The Magical Files

Disclaimer:

Nada del mundo de Harry Potter me pertenece, todos los derechos son de J.K. Rowling; Mulder y Scully tampoco son míos, estos personajes así como todo lo relacionado con "Los Expedientes Secretos X" es obra de Chris Carter. La historia y uno que otro personaje despistado que aparece en ella, definitivamente son míos.

Sinopsis:

Muchos secretos alberga este mundo y es trabajo de los agentes Mulder y Scully del FBI descubrirlos. ¿Qué pasará cuando una comunidad secreta les reciba? ¿Tendrá algo que ver el pasado de aquél misterioso extraño?

Nota: Esta historia ya ha sido publicada en foros de discusión, bajo el nombre de "Mulder y Scully. Vacaciones, mágicas."; con alguno de mis otros nicks, tales como siriusxsiempre, siriusneverdie y spookylunatico.

Capítulo XII. El Inquilino Misterioso.

Eran las 7 de la mañana y Victoria terminaba de arreglarse para irse a trabajar. Vivía en un departamento en la Ciudad de México y desde hacía poco más de un mes, tenía viviendo con ella a "Steve", un hombre de unos 36 o 37 años, del que solamente estaba segura de una cosa: era extranjero. Era un hombre alto y delgado que tenía el cabello muy largo. Cuando ella lo encontró, él vestía una especie de túnica muy vieja y maltratada y llevaba consigo una especie de palo de madera. El estaba completamente desconcertado y no sabía ni siquiera en donde se encontraba; ni siquiera era capaz de recordar su nombre y a Victoria se le ocurrió simplemente llamarlo "Steve."

Después de que ella lo llevó a su casa, él pasó 2 días enteros durmiendo. Para cuando despertó, Victoria ya había estado haciendo averiguaciones en las embajadas y revisando los expedientes de personas desaparecidas, sin embargo no logró encontrar nada que le indicara quién era su misterioso inquilino.

"Steve" trató de explicarle que él tenía una vaga idea de quien era, pero que había muchas cosas que estaban completamente turbias en su mente y que necesitaba unos días para poder recuperarse; entonces le rogó que le permitiera quedarse con ella y que a cambio de eso él haría cualquier cosa que ella necesitase. Victoria no quería aceptar ese tipo de arreglo; por una parte no estaba bien que mantuviera en su casa a un hombre del cual no sabía absolutamente nada. Podría tratarse de un criminal o un fugitivo y ella se vería implicada en algo desagradable. Sin embargo, "Steve" la miró con esos ojos "de cachorro" y ella no tuvo manera de negarse.

El trato era que, mientras ella salía a trabajar, él permanecería en casa y haría el aseo. A ella le resultaba una situación completamente extraordinaria, pero no encontró ninguna otra opción, así que finalmente aceptó.

Esa mañana, "Steve" le había ya servido el desayuno y estaba sentado tranquilamente a la mesa del comedor, anotando algo en una libreta.

-¡Buenos días, "Steve"! ¿qué tal amaneciste? -Dijo ella amablemente.

-Buenos días. -Respondió "Steve" sin mucho ánimo y sin apartar la vista de la libreta.

-¿Estás anotando tu sueño de anoche? -Preguntó Victoria, mientras se sentaba junto a él.

-Sip, estoy registrando algunas de las cosas que soñé anoche, aunque temo haber perdido algunos de los detalles.

La libreta de "Steve" tenía ya varias hojas en las que él había escrito una serie de nombres y datos que habían ido llegando poco a poco a su memoria, regularmente a través de sueños como el que había tenido la noche anterior. Victoria miró la hoja y vio una pequeña lista que decía algo así:

-Perro Negro

-Motocicleta

-Gatos

-Lobo

-Frío

-¿Qué es esta lista? -Preguntó Victoria algo intrigada.

-Sólo son algunas de las cosas que he soñado con más frecuencia. -Respondió "Steve", sin darle mucha importancia.

-¿Crees que todo esto tenga alguna relación contigo y con lo que hacías en el pasado? -Preguntó Victoria, cautelosamente.

-Eso es un hecho. Por desgracia, aún no se cual es la relación que existe entre todas estas cosas... -Steve se quedó pensando un momento y luego añadió: -¿Sabes? El sueño de anoche fue mucho más extraño que los anteriores. Fue como si yo, no fuera yo, sino... mmm... cómo explicártelo... lo que quiero decir, es que yo me vi a mi mismo.

-¿Cómo en un espejo?

-No, no. Verás, en el sueño yo iba siguiendo a alguien, pero ese alguien era yo mismo... Y luego volvió a aparecer esa familia y el perro negro y...

-¿...y?

-... el rostro de algo, que no podía ser humano. -Concluyó "Steve" en voz muy baja.

-¿No lo habías soñado antes?

"Steve" negó con un movimiento de la cabeza y entonces volteó a ver a Victoria. Ella lo observaba con atención.

-¡Vaya! Mira la hora que es, si no te vas ahora, llegarás tarde. -Dijo "Steve" repentinamente.

-¡Oh, es cierto! Bueno, me voy ya. ¿Y tú, estarás bien?

-Si, creo que sobreviviré, no te preocupes. Además tengo que revisar esos videos que me trajiste anoche.

-¿Los de Londres?

-Sip. Creo que ya comienzo a tener imágenes borrosas del lugar en donde vivía. He comenzado a tenerle un poco de fe a esa cosa. -Dijo "Steve", señalando la televisión y la videocasetera.

-Si, bueno. Inventos del gran hombre... Está bien "Steve", me voy. ¡Ah! Una última recomendación, por favor procura no hacer tanto ruido porque los vecinos comienzan a vernos con malos ojos. Además, la señora del 30 sigue molesta por lo que le pasó a su Poddle.

-¡Pero si el azul eléctrico le sienta muy bien! Además, ni siquiera sabe como lo hice... bueno, a decir verdad, yo tampoco entiendo como pasó.

-Si, y eso es precisamente lo que me preocupa

-Está bien, lo tendré en mente. -Respondió "Steve" distraídamente, mientras colocaba uno de los videos en la videocasetera y observaba fascinado como comenzaba a funcionar.

Victoria lo observó por unos segundos desde la puerta, sonrió benévolamente y finalmente se fue a trabajar.

Mientras tanto, al otro lado del Atlántico; Mulder se encontraba sentado en su habitación meditando sobre el extraño sueño que había tenido la noche anterior, mientras observaba con detenimiento el poster del criminal escapado, llamado Sirius Black.