The Magical Files

Disclaimer:

Nada del mundo de Harry Potter me pertenece, todos los derechos son de J.K. Rowling; Mulder y Scully tampoco son míos, estos personajes así como todo lo relacionado con "Los Expedientes Secretos X" es obra de Chris Carter. La historia y uno que otro personaje despistado que aparece en ella, definitivamente son míos.

Capítulo XXIII. Sentimientos encontrados.

Remus se limpió con rabia las lágrimas que le escurrían por el rostro. Había fallado. No había sido capaz de cuidar de sus amigos. James, Lilly, Sirius... Ellos habían muerto y él no había podido hacer nada por impedirlo. ¿Qué le quedaba ahora¿Qué importancia tenía todo eso ahora?

Se sentó unos momentos en el suelo y hundió la cabeza entre las manos.

¿Cómo podría enfrentar a Harry¡¿Cómo podría verle a los ojos, sabiendo que no había podido hacer nada para salvar a sus padres ni a Sirius!

Después de un rato de darle vueltas al asunto, había resuelto que no se presentaría a la fiesta de cumpleaños de Harry. ¡No podía hacerlo¡No podía! Se levantó del suelo y se dirigió a la puerta decidido a salir de ese sitio y volverse a la villa. Se mantuvo cerca de la puerta durante varios segundos y lanzó una última mirada a la motocicleta de Sirius. Entonces vio algo que no había visto al principio. Había ahí un poster maltratado y descolorido que mostraba un mapa de la bóveda celeste. Se acercó y lo examinó y automáticamente buscó la constelación del Can Mayor. Sí, ahí estaba. Ahí estaba él. Sirius no se había ido. "los estaré mirando desde esa estrella". Esas habían sido sus palabras. ¡Qué tonto había sido! Siempre juraron pelear hasta el fin. Sus amigos así lo habían hecho y el no podía quedarse con los brazos cruzados. ¡Él también tenía que seguir peleando!

Se acercó a la motocicleta, le abrió camino suficiente para poder sacarla y salió por la puerta.

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Mientras tanto, en una obscura habitación, Severus Snape permanecía con una rodilla en el suelo, esperando... Sabía que este momento tendría que llegar tarde o temprano. No podía seguir eludiéndolo por más tiempo. No le importaba tanto el resultado de esa entrevista. Sabía que fuera cual fuera el fin que tuviera, él saldría ganando. Aguardó por unos minutos, haciendo uso de todo su autocontrol para evitar ponerse nervioso. En ese momento, escuchó el sonido de una puerta que se habría y se cerraba inmediatamente. Unos pasos ligeros se aproximaban más y más a él.

Severus permanecía muy quieto y con la mirada en el suelo, sin decir nada.

El hombre que entró en la habitación pasó junto a él como si no se hubiese percatado de que estaba ahí. De repente y sin previo aviso, una aguda y fría voz dijo: "¡Crucio!"

Severus sintió como si su cuerpo fuese atravesado por cientos de afilados cuchillos. Era un dolor insoportable, pero lo resistió sin proferir ningún sonido, mientras todos los músculos de su cara se contraían por el dolor. Cayó al suelo, retorciéndose, hasta que Voldemort levantó la varita para liberarlo de la maldición cruciatus.

Severus respiraba con dificultad, jadeando ruidosamente. Permaneció así por unos minutos, que a él le parecieron una eternidad.

-Espero que no me lo tomes a mal, Severus... pero no había podido ajustar las cuentas contigo.- Dijo Voldemort en tono despreocupado. Severus no respondió. Simplemente volvió a adoptar la sumisa posición de un principio, mientras respiraba con dificultad.
-Sabes que lo tenías merecido, aunque admito que no me produce ningún placer hacerte sufrir, Severus. No eres tú a quien quisiera ver retorciéndose de dolor.- Continuó Voldemort, mientras se sentaba en una silla que había al fondo de la habitación.
-¿Por qué has venido, Severus? No puedo entenderlo. No me explico por qué estás aquí, a sabiendas de que solo te queda un camino conmigo.- Dijo Voldemort en voz apenas audible. Entonces continuó: -Supongo que se debe a que Dumbledore te ha echado a patadas. ¿No es así? O por qué otra razón volverías a mi. ¿Será acaso, como la primera vez, cuando llegaste hasta mi para convertirte en uno de mis seguidores?

