The Magical Files
Disclaimer:
Nada del mundo de Harry Potter me pertenece, todos los derechos son de J.K. Rowling; Mulder y Scully tampoco son míos, estos personajes así como todo lo relacionado con "Los Expedientes Secretos X" es obra de Chris Carter. La historia y uno que otro personaje despistado que aparece en ella, definitivamente son míos.
Capítulo XXIV. Un día de descanso.
-"Steve", estoy algo harta de esto. ¿Por qué no salimos a dar una vuelta?- Dijo Victoria, aventando el libro que había estado leyendo sobre "Magia Blanca", encima de un montón de libros sobre metafísica y esoterismo que tenía en la mesa.
-¿Dar una vuelta¿A donde?
-No sé, tal vez al cine, o algo así. Hoy es miércoles de 2 por 1.- Dijo Victoria alegremente.
-Hmmm... ¿Cine¿2 por 1?- Dijo "Steve" algo extrañado.
-Perdona, se me olvida que no sólo no eres de aquí, sino que además parece que vivías en algún tipo de cueva.- Dijo Victoria riéndose. -Significa que la entrada es a la mitad de precio. Vamos, será divertido. Nos servirá de distracción.
-No lo sé Victoria... Dudo que haya ido alguna vez a eso que llamas "Cine", pero creí que tratábamos de encontrar algo acerca de mi pasado.
-Si, pero también es un hecho de que no hemos avanzado gran cosa en este día. Tal vez después de haber salido un rato, nos despejemos un poco y entonces podamos continuar trabajando. ¿Qué opinas?
-Bien, no veo por qué no. Además tienes razón. Comienzo a sentirme algo sofocado.- Dijo "Steve", estirándose y poniéndose de pie.
-Espera un segundo, creo que tengo algo de ropa que te irá bien.- Dijo Victoria, dirigiéndose a su habitación. Acto seguido salió, con unos pantalones de mezclilla y una camiseta negra de "Iron Maiden": -Toma, creo que esto te quedará. El pantalón era de Marcos, pero nunca me lo reclamó, así que supongo que ya no lo necesita.
"Steve" observó la ropa con mirada crítica, especialmente la playera de "Iron Maiden".
-¿Qué es esto?
-Ah, es una playera que me compré cuando "Maiden" vino en el '92. Tiene un buen rato que no me la pongo.
-Si, pero ¿que es "Iron Maiden"?
-¡Es el mejor grupo de Heavy Metal de todos los tiempos! Por cierto, también son británicos. ¿Nunca los has escuchado?- Dijo Victoria, que pensaba que "Steve" realmente había vivido en una cueva todo ese tiempo, si es que no había escuchado de su grupo favorito.
-Hmm... no, no lo creo.
-Bueno, eso no importa. Te pondré un disco de camino al cine. Cámbiate, mientras yo me arreglo un poco.- Dijo Victoria, entrando en el baño.
"Steve" la vio alejarse y sonrió levemente, mientras comenzaba a ponerse la ropa que le había traído.
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Mulder y Scully habían decidido que de momento no podían continuar investigando cómo deseaban, así que lo mejor que podían hacer, era tomarse un descanso. Después de todo, originalmente estaban ahí de vacaciones.
Se dirigieron hacia el sur, en espera de poder visitar la famosa Catedral de Salisbury; o al menos esa era la idea original de Scully; por desgracia para ella, Mulder no paró de molestarla durante todo el tiempo que duró el viaje, con que quería que fueran primero a visitar Stonehenge, ya que a final de cuentas se encontraba muy cerca de ahí.
-Mulder, ya sé lo que vas a decir, pero a parte de ser un montón de rocas de 5,000 años de antigüedad y de estar consideradas como una especie de observatorio astronómico, no veo nada de extraordinario en ese lugar.
-Pero Scully, existen indicios de que en la antigüedad, podría haberse utilizado para predecir eclipses.
-¿Según quien? Hasta donde yo sé, lo único que han podido probar es que una de las piedras coincide con el solsticio de verano.
-Pero no puedes negar que la forma en que fue construido está completamente fuera de la época en la que se sitúa. Desde el material hasta la disposición de las piedras. Definitivamente no es algo de este mundo.
-Ajá, si. Y supongo que ahora me saldrás con que es una pista de aterrizaje para naves alienígenas¿no es así?
