La orden de los caballeros mortales Por Javier delgado
Basado en los personajes de Oh My goddess
Capitulo IV
Pociones y quimica
Para Urd, la linea entre la realidad y los recuerdos se desdibujo, conforme sus memoria y el relato del doctor convergían. El doctor seguía su relato como si estuviera en su salón de clase...
—No se sabe nada de lo que pasó en esa batalla, la historia solo la registró como una victoria normanda. Las leyendas tampoco ayudan, algunas hablan de que los dioses se aparecieron, otras que los guerreros adquirieron poderes. Solo puedo decir con certeza, que Urth desapareció, y una nueva palabra apareció en el lenguaje de la gente "Berseker": El frenesí del combate. Algo tan terrible que cuando los normandos se lanzaran en expediciones llamadas "Vikingr" aterrorizaron las costas desde Europa, desde Francia hasta Bizancio. — Hizo una pausa, junto las manos en ademán pensativo, tenia la mirada un poco perdida. Había dedicado casi diez años a averiguar todo esto. Y sobre todo, pensaba en la libreta de notas...
»Y ese libreta, el libro de Urth no se perdió, sino que se mantuvo oculto. La hermandad creada por Urth, lo protegió, tomando solo lo necesario para curar y defenderse. — bajo la voz, pues casi estaba hablando pasa si mismo. Nunca antes había relatado todo esto — Pero además, fueron escribiendo en él sus propias historias. Pero finalmente, con el cristianismo, la gente les comenzó a temer, y a tejer extrañas historias, la hermandad fue disuelta y el libro se extravió... hasta ahora... — Y exclamo triunfante — ¡Finalmente lo encontré!. en la forma de un libro de rezos. Su contenido fue borrado para usar el pergamino...
Repentinamente el doctor interrumpió su relato cuando dio cuenta de la profunda turbación de Urd, quien aun conservaba la imagen del terrible campo de batalla .
—¿Te encuentras bien?, ¿Pasa algo?
Parecía como si años de querer olvidar solo hubieran hecho mas profunda la herida. Vio como si estuviera ahí el hermoso rostro de Fafnir, recordó el calor de su cuerpo, sus cantos, su presencia y luego la destrozada prenda ensangrentada que le habían entregado...
Y entonces le entró una profunda ira. ¡Este hombre! Él admiraba a esa Urth, a esa joven culpable de la muerte de Fafnir, el hombre que ella había amado, pero solo muy tarde se había dado cuenta de eso. Giró a ver al doctor con mirada incendiada y con un peligroso fulgor que comenzaba a escapar de entre sus dedos, entonces exclamó :
—Ya basta, no quiero saber más. ¡Cómo puede admirar a una mujer así! A esa joven que provocó la muerte de la persona que amaba...
—Pero si Fafnir no...
—Ya basta... ¿Porqué escarba en el pasado?
El no sabía que hacer, nunca había sido bueno para enfrentarse a los sentimientos de las personas, y la idea de haber lastimado a esta joven, que ademas pudiera ser la joven que había idolatrado tantos años, simplemente era insoportable..
—El pasado nos enseña muchas lecciones, pero tienes que escucharme, ¡creo que no conoces toda la historia!
—Ya le dije que no quiero saber nada y si realmente quiere saber quien soy yo, no me importa, es libre de creer lo que quiera, si es tan listo, ¡Averíguelo !
El doctor comenzó a alarmarse, a pesar de las palabras de ira, los hermosos ojos de Urd, parecían al bode de las lágrimas. La visión de esos ojos humedecidos le le dolía profundamente. Sin pensarlo y casi sin darse cuenta de lo que hacia, la abrazó y con delicadeza, puso su mano en su cabeza, para hacerla reclinar sobre su hombro. Para su sorpresa Urd no protestó.
Tal vez, por primera vez en su vida, Urd dejó salir su dolor y frustración. Ella era una mujer muy fuerte y, tal vez por eso mismo, el dolor solo se había acrecentado con el encontró confort en la hermosa aura del doctor. Sin que el lo supiera, su deseo de protegerla la había hecho crecer y ahora la envolvía.
El estaba profundamente conmovido. Aunque no conocía el poder de las lágrimas de una diosa, sentía que había mucho que escapaba a su compresión.
Poco a poco, tal vez demasiado rápido desde el punto de vista del asombrado doctor, Urd comenzó a recuperarse...
