Los ojos rojizos de la joven de cabellos negros destellaban furiosos al tener frente a si a la responsable de su humillante caída en pleno pasillo ante el escrutinio de los estudiantes que sin querer observaron divertidamente aquel espectáculo, cosa que sin duda era una severa ofensa para ella.

La castaña estaba tan ocupada tratando de averiguar que era lo que le había pasado esta vez que ni siquiera se percato de la chica notablemente furiosa que ahora tenia al frente aunque si bien esta no tardo mucho en hacerse notar.

- ¡¿Pero que demonios te pasa! ¡¿acaso estas ciega! – le reclamaba con toda la ley de la razón pero la otra parecía hacer oídos sordos a sus palabras pues aun estaba un poco confundida por lo ocurrido.

- Mei Ling ¿te encuentras bien? – se aproximo hasta quedar junto a ella una chica de gafas y cabellera corta castaña demostrando algo de preocupación por su condición, mas esta la aparto inmediatamente sin dejarla siquiera acércasele .

- Si, hazte a un lado… – estaba tan molesta por el comportamiento de su agresora que ni siquiera le importo tratar mal a su amiga, poniéndose casi como autómata de pie para posteriormente plantarse frente a la chica de ojos esmeralda que ahora mismo también se ponía de pie – ¿estas sorda o que?.

La muchacha de castaños cabellos simplemente decidió seguir ignorándola al suponer que seria alguna clase de chiflada a la cual no había que tomar muy en cuenta.

- ¡¿Qué pasa contigo! – le dijo extremadamente exasperada al no recibir ninguna clase de respuesta – o eres muy tonta o no sabes con quien te estas metiendo…

- La verdad es que no se quien eres… – luego de unos momentos de silencio al fin decidió contestar pero sin dignarse siquiera a dirigirle la mirada – y sinceramente no me importa – respondió secamente ante la mirada expectante de todos los alumnos que detuvieron su paso para ver quien era aquella que osaba desafear de esa manera a la joven mas popular de toda la secundaria.

- ¿Eres nueva verdad? – le sonrió con algo de sarcasmo para tratar de contener su furia pero no contaba con que la otra le contestataria con igual sentido

- Pues ni tanto, ya tengo quince años de uso… – su comentario fuera de lugar hizo a la pelinegra enfurecer más y sacarla literalmente de sus casillas.

- No te quieras pasar de lista conmigo, me refiero a si eres nueva en la escuela…

- Ah… - le contesto con su patentado e inigualable cinismo – ¿lo que quieres saber es si acabo de entrar a estudiar aquí…?

- Así es Einstein – trato de contraatacar con el mismo grado de cinismo que estaba empleando la otra, mas sin embargo iba a ser muy difícil que la derrotara en un terreno tan conocido y experimentado por ella.

- Pues si, hoy es mi primer día de escuela – respondió con ingenuidad mas que fingida.

- Es por esa razón que no sabes quien soy… – le sonrió con algo de ironía que instantáneamente fue captada por la muchacha castaña.

- ¿Acaso debería saberlo? – mostró mas que indiferencia al comentario demostrándole a la otra chica que le importaba un pepino de quien se tratara.

- Pues lo mejor será que lo sepas… – le contesto ya bastante enfadada y con un dejo de altivez en sus acciones – mi nombre es Mei Ling Wong y como dato extra soy la presidenta del consejo estudiantil por lo que te sugiero o más bien dicho te advierto que no vuelvas a acercarte a mi si no quieres lamentarlo…

Capitulo 4

Una nueva enemiga

Las jóvenes se miraron de forma desafiante por unos instantes, fue entonces que la ojiverde decidió que lo mejor era dar por terminado aquel encuentro del que estaba segura saldría victoriosa como tantas otras veces en las que alguien más había tratado de humillarle.

- De veras que lamento lo que sucedió pero créeme que para mi también fue bastante desagradable el tener que tocarte… - hizo una pequeña mueca de repulsión que hasta cierto punto desconcertó a la pelinegra quien al no poder mas con la testarudez de aquella chica decidió marcharse para no seguir escuchando las barbaridades que de su boca salían.

