La joven de castaños cabellos aun dormitaba felizmente sobre los confortables brazos de Morfeo… eso era a pesar de que la alarma de su despertador no paraba de sonar insistentemente desde hacia mas de diez minutos, al ver aquello su fiel compañero trato por todos los medios de despertarla o si no se le haría tarde para su primer día de clases.
- ¡Sakura despierta! – le grito este con toda la fuerza de sus pulmones mas la joven solo balbuceo algo inaudible y se giro en la cama dándole la espalda – Sakurita por favor… se te hará tarde para ir a la escuela.
- Dame cinco minutos más mamá… - murmuro aun entre sus sueños afianzándose con mayores fuerzas a las cobijas de su cama.
- Muy bien Sakura no me dejas otra opción – dijo ya bastante cansado y con un extraño brillo en sus pequeños y redondos ojos negros.
Se alejo volando con la vista fija en una puerta contigua dentro de la habitación llegando así a un pequeño baño adjunto, luego de ver por última vez a la joven de reojo traspaso la puerta para llevar a cabo su plan.
La chica se encontraba tan inmersa en el maravilloso país de los sueños y sin dar señas de querer regresar a la realidad que ni siquiera advirtió las intenciones de su guardián, pues ahora llevaba una pesada vasija con agua sostenida en lo alto por sus dos patitas, el rostro ceñudo del animalito constataba el gran peso del recipiente.
- Lo siento mucho Sakurita… - una pequeña gota de agua salada se asomo en los ojos cerrados del animalito pues sabia muy bien la reacción inmediata que tendría su ama – sé que después me lo vas a agradecer – sin mas dejo caer el contenido del recipiente sobre el rostro de la muchacha, al contacto con el liquido transparente esta salto de la cama alarmada y pegando un sonoro grito.
Volteo desesperadamente la mirada a todos los puntos de la habitación buscando al responsable de semejante atrevimiento, hasta que finalmente dio con él.
El pobre guardián palideció aun más de lo que ya era su respectivo color amarillo, tragando algo de saliva al ver la cabeza gacha que cubría el semblante furioso de su ama.
- K-ker… ¡Kerberos! – si, en definitiva estaba metido en graves problemas ya que la chica solo le llamaba por su nombre en contadas ocasiones.
- Sakurita… espera por favor… de veras puedo explicarlo... jejeje – sonrió nerviosamente y con una gota de sudor frío en la frente, advirtiendo desde donde se encontraba como la castaña se acercaba a él con las claras intenciones de desquitarse.
La joven levanto la mirada con ojos flameantes, el más claro indicio para el guardián de que lo mejor era correr por su vida, y sin pensarlo dos veces lo hizo mientras la castaña lo perseguía por toda la habitación.
- ¡Ven acá Kero! – le decía mientras trataba de darle alcance esquivando cada uno de los obstáculos que se le ponían en el camino y haciendo tal estruendo que alerto a todos los habitantes de la pensión, aunque sin duda estos pronto se acostumbrarían a las frecuentes odiseas que tenia que cruzar el pequeño peluche amarillo para despertar a su ama.
CAPITULO 3
Descubriendo el mundo humano
Casi todos los inquilinos de la casa ya disfrutaban del exquisito desayuno preparado por la hermosa mujer de cabellos negros, no pudiendo evitar escuchar atentos el estruendo que hacia la nueva huésped.
No obstante muy pronto solo quedaron el castaño y su madre esperando pacientemente a que la chica bajara a desayunar, pues el joven de cabellos negros así como la castaña rojiza se marcharon unos minutos mas tarde a la universidad.
- ¿Crees que le haya pasado algo malo? – hablo el muchacho manteniendo fija la visión en el techo.
- Eh… - su madre volteo a verlo pues ella también estaba viendo hacia ese punto – no, Nadeshico me dijo que de vez en cuando Sakura tiene algunos problemas para levantarse de la cama.
