208

BATALLA DE DRAGONES

Spyro observaba atonito como aquella figura resultaba ser su compañera Cynder, estaba que no se lo podía creer, hace un momento la veía normal como él, y ahora se había transformado en aquella aterradora criatura de piel oscura que lanzaba unos rayos mortales que parecían destruirlo todo a su paso.

Dudaba de si era consciente de lo que hacía o simplemente se había enfadado tanto que ahora estaba desatando su verdadera naturaleza. No sabía como asimilarlo esto, pero de una cosa tenía bien clara, Cynder ahora era un peligro, y debía detenerla antes de que empezase a hacer daño a gente inocente.

Se dispuso a echar el vuelo pero entonces oyo un murmullo que venía de diferentes secciones, miro para ambos lados de la misma forma que hacían los molekins. Todos se fijaban en un grupo de molekin que venían equipados con unos uniformes blindados y llevando consigo unas ballestas cargadas de flechas de plata. Esos debían de ser los soldados molekins, los encargados de defender de la ciudad de las emergencias de gran riesgo. Se juntaron alrededor del cruce formando una barrera circular junto con un grupo secundario que se ponía detras para formar una retaguardia.

Los guardias molekins se pusieron a alejar a la gente mientras los soldados molekins alzaron sus ballestas apuntando hacía Cynder.

Cynder bajo la mirada fijandose en los soldados molekins.

Un soldado molekin se puso delante, debía de ser el lider del equipo.

-¡Apunten! -ordeno haciendo que todos mantuviesen el dedo apretado sobre el gatillo-. ¡Disparen al monstruo!

Dispararon mutuamente lanzando varias flechas a la vez.

-¡No! -grito Spyro alarmado, sabía que dispararla no funcionaria.

Las flechas fueron directas hacía ella, pero rapídamente Cynder las fulmino con un potente rayo que las desintego una por una.

Los soldados molekin quedaron impresionados e impavidos al ver eso.

Spyro supo reconocer por esto que ahora Cynder tenía mas poder que antes.

Cynder fijo su mirada en los soldados molekin. Echo la cabeza hacía atras y lanzo una bola electrica que salió de su boca.

-¡Atras! -ordeno el lider de los soldados molekins.

Todos se echaron hacía atras para cubrirse, pero rapídamente Spyro se tiro hacía adelante y lanzo una bola de fuego de su boca.

Ambas bolas estallaron dejando una estela de colores que se difumino junto con una onda expansiva que barrió todo el aire del area.

Cynder gimio indignada por eso.

Volteo la mirada hacía los soldados y les dijo:

-Alejense de aqui, yo me encargo -les ordeno autoritariamente.

-De acuerdo -acepto meditabundo el lider de los soldados molekins.

Volteo la mirada de nuevo hacía Cynder, le miro fijamente y le dijo:

-Cynder, esto tiene que acabar de una vez -le imploro seriamente.

Bajo aterrizando de golpe en el suelo, la tierra vibro del impacto.

Spyro pudo observar que no solamente su aspecto era distinto, habían varios aspectos de su cara que eran diferentes. Tenía los ojos purpura con una pupila gris, unos colmillos saliendo de su boca y le salían unas franjas luminiscentes de sus mejillas.

-Pero Cynder, ¿que te ha ocurrido? -le pregunto preocupado por su estado.

-Me ha pasado que ahora tengo el poder para poder sacarte de este inmundo volcan y reunirte con tus creadores, dragon -vociferó Cynder soltando una voz que resonaba con un tono doble, eran dos personas hablando al mismo tiempo.

Spyro supo reconocer de quien era esa segunda voz que le salía.

-Malefor -dijo ensombrecido.

-¿De veras te creías dragon que te saldrías con la tuya? ¿Que podrías escapar de mi engañandola para que creyera que podría ser tu amiga?

-Yo no la he engañado, ¿y que le haz hecho a ella?

-Nada, simplemente he decidido ocuparme yo del encargo -declaro.

-¿Estas dentro de Cynder? ¿Como? No tienes un cuerpo fisico? Es imposible que te hayas introducido en ella a menos que...

-Kaos me ha ayudado a sacar una pequeña parte de mi hacía ella. Ahora puedo manejarla como si fuese mi propia maquina de matar -finalizo Malefor resolviendo su dudosa hipotesis sobre el acto que había cometido.

