The Magical Files
Disclaimer:
Nada del mundo de Harry Potter me pertenece, todos los derechos son de J.K. Rowling; Mulder y Scully tampoco son míos, estos personajes así como todo lo relacionado con "Los Expedientes Secretos X" es obra de Chris Carter. La historia y uno que otro personaje despistado que aparece en ella, definitivamente son míos.
Capítulo XV. Un sueño muy peculiar.
Scully se encontraba vagando por un sendero iluminado por la tenue luz de la luna llena. No sabía por qué estaba ahí, simplemente estaba caminando. Vio entonces una figura que se aproximaba hacia ella a gran velocidad. Era un animal cuadrúpedo, de eso no le quedaban dudas, pero no estaba segura de qué clase de animal se trataba. Se detuvo unos instantes para tratar de distinguir lo que era, cuando de repente alguien la tomó de la mano y la obligó a correr en la dirección opuesta. Era Watson, él lucía sumamente alarmado, pero Scully no lograba entender el por qué. Quería preguntarle por qué estaban huyendo, pero el no la miraba, simplemente corría sujetándola de la mano. Llegaron a un acantilado y entonces se detuvieron ahí. No había ninguna escapatoria, el animal los alcanzaría en cualquier momento y Watson miraba desesperado hacia todas partes tratando de encontrar una salida. Pero ya era tarde, la bestia se encontraba ya ahí y les cerraba el paso. Era una especie de lobo que Scully nunca había visto en su vida. Era enorme y los miraba con fiereza; sabía que los atacaría en cualquier momento. La criatura se abalanzó hacia ellos y en ese mismo instante Watson arrojó a Scully hacia un lado, de modo que el monstruo y él cayeron juntos al acantilado.
En ese mismo instante, Scully profirió un grito que la hizo despertar. Cuando abrió los ojos se dio cuenta de que estaba en su habitación, metida en su cama con todo y su ropa de dormir. No se explicaba como había llegado ahí; no recordaba haberse acostado. Se sentía muy confundida y le dolía mucho la cabeza. Se recostó de nuevo y permaneció un buen rato mirando hacia el techo tratando de recordar el extraño sueño que había tenido; de alguna manera recordaba vagamente haber seguido a Watson hasta una caverna, pero ya no estaba tan segura de si había sido parte de su sueño o no. Dio un largo suspiro y cerró los ojos sin poder hallar una explicación lógica a todo ello.
Por su parte, Remus continuaba en la caverna. Había vuelto a la normalidad y se sentía muy débil. Sin embargo, hizo un esfuerzo por recordar todo lo que había sucedido en la noche anterior, mientras se vestía apresuradamente. Salió de la gruta y se encaminó hacia la salida de la cueva, en donde se encontró a Snape sentado tranquilamente en un piedra. Sin mayor preámbulo le preguntó:
-¿Qué pasó con ella? ¿Qué hiciste?
Snape no respondió inmediatamente, simplemente se volvió para mirarlo e hizo una mueca de desprecio.
-Qué buena la hiciste esta vez.
-¡¿Qué, qué?! ¡¡Pero si era tu obligación estar aquí!! ¡¡Tú tendrías que haber evitado esto!!! -Respondió Remus, quien estaba verdaderamente encolerizado.
-No me digas lo que tengo que hacer. -Respondió Snape de manera cortante.
-Qué fue lo que hiciste con ella- Insistió Remus en voz baja.
-Le arrojé polvos para confundir. Con un poco de suerte pensará que todo fue un sueño. -Respondió Snape sin darle importancia.
-¿Suerte? ¡¿Suerte?! ¡¡Maldición, Snape!! ¡¡Ella no es una muggle común y corriente!! ¡¡No puedo creer que hayas faltado a tus obligaciones de una manera tan absurda!! ¡¿Qué no te das cuenta que esto podría dar al traste con todo?! -Exclamó Remus que iba a un lado y otro de la cueva, sumamente alterado.
Por su parte, Snape estaba más que tranquilo, parecía estar disfrutando el espectáculo. Remus no solía perder la cabeza de esa forma y ahora estaba ahí prácticamente histérico. Se detuvo repentinamente y observó a Snape fijamente; entonces dijo en voz baja:
-Lo hiciste a propósito, ¿no es cierto?
-Yo no voy a cargar con tus errores, Lupin. En principio de cuentas, Dumbledore no tendría que haberte dejado llevar a cabo esta misión. -Dijo Snape cínicamente.
-Era de esperarse-. Dijo Remus, sonriendo con desencanto.
-Qué quieres decir con eso-. Respondió Snape, poniéndose de pie.
-No te interesa la Orden, ni Dumbledore ni lo que está en juego en esta guerra. Todo lo que buscas es tu beneficio personal. ¡Por qué no maduras de una buena vez, Severus!