- Si tú lo dices… aunque yo mas bien creo que le falta un tornillo – volvió su seria mirada ambarina a su madre que solo le dedico una sonrisa como respuesta.
- Anda Syaoran come rápido o tu desayuno se te enfriara – le señalo el plato que tenia al frente para cambiar rápidamente la conversación.
- Te lo digo mamá esa chica esta loca – prosiguió aun a pesar de los esfuerzos de su madre por desviar el tema.
- No crees que estas exagerando un poco – le indico mientras ella también se disponía a sentarse a desayunar.
- Me declaro la guerra en un solo día y ni siquiera me conoce – objeto él mientras comía de un bocado su delicioso almuerzo.
- Seguramente era una broma… - intento justificarla seguidamente pero aun así el chico continuo insistiendo.
- ¿Y que me dices de la cena…? se negó rotundamente a darle la mano a Chiharu con el pretexto de que no le gusta que nadie la toque – señalo con cierto ahínco el muchacho sin que su madre supiera que mas decir.
Desde niño la naturaleza del joven había sido algo desconfiada con las personas que acababa de conocer, por consiguiente tenía un carácter por demás reservado y sumamente serio que sin duda era todo lo opuesto al de la castaña.
- Fue por eso que te advertí antes que ella era algo especial – trato de prestarle la menor importancia a lo que decía pero en el fondo no sabía como ocultarle que Sakura era una hechicera y por tanto sentía cierta antipatía por los seres humanos.
- Yo no diría especial, en vez de mandarla aquí debieron de haberla mandado a un psiquiatra… – y pudo irse de largo mostrando todo el desagrado que le causaba pero justo en ese momento hizo su triunfal aparición la joven castaña situándose justo atrás de él.
- Nuevamente hablando mal de mí a mis espaldas Li – dijo ella repentinamente provocando que este inevitablemente girara para ver a la figura que le hablaba no obstante llevándose una gran sorpresa al observarla.
- Y yo creía tener problemas con mi ropa pero esto es el colmo – murmuro el chico conteniendo una gran carcajada al mirarla detenidamente de pies a cabeza.
- ¿Querida que fue lo que te paso? – a simple vista pareciese que la chica había sido embestida por una bestia feroz, aun así la mujer hecho mano de toda la serenidad de que era poseedora para cuestionar a la joven sin ofenderla.
En primera sus cabellos castaños estaban todos alborotados y enredados en lo que al parecer eran un intento de coletas pues una estaba justo en el extremo superior de la cabeza en cuanto la del lado contrario estaba esquinada abajo…
El saco negro asimismo como su camisa blanca quedaron tan mal abrochados que creaban una gran disimetría entre donde empezaba hasta donde terminaba la abotonadura sin mencionar que su blusa ni siquiera estaba fajada, y ni que decir de la corbata del uniforme que estaba amarrada al cuello en una especie de moño mal hecho.
- No me paso nada… - se contuvo frente a su tía al ver como el otro chico tenia evidente burla dibujada en el rostro, si lo sabría ella que tantas veces se había mofado de los demás – es solo que no pude vestir yo sola, jamás lo había hecho… – nunca creyó que la vida de los humanos fuera tan complicada, con un solo conjuro hubiese podido ponerse la ropa, pero ahora tenia que hacerlo por ella misma lo cual no era nada fácil.
- ¿Estas hablando en serio Kinomoto? – pregunto el joven incrédulamente pero el ver su rostro serio le indico que lo que decía no era mas que la verdad.
- Por supuesto que si… – sus mejillas se sonrosaron un poco al decirlo, siendo una severa humillación para ella lo que para el otro era su rutina diaria.
- ¿Júrame que de verdad esto no es una broma? – dijo aumentando el tono burlón muy poco característico de su persona ya que incluso dejo escapar una pequeña risita de su antes serio rostro.
- No, no lo es… y si no quieres que te convierta en un… - estaba tan molesta por el comportamiento del chico que estuvo a punto de revelar su verdadera identidad frente a él mas fue salvada por la oportuna intervención de su tía.