Aquello lo enfureció mas de la cuenta.

-Eres un monstruo -exclamó angustiado.

Solto una risa soporifera que no encajaba que viniese de la boca de Cynder.

-¿Acaso no lo soy? -objetó indirectamente.

-Deja en paz a Cynder, ¿acaso no es como tu hija? -le replicó cuestionandole.

-Lo se, pero veras. Estoy conectado a ella emocionalmente, puedo sentir lo que ella siente o piensa, y estos ultimos dias ha estado experimetando una serie de emociones que nunca antes había sentido en ella. Y no me gustan mucho. Así que por ello he decidido hacer lo que no puede cometer porque tu le has llenado la cabeza de ideas que no debería tener en cuenta -argumentó confesando el verdadero motivo por el cual había decidido poseer a Cynder en estas circunstancias.

-¿Pero entonces porque no me dijo eso? A menos que... -se cercioro de un hecho importante en el que no había caído-. Ella no lo sabe, ¿verdad?

-Para confiar en alguien, a veces se le tienen que ocultar pequeñas cosas para verificar hasta donde puede llegar su lealtad -indico incredulamente.

-Vas a pagar por esto -berreó enfurismado.

-¿Y como lo haras? No quieres hacer daño a Cynder, ¿cierto?

Reconocía que tenía razón en ese aspecto, a pesar de que Cynder había nacido de la oscuridad, con todo el tiempo que paso con ella la consideraba una amiga. De ningúna forma le haría daño porque sino acabaría convirtiendose en aquello que no quería ser.

-Ya imaginaba que eras demasíado blando para hacerlo -vacinó descaradmente.

-No es que sea blando, es que tengo corazon -le corrigió con total plenitud.

-Pues entonces veamos si tu corazon es tan fuerte para soportar esto -levanto la cola y con la punta de la cuchilla le lanzo una descarga electrica.

Se cubrió con sus alas para formar un escudo, pero eso no impidió que la descarga le diese fuertemente, salió volando varios metros adelante.

Cayo de lleno en uno de los puestos de comida rompiendolo todo.

-¡Ja! -se rio malevolamente.

Spyro se quito de encima la tienda que formaba el puesto, se enderezo y miro con rencor hacía la dragona poseida que tenía al otro lado.

-¡Lucha! -le ordeno ferozmente.

-No -protesto negandose a combatir contra ella.

-Entonces rindete -volvió a lanzarle otra descarga.

Se cubrió de nuevo con sus alas y el impacto de la descarga le hizo salir volando varios metros adelante. Fue atravesando todas las tiendas de alimentos que había por todo el camino hasta acabar chocando contra unas cajas que habían apiladas en un rincón.

Cynder echo el vuelo hasta aterrizar hacía donde se cayo el joven dragon purpura.

Spyro se sintio debilidado por el golpe.

-Eres una desgracia para todos los dragones -le replicó rencorosamente.

-Mira quien fue a hablar, el que mato a toda su especie.

-Los dragones deberían ser ancestros para enseñarles a los habitantes de este mundo quienes estan por encima y que deberían de temernos en vez de adorarnos como las criaturas compasivas que siempre han creído ser -comento demostrando que era su ideologia con respecto a toda su especie.

-Por eso los mataste, porque todos deberíamos ser abusones, ¿eh? -le replíco echandole en cara que su idea sonaba demasíado infantil.

Esbozo una expresión de disgusto.

-Con razón eres solo un niño -dijo disgustado.

Spyro no se dejo intimidar por esa frase, sabía perfectamente lo que quería hacer, hacerle ver como que al ser demasíado joven le resultaba imposible vencerle.

De pronto algo golpeo la cabeza de Cynder.

Malefor solto un gemido salvaje a traves de ella.

Ambos asomaron sus miradas hacía arriba observando que en los tejados de los edificios se encontraba un grupo de golems, habían transformado sus manos en unos cañones que lanzaban unas rocas repletas de lava seca.

-¡Abandona este lugar criatura oscura! -ordeno autoritariamente Rocamauro dirigiendo el grupo de golems.

Spyro se alegro de verle, pero rapídamente se alarmo al reconocer que ahora ellos también se encontraban en un enorme peligro al intentar de luchar contra ella.