-Pues en 1974 un compatriota nuestro fotografió un ovni que sobrevolaba Stonehenge
-¡Oh si¡Claro! como no es posible alterar una fotografía... Escucha Mulder, esto es lo que haremos. Visitaremos la Catedral de Salisbury y si nos da suficiente tiempo, iremos a tu famoso Stonehenge. ¿Está bien?
Mulder ya no quiso discutir, así que simplemente asintió con la cabeza. No le hacía nada de gracia que Scully quisiera perder el tiempo en una vieja catedral fundada por normandos comunes y corrientes, cuando a unas cuantas millas de ahí, se encontraba el monumento megalítico más enigmático de todos los tiempos.
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Mientras esto sucedía, en una elegante habitación, ubicada dentro de una gran mansión, Harry Potter se encontraba sentado en el suelo, meditando. Hacía apenas una semana que Dumbledore lo había sacado de Privet Drive para ocultarlo en ese sitio. Definitivamente había sido una mejora a su situación. La mansión se encontraba ubicada en una isla pequeña y según le había indicado su anfitriona, el lugar era "inmarcable". Esperaba pacientemente a que lo llamaran para la cena. También sabía que Dumbledore había considerado pertinente organizarle una pequeña fiesta de cumpleaños por lo que los invitados no deberían tardar demasiado en llegar.
Estaba algo contrariado. Por una parte, sabía que se alegraría de ver a Ron y a Hermione, a quienes suponía invitados a la celebración, aunque por otra parte, aún no se sentía del todo capaz de relacionarse con nadie. Habían pasado casi dos meses desde que Sirius se había ido y aunque si bien ya había terminado por aceptar su pérdida, eso no lo hacía sentirse mejor.
Llamaron a la puerta y entró entonces la señora Perenela Flamel, caminando muy despacio. Harry se llevó una extraña impresión cuando Dumbledore lo llevó ahí por primera vez. La señora Flamel, quien ahora tendría unos 664 años, le recibió con mucha amabilidad. Harry no sabía de quien se trataba hasta que ella misma comenzó a decirle: "Nicolás se habría sentido muy honrado de conocerte. Lamentó mucho que su Piedra Filosofal, hubiese causado tantos problemas, pero siempre me dijo que deberías de ser un mago excepcional si habías logrado dar con ella y ponerla a salvo de Lord Voldemort."
Harry se puso de pie de inmediato y la señora Flamel se le acercó diciéndole con dulzura:
–Harry, querido. Los invitados ya comenzaron a llegar, pero hay alguien que desea hablar contigo antes.- Dijo haciendo un ademán hacia una persona que estaba en el umbral de la puerta.
Entonces entró Remus Lupin y Harry sintió un hueco en el estómago. De todas las personas que sabía que vendrían, a quien más deseaba ver era a Lupin; pero al mismo tiempo se sentía algo incómodo, ya que sabía perfectamente que, después de Dumbledore, no había otra persona que pudiera comprender por lo que Harry estaba pasando en esos momentos. Nadie, excepto Lupin.
-¡Hola Harry!– Dijo Remus alegremente, estrechándole la mano.
-Hola- Respondió Harry simplemente.
-Bueno, los dejaré para que hablen a gusto. No tarden mucho, porque los Weasley están abajo esperándote, Harry. –Dijo Perenela y salió de la habitación cerrando suavemente la puerta.
Entonces ambos se quedaron mirándose uno al otro, en medio de un incómodo silencio. Tal parecía que ninguno sabía como comenzar la conversación. Finalmente, Remus dijo:
-Me han dicho que has estado practicando algunos encantamientos nuevos.
-Sí, bueno... Dumbledore quiere que me prepare tanto como pueda y ahora que no hay muggles cerca, puedo hacerlo sin problemas.- Respondió Harry, y luego añadió: -... este... ¿hay algo de lo que quería hablar conmigo?
-Sí Harry, pero antes que nada quisiera darte una disculpa. –Dijo Remus, mientras se aproximaba a la silla que estaba frente del escritorio y se sentaba.
-¿Disculpa¿por qué? - Dijo Harry algo extrañado.
-Verás Harry, he estado ocupado con una asignación para la Orden, así que eso podría funcionar como una perfecta excusa para no haber hablado contigo, ni para estar cerca de ti... pero la verdad es que te había estado evitando.
Harry se le quedó mirando. Eso era justamente lo que él había pensado. Aunque también trataba de ser comprensivo, ya que después de todo, Sirius había sido uno de los mejores amigos de Lupin; estaba conciente de que su pérdida le habría afectado tanto como a él mismo.
