Malefor los mato a todos? -soltó Yora.
Cynder estaba al borde del colapso, le era incapaz contestar todas esas preguntas al mismo tiempo. Se sentía como aprisionada e incapaz de defenderse, no la habían entrenado para una situación así, penso en darse la vuelta y largarse antes de que su odio interior se liberase y les provocase un gran daño.
-Basta chicos -protesto Risko.
Inmediatamente los chicos se callaron.
-Es una invitada a nuestro hogar el volcan, así que tratemosla como tal -pidio con un tono favorable que lo hacía ver como un lider.
Todos bajaron la cabeza avergonzados ante semejante barullo de preguntas.
-Lo sentimos -se disculpo Catter.
Cynder se alivio al ver que parecieron comprender rapído su excesiva motivación.
-Gracias -le agradeció a Risko. Sin él se hubiese descontrolada.
-No hay de que -le devolvió el agradecimiento.
Sonrio contenta al ver que a pesar de sus exigencias por querer saberlo todo mostraban un modesto razonamiento, eso era algo que pocas veces había visto en seres tan inferiores como ellos, lo cual era de agradecer ya que de no haber sido así, hubiese aplicado las tecnicas que le enseño Kaos para defenderse de seres que le suponían una amenaza, pero como en este caso no sucedió, les debía esa gratitud.
-Tengo una idea -dijo.
-¿Cual? -pregunto Risko.
-Os lo contare a todos juntos -echo el vuelo por encima de ellos.
Ambos asomaron las cabezas sorprendidos de ver como se iba volando, aterrizo en el centro del campo e hizo con un gesto con la mano pidiendoles de que se acercasen. El grupo se miro interesado y se dirigió hacía la joven dragona, se juntaron formando un circulo a su alrededor, como los niños en el bosque haciendo una fogata.
-¿Que va a contarnos señorita Cynder? -pregunto cordialmente Handi.
-Os contare una historia de un ser que acabo con una bestia.
-¡Oh! -vociferaron mutuamente intrigados con la propuesta.
-¿Va a ser de como se enfrento un gusano del desierto? -objetó descaradamente Yora.
-Bueno, me he enfrentado hace poco a un gusano, pero voy a hablaros de otra bestia a la que me enfrente tiempo atrás.
-¿Y cual es? -pregunto Honk.
-La historia de cuando me enfrente a una lagartija de fuego -declaro.
-¡Oh! -vociferaron de vuelta pero ahora mas asombrados que antes.
Aquello pareció interesar a Yora ya que alzo la mirada hacía ella.
-Cuentanoslo -exigió juguetonamente Handi.
-Lo haré.
Todos se acomodaron sobre el suelo y dejaron que ella explicase.
-Hace cosa de unos años, cuando yo solía ser mas joven, de la misma edad que vosotros, me adentre en un bosque oscuro donde no se puede ver la luz del sol, y el ambiente esta rodeado siempre de una densa niebla de color purpura.
-¿Porque se adentro en ese bosque? -pregunto Catter.
-Había oído rumores de que había una criatura estaba aterrorizando a la gente de un pueblo, una bestia que nadie podía ver de lo aterradora que era, pero todos decían que su cuerpo era tan brillante como una llama ardiendo en una hoguera. Tras oír sus suplicas me adentre en ese bosque dispuesta a perseguir a esa bestia y demostrarles que no había que tenerle miedo algúno.
-¿Fuiste al bosque a matarlo? -musitó Rudan.
-Al principio no, pero después de ver lo que era tuve que tomar medidas desesperadas -indico echandoles una mirada vacilante.
Ambos esbozaron un suspiro de ovación al oír eso, cada vez se intrigaban más.
-¿Que ocurrió en el bosque? -pregunto Risko.
-Estuve como un dia recorriendo aquel oscuro bosque repleto de arboles con aspecto maquiavelico, segui su rastro hasta que me llevo a una cueva, ahí era donde vivia la criatura cuando no devoraba a nadie. Me meti y me puse a recorrer su oscuro camino, era tan oscuro y sombrio que tuve que improvisar una antorcha mi fuego para no ver el despotrico de huesos que se amontonaban a los lados.
Se hicieron atrás del susto.
-Siga, por favor -exigió animadamente Honk.
-Llegue al fondo de la cueva, ahí vi la criatura, y no era nada como me la imaginaba.
-¿Como era? -pregunto Yora.
-Era una salamandra enorme, de unos treinta metros de largo, tenía la piel anaranjada y sus escamas brillaban con la humedad de la cueva, aquel lugar estaba todo mojado ya que conectaba con un rio cercano al bosque. Sabía que era una mala idea meterme ahí, pero era tal mi orgullo por capturar a la criatura que tuve que encontrar la manera de noquearlo sin poder despertarlo.