Cynder esbozo una sonrisa perversa y marcho volando hacía ellos.

-¡No! -grito Spyro alzando la mano en señal de panico.

Los golems se pusieron a disparar por sus manos pero eso no impidio que Cynder les lanzara una descarga magica que los desintegro, hizo volar parte del tejado dejando caer una serie de escombros hacía abajo.

Spyro quedo ensombrecido al ver que los mato.

Cynder aterrizo regodeandose ante los restos de los golems.

De pronto observo que varios trozos de roca se movían.

-Ehm -exclamó.

Las rocas se movieron con mayor rapidez y entonces trozo por trozo empezaron a unirse de vuelta. Se formaron los cuerpos, los brazos, las piernas y la cara.

Rocamauro esbozo una expresión de soslayo hacía ella.

-¿De veras creías que nos ibas a matar? Somos golems, no morimos, nos rompemos y nos volvemos a recomponer de vuelta -le confeso con tono nefasto.

Spyro vio lo que pasaba y sonrio aliviado al acordarse de que los golems eran indestructibles, pero eso no cambiaba el hecho de que Malefor podía seguir causando todavía más destrucción poseyendo a Cynder.

-Ya lo sabía, pero prefería hacerlo porque hacía tiempo que no hacía daño a nadie -comento demostrando que lo hizo por el mero motivo de matar.

Rocamauro asintio serio al ver que aquella criatura estaba con ganas de pelear.

Spyro apareció volando por debajo y aterrizo delante de Cynder.

-¡Deten esto ya! -le ordeno enfurismado.

-Lo hare, en cuanto te entregues -acató Malefor.

-Jamas -reprocho negandose a aceptar su petición.

-Pues entonces tu y tus amigos sufriran las consecuencias de ver como el mundo que se han creado aqui acabara destruido por completo -indico dirigiendo la mirada a los golems en señal de que iba a seguir atacandoles sin parar.

Ambos golems se quedaron dubitativos ante esa amenaza.

Spyro sabía bien que esto no iba a acabar bien, Malefor iba a seguir peleando y destruyendolo todo con tal de salirse con la suya.

-Resolvamos esto en otro lugar -le propuso.

-¿Quieres abandonar el volcan?

-Así es, no quiero ver mas destrucción.

-Pues que lastima, porque si quiero -extendió sus alas y marcho hacía él.

Le cogió con sus garras y se lo llevo volando mas adelante.

-¡Spyro! -grito Rocamauro viendo como se llevaba al joven dragon.

Lo fue arrastrando en el aire tan rapídamente que Spyro apenas podía mirarle fijamente a la cara, pero pudo presenciar esos ojos llenos de oscuridad que emanaban de su interior. Ahí podía ver la verdadera naturaleza de Malefor.

Lo lanzo contra un edificio y esto provoco que atravesase uno de los apartamentos, destruyo ambas partes de un salón y de ahí fue pasando hasta ir atravesando varios más sin parar, Spyro quería detenerse pero los golpes en la cabeza le estaban haciendo perder el conocimiento sin parar, no tenía el control de nada.

Termino de estamparse contra los edificios que pudiese haber y luego fue cayendo en picado hacía abajo. Cynder le atajo antes de que tocase el suelo y se lo llevo arrastrando en el aire por todo la ciudad.

-Rindete y prometo que dejare de destruir toda la ciudad -tanteó Malefor.

Spyro ya no pudo soportarlo más, Malefor no se iba a detener, iba a seguir usando a Cynder hasta que hubiese destruido lo suficiente. No iba a permitir eso por mucho que fuese su amigo, tenía que defenderse o sino cometería el mismo error de siempre.

Se enderezo y cogió a Cynder del cuello, este se sorprendió inesperadamente.

-Suelta a Cynder y te prometa que no sentiras dolor algúno -le exigió retorciendo su misma petición pero con mayor furia.

Esbozo una expresión de satisfacción.

-Esto me gusta más -solto una risotada falsa.

Spyro tironeo de Cynder y eso provoco que perdiese el equilibrio y marchasen de costado hacía una callejuela que había abajo de todo. Cayeron de cabeza destruyendo el suelo que había encima de ellos, lo removieron como si estuviese hecho de arena.

Ambos gimieron doloridos por el golpe.

Spyro asomo la cabeza observando a Cynder ya levantada y con ganas de luchar.

