The Magical Files
Disclaimer:
Nada del mundo de Harry Potter me pertenece, todos los derechos son de J.K. Rowling; Mulder y Scully tampoco son míos, estos personajes así como todo lo relacionado con "Los Expedientes Secretos X" es obra de Chris Carter. La historia y uno que otro personaje despistado que aparece en ella, definitivamente son míos.
Capítulo XXXVII. Perdona y Olvida.
Al mismo tiempo en que Mulder cantaba a viva voz su propia versión de "California Dreaming"; Victoria y Sirius estaban por llegar a la Ciudad de Puebla; y Remus y Scully tomaban el té con Hagrid; Harry Potter se encontraba sentado en una playa vacía, tomando el sol.
Perenela le había dado permiso de ir a dar una vuelta con la moto voladora, no sin antes darle cientos de recomendaciones que Harry aceptó sin protestar.
Le agradaba mucho esa playa; con frecuencia se encontraba ahí a Buckbeak, quien a falta de hurones para comer, se había convertido en un hábil pescador; se sumergía en el agua y salía con al menos tres peces grandes que engullía en un instante. Ya satisfecho, se alejaba ya fuera volando o trotando alegremente, no sin antes corresponder a la reverencia que Harry siempre le hacía al verlo.
La arena era blanca y suave y las olas no eran demasiado altas; era un verdadero paraíso. Sin embargo, a veces Harry no podía evitar sentirse melancólico, ya que Perenela le había contado que, después de que él, Hermione y Ron ayudaran a Sirius a escaparse de Hogwarts, éste pasó varios días ahí mismo y que esa playa era el lugar en donde más le gustaba estar. En ocasiones, Harry podía incluso imaginarse a su padrino tendido sobre la arena, recargado sobre el lomo de Buckbeak y leyendo alguna carta enviada por él... Esto era lo que más le afectaba, porque estando ahí, lejos de cualquier peligro o aflicción, le parecía increíble que Sirius hubiese dejado ese tranquilo, cómodo y seguro escondite, sólo porque Harry le había escrito en aquélla ocasión en que la cicatriz le había dolido... En esos momentos, era cuando Harry se sentía todavía más miserable y se lamentaba de haber sido tan torpe de dejarse engañar de una forma tan estúpida; Sirius nunca había dudado en ayudarle o en ir hasta donde él se encontraba, sin importarle lo que pudiera pasarle.
"Harry, no es tu culpa..." Eso era lo que Lupin le había dicho hacía solo dos días, y aunque en ese momento le había resultado muy reconfortante el hablar con él, se daba cuenta que aún tendría que pasar mucho tiempo para que realmente lograra perdonarse a sí mismo por el grave error que había conducido a Sirius a su muerte.
A menudo permanecía ahí hasta que obscurecía. Le gustaba recostarse y mirar las estrellas; sobre todo porque en esa época del año, la constelación del Can Mayor era perfectamente visible desde esa isla. Le gustaba pensar que Sirius se encontraba mirándolo desde el cielo y este pensamiento le hacía olvidar de momentos su tristeza.
Harry dio un largo suspiro, mientras miraba al cielo que lucía un azul muy intenso. Era un día muy bello y despejado. Tal parecía que no había ningún motivo para sentirse preocupado o melancólico; el sol brillaba intensamente y pequeñas nubes viajeras flotaban por el cielo. En esos momentos, Harry se preguntaba qué podría estar haciendo Dumbledore, ya que hacía dos días que no le veía. Aún no estaba seguro de cuáles eran sus sentimientos hacia el viejo hechicero; era un hecho innegable que aún sentía respeto y afecto por él, pero por otro lado, tampoco podía negar que se había sentido sumamente decepcionado de él, por haberle ocultado tantas cosas; cosas que seguramente podrían haber hecho la vida de Harry mucho más llevadera de lo que había sido.
Dumbledore le había dicho que tenía algo muy importante que hacer y que debía ausentarse por poco tiempo; esto resultaba algo sorpresivo, ya que desde que lo había traído a vivir a ahí, él y Harry habían pasado mucho tiempo juntos. Harry lo interpretaba como la forma en que Dumbledore quería disculparse con él, por el trato que le había procurado durante el curso anterior; aunque también pensaba que tal vez, Dumbledore sólo quería cerciorarse de que Harry finalmente aprendiera a practicar la Oclumancia. Fuera el motivo que fuera, Harry había pasado la mitad del tiempo estudiando y practicando nuevos hechizos. Dumbledore se había avocado a enseñarle algunos maleficios, muchos de ellos, según le pareció a Harry, eran bastante complejos; sin embargo, era una manera mucho más gratificante de pasar las vacaciones, que estar todo el tiempo lamentándose de su suerte, culpándose por la muerte de Sirius, o planeando su venganza contra Bellatrix Lestrange, la mortífaga que había matado a su padrino.
Mientras permanecía recostado sobre la arena y mirando al cielo, comenzó a observar las nubes, dejando volar su imaginación. "La vida debe ser mucho más fácil si eres una nube" pensó Harry "sólo flotar sin tener que pensar en nada... ¡ah! y el viejo juego de encontrar formas a las nubes..."
Mientras se sumergía en estos agradables pensamientos algo le cayó justo en el pecho, despertándolo de su ensueño.
Una lechuza acababa de dejarle caer encima una copia de "El Profeta". Era Hedwigh, quien después de soltar el diario sobre su dueño, se había posado suavemente sobre la moto voladora.