- ¿Sakura querida, quieres desayunar? – pregunto con suma amabilidad desviando como siempre la tensión causada por ese par.
- Hoe… - se distrajo por unos momentos antes de responderle – si, gracias tía Yelan.
- Enseguida te lo traigo – hablo con la misma calma retirándose posteriormente del lugar, no si antes dar una pequeña palmadita reprendedora en el hombro de su hijo al pasar junto a él – y tu compórtate...
- Seguro…. – trato de contenerse como pudo pero aun así no podía disimular mucho la mofa que le causaba aquel espectáculo mientras que la castaña solo le atravesaba de lado a lado con una mirada fulminante que el otro ignoraba con bastante descaro.
Luego de servido el desayuno le tomo menos de cinco minutos a la chica arrasar con el, debido a su retraso para despertar a tiempo se les hizo muy tarde para la escuela.
- Gracias por la comida – dijo mientras salía como rayo con miras al segundo piso pues había dejado olvidado su maletín en su habitación lo que ocasiono que dejara a solas por unos momentos mas al chico castaño y a su tía.
- Syaoran trata de ser amable con ella – la mujer se volvió a su hijo con una mirada mas que suplicante – y diga lo que diga o haga lo que haga no la vallas a dejar sola.
- Mamá ¿no crees que exageras? – simplemente no entendía el por qué su madre trataba de proteger tanto a esa chiquilla.
- Solo digamos que este es un mundo nuevo para ella y algo muy malo podría pasarle si la dejas aunque sea por unos minutos sola – se volvió a él con mucha seriedad dejando por demás confundido a su primogénito.
- Por favor mamá, no creo que sea tan distinto… además ni que hubiera vivido en Marte o en otro planeta – la mujer reflexiono un poco aquellas palabras y a su mente vinieron algunos recuerdos de cuando ella había llegado a ese mundo obligándola a insistir con mayor intranquilidad.
- Por lo que mas quieras no vallas a separarte por nada del mundo de ella – se apresuro a decir sumamente angustiada.
- Mamá… será por demás vergonzoso tenerla junto a mí con ese aspecto y por otro lado es demasiado extraña – fue su única defensa lo que su madre no tomo muy en cuenta y siguió insistiendo.
- Solo prométeme que la cuidaras – volvió con aquella mirada suplicante y con mas que firmeza en sus palabras.
- Pero… - quiso objetar mas la actitud de su madre era demasiado persuasiva.
- Prométemelo… - insistió de nueva cuenta hasta que el otro por fin doblo su voluntad.
- Esta bien, te lo prometo – dio un suspiro de cansancio al ver que no iba a poder ignorar a esa chica como había sido su plan desde un principio, justo en eso apareció la aludida no dándole el menor tiempo al chico de pedir una merecida explicación.
- Ya estoy lista – se planto frente a ellos ya con el maletín del colegio en mano, al verla nuevamente el joven pensó que iba a ser un día por demás largo y extenuante.
- Vamonos o se nos hará mas tarde de lo que ya es… – le dijo de no muy buena gana pues aun no podía creer como cedió tan fácilmente a las exigencias de su madre la cual los detuvo antes de salir completamente de la casa.
- Sakura espera… - la joven se volvió hacia ella, la mujer solo quito las ligas de su cabello y lo aliso para que este quedara suelto – mucho mejor – sonrió luego de acomodarlo un poco.
El joven apresuro su paso puesto que ya era demasiado tarde y si no se daban prisa no alcanzarían a llegar a la primera clase, en todo momento este se mantuvo frente a ella que le seguía muy de cerca.
- Ni creas que te esperare todos los días para ir a la escuela… – decía él mientras a lo lejos diviso como el semáforo del crucero se ponía en rojo indicando claramente que tenían que parar hasta que este se pusiera en verde.
