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EL ULTIMO ASALTO DE LOS GOLEMS
-No no no -balbuceó Rocamauro andando hacía atrás.
Se cayo y se fue arrastrando por el suelo como un insecto hasta ponerse de pie, los otros golems intentaron de ayudarle, pero él les rechazo. Siguió mirando aquella dragona que desprendía esa aura purpura que resultaba intimidante.
-No puede ser verdad -alardeó señalando a Cynder-. Eres creación de Malefor.
Todos esbozaron un gemido de sorpresa al oír eso.
Cynder se cabreó ofendida, eso hizo que saliese más aura purpura de su cuerpo.
Los golems se asustaron y levantaron sus respectivas armas, se dispusieron a combatirla temiendose que les atacase.
Spyro veía la escena que se estaba produciendo, le hizo temerse lo peor.
-Cynder, tienes que parar esto ya -le exigió severamente.
-No, ya estoy harta de que me acusen de cosas que no he hecho -comentó saliendole una voz resonante que no parecía provenir de ella-. Voy a darle a ese golem lo que se merece por habernos metido en esta situación tan desastrosa.
Rocamauro se hizo de nuevo hacía atrás, asustado de ella.
Spyro se fijo en ambos, se estaban preparando para luchar y asumió que seguramente lo iban a hacer de una manera que provocaría otro desastroso en el pueblo. Tenía que evitar este conflicto como fuese.
Se puso delante de ella y acto seguido dijo:
-Cynder, detente ya o me vere obligado a...
-¡Callate ya! -se enfadó tanto que le propino un fuerte golpe con la garra en la cara que le hizo salir volando varios metros hacía el costado.
Cayo dolorido con las alas cubriendole del impacto.
Todos quedaron perplejos al ver lo que hizo.
Sparx fue el que quedo más impactado, marcho volando varios metros hasta juntarse con su hermano, estaba consciente, pero tenía de nuevo otro tajo en la cara, y era más grande y más profundo que él que recibió la primera vez.
Se giro dirigiendole una mirada de decepción hacía Cynder, quien ahora ella miraba con una expresión incomoda como si no supiese que hacer.
-Mira lo que le haz hecho, confiaba en ti y así es como se lo debes -le replicó echandole la bronca con desdén.
Cynder quedo indecisa sintiendose culpable.
Rocamauro les vio y no pudo soportar toda esa tensión, no podía soportar ver a esa dragona con instintos asesinos, necesitaba detenerla antes de que volviese a producir otro desastre en el pueblo, y también una razón para escapar.
-Queridos camaradas golems, esa dragona proviene del mismo sér que casi nos destruyo en el pasado, ¿quereís dejar que lo siga destrozando todo otra vez, o me ayudaís a detenerla por proteger aquello que nos pertenece? -imploro mostrandose exigente con los golems, se seguía creyendo que aún les lideraba.
Todos se echaron una serie de miradas complices señalando que estaban de acuerdo con esa propuesta, se olvidaron por completo de que pasaban de él.
Moletov asomo la mirada y vio como todos los golems estaban recogiendo sus respectivas armas, se preparan para combatir de nuevo.
-Rocamauro, ¿que estás haciendo? -le pregunto euforicamente Moletov.
-Lo que debería haber hecho hace mucho tiempo, acabar con los enemigos de los golems, empezando por ella -señalo acusadoramente hacía Cynder.
La joven dragona fijo una mirada de odio hacía él, eso hizo que se expandiese de nuevo el aura purpura alrededor de su cuerpo.
Moletov quedo alarmado al ver esto, creía que tenía controlada la situación pero se volvió a complicar rapídamente. Echo una mirada rapída hacía sus soldados molekins, estos le entendieron y alzaron sus armas dispuestos a combatir contra ellos.
Rocamauro frunció el ceño indignado al ver lo que planeaba hacer.
Giro la mirada una vez más, ahora la dirigió hacía la Madre Superiora que se encontraba al otro lado, observando la escena, estaba aterrada ante esta situación. Vio su mirada y entonces asintio con la cabeza, señalando estar de acuerdo con él.
Se puso de frente mirando a Rocamauro y alzo su espada, era una espada fina y alar-gada del tamaño de un tronco que sirve para unir una balsa.
-Camaradas molekins, defended la dignidad de nuestro pueblo con vuestras vidas -bramó la Madre Superiora alzando su baculo.
