215
EL BANCO DE PIEDRA
Habían pasado seis horas desde que Kaos salió de Trollia Central montado en un crucero auxiliar que tenía guardado para ocasiones importantes, lo uso para dirigirse hacía el Banco de Piedra. Una de las organizaciones más importantes y superiores de toda Skylands. Se le llamaba así porque era una organización que se dedicaba a gestionar y guardar grandes sumas de dinero ilimitadas, había tanto dinero acumulado que ocupaba lo mismo que una montaña o un glaciar.
Pero no solo guardaban dinero, mantenían protegidos articulos de armamento y restos tecnologia antigua que se había ido encontrando con el paso de los años. Por eso mismo Kaos marchaba ahí, para apropiarse de la tecnologia que tenían guardada y que seguramente no se la habían comprado a nadie.
Todo estaba controlado por los Banqueros, los jefes que controlaban el sistema bancario del lugar y se ocupaban de regular cada reclamo que se ofrecía o se entregaba para mantenerlo guardado hasta que alguien lo reclamase o lo comprase con una gran suma que les pudiese beneficiar gratamente.
Kaos estaba algo tenso por el hecho de regresar a ese lugar. Desde que se convirtio en Emperador había pasado varias veces por ahí con tal obtener los beneficios que neecesitaba para comprar el material con el que iba a construir sus vehículos de guerra. Pero en la ultima negociación que tuvo con los Banqueros la cosa se agravo demasíado y se produjo un conflicto tan severo que los miembros del banco le acabaron expulsando y pidiendole de que no volviese a menos de que se disculpase con ellos o les entregase un obsequio que perdonase su falta de respeto.
Y de eso mismo se encargo.
Antes de que partiesen había encargado a un grupo de trolls para que le introdujesen en la nave un articulo extraño metido en una caja. Nadie sabía lo que había ahí dentro pero se intuía que sus compañeros estarían preguntandose de lo que se trataría.
Tenía consigo a Gurcy y a Fraymus para que le hiciesen compañia. Aunque más bien estaban con él para hacer de portavoces por si decía algo que ofendíese a los lideres del Banco de Piedra y ellos tuviesen que corregir sus inapreciables comentarios ya que él no era capaz de dialogar de una forma sencilla y asertiva.
Para él no era facil hacer este viaje, tenía demasíadas cosas en la cabeza y regresar a un lugar que despreciaba por como le trataron, no le hacía mucha gracia. Pero debía hacerlo si quería aumentar sus fuerzas para encontrar al ejercito formado por su viejo amigo Eon y derrocarlo con toda la potencía que existiese en el mundo.
Estuvieron como una hora cruzando por toda una serie de mares tranquilos donde el sol les daba en sus caras, pero una vez que se adentraron en lo más hondo del sur, se toparon con una horrible niebla que les dejo sumidos en una capa que hacía que fuese imposible ver nada de lo que sucedía. Gurcy se puso a navegar la nave, se tomo el trabajo con tanta seriedad que no se desenganchaba del timón en ningún momento.
Con razón se llevo a Gurcy consigo, era el más indicado para navegar una nave dentro de una niebla atemorizante y poco agradable de presenciar.
Activo los faros de la nave que permitían tener una visión clara de lo que tenían delante, pero aún así no ayudaba el no saber lo que tenían a su alrededor.
Kaos decidió tomarse un descanso mientras su fiel subdito y su antiguo general se ocupaban de vigilar el barco y asegurarse de que todo estuviese en perfecto estado. No quería permitir que llegasen al Banco de Piedra con un mal estado ya que debían mostrar una gran impresion y venir con una nave destartalada no daba una buena imagen.
Fraymus estaba absorto ante esta situación, se quedo apoyado en uno de los bordes de la proa del barco observando el mal ambiente que les rodeaba, no le gustaba estar metidos en una niebla y encima pasar por un territorio que desconocían por completo. Se giro observando a Kaos, él se encontraba sentado en una silla que puso en el centro de mientras miraba un libro al que parecía estar bastante enganchado.