- No esperaba menos de un caballero como tu… – serró los ojos con fastidio siguiendo de largo su trayecto sin siquiera fijarse en los carros que corrían velozmente en dirección hacia ella.
- ¡Kinomoto ¿qué haces! – grito el chico viendo como esta se había quedado inmóvil frente a un auto que se dirigía a toda velocidad justo hacia donde ella estaba parada que era a unos cuantos pasos fuera de la acera.
La muchacha no supo que hacer en esos momentos, se quedo petrificada y horrorizada viento como aquel vehículo se acercaba mas y mas pero justo antes del impacto el castaño la tomo de un brazo jalándola hacia él con todas su fuerzas.
Aun en estado de shock por la fuerte impresión abrazo claramente asustada al ambarino que no pudo evitar corresponder al abrazo para tratar de tranquilizarla pues podía sentir como esta aun temblaba del tremendo susto.
- ¿Te encuentras bien? – le susurro suavemente al oído a penas la sintió un poco mas tranquila separándose lentamente de ella, la joven levanto la cabeza para mirarle de frente y hacer un pequeño ademán afirmativo - ¿cómo se te ocurre pasarte la luz roja, ese auto pudo haberte arrollado ¿acaso querías suicidarte? – mas sin embargo no hizo esperar en darle una severo regaño por sus descuidadas acciones a lo que la joven bajo la cabeza un poco apenada.
- Y-yo... yo no sabia que no debía cruzar... – le hablo más que con la verdad mientras el chico le miraba sorprendido creyendo que se trataba de una clase de broma – de donde yo vengo no existen esas cosas...
- ¿Te refieres a los autos? – pregunto incrédulo pues aun no parecía creer lo que la chica le decía.
- Si, no existen esos aumtos, aurtos... como se llamen – el ambarino empezaba a creer seriamente que esa chica era mucho más especial de lo que había imaginado.
- ¿Entonces se puede saber como fue que llegaste hasta aquí? – a pesar de su explicación este aun no creía completamente su relato.
- Digamos que volando... jejeje – sonrió nerviosamente al recordar la promesa hecha a su tía de no decirle al chico una sola palabra de su verdadero origen, el castaño ya no dijo nada ante la extraña respuesta solo dio un pequeño suspiro de cansancio pues tal y como lo había pronosticado seria un muy pero muy largo día.
- Esta bien te creo… el semáforo ya esta en verde así que ya podemos cruzar... – expreso cierta tranquilidad pues iba a requerir de muchísima paciencia para tratar a esa niña.
- Nunca me había asustado tanto en toda mi vida, ni siquiera cuando los trolls invadieron la escuela el semestre pasado – el chico detuvo su paso en seco y le miro con bastante dudas de la veracidad de sus palabras, la muchacha al darse cuenta de lo que había dicho trato de corregirse automáticamente – eh... los trolls son un equipo de la escuela vecina...
- Ah... ya veo – retomo su paso tratando de guardar silencio el resto del trayecto o al menos eso era hasta que llegaron al edificio de la secundaria Tomoeda, fue entonces que sintió como la chica se afianzaba con fuerza a uno de sus brazos.
Aquella inesperada acción por parte de la joven lo saco por un momento de concentración desviando su mirada ambarina a la figura de la chica que lucia mas que emocionada al tener puesta su entera atención en el edificio que estaba frente a ellos y en los estudiantes que se apresuraban por llegar a tiempo, increíblemente a pesar de todos los incidentes ocurridos minutos atrás habían llegado antes de que la campana sonara.
- ¿Esta es tu escuela? – decía sin soltarse de su brazo y sin quitar la atención del edificio, no pudiendo evitar que un pequeño sonrojo se formara en sus mejillas ante la confianza que se había tomado para con él la chica de hermosa mirada esmeralda.
- S..si... ¿qué es lo que te causa tanta gracia? – no pudo evitar preguntarlo al escuchar la pequeña risita traviesa que emitía la joven.