-Levanta dragon, esto no ha hecho mas que empezar -le exigió descaradamente.

-En eso tienes razón -repercutó incredulamente.

Cynder rugió salvajamente y marcho volando hacía el joven dragon purpura.

Spyro encendió sus cuernos y le propino un fuerte golpe de cabeza.

Eso no la detuvo y siguio atacandole.

Ambos dragones se pusieron a atacarse violentamente con todas las habilidades que se conocían. Cynder la ataco con su cuchilla de cola pero Spyro uso sus alas como escudo para defenderse. Le lanzo llamaradas de fuego por la boca pero Cynder fue saltando hacía atras como si fuese una equilibrista de circo, luego marcho de cabeza hacía él pero se defendió golpeteandole con la cola.

Cayo rendida en el suelo.

-Que te quede claro, yo no pienso irme contigo. No te tengo miedo -le advirtió señalandole acusadoramente con el dedo.

Malefor se rio.

Cynder le miro fijamente y el otro le dijo:

-Es que aún no lo entiendes, no tienes que sentir miedo por mi. Tienes que interesarte por mi. Por lo que somos.

-¿De que hablas? -cuestiono sus palabras.

-Nacimos de la oscuridad, pero separados por circunstancias de la naturaleza. Pero ahora después de tanto tiempo ha llegado el momento de reunirnos, y formar una comunidad que cambiara la historia de Skylands para siempre.

-Yo no pienso volver a repetir la historia.

-Terminarla no, acabarla.

Al oír supo reconocer a lo que se refería.

-La profecía esta apunto de cumplirse -agrego con severidad.

-No puedes saber eso, tu solamente sientes lo que Cynder siente en su interior.

-Siento cada sensación y preocupación que tiene, pero cada una de sus preocupaciones es distinta, así que es facil asimilar cual es la razón de su preocupación. Y con el poco tiempo que llevo con ella, he descubierto muchas cosas que nunca supe.

Spyro abrió la boca alarmado al ver que ahora Malefor sabía sobre la profecía que le menciono la Madre Superiora, aquella que estaba prohibido que cualquiera supiese.

-¿De veras creías que no conseguiria enterarme de todo? -soltó una rista tan malevola que dejaba constancia del grado de maldad que poseía.

Oír esa risa le hizo sentirse humillado ya que por primera vez un enemigo había conseguido rebajarlo de la peor forma inimaginable. Esto era peor que cuando se dejo controlar por Masker Mind, ya que ahí por lo menos encontro la forma de solucionar el problema, pero ahora el problema no tenía remedio algúno. El más malevolo sér con el que peor podía toparse, sabía algo que le ganaba en ventaja.

Supo de antemano que de esta no iba a zafarse tan facilmente.

Termino de reirse y en ese momento se escucho un sonido particular.

Voltearon sus miradas al otro lado observando que se estaban acercando el grupo de niños con el que antes Cynder estuvo hablando, pero venían acompañados de alguien más, estaban Sparx, Ermit y Vickam junto con Mollar.

Los cinco se quedaron sorprendidos al ver el estado de la dragona.

-Cynder -soltó indeciso Sparx.

Spyro sintio ganas de reprocharle a su hermano por estar ahí, pero rapídamente sintio que debía preocuparse por alguien mas.

Cynder volteo la mirada hacía él esbozando una expresión de indagación, dijo:

-Tu hermano, ¿verdad? -se insinuó incredulamente Malefor.

Por ese tono supo reconocer que estaba pensando en cometer algo malo.

-Ni te atrevas -le aviso amenazadoramente.

Miro de vuelta a la joven libélula, podía ver el miedo en él, eso le gusto.

-¿Que tal esto? -se propuso negociar con él-. Tu te vienes conmigo, y quizas no haga daño a tu hermano y a tus amigos, ¿que te parece la idea?

Se quejo al reconocer que tenía razón en lo que se intuía.

-¿Esta hablando de hacernos daño? -criticó Vickam confundido.

-Hermano, ¿que sucede? -ladró Sparx.

-Sparx, largate de aqui -le ordeno severamente, quería que se alejase de él.

-Eso, pidele a tu hermano que se largue corriendo como un cobarde. Solo quizas así podras seguir protegiendolo como el hermano protector que siempre has sido para él -vocacinó burlandose de él, se puso a reir malevolamente de nuevo.