-¿Y que hizo entonces? -dijo Catter indagando sobre el argumento.
Sobrevole lentamente por encima de la criatura intentando de encontrarle un punto debil, estuve un buen rato levitando por arriba hasta que me percate de que tenía una herida en la espalda. Baje clavando sus uñas, pero cometi un error al hacerlo.
-¿Que ocurrió? -pregunto intrigado Risko.
-Asumi que atacarle en la herida lo dormiria, pero en realidad solamente lo enfureció mas de la cuenta, y ahí entonces me mostro la razón por la cual los pueblerinos decían que su piel se volvía brillante. Me enseño que cuando mas se enfadaba, sus escamas echaban una luz cegadora, yo lo vi, y me dejo ciega.
-¡Ah! -se llevaron las manos a la cara.
-Bicho raro -dijo Pili enfurruñada.
-Quedo como los molekin -exclamo Frag entusiasmado a la idea de quedar ciega co-mo un topo que apenas podía ver la luz.
-Así es, lo estuve, pero fue algo temporal.
-¿Pudo vencer a la lagartiva? -pregunto Rudan.
-Primero intente de asimilar lo que estaba pasando, era la primera vez que quede debilitada de esa manera, me asuste tanto que quise salir de la cueva, pero como no veía me daba de bruces contra las paredes constantemente. Me golpeé tantas veces que al final caí derrotada ante la idea de pensar que moriria ahí sin ver nada. Pero entonces me acorde de algo que hasta entonces no había usado.
-¿El qué?
-Los dragones tenemos los oidos mas desarrollados que cualquier otro sér de este mundo, podemos escuchar el movimiento de las hojas o el aleteo de las alas de una mosca a siete metros a la redonda. Pense en utilizar esa tecnica para poder averiguar como salir de ahí, me concentre lo suficiente durante un rato hasta que al final pudo oír de todo, oía el movimiento del flujo de la humeda y el viento que salía de la cueva, al escuchar eso me ayudo a salir de ahí sin problema algúno.
-¿Y utilizo esa tecnica para vencer a la lagartija? -objetó euforicamente Catter, le gustaba tanto la historia que apenas se contenía por saber como continuaba.
Cynder se rio de su entusiasmo.
-Así es -reafirmo, luego se limito a decir-: En cuanto salí de la cueva me puse a seguir a la lagartija, al parecer mi ataque lo había enfurecido tanto que se puso como loco y empezo a quemar todo el bosque descontroladamente, yo trate de ocultarme con tal de evitar que me descubriese, necesitaba usar el factor sorpresa para vencerle. Así que por eso mismo espere a que se calmara y cuando bajase la guardia, lo pudiese atacar, pero no se calmo, aquella estaba estaba decidida a quemar todo el bosque.
Los chicos le miraron con ojos penetrantes, la historia les atrapaba tanto que no separaban la mirada de ella en ningún momento, querían llegar hasta el final.
-Como no paraba de quemar todo el bosque, eso dificulto un poco a mi vista, pero cerre los ojos y deje que mi instinto me ayudase. Segui a esa criatura esperando para que se pusiese de espaldas y lo atacase por donde tenía la herida, pero desgraciadamente me escucho y marcho corriendo hacía mi -esbozo una mirada amenazante hacía los chicos con tal de asustarlos.
Hizo efecto y se atemorizaron aún más de la situación.
-La lagartija vino hacía mi con ganas de embestirme, pero yo rapídamente eche el vuelo y caí hacía atrás, clave de vuelta mis garras sobre su herida y eso provoco que de nuevo se enrabiase aún mas. Pero esta vez decidi no soltarme, segui enganchando a su herida mientras la criatura forcejeaba como un toro embrabrecido, tironeé de él pero su piel quemaba tanto que sentía la necesidad de desengancharme de él, pero me aguante, aguante el calor aunque me quemase la piel.
-¿Pero supuestamente los dragones son intolerantes al calor? -objetó Catter.
-Así es, pero a una cierta edad, y yo por aquel entonces era muy joven.
-¿Entonces la lagartija la estaba quemando? -asimiló Honk.
-En efecto, pero por mucho que quemase yo decidi aguantarmelo, aguante todo lo que pude hasta que al final aprete aún más mis garras sobre su herida provocando que al final se calmase y cayese derrotado contra el suelo.
-¿Se murio? -pregunto Handi, se preocupaba mas de la criatura que de ella.
-No, se debilito, pero aún así consegui acabar con él -soltó orgullosamente.