El chico estaba rotundamente confundido… por la forma en como le reto el día anterior podría haber jurado que esta tenia claras intenciones de matarlo a la menor provocación manifestando algo de fiereza en su comportamiento, mientras que ahora demostraba todo lo contrario, pues pudo percibir en ella tanta inocencia entremezclada con la curiosidad propias de una pequeña niña que empezaba a descubrir el mundo a su alrededor.
- Es que es muy rara... – dijo al fin ella sacándolo de su ensimismamiento – de hecho aquí todos los edificios son muy extraños, jamás había visto este tipo de arquitectura... es tan... como decirlo... cuadrada, si… eso, es muy cuadrada…
- ¿Lo dices en serio o todo esto es una representación teatral de tu parte? – ahora la que le miro sumamente extrañada fue la chica demostrándole con su semblante confuso que lo decía con sinceridad.
- Eres muy extraño Li... por supuesto que hablo en serio – afirmo con tal determinación que al otro le quedo mas que claro que no estaba mintiendo – pero que haces parado... anda entremos que me muero de ganas por conocer este lugar – se aferró con mayor fuerza a su brazo llevándolo casi a rastras hacia el interior del enorme edificio de cinco pisos.
Ya adentro no pudo evitar mostrarse maravillada por algunos de los extraños mobiliarios, aunque a decir verdad algunas cosas no cambiaban en la academia Read y en esta escuela.
De hecho su madre le explico que ingresaría al tercer año de secundaria, lo que en su anterior escuela significaba algo más o menos como el tercer año de magia intermedia.
Sentía tanta curiosidad por aquel lugar tan nuevo para ella que no le importaron las insistentes miradas y los constantes cuchicheos que se oían por parte de los demás estudiantes que les miraban atentos al pasar a ella y al castaño.
- ¿Oye Li? – después de un tiempo de observar dirigió nuevamente su atención al chico ambarino que seguida algo apenado por aquella situación tan embarazosa.
- ¿Si? – siguió de frente sin siquiera tratar de mirarla.
- ¿Todos los jóvenes que estudian en esta escuela son humanos? – aquella pregunta tan extraña borro por completo el sonrojo del chico volviendo su mirada a ella con mas que extrañeza y confusión por la pregunta.
- S-si... – afirmo no muy convencido al percatarse de la cara de terror que había puesto su compañera afianzándose aun mas a su brazo derecho – creí que no te gustaba tocar a las personas... – tuvo que decirlo al apreciar como ella se pegaba mas y mas a él que ya sentía su cara arder por la vergüenza.
- Tienes razón no me gusta tocar a los humanos... – se expreso tranquilamente sin hacer el menor intento de separarse del chico – pero tu no lo eres así que no hay problema – ya no quiso preguntar pues había tenido tanta confusión dentro de si en una sola mañana de la que había tenido a lo largo de sus quince años de vida.
- ¡Syaoran...! – de repente se escucho la voz de alguien que llamaba al castaño haciendo que este se girara hasta el lugar de donde provenía aquella voz – ¿hermano donde te metiste toda la tarde, quedamos de ir a la tienda de discos después de la escuela ¿lo olvidaste?
- Eriol se me olvido completamente, lo siento... – se dirigió al chico que ahora estaba frente a él, un joven muy apuesto de cabellos negro azulados asimismo como sus ojos que sobresalían por lo blanco de su tez, su atlética complexión física era muy parecida a la del ambarino, pero en cuanto a su expresión era mucho mas relajada y alegre que la de su amigo.
- Oye ¿pero quien es ella? – se mostró sumamente interesado en la hermosa joven de cabellos castaños y mirada esmeralda que ahora tenia su vista pegada en un cartel de la pared – ¿acaso no piensas presentarme...? – le dio unos golpecitos con el codo a manera de camaradería.
- Su nombre es Sakura Kinomoto – respondió al ver las claras pretensiones de su amigo en su acompañante – es una pariente lejana de mi madre y por ahora se quedara a vivir en mi casa – se adelanto y le dijo todo de una vez para evitarse las innumerables preguntas que sin duda le haría el otro chico.
