Miku y Kaito habían salido para una cita, al menos así era a ojos de la peliverde que estaba muy nerviosa por lo que podría ocurrir, no esperaba que tal oportunidad llegara tan pronto y esperaba que sus nervios no la superaran, pero del mismo modo se planteó que aprovecharía todo lo posible para divertirse junto a él.

- No me había fijado pero hay demasiadas parejas. – Señaló Miku y es que muchas estaban caminando juntas, además de las decoraciones con forma de corazón.

- ¿No lo recuerdas? Hoy es catorce de febrero, día de San Valentín. – Respondió Kaito, en eso ella se dio cuenta.

- Oh, es verdad jeje… estoy tan nerviosa con lo del concierto que se me olvidó que día es hoy.

- Es un poco de coincidencia que justo los dos salgamos juntos el día de hoy, pero gracias a eso, tendremos muchas cosas por ver, vamos.

- Sí. – Los dos siguieron su camino, sin darse cuenta que por detrás alguien les seguía. Meiko llevaba una gabardina, lentes de sol y una mascarilla para esconder su identidad mientras observaba a ambos.

- No permitiré que esa tabla de planchar sea feliz en un día como este, no cuando me esforcé en conseguir estos chocolates para Kaito, y eso me costó dos horas de mi valioso tiempo en hacer fila para obtenerlos y una buena parte de mi salario como idol al ser de un chef profesional. Yo seré la que se gane su corazón al final. – Y sin decir más, continuó su camino, pero resulta que otro grupo estaba siguiendo a la pareja igualmente.

- Esto es un hecho inédito, así que tenemos que seguirlos y ver lo lindos que son. – Expresó Teto como una fanática, Neru soltó un suspiro.

- Ya ni sé por qué me arrastras a esto.

- Hasta el momento nadie entre nosotros ha salido en citas, así que una oportunidad como esta no la puedo dejar pasar, necesitamos seguirlos.

- ¿Qué acaso no hay chocolate para este galán? Mínimo me esperaba unas cuatro cajas. – reclamó Len.

- Después te daré tu chocolate que siempre tienes todos los años. – Respondió Rin, el gemelo puso mueca de cansancio.

- Tu no vales Rin, eres mi hermana, quiero que las chicas me demuestren su amor.

- Cierra ya ese pico. – Regañó Neru.

- Se están alejando, vamos tras ellos. – Y ese grupo también se puso en marcha. Miku y Kaito vieron como diversas tiendas tenían puestos sus chocolates en vitrina para comprar, por un momento ella pensó en siquiera acercarse.

- Oye Miku. – El peliazul la sacó de sus pensamientos. - ¿Pensaste en a quien darle chocolates? – Esa pregunta la tomó por sorpresa, carraspeó su garganta para responder.

- Obviamente quiero darle chocolate de amistad a Kei-san, a mi Onee-sama y a los demás, excepto a la perra, ella no merece nada.

- Entiendo jaja… - Un gotón surgió en la frente de Kaito. - ¿Igual me darás?

- Eh… eso… - Ella bajó la mirada en vergüenza puesto que tenía sus mejillas rojas. – Si quieres… tenía pensado hacerlos caseros… pero desde que tuve un incidente hace años cuando hice chocolates para mi hermano Mikuo… no me han permitido hacerlo.

- ¿Qué hiciste? – Preguntó él, tres rayas de pesimismo aparecieron en la frente de la peliverde.

- Bueno… confundí el azúcar con sal… y los chocolates quedaron duros como piedras… - Expresó con mucha vergüenza, Kaito empezó a reír en ese momento. - ¡No es gracioso!

- Lo siento, de cierto modo me lo imaginaba, por las veces anteriores que intentaste cocinar en los apartamentos.

- Sé que puedo cocinar. – Hizo un puchero, entonces su cabello fue acariciado. – Oye…

- Podríamos ir a ver chocolates ahora, si deseas comprar para todos, tenemos el dinero suficiente.