Los molekins soltaron unos gritos euforicos de guerra y marcharon corriendo a pelear, se juntaron con el ejercito molekin de Moletov y se agolparon delante de los golems que también marcharon con ganas de luchar. Se aglutinaron y se pusieron a ir golpeandose mutuamente con toda la fuerza que podían usar a su favor.
Había tantos golems que Rocamauro desapareció entre la multitud, Cynder se mosqueo y se dispuso a ir a buscarle, pero se giro oyendo unos gemidos que llamaron su atención. Vio a Ermit juntandose con Sparx para ayudar al joven dragón, se notaba que estaba consciente porque movía la cabeza. Se sintio culpable por haberle hecho eso, se acerco dispuesta a ayudarlo, Sparx la oyo y se giro mirandola con una expresión defensiva, como si creyera que le fuese a hacer daño.
-Atrás Cynder -le exigió amenazadoramente.
Su mirada infundía odio.
Intentaba de razonar con él, pero no tenía ni idea de como hacerlo.
-Lo siento mucho -se disculpo, timidamente.
-No lo sientas tanto -rezongó asqueado con ella.
Spyro se despertó, se paso las manos por los ojos aclarandosele la vista.
-Hermano, ¿estás bien? -le pregunto Sparx acercandose para consolarle.
-Si -respondió dolorido.
Asomo la mirada y vio que delante suyo estaba Cynder, le miraba preocupado, pero toda su atención estaba en ese extraño poder que emanaba de su cuerpo. Le aterraba tanto que no sabía que pensar, se volvió a tocar la herida en la cara, recordó que se lo hizo ella hace un rato, la miro indeciso.
-¿Por que? -le pregunto confuso.
No supo que responderle, se avergonzaba de su acto. Se hizo hacía atrás aterrada al estar cerca de él, entonces se choco con un golem, ambos se giraron e inmediatamente este la golpeo en la cara descuidadamente.
Cynder levanto la mirada, mostrando una expresión de puro odio.
Cogió al golem por el cuello y de una patada voladora lo golpeo mandandole a chocar contra el muro de una casa que había al frente, cayo noqueado.
Se giro mirando al equipo que estaba atrás, ambos presenciaron la escena con asombro, pero quedaron más impactados al ver que de su cuerpo surgió un aura más fuerte que antes, era todo humo. Sus ojos se volvieron purpuras de repente y sus garras se alargaron, eran unas garras intimidantes con aspecto que de podrían cortar el cuello a alguién. Se giro y echo a volar contra la batalla que se producía al lado.
Se tiro encima de los golems y se puso a ir golpeandoles freneticamente uno por uno, les golpeaba con sus patas, con la cabeza y utilizaba la cuchilla de su cola para cortarles a ambos las cabezas que caían como pelotas de juego.
Los golems se asustaron al ver lo que hacían. Se separaron y se juntaron formando un circulo alrededor para acorrarla, mantenían sus armas levantadas dispuestos a usarlas con fuerza bruta. Cynder les miraba y no se sentía intmidada por ellos, solamente le importaba una cosa y era vencerles a todos.
Un grupo de tres golems saltó alzando unas porras hechas de roca, Cynder les golpeo con las caras girando como un torbellino y acto seguido todos se tiraron sobre ella provocando que no pudiese actuar, quedo enterrada bajo un montón de rocas vivientes.
Spyro se enderezo al ver lo que hicieron, se intuyo que esa estampida la estaría matando, o peor aún, que le habían roto algo, era imposible que no sufriese rasguño algúno con ese tipo de ataque. Los golems continuaron amontonados cuando de pronto empezaron a vibraron, como si algo los sacudiese por dentro. De pronto salieron volando cada uno en una dirección distinta, Cynder se levanto alzando un bramido salvaje mientras se postraba como si fuese una campeona.
Todos quedaron asombrados ante aquella ancestral e imponente imagen.
Cynder se bajo de encima de un golem que estaba inconsciente, luego empezo a marearse hasta perder el conocimiento.
Spyro marcho volando a ayudarla.
Se acerco y la agarro sosteniendo su brazo por encima de su cuello.
-¿Estás bien? -le pregunto.
Cynder abrió los ojos, los tenía normales de nuevo.
-Spyro -dijo, gimió dolorida y se puso a observar el escenario en el que se encontraba, todos los golems empezaron a levantarse sintiendose doloridos por el golpe, miro desconcertada a Spyro-. ¿Que ha pasado?
-¿No recuerdas nada de lo que te ha ocurrido?
-No.
Se quedo pensando, sintió que eso era un problema.