La chica al notar que se estaba haciendo referencia a ella dirigió su atención de nueva cuenta hacia los jóvenes, dedicándole una pequeña sonrisa amable al peliazul que no tardo en presentarse formalmente.
- Mucho gusto hermosa Sakura, mi nombre es Eriol Hiraguizawa… no sabes lo fascinado que estoy de conocer a una joven tan encantadora como tu – le hablo con galantería, misma que utilizaba cada vez que una chica le atraía.
En esa parte los dos muchachos eran completamente opuestos, pues a pesar de ser los chicos mas populares de toda la secundaria al peliazul le encantaba andar de don Juan, tratando de cortejar a cada una de las hermosas damas que se ponían en su camino, las cuales caían redonditas ante su encantadora sonrisa e ingenioso carácter, aunque siempre había habido una hermosa chica de mirada amatista que le robaba el sueño por las noches, pero que jamás le hizo el mas mínimo caso por su anterior reputación.
El castaño por su parte, se definía por su carácter serio y reservado lo que aunado con su porte gallardo y sumamente atractivo hacia que más de la mitad de las chicas de la escuela estuviesen enamoradas de él, dándole un toque muy especial de misterio a su personalidad pues este rara vez les prestaba algo de atención.
El joven le extendió con cortesía una de su manos para saludarle, pero tal y como el día anterior esta se disculpo con diplomacia.
- Gusto en conocerte a ti también Hiragizawa – le sonrió para amortiguar su total descortesía.
- Interesante... – fue lo único que dijo retirando su mano automáticamente para acercarse al chico castaño y murmurarle algo al oído – ¿le sucede algo malo?
- A Kinomoto no le gusta tener contacto físico con las personas – dijo con cansancio al ver que el otro chico se le quedaba viendo algo raro.
- ¿De verdad? – se expreso en un tono bastante burlón al ver como esta aun lo tenia tomado del brazo – entonces Syaoran ¿puedes explicarme por qué te esta abrazando? – al instante señalo el contacto físico entre los dos provocando un mayor sonrojo en el rostro del chico castaño que le obligo a justificarse rápidamente.
- Tal vez me tomo mucha confianza, eso es todo – el muchacho trato de disimular aquel rubor porque conociendo tan bien a su amigo si este llegase a notarlo no pararía de mofarse de él todo el día y lo que restaba del año escolar.
- No creo que Mei Ling le valla a gustar mucho que digamos esa clase de confianzas – se expreso con bastante sarcasmo pues le encantaba ver las reacciones que tenia el ambarino cada vez que se tocaba ese punto.
- Tú bien sabes que entre Mei Ling y yo no hay nada – su semblante serio e inflexible había borrando toda clase de emoción en su rostro, el peliazul no tardo en dejar escapar una pequeña sonrisa satisfactoria al verlo.
- Eso dices tú pero ella dice todo lo contrario – siguió con sus bromas hasta que la castaña los saco de su amena platica.
- ¿Li? – su ahora suave y dulce voz llamo la atención inmediata del ambarino - ¿estos son los salones?
- Así es... y de hecho este es el de nosotros – le hablo con un tono ya mas tranquilo tratando de ignorar al otro chico que le lanzaba una mirada llena de picardía.
- ¿Entonces estudiaremos en el mismo salón? – dejo escapar una pequeña sonrisa que extrañamente era genuina.
- No se como le hizo mamá, pero tomaremos todas las clases juntos en los mismos horarios...
- Tal vez fue algo de magia... – siguió con la sonrisa en los labios separándose al fin del joven y encaminándose rápidamente al interior donde ya estaban varios de los alumnos - ¿y cual será mi lugar? – pregunto con avidez inspeccionando todos los pupitres.