Verle en aquella posición tan despreocupada le hizo intuirse que esta visita no iba a ser de su agrado. Sentía que tenía algo planeado y no se lo quería decir. Debía aprovechar este momento para preguntarle la estrategia que tenía planeada cometer antes de que resultase ser algo precipitado y acabase en algo doloroso y desgradable para variar.
De pronto hubo una sacudida que asusto a ambos. Tanto Kaos como Fraymus perdieron el equilibrio, pero se recuperaron rapídamente.
-Perdon jefe -aviso Gurcy-. Por poco me choco con una roca.
Un trozo de roca puntiaguda paso al costado de ellos.
-Bien visto Gurcy, si no fuese por ti cualquier inútil habría chocado con el barco -le agradeció Kaos considerando que otro sér podría haberlo hecho mal.
Fraymus ese ignoro ese comentario tan superficial.
-Kaos, puedo hablar contigo un momento -se acerco dispuesto a hablarle.
-Claro, que deseas Fraymus -acepto encantado sin ningún problema.
Lo veía tan contento que le daba miedo que lo que le fuese a decir produjese un cambio repentino en su actitud. Se dispuso a contarle pero entonces se fijo en la portada del libro que estaba leyendo. Era el libro de manualidades que te relataba todos los tipos de maquinas que poseeían los arkeyans.
Al ver eso se hizo a la idea de lo que planeaba obtener.
-¿Planeas negociar con tecnologia arkeyan? -cambió de tema al descubrir que pretendía obtener la tecnologia de una raza extinta.
Frunció el ceño extrañado ante esa pregunta, miro por detrás del libro observando que se notaba demasíado la imagen de la portada.
-Ah, así es -le confirmo plenamente-. Si queremos vencer a esos condenados guerreros magicos de Eon, necesitamos sacar la artilleria pesada para conseguirlo. Y el Banco de Piedra tiene la suficiente tecnologia arkeyan necesaria como para poder armar a nuestro ejercito y evitar que nos ataquen facilmente.
-¿Y darles más potencia de fuego nos hará ganar la guerra? -critico expresamente.
-No, solo acabar con lo inevitable -indico con tono vacilante.
Fraymus asintio conforme sin saber que pensar. Quería intuirse que Kaos sabía lo que hacía pero solamente podía deducir logicamente que encontraría un arma tan letal que destruiria todo a su paso y no le importaría para nada las consecuencias de ello.
-¿Pero esto no era lo que querías preguntarme, verdad? -musitó, dirigiendole una mirada intuitiva que indicaba que se daba cuenta que había algo mucho más importante que quería decirle y se lo estaba aguando.
Regreso al tema que tenía pensado antes.
-¿Estás seguro de que este viaje es una buena idea? -le pregunto con seriedad.
-¿A que te refieres? -frunció el ceño como si lo que le hubiese preguntado fuese algo que no debería haber mencionado.
-Piensalo bien Kaos, hiciste enfadar a los Banqueros hace años por algo que dijiste, y desde entonces nunca has regresado para poder disculparte con ellos. ¿Porque crees que regresar ahora después de tanto tiempo va a hacer que te escuchen? -indico argu-mentandole la razón por la que esta propuesta era terriblemente arriesgada.
Masculló pensativamente.
-Porque esta vez me he abierto a tener las ideas claras. Me he pasado los ultimos resolviendolo todo facilmente. Pero después de los acontecimientos de estas ultimas semanas, he decidido a hacer ciertos sacrificios con tal de ganar esta guerra usando todo los ases en la manga de los que dispongo -explicó jactandose de lo desesperado que estaba por conseguir más poder.
Con eso pudo asimilar la razón por la cual hacían este viaje.
-Así que como te has quedado sin ideas has decidido regresar a un lugar en el que no te quiere nadie -señalo con tono indulgente.
