The Magical Files

Disclaimer:

Nada del mundo de Harry Potter me pertenece, todos los derechos son de J.K. Rowling; Mulder y Scully tampoco son míos, estos personajes así como todo lo relacionado con "Los Expedientes Secretos X" es obra de Chris Carter. La historia y uno que otro personaje despistado que aparece en ella, definitivamente son míos.

Capítulo XVII. Revelaciones.

Se dirigieron entonces hasta la habitación de Watson y se encontraron con uno de los empleados de la posada.

-No va a recibirlos. Parece que está algo enfermo. Difícilmente me dejó entrar a mi-. Dijo el empleado, quien miraba a los detectives algo perplejo.

-¿Y para qué fue usted a verlo? -Preguntó Mulder tratando de no sonar demasiado autoritario.

-Tenía que entregarle un paquete que le llegó hace un par de horas. Esta era la tercera vez que venía, pero no me abrió la puerta hasta ahora. Dijo que estaba dormido y que tiene el sueño algo pesado y que por eso no me abrió antes.

-¿Y usted cree que esté enfermo?

-Pues como no soy médico... aunque si podría decir que se veía bastante demacrado. No se que clase de enfermedad tenga, pero definitivamente no se encuentra bien de salud. Ahora, si me disculpan...

El empleado se alejó y Mulder, haciendo caso omiso de lo que les habían dicho, fue directamente hasta la habitación de Watson y tocó la puerta.

-¿Mulder, que no entendiste? No va a abrir, además si se encuentra enfermo...

Sin embargo, Mulder no hacía caso e insistió tocando la puerta. Finalmente, Watson la abrió. Al verlo, Mulder comprendió a que se refería el empleado. El hombre tenía unas ojeras pronunciadas y lucía pálido y demacrado. A pesar de todo, miró a Mulder y le dijo amablemente. -Buenas tardes, Señor Mulder. ¿Puedo ayudarlo en algo?

Mulder pareció algo sorprendido ante la pasiva respuesta de Watson, pero se rehizo y entonces dijo -Ehmm... buenas tardes... ¿cómo se encuentra usted? El empleado me dijo que se sentía algo enfermo. ¿Hay algo que podamos hacer por usted? Tal vez quiera ver a un médico...

-Créame, no es necesario, sólo necesito descansar. -Dijo Watson amablemente. Aunque parecía algo ansioso de que Mulder terminara su visita.

Scully intervino entonces

-Mulder, creo que lo mejor que podemos hacer es dejarlo descansar. -Scully dijo esto, haciendo un esfuerzo por no mirar a Watson, mientras tomaba a Mulder por el brazo; éste a su vez no apartaba la mirada de Watson, escudriñándolo y tratando casi de leer en sus pensamientos.

-Su nombre es Lupin. Remus Lupin. -Dijo Mulder con decisión, mirando a Watson directamente a los ojos. Éste sostuvo la mirada a Mulder por unos segundos y luego movió la cabeza de un lado hacia otro. Finalmente dijo

-Creo que es por demás... Será mejor que entren. Es preciso que hablemos.

Los dos agentes penetraron en la habitación, la cual tenía las cortinas corridas. La cama estaba destendida y sobre ésta había un libro pequeño llamado "El extraño caso del Dr. Jeckyll y el señor Hyde"

Tras unos tensos minutos en los que nadie parecía saber como iniciar la conversación, Watson finalmente habló.

-Agente Scully, creo que la primera que debe recibir una explicación es usted.

Scully miraba con asombro al hombre que estaba frente a ella y entonces dijo.

-¿Qué quiere decir?

-Usted lo sabe bien... Lo de anoche no fue un sueño. Confío en que la sustancia que mi compañero le arrojó no la habrá privado de la memoria. En teoría sólo la habrá confundido lo suficiente para que usted no sepa a ciencia cierta si lo que vio en verdad pasó.