- Toma ese... – señalo el joven a uno de los asientos junto a los ventanales que daban a los patios traseros de la escuela – estarás delante de mi así será menos difícil que te pierda de vista...
- Ok... – le hablo distraídamente mientras tomaba su lugar asignado lo que provoco una mayor mofa por parte del ojiazul.
- ¿Hay algo mas entre tu y ella que no me hayas dicho? – el joven tomaba nota para atormentarlo a penas tuviera una próxima oportunidad pero este lo saco inesperadamente fuera del salón.
- Ven acá Hiragizawa – estaban a punto de salir cuando escucho nuevamente la voz de la castaña que le llamaba.
- Li ¿a dónde vas?...
- Quédate aquí Kinomoto, te prometo que no tardare... – fue lo ultimo que le dijo antes de traspasar el umbral de la puerta.
- Uy... no quiere apartarse de ti ¿ahora no me podrás negar que su hay algo entre ustedes?
- Ya Eriol deja tus chistes para otro momento que esto es serio… si no puedo dejarla sola es porque ella es demasiado especial...
- ¿Entonces si te gusta? – insistió de nueva cuenta con su típica picardía y sarcasmo.
- Cállate de una vez y déjame hablar – el castaño empezaba a perder la paciencia con las constantes insinuaciones del otro chico – admito que es bonita pero hasta ahí, y si te digo que es especial es porque ella es muy diferente a las demás chicas que conoces.
- Explícate por favor que no te estoy entendiendo...
- Lo que quiero decir es que ella viene de un país muy diferente al nuestro y por lo que veo era un país bastante subdesarrollado porque ni siquiera conocía los automóviles.
- ¿Bromeas? – se expreso bastante sorprendido al escuchar las palabras de su mejor amigo.
- Por supuesto que no, lo que te digo es mas que la verdad, mamá me hizo prometerle que no la dejaría sola pues como te dije antes literalmente este es un mundo nuevo para ella...
- Pues en ese caso te deseo suerte – le dio unas pequeñas palmaditas conciliadoras en los hombros – va a ser muy difícil que la tengas vigilada todo el día... por ejemplo ahora que ya se fue.
- ¡¿Qué? – dijo totalmente alarmado luego de lo ocurrido por la mañana – se va a perder, ni siquiera conoce la escuela – la busco por todos lados con la mirada tratando de ubicarla pero nada – ayúdame a buscarla antes de que se meta en problemas
- E-esta bien... – hablo con mayor seriedad al ver el rostro sepulcral del castaño.
- Tu vete por haya y yo me iré por aquí, no pudo haber ido muy lejos – señalo a ambas direcciones de los pasillos saliendo rápidamente en su búsqueda...
- - -
La joven se fue caminando tranquilamente por uno de los pasillos, admirando con lujo de detalle la fascinante estructura del sitio.
- Pero que extraño es este lugar – murmuraba distraídamente sin prestar mucha atención al camino que tenia al frente – todo es tan distinto a Clow...
Fue tanta su distracción que no se percato de la chica que venia en la dirección contraria al estar caminando ahora de espaldas, ocasionando un inevitable choque entre ellas que hizo caer a amabas al piso...
- ¿Mei Ling estas bien? – pregunto inmediatamente una de las acompañantes de la otra chica al verla tirada en el piso mas esta no presto atención a sus palabras pues la tenia fija en la causante de aquel encontronazo.
- ¡¿Pero que demonios te pasa! – alzo su voz colérica y un tanto chillona a la joven castaña que yacía en iguales condiciones del otro lado.
Continuara...
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Creo que ya agarre el ritmo por el que va a ir encaminada la historia así que puedo decir que quizás y publique cada semana, es algo diferente lo sé, pero igual siempre imagine como seria si los personajes se encontrasen en situaciones diferentes (n.n), por ahora eso fue todo, gracias a los que se tomaron la molestia de dejarme un review, en parte por eso decidí seguirla pero ya veremos después (XD), ahora si me despido, hasta la próxima…