Cynder captó su herida en la cara, eso lo pudo reconocer.
La situación se calmó y la Madre Superiora empezo a acercarse para ayudarle a los heridos, habían varios molekins que quedaron malheridos durante la batalla, todos hicieron lo que pudieron a pesar de que los golems les dieron algo de ventaja. Siguió andando hasta que se encontro con Moletov, tenía una herida en la cabeza que le sangraba, se puso a consolarle, como agradecimiento por haberse puesto de su parte.
Sparx y Ermit se juntaron con los dos dragones.
-Cynder, ¿te encuentras bien? -le pregunto desconcertado Sparx.
-Si -contesto dubitativa.
Spyro les miro preocupado.
-No recuerda nada de lo que ha pasado -les confesó.
-¿Que? -reaccionaron ambos mutuamente.
Sparx se quedo indeciso al no saber que pensar, tenía ganas de echarle la bronca por lo que hizo antes a su hermano, pero ahora que parecía desonrientada, todas esas ganas de cabrearse se le estaban yendo ya que no sabía como reaccionar.
Ayudo a Cynder a reincorporarse, en cuanto lo hizo ella se puso a olisquear, como si estuviese buscando algo desesperadamente.
-No le encuentro -soltó.
-¿De que hablás?
-De Rocamauro, no le encuentro por aquí -aclaró nerviosamente.
Spyro levanto la cabeza y todos se pusieron a mirar a sus alrededores, veían a los molekins deteniendo a los golems que apenas estaban malheridos y otros se estaban recomponiendo, les quitaban las rocas para evitar que siguiesen peleando. Pero ningúno de ellos era Rocamauro.
-Es cierto, ¿donde está? -se cuestiono Sparx.
-Se ha escapado -opino Ermit.
-¿Pero para qué? ¿Adonde puede ir? -critico Spyro-, aunque le mienta a los golems, sabe que su lucha está perdida, no va a conseguir nada.
Cynder se puso a pensar.
-Y si en realidad no quiere ganar -prorrumpió.
Todos le dirigieron la mirada.
-Y si en realidad intenta escapar.
Ambos se miraron cayendo sobre esa posibilidad.
-Debe de haberse escapado usando la pelea -dedujó Ermit.
-Si es así no puede haber ido muy lejos -opino Spyro sintiendo que quizás no se les había escapado tan facilmente.
Se concentro y utilizo sus odios para poder escucharlo todo a su alrededor, podía oír los gemidos de los golems cercanos, los pueblerinos molekins que se encontraban escondidos en las casetas de los costados. Luego sintió un gemido, uno de agotamiento y frustración, se sentía cercano, pero lejano a una cierta distancia.
-Lo encontre -soltó.
-¿Donde? -pregunto Sparx.
-Por ahí -señalo al frente.
-Vamos -dijo Cynder echando el vuelo para buscarle.
-Cynder espera -chilló Spyro intentando de detenerla, pero no hubo remedio, se largo volando antes de que le pudiese decir algo.
No quería que se marchase a perseguir a Rocamauro porque sabía que si lo hacía, se volvería loca como antes y desataría una furia que luego no podría controlar. Destruiría todo a su paso y alguien más acabaría herido nuevamente.
Sparx se le acercó.
-Hay que hacer algo con ella Spyro, no podemos dejar que siga así -le replico razonandole para que entendiese que la dragona era un problema.
-Lo se -reafirmo solemnemente.
Soltó un suspiro de frustración y marcho volando junto con los otros a seguirla.
Recorrieron todo el camino recto que tenían delante y de ahí cruzaron la esquina hasta dar con una serie de caminos en cruzada que los llevaron hasta otro barrio comarcal repleto de molekins. Se cruzaron con ellos y empezaron a corriendo despavoridos como al principio de la pelea, solo con verles ya se hacía una idea de lo que ocurría. Les hicieron señas para que se marchasen a una zona segura y luego marcharon corriendo a ver que era lo que pasaba. Se quitaron de encima a la multitud apelotonada que tenían delante y vieron que varios metros atrás estaba Cynder, estaba tirada encima de alguien que apenas se podía reconocer.
Ambos se miraron intrigados por lo que estaba pasando.
Spyro dio un fuerte salto volador para acercarse rapídamente hacía ella.
-Cynder -la llamo.
Ahora pudo verse bien quien era el individuo que tenía retenido, efectivamente era Rocamauro, estaba tirado en el suelo, vulnerable sin poder moverse.