- Sabes que, ya no voy a perder mi tiempo discutiendo con un fenómeno tan extraño – dijo aquello con las claras intenciones de ofender a la joven que por nada del mundo perdería aquella batalla que marcaba el inicio de la guerra para ambas.

- ¿Disculpa? – aunque con incredulidad no dejo su sarcasmo ni un solo momento de lado.

- Pues que solo un fenómeno de circo podría vestirse de esa forma – le miro de arriba abajo despectivamente lo que en cierta forma molesto a la castaña - ¿acaso te has visto en un espejo, seguramente no, de haberlo hecho te habrías dado cuenta que una persona cuerda de ninguna manera se vestiría como tu lo has hecho…

- Supongo que ya terminaste de vociferar todo lo que tenías adentro, en ese caso creo que ha llegado mi turno – ante sus palabras lo único que hizo la ojiverde fue mostrar una pequeña sonrisa que en cierta forma daba entender que sus palabras le entraban por un oído y le salían por el otro – sabes Mei Ling Wong creo que por tu bien y por el mió será mejor que tratemos de llevarnos cordialmente pues por el momento lo que menos quiero es tener problemas.

- No tienes porque pedirlo tan amablemente puesto que ya es demasiado tarde – esas palabras solo significaban que se había ganado su completa atención – ya tienes problemas por el solo hecho de haberte cruzado en mi camino… y prepárate querida, que de ahora te tendré en la mira así que ándate con cuidado y trata de permanecer lo mas lejos de mi…

- Muy bien si guerra es lo que quieres… guerra vas a tener – la sonrisa desapareció completamente de sus labios desenmascarando un rostro vació y sin emociones que no pudo evitar causarle un pequeño escalofrío a la pelinegra – yo no quería tener problemas en este lugar, o al menos no tan pronto, pero esto… – y pudo seguirse de largo con las amenazas verbales mas entonces escucho una voz bastante conocida que la llamaba.

- ¡Kinomoto! – inevitablemente esta se giro hasta donde el joven se encontraba, al momento que veía como este se acercaba hasta quedar de frente a ella.

- ¿Li? ¿que pasa? – pregunto un tanto confundida al percatarse del semblante ceñudo y un tanto molesto del chico.

- Eso debería preguntártelo yo a ti – se expreso con algo de enfado, de hecho lo hacia como si tratase de reprender a una pequeña niña – te dije que me esperaras en el salón de clases ¿por qué no lo hiciese?

- Ay no me regañes… – la castaña se cruzo de brazos ante el reclamo del chico – como tu no parabas de hablar con Hiragizawa decidí conocer la escuela por mi misma.

- Querido Syaoran… - intervino al fin la voz de la pelinegra que hasta ahora observaba con cierto recelo la forma tan familiar en que se trataban ese par, cosa que no le causo mucha gracia que digamos - ¿acaso conoces a este fenómeno de circo?

- ¡Escúchame muy bien yo…! - estuvo a punto de abalanzarse sobre la chica de cabellera azabache cuando se acallo automáticamente al sentir como el chico castaño la tomaba de una mano para sacarla de ahí antes de que se metiera en mas problemas.

- Basta Kinomoto, no es momento para que te pongas a discutir ya se nos hizo bastante tarde para la primera clase – la mantuvo fuertemente sostenida de la muñeca abriéndose paso entre los muchos curiosos que observaban atentos la escena – nos veremos después Mei Ling – le dijo a manera de despedida antes de perderse en uno de los pasillos con la joven ojiverde tomada de la mano.

- Pero… pero… - fue lo único que atino a decir esta al presenciar como el amor de su vida se marchaba así de fácil con otra que no era ella…

- - -

- Mamá me dijo que fuera paciente contigo pero este es el colmo – le reprendía a medida que se encaminaban a toda velocidad a su salón de clases – ¿Cómo se te ocurre ponerte a discutir con Mei Ling a medio pasillo?