Finalmente se separó de él, su cuerpo aun temblaba ligeramente y tenía la mirada baja. Ahora comenzaba a sentirse algo tonta por el incidente,pero al mismo tiempo, este hombre le inspiraba confianza y no se arrepentía de haber dejado salir su emoción.
Entonces levantó la mirada y al verlo a los ojos, y notar su cara de asombro y preocupación no pudo evitar sonreír, para luego comenzar a reír aliviada.
Fue un momento, un poco embarazoso, el doctor no sabía que hacer y se quedó inmóvil, con lo brazos extendidos, parecía esperar que ella se fuera burlar ahora de el. Urd estaba tratando de tranquilizarse. En eso, los interrumpió una voz, desde la puerta.
—Es hora de mi programa de televisión, quedamos en que hoy era mi turno. ¡Se supone que hoy no estarías aquí!
El doctor se encontraba de espaldas a la voz, así que giró para ver quien era. Vio a una jovencita, al borde de la adolescencia, vestía como cualquier chica de su edad, pero en su cara tenia unas marcas de color, marcas que el doctor reconoció y no pudo evitar exclamar.
—¿Skuld?
La jovencita miró con sorpresa al inesperado visitante, y puso ojos de asombro.
—¿Dr. Shugara Kenji?, ¿qué hace usted aquí?
La sorpresa de Urd fue tan grande que olvidó su anterior turbación.
—¿Skuld? ¿También tú lo conoces? primero Keiichi y ahora tú .
—¡Urd! Si tan solo vieras otra cosa que no sean telenovelas.—Luego se dirigió al doctor, con una cierta reverencia.
—¿De verdad es el doctor Shugahara? —La duda de Skuld era comprensible. Con su traje arrugado y con manchas de sangre, su pelo despeinado, no se parecía al digno doctor que había aparecido en la televisión.
—Lo vi hace unos días en mi programa favorito "Noticias tecnológicas", me impresionó mucho. No conozco mucho sobre medicinas, pero explicaron que esta revolucionando a la industria farmacéutica.
Esta vez si fue demasiado para el doctor, Después de todo, primero había aparecido en un lugar extraño, con una mujer que podía tener 1,200 años y ser una diosa, Por primera vez le había revelado a alguien su historia, por primera vez se había atrevido a abrazar a una mujer y ademas bellísima, y por supuesto, la poción de Urd para confundir. Ahora aparecía otra diosa, pero en la forma de una adolescente y nada menos que la Norna del futuro, hermana de Urd y hablando de tecnología.
El caso es que repentinamente se sintió un poco ridículo ante esa niña. Trató de arreglarse el traje y para recuperar un poco de dignidad, decidió que necesitaba presentarse formalmente, se acercó a la jovencita, hizo una pequeña y graciosa reverencia y sin darse cuenta de lo que estaba haciendo, comenzó uno de los rituales más amados por los japoneses, La entrega del meishi, la entrega de la tarjeta de presentación.
—Skuld-san, permítame presentarme...
Sacó un pequeño y elegante estuche de cuero, separó una sobria tarjeta, y lo guardo. La tomo con ambas manos se la ofreció.
Skuld estaba fascinada, el doctor, una celebridad de la televisión, se estaba refiriendo a ella, con el título de "san", en lugar del "kun"que se usa con los niños y que ella tanto detestaba. Además, ¡Le estaba ofreciendo una tarjeta como si fuera un adulto y un colega!
Skuld hizo una reverencia un poco exagerada, tomó la tarjeta y la leyó en voz alta:
— Universidad de Chiba, especialista en etnobotánica, Doctor Shugahara Kenji
Estaba feliz de participar en el ritual, pero repentinamente se asustó. ¿Dónde tenía sus tarjetas?
Comenzó a sacar de sus bolsillos una increíble cantidad de microcircuitos, herramientas, resistencias, bobinas, cables, conectores, empalmes... Si el doctor sintió alguna sorpresa ante la sorprendente cantidad de objetos, fue demasiado amable para expresarlo, hubiera sido una gran descortesía, y esperó pacientemente, tal como lo exigía la etiqueta del ritual.
Finalmente Skuld localizó su tarjeta, ¡Adentro del estuche de un CD ROM!. Se puso roja al compararlo con el elegante estuche del doctor, pero el ritual debía seguir.
Mientra tanto Urd había entrado en pánico y aprovechando que el doctor le estaba dando la espalda, hacía desesperadas señas a Skuld de que no siguiera adelante con la entrega de la tarjeta. Pero Skuld estaba fascinada de poder participar en una actividad de adultos...