Se angustio al ver que pasaba lo que no quería que sucediese.
Sparx se le acercó por detrás.
-Spyro, hay que hacer algo, le matará -le imploro Sparx.
-Lo se, dejame a mi -pidio explicitamente.
Dio otro salto volador hasta acabar lo suficientemente cerca de Cynder como para tener una vision clara de lo que le hacía a Rocamauro, tenía ambas patas sujetas a las extremidades del golem, mantenía la fuerza sobre él provocando que quedase pegado al suelo sin poder moverse. Verla en esa posición le hizo intuirse que Cynder no estaba por la lavor de comportarse moderadamente, si quería calmarla, necesitaba escoger bien sus palabras porque cualquier cosa que soltase la alteraría.
Fue andando lentamente hasta que dispuso llamarla de nuevo. Abrió la boca.
-Te he oído Spyro -le dijo Cynder.
Quedo indeciso por como le interrumpió, debió de usar sus oidos aumentados para sentir su presencia desde varios metros atrás.
Se acercó más y pude verse que de nuevo tenía ese aura oscura, era un aura que surgía cuando se enfadaba, lo cual viendolo ahora era comprensible, nació de la magia de Malefor, lo que provocaba que sacase todo su potencial del odio que emanaba a través de él. Pero desconocía el limite de ese poder, no podía dejar que lo sacará así sin más, si quería que se detuviera, tenía que razonar con ella para que se calmará.
-Cynder, ¿estás bien? -le pregunto, dispuesto a probar de acercarse para calmarla.
-Estoy bien, pero él no -declaró con descaro.
Apoyo sus garras sobre la mano izquierda de Rocamauro, acerco la cabeza y lanzo un fuerte resoplido de aira caliente que empezó a quemar su mano. Rocamauro se puso a gritar sintiendo un terrible dolor en la parte en la que le quemaba.
Spyro se alarmó al ver eso, se notaba perfectamente que Cynder pretendía torturarle para castigarle, no podía permitir que hiciese eso porque le necesitaba con vida y en perfecto estado para juzgarle merecidamente.
-Cynder, no hace falta hacerle eso, ya le has detenido -le imploro fingidamente para que no pensase que se estaba enfadando con lo que hacía.
-Si, pero eso no es suficiente -acercó la cabeza hacía su pecho y lanzo una llama purpura que iba quemando lentamente su pecho.
-¡Ah! -grito Rocamauro soltando un mayor grito de dolor.
Spyro no pudo aguantarlo, verle sufriendo hacía que él también sufriese de dolor.
-Porque no te extingues reptil endemoniada -replicó Rocamauro echandoselo en cara con un enorme grito que le dejo la boca abierta como un colador.
Cynder le agarró y le golpeo contra el suelo.
-¿De verás es eso lo que quieres? Que nos extingamos, ¿como pretendías hacer con los magmagolems? -protesto reprochandole sus actos con desdén.
Lo cogió de nuevo y se puso a darle zambullidas contra el suelo. Luego termino soltando una leve llamarada que le quemaba la cara.
Empezó a forcejear para querer alejarse inmediatamente de ella.
Spyro se quedo indeciso al ver lo que hacía, tenía ganas de saltar corriendo para dejar que le soltará, pero en ese momento recordó algo, esa misma imagen de ella rociandole la cara con fuego, le hizo recordar que cometió un mismo ataque parecido en el refugio. Mato a un troll quemandole la cabeza tras desatar su lado animal. Era el mismo proceso, pero esta vez ahora lo cometía ella.
No podía permitir que se repitiese ese suceso, si lo hacía, estaría cometiendo el error de quitar la poca compasión que le quedaba. Cynder estaba apunto de soltarle otra llamarada por la boca, y esta vez se sentía que iba a hacerlo con más fuerza. Se harto y se abalanzo volando, cayo sobre ella y le agarro del cuello y levanto la cabeza soltando una enorme llamarada que salió disparada hacía arriba.
Al cabo de unos segundos se disipo el fuego.
Cynder reaccionó y golpeo a Spyro en la cara con el codo, el joven dragón dolorido, sintio que casi le rompía uno de sus dientes.
-¿Porque lo haz hecho eso? -le recriminó con tono amenazante.
Se calmó y se mostró franco con ella.
-Lo siento Cynder, pero no puedes hacer esto -protesto mostrandose firme.
-¿Por que? ¿Acaso te pones de su parte?