- Tenia que defenderme… además no entiendo por qué todos actúan como si le temiesen…

- Mei Ling puede ser muy cruel con aquellos que no le simpatizan, si te metes con ella no dejara de molestarte lo que resta del año escolar.

- Eso significaría que me metería en problemas… - murmuro a manera de que solamente ella lo escuchara mas el otro la oyó perfectamente.

- Exacto… mi consejo es que paces desapercibida si lo que quieres es mantenerte fuera de problemas.

- Ya veo… ah… ¿por cierto Li? – al oír como su voz ya se escuchaba mas serena este inevitablemente giro la cabeza para verla – ¿y-ya puedes soltarme, de veras no pienso huir nuevamente de ti.

El chico la soltó al instante pues ni siquiera se había dado cuenta que aun la tenia tomada de la muñeca.

- L-lo lamento – le dijo un poco sonrojado, al ver el sutil tono carmesí en sus mejillas le causo algo de confusión a la chica que no entendió el por qué del gesto del chico.

- Insisto Li… eres muy extraño…

- Uh… - ahora el confundido fue él pues sin duda la extraña era ella.

- - -

Para la hora del almuerzo la chica había soportado bastante bien sus primeras tres clases en la secundaria Tomoeda, o al menos lo tomo mejor de lo que pensaba ya que estuvo en clases de algunas materias que ella en su vida pensó que existiesen.

- Hoe… mi cabeza aun esta dando vueltas… – sostuvo con ambas manos su cabeza como si esta se fuese a desprenderse de su cuerpo y desplomar en cualquier momento.

- ¿De que hablas? – pregunto el chico mientras cogia un par de charolas para tomar la comida del pequeño bufete que la cafetería ofrecía.

- ¿Todas las clases son así? – se expreso un tanto consternaba mientras toma la charola que este le ofrecía.

- Por supuesto… - le dijo con relativa tranquilidad al momento que le hacia una pequeña seña con la cabeza para que le siguiera.

- No voy a resistir, mi cabeza gira y gira y yo nada mas no entiendo nada – dejo caer la cabeza en señal de entera derrota.

- Tranquila, es normal que te sientas así puesto que hoy es tu primer día de clases – le decía distraídamente al tratar de decidir que era lo mejor para almorzar ese día – ya veras que pronto te acostumbraras.

- Si tú lo dices… - exhalo un pequeño suspiro de resignación para disponerse ella también a tomar algo de la comida que se ofrecía – valla eso se ve delicioso – se expreso feliz al ver aquel apetitoso manjar que al advertir de que se trataba el muchacho no dudo en detenerla antes de que lo tomara.

- No pruebes eso o te enfermaras – la detuvo con éxito mas nunca se imagino que esto le causaría ganarse una mirada fulminante por parte de la cocinera, pues al parecer no estaba muy feliz con el comentario hecho por el chico.

- ¿Dijiste algo jovencito? – la complexión robusta de la mujer le daba un toque bastante intimidante que incluso el ambarino pensó dos veces antes de desafiar.

- Eh… no… no dije nada señora Tamaki… - le sonrió un tanto nervioso al ver como la enorme humanidad de la mujer se plantaba frente a el con ojos encendidos.

- Eso me pareció… - el joven no pudo evitar dejar escapara un pequeño suspiro de alivio cuando esta se giro para poner su entera atención en su acompañante – pero dime jovencita ¿es verdad que quieres una porción de mi pastel de carne? – cambio su semblante a uno mas cordial para dirigirse a la simpática chica de ojos esmeralda.

- Por supuesto… – dijo ligeramente emocionada ganándose deliberadamente una mirada por demás estupefacta del muchacho que tenia al lado.

- Me alegra ver que todavía haya jovencitos educados que sepan apreciar la buena comida – se manifiesto mas que complacida la mujer de cabellos rojizos dejando entrever en sus gruesos labios una pequeña sonrisa amable – y por eso quiero que tomes esto también – la mujer le extendió un delicioso pudín de frambuesa dejando prácticamente boquiabierto al ambarino.

