The Magical Files

Disclaimer:

Nada del mundo de Harry Potter me pertenece, todos los derechos son de J.K. Rowling; Mulder y Scully tampoco son míos, estos personajes así como todo lo relacionado con "Los Expedientes Secretos X" es obra de Chris Carter. La historia y uno que otro personaje despistado que aparece en ella, definitivamente son míos.

Capítulo XLII. Volviendo a casa.

Scully abrió los ojos sobresaltada. Había mucha luz a su alrededor y tardó varios minutos en recordar en dónde se encontraba.

Se sorprendió al darse cuenta de que estaba en una especie de enfermería y se sorprendió todavía más al ver quién estaba acostado en la cama contigua.

-¡¿Mulder!

Fox Mulder permanecía recostado con los brazos detrás de la cabeza a manera de almohada. En cuanto escuchó su nombre se incorporó y miró hacia Scully.

-¡Scully! Finalmente despertaste.

-¿Mulder, qué pasó? ¿Cuándo llegaste aquí? ¿Y cómo?

-Oh, te lo contaré más tarde. ¿Cómo te sientes?

-Bien, aunque aún estoy algo mareada... ¿Dónde están Dumbledore y Lupin?

-No lo sé... supongo que en México.

Scully tardó en registrar las palabras de Mulder y entonces dijo.

-¡Ah! ¡Claro! ¿Significa que todo salió bien entonces?

-Eso supongo. -Dijo Mulder, simplemente. Entonces se levantó de la cama y se sentó en la de Scully; extrajo de entre sus ropas un cordón del que pendía algo pequeño y brillante y dijo: -Por cierto, creo que esto te pertenece.

Scully recibió el objeto y lo miró. Era su crucifijo, el cuál no recordaba haber visto en algunos días.

-¿Pero cómo es que tu lo tienes?

-Después de que me "secuestraron" alguien me lo dio. Fue gracias a esto que logré escapar con vida. -Dijo Mulder en tono casual.

Scully se rehusó a continuar haciendo preguntas sobre ese tema. Sospechaba como es que lo había perdido, pero prefirió no hacer más comentarios al respecto.

-¿Crees que se ha terminado? ¿Podremos irnos a casa ya? -Preguntó Scully

-Bueno, supongo que si. Aunque no sé como vamos a regresar. Ni siquiera sé en donde estamos. Creo que sólo podemos esperar a que Dumbledore regrese, ¿no crees?

Scully hizo un gesto de "ya qué" pero no dijo nada más.

Permanecieron en silencio por algún rato, hasta que Mulder dijo:

-Scully, lamento mucho haberte metido en esto.

Scully pensaba que no sería ni la primera ni la última vez que Mulder diría eso, pero sólo respondió.

-Todo está bien ahora, Mulder.

-Si, pero... -Quiso continuar Mulder, pero ella lo interrumpió.

-Mulder. No importa. Ya pasó. Estaba claro que no podrías haberte negado a ayudar a estas personas. Te conozco demasiado bien, para pensar lo contrario. ¿Y qué esperabas que hiciera yo? ¿Piensas que iba a quedarme cruzada de brazos mientras te encontrabas en compañía de esa gente extraña, expuesto a un grave peligro? Eres mi compañero, ¿no es así? Los expedientes X no serían lo mismo sin ti. -Dijo Scully sonriendo abiertamente.

Mulder la abrazó entonces, y en voz muy baja le dijo:

-Gracias, Scully. No sé que habría hecho sin ti.

Scully lo miró y le sonrió nuevamente. Sus rostros estaban muy cerca... demasiado cerca... Mulder sentía mucho calor; bueno era normal, era verano, pensó como no queriendo darle importancia, pero aún así se sentía muy acalorado. Scully miraba en los ojos de su compañero y de repente sintió un escalofrío... estaban tan cerca que podía ver su propio reflejo en los ojos de Mulder...

Entonces la puerta de la enfermería se abrió de golpe y Albus Dumbledore entró apresuradamente, seguido por dos personas más. Mulder y Scully se separaron de inmediato.

-¡Vaya! ¡Me alegro que ambos estén despiertos! ¿Cómo se encuentran? -Preguntó Dumbledore alegremente; Mulder y Scully se le quedaron viendo algo sorprendidos, entonces Mulder respondió.

-¡Estamos bien... gracias! ¿Cómo salió todo?

-¡Maravillosamente! -Respondió Dumbledore complacido, entonces añadió. -Y aquí hay alguien que está ansioso de conocerlos.

Sirius se aproximó a los dos agentes y les dijo.

-¡Gracias! ¡Muchas gracias por haberme ayudado! Estoy en deuda con ustedes.

Abrazó primero a Mulder y luego a Scully, quienes no sabían como corresponder a tan afectuosa demostración de agradecimiento. Finalmente Scully dijo:

-No tiene nada que agradecer... realmente... bueno, nosotros no...

Sirius la interrumpió y dijo.

-Dumbledore me ha dicho lo que han tenido que hacer. Fue muy arriesgado para ustedes; especialmente para usted, Mulder. Estoy seguro de que no debió ser una experiencia agradable.

Mulder asintió, algo incómodo.

Dumbledore se excusó entonces, diciendo que debía hacer algunos arreglos, a fin de procurar que Mulder y Scully pudieran volver a casa, sanos y salvos.

Dumbledore salió y Remus se quedó cerca de la puerta, observando complacido la escena; sin embargo, aún estaba algo preocupado por lo que Voldemort podría hacer ahora; se le ocurrió que tal vez intentara tomar represalias, ya que estaba seguro de que consideraría un verdadero insulto que un muggle común y corriente lo hubiese burlado de esa forma.