-No -nego extrañado ante esa pregunta tan efimera-. Claro que no, pero no pienso permitir que le mates así.
-Él tiene que pagar por lo que ha hecho -señalo acusadoramente a Rocamauro.
El golem apenas podía moverse, tenía las rocas de su cuerpo medio destrozadas.
-Y pagará por lo que ha hecho, pero no por ti.
Cynder frunció el ceño enfurruñada.
-No me mires así Cynder, yo no dicto las normas.
-Pues entonces yo las dictare -discrepo rotundamente de su aviso y se giro marchando a atacar de nuevo a Rocamauro que seguía estando vulnerable.
Spyro cogió a Cynder del brazo, ella se giro y rapídamente se dispuso a darle otro codazo en la cara, Spyro lo esquivo a tiempo y cogió a Cynder atandola con su cola, la retuvo pero siguió forcejeando para sacarselo de encima.
-Cynder, si haces lo que quieres hacer, te acabarás convirtiendo en él -le imploro intentando de hacerle de cambiar de opinion.
-No, seré yo misma y mejor que él -terció indirectamente y utilizo toda su fuerza pa-ra quitarse de encima a Spyro.
Dio una voltereta en el aire y lo golpeo con la pata provocando que saliese volando varios metros hasta chocar contra un muro, cayo dolorido contra el suelo, pero apenas le hizo efecto. Alzo la mirada y observo como Cynder quedo embadurnada de esa aura oscura que hacía que luciese un autentico monstruo de la oscuridad.
Rocamauro intento de levantarse, pero Cynder se acercó y volvió a apoyar sus patas con sus afiladas garras cubiertas de magia oscura, las clavo en sus extremidades de roca provocandole de nuevo un severo dolor incontrolable. Alzo la mirada y observo que mostraba una mirada de odio que le hizo tener malos recuerdos, solo con ver esa expresión ya le hizo intuirse que todo había terminado para él.
-Matame, matame como tu mentor hizo con mi gente -le imploro exigentemente.
-¿De que hablás? -no comprendió esa petición.
-Eres su vivo retrato -aclaro-. Tanto siendo tu como él, sois iguales, siempre queriendo matar, siempre imponendoos y arruinando la vida de los demás.
Al oír eso empezo a reflexionar sobre lo que estaba haciendo, quería demostrarse a si misma que podía ser mejor que Malefor, que él no la controlaba de ningún modo, pero viendole a él señalar que parecían ser iguales, le hizo intuirse que quizás ni siquiera estaba tomando la opción más sensata. ¿Porque que estaría demostrando con esto? ¿Que su juicio era menor que el suyo? ¿Que podía tomarse la justicia por su mano sin pensar que no obtendría algúna? No podía saberlo, pero si podía saber que si cometía una acción de este tipo, estaría volviendo a decaer en el mismo problema de antes.
-Tu y él os mereceís estar muertos -añadio descaradamente Rocamauro.
Esa ultima frase ya no la pudo soportar, estaba harto de él y de sus constantes descaros, si iba a recibir su castigo, se lo iba a dar de la uníca forma que conocía. Levanto su cola y dejo que toda su magia oscura interior quedase recubierta en la hoja. La endere-zo y se dispuso a clavarsela en el pecho.
Pero de pronto escucho algo que la interrumpió.
Se giro y observo que alguien más al otro lado estaba viendo la escena, era alguien conocido, era Vickam, estaba detenido mirandola atonito mientras respiraba profundamente, se le notaba cansado, como si hubiese estado corriendo. Sintio ganas de ignorarle porque no estaba haciendo nada, pero pudo notar que mostraba una expresión que ya había visto antes. En la de los niños, los niños con los que antes entablo conversación, era una expresión de miedo, de decepción, como si no pudiese tolerar lo que estaba ocurriendo. Aquello hizo que se replantase de nuevo lo que iba a hacer, estaba apunto de matar a Rocamauro solamente por bronca, una bronca que no podía controlar porque en el fondo era un ser de la oscuridad, y alguien así no se controlaba nunca, pero en realidad si sabía hacerlo, y no se daba cuenta porque era demasíado terca y se dejaba llevar muy facilmente por estos sentimientos de angustia y agonia.
Oyo otros gemidos de sorpresa, se giro y observo que al otro lado del camino también se encontraban Sparx y Ermit, ambos se acercaron exasperados ante lo que pasaba. Sparx la miraba con la misma expresión de decepción que antes, pero ahora era más bien de terror, como no poder creerse lo que hacía.