Escuchar eso le provoco una sensación de desasociego en Sparx, no soportaba la idea de no luchar, pero peor era que le llamasen cobarde por ello.

Apreto fuertemente el puño dispuesto a pelear.

-Sparx, no hagas nada -pidio explicitamente Spyro, podía ver claramente que desobedecería sus ordenes y actuaría como siempre cuando se volvía impulsivo sin razón.

-Eso libélulita, haz lo que siempre has querido hacer, luchar como un hombre -vocifero animandole con mayor desden.

Sparx se estaba enfadando cada vez más.

-¿Porque esta diciendo esas cosas? -se cuestiono Vickam alarmado al ver hasta donde estaba llegando este asunto tan deprimente.

-Esa no es Cynder -dijo Mollar, él reconocía lo que estaba pasando-. Ha sido poseida por la oscuridad, hay alguien hablando por ella.

Malefor volvió a reirse malevolamente.

-Chicos, por favor. Hacedme caso, esto es peligroso.

-No le hagaís caso, él solamente os lo dice porque tiene miedo, tiene miedo de que le quiteís protagonismo. Como tu Sparx, no soporta que otros hagan el trabajo por él, por eso mismo te quiere lejos, para que así él sea el heroe.

-¿De que estas hablando? -protesto Spyro confundido ante sus burlas.

-Tu sabes bien insecto, sabes de lo que estoy hablando.

Sparx refunfuño entre dientes, su furia se estaba incrementando.

-Venga libélulita, haz lo que siempre has querido hacer, acaba con el monstruo.

-Lo hare -contesto Sparx, acepto sus exigencias.

-No Sparx nó -protesto Spyro viendo que se dejo convencer.

Marcho volando a enfrentarla con total furia.

Pero antes de que pudiera acercarse siquiera, Spyro acelero golpeandola fuertemente y llevandosela consigo hacía el frente.

Impacto de lleno contra un muro que había mas adelante.

Ambos se quedaron sorprendidos al ver lo que ocurrió.

Spyro aterrizo levemente en el suelo, sus cuernos estaban completamente en llamas y sus ojos mostraban el reflejo de las llamaradas. Toda esta situación lo había desatado mas que nunca, ahora era un dragon dispuesto a terminar con el conflicto.

Miro a Cynder y quedo pegada a la pared, se despego de este y cayo en el suelo, quedo una silueta dibujada en el trozo de pared que ahora quedo destrozado.

Se fue calmando pero su odio no cesaba.

Miro a Cynder fijamente y esta empezo a levantarse.

Los demas quedaron atonitos al ver que se levantaba tras semejante golpe.

Se enderezo volviendo a caminar a cuatro patas, aunque se notaba que estaba algo malherida, temblaba al no poder mantener el equilibrio.

-¿Seguira Cynder poseida por la oscuridad? -siseó Vickam.

-Estamos apunto de averiguarlo -indico seriamente Ermit.

Abrió los ojos mostrando ese oscuro color purpura que reflejaba pura maldad.

-Me impresionas dragón, esta vez te has superado -le dijo halagadoramente.

-No me has dejado otra opción, ahora rindete -le exigió autoritariamente.

-No, aún no.

-Pues que mas quieres entonces, ya te he dicho que no ire contigo.

-Bien, no lo hagas, seguire destruyendo hasta que haya tenido bastante.

-Me figuraba que dirias eso.

-¿Por que?

-Porque entonces hare esto -le lanzo una llamarada por su boca que cubrió su cuerpo por completo. Malefor se puso a gritar de dolor.

-¡No Spyro! -grito Sparx asustado al ver lo que hacía.

-¡Sparx! Espera -vocacinó Ermit.

-La esta quemando.

-Sobrevivira, sus escamas la protegeran, no la matara de ningún modo -le aclaro demostrando que sabía lo que hacía.

Sparx lo comprendió aunque eso no garantizaba que le pareciera satisfactorio.

Spyro finalizo y observo como el cuerpo de Cynder absorbía el fuego a traves de sus escamas, estaban rojizas.

-Abandona a Cynder y prometo que no volvere a hacer eso -le pidio poniendole el inconveniente de que la seguira atacando de esta forma tan severa.