Tampoco podía dejar de pensar en Snape. Ahora él se encontraba a merced de Voldemort y aunque no podía decir que sintiera aprecio por él, tampoco podía pasar por alto el hecho de que había sido gracias a Snape que Mulder saliera bien librado de la situación y por si eso fuera poco, era gracias a él que habían recuperado a Sirius. Se preguntaba cuanto tiempo tardaría Voldemort en descubrir lo que Snape había hecho...

Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando Sirius hizo un movimiento con su varita e hizo aparecer unas bebidas, diciendo:

-¡Propongo un brindis! ¡Por el valor de Mulder y Scully!

Todos brindaron y bebieron animadamente. Salieron entonces de la enfermería charlando y riendo, al tiempo en que Sirius y Remus le mostraban a Mulder el lugar. Mientras caminaban, Mulder relató cómo había sido su encuentro con Lord Voldemort y todos estallaron en risas cuando llegó a la parte en la que vomitó sobre uno de los mortífagos.

También encontraron muy gracioso que Mulder hubiese decidido contrarrestar la tensión a la que estaba sometido durante su encierro, cantando.

-No creo que eso haya sido muy buena idea Mulder, considerando cómo cantas; podrían haberlo tomado como una excusa para asesinarte... o al menos yo lo habría lo hecho.

Todos rieron nuevamente. Sirius les relató de algunas de sus experiencias en México y pareció algo apenado cuando hizo referencia a cierto poddle que ahora era de color azul eléctrico. Sin embargo, a Remus le daba la impresión de que hablaba de Victoria lo menos posible, e incluso la sonrisa se le borraba de los labios de momento; pero no quiso decir nada, después de todo, era algo que sólo le atañía a Sirius y no consideraba correcto hacerle ningún comentario al respecto.

Estaban cerca del lago, cuando Dumbledore se encaminó hacia ellos, diciendo: -Bueno, creo que ya va siendo hora de que nuestros queridos amigos vuelvan a casa. Me temo que no será posible que permanezcan más en Inglaterra. Lord Voldemort debe estar verdaderamente furioso y no dudo que busque alguna manera de vengarse de ustedes, así que mientras más rápido regresen a su país, mejor. Ya me encargué de que reciban la protección adecuada para que puedan abordar un avión hacia los Estados Unidos, con toda seguridad.

Mulder y Scully asintieron, aunque Mulder aún se encontraba algo contrariado. Dumbledore debió notarlo porque entonces añadió. -Señor Mulder, creo que antes de despedirnos, sería agradable tener una pequeña charla con usted. -Dijo y asió a Mulder por el brazo, invitándolo a caminar. Éste miró hacia Scully quien asintió con una sonrisa.

Se alejaron un poco de Sirius, Remus y Scully. Mulder caminaba junto a Dumbledore con paso inseguro, mirando hacia el suelo. Después de alejarse varios metros del lago, Dumbledore volvió a hablar.

-¿Y bien, agente Mulder? ¿Qué opina? ¿Fueron unas buenas vacaciones?

Mulder no respondió de inmediato. No estaba seguro de si Dumbledore estaba hablando en serio o no. Aunque era un hecho que al menos él, no usaría la palabra "buenas" para describir sus vacaciones. Más bien fueron extravagantes, peligrosas y completamente fuera de lo normal; pero simplemente se limitó a decir.

-Bueno, yo diría que fueron excepcionales.

Dumbledore sonrió apaciblemente y luego continuó.

-Creo poder decir con toda seguridad, que tanto usted como su compañera, sabrán mantener todo lo que han presenciado en secreto.

Mulder tardó aún más en responder a eso. Ya antes Lupin les había dicho que existía la posibilidad de que los desmemorizaran. No sabía a ciencia cierta cómo harían eso, pero sonaba a que les borrarían la memoria para que no pudieran recordar nada de lo que habían visto.

-Bueno... no veo ningún motivo para hacer lo contrario.

-Eso me imaginé. -Dijo Dumbledore, deteniéndose cerca de los lindes del bosque prohibido. Entonces continuó. -Es innegable que ustedes ya saben demasiado.

-Bueno. Ahora sí. -Respondió Mulder sonriendo levemente y entonces continuó. -Pero no tiene nada de que preocuparse, ni Scully ni yo diremos absolutamente nada... excepto que...

-¿Sí?

-¿Cree usted que Voldemort llegue tan lejos cómo para tratar de encontrarnos en Norte América?

-Lo dudo. De momento él tiene otras prioridades, cómo ya le había explicado en nuestra conversación anterior.

-¡Oh, si! Ese chico Harry.

-Precisamente. -Dijo Dumbledore, con un dejo de preocupación en la voz.

Permanecieron en silencio entonces por algunos minutos observando el paisaje lejano. El cielo era claro y el sol brillaba con gran intensidad. Dumbledore dijo entonces:

-Bueno, señor Mulder, creo que ha llegado el momento de decir adiós. Sólo me resta agradecerle una vez más por la valiente ayuda que nos prestó y desearle mucha suerte en su búsqueda.

-¿Búsqueda? -Repitió Mulder algo extrañado.

-Su búsqueda por la verdad. -Respondió Dumbledore dirigiéndole una significativa mirada.

Mulder le miró fijamente. Le parecían muy extrañas las palabras de aquél hombre; pero desistió de tratar de encontrarles algún significado. Simplemente tendió la mano para estrechar la Dumbledore y se despidió, regresando con los demás.