The Magical Files
Disclaimer:
Nada del mundo de Harry Potter me pertenece, todos los derechos son de J.K. Rowling; Mulder y Scully tampoco son míos, estos personajes así como todo lo relacionado con "Los Expedientes Secretos X" es obra de Chris Carter. La historia y uno que otro personaje despistado que aparece en ella, definitivamente son míos.
Capítulo XXXIV. Completando el "rompecabezas"
La luz del sol se filtraba perezosamente por la ventana de la habitación de Victoria. Ella permaneció acostada un largo rato, despierta, pero con los ojos cerrados, mientras que el radio seguía tocando. Ya eran las 7 de la mañana y Sirius seguía durmiendo a su lado.
No quería moverse, ni tampoco quería pensar en nada; sabía que el momento de la separación definitiva se aproximaba y le dolía el sólo pensar en el día de mañana.
Giró la cabeza y observó a Sirius. Nunca más volvería a ver ese rostro, ni a escuchar su cálida voz... Pero a él lo estaban esperando. Alguien más necesitaba de él. No sería justo que se quedara con ella; debía volver al lugar a donde pertenecía.
"En fin. Fue lindo mientras duró." Pensó Victoria tristemente y entonces se levantó de la cama, para ir a darse un baño.
Sirius se despertó algo sobresaltado cuando se dio cuenta de que algo le faltaba. Victoria se había levantado y Sirius aguzó el oído tratando de saber en donde se encontraba ella. Alcanzó a distinguir ruido proveniente del baño y entonces se dejó caer sobre la almohada y cerró los ojos. Hacía tan sólo un par de horas, todo lo que quería era que Victoria le ayudara a encontrar a la anciana con la que había soñado y así poder volver a casa... ¿pero realmente quería irse? Se sentía culpable, porque se le ocurrió que tal vez Victoria podría mal interpretar lo que había pasado; ella podría creer que todo lo que él buscaba era convencerla para que lo ayudara... pero no era así. Ni siquiera podía explicarse a sí mismo que era lo que lo había impulsado a actuar de esa forma.
Victoria salió del baño; ya se había vestido y trataba de recogerse el cabello con una pinza; mientras, Sirius ya se había vestido y estaba sentado en la mesa del comedor, tomándose el café frío que Victoria había preparado antes.
-Steve... quiero decir, Sirius, ¿por qué te estás tomando el café frío? Deja eso, lo calentaré de nuevo. –Dijo Victoria, tratando de sonar alegre.
-Victoria... yo... – Comenzó a decir Sirius, pero ella lo interrumpió.
-Sirius, se empieza a hacer tarde. Será mejor que tratemos de resolver ese enigma que traes entre manos; mientras más pronto lo hagamos, más pronto nos pondremos en camino.
Estaba claro que Victoria no quería tocar el tema de lo que había ocurrido. Sirius no sabía que decir.
- Victoria antes de continuar con esto, quiero saber si aún me consideras un criminal...
Victoria se le quedó mirando unos instantes y entonces dijo:
-¿Realmente eso importa ahora?
-Si. Me importa y mucho. Porque no quiero que pienses que sólo estaba tratando de aprovecharme de ti.
- De acuerdo, si tanto significa para ti... mírame a los ojos y dime que no eres un asesino.
-¿Eso es todo? ¿Simplemente vas a creer en mi palabra?
-¿Y qué otra opción tengo?
Sirius se puso de pie, la sujeto por los hombros y la miró directamente a los ojos; entonces dijo lenta pero contundentemente:
-No he asesinado a nadie.
-Entonces te creo.- Dijo Victoria con tal convicción que Sirius casi tenía ganas de reírse a carcajadas. En vez de eso, la abrazó.
-¿Puedes ahora contarme tu sueño? Me apena decirlo, pero hace rato difícilmente te escuché.
Se sentaron entonces y Sirius, le contó con tanta exactitud como pudo, las palabras que le dijera en sueños la anciana; y Victoria las había anotado, tratando de comprender su significado.
-Hmmm... bueno, veamos: "Debes ir a la ciudad custodiada por el volcán que humea y por la mujer blanca." - Decía Victoria, al tiempo que paseaba de un lado a otro, leyendo lo que había escrito. -Esta parte es relativamente fácil; se refiere a dos volcanes que se encuentran al sudeste. Son el Popocatépetl y el Iztaccihuatl; pero hay varias ciudades que se encuentran cerca de esa zona... lo que necesitamos es un atlas para ver que es lo que hay cerca de ahí.
Acto seguido se acercó a un librero y sacó un libro de buen tamaño, se apoyó en la mesa, mientras Sirius mordía un sandwich de los que Victoria había preparado. Se sentía muy tranquilo; el haber recuperado la confianza de Victoria parecía haberle devuelto los ánimos. Sabía que estaba muy cerca de poder volver a su hogar... si es que realmente tenía uno. Había estado sopesando las posibilidades y aunque comprendía que tenía que volver, no quería siquiera pensar en que el momento de la despedida estaba muy cerca.
- ¿Y que hay de los "siete pasos de atlante" y "el lugar de la huída"?- Preguntó Sirius.
-Bueno, supongo que debe referirse a un lugar en específico que se encuentra a cierta distancia de la ciudad que está cerca de esos dos volcanes... por lo que veo, el candidato más fuerte es la Ciudad de Puebla... –Respondió Victoria, mientras pasaba las hojas del libro hacia atrás y hacia delante, consultando los mapas que había en él.
-¡Ajá! ¡Lo encontré! Según esto, el poblado de Cholula se encuentra a 7 kilómetros de la Ciudad de Puebla, y por si te queda alguna duda, en náhuatl Cholula significa ¡¡¡"el lugar de la huída"! ¡Eso es!-. Dijo Victoria con aire triunfal.
-Sabía que lo descubrirías, pero dime. ¿Está muy lejos de aquí?
-No, haremos unas cinco horas cuando mucho. Pero debemos ponernos en camino cuanto antes.
-Espera un segundo, ¿debemos?
-¡Por supuesto! ¿No pensarás que te voy a dejar ir solo, o si?
-No es necesario que vengas conmigo; en serio. -Dijo Sirius, aunque la verdad es que nada le alegraba más que oír que Victoria deseaba acompañarlo. Añadió con aire de superioridad: -Además, ya se algo de español.
-¿Ah sí? No me digas. A ver, háblame en español.
Sirius se aclaró la garganta y en su mejor español dijo:
-"qui onda, mii cuate"; "adious mamazzita"; y "me daa un tacou"
Victoria se rió con ganas y entonces dijo:
-Si, creo que esas frases te llevarán muy lejos en este país. Pero no importa, llegaremos más rápido en mi auto. Démonos prisa. Porque llegando a Cholula, todavía tenemos que "preguntar por el conejo".
-De acuerdo, pero antes dime algo más. ¿Qué crees tú que signifique eso de "nahualli itzcuintli"?
-Bueno, según tengo entendido, "nahualli" significa mago en nahuatl y la palabra "itzcuintli" significa perro. Así que creo que la anciana de tus sueños, realmente sabe quien eres.
-Hmmm... bueno, supongo que eso ya es algo.
Victoria tomó entonces las llaves de su auto y ella y Sirius salieron del departamento, en busca de la misteriosa anciana que le había ofrecido ayuda en sus sueños.