-¿Porque debería abandonarla? Esto es lo mejor que he sentido en mucho tiempo?

Con eso supo reconocer que no pararía hasta que tuviese suficiente.

Tu mismo los haz dicho -lanzo otra llamarada que quemo a Cynder.

El equipo miraba atonitamente como Spyro la estaba quemando y ellos no podían hacer nada para evitarlo, entendían que esta no era la forma más etica para poder solucionar esto, pero viendo las circunstancias en las que se encontraban, debían dejar que Spyro lo hiciese todo como él creía que era razonable.

-Venga niños, venid conmigo -Mollar cogió a los niños que estaban con ellos y los alejo para que no presenciasen esa escena tan violenta.

Spyro finalizo de quemarla, dejo que sus heridas se adheriesen a su cuerpo.

-¿Y ahora?

Cynder asomo la cabeza y el otro dijo:

-Podría estar así todo el santo dia.

-Y yo también -volvió a quemarla con otra llamarada de su boca.

El equipo continuo mirando la escena, cuanto mas veían que la quemaba, más culpables se sentían por no poder hacer nada por su propia cuenta.

Vickam volteo la cabeza, no quería seguir mirando, le repugnaba por completo.

Ermit le miro, pudo comprender porque hacía eso.

Spyro siguio quemandola con todas sus fuerzas, aunque cuanto mas la quemaba, más veía que se resistia, no podía seguir quemandola con el mismo tiempo, necesitaba darle mucho más. Aumento su fuego interior y se puso a quemarla de tal manera que ahora lograba hacer que quedase pegada a la pared donde antes impacto.

Sparx no podía soportarlo, sabía que Spyro hacía lo posible para ayudar a Cynder, pero esto ya era demencial, incluso para él.

Spyro finalizo y observo como ahora todo el cuerpo de Cynder estaba mas enroje-cido que antes, tardaba en curarse sus heridas con la ayuda de sus escamas.

Se quedo esperando a que se curase para que le volviera a soltar otra pulla a menos de que tuviese el suficiente valor de seguir peleando.

Asomo la cabeza esbozando una expresión de agonia.

-Te has pasado.

-Lo se, y no me has dejado otra opción.

-¿Sabes que si continuas así la mataras?

-Mejor muerta que seguir obedeciendo ordenes tuyas -indico con tono exasperante.

Todos se quedaron atonitos al oír esa mención suya.

Cynder esbozo una sonrisa arcaica, se reía de satisfacción.

-Este es el ultimo aviso, liberala, o te prendo en llamas con tanta intensidad, que no olvidaras un dolor semejante como este en tu vida.

Malefor pudo comprender por su tono que iba en serio, no tenía manera que de él se rindiesen, miro a los miembros que se encontraban mirando al otro lado. Con ver sus miradas de temor y preocupación pudo hacerse a la idea de que ellos no pensaban igual de la misma manera. Eso le dio una idea.

-Hazlo, así me sentire tan vivo como antes -volvió a reirse malevolamente.

Spyro apreto fuertemente el puño en señal de que ya había tomado su decisión.

-No lo hagas Spyro, te esta tentando a que lo hagas -le exigió Ermit queriendo que se lo pensara detenidamente, formaba parte del plan de Malefor.

-Tanto si me esta tentando como si no, voy a liberar a Cynder esto, aunque este viva o muerta -comento justificando que ya no solamente quería acabar con él, quería hacerlo sacrificando a Cynder de su condena.

Con eso ya tuvieron claro que Spyro no iba a ceder.

Abrió la boca dispuesto a lanzar otra llamarada, pero entonces...

-¡Alto! -grito una voz conocida.

Voltearon sus miradas observando que por el frente se estaba acercando toda una escuadra formada por golems. En medio de ellos se encontraba la Madre Superiora custodiada por dos molekins. Se dirigió hacía el grupo con una posicion autoritaria.

-Madre Superiora -esbozo sorprendido Spyro.

-¿Es cierto eso de que vuestra compañera ha sido poseida por la oscuridad? -pregun-to soltando una voz tan estricta que resultaba intimidante.

-Así es -confirmo Ermit.

Suspiro malhumorada y echo la mirada hacía Spyro.

-Madre Superiora, debería irse, lo tengo todo controlado -le exigió pasivamente.

-De eso nada -replicó-. Estas quemando a tu compañera, la compañera que necesitas para poder acabar con el mal.