Con esto ya tuvo claro que no servía de nada lo que estaba haciendo.
Bajo la cola y se alejo, sintiendo miedo de si misma, de en lo que se estaba convirtiendo, se giro y observo que Spyro se estaba recuperando, estaba atonito y agotado, esbozaba también una expresión de agobio y decepción, como de no poder soportar que se estuviese convirtiendo en algo en lo que no tenía confianza.
Ahora también se decepciono, se decepciono por no reconsiderar que aquel grupo que tenía era de los pocos amigos que le habían ayudado a ser mejor, y les estaba demostrando que no era así. Cerro los ojos y se calmo, dejando que aquella aura purpura que le cubría el cuerpo se disipase.
Spyro se acerco, mirandola ahora con una expresión compasiva.
Abrió los ojos y empezo a llorar.
-Lo siento -se disculpo.
El joven dragón pudo ver su sinceridad en esa mirada, ahora lo comprendió.
Rocamauro consiguió levantarse y aprovechando el momento se marcho corriendo con pocas fuerzas en las piernas y en un brazo. Ambos se giraron observando atonitamente como se estaba dirigiendo hacía Vickam, el joven molekin veía atentamente al golem y no sabía que hacer, no entendía la situación.
-Vickam, detenlo -le aviso Spyro.
Obedeció y entonces se acerco hacía Rocamauro para golpearle, ambos se chocaron y se cayeron torpemente contra el suelo. Vickam trató de levantarse primero, pero Rocamauro se le acerco y le cogió levantandole con fuerza, le agarro del cuello con su mano vulnerable y con la otra la uso para clavarle por detrás de la espalda.
El grupo se acerco, se detuvo al ver lo que hacía.
-Rocamauro, sueltale -le exigió calmadamente Spyro.
-No, dejadme en paz -protesto, clavo aún más hondo sus afilados dedos contra la columna de Vickam haciendole dolor más.
Ambos se miraron cerciorandose de que ahora lo tenían más complicado. Si querían que él se detuviese, tenían que convencerlo haciendole saber que no pasaba nada y que escuchaban cada una de sus opiniones.
-Rocamauro, tu no quieres esto -trató Spyro de razonar con él.
-No, si que quiero, soy un asesino, es lo que he siempre he sido -comento soltandolo todo con un tono nervioso y desequilibrado.
-Eso no es verdad -se extraño al oír eso- Tu no eres un asesino, eres un buen guerrero y un gran lider, pero pasaste por una mala experiencia que te dejo trastoco y te dejo malherido por dentro, aún sigues siendo quien eres.
Rocamauro bajo el brazo confiado, estaba empezando a calmarse de verdad.
-Mira Rocamauro, ya se que te aterra la idea de no aceptar que el mundo ha cambiado, de que hay ciertas cosas que quizás no comprendemos, yo tampoco las entiendo todavía, pero voy aprendiendo por el camino y las acepto como lo que son. Y se perfectamente que a lo mejor tu puedes entenderlo también.
Rocamauro se estaba aguantando, quería enfadarse pero en el fondo se notaba que estaba comenzando a reflexionar sobre lo que decía.
-No dejes que ese mismo miedo que tuviste cuando Malefor a tu gente te siga persiguiendo, dejalo ir y avanza hacía una nueva vida.
-¿Que nueva vida? -cuestiono amargamente-. Ya no tengo vida, he perdido el respeto de mi gente, incluso de los molekins, ya no soy nadie para ningúno.
Rezongó concienzudo al cerciorarse de ese hecho.
-Lo se, para eso no hay solución, pero hay una cosa que puedes hacer.
-Rindete y entregate, deja que la Madre Superiora te juzgue y vea que en el fondo sigues siendo su compañero de confianza -recomendó confiadamente.
Vickam le echo una mirada de confianza, indicandole que lo pensase.
-Pero si lo hago... ¿que ocurrirá con los magmagolems? ¿Con Magmus? -objetó cambiando rapídamente de tema-. ¿Será liberado también?
Spyro se llevo las manos al cuello, nervioso ante esa hipotesis, no sabía que contestarle a eso porque sabía que cualquier respuesta lo pondría furioso de nuevo. Volteo la mirada dirigiendose hacía Cynder, ahora mostraba la misma expresión melancolica que había estado mostrando varias veces, en esa expresión podía ver a la autentica Cynder, a una dragona que se preocupaba por los demás y sentía que quería hacer lo correcto. Solo con esa cara ya tuvo una idea clara de lo que podría suceder.