-No me quieren nada, simplemente me expulsaron por malas circunstancias. Recuerda que una vez los Banqueros apoyaban mis ideas y gracias a eso obtenía mis beneficios -aclaro tergivesandole los hechos para que el asunto pareciese menos severo.
-Pero duro muy poco -añadio, contradiciendole con descaro.
Le dirigió una mirada lascivia de disgusto, sabía muy bien de lo que estaba hablando y eso le molestaba ya que le gustaba más fingir que paso todo de otra manera.
-Yo quise ser pacifico y razonable con los Banqueros, pero esos condenados me exigian tanta cosa que era imposible seguirles la corriente. Sabes lo que es hacerse el amable y el sonriente mientras ellos se quedan duros como una piedra como si no les interesase nada de lo que dices -le explicó argumentandole que el conflicto con ellos fue causado por su molestia a actuar de una manera que no le gustaba y se harto.
-Son jefes de un estado superior. Es normal que no actuen así. Además. Cuando te volviste emperador, actuabas como un niño mimado que solamente quería poder. Normal que te molestases al tratar con ellos -le comento aclarando que hubo otro inconveniente que hizo que la situación se agravase-. Tu no estabas acostumbrado a todo eso Kaos, por eso mismo las negociaciones con ellos te duraron tan poco.
-Pero obtuve suficiente -añadio, cambiando el sentido de la conversación.
-Eso es cierto, pero ahora dime, ¿que fue lo que les dijiste que provoco que te expulsasen del Banco de Piedra? ¿Cual fue la frase que colmo su impetud? -le pidio con total cortesia que le dijese el desencadenante de su separación.
Kaos asintio amargado queriendo pasar de su petición, no le gustaba cuando le decían la verdad de los hechos o le insistian en decirle algo que quería ignorar, pero en su mente sabía que tenía razón. Cuando se volvió Emperador, se obsesiono tanto con el poder que poco le importo las nuevas responsabilidades que tenía. Y cuando quiso ser más fuerte, se arriesgo demasíado a meterse en lugares donde se hallaba gente que le superaba formidablemente. Por eso mismo fallo con los Banqueros, porque esperaba que lo tratasen como un Ancestro y no como un emperador troll más.
Respiro hondo y acto seguido dijo:
-Que si me daban lo que querían, vendría con toda una armada y destruiria su instalación para matarles. Y si algúno sobrevivía les obligaría a besarme los pies durante horas hasta que sus labios se agrietasen -confeso soltandolo con vergüenza. Llevaba tanto tiempo sin decirlo que ahora le carcomía la picazon de saber que lo dijo.
Fraymus asintio conforme porque lo dijese.
-¿Y al final que hiciste?
-Nada -le dirigió la mirada hacía él de nuevo-. Todo gracias a ti. Tu estuviste siempre a mi lado cuando lo más necesitaba. Como ahora.
Rezongo al cerciorarse de que esto se estaba repitiendo de nuevo.
-Si vamos a hacer esto de nuevo. Lo vamos a tener que hacer a mi manera. Y esta vez sin necesidad de soltar todo ese odio que tienes acumulado dentro -acordo imponiendole sus condiciones para hacer la negociación correctamente.
-No te preocupes, mi odio está dirigido a un único sér -indico enseñando una mirada de odio que solamente mostraba cuando hablaba de una determinada persona.
-Pues eso espero, porque la más minima cosa que digas, te perjudicara peor que antes. Y esta vez no te podre ayudar a menos que sepas darte cuenta de que todos tus problemas te los causas tu solo – añadio avisandole con dureza de lo que sucedería si conseguia empeorarlo todo como de costumbre.
Se alejo dejandole con el beneficio de la duda sobre lo que recomendo.