Los chicos la felicitaron aplaudiendola.
-No esperad chicos -les detuvo-. Aún no ha terminado.
-Ya me parecía raro que terminase así -exclamó Yora.
-Tras recuperar la visión, lleve a la criatura al pueblo tal y como acorde con los pueblerinos, le ate brazos, piernas y boca con unas raices de varios arboles que habían en la zona, luego cogí un tronco al que partí por la mitad dejandole con una superficie aplanada, lo apoye ahí y me lo lleve arrastrando como si fuese una tortuga. Tarde como una hora en llevarlo al pueblo, pero en cuanto regrese los pueblerinos observaron perplejos como conseguí vencer a la criatura y les demostre que no era nada mas que una simple lagartija malhumorada.
-¿La gente te lo agradeció? -pregunto Frag.
-Me invitaron a una comilona como agradecimiento por haberles salvado de la criatura, al parecer llevaba tiempo comiendose sus cultivos y les resultaba imposible alimentar a sus mas pequeños, dejaron de temer por eso gracias a mi.
-¿Y ahí acaba la historia? -inquirio Handi.
-Ahí acaba la historia.
-¡Bien! -felicitaron aplaudiendo mutuamente con total entusiasmo.
Cynder se sintio halagado de sus aplausos, nunca antes nadie la había felicitado de esa manera, aunque claro estaba que la primera vez que la felicitaron fue por algo que en realidad era mentira, no hubo nada bonito en esa historia.
-¿Pero hay algo que no entiendo? -se cuestiono Rudan.
-¿El qué?
-¿Que paso con la lagartija?
Frunció el ceño.
-¿Que quieres decir?
-¿La lagartija estaba viva nó?
-Pues si, solamente lo debilite y se la entregue a los pueblerinos.
-¿Y que hicieron ellos con la lagartija?
Ahí Cynder no supo que contestarles.
-Es cierto, ¿que paso después con el bicho, lo mataron? -critico Yora mosqueada -se bastante con la idea de que les entrego la lagartija para que la matasen personalmente.
-¿Bicho muerto? -se disgusto Pili.
-Emh... bueno, no lo se, solamente se que les entregue la lagartija a ellos y deje que se ocupasen personalmente de ella -comento intentando de encontrar un termino medio a este asunto tan indeterminado.
-¿Entonces dejo que lo matasen?
Todos le echaron una mirada de tristeza.
Cynder quedo mas incomoda de lo que ya estaba, ahora tampoco se sentía preparada para esto, se sentía con mas ganas de huir que antes.
-Señorita Cynder, ¿dejo matar a una indefensa criatura? -pregunto Frag con tristeza.
-¿Porque os importa tanto esa lagartija? Era un monstruo que estaba aterrorizando a un pueblo, era mejor acabar con él antes de que hiciese mas daño a alguien -reprocho justificando que sus acciones fueron las correctas.
-Pero no será que atacaba a la gente porque tenía miedo -objetó Honk.
-¿Miedo?
-A nosotros nos han enseñado que si una criatura esta furiosa, es porque en realidad esta triste y tiene miedo de estar en un ambiente que desconoce, y en vez de intentar de atacarla como si fuese una bestia descontrolada y salvaje, ahí que intentar de calmarla primero para demostrar que es un ser puro de buen corazon -argumento Catter dando una hipotesis positiva al asunto.
Cynder no se había replanteado así, una idea que nunca se iba a replantear ya que nunca en su vida penso en cometer actos de forma pasiva.
-Puede que funcione, pero no todas las criaturas son buenas de corazon, hay seres buenos y hay seres malos a los que no se puede controlar. Como Malefor por ejemplo, se lleno de magia oscura y eso le hizo deseoso de conquistar el mundo.
-¿Quien es Malefor? -pregunto Yora.
Frunció el ceño sorprendida.
-¿No sabeís quien es Malefor?
Menearon ambos mutuamente la cabeza.
-¿No os han explicado nada de la guerra oscura?
-¿Que guerra oscura? -se cuestiono Handi.
-¿Hubo una guerra de magia oscura? -objetó euforicamente Rudan.
Ahí en ese momento Cynder sintio que cometió un error.
-Creo que debo irme -aviso nerviosamente.
-¿Adonde? -pregunto Honk.
-De vuelta con mis amigos.
-¿Podemos ir a conocerles? -pidio Catter.
-¡No! -les grito malhumoradamente.
Se callaron asustados por esa repentina reacción.
Cynder se avergonzo por gritarles, pero no tuvo otra opción, les estaba poniendo en un aprieto del que ahora no sabía como solucionarlo.