Miro de nuevo a Rocamauro y acto seguido le dijo:
-Si te soy sincero, eso no lo se, no es responsabilidad mia, es de la Madre Superiora y de lo que opinen todos -le comento con franqueza-. Si ella decide que los magmagolems sean perdonados por sus actos, tu gente y los molekins deberán aceptarlo de nuevo. Como empezar de cero otra vez.
Rocamauro se quedo pensando en esa cuestión, se podía ver la expresión bajada de sus ojos que lo estaba comprendiendo de una manera que no había pensado nunca. Bajo la mano que tenía detrás de la espalda.
Vickam suspiro aliviado.
Spyro aprovecho la ocasión para acercarse.
-Suelta a nuestro amigo y hablaremos, ¿vale? -le recomendó alzandole la mano.
Comenzo a soltarle el cuello a Vickam, dejo que Spyro se acercase y en cuanto lo tuvo delante, observo algo que no había notado antes. La forma de sus garras eran parecidas a las de Cynder. Se fijo en ambos dragones y noto que eran muy parecidos, demasíado para ser una coincidencia.
-Tu también -exclamo.
-¿Que?
Le retiro el brazo poniendolo detrás de la espalda de Vickam.
-Tu también eres descendiente de Malefor -soltó enfurecidamente.
Spyro quedo indeciso al ver que se cercioro de ese hecho.
-No eres de confianza -replicó soltando un alarido salvaje y entonces transformo sus manos en una lanza puntiaguda.
Vickam miro al dragón, atonito ante lo que estaba apunto de suceder. Ambos se quedaron mirandose sabiendo bien lo que iba a ocurrir.
Rocamauro levanto el brazo y le clavo la lanza de roca sobre la espalda de Vickam.
-¡No! -gritaron todos mutuamente.
Retiro la lanza y dejo caer al pobre molekin, Cynder lo cogió a tiempo impidiendo de que cayese al suelo, observo la herida que le hizo, tenía un corte en la espalda, estaba comenzando a sangrar.
Spyro miro fijamente a Rocamauro con tristeza.
-Por mis ancestros -berreó.
Spyro se enfado tanto que reacciono salvajemente y se tiro encima de él, se puso a golpearle con sus puños rompiendo en varias partes cada una de las rocas que conformaban su cuerpo. Rocamauro apenas podía moverse o defenderse, estaba igual que antes pero peor ya que ni siquiera le daba tiempo para protestor o suplicar.
Los otros se quedaron perplejos al ver lo que estaba haciendo, en especial Sparx que veía como su hermano reaccionaba de una manera que no había presenciado en mucho tiempo. Seguía golpeandole sin tener ningún deparo en destrozarle todo.
Ermit se acercó y dijo:
-Spyro, basta -protestó queriendo que se detuviera.
Termino de golpearle y se puso a resoplar profundamente, soltaba varios gemidos durante un largo rato hasta que al final se calmó y pudo ver lo que hizo. Golpeo tantas veces a Rocamauro que le rompió varias rocas que conformaban su cara, había rastros esparcidos a los lados como si fuese polvo de cenizas. Gimió desconsolado y cayo inconsciente, obviamente provocado por todos los daños que había sufrido. Spyro quedo indeciso, no se lo podía creer, le había causado más daño que el que le hizo Cynder.
Volteo la mirada observando que todos estaban perplejos, en especial Cynder, que ahora no conseguía comprender lo que había ocurrido, se sentía como si le hubiesen arrebatado algo que le pertenecía por puro capricho pero se lo quitaron antes de que pudiese admirarlo como tal.
Lo dejo estar y se acerco hacía Vickam quien necesitaba más ayuda.
-Vickam, ¿estás bien? -le pregunto.
Sus ojos estaban enrojecidos y apenas podía abrir los parpados, apoyo su cara sobre su frente, lo sentía caliente, y no por la temperatura de la zona.
-Me duele... -tosió-, todo.
Ambos se miraron agobiados al creer la posibilidad de que le perderían.
-Hay que llevarle a que lo atienda un medico -recomendó Ermit.
Estuvieron de acuerdo todos y ambos se pusieron a ayudarle, Ermit y Sparx le levantaron poniendolo de pie, se pusieron a llevarle, pero entonces Spyro recordó algo. Echo la mirada atrás observando que se dejaban a Rocamauro, continuaba tirado en el suelo inconsciente y con los trozos de rocas rotas reconstruyendo su cuerpo. Al paso en que magiaban esos trozos se volvían a unir a su cuerpo, harían que volviese en si en cuestión de menos de diez minutos. Si lo dejaba ahí, se escaparía de nuevo y volverían a pasar por el mismo problema de antes.