Regreso al borde de la proa donde resoplo aliviado por haberle tenido que decir eso. Llevaba tanto tiempo fuera de su puesto de general que ya ni se acordaba de lo que era ser estricto con la gente. Y reprocharle a Kaos que se comportase era la mejor experiencia que había tenido en mucho tiempo.
Le angustiaba ver que como después de muchos años las cosas habían cambiado y él no tuvo ahí presente para verlo. Pero aún así se sentía orgulloso de Kaos. Era como un hijo, uno al que entreno durante mucho tiempo para que se convirtiese en un gran lider que ayudase a los trolls a obtener una gloria mayor que la de cualquier especie. Eso era agradable de ver. Pero después de ver los desastres que se produjeron en las ultimas semanas, vio como aquel sér calvo y con ansias de poder y sabidura, se había convertido en una persona intuitiva y manipuladora para algúnos. No es que fuese algo malo, muchos emperadores tenían que serlo para mandar sobre los demás, pero la arrogancia que estaba mostrando Kaos le hacía sospechar que toda esa honradez que mostraba de vez en cuando se esfumaría muy pronto.
Y que volviese al Banco de Piedra a obtener más tecnologia para su ejercito, era el primer indicio de que pronto se rebajaría a ser un malevolo despota cuya arrogancia daría lugar a una serie de desagradables consecuencias.
Al cabo de un rato la niebla empezo a disiparse, dejo de verse gris como una piedra a estar blanca como una nube, y el aire se volvía cada vez menos denso que antes.
-Mi señor Kaos -aviso Gurcy más adelante-. Ya estamos llegando.
Estupendo, ya iba siendo hora -dijo satisfecho y cerro el libro-. Baja un poco Gurcy, quiero que sepan de que estoy aquí.
Fraymus lo oyo y marcho rapídamente a acercarse hacía él.
-Kaos, ¿estas seguro de esto? le pregunto, preocupado por creer que se estaba precipitando de nuevo con otra acción poco planeada.
-Si, si quiero que esos Banqueros sepan de mi presencia, necesito aparecer como el sér superior que soy. No les tengo ningún miedo a enfrentarme -dijo mostrandose con una expresión firme y decidida.
Fraymus no quedo muy convencido de esa decisión ya que sentía que quería llamar demasíado la atención con una entrada triunfal. Algo tipico de él. Pero viendo la cara de impetud que mostraba, se intuía que quizas no le tendría ningún miedo a enfrentarse a lo que sea que estuviese apunto de pasar.
-Vale -acepto sin rechistarle.
Kaos sonrío conforme por haberle mencionado lo que iba a hacer y volvió a dirigirle la mirada a Gurcy en señal de que obedeciese.
El agraviado troll hizo caso y giro el timón hacíendo que la nave descendiese unos metros por debajo de la neblina. En cuanto bajaron acabaron metidos en un canal estrecho formado por unos muelles de piedra que apenas se veían debido a la densa cantidad de niebla que aún se manifestaba a los alrededores.
Fueron avanzando con total calma ya que no sabían si se iban a encontrar con otra nave que también estuviese surcando el mismo canal. Era peligroso cruzar eso sin saber lo que uno podría encontrarse más adelante.
La neblina fue bajando hasta que al final acabaron llegando a la entrada del Banco de Piedra, era una entrada formada por una escotilla cuya puerta estaba bajada para dar permiso a los barcos que pasaban de forma segura. Pero lo más sorprendente de todo era que arriba a los costados habían dos gigantescas estatuas de dos trolls, eran altos como una torre. Estaban esculpidos como si fuesen ancestros, con la mirada seria, fornidos como bestias musculosas y en sus manos tenían agarradas unas balanzas hechas de oro, en ellas habían dos platos, en uno había una pluma y en el otro una copa. Ambas simbolizaban las dos sentencias de la justicia. La pluma por ser ligera representaba la inocencia y la pureza de hacerlo todo bien, y la copa como era pesada, simbolizaba la culpabilidad y la avaricia del hombre por obtenerlo todo.