Harry se extrañó bastante al ver lo que Hedwigh le había traído, ya que él prefería mantenerse alejado de las noticias ya fueran del mundo mágico o el muggle, decisión que Dumbledore no sólo había apoyado, sino con la que estaba completamente de acuerdo; sin embargo, desenrolló el diario y lo que leyó en la primera plana, lo dejó completamente perplejo.
"¡¡PETER PETTIGREW HA REAPARECIDO!"
Por un momento, Harry no supo si estaba despierto o si todo era un extraño sueño. Cerró los ojos fuertemente y volvió a abrirlos, mirando de nuevo la primera plana de "El Profeta".
"HACE ALGUNAS SEMANAS, ESTE PERIÓDICO DIO LA NOTICIA DE QUE SIRIUS BLACK, A QUIEN SE LE CREÍA EL ASESINO DE DOCE MUGGLES Y UN MAGO, HABÍA FALLECIDO DE UNA MISTERIOSA FORMA, DENTRO DEL MINISTERIO DE MAGIA, DURANTE UNA BATALLA CONTRA LOS MORTÍFAGOS.
SIN EMBARGO, NUEVAMENTE HEMOS SIDO SORPRENDIDOS AL RECIBIR EN EXCLUSIVA LA NOTICIA DE QUE PETER PETTIGREW, EL MAGO AL QUE SE SUPONÍA QUE BLACK HABÍA ASESINADO HACE CASI QUINCE AÑOS, FUE ENCONTRADO CON VIDA Y CAPTURADO POR LOS AURORES KINGSLEY SHACKELBOLT, NINPHADORA TONKS, EL ROMPEDOR DE MALDICIONES DE GRINGOTTS, WILLIAM WEASLEY Y EL EX-AUROR, ALASTOR MOODY.
LAS CONDICIONES EN QUE PETTIGREW FUE ENCONTRADO, NO HAN SIDO REVELADAS; SIN EMBARGO, HA SIDO ENVIADO A AZKABAN Y ESPERA POR UN JUICIO, EN EL CUAL TENDRÁ QUE EXPLICAR EN DÓNDE HABÍA ESTADO LOS ÚLTIMOS QUINCE AÑOS Y POR QUÉ RAZÓN PORTA LA MARCA TENEBROSA, EL SÍMBOLO DE LOS MORTÍFAGOS... "
Harry ya no continuó leyendo, solamente observaba la fotografía en la que se podía ver a Pettigrew rodeado por varios aurores y tratando de cubrirse la cara.
Durante varios minutos Harry no supo que pensar. Por una parte, comprendía que el que Pettigrew hubiese sido encontrado, representaba que ahora el nombre de Sirius quedaría limpio de toda culpa... ¡¡pero ya para qué! Qué importancia tendría eso ahora que Sirius ya estaba...
Harry no supo ni siquiera como pasó, respiraba agitadamente y cómo de la nada, una serie de nubes de tormenta comenzaron a reunirse, tapando el sol. Harry sujetaba el diario con ambas manos, temblando de ira. De repente, en un arranque, Harry rompió el diario por la mitad al mismo tiempo que profería un grito de frustración. En ese preciso instante, varios relámpagos cayeron de improviso al rededor de él; uno de ellos incluso alcanzó una palmera incendiándola. Harry se puso de pie al darse cuenta y miraba anonadado como el fuego iba consumiendo la palmera; sacó la varita y lanzó un chorro de agua, tratando de extinguir las llamas, las cuales fueron perdiendo fuerza.
Harry cerró los ojos, mientras respiraba profundamente, tratando de recuperar la calma. Poco a poco las inexplicables nubes de tormenta se iban disipando, así como la furia que Harry había experimentado segundos atrás.
Harry se dejó caer de rodillas sobre la arena y rompió en llanto. Nunca podría perdonárselo; jamás podría olvidar que por su culpa Sirius estaba muerto...
Después de varios minutos logró controlarse y se limpió las lágrimas con el dorso de la mano. Se puso de pie entonces y echó un vistazo al rededor. Hedwigh no se había movido de donde estaba y lo miraba fijamente con sus ambarinos ojos muy abiertos. Harry se puso de pie entonces y se sacudió la arena que tenía en la ropa. Hedwigh se posó entonces en su hombro y pellizcó su oreja suavemente, al mismo tiempo que ululaba con dulzura, cómo si supiera que Harry necesitaba de algo de consuelo en ese momento. La acarició con ternura y decidió entonces que ya era hora de volver. Pensó entonces que si alguna vez pudiera pedir un deseo, ese sería volver a ver a Sirius... no sólo para pedirle disculpas por haber sido tan torpe y haberse dejado engañar, sino para decirle cuanto lo quería y admiraba y lo valiente que lo consideraba... posiblemente también le dijera que nunca lo olvidaría y que se haría muy fuerte para vencer a Voldemort y a todos sus seguidores...
"Esto no volverá a suceder" pensó Harry con firmeza, mientras se subía a la motocicleta y encendía el motor. "No voy a permitir que nadie más muera por mi causa. Voy a prepararme con todas mis fuerzas y asumiré mi responsabilidad... justo cómo Sirius y mis padres lo hicieron".
La motocicleta comenzó a andar y Harry emprendió el regreso a casa de Perenela Flamel, dispuesto a ponerse a practicar el último hechizo que Dumbledore le había enseñado.