- Claro, vamos. – Ya los dos fueron, primero entraron a una tienda donde estaban en exhibición varias cajas decoradas con chocolates, la peliverde quedó maravillada al ver las distintas formas que podían tener, de corazón, pasteles pequeños e incluso cupcakes. – Se ve delicioso…

- Miku-san, es para que regales, no para que comas. – Se burló el peliazul.

- E-Eso lo sé… - Exclamó por debajo en vergüenza, entonces su estómago rugió. – No escuchaste eso.

- Lo hice. – Sonrió el peliazul, Miku no podía pasar más vergüenza en ese momento. – Escoge lo que deseas regalar a todos.

- Claro. – Así ella se fue. En ese momento Meiko estaba detrás de un mostrador acechando a la pareja.

- (Bien, esa tabla de planchar se alejó de Kaito, eso me da una oportunidad ahora…) – De su gabardina sacó una caja grande transparente, era un chocolate de gran tamaño que tenía forma de corazón con la palabra "Love" escrita en caramelo derretido. – (Apareceré de forma casual y le entregaré mis chocolates de amor, entonces lo obligaré a que salga en una cita conmigo, es un plan sin fallas, así seré yo quien sea feliz este día.) – Sonrió de forma segura. Ya cuando Kaito seguía esperando a Miku, la castaña empezó con su movimiento y había salido.

- Hola Kaito~ ¡aaaah! – De repente fue jalada antes de que pudiera acercarse en ese momento, el peliazul volteó a ver pero no había nadie.

- Que raro… escuché que me llamaban.

- Hola Meiko-san, que sorpresa encontrarte aquí. – Eran Teto y Neru quienes apartaron a la castaña en ese momento.

- ¡Mocosas, suéltenme!

- No seas así, ya que nos encontramos por casualidad, que mejor que salir como amigas aquí y ahora. – Respondió la castaña oscura, por más que Meiko se resistía, intercambió miradas con Teto. – (Casi sale a arruinar la cita de ambos)

- (Bien hecho Neru-chan, mantengámosla alejada) Meiko-san, las dos aún no hemos comprado chocolates, así que necesitamos algunos consejos de alguien que quizás sepa de ella.

- Pues hablen con alguien más, yo estoy ocupada. – Las dos seguían sin soltarla. - ¡Ya, déjenme ir!

- Vamos Meiko, tenemos un largo día por ver chocolates. – Y las dos se fueron alejando de ahí muy a pesar de las quejas de Meiko, ya al voltear a ver estaban los gemelos ahí, Teto levantó el pulgar.

- (Ustedes dos síganlos por nosotras) – Fue lo que buscó transmitir.

- ¿Qué hacemos ahora Len? Yo realmente no estoy tan entusiasmada en seguir a una pareja en su cita ¿nos regresamos?

- Lo siento Rin, pero vamos a continuar con esto. – Respondió su gemelo. – Teto me prometió que recibiría chocolates de ella si continúo la misión así que vamos.

- Que fácil te dejas sobornar. – Respondió la rubia con rostro inexpresivo.

- ¡Nos esperan más registros! – Y ambos gemelos siguieron a la pareja. Miku finalmente había vuelto de ver chocolates y agarró varias bolsas sencillas con bombones dentro.

- Se ven lindos. – Respondió Kaito.

- Sí, fue lo que más me gustó, aunque escogí uno en especial. – Tenía una pequeña caja que contenía un chocolate algo grande, en eso ella lo extendió hacia Kaito. – Esto… es para ti.

- Gracias Miku. – El peliazul lo recibió con gusto, eso hizo que ella se pusiera feliz. - ¿Por qué el mío es distinto?

- Bueno… quería mostrarte una forma de agradecerte por lo del día de hoy, así que escogí un chocolate especial.

- Entiendo… realmente lo aprecio y lo comeré luego, seguro tienes más a quienes deseas entregar.

- Claro, pero aún podemos ver más cosas… tanto chocolate me dio hambre. – Confesó ella.

- Vamos a comer a algún lado. – Los dos salieron de la tienda para ir a comer. Mientras tanto los gemelos seguían a estos dos de lejos, el rubio tenía una cámara para tomar fotos de cualquier ángulo que pudiera interesarle a Teto, después de todo esa es la tarea que le dejó la pelirroja.