-Le estoy obligando a que él se vaya de su cuerpo -le aclaro señalandole reprochadamente para que entendiera porque lo hacía.

Cynder echo humo de su boca, estaba que ardía desde dentro.

-Esa cosa que la posee no se ira de su cuerpo de ningún modo, te esta tentando a convertirte en algo que no eres -le aclaro haciendole ver que se estaba dejando engañar por su malevolo juego-. Y por eso mismo pienso ocuparme yo sola de esto.

-¿Como? -pregunto Sparx.

-Con esto -se saco la diadema verde que estaba enganchada en su corona de plata.

Ambos intrigados a lo que iba a hacer.

-Golems, apresadla, no dejeís que escape -ordeno a su guardia de golems.

Todos obedecieron y marcharon corriendo a coger a Cynder, agarraron a la dragona por ambos extremos con tal de evitar que se moviese de cualquier modo. La Madre Superiora se fue acercando mientras acercaba la diadema hacía ella.

Cynder intento de forcejear con tal de quitarse a los golems de encima, pero eran tan fuertes y la tenían tan bien retenida que resultaba imposible contorsionarse. Fijo la mirada en la diadema y pudo observar por su brillo que era magico.

Contenía una magia que supo reconocer.

-¡No! ¡No! ¡No! -grito exasperada por querer alejarse.

No pudo, los golems la agarraron con mas fuerza que antes.

-¿Que le ocurre? -pregunto Spyro insistente al no entender porque le molestaba.

Sentía la necesidad de hacer algo pero viendo la confianza que mostraba la Madre Superiora al acercarle su corona, asumío que sabía lo que hacía.

Acerco la diadema contra la cabeza de Cynder y en cuanto la toco, esta le empezo a quemar. Malefor solto un grito aberrante que afecto a todos los presentes que estaban viendo la escena. Asumieron que aquella diadema era venenosa y estaba afectando a Cynder, pero por el tono de esos gritos se hicieron rapídamente a la idea que quien sufría mas no era la joven dragona, sino Malefor, estaba sufriendo de verdad.

La diadema soltó un resplandor verde como si estuviese aumentando su potencía magica, aquella provoco que empezase a salir un vapor fucsia de las escamas de Cynder. Siguio aumentando hasta que al final salió todo el vapor revelando una oscura figura que se formo arriba por encima de la zona.

Era una cara aplanada de Malefor observandoles.

Spyro se quedo atonito al ver eso, Malefor había salido.

-Has ganado, por esta vez -contesto susurradamente y luego la imagen se difumino en el viento, desapareció en cuestión de segundos.

Se hizo una calma que se sintio larga para todos.

Luego Cynder cayo agotada, los golems la dejaron reposar en el suelo.

-¿Que acaba de pasar? -musitó Vickam atolondrado.

Spyro se acerco inquisitivo a la Madre Superiora.

-¿Que le ha hecho? -pregunto intrigado.

-Le he practicado un exorcismo -declaro.

-¿Un exorcismo? -esbozo Vickam sorprendido-. Creía que eso era un mito.

-Los exorcismos existen y se practican, pero muy pocos tienen las cualidades necesarias para poder hacerlo bien. Y yo he aprendido de la forma correcta -comento seriamente mientras se ponía a acariciar con calma a la joven dragona.

-¿Y que es esa diadema que tiene en su corona? -se pregunto Spyro.

-Esta diadema fue hecha con savia del Arbol Sagrado.

-¿El Arbol Sagrado? -se cuestiono Sparx.

-Es un arbol que contiene la magia de los ancestros, su magia es tan potente que puede erradicar cualquier rastro de magia oscura -menciono Ermit-. ¿Pero como ha hecho para obtenerlo?, de ese arbol no se le puede extraer la magia tan facilmente.

-Lo se, pero mi bisabuelo la obtuvo hace mucho tiempo, extrajo un sola pequeña gota de savia magica de ese arbol y con ella la utilizo para poder crear un amuleto de la suerte que le pudiese servir para protegerse de la oscuridad. Desde entonces ha pasado de familia en familia ayudandonos a vencer a la magia oscuridad que pueda introducirse en la mente de cada ciudadano de esta ciudad -aclaro demostrando que su bisabuelo pudo obtener esa magia y la uso en beneficio de la vida de los molekins.