-Lo siento mucho chicos, ha sido un gusto conoceros, pero desgraciadamente creo que mi tiempo aqui ha terminado y debo volver con mi equipo, antes de que piensen que me he perdido o este cometiendo algúna acción imprudente -se limito a decir con tal de no querer entristecerse por haberse ido de esta manera-. Adios.
Todos se quedaron mirando angustiados al ver como se iba, ningúno comprendía lo que le pasaba pero notaban que había algo malo con ella que la entristecía, pero entonces Risko rapídamente se levanto y marcho corriendo antes de que ella se alejase por el callejon por el que vinieron.
-Cynder, espera -le llamó.
Le ignoro y echo el vuelo alejandose.
Risko se detuvo observando que se iba volando, penso en seguirla pero él siendo tan joven le iba a resultar imposible seguirle la marcha, se le escapo. Quedo disgustado ya que quería conocerla más, le había caído bien a los niños, sentía que había hecho una nueva amiga, pero ahora penso que debería haberselo tomado con mas calma, ella parecía ser una dragona con un turbulento pasado y la estaba metiendo en una situación de la que seguramente no estaba preparada.
Se resigno y decidió volver con sus amigos esperando que en algún momento la pudiese volver a ver y disculparse por haberla metido en este embrollo.
Cynder se alejo lo suficiente del lugar, se poso en un edificio y asomo la cabeza observando perpleja toda la zona, podía ver a cientos de molekins viviendo tranquilamente sin pensar en que pudiesen estar en peligro de cualquier cosa, eso le molestaba ya que no podía soportar que tuviesen ni idea de lo que pasaba fuera de sus hogares.
Desde siempre le habían enseñado que ella debía mostrarse letal y atemorizante para dejar bien clara cual era su posicion como sér de la oscuridad, pero ahora que estuvo con esos chicos. Sentía que nunca quedo preparada para ser esa criatura tan oscura que Kaos pretendía quería fuera, reconocío haberse equivocado con muchas cosas, y esta situación era la muestra de que no podía ser solamente mala en el fondo, tenía que también tener algo de moralidad porque sino dejaría de ser ella misma.
-Cynder.
Esa voz le sono familiar.
Miro a ambos lados y no vio nada, estaba completamente sola.
-Cynder.
Se asusto al oírlo de nuevo.
Ya no estaba segura de si se lo estaba imaginando o no, pero tenía bien claro que debía salir de aqui cuanto antes.
Echo a volar pero siguio oyendo la voz como si alguien cerca le hablase.
-Cynder. Cynder.
Intento de escapar de aquella voz como si huyese del viento pero era imposible, la voz la perseguia horriblemente por todas partes.
No pudo más y se detuvo en un rincón alejado de los molekins, quedo sola en aquel oscuro lugar con tal de pasar inadvertida. Suspiro profundamente y se puso a pensar con claridad, sabía perfectamente que algo estaba pasando porque no podía escuchar la voz de su amo ahora mismo. Se encontraba en un lugar repleto de magia de luz, y por lo que le habían contado, la oscuridad no podía tocar la luz, a menos que fuese un pequeño rastro de oscuridad que se encontrase aqui mismo.
Pero si era cierto eso, ¿entonces porque no lo había detectado entonces?
-Cynder.
La oyo de nuevo, pero ahora se escucho más de cerca.
Volteo la cabeza y observo que algo se dirigia hacía ella, lo miro fijamente hasta que reconoció lo que era, la asusto tanto que lanzo un grito sofocante.
-¡Ah!
Y no se escucho nada más.
..
Spyro se paso como una hora recorriendo todo el pueblo con la esperanza de hallar a Cynder, supuso que habría pasado inadvertida para que nadie le viese ya que como era un dragon en una tierra repleta de molekins, seguramente algúno le echaría el mal de ojo y se alejaría de ellos para no sentirse mal.
No encontro nada, ni rastro algúno de ella. Tras esto no le queda otra que dirigirse hacía los molekins y preguntarles si la habrían visto o no.
-Disculpen, ¿ha visto a una dragona, del mismo color que yo?
-No -contesto una mujer.
-Disculpe, ¿ha visto a una dragona pasar por aqui?
-¿Como usted? -se intereso un hombre.
-Si.
-Pues me parece que paso una dragona por aqui.
-En serio, ¿y adonde fue?
-Creo que por ahí -señalo el frente-. Siguiendo a una niña pequeña.
-¿A una niña pequeña?
-Me parece que estaban jugando a la pelota.
Frunció el ceño extrañado ante esa respuesta que no era la que esperaba.
-Gracias -le agradeció y se marcho el molekin.