-¿Pero de qué está hablando? -Dijo Scully, sonriendo incrédula. Trataba de sonar calmada pero la voz le temblaba ligeramente.

-Todo lo que puedo hacer de momento es ofrecerle una disculpa. Nunca me imaginé que fuera a usted a llegar tan lejos, cómo para seguirme hasta mi escondite. Fue una situación inesperada y que podría haberse salido de control.

-¿Qué fue lo que pasó anoche? -Preguntó Mulder, tratando de ocultar su excitación.

-¡Vamos, agente Mulder! Usted no ha hecho otra cosa más que investigar acerca de mí. Estoy seguro de que para estas alturas ya se habrá forjado una idea. Si hasta sabe mi verdadero nombre. Respondió... (oh, que diablos! ya saben quien es) Remus: -Haga un esfuerzo y piense un poco. Anoche hubo luna llena.

Scully permanecía en silencio, sin poder creer lo que estaba escuchando. A decir verdad, toda la mañana se la había pasado tendida en su cama, tratando de ordenar sus pensamientos. Para cuando se había decidido a levantarse, ya estaba totalmente convencida de que todo había sido una pesadilla y ahora este hombre estaba ahí asegurando exactamente lo contrario.

-Yo... yo no estoy segura de eso... además, cómo puede ser posible... ¡¡¡es una locura!

-Sí, de hecho lo es... -. Dijo Remus tristemente. -Es una locura que me ocurre cada noche de luna llena, desde hace 30 años.

Mulder se quedó mirándolo y entonces recordó algo y dijo -..."Hocico peludo...

-...corazón humano" -. Terminó Remus, sonriendo abiertamente. -Es un relato muy interesante. Mi padre me lo obsequió hace varios años y desde entonces lo llevo conmigo. Fue escrito por alguien que sufría el mismo mal que yo-. Durante varios minutos, nadie dijo nada. Mulder y Scully se miraban mutuamente sin saber que decir. Remus por su parte, los observaba cruzado de brazos, sonriendo apaciblemente. Finalmente Mulder atinó a decir.

-Bueno, por una parte puedo entender por qué mintió respecto a su nombre, pero... ¿qué es lo que hace usted en este lugar? ¿Y... por qué nos dice todo esto ahora? -Mulder pronunció estas palabras con un dejo de preocupación.

-Veamos. Respecto a mi nombre, debo decir que no mentí del todo. Me llamo Remus John Lupin; y Watson era el apellido de soltera de mi madre. Claro que, siendo un nombre tan simple no podría despertar el mayor interés, por eso decidí adoptarlo. En relación a lo que hago aquí... bueno eso es algo mucho más complicado; aunque eventualmente se enterarán, ya que no ha quedado más remedio.

Entonces, Remus se puso de pie y comenzó a caminar por la habitación.

-Sucede que desde que ustedes llegaron a Inglaterra, hemos notado cierta habilidad en usted, agente Mulder, para ver cosas que el resto de las personas no pueden ver. Honestamente, no se como llamarlo, pero fue una verdadera sorpresa para algunos cuando usted se introdujo en cierto bar...

-¡¿Qué! ¡¿Pero entonces es cierto? ¿No lo aluciné? -Dijo Mulder repentinamente al oir estas palabras.

-No. Me temo que usted estuvo en un lugar al que nosotros llamamos "El Caldero Chorreante"

- ¡Ja! ¿Lo ves, Scully? ¡Te lo dije! ¡Un bar lleno de magos y brujas!

-¡¡Un momento! -Interrumpió Scully -¿Por qué dice "nosotros"? ¿A quién se refiere? ¿Acaso hay más como... más como usted?

-Bueno, no exactamente como yo, pero... Miren. Esto es muy complicado y me temo que no estoy en posición de decirles todo lo que está pasando. Pero se me pidió que les explicara tanto como pudiera con el fin de protegerlos.

-¿De que es exactamente de lo que tiene que protegernos? -Preguntó Mulder

-Ustedes no tienen la menor idea de lo que hay de fondo, en el caso que están investigando.