Permaneció ahí sentado, totalmente inmóvil. Severus no respondía nada. Seguía en la misma actitud. De repente, sintió como si unas manos se cerraran al rededor de su cuello y lo levantaran por el aire. Sentía que el oxigeno le faltaba y que la vida se le escapaba. Luchaba con todas sus fuerzas por liberarse, pero de sobra sabía que era inútil. Ya había visto a Voldemort hacer esto antes. Entonces y sin previo aviso, sintió que la presión en su cuello desaparecía y cayó al suelo. Estuvo muy cerca de perder el conocimiento, pero a pesar de todo se rehizo y haciendo un gran esfuerzo, volvió a colocarse en su posición inicial. Reunió todas las fuerzas que le quedaban y entonces profirió estas palabras:

-He venido aquí para servirle, maestro.

Voldemort dejó escapar una fría carcajada. Entonces se levantó de donde estaba y se acercó a Severus, agachándose para hablarle al oído.

-¿Por qué Severus? Si Dumbledore ya no confía en ti¿por qué piensas que yo voy a hacerlo?
-Porque yo poseo información que podría ayudarle a destruir al muchacho.- Dijo Severus Snape, en voz baja, pero contundente.

Voldemort se le quedó mirando fijamente, y en esta ocasión, Severus le devolvió la mirada, desafiante.

-¿Por qué habría de creerte?- Dijo Voldemort, mientras una leve sonrisa se dibujaba en su boca sin labios.
-No es necesario que me crea. Si lo desea puede acabar conmigo ahora mismo. ¿Qué podría yo hacer para defenderme?- Repuso Severus, aún mirando a los ojos a Voldemort. Éste soltó una carcajada fría y estridente. Se alejó de él y se sentó de nuevo.
-Nunca dejas de sorprenderme Severus. Recuerdo el día en que te uniste a mi. Lucius fue quien te trajo¿no es cierto?... ¿cuántos años tenías en aquél entonces... dieciocho, diecinueve...?
-Tenía dieciocho años. Acababa de terminar de estudiar en Hogwarts y... - Respondió Severus, pero Voldemort lo interrumpió.
-¡Oh, sí! Tu padre había muerto¿no es cierto¡Claro! Por eso fue que decidiste unirte a mí. Tu padre quería que siguieras sus pasos, ocupando su lugar. Un hombre interesante... muy buen mago, diría yo; es una pena que los aurores lo mataran... -Dijo Voldemort, sin darle importancia. Severus no respondió. -Sé lo que has estado haciendo Severus. Sé que todo este tiempo no has hecho más, que servirle al viejo Dumbledore. Haciendo todo lo que él quiere y lo que él necesita... Incluso le ayudaste a proteger la Piedra Filosofal...
-Maestro, yo...- Dijo Severus y por primera vez la voz le tembló un poco.
-¿Cuál es tu excusa, Severus¿Cómo piensas justificar tu actitud?
-... Yo no sabía que se trataba de usted. Lo habría ayudado. ¡Yo mismo se la habría entregado! – Dijo Severus, haciendo un esfuerzo supremo para mantenerse calmado.
-¡MENTIRA¡Sabes que eso es mentira, Severus! Siempre has hecho lo necesario para mantenerte alejado de los problemas. Casi todos mis leales mortífagos están muertos o presos y tú en cambio estás libre y a salvo. ¡Durante los últimos quince años has estado libre¡¡¡Supiste granjearte a ese imbécil de Dumbledore, pero no pienses que va a ser así de fácil conmigo! - Se había puesto de pie y le apuntaba con la varita. Dijo en voz alta: -¡CRUCIO!