- Pero yo no lo pedí… - le dijo con inocencia genuina ante el gesto

- Descuida, es por cuenta de la casa… - la mujer le sonrió nuevamente mientras la chica recibía y agradecía mas que contenta el exquisito postre.

Luego de aquel incidente tan extraordinario ya que nadie antes había logrado que la señora Tamaki se comportara amable y mucho menos le había arrancado una sonrisa de su duro y petrificado rostro, los jóvenes se encaminaron hasta una mesa vacía donde posteriormente tomaron asiento.

Durante el resto del almuerzo el chico no pudo quitarle la mirada de encima a la castaña pues esta parecía disfrutar realmente de aquella comida que durante casi toda la secundaria la mayoría de los estudiantes se habían propuesto evitar.

- ¿Qué sucede Li? – pregunto finalmente la ojiverde al notar que el chico no había probado bocado.

- ¿Cómo lo hiciste? – pregunto aun con algo de duda reflejada en su atónito rostro.

- ¿Hice que? – la chica no parecía entender muy bien a lo que se refería el castaño.

- El postre que tienes a un lado esta solamente destinado para la sala de maestros – se expreso un tanto desconcertado pero más que eso estaba estupefacto al ver lo fácil que le había resultado ganarse la simpatía de la cocinera.

- Sinceramente no lo sabia, pero igual esto esta muy bueno – le decía mientras seguía degustando de lo que a su parecer era una exquisitez culinaria.

- ¿Te gusto el pastel de carne? – el chico nada mas no podía concebir como a alguien podía gustarle esa cosa que aparte de todo tenia un aspecto bastante desagradable.

- Sip, esta muy bueno y si no me crees pruébalo… - le extendió su cuchara para que el también constatara lo maravilloso que era aquello.

- Sabes Kinomoto creo que yo si paso – miro el contenido de la cuchara con una cara de entre repulsión y nerviosismo, mas sin embargo fue salvado justo a tiempo por la irrupción de cierta chica pelinegra que se situó justo a un lado de la castaña que solo la ignoro para no meterse en mas problemas.

- Hola querido Syaoran… - su saludo fue evidentemente dirigido al castaño pues asimismo que la otra chica esta también lo único que quería era ignorarla.

- Mei Ling que sorpresa… - intento escucharse lo más amable que pudo para así tratar de safarse lo antes posible de las interminables insinuaciones por parte de la joven de ojos rojizos.

- Si no tienes nada que hacer este fin de semana ¿me preguntaba si tal vez te gustaría ir a ver una película conmigo? – la chica permaneció de pie frente a ellos sostenido una bandeja en la que llevaba su almuerzo.

- M-Mei Ling… pues veras – no se podía negar que aquella joven era hermosa, sinceramente de eso no había la menor duda, no por nada era la chica mas popular, pero las intenciones del castaño hacia ella no eran precisamente de atracción física puesto que la conocía desde que eran unos niños pequeños lo que ocasiono que este solo pudiera verla como una amiga y nada mas.

Aun encontrándose acorralado y sin vía alguna de escape fue literalmente rescatado por la castaña que los interrumpió abruptamente, pero justo a tiempo.

- Li ¿te vas a comer eso? – señalo los alientos intactos en el plato del chico.

- Uh… eh… no… no tengo mucho apetito, si quieres puedes tomarlos…

- ¿De verdad, gracias Li… – no dudo un solo momento en tomar a bien el ofrecimiento – sabes, nunca antes había probado comida como esta…

- Sabes niña tal vez no te hayan enseñado un mínimo de modales de donde vienes… - empezó a decir bastante disgustaba la pelinegra al ver como nuevamente la atención del castaño se había vuelta a esa inoportuna chica – pero aquí es de muy mala educación interrumpir a las personas cuando están en medio de una conversación.

- Oye lo lamento si interrumpí su "conversación"… - por mas que quería dejar su sarcasmo de lado no podía hacerlo – la verdad es que creo que empezamos con el pie izquierdo y por mi parte yo lo que menos quiero en este momento es tener problemas de ningún tipo – tuvo que tragarse todo su orgullo para decir aquello y mostrar una sonrisa, porque conociendo a su padre este seguramente ya había mandado a alguien para que la vigilara de cerca – así que te parece si empezamos de vuelta….