Se separo del grupo y se marcho a cogerle, le levanto poniendo ambos brazos por debajo de sus axilas de roca y se puso a arrastrarle con fuerza, estaba pesado, pero a él no le importaba, iba a llevarle con sigo aunque le costase la vida.
Ambos se miraron intentando de saber que hacer, no podían dejar que lo arrastrase solo, sobretodo teniendo que preocuparse más por Vickam. Cynder se marcho y se dispuso a ayudar a Spyro, se puso a su lado y ambos se pusieron a arrastrarle con mucha más fuerza que antes.
Cada uno se llevo a su propio individuo por todo el camino.
Hicieron todo el recorrido hasta acabar regresando al camino donde antes se había producido la pelea. Habían llegado un grupo de medicos molekins que se pusieron a atender a los heridos, habían puesto sabanas en el cuerpo para que cada uno se tirase encima y así poder tratarse de lo que sea que padeciesen.
Se encontraron con la Madre Superiora quien estaba hablando con el general Moletov, ambos se percataron de su presenciaron y se acercaron apuradamente hacía ellos.
-¿Que ha pasado? -les pregunto Moletov.
-Le vencimos, pero ha herido a Vickam -le comentó Sparx.
Ambos se alarmaron.
-Medico aquí -ordeno Moletov haciendo señas a un par de medicos que se encontraban atendiendo a otros molekins en una esquina.
Los medicos molekins se acercaron y recogieron a Vickam, lo apoyaron sobre una camilla y se lo llevaron urgentemente para el otro lado del camino.
-¿Adonde se lo llevan? -pregunto Spyro, con tono culpable.
-Se lo llevan a la enfermería más cercana, se ocuparan bien de atenderle -comento la Madre Superiora mostrandose compasiva con ellos.
Ambos se aliviaron, pero no conformes, no se sentían a gustos con lo que ocurrió.
-¿Os ha pasado algo? -les pregunto, notando sus miradas de disconformidad.
Se echaron mutuamente unas miradas complices, ambos no sabían que decir con respecto a todo lo que paso antes, había sido demasíado violento para ellos.
-¿Que le ha ocurrido? -notó a Rocamauro tirado en el suelo.
-Le vencimos, pero nos costó detenerle -comento Spyro, sin dar detalle.
La Madre Superiora se acerco apoyando su mano sobre su roto pecho, pudo notar lo dolorido que estaba, se sentía que verdaderamente le habían dado una paliza. Ambos se quedaron mirandola intentando de comprender lo que hacía, asumieron que a lo mejor le estaba tratando las heridas, pero viendo la mirada de tristeza que mostraba, se hicieron una rapída idea de que era por otra cosa. Dedujeron de que seguramente ella le habría conocido desde que nacio, estuvo años con él siendo su amigo y su aliado, le conocía de toda la vida, y verle convertido en lo que era ahora, se sentía como si le hubiesen apuñalado en el corazón, era algo que no comprendía.
Se levanto y se acerco hacía ellos, les miro despreocupadamente.
-Será mejor que os marcheís a descansar -les propuso.
-¿Por que? -se cuestiono Sparx.
Levantaron las miradas, observaron que todos los molekins y los golems que se encontraban a su alrededor les estaban mirando con unas expresiones rencorosas, les odiaban como si tuviesen la culpa de lo ocurrido. Cosa que en cierto modo lo era, ya que sino no hubiesen venido aquí, ningúna de estas revelaciones hubiese salido a la luz y a lo mejor no habría habido pelea.
Se dieron cuenta de que tenía razón, no era bueno estar ahí al lado sabiendo de que cualquiera estaría apunto de cometer algún plan de asesinato impredecible.
-¿Que hará con él? -le pregunto Cynder, mirando a Rocamauro.
-Yo me ocupare de él, vosotros ahora descansad, ya hablaremos más tarde.
-Me parece bien -accedió Spyro con desgana.
Se dieron la vuelta y se marcharon sin decirse nada, estaban cansados, agotados y con la cabeza metida en otra parte. Pero había una cosa que si tenían clara, esta lucha en la que se habían involucrado les cambio de una manera significativa, ya que ahora no estaban seguros de que era lo que hacían en realidad.
