The Magical Files

Disclaimer:

Nada del mundo de Harry Potter me pertenece, todos los derechos son de J.K. Rowling; Mulder y Scully tampoco son míos, estos personajes así como todo lo relacionado con "Los Expedientes Secretos X" es obra de Chris Carter. La historia y uno que otro personaje despistado que aparece en ella, definitivamente son míos.

Capítulo II. Recorridos Por Surrey.

Por la mañana, Mulder ya se había olvidado de casi todo lo que había sucedido el día anterior, desde que él y Scully llegaron a Londres.

Después de haberse desayunado, ambos salieron en el automóvil que habían rentado y tomaron dirección hacia al condado de Surrey. En realidad, Scully deseaba visitar Canterville, pero después de varias horas de manejar, se dieron cuenta de que de algún modo se habían equivocado de camino. Se hallaban en lo que parecía una pequeña zona residencial y en realidad no tenían idea de donde se encontraban. Después de una hora de tratar de ubicarse mediante el mapa, decidieron que ya era hora de preguntarle a alguien por la dirección correcta.

Sin embargo, tal parecía que en el momento en que tomaron esa decisión, todo el mundo pareció darse cuenta de que tenía mejores cosas que hacer, que estar en la calle, así que tardaron un tiempo en encontrar a alguien para preguntarle como volver al camino correcto.

Finalmente encontraron a un chico solitario que caminaba cabizbajo. Era un muchacho no mayor de 17 años, muy delgado y que tenía el cabello alborotado. Usaba anteojos y la ropa que llevaba le daba la apariencia de un vago.

-¡Oye, chico! -Gritó Mulder desde el auto. El chico se sobresaltó por un momento y volteó a verlo algo desconcertado.

-¿Sí? -Dijo lacónicamente.

-¿Oye, podrías orientarnos? Tratábamos de llegar a Canterville, pero nos extraviamos y ahora no sabemos como volver al camino.

El muchacho les miraba con una extraña expresión en el rostro; como si ellos provinieran de un mundo muy diferente al suyo. Scully parecía haberlo notado porque entonces le dijo: - Somos Americanos y como podrás darte cuenta nunca habíamos estado en Inglaterra.

El chico sonrió brevemente y sacudió la cabeza como si estuviera desechando una idea absurda de su mente.

- ¡Claro! ¿tiene un mapa? Así podría explicarle con más facilidad.

- Aquí está.

El chico observó el mapa por unos momentos y entonces miró de nuevo a sus interlocutores.

- Mire, todo lo que tiene que hacer es seguir por esta calle y entonces dar vuelta a la izquierda, y luego una vez más a la izquierda. Entonces encontrará este camino de aquí, que le conducirá a la carretera principal. Una vez ahí solo tiene que seguir los señalamientos.

-¡Vaya! Pues muchas gracias hijo. ¿Cómo te llamas?

-Me llamo Harry y no tiene nada que agradecer; espero que les vaya bien.

De repente, el chico se tapó la frente con una expresión de dolor y cerró los ojos fuertemente. Scully se alarmó un poco y le preguntó -¿Te sientes bien, hijo? ¡Te vez muy pálido! Tal vez quieras que te llevemos a tu casa.

El chico abrió de nuevo los ojos y volteó a ver a Mulder y Scully y dijo: -¡¡No, gracias! No se preocupe, estoy bien.

-Yo soy médico, tal vez pueda ayudarte. Dijo Scully, que se había bajado del auto y se acercaba al chico con expresión de sincera preocupación.

El muchacho se alejó un poco, aún con la mano en la frente, pero Scully se acercó más y le sujetó del brazo. En ese momento el chico se quitó la mano de la frente y Scully pudo ver que tenía una extraña cicatriz con una forma como de rayo.

-¿Pero, como te hiciste esa herida? -Dijo Scully al mismo tiempo que tocaba la frente del chico -¡Pero si tienes fiebre! Mulder, es necesario que llevemos a este muchacho a su casa.

Harry parecía completamente aterrado ante esa perspectiva y como pudo se zafó de Scully y comenzó a correr rápidamente hasta perderse por un callejón.

Mulder también se había ya bajado del vehículo y detuvo a Scully que al parecer tenía la intención de ir tras Harry.

-Espera Scully, no creo que sea buena idea.

-Pero Mulder, ese chico podría necesitar atención médica.

-Tal vez, pero dudo mucho que quiera recibirla de nosotros, además tal vez no es más que un vagabundo y ni siquiera tenga un hogar. En realidad, me parecía un poco extraño.

-Si, tal vez tengas razón. Sólo espero que esté bien.

-Será mejor que nos movamos Scully, o nunca llegaremos a Canterville.

-Está bien. -Dijo finalmente Scully y se subió al auto de mala gana. Harry, si es que ese era en efecto su nombre, le había dejado un extraña sensación. Tenía la impresión de que ese muchacho llevaba en sus hombros una carga muy pesada. Había en sus ojos de color verde brillante, un dejo de profunda tristeza y soledad.

Mulder no hizo mención del asunto aunque él también se había sentido sumamente impresionado por el chico, aunque prefirió dejar el asunto por la paz, ya que no les llevaría a nada hacer especulaciones respecto a ese extraño joven de nombre Harry.