Se puso a continuar por el camino mientras indagaba por lo que había pasado, le resultaba imposible creer que Cynder estuviese jugando con una niña, ella era un sér que detestaba todo lo positivo, y que jugase con una niña le hacía cuestionarse de si verdaderamente ella estaba cambiando de caracter o no.
Olisqueo la zona, sentía la presencia de Cynder, era lejada, pero se hacía a la idea de que ella paso por aqui, solamente necesitaba encontrar a la niña pequeña con la pelota y sabría localizarla. Miro más al fondo y vio a un grupo de niños molekin con las caras disgustadas, uno de estos era una niña botando juguetonamente con la pelota.
La había localizado.
Echo el vuelo y salto delante de los niños, ambos se asustaron al verle.
-Hola chicos -les saludo.
-¿Eres un dragon? -exclamó Catter.
-Si, lo soy -reafirmo soltando una risa de vergüenza.
-Bicho raro -dijo Pili saltando de alegria.
-Vale -siseó Spyro, extrañado con la reacción de la niña.
-¿Eres amigo de Cynder? -le pregunto Risko.
-¿La conoceís? -repercutó.
-Estuvimos con ella, nos explico una historia, pero se fue -declaro Yora.
-¿Se fue? -le dolió de nuevo que no estuviese-. ¿Y adonde?
Ambos se miraron disgustados.
-¿Que pasa? -se cuestiono abrumado por sus caras de tristeza.
-Parece que la ofendimos y se marcho para alejarse de nosotros -declaro Rudan.
-¿Ah si? -asintio, indago sobre el problema-. ¿Y no os hizo daño?
-No, aunque si nos grito -comento Frag.
-Aja -comprendió, se hizo a la idea de porque estaban tan mal.
-Yo intente de seguirla, pero se fue volando -agrego Risko.
-¿Sabes por donde?
-Por ahí -levanto el dedo señalando arriba entre los edificios de enfrente.
Spyro dedujo que Cynder no se habría marchado tan alto a menos que quisiese huir de algo. O de alguien.
-¿Señor dragon? -pregunto Handi.
-Spyro -pronunció.
-¿Señor Spyro? ¿Encontrará a Cynder?
Vio sus miradas de consternación y pudo asumir raramente que parecían echarla de menos, lo cual resultaba todavía mas extraño ya que Cynder era el tipico sér que cualquiera odiaria por su agresiva conducta.
-Lo haré -prometió.
-¿Y le diras sobre quien es Malefor? -objetó Frag.
-¿Os hablo de Malefor?
-Nos dijo su nombre, parecía asustarla -declaro Risko.
Aquello lo indagando con mas cuestiones que preguntas, ¿porque se asustaría de Malefor si generalmente era como su padre? ¿O acaso le tenía tanto miedo como a él y se lo estuvo ocultando con tal de llevarle la contraria?
Si es así, entonces esto demostraba que Cynder tenía miedo de la oscuridad.
Justo en ese momento oyo un murmullo que venía detras suyo. Volteo la cabeza observando que toda la multitud se estaba dirigiendo hacía el otro lado, ajetreada como si estuviese produciendose algo importante de gran magnitud.
Se extraño con eso y marcho a mirar de que se trataba, asomo la cabeza y observo que al otro lado de la zona comercial se podían ver unas luces, seguida de una serie de explosiones que parecían provenir de una parte que no alcanzaba a ver.
-Señor Spyro, ¿que es lo que sucede? -pregunto Rudan.
-Quedaos aqui, niños -les ordeno pasivamente.
Los niños obedecieron, se quedaron ahí con miedo a creer que algo malo ocurría.
Salto elevando el vuelo y marcho volando por encima de la gente, recorrió todo el camino hasta llegar a un cruce donde se encontraban todos los molekins apelotonados, había un grupo de guardias molekins cerrandoles el paso.
Se oyo una explosión mas fuerte que alarmo a todos los presentes.
Spyro empezo a hacerse a la idea de lo que podría tratarse. Los magmagolems.
Habían conseguido entrar al otro lado del volcan.
Pero de pronto se percato de que no era lo que creía.
Una figura oscura luminiscente que emanaba rayos a traves de su cuerpo salió elevandose lo mas alto que pudo, ahí lanzo varios rayos que acabaron dañando gran parte de la estructura de los edificios que había al lado.
La gente se entumeció al ver eso.
Spyro se dispuso a enfrentarse a él, pero entonces fijo bien la mirada en aquella criatura, observo que era de color purpura, tenía alas y una cola con una cuchilla atada a la punta. Con eso pudo reconocer de quien se trataba.
-Cynder.