Gracias a esos dos expresiones el Banco de Piedra se pudo mantener con orden establecido a la hora de mantener sus bienes preciados custodiados de forma segura.
Se acercaron a la entrada y ahí pudieron observar que en una de las esquinas se hallaba un guardia troll armado con un fúsil posicionado sobre un puesto a la derecha. Era el que se encargaba de dar permiso a cada individuo que pretendía pasar al Banco de Piedra. Si daba el aviso de que podías pasaba, avisaba y ordenaba de que la puerta de la escotilla se cerrase haciendo que ningúna nave pudiese pasar al otro lado.
Desaceleraron hasta posicionarse delante del guardia, les miraba con una cara de poco amigos que indicaba que no iba a ser flexibles con ellos.
-Identifiquese, por favor -pidio explicitamente.
Kaos se dispuso a identificarle pero Fraymus le detuvo.
-¿Seguro de quieres decirle tu verdadero nombre? -le pregunto con tono precavido.
He venido aquí para presentarme como quien soy. Si quiero que sepan que estoy aqui debo mandarles un aviso de que he regresado le aclaro demostrando que no le tenía ningún miedo a confesarse delante del guardia.
-Identifiquese, por favor -exigió nuevamente el guardia.
Kaos asintio conforme y acto seguido dijo:
-Mi nombre es Kaos, Emperador Kaos de Trollia Central, he venido con mis hombres al mando, el general Fraymus y el general Vallhaderb -contesto identificandose con tono pasivo y afable.
El guardia saco una libreta que tenía guardada en la chaqueta de su uniforme, fue pasando las paginas hasta que vio algo que lo dejo atonito.
-¿Ha dicho Kaos? -le pregunto, absorto.
-Exacto.
Abrió sus ojos como si hubiese visto a un fantasma y se marcho corriendo hacía su puesto como si quisiera resguardarse ahí antes de que pasase algo malo.
Ambos tres se miraron sin entender a que vino su reacción.
-Me parece que ese hombre tenía un problema -exclamó Kaos, con sarcasmo.
-Yo creo que no -prorrumpió Gurcy.
-Kaos, ¿no lo recuerdos? -musitó seriamente Fraymus-. Cuando te expulsaron de aquí, te introdujeron en la lista negra para individuos non gratos. Seguramente ha ido a avisarle a sus superiores de que has regresado. Van a venir y nos van a detener.
Carraspeo pensativo.
-Pues que vengan, yo no he venido aquí para entrar a la fuerza -se dijo tomandoselo con la mayor calma del mundo. Se cruzo de brazos esperando que viniesen.
Ambos se miraron sin saber que pensar de este plan.
Escucharon un sonido atronador y al instante vieron como una puerta metalizada se estaba levantando desde abajo del agua con la ayuda de unos engranajes incrustrados dentro de las esquinas del acceso. Llego arriba de todo cerrando la entrada del canal, se oyo un sonido enrarecedor que indicaba lo pesada que era la puerta.
Luego al instante a los costados apareció un grupo de soldados posicionandose en las esquinas de los muelles, se colocaron en fila y les apuntaron con unos potentes fusiles hechos de una tecnologia que no veían en su propia tierra natal. Quedaron arrinco-nados en en canal sin posibilidad de retirarse facilmente.
Al otro lado salió el guardia que antes les había exigido su identificación, pero ahora estaba acompañado de otro troll que llevaba un uniforme más condecorado que el resto de los guardias y no tenía mangas en los brazos, se le podían ver los musculados brazos que señalaban que era un hombre de armas tomar.
Se acerco al grupo con una expresión cinica y les dijo:
-Emperador Kaos -contesto, con vacilación.
-Hola de nuevo, capitan Tyruss -sabía quien era.
Era el mismo general que le permitió la entrada, y la expulsión del lugar.
