The Magical Files
Disclaimer:
Nada del mundo de Harry Potter me pertenece, todos los derechos son de J.K. Rowling; Mulder y Scully tampoco son míos, estos personajes así como todo lo relacionado con "Los Expedientes Secretos X" es obra de Chris Carter. La historia y uno que otro personaje despistado que aparece en ella, definitivamente son míos.
Capítulo XXVIII. Palabras de Consuelo.
Salieron los tres del hotel y comenzaron a andar por la villa dirigiéndose hasta las afueras. Atravesaron el bosque cercano y llegaron a la montaña hasta la que Scully había seguido a Remus, hacía tres noches.
En cuanto entraron a la pequeña caverna, Albus Dumbledore se puso de pie, ya que estaba sentado tranquilamente, en una gran roca. Remus se aproximó a él de inmediato y le estrechó la mano. Mulder y Scully lo observaban fascinados. Era un hombre excepcional, no cabía duda de ello.
Después de intercambiar una par de palabras en voz baja con Remus, Dumbledore se acercó a los dos agentes y les extendió la mano para saludarlos.
-Buenas tardes.- Dijo Dumbledore estrechándole la mano, primero a Scully y luego a Mulder. Entonces continuó.- Permítanme presentarme. Mi nombre es Albus Dumbledore. Lamento mucho que hayamos tenido que conocernos en estas circunstancias, pero fue inevitable.
Mulder y Scully no atinaban a decir nada, así que ambos simplemente asintieron con la cabeza, tratando de sonreír.
-Hmmm... - Comenzó a decir Mulder, pero no conseguía hacer que las palabras le salieran de la boca.
-Sé que todo esto debe parecerles muy confuso. Sin embargo, estoy seguro de que no les es demasiado desconocido. Por lo que he averiguado, ustedes se especializan en investigar sucesos de esta naturaleza, en su país. ¿No es así?- Mulder y Scully se miraron mutuamente. Dumbledore les sonrió amigablemente y continuó.- De momento debemos atender lo más urgente, por lo que debo pedirle, señorita Scully que me permita hablar con el señor Mulder en privado. Le prometo que no demoraremos mucho, pero dado el hecho de que él parece ser el centro del problema, es preciso que hable primero con él.
Scully asintió, aunque en realidad no le hacía mucha gracia que la dejaran fuera, después de todo, ella había estado cerca de ser atacada por un hombre-lobo; ¿qué eso no contaba? Remus debió notarlo porque inmediatamente se le acercó y tomándola suavemente por el brazo se encaminó junto con ella hacia fuera de la caverna.
Caminaron por el bosque tranquilamente hasta que Remus rompió el silencio.
-Sin duda, estas deben de ser las peores vacaciones de su vida, agente Scully.- Dijo, Remus con un dejo de tristeza. Esa apreciación era correcta, pero Scully no quiso admitirlo, así que se limitó a responder:
-Bueno, ya estoy acostumbrada.
Remus le sonrió levemente y continuaron caminando por el bosque. Entonces a Scully se le ocurrió algo en lo que llevaba pensando algún rato y sin poder evitarlo se le escapó una pregunta que deseaba hacer desde hacía algunos días.
-Escuche Remus, no quisiera ofenderlo pero... cómo es posible que siendo usted un... hmm... usted sabe un... hombre-lobo... lo que quiero decir es que, es usted tan amable y tan tranquilo... que yo no concibo que una persona como usted pueda convertirse en... en...
-¿... en un ser tan aterrador?- Terminó Remus.
Se detuvieron un instante cerca de una árbol. Remus la miró intensamente y finalmente respondió.
-Quisiera poder responderle, agente Scully. Curiosamente, yo me he hecho esa misma pregunta durante años.- Apartó la mirada de ella y entonces continuó hablando como para sí mismo -"Aun el hombre que es puro de corazón y dice sus oraciones de noche, se convertirá en lobo cuando florezca el veneno y brille la Luna de otoño"
Después de una breve pausa, Scully dijo:
-¿Curt Siodmak?
-Cuando era niño, mi madre me consiguió algunas películas sobre hombres-lobo. Claro que no servían de gran consuelo, especialmente porque el final nunca era feliz para el protagonista.- Dijo Remus con algo de ironía.
-Debe ser algo muy difícil para usted... perdóneme, fue una torpeza preguntarle algo así... -Dijo Scully, quien ahora lamentaba haber abordado ese tema.
-No tiene de que disculparse. He aprendido a vivir con ello. Quién sabe... tal vez algún día logre curarme. Mi madre siempre solía decir que la esperanza era lo único que nos permitía continuar adelante. Así que mientras la esperanza siga con vida, yo no me daré por vencido. A veces no es fácil mantenerse en la lucha, pero siempre hay motivos para continuar. Aún cuando el panorama luzca oscuro y desolador. Siempre hay una luz al final del túnel.
Scully lo miraba de manera extraña. Y de repente sintió que tenía la necesidad de confesar algo que le oprimía el corazón.
-Anoche... cuando esos seres entraron en la habitación de Mulder, yo... estuve recordando cosas horribles: cuando murió mi padre... cuando mi hermana fue asesinada... todas aquellas ocasiones en las que Mulder y yo estuvimos a punto de perder la vida... Era como si nunca pudiera ser capaz de volverme a sentir alegre o a tener esperanzas... - La voz se le quebró en ese instante y entonces Remus hizo algo inesperado. Se le acercó y la abrazó suavemente. Scully se recargó en su pecho y dio rienda suelta a sus llanto. Remus sentía el peso de la cabeza de ella en su pecho y la sentía estremecerse entre sollozos. Acarició su cabeza con delicadeza; pero aunque sentía como si esas lágrimas que aquella bella mujer vertía sobre él, cicatrizaban las heridas de su lastimado corazón, un pensamiento repentino le hizo comprender que lo que estaba haciendo no era correcto, así que se apartó de ella, dándole la espalda; enfadado consigo mismo por haberse dejado llevar por ese sentimiento. "Tan hambriento de cariño estás, Remus" pensó. Se alejó un poco más de ella, furioso consigo mismo por haberse atrevido a algo así. No tenía derecho. Cómo había podido hacerlo.
Entonces Scully se le acercó y posó su mano sobre su hombro. Se puso frente a él, mirándolo a los ojos y sin decir una sola palabra más lo besó.