-No es necesario que se disculpe... yo lo entiendo.- Dijo Harry. Pero Remus negó con la cabeza y entonces dijo:
-No Harry, no es así. Yo he sido un tonto. Todo este tiempo he tratado de convencerme a mi mismo de que lo mejor que podía hacer era mantenerme alejado de ti. Quería pensar que eso te ayudaría a superar mejor el hecho de que Sirius ya no está... Sin embargo, he comprendido que no era por ti por quien lo hacía, sino por mi mismo. He sido muy egoísta y te pido que aceptes mis disculpas.
Harry se le quedó mirando muy serio. En realidad no sabía que responderle. No esperaba que Lupin le hablara de esa manera. Negó con la cabeza y entonces dijo:
-El que debería disculparse soy yo. Si hubiese hecho lo que usted me dijo, tal vez Sirius...
-Harry no es tu culpa. –Le interrumpió Remus, pero entonces Harry comenzó a alzar la voz.
-¡Pero es que sí lo es¡Todo es mi culpa! La muerte de mis padres, la de Cedric Diggory, la de Sirius... ¿Sabe usted acaso lo que esa estúpida profecía decía?- Remus negó con la cabeza, Harry continuó: -Según esto, yo estoy destinado a destruir a Lord Voldemort. ¡TODO ES POR MÍ!. Por eso fue a buscarme hace quince años; tal vez hubiera sido mejor que ambos hubiésemos muerto esa misma noche... al menos ya nadie habría sufrido por culpa mía.-Harry se dejó caer sobre la cama y ocultó el rostro entre sus manos. Remus se quedó mirándolo unos instantes y entonces se le acercó. Se sentó junto a él y le puso la mano sobre el hombro.
-Escucha, Harry. Aunque no lo creas, sé perfectamente como te sientes. Pero las cosas son así. No hay nada que puedas hacer para cambiar el pasado. Yo no puedo decirte cual va a ser el futuro, o como van a terminar las cosas. Todo lo que podemos hacer es aprovechar el tiempo presente y poner nuestras energías en esta causa, que sabemos que es justa.
Harry separó las manos de la cara y se limpió las lágrimas; Remus sacó un pañuelo y se lo ofreció. Entonces continuó:
-Créeme Harry, conocí a tus padres perfectamente y sé que si hubiesen tenido oportunidad de elegir, no habrían cambiado en absoluto su decisión de sacrificarse por ti. También puedo decirte con toda certeza que nada ni nadie le habría impedido a Sirius ir en tu ayuda esa noche. Él tomó una decisión y siendo la clase de hombre que era, sabía asumir la responsabilidad de sus acciones.
Durante unos minutos, permanecieron en silencio. Entonces Remus se puso de pie, haciendo que Harry se levantara también. Lo tomó por los hombros y lo miró fijamente. Entonces dijo:
-¡James y Lilly se habrían sentido tan orgullosos de verte ahora! Realmente eres muy parecido a ellos, Harry. A ambos, quiero decir. Sé que desde que viste ese recuerdo de Snape, te sentiste muy defraudado de tu padre. Pero créeme, ambos dejaron en ti lo mejor de ellos. Eres gentil y bondadoso como tu madre y al mismo tiempo eres valiente y atrevido como tu padre. Ellos viven a través de tí Harry, jamás debes olvidarlo.
Entonces, Remus le dio a Harry un fuerte abrazo. Harry se sintió tan confortado que casi podía sentir como todo rastro de duda, tristeza y temor se fueran fundiendo en ese cálido gesto. Se separaron y entonces Remus sujetó la muñeca de Harry, haciéndole extender la mano y poniéndole algo.
-Este es tu regalo de cumpleaños Harry. Nada habría hecho más feliz a Sirius, como que tú la tuvieras.- Dijo Remus, al tiempo que le cerraba la mano a Harry. Entonces añadió: -Será mejor que bajemos ahora. Los Weasley deben estarte esperando, lo mismo que Hermione.
Harry, abrió la mano y se quedó muy sorprendido por lo que vio. Parecía ser una llave. Pero no era una llave común y corriente. Era la llave de un vehículo muggle. De pronto Harry comenzó a conectar ideas y volteó a ver a Lupin, éste le miraba complacido.
-¿Esta llave es...? –Dijo Harry muy emocionado.
-Más tarde te explicaré como manejarla.- Respondió Remus, quien al ver el rostro de Harry, supo que no se había equivocado al haber ido ahí.