Los Banqueros tenían instalado su propio cuerpo militar extendido a lo largo del Banco de Piedra, trabajan como oficiales de alto rango encargados de proteger a la organización contra cualquier tipo de ataque enemigo o amenaza magica. El general Tyruss era su capitan, el hombre responsable de dirigir a todos los oficiales, si algo malo ocurría, el daba las ordenes y atacaban a quienes intentasen de atacarles.
-¿Cuanto hace que no nos vemos? -le pregunto, con incredulidad.
-Unos 13 años, diría yo.
-13 años, je -se rio descaradamente-. Me parece a mi que ha sido demasíado imprudente regresando aquí después de la que montó.
-Lo se, y he venido a disculparme por ello -comento con resentimiento.
Masculló con la boca en señal de no sentirse muy confiado.
-¿En serio ha venido a disculparse ante los Banqueros?
-Así es -confirmo serenamente- Y también a hacer negocios.
-Los negocios se acabaron para usted hace mucho tiempo Kaos, los Banqueros no le darán nada más -recalcó moviendo la cabeza con incredulidad.
-Me lo darán, en cuanto vean lo que tengo aquí dentro -señalo a la nave.
Carraspeo intrigado.
-¿Tienes algo metída en esta nave tuya?
-Un cargamento muy importante. Si me dejas pasar les mostrare lo que...
-No -protesto Tyruss.
Quedo indeciso ante su rapida negación.
-No dejare que pases de aquí sin saber lo que hay dentro de tu nave -acotó imponiendo sus condiciones-. ¿Has venido solo tu y tus amigos?
-Si. Solo los tres.
-Muy bien -dijo conforme, giro la cabeza y silbó a otro de sus oficiales.
Por el otro lado aparecieron dos oficiales cargando con un tablón de madera, se lo dieron al general Tyruss y este lo tiro haciendo que una parte cayese dentro de la nave. Tyruss camino por el tablón hasta bajar por la nave mientras por detrás un grupo como de seis oficiales le seguian teniendo bien agarradas sus armas.
Se puso delante de Kaos y le dijo:
-Voy a registrar tu barco, y como descubra que hay algo ahí oculto, vendra toda una flota de oficiales que te volará por los aires -le aviso con tono amenazador.
-No te preocupes, te satisfará lo que encuentres -espeto con ironia.
Exclamó vacilante y ordeno a sus oficiales que se pusiesen a registrar.
Miraron por la proa del barco, en la popa, en el interior de los motores, y solamente les quedaba la escotilla que es donde se suponía que estaba el cargamento. Todos se acercaron hacía la cubierta que estaba en un rincón de la popa.
-¿Cual es el cargamento? -le pregunto nuevamente Tyruss.
-Es una sorpresa -soltó con tono cinico.
-Odia las sorpresas -exclamó con amargura-. Muy bien chicos, abrid eso, si algo vivo sale de aquí, matadles a todos.
Todos los oficiales se pusieron en posicion de prepararse para lo que sea que hubiese dentro, uno de ellos se encargo de abrir la cubierta de la escotilla. Tyruss dio la orden y al bajar los cinco dedos decidió que la abriesen. El oficial la levanto de un tirón y los demás dieron un paso adelante. No ocurrió nada, solamente acabo pasando que vieron el hueco oscurecido que daba al interior del barco.
Tyruss quedo conforme al ver eso.
-Muy bien, entrad y registrad -ordeno nuevamente.
Los oficiales se juntaron y uno por uno fueron bajando apresuradamente, sus pisadas rechinaban sobre las tablas de metal que formaban la escalera. Tyruss y otro oficial se quedaron ahí para vigilar a los tres intrusos, que continuaban sin inmutarse.
Kaos le echo una mirada cinica, de burla al ver que no era lo que se esperaba. Eso enfado bastante a Tyruss, no le gustaba que fuesen ingenuos con él.