- Si… seguro – la otra le contesto con fingido acuerdo pero entonces intencionalmente dejo caer sobre la chica el jugo de naranja que traía en un vaso arriba de la charola, manchando todo su uniforme con el liquido anaranjado – ups…

- Derramaste intencionalmente el jugo sobre mi… - le dijo una muy sorprendida Sakura al ver el semejante atrevimiento de su parte.

- Fue un accidente… - quiso reivindicarse con una falsa sonrisa que no convenció para nada a la afectada – déjame limpiarte – tomo una servilleta de su charola tratando de limpiar el traje pero solo logro arruinarlo mas el trapo tenia algo de salsa lo que termino manchando la tela mas de lo que ya estaba.

- ¿Pero que haces, estas manchando toda mi ropa… ¡Aléjate! – la aparto bruscamente de ella poniéndose estrepitosamente de pie, situación que ocasiono todos los ojos y oídos de la cafetería se posaran sobre el par de chicas, pero mas sobre la aparentemente humillada castaña.

- Lo lamento mucho… fue solo un accidente, no por eso vamos a echar a la borda nuestra reciente amistad – mas cinismo y sarcasmo no pudo haber utilizado, de hecho hasta una risita se le escapo de los labios, sin duda un grave error de su parte pues esta no conocía a que extremos podía llegar para desquitarse la chica que ya la consideraba como su enemiga.

La muchacha castaña se mantuvo silenciosamente de pie frente a ella aunque manteniendo siembre la cabeza baja, permaneciendo así por unos segundos mas ante la mirada expectante de todos los presentes, inclusive la del castaño que hasta entonces fue que recordó el historial de la muchacha y del por qué se encontraba viviendo en su casa.

- Acabas de cometer un gravísimo error – su voz no parecía ser la de ella misma, de echo fue hasta cierto punto siniestra aunándose con su sombrío semblante que le ocasiono ligeros escalofríos a la chica pelinegra – no sabes con quien te has metido despreciable humana…

- N-no… no te tengo miedo… – muy a pesar de la insensibilidad que quería demostrarle lo cierto era que incluso había tragado saliva al escuchar sus ultimas palabras.

- Si yo estuviera en tu lugar créeme que ahora estaría temblando – le lanzo una sonrisa un tanto maquiavélica para después girarse hasta donde se encontraba el castaño que no había hecho el menor intento por detenerla pues estaba mas que sorprendido por su radical cambio de conducta – Li, si me disculpas tengo que ir al tocador... – le sonrió con una angelical sonrisa para después retirarse como si nada del lugar.

- ¡Kinomoto espera…! – cuando reacciono finalmente trato de detenerla pero solo termino saliendo atrás de ella

- Syaoran no te vallas – la pelinegra quiso detenerlo pero ya era demasiado tarde pues este ya había dejado la cafetería, dejándola parada sola al lado de la mesa vacía ante el juicio generalizado de los estudiantes que solo le miraban reprobatoriamente.

- - -

- Pero que se habrá creído esa torpe mortal – después de diez minutos la castaña aun luchaba por sacar la mancha de jugo impregnada en su uniforme – nadie se burla de mi y queda como si nada… - hablaba consigo misma puesto que no había nadie mas en el baño de mujeres.

- ¿Pero que puedo hacer, mi mamá y la directora me despojaron de mis poderes mágicos – se quedo pensativa por unos momentos hasta que al parecer algo asalto repentinamente a su cabeza, formándose paulatinamente en sus labios un enigmática sonrisa – aunque… jamás mencionaron algo sobre las pociones je je je

- Mei Ling va a pagar muy caro lo que acaba de hacerme… - siguió demostrando aquella sonrisa extraña en los labios hasta que fue borrada por la irrupción de una chica que había entrado al baño sin que se diera cuenta.