-¿Se refiere a las misteriosas muertes de la mansión Ryddle?

-Precisamente. -Dijo Remus simplemente, volviendo a sentarse. Parecía exhausto. -Discúlpenme, pero esto está resultando más complicado de lo que creí. Supongo que ya que he comenzado, es preciso que continúe. Tal vez deba empezar por el principio...

Respiró profundamente y entonces continuó. -Cuando digo "nosotros" me refiero a la gente de mi clase. Somos personas dotadas de cualidades especiales, y nos denominamos "magos". Somos muchos, casi tantos como las personas no mágicas; "muggles", como los llamamos nosotros. En condiciones normales, yo no debería hablarles a ustedes de todo esto, sin embargo, actualmente estamos pasando por una época muy peligrosa. Una fuerza malévola se ha desatado y es preciso detenerla.

Esa fuerza tiene un nombre, se hace llamar a sí mismo "Lord Voldemort". Es un mago tenebroso de poderes enormes. En la comunidad mágica es bien conocido todo lo que ha hecho; desafortunadamente, sus poderes son tan grandes que no es posible hacerle frente. No obstante, hace casi 15 años, hubo alguien que logró detenerlo por un espacio de tiempo; pero ahora a vuelto a levantarse y buscará por todos los medios volver a imponer su voluntad y su reinado de terror.

El panorama parece poco prometedor. Sin embargo, para nuestra buena suerte, existe otro mago tan poderoso cómo él que ha hecho esfuerzos enormes por detenerlo. Ese hombre, es quien me envió a este sitio. Esta villa, es el origen Lord Voldemort. Su padre vivió aquí y aquí mismo encontró la muerte a manos de su propio hijo. Ese muchacho que vivió en un orfanato bajo el nombre de Tom Sorvolo Rydlle, no es otro que Lord Voldemort.

Remus hizo entonces una pausa y miró a sus interlocutores, tratando de averiguar el efecto que sus palabras habían tenido. Scully parecía confundida, pero no mostraba ningún signo de incredulidad. Mulder lo observaba con la boca abierta. Aparentemente no encontraba palabras para expresar sus pensamientos.

-La razón por la qué he mostrado tanto interés en entrar en esa mansión, es que tenemos la sospecha de que pueda resultar un escondite para Lord Voldemort y sus secuaces. Aparentemente no estábamos nada equivocados. Por desgracia, ustedes accidentalmente se involucraron en la misma investigación y para mi mala suerte la agente Scully presenció mi transformación. Dumbledore, el hombre que me envió aquí; piensa que no podíamos permitir que las cosas se nos salieran de las manos y por eso me pidió que hablara con ustedes. En su opinión, la mejor forma de encarar esta situación es haciéndolos partícipes de todo lo que está ocurriendo y así, podamos colaborar.

Después de esto, se hizo una nueva pausa. Mulder miraba a Scully, en espera de algún ademán de exasperación o de alguna expresión de incredulidad. Sin embargo, ella permanecía callada y mirando hacia el suelo. Finalmente habló:

-Si no hubiera visto lo que vi, todo esto me parecería una completa locura...

-Lamento mucho que me haya usted visto en esas condiciones. Estoy seguro de que no debió ser una experiencia agradable. -Dijo Remus, dirigiéndose a Scully; ella sin embargo, no lo miró a los ojos.

-Pero, usted acaba de pedirnos que colaboremos con usted. ¿Qué hay, si nos negamos a hacerlo?-Dijo Mulder, bruscamente.

-Bueno, no están obligados a nada. Se me pidió que les diera una explicación y que intentara convencerlos de que colaboren con nosotros, ya que de lo contrario, tanto ustedes como yo nos encontraríamos en grave peligro. Eso sin mencionar que toda mi misión se vendría abajo y habríamos perdido una batalla importante en nuestra lucha contra Lord Volemort...