- Muy bien Rin, necesitamos pruebas para ella, así que vamos y… oh, mira a esa chica linda. – Señaló a una pelinegra que caminaba por ahí, Rin soltó un suspiro.

- ¿Qué pasó con lo de seguir a la pareja? – Preguntó ella.

- Rin, no interrumpas con mi oportunidad para buscar conseguir una pareja, así que al menos déjame ser feliz. – El rubio no perdió el tiempo para ir tras la chica que estaba sola. – Hola… veo que estás sola. – Ella mantenía una mirada neutra, pasando de largo al rubio. – Ya veo… conque eres alguien difícil ¿no? No es que me desagrade.

- Len, es obvio que la incomodas. – Rin intervino en ese momento. – Lamento si el idiota de mi hermano te molesta, seguro estabas tranquila antes.

- No importa… - Respondió por debajo. – No tenía nada qué hacer.

- Ya que hablaste ¿podrías decirnos tu nombre? – Preguntó Len, ella le miró por unos segundos antes de responder.

- Flower.

- Ya veo… Flower-chan ¿eh? Lindo nombre.

- Len, obviamente no tiene interés. – Comentó la rubia. – Así que Flower-san, me disculpo en nombre de mi hermano por haberte molestado.

- No es nada, yo igual estoy sola en un día como este. – Respondió ella, en ese momento dejó caer una hoja, Rin la levantó en aquel momento, quedando algo sorprendida al ver el contenido.

- Esto es una letra de una canción… ¿quieres ser un artista? – Preguntó ella, ella simplemente bajó la mirada.

- No es algo que deban saber. – Respondió ella, tomando la hoja de la rubia. – Me retiro. – Entonces ella se fue, dejando a ambos gemelos.

- Parece que hay muchas personas que desean ser igual que nosotros.

- Si ella desea ser una idol, quizás pueda unirse con nosotros, tener más chicas lindas sería genial. – Comentó Len, Rin solo soltó un suspiro. Por su lado Flower siguió caminando viendo la hoja.

- (Por más que quisiera… alguien carente de emociones como yo no podría hacer lo mismo… sería mejor si me rindo…)


Miku y Kaito llegaron hasta un restaurante de comida rápida, al entrar pidieron una mesa para los dos donde se sentaron, ya al pedir, siendo que Miku pidió un combo de hamburguesa y Kaito solo pidió una malteada. Al recibir su comida, la peliverde comenzó a comer mientras Kaito solo observaba con una sonrisa.

- Realmente necesitaba comer…

- Ya estás más relajada. – Respondió Kaito, ella asintió.

- Me siento mucho mejor ya que ahora pude alejarme un poco de todo eso… aunque al pensar en el concierto me sigue dando algo de nervios, ya no son tantos como antes. – Respondió ella. – Pensar en la letra de la canción es algo complicado.

- Pienso que es algo sumamente importante que tienes que escribir, lo mejor es que uno plasme sus sentimientos o lo que deseas hacer con el mundo.

- Puede que sea cierto, ya he tenido canciones antes pero las hacía con diversas cosas en mente, creo que nunca antes he puesto al menos lo que siento… quizás eso sea lo que debo hacer ahora.

- Solo sigue lo que sientes y todo saldrá bien.

- Eso haré. – Soltó un suspiro. – Ya me siento mejor ahora y creo que podré escribir una buena canción para el concierto, gracias por lo del día de hoy Shion-san.

- No es nada. – Respondió este. – Creo que ya somos muy buenos amigos, por lo que apreciaría algo más.

- ¿En serio? ¿Qué quieres? – En eso Kaito sonrió.

- Quiero que me llames por mi nombre. – Eso la sorprendió.

- Eh… bueno… - Ella se sonrojó levemente. – Entonces… K-Kaito… kun…

- Miku-san, gracias. – El peliazul estaba feliz en aquel momento, eso ya era señal de que era un poco más unido a ella. En otro lugar, Meiko estaba agotada puesto que fue arrastrada a todos lados por Teto y Neru en busca de chocolates.

- Vamos, aún tenemos otros sitios más que ver. – Exclamó la pelirroja.