- Disculpa ¿te sientes bien? – la dulce voz de la joven que se puso a sus espaldas la obligo a girarse rápidamente para quedar de frente a ella.

- C-claro que estoy bien – se apresuro a decir un tanto nerviosa al ver como la otra joven había presenciado su soliloquio.

- Espera… yo te conozco… - le miro de arriba a bajo manteniendo suspicazmente una mano sobre su barbilla – eres la misma chica que enfrento a Mei Ling esta mañana…

- No me digas que tú también eres amiga de ella – le miro inquisidoramente pero esta solo le sonrió levemente manifestando pequeños ademanes negativos con la cabeza.

- Mei Ling es la chica más popular de toda la escuela y créeme que lo que menos haría es juntarse con chicas como yo… – no sabia por qué pero la sencillez y amabilidad con la que se dirigía aquella joven le hizo sentir algo de simpatía por ella.

- No entiendo… ¿qué es lo que quieres decir con que ella es popular? – no le quedo mas que preguntar al desconocer completamente a que se refería exactamente con eso.

- ¿De verdad no lo sabes? – le vio con una mirada llena de ternura que solo confundió aun mas a la castaña pues creyó que se burlaría por su absurda pregunta.

- Lo que pasa es que jamás había asisto a una escuela como esta… – como toda una inocente y pequeña niña la chica jugaba inquietamente con sus dedos causándole una mayor afición a la otra joven – de hecho esta es mi primera vez en este mundo…

- ¿Quieres decir que esta es la primera vez que visitas este país?

- Si así quieres llamarlo… - ese comentario solo se gano una risita un tanto picara por parte de la hermosa muchacha de tez blanca y poseedora de una larga cabellera negra con pequeños destellos violetas.

- Entonces te lo diré de esta forma – mantuvo su sonrisa deteniéndose a explicarle con bastante paciencia su interrogante – Mei Ling es conocida por absolutamente todos los estudiantes de esta escuela, es también considerada como la chica mas bonita pero por ende puede decirse que es bastante cruel cuando alguien no le simpatiza, así que si no le agradas tratara de prácticamente destruir tu reputación hasta que terminas siendo un marginado social al que nadie quiere acercársele y pues a nadie le gusta que lo rechacen…

- Ahhhhh…. – mostró bastante admiración ante las palabras de la joven que sin quererlo le estaba dando su propia descripción en sus anteriores escuelas – descuida ya entendí.

- Por cierto mi nombre es Tomoyo Daidouji – hizo una pequeña reverencia a manera de presentación lo que extraño bastante a la joven castaña ya que las formas de saludar de las demás personas que había conocido consistían en saludos de mano.

- Yo soy Sakura Kinomoto – hizo una reverencia para corresponder al saludo – ¿por cierto Tomoyo tu debes conocer muy bien la ciudad? – cuestiono inesperadamente a la peliviolacea.

- Así es …

- Perfecto ¿entonces sabrás donde puedo encontrar una tienda en la que vendan toda clase de hierbas y condimentos exóticos?

- De hecho si, conozco un lugar como el que describes – hizo un gesto pensativo poniendo su dedo índice en su mejilla mientras le contestaba – ¿pero para que quieres ir a una tienda así?

- Lo que pasa es que tengo que comprar algunas cosillas – achico los ojos con algo de malicia aturdiendo un poco a la joven de mirada amatista.

- Si quieres puedo mostrarte donde queda después de la escuela – se ofreció amablemente siempre mostrándole aquella sonrisa en sus labios.

- ¿De verdad harías eso por mi Tomoyo? – se volvió a ella ligeramente emocionada pues no creía que en el mundo mortal hubiese personas tan agradables como le resultaba la sola compañía de esa joven.

- Por supuesto Sakura – asintio con gentileza demostrando en sus acciones mucha apacibilidad que le hacían sentir muy bien y nada fuera de lugar a la otra chica.

- Gracias... – le agradecio con una hermosa sonrisa mas que sincera que la otra no tardo en corresponder – ah y por cierto Tomoyo ¿tu sabes donde pondría encontrar algo de ropa limpia?