-¿Crees que solamente vivo para hacerte miserable la existencia? ¡Ah! ¡Por favor! Tengo expectativas mucho más altas de lo que te imaginas, Lupin. Tu no significas absolutamente nada para mí. -Contestó Snape, tratando de sonar despreocupado; pero había en su voz un tono de triunfo.
-Si, supongo que fue por eso, que hace 15 años fuiste lloriqueando con Dumbledore para que te dejara ser su espía. ¿No es así? Rogándole por una segunda oportunidad. ¿Verdad, "Quejicus"?. -Remus dijo todo esto muy lentamente.
-¡Cierra la boca, imbecil! No sabes de lo que estás hablando. -Respondió Snape que ya no parecía tan calmado como antes.
-¿Qué harás ahora, que ya no tienes a Lucius Malfoy cuidándote la espalda, eh? ¿Vas a ir de rodillas ante Voldemort para que te perdone?
-Si no te callas ahora mismo, te juro que... -Snape había sacado la varita, pero Remus también tenía ya la suya. Miraba a Snape con un odio desmedido y vigilaba cada uno de sus movimientos. Sin embargo, comprendía perfectamente que no se encontraba en condiciones de liarse en un duelo de magia. Estaba demasiado débil a causa de la transformación y Snape no sería un oponente fácil. Trató de conservar la calma y respiró profundamente. Bajó la varita lentamente y se dio la vuelta. Lo cual fue un grave error, porque en ese momento, Snape le lanzó un hechizo aturdidor que logró esquivar por muy poco. Al caer al suelo la varita se le resbaló y fue a caer muy lejos de él. Se dio la vuelta y miró a Snape que seguía de pie muy tranquilo, pero apuntándole con la varita. Buscó entonces a tientas cualquier cosa que le sirviera para defenderse, pero todo lo que encontró fue un roca y rápidamente se la arrojó a Snape a la cara, quien la esquivó lanzándole un chorro de luz con la varita, pero al estallar la roca, la tierra y el polvo que soltó fueron suficientes para cegarle momentáneamente, dándole oportunidad a Remus de ponerse de pie. Se abalanzó contra él, dándole un fuerte golpe en el rostro. Snape calló al suelo soltando también la varita y Remus seguía aferrado a él tratando de inmovilizarlo. Snape sujetó entonces el cuello de Remus y lo apretó firmemente. Remus sentía que no podía más, pero haciendo un esfuerzo supremo, logró golpear a Snape en el estómago y ocasionando así que éste lo soltara. Se separaron entonces e inmediatamente Snape se arrastró hasta donde había caído su varita. Remus hizo lo propio y se puso de pie. Ambos se preparaban ya para enviar un hechizo cuando una voz grave y autoritaria se hizo escuchar:
-¡¡¡EXPELIARMUS!!! -Gritó Kingsley, que se había aparecido, apuntando tanto a Snape como a Remus. Las varitas salieron disparadas de las manos de los duelistas y aterrizaron frente a Kingsley que contemplaba atónito la escena.
-¡¡¡¡PERO QUE DEMONIOS PASA CON USTEDES!!!! -Gritó Kingsley, mientras recogía las varitas y se acercaba a ambos. -¡¡¡Cómo pueden ser tan irresponsables!!!
Snape tenía hinchado el pómulo derecho y a Remus le sangraba la nariz. Estaba completamente exhausto y se sentó en una piedra para tratar de recuperar el aliento.
-Ahora entiendo por qué Arthur insistió tanto en que viniera a verlos tan pronto como pudiera. Snape, será mejor que te vayas ahora. -Dijo Kingsley, mientras le entregaba a Snape su varita. -Ya hablaremos más tarde.
Snape ya no dijo absolutamente nada y sin voltear a ver a Remus, desapareció.
Tras una breve pausa, Kingsley finalmente dijo: - ¿Y bien? ¿Qué fue lo que pasó aquí, Remus?
Remus le explicó todo lo que había sucedido, incluso cómo había comenzado la pelea con Snape. Aparentemente, Kingsley no consideraba que Remus hubiese exagerado su reacción, aunque se alegró de haber llegado justo a tiempo.
-Será mejor que vuelvas ahora a la posada, Remus. Supongo que tendrás que evitar tanto como puedas hablar con esa mujer. No creo que la misión corra un peligro grave, si efectivamente Snape le dio polvos para confundir, es muy probable que para estas alturas ella piense que todo fue un mal sueño. No te preocupes, yo personalmente informaré a Dumbledore de lo que ha sucedido. La verdad es que a veces, yo tampoco me explico por qué confía tanto en Snape.
-Tal vez el mundo nunca lo sabrá. -Dijo Remus, limpiándose la sangre que le escurría de la nariz