...Sólo hay dos opciones: Si desean cooperar con nosotros, yo los pondré al tanto de absolutamente todo y trabajaremos juntos. Ya no tendrán que andar por ahí, haciendo preguntas e intranquilizando a la gente de la villa y juntos llegaríamos hasta el fondo del asunto.

-Y la otra opción es... -. Dijo Scully levantando la cara y mirando directamente a Remus.

-Entonces me encargaría de que se olvidasen de todo. Sería como si nada de esto hubiera pasado y entonces podrían continuar tranquilamente tomando sus vacaciones. Nada de misterios, nada de investigaciones sobre asesinatos extraños. Nada de nada.

Remus guardó silencio entonces y miró a uno y a otra esperando una respuesta. Finalmente, Mulder habló.

-Antes de darle una respuesta definitiva, hay algo que a mi me gustaría saber.

-Adelante.

-Si es tan importante para ustedes mantener su mundo o cómo lo llame, en secreto. ¿Por qué no evitaron que nos inmiscuyéramos en todo esto? ¿Por qué nos dejaron llegar tan lejos? Especialmente a mi. Porque supongo que el descubrimiento que Scully hizo la noche anterior, fue producto de un descuido; pero yo he estado haciendo preguntas por todo Londres y no me he encontrado ningún obstáculo.

Remus no respondió de inmediato a esa pregunta. Se puso de nuevo de pie y comenzó a caminar por la habitación, como meditando en la respuesta que estaba a punto de dar.

-Eso es algo para lo que no tengo una respuesta precisa. Todo lo que puedo decirle es que, por algún motivo, Dumbledore quiere hablar personalmente con usted.

Remus volvió a guardar silencio y se detuvo frente a la ventana, mirando hacia afuera. Mientras tanto, Mulder y Scully se miraron mutuamente y comenzaron a hablar entre ellos en voz baja.

-¿Qué vamos a hacer, Mulder? Preguntó Scully, aunque conociendo como conocía a su compañero, intuía cual iba a ser su respuesta. Mulder no dijo nada enseguida. Parecía estar meditando la respuesta con cuidado. Finalmente habló.

-Dadas las circunstancias, creo que lo mejor que podemos hacer es unirnos a usted, señor Lupin.

Remus se dio la vuelta para encararlos nuevamente y sonrió plácidamente.

-Me alegra mucho que hayan optado por colaborar conmigo. Créanme, habría sido una verdadera lástima tener que desmemorizarlos.

-¿Y qué es lo que sigue? ¿Qué es lo que vamos a hacer? -Preguntó Scully

-De momento sólo nos queda esperar. Es preciso que hagamos una incursión en la mansión. Por desgracia, veo muy pocas posibilidades de que ustedes consigan una orden oficial. No hay nada que amerite una investigación y los actuales dueños de la mansión harán todo lo posible por evitar que alguien penetre en la casa.

-¿Y qué pasará entonces? ¿Hasta aquí llegará toda la investigación?

-Tendremos que entrar sin permiso. Yo quería evitar esto a toda costa. Especialmente si ustedes entran conmigo, ya que no tengo la certeza de qué es lo que vayamos a encontrar. Esperaremos dos días más. Si nada ocurre... entonces tendremos que entrar-. Concluyó Remus. Se tambaleó un momento y se dejó caer sobre la cama.

-Creo que es mejor que lo dejemos descansar. Aún hay muchas cosas que deberá aclararnos-. Dijo Mulder poniéndose de pie. Scully lo imitó y ambos se dirigieron a la puerta. Remus permanecía con los ojos cerrados, pero antes de que los dos agentes salieran, les dijo. -Mañana tendré que ausentarme. Nos veremos pasado mañana y entonces continuaremos hablando. Mientras tanto, les pido que sean discretos y que no revelen nada de lo que hemos hablado.

-Pues aunque quisiéramos hacerlo, dudo que nos creyeran. -Dijo Scully tristemente. Remus asintió con la cabeza y la puerta se cerró detrás de los dos agentes.