- Claro tu solo sígueme... – el semblante de la chica cambio por completo para mostrarse mucho mas animada y con pequeños destellos brillantes en los ojos pues sin querer había tocado un tema que en cierta forma le apasionaba a la joven amatista.

- - -

Después de mudarse de ropa y de despedir a la joven de cabellos negros violáceos la chica camino por uno de los pasillos tratando de encontrar su próxima clase puesto que se había perdido en el confuso laberinto que era ese edificio.

-Kinomoto menos mal que te encuentro... – en eso fue interceptada por el joven de castaño que tenia desde la hora del almuerzo buscándola – ¿te encuentras bien?

- Seguro, solo fui a buscar ropa limpia... – le dijo tranquilamente lo que dio muestras de que lo ocurrido en la cafetería ya había quedado atrás – pero al final lo único que encontré fue el uniforme deportivo.

- Menos mal... – dio un evidente y aliviado suspiro – después de cómo amenazaste a Mei Ling en la cafetería creí que tratarías de vengarte.

- Veo que aun piensas que soy alguna clase de delincuente juvenil... – su comentario le molesto un poco por lo que no pudo evitar cambiar su tono de voz por uno mas frío.

- Yo no dije eso... – trato de corregir sus palabras al ver como la otra las había mal interpretado.

- Pero lo pensaste que fue lo mismo – le contesto de inmediato sin darle derecho a replica – a penas que empezabas a caerme bien... – murmuro débilmente un tanto decepcionada, su tono fue tan bajo que apenas y alcanzo a oírlo el castaño.

- ¿Dijiste algo? – le miro por unos segundos expectante pero esta solo le evadió volviendo a retomar su camino.

- No dije nada... – siguió de frente y pasándolo de largo sin tratar de voltear a verlo mientras que el otro chico le seguía de cerca – y descuida que no le pasara nada malo a tu noviecita

- Mei Ling no es mi novia – no sabia porque pero sentía la extraña necesidad de justificarse frente a ella.

- Conmigo no tienes que fingir Li, puede darme cuenta que los dos se gustan – se volvió un poco molesta pues aun no podía creer como este le tenían tantas consideraciones a esa… susodicha.

- Y si así fuera creo que eso no es asunto tuyo – se expreso de igual forma pues no comprendía el porque la joven estaba tan molesta.

- Si… tienes razón, eso no me incumbe – la joven se dio la media vuelta adoptando una actitud bastante fría para con él – con permiso...

- Kinomoto yo no quise...

- Olvídalo… – nuevamente lo acallo manteniendo aquella frialdad – además que tu y yo a penas si nos conocemos, tú no tendrías porque estar preocupado por lo que me pase – mantuvo su vista al frente sin volver a mirarle pues se sentía hasta cierto punto furiosa mas que con él con ella por no poder bajo control sus emociones – se muy bien que solo me acompañas porque tía Yelan te lo pidió así que si quieres dejarme esta bien, no te preocupes que yo no le diré nada.

- Kinomoto...

- Ahora apresúrate que ya es hora de la próxima clase... – después de eso ya no le dirigió la palabra en todo el día pues dentro de si ya estaba maquilando uno de sus maravillosos planes en contra de la que indudablemente ese día se le había declarado abiertamente como su enemiga.

Continuara...

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Ay no se que me pasa, simplemente la inspiración se me fue a la mitad de este capitulo, pero bueno al fin lo termine, ojala que les haya gustado, quiero agradecerles a quienes se toman la molestia de dejarme sus comentarios, gracias de veras pues me dan ánimos de seguir esta loca historia, y haciendo referencia a eso y contestando algunas dudas la verdad es que si obtuve algo de inspiración de Harry Potter, aunque no es solo de él pues desde que era muy chica siempre me han llamado la atención todo lo que tenga que ver con las cosas fantásticas y mágicas, así que no se vallan a sorprender si de repente meto algo como demonios, sirenas, ninfas, elfos, etc…aclarando ese punto eso fue todo por ahora, hasta el próximo capitulo…