Pasados unos minutos no se supo nada de los oficiales, hasta que se vio como los oficiales regresaban por medio del sonido que hacían sus pisadas al golpear el suelo Tyruss ayudo al primer oficial agarrandole de la mano para salir con cuidado.
-¿Y bien? -pregunto, insistentemente.
-Hemos encontrado el contenido bien guardado señor, se trata de una caja rectangu-lar hermetica y sellada -informó detalladamente.
-¿Una caja rectangular? -le dirigió una mirada a Kaos.
-Así es señor, y parece tener instalado un sistema refrigerante dentro -añadió.
Aquello lo dejo con más preguntas que respuestas.
-¿Que hay dentro de esa caja? -le pregunto con tono dudoso.
-Te lo he dicho, solamente la abrire delante de los Banqueros -repuso esbozando una mirada cinica como de no detallarle lo que quería oír.
Soltó un suspiro amargo que indicaba las pocas ganas que tenía de continuar con este asunto. Se le notaba por los gestos de sus manos que planeaba dispararle por pura confianza, pero entonces dirigió la mirada hacía Fraymus, esbozaba una expresión como angustiosa y abrumada como de no querer estar aquí.
-¿Que hay en esa caja? -ahora le pregunto a él, esperando que le diese la respuesta que a Kaos le quería sonsacar.
-No lo se, señor -le contesto, era lo uníco que le podía decir porque desconocía por completo el cargamento que contenía la caja.
Luego le dirigió la mirada a Gurcy, quien yacía con una mirada solemne y rigida como si no le importase nada, acto seguido contesto:
-No lo se, señor.
Se llevo un enorme fastidio al ver que ningúno de los dos sabía nada.
-¿Que hacemos señor? -le pregunto el oficial, quería saber cual era la siguiente acción que debía cometer ahora, junto con los demás oficiales.
Se lo penso con seriedad. Tuvo una idea.
-Me parece que tendremos que abrir la caja -propuso.
-No lo hagas -protesto Kaos.
-¿Porqué? ¿Que hay dentro?
-No puedo decirtelo, es lo que te he dicho, solamente la abrire una vez este con los Banqueros, y si estoy con ellos, es para poder disculparme con ellos por mi insolencía y volver a hacer tratos, como solía hacer antes -le explicó decretando con total honestidad cual era su cometido al regresar aquí-. Te doy mi palabra de que no he venido a causar más problemas de los que ya cause.
No se sentía muy confiado por ese discurso, pero viendo que no se estaba enorgulleciendo como normalmente hacía, se intuyó que quizas algo de él cambió y ahora verdaderamente sentía ganas de querer disculparse por lo que dijo aquel dia.
Se acerco al oficial y le dijo:
-Avisa a central de que Kaos planea disculparse, y comentales también de si se le puede permitir el paso o no -le encomendó autoritariamente.
-Si señor -confirmo y se marcho corriendo para salir del barco.
Regreso al puesto del vigilante donde ahí se encerro.
Todos le dirigieron la mirada a Tyruss queriendo saber lo que pensaba hacer.
-Escucha bien esto Kaos, te voy a dar la oportunidad de tu vida. Si es cierto que planeas disculparte te dejare pasar, pero si no, te dejare ir. Pero tus amigos tendrán que sufrir las consecuencias de tus insensateces, ¿me has entendido? -le explicó poniendole las condiciones con total impunidad.
Le dirigió una mirada de reojo y dijo:
-Si, confirmo sin rechistar.
-Bien -dijo conforme pero de forma amarga.
Justo en ese momento el oficial que se marcho salió del puesto y regreso corriendo apuradamente de vuelta hacía ellos.
-¿Y bien? -le pregunto.
-Han aceptado.
Todos se sorprendieron al oír eso.
-¿Han aceptado? -frunció el ceño extrañado.
-Han solicitado una audiencia para ver a Kaos en persona, para que se pueda disculpar con ellos -declaro honestamente.