Severus volvió a sentir como el dolor lo atravesaba. Lo sentía hasta la médula de los huesos. Esta vez no pudo evitar emitir un fuerte grito, mientras se retorcía violentamente. Casi sin darse cuenta, el dolor cesó. Pasaron varios minutos en silencio. Levantó la mirada y desde el suelo, vio a Voldemort que miraba hacia fuera, a través de una ventana opacada por el polvo.

-Yo no tenía otra opción y sólo Dumbledore aceptó emplearme... - Dijo Snape con dificultad, entonces añadió: -Desde la noche en que usted volvió, he hecho todo lo que he podido por ayudarle. Sabía que no me recibiría con los brazos abiertos y fue por eso que establecí contacto con Lucius Malfoy... pero ahora que él está en Azkaban, lo único que podía hacer era presentarme ante usted y...
-¿... y arriesgarte a morir?
-Dumbledore ha sido presionado por el Ministerio de Magia... Ya no podré seguir dando clases en Hogwarts- Dijo Snape y aguardó. Sus cartas estaban jugadas. Ya sólo le quedaba esperar a que su juego fuera lo suficientemente bueno.
-Qué extraño... Hasta donde sé, Dumbledore siempre ha hecho lo que se le ha antojado.- Dijo Voldemort pensativo, mientras paseaba por la habitación. –Tengo entendido que incluso contrató a uno de tus viejos "amigos" para dar clase de defensa contra las artes obscuras; ese licántropo patético de Remus Lupin. Claro que en estos tiempos no debe ser una buena carta de presentación el haber sido un mortífago.

Entonces, Severus se levantó la manga izquierda de la túnica, mostrando la marca tenebrosa que tenía en el antebrazo y dijo:
-Aún soy un mortífago y eso es algo que no cambiará nunca.

Pasaron varios minutos hasta que Voldemort rompió de nuevo el silencio:
-Dijiste que sabías como podría destruir al muchacho. Dime, Severus. ¿Qué es eso tan especial y misterioso qué me permitirá acabar con Harry Potter? Supongo que será algo tan sorprendente que ni siquiera yo mismo he logrado descubrir.- Dijo Voldemort con cierta ironía.

Severus vaciló unos segundos, parecía que Voldemort lo había tomado por sorpresa. Entonces dijo simplemente:
-Sirius Black.

Al oír esas palabras, Voldemort se acercó a él y lo sujetó por el cuello de la túnica, acercándole su cara de serpiente.
-¿Te atreves a burlarte de mí¿Acaso no sabes que él está muerto? Es un juego muy peligroso el que estás jugando, amigo mío. Y te recomiendo que desistas¡si no quieres acabar como él!

Lo soltó con furia y se alejó de él unos pasos, dándole la espalda. Severus volvió a hablar.

-¡Eso es lo que parece¡Pero Dumbledore cree que él no ha muerto, pero que se encuentra lejos de aquí y completamente incomunicado!
-¿Cómo se que no es una treta de Dumbledore?
-Porque él no ha querido decírselo a nadie. Sólo es una sospecha. Pero tiene fuertes razones para creerlo así.
-¿En base a qué!
-Hay un hombre muggle que, sin saber cómo ha establecido una conexión psíquica con Black.
-¿Pero como supo eso Dumbledore?
-Eso no puedo decirlo.- Dijo Severus, temiendo esta vez la reacción de Voldemort.

Curiosamente, Voldemort no hizo ningún comentario al respecto. Parecía estar atando cabos en ese momento. Analizaba vivamente la información que Snape le estaba proporcionando y aunque no se encontraba plenamente convencido de los motivos de éste para volver, comprendía que no era probable que intentara ponerse en contacto con él, sabiendo que lo más seguro es que lo matara en cuanto lo viera. Sí, podía ser que la información fuera de utilidad después de todo.

-Sólo hay algo más.- Dijo Voldemort en voz baja. –Dices que Dumbledore no ha compartido esta información con nadie más... ¿cómo es que tú lo sabes?

Severus aguardó unos breves instantes y entonces respondió con voz firme.
-Porque a mí me da lo mismo si Black está vivo o muerto.