-Con una cosa así podríamos vencer a Kaos y a Malefor -indico Sparx obteniendo una idea que les ayudaría en su beneficio.

-Si -afirmo estando de acuerdo Vickam.

Todos se entusiasmaron con esa propuesta, excepto Spyro que se fue acercando lentamente hacía la joven dragona que yacía inconsciente. Le toco las escamas, las sentía todas gruesas a causa de las llamaradas que le lanzo, se avergonzaba haberle hecho eso, pero sintio que hizo lo mejor para proteger a sus amigos.

-¿Le ha hecho algún daño? -pregunto dirigiendose a la Madre Superiora.

-En absoluto, la ha curado del todo, pero esta herida debido a todo lo que ha sufrido desde que fue poseida. Tardara un rato en volver a ser ella misma -comento mirandole con una seriedad que indicaba que ella entendía por lo que iba a pasar.

Spyro lo reconsidero, sabía bien que esto no era algo que ella hubiese querido, la conocía lo suficiente como para verificar que no haría daño a nadie, o siquiera a él.

De pronto se escucho un murmullo, lejano pero atronador.

-¿Que es eso? -pregunto Vickam oyendo como el murmullo aumentaba.

Spyro atenuo sus oídos y oyo como aquellos murmullos significaban algo que él temía que ocurriese en este momento.

-Debemos sacar a Cynder de aqui -ordeno autoritariamente.

-¿Por que? -se cuestiono Sparx.

-La gente viene a por ella -añadio con temor.

Escucharon unos pasos atronadores que se aproximaban desde el otro lado de la calle, con solamente oír como sonaban ya les entro el panico enseguida.

De pronto un golem apareció saliendo del callejon que había en la entrada al patio, se dirigió con paso firme pero apurado, se acerco hacía ambos y les dijo:

-Madre Superiora, se aproxima una trifulca de pueblerinos y trabajadores armados con utensillos y herramientras de mineria. Creo que estan malhumorados por los destrozos que ha causado la dragona por toda la ciudad -le notifico con un tono tan serio que indicaba el grado de enojo que mostraba la gente.

Ambos mutuamente se quejaron al reconocer que el dragon estaba en lo cierto.

-Quizas podamos explicarles lo que ha sucedido y a lo mejor no le hagan nada -opino Vickam proponiendo la idea más facil y razonable que podían tomar ahora.

-Lo dudo mucho, los pueblerinos tienen por norma tomarse la justicia por su mano en cuanto ocurra una amenaza de gran magnitud -confeso la Madre Superiora.

-¿Esta diciendo que podría dejar que maten a Cynder sin pedir un juicio? -criticó Sparx asimilando ese argumento.

-Matarla, le haran el castigo que le hacen a los magmagolems que se introducen aqui. Ahogarles en una pila de agua fria para que sufran lentamente. Y cuanto más la ahoguen, acabara muriendo congelada al no tener tiempo de calentarse -declaro indicando que sufriria una tortura demasíado horrible hasta para un dragon.

Ambos se angustiaron horriblemente al descubrir que le harían eso.

-Tenemos que alejarla de ellos -indico precavidamente Ermit.

-¿Podeís regresar al hotel? -les pregunto la Madre Superiora.

-Podemos -permitió Spyro.

-Hacedlo rapído, yo os dare tiempo -dijo Ermit dispuesto a quedarse.

Confirmo meneando la cabeza.

-Gracias, Madre Superiora -le agradeció cordialmente Spyro.

Ella le devolvió el agradecimiento echandole una mirada de confianza.

Se dieron la vuelta y se marcharon corriendo lo mas apuradamente posible.

Justo en ese momento llego la muchedumbre enfurecida, era un grupo de molekins armados con picas y palas, todos mostraban unas caras como si estuviesen dispuestos a meterse en una pelea de la que seguramente se lastimarían torpemente.

Spyro miro atentamente a Cynder, podía sentir sus pulsaciones, eran fuertes, eso indicaba que se estaba recuperando rapídamente. Eso le aliviaba, pero también le preocupaba el hecho de saber si ella se acordaría de todas las cosas que hizo estando poseida por Malefor. Porque si lo recordaba todo, quedaría traumatizada por ello y dudaba de que fuese capaz de aceptarlo.