Tyruss quedo tan asombrado por esto que no sabía que pensar. Le dirigió la mirada a Kaos quien seguia mostrando esa expresión solemne como de estar tomandoselo todo con perfecta calma.
-Hoy es tu dia de suerte -espeto amargamente.
Se marcho de la nave seguido de todos sus oficiales que le acompañaban, regresaron al muelle y quitaron el tablón. Levanto la mano haciendo un gesto hacía un oficial que se encontraba más arriba del sistema mecanico de la entrada. Obedeció y se marcho de-sapareciendo para el costado.
Sonrió alegrado al ver que consiguió convencerles.
-Kaos, ¿te das cuenta de lo que acaba de pasar nó? -le pregunto Fraymus con tono precavido, le miro compasivamente mientras le agarraba del hombro.
-Si, ¿y?
-¿No lo has entendido? Si no te disculpas bien con los Banqueros, yo y Gurcy acabaremos siendo ejecutados por lo que hagas -le aviso aclarando que aquella condición que le soltó Tyruss era sumamente importante-. Yo no he regresado a mi puesto de general para que luego pueda morir de rodillas sin oponerme.
-Preferiría morir luchando que sin decir nada -refutó Gurcy, oponiendose también a la idea de ser ejecutado.
Fraymus estuvo de acuerdo con su comentario.
-Ya no hay vuelta atrás para esto Kaos, esta vez tienes que hacer las cosas bien más bien de lo que hayas hecho nunca -le aconsejo suplicantemente Fraymus mirandole con una cara compasiva que indicaba cuantas ganas tenía de que esto saliese bien.
Esta situación le resultaba tan exigente que no sabía que pensar. Quería hacerlo bien pero viendo la mirada de compasión que le echaba Fraymus, le hacía intuirse que algo saldría bien y seguramente acabaría pasando lo que le avisaron que sucederia.
Como mucho lo único mejor que podía hacer ahora era mantener la calma y continuar con el plan acordado.
-No te preocupes Fraymus, te aseguro de que esto saldrá bien -contestó seriamente con total confianza. Se acomodo el traje y puso una mirada de que estaba dispuesto a mantenerse firme como normalmente hacía.
Justo entonces la puerta metalico que cerraba el canal empezo a bajarse lentamente. Fraymus había dado la orden para que continuasen adelante.
-General Vallhaderb, a los mandos. Seguimos adelante -le ordeno serenamente.
-Si señor -el troll amargo obedeció y regreso a los mandos.
Acelero la nave y avanzo hacía el canal que termino de abrirse. Kaos se sento de nuevo en su asiento de nuevo, sintiendose orgulloso de entrar en el Banco, a su lado Fraymus le miraba con una cara de dudas y temores por su parte.
-¿Que hay en esa caja? -le pregunto, queriendo resolver nerviosamente de una vez el contenido de ese cargamento que tenía guardado abajo.
-Algo muy especial -dijo vacilante sin decirle nada.
Suspiro frustrado al ver que no le diria a tiempo cual era el contenido, lo cual eso suponía que en cuanto lo abriese delante de los Banqueros, estos verían de que se trataba y sea cual fuese la sorpresa, acabaría creando un incidente mucho mayor del que no se recuperaría nadie.
Atravesaron el canal mientras iban siendo vigilados por los demás oficiales que custodiaban la entrada. En un costado, el general Tyruss tenía la mirada fija sobre ellos, no les quitaba el ojo de encima. Desconfiaba de que Kaos hubiese venido solamente a disculparse y a hacer negocios, sentía que era algo mucho más.
Kaos le saludo con la mano y esbozando una sonrisa picarona, como un gesto de amabilidad sin que se notase su descaro. Pasaron para el otro lado cruzando todo un canal formado por demás estructuras grises.
Luego más atrás se cerro la puerta.
Tyruss asintio, nervioso ante la posibilidad de que esto hubiese sido una mala idea.