- Por favor… solo déjenme ir… - Ya mostraba signos de derrota en ese momento. Mientras avanzaban, vieron a Luka observando un estante.

- Luka-san. – Teto se acercó a la pelirrosa. - ¿También ves chocolates?

- Sí. – Respondió ella. – no soy alguien que haga chocolates caseros, así que vine por comprar unos para todos.

- Estábamos en eso igual, pedimos ayuda a Meiko-san. – Señaló a la castaña que estaba blanca, Luka soltó un gotón en su frente.

- Entiendo, todos se merecen una oportunidad igual, ya entonces tengo que ver más.

- Entendido, nos vemos. – Así se fueron por su lado, ya entonces Luka soltó un suspiro de alivio.

- (Pensé que me descubrirían… si compraré chocolates para todos pero tengo unos en especial que deseo regalar…)


La cita terminó bien y regresaron al edificio, ya todos los demás igual y con ello empezaron a repartir.

- Aquí tienes, tu barra de chocolate. – Teto le regaló eso a Len, el cual no pudo hacer más que mostrar decepción.

- ¿Eh? ¿Acaso no me dijiste que era un grandioso chocolate?

- ¿Cuándo lo dije? – Soltó una pequeña risa, en eso Len se puso en un rincón con dos lagrimones en sus ojos.

- Me engañaste… no es justo…

- Deja de llorar, esto es de mi parte. – Neru le lanzó una bolsa con un listón lleno de chocolates, el rubio la miró como si de un ángel se tratara.

- Eres kami-sama…

- Exageras. – Se cruzó de brazos. En otro sitio Meiko finalmente entregó su chocolate a Kaito.

- Toma Kaito~ - La castaña le dio la gran caja de chocolate el cual el peliazul recibió.

- Gracias Meiko.

- Jeje, esto es solo una muestra de lo que mi amor puede dar, si estás libre esta noche, entonces podrías ir a mi apartamento y…

- Oh no, eso no zorra, no lo harás. – Miku se puso en medio. – No te llevarás a Kaito-kun para que lo perviertas.

- Tu ya te divertiste con él estúpida tabla de planchar, es mi turno para que los adultos nos divirtamos. – Las dos volvieron a discutir, Kaito solo pudo soltar un suspiro. Ya en otro sitio, Luka estaba avanzando por los pasillos llevando una caja con ella, entonces llegó a su destino el cual era la sala de mezclas, tomando un respiro hondo, abrió la puerta.

- Kei-san…

- Luka. – El pelinegro sonrió ante la presencia de ella. - ¿Qué te trae aquí?

- Bueno… vine a traerte esto. – Le hizo extender su mano para recibir la caja. – Es chocolate de San Valentín.

- Es verdad, estaba tan ocupado que se me olvidó que día era hoy… gracias.

- No es nada. – Sonrió ella por debajo. – Solo para que tengas en claro, es de amistad.

- Lo sé, seguro a los demás piensas dar igual.

- Eso haré… era todo lo que quería darte, ya te dejo para que sigas trabajando.

- Gracias, te lo recompensaré otro día. – La pelirrosa se fue en aquel momento, ya se sentía más tranquila al darle el chocolate, se llevó la mano al pecho.

- (Sé que dije que es de amistad… pero en realidad quería darlo de la otra manera… por ahora, esto me lo guardaré para mí misma.)

Ese día todos recibieron regalos por amistad, el día de San Valentín pasó rápido y el concierto de Miku se iba acercando cada vez más, ya finalmente llegaría el momento donde ella estaría en un gran escenario, las preparaciones se iban dando y quedaría por verse lo que ocurriría.


Ninja Britten 11: Len siempre se mete en problemas por querer divertirse y realmente lo paga caro, más Meiko nunca los va a dejar en paz, para que Miku no sea feliz en una relación.

Ya hice esta cita para los dos y sin querer se convirtió en el especial de San Valentín jaja, ya así vimos algunos momentos que pudieron darse y ya en cuanto al concierto, lo haré en un cap entero porque considero que tengo mucho de donde sacar al respecto con este, así que nos vemos en el próximo cap. Saludos.