Guardó la tarjeta del doctor en la caja del CD ROM, pues no tenía otra. Separó una tarjeta, un poco maltratada, la tomó con ambas manos y se la entregó al doctor. Este la tomó con toda la formalidad de un profesor universitario, por lo que Skuld sintió un nueva ola de placer. El doctor leyó en voz alta.
— Skuld diosa Segunda Clase, segunda categoría, limitada: En entrenamiento.
Si tuvo alguna sorpresa por el contenido de la tarjeta, se cuidó de no hacerlo notar.
Como lo indicaba la etiqueta, procedió a colocar la tarjeta en su estuche de cuero, justo en primer lugar, lo que indicaba respeto. Skuld no cabía en si de alegría, era la primera vez que alguien la trataba como a una adulta. Aprovecho para ver el tarjetero del doctor, y noto que no había otra tarjeta.
Mientras tanto Urd había terminado por taparse los ojos para no ver.
—Sensei, es usted muy amable, es un gran honor conocerlo en persona. ¿Mi hermana ya le dio su tarjeta?
—No, no he tenido ese placer.
—¡Oh! Seguramente las tiene extraviadas porque "ELLA" no tiene a quien dárselas, "Urd, diosa de segunda categoría "... mhh..
El doctor se sintió aliviado, a pesar de las extrañas palabras y de su tarjeta de presentación como diosa, la actitud de Skuld no era muy distinta de la de muchas jovencitas. Su experiencia como maestro le decía que había vivido demasiado tiempo rodeada de adultos que la trataban con a una niña.
En eso, algo captó su atención. Entre todo el material que Skuld había arrojado al piso, había algo que le parecía familiar.
Haciendo una pequeña inclinación de cabeza de disculpa, se inclinó y lo levantó ese objeto. Era un apretado circuito, lleno de elementos soldados en forma repetitiva y muy ordenada. Se notaba que estaba hecho con desechos, pero aun así, la ejecución y construcción mostraba una gran habilidad.
—¿Tú hiciste esto?
—Sí, pero no funciona, es que solo tengo basura y desechos para construir mis circuitos.
—¿Lo hiciste con piezas de desecho?, no soy especialista, pero esto se parece mucho a uno de los circuitos de una red neural.
Skuld brincó de alegría al escuchar la identificación del doctor
—Sensei, ¿sabe de circuitos? Sí, sí es parte de una red neural. Pero no logré que funcionara, tiene demasiados componentes defectuosos.
—Discúlpame, solo soy un humilde botánico por formación, pero he visto algo parecido en el laboratorio del Dr Kawazu,
—¡Kawazu! Conoce al Dr Izuka Kawazu del Instituto de Lógica Difusa. ¡Es mi ídolo !
El doctor Shugahara, observó con admiración la pasión de la jovencita. Le hubiera gustado tener más alumnos como ella. Hizo una pequeña reverencia y con toda seriedad le dijo:
—Skuld-san. Si me lo permite, me gustaría enseñarle esto al Dr Kawazu, creo que a él le gustaría conocer a una joven tan talentosa como usted.
Skuld se puso de todos colores, por un lado le emocionaba la idea de que el Dr Kawazu viera su trabajo,pero este era solo un montón de circuitos que no servían. Puso las manos en la espalda, miró al suelo, mientras movía su pie de un lado al otro, intentó hablar con el Doctor sin atreverse a mirarlo.
—Sensei, pero que va a decir él , es solo basura, no sirve, y no esta terminado y…
—El Dr Kawazu es un profesional, el entenderá las circunstancias, ¿me da su permiso?
—Sí… — Dijo tímidamente sin atreverse aun a mirarlo.
Luego la jovencita, realizó mil reverencias y salió corriendo sin poder contener su emoción, Urd ya resignada a que el doctor supiera todo, se le acercó y exclamó :
—Usted es un hombre muy raro. No sé como lo logró pero es la primera vez que Skuld le dice sensei a alguien.
El docto la miró con sorpresa, y luego apenas conteniendo la risa dijo:
—¿Yo? ¿soy el raro?
Luego comenzó a contar con las manos diciendo.
—uno, según parece. Sufrí un accidente, y por los la sangre en esos trapos y en mi traje parece fue grave, pero no siento ningún dolor ni tengo vendaje alguno.
»Dos, en lugar de llevarme a la enfermería , me trajiste a tu cuarto en un viejo templo, al menos a una hora de distancia de la Universidad.
»Tres ¿Quién eres tú? Según parece ser, eres Urd, "Diosa de segunda categoría", sea lo que sea que signifique eso y que vivió hace 1,200 años. O también podrías ser una fanática de la magia antigua y el cosplay.
»Cuatro, tu hermana Skuld tiene el mismo nombre que la menor de las nornas de la literatura nórdica y hasta me dio su tarjeta.
»Cinco...
El doctor se interrumpió bruscamente. Durante su recuento, había estado caminado por la habitación, cuando llegó al anaquel donde Urd guardaba sus ingredientes y pociones se detuvo asombrado al ver su contenido y mostrando la expresión del rostro más fantástica que se podía imaginar en un sobrio profesor universitario, Urd solo pudo pensar en una analogía: Un niño que entra por primera vez a una dulcería.
—¿Qué es esto?
Y ante el horror de Urd, comenzó a tomar los frascos de ingredientes.
—Doctor, no toque eso.
Estaba a punto de ir a quitarle el frasco de las manos, cuando notó todo el cuidado y respeto que ponía al tomar los recipientes. Los examinaba con ojo critico, cuidando de no alterar los ingredientes. Revisaba el contenido, en algunos casos, abría la tapa ligeramente, para dar una olfateada, pero con el cuidado que pone un químico experto cuando trata con una substancia reconocida. Urd tenía escritas las etiquetas en clave, para evitar que Skuld las manipulara, aun así, el doctor fue identificando los ingredientes sin ningún problema.
—Polvo de sapo, huevos de iguana, Hamamelis, Amanita muscaria, Galanthus woronowi , Taxus baccata , Mandragora officinarum ...
A Urd no le gustaba que alguien tocara sus ingredientes, pero no dejó de impresionarla el respeto con el que el doctor los examinaba.
—Por favor Doctor, cuidado con mis ingredientes.
El doctor estaba tan emocionado que no la escuchó, finalmente se detuvo y exclamó:
—Qué gran colección de ingredientes. El material está perfectamente seleccionado para tener todo lo esencial para que una hechicera realice la poción más complicada. Se nota que los ingredientes han sido purificados y preservados con el mayor cuidado. Todo está perfectamente organizado y seleccionado. —Volteó a mirar a Urd—. Estoy impresionado.
Todo el enojo que tenía Urd, desapareció ante esos elogios. Era la primera vez en su vida que alguien la elogiaba por su gran pasión, las pociones. Y por la voz del doctor, este parecía ser una persona muy difícil de impresionar.
Luego el doctor, revisó y separó media docena de ingredientes. Abrió uno, lo olfateó con cuidado, lo examinó con más detalle que los otros y para horror de Urd, metió un dedo y lo probó .
—¡No! Ese compuesto es muy peligroso, es...
El doctor se volteó a verla. Era evidente que no le había pasado nada, pero tenia cara de un niño que acababa de cometer una travesura. Como experto sabia que nunca debía probar un compuesto desconocido, pero le había ganado la curiosidad. Un poco apenado comento:
—Sí , ya sé. Es un extracto de una pequeña florecita morada que se encuentra a los pies de algunos árboles en la península de Escandinavia. Le llaman: La flor de Urd. Normalmente debería tener un compuesto muy especial, una hidroquinona que tiene una hermosa cadena de compuestos aromáticos...
Lo medito un momento, mientras analizaba el sabor del compuesto, y entonces, con un aire perfectamente profesional presentó su diagnóstico.
—Urd, tienes problemas. Algunas de tus pociones no funcionan.
—¿Qué? ¿Cómo? ¿Cómo lo sabe?
El doctor le pasó el frasco que había tomado, y le dijo.
—Las plantas cambian con el tiempo, se tienen que adaptar constantemente al medio ambiente y por lo tanto, a veces cambian sus propiedades. Hace tiempo que esta planta ya no produce el compuesto que necesitas.
Urd se quedó pensativa, luego tomó el frasco, lo olió con cuidado, alcanzaba a percibir el aroma de la substancia. ¡Debía estar ahí!. Y le dijo al doctor.
—Está equivocado, siento su presencia.
—¿La sientes? Pero no, no es la misma substancia, solo es muy parecida, no tiene las mismas propiedades, es un isómero , es la misma molécula pero tiene distinta forma.
—¡Demuéstremelo !
El doctor se quedó pensando unos instantes, luego miró a Urd y le preguntó :
—¿Supongo que conoces la poción del humo sólido?
—Claro que la conozco. Yo la inven... Sí la conozco, pero ¿para que nos va a servir?
—Es una reacción muy sencilla, solo dos ingredientes, pero es muy sensible, yo la uso como ensayo para determinar la pureza.
Urd se quedó pensando. Estaba acostumbrada a usar sus sentidos, la idea de una reacción sencilla para poner a prueba la pureza, le parecía muy ingeniosa.
—De acuerdo, hagamos esa prueba.
Ante la mirada curiosa del Doctor, comenzó a sacar sus implementos de laboratorio. Unas cápsulas de porcelana, varillas de vidrio, cucharillas, agua destilada. El doctor sonrío con aprobación.
Urd tomó uno de sus frascos de substancias, con una cucharilla extrajo unos cristales, y los colocó en una cápsula de porcelana, luego, el extracto de la flor de Urd, y con la varilla de cristal, añadió unas gotas de agua destilada, esperó , pero no pasó nada.
Urd exclamó con rudeza:
—¡Helleur ir i nam thite!
El doctor sonrió ante esa vieja maldición Vikinga. El había exclamado algo parecido cuando descubrió que el extracto no servía.
El fuego brilló en los ojos de Urd. Ese compuesto era básico para muchas pociones. Amplificaba sus propiedades mágicas.
—Bueno doctor, usted parece ser el experto, ¿qué solución tiene?
Entonces el doctor sacó otro pequeño estuche, este era de metal y contenía varios frascos pequeños, con distintos compuestos, que él usaba para hacer algunas demostraciones. Separó uno y se lo ofreció a Urd.
—Por favor prueba esto...
Intrigada, Urd tomó el pequeño frasco, lo abrió y alcanzó a detectar un aroma familiar que la hizo estremecer. Con mano un poco temblorosa por la emoción, repitió el ensayo.
Esta vez comenzó a elevarse una nube de humo iridiscente, que luego se quedó inmóvil, como petrificada.
Tomó ambos frascos, uno en cada mano. Y se concentró, parecía ser el mismo compuesto. Entonces recordó las palabras del doctor sobre la forma. Cerró los ojos, comenzó un pequeño canto para concentrarse, y pudo ver las moléculas. Se veían idénticas, o casi. Luego lo vio, ¡una de ellas era la imagen de espejo de la otra! ¡Estaba al revés!.
—¡Móðurserðill andskotinn! — Abrió los ojos y emitió otras maldiciones que el doctor prefirió no intentar traducir.
—El humo sólido está perfecto, esta substancia es muy pura.
El doctor comento un poco distraidamente, como lo hubiera hecho para corregir a un alumno...
—No es humo, es un aerogel.
—¿Cómo ?
—Un aerogel — repitió el doctor, señalando el humo—. Eso es un aerogel. En la NASA lo están utilizando para capturar micro-meteoritos...
Tomó del saco al doctor y lo sujetó irritada:
—No me importa si lo están usando como papel de baño. ¿De dónde sacó esto? Estoy dispuesta a ir al lugar más remoto y lejano para conseguirlo...
. El doctor decidió que prefería verla enojada, que al borde de las lágrimas y luego comenzó a reírse, pero tuvo que contenerse al ver que Urd solo se enfurecía más, así que, trató de hablar.
—Sí , viene de un lugar muy remoto y exótico.
—¿Dónde es?
—Es el jardín botánico de la universidad de Chiba.
—¿Qué ?, ¿dónde ? Doctor, no estoy para brom...
Esta vez el doctor no pudo contener más la risa, y Urd entendió que no era broma y cayó en la cuenta de lo ridículo que sonaba: Chiba, como un lugar remoto y exótico, así que se contagio de la risa del doctor. Parecían un par de adolescentes después de una broma.
Finalmente el doctor se pudo contener, respiró hondo, y asumió cierta pose, que indicaba que quería decir algo importante.
—Con todo gusto te puedo proveer de todos los materiales que quieras. Solo quiero poner una condición.
—¿Qué condición?
El doctor bajó los ojos... miró al piso. Con cara de niño que acaba de cometer una travesura, y finalmente miró a Urd y le dijo...
—Que me permitas volver a verte.
Esta vez fue a Urd a quien le dio un ataque de risa, mientras el doctor no pudo evitar sonrojarse un poco. Finalmente Urd se detuvo ante la mirada contrita del doctor y le dijo:
—Trato hecho, doctor, creo que me comienza a simpatizar. Y esos otros ingredientes. ¿Porqué los separó ?, ¿tampoco funcionan?
—No lo sé, pero lo sospecho. ¿Has comprado algunos materiales con un distribuidor de medicina aryuvedica?
—Sí … ¿Qué tiene que ver?
El doctor hizo un gesto de profundo disgusto.
—Yo lo hice en un principio, pero luego detectamos contaminación de metales pesados, en especial plomo, además de algunas falsificaciones.
Urd tomo uno de los frascos lo examino con mucho cuidado y exclamo:
—¡madar kharbeh , kos-khol, amale, khar! —… y otras maldiciones que ni siquiera el doctor pudo entender, pero estaba seguro que tenia que ver con el árbol genealógico de alguien.
El doctor la miro divertido, compartía el sentimiento. Le mostró a Urd su pequeño estuche y comento:
—Por eso comencé a cultivar mis propias plantas. Gracias a mis colegas que me enviaron muestras de todas partes del mundo. Así pude seleccionar entre distintas mutaciones para poder recuperar sus antiguas propiedades.
Urd comenzó a mirar con más respeto al doctor:
—Esa debió ser una labor de...
—Años, me tomó años de trabajo poder recuperar la pureza de los ingredientes.
—Entonces usted los debe valorar mucho.
—Son más valiosos si los puedo compartir con alguien que los aprecia. Algunos tienen propiedades medicinales y me han otorgado cierto prestigio. Pero otros tienen propiedades muy extrañas, y sospecho que eres una de las pocas personas que comprende lo que son.
El doctor fue interrumpido por un poco amable gruñido... proveniente de su estómago ... lo que lo hizo ruborizarse un poco. Pero el estómago no sabe de reglas de etiqueta.
Urd se desconcertó. Ya había olvidado que los humanos necesitan comer a intervalos regulares. Pero no tenía comida para ofrecerle y Belldandy no se encontraba en casa.
—Disculpe doctor, pero mi hermana no se encuentra en casa, ella es la única que sabe cocinar...
Entre todo lo que había escuchado en ese día, esta declaración fue lo que más sorprendió al doctor. Él venía de una familia muy tradicional y la idea de una mujer que no supiera cocinar era inconcebible. Pero al doctor siempre le tocaba cocinar en las expediciones, así que seguramente podría preparar algo de comer ahí.
—Si su hermana no se molesta, yo podría preparar algo de comer para los dos...
—Doctor, no es necesario, yo no necesito comer.
—Por favor. Le aseguro que no necesita temer de mi cocina.
—No doctor, es que yo no acostumbro a...
—Insisto, yo puedo preparar alimentos. —Urd se dio cuenta que el doctor estaba considerando su negativa a comer, como un insulto a sus habilidades culinarias, así que prefirió ceder.
—Está bien doctor, usted gana, por favor sígame .
El doctor llegó a la cocina y se detuvo sorprendido. Así como las pociones e ingredientes de Urd estaban perfectamente organizadas, esta cocina mostraba a una mente igualmente organizada y con un gran sentido estético. Casi se sentía en un templo, ante el orden y armonía.
Finalmente se animó, buscó los ingredientes y los materiales y comenzó a preparar un almuerzo ligero y sencillo, mostrando una gran habilidad.
—Doctor. Me impresiona, no pensé que un profesor supiera cocinar…
—Vivo solo desde hace mucho, además cuando uno sale en expediciones , se debe aprender a cocinar bajo cualquier circunstancia, claro que los lugares donde cocino no se parecen a esto:
—¿Expediciones? ¿A dónde?
—La última fue a la selva amazónica, en busca de Amasina, un chamán de la comunidad Kwamalasamutu, que tenia algunas plantas desconocidas. Le obsequié antibióticos y le enseñe algunas plantas que yo ya conocia, y a cambio me dio varias plantas nuevas y una receta.
—Una receta ¿Para cocinar que…?
—¡Ehhh!, Tarántula asada... ellos la consideran una exquisitez. —El doctor se rió cálidamente—. Pero confieso que me costó mucho atreverme a probarla. Pero no tuve otro remedio para no ofender a mi anfitrión. Finalmente descubrí que no sabe muy distinto que el cangrejo, pero no es una receta que quisiera repetir.
Urd no pudo evitar reír con el doctor, al tratar de imaginarse la escena. El doctor se estaba revelando como una persona muy interesante.
Afortunadamente la cocina estaba bien abastecida, el doctor finalmente le ofreció a Urd la tradicional sopa miso, y unas porciones de niku yaga y ohitashi.
Urd miró con curiosidad la obra del doctor, por un momento recordó a otro hombre que había cocinado para ella, el doctor interpretó mal su curiosidad.
—¿O preferirías probar mi tarántula asada?
Ambos se rieron de la sugerencia del doctor, y procedieron a comer. No era la alta cocina de Belldandy, pero el doctor realmente tenía su estilo.
Al terminar, el doctor se dedicó a dejar la cocina tan impecable como la había encontrado.
Pronto estaba de vuelta en el cuarto de Urd, donde comenzaron una acalorada discusión sobre como detectar la contaminación de metales pesados en los otros ingredientes de Urd.
Acostumbrado a las expediciones en la selva, el doctor llevaba consigo algunos reactivos para analizar la contaminación del agua, Urd prefería usar sus maravillosos sentidos. Pronto se pusieron a comparar sus métodos y ambos quedaron mutuamente impresionados.
—Con esos reactivos hasta un niño podría hacer el análisis.
—Ese es exactamente el propósito, una método sencillo, estándar y que tenga poco errores. Pero me impresiona como eres capaz de detectar los minúsculos cambios de color.
Luego cerró los ojos. Poco a poco, todas las emociones del día, comenzaban a hacerse sentir, finalmente comentó:
—Perdón, creo que necesito sentarme. Ya demasiadas emociones juntas y hay tanto que no entiendo.
Se sentó mientras trataba de relajarse un poco.
—Doctor no se preocupe, le haré una de mis pociones especiales para que recupere su energía. Le prometo que se sentirá mejor.
Urd se dirigió a buscar algo que darle al doctor, pero en eso notó la bolsa de papel, que dejaba ver ya el cuello de la botella y una sonrisa traviesa apareció en su rostro.
—Doctor... esa botella… pensaba celebrar...
—Ahh sí. Le prometí al profesor Danielsen que me emborracharía hoy.
El doctor emitió la declaración con el mismo tono que hubiera dicho que pensaba vacunarse, era algo que tenía que hacer, le gustara o no...
Urd tomó la botella, y silbó al ver la marca.
—Esto es muy bueno ¿le importa si lo acompaño?
—¿Me acompañas?¿ a... qué ?
—Tomar solo es muy aburrido.
El doctor no estaba seguro si había entendido bien, pero la perspectiva de emborracharse, junto con una hermosa mujer, de repente parecía muy atractiva.
—Ah. Ahhh ehhh. Sí, estaría encantado. Como dijo la reina Geirhild: ¡"Faþer vár es ert í himenríki, verði nafn þitt hæilagt "!
Urd se detuvo en seco y luego comenzó a reír con una risa incontrolable.
El doctor miró asombrado ese fenómeno. Por primera vez, alguien se había reído de uno de sus chistes. Por supuesto. Él no tenía forma de saber que había sido Urd la que había difundido ese feo rumor sobre la reina Geirhild.
Finalmente, Urd logró parar de reír. Abrió la botella de sake, y le sirvió un gran vaso al doctor. Este como principiante, tomó un gran sorbo. Casi se ahoga, pero pronto, después de unos cuantos experimentos, logró encontrar la forma de tomarlo.
Con un poco de sake en su torrente sanguíneo, se armó de valor y pronunció otro de sus chistes. Esta vez sobre las costumbres sexuales de Raghild, la amante del rey Harald, y el resultado fue el mismo. Urd tardó un buen rato en poder para de reír.
El doctor tuvo la oportunidad de realizar más "experimentos", todos con un buen resultado. Consideraba que era una lastima que la mayor parte de esas anécdotas hubieran sido consideradas impublicables por sus editores, y se lo comunicó a Urd, quien compartió su indignación.
El doctor estaba extasiado, pues en lugar de unos desconcertados alumnos que no tenían idea de que les hablaba, esta vez tenía a un auditorio dispuesto.
Algo más tarde, Belldandy y Keiichi regresaron de su trabajo en Whirlwind. Belldandy le había proporcionado muy pocos detalles extras a Keiichi, pero había prometido que pronto le explicaría todo.
Apenas cruzaron la entrada del templo, cuando Keiichi escuchó algo que le recordaba mucho a un montón de Klingons de la serie de Star Trek.
Se detuvo intrigado, así que volteó a mirar a Belldandy y se quedó boquiabierto.
Belldandy se había tapado la boca y estaba haciendo grandes esfuerzos por no reír, con muy poco éxito. Finalmente no lo pudo evitar, y comenzó a reír con alegres carcajadas.
Keiichi no pudo evitar estar asombrado. Era la primera vez que Belldandy se reía así. Ella siempre tenía gran control sobre si misma y usualmente reía de manera algo tímida, nunca de manera tan abierta.
Keiichi sentía como Belldandy lo contagiaba de su risa. En cuanto Belldandy pudo dejar de reír le preguntó :
—¿Qué es ese ruido? ¿porqué es tan divertido?
—Eso es una canción de taberna vikinga.
Eso desconcertó más a Keiichi... ¿cómo era que Belldandy conocía una canción de taberna?
El desconcierto de Keiichi solo aumento la risa de Belldandy, pero finalmente pudo explicar:
—Cuando Urd regresó de la tierra, insistió en enseñarnos esa canción diciéndonos que era una canción de cuna y con ella nos arrullaba. Tiempo después supimos la verdad.
Y Belldandy comenzó a cantar:
klank* *klink* *klank* *klink*
Aaaeeaahaah! Aaaeeaahaah!
Venimos de la tierra de hielo y fuego.
De las sobrias tierras del congelado Nifelheim.
Nacidos del caos de los golfos hambrientos
Suenan los ecos eternos del Ginnungagap.
El sonido de los tarros.
Klank* *klink* *klank* *klink*
Aaaeeaahaah! Aaaeeaahaah!
Keiichi tenía que reconocer que en la dulce voz de Belldandy si podía sonar como una canción de cuna y no como una banda de Klingons borrachos.
El que la canción pusiera de tan buen humor a Belldandy, alegró mucho a Keiichi.
—Me enseñarías la canción, parece ser divertida.
Belldandy estaba encantada, esa canción le traía viejos y queridos recuerdos. Así que pronto estaban en la sala del templo, cantando a coro una canción vikinga de taberna y acompañados de una taza de té .
Los jóvenes cantaron y rieron juntos un buen rato, hasta que se dieron cuenta que el ruido en el cuarto de Urd había cesado. Decidieron investigar como seguía el doctor.
Ambos se asomaron con cuidado al cuarto de Urd y se quedaron boquiabiertos.
Ahí estaba Urd, acurrucada tiernamente en brazos del doctor. Y ambos tirados en el piso.
Belldandy se sintió tan enternecida por al escena, que usando sus poderes con mucho cuidado, los hizo levitar y los acomodó en el futón de Urd todavía abrazados.
(Fin del capitulo IV- rev_2)
Notas:
1) Tarántula Asada. Efectivamente, es un platillo muy apreciado en el Amazonas. Básicamente, se hace un agujero en la tierra, se envuelve a la tarántula entre hojas aromáticas, para conservar la humedad y darle sabor y se prende un fuego encima. Ellos afirman que es deliciosa.
2) Aerogel: Lo que conocemos como gelatina es un hidro-gel. Es decir un líquido que es vuelto sólido con la ayuda de alguna substancia química. En esta caso, un gas que se solidifica se le llama aerogel. Al ser tan delicada la estructura, se usa como trampa en algunos satélites artificiales para poder recolectar micro meteoritos, pero se usan técnicas distintas a las aquí descritas para fabricarlo.
3) Dr Izuka Kawazu, efectivamente es uno de los especialistas en redes neurales en Japón. Este tipo de redes, tiene mucha utilizad para simular la capacidad de aprendizaje del cerebro.
4) Etnobotánica . Los etnobotánicos tiene una formación de antropología, por lo cual son muy abiertos a las ideas sobre magia, no necesariamente las comparten, pero si las respetan.
5) Isómeros . Son compuestos cuya molécula es la imagen de espejo de la otra. Esa es una de las razones de que el Dr Shugara tuviera que estudiar esteroquímica.
6) Berseker. El frenesí de combate de los antiguos vikingos. Nadie sabe en que consistía, pero causaba terror. Podían seguir luchando como si nada, incluso cuando ya estaban mortalmente heridos. Algunos creen que lo lograban con drogas alucinógenas. Siempre he pensado que me sonaba a algo que Urd podría haber inventado.
7) Maldiciones: Por si tienen curiosidad, Urd esta maldiciendo en islandés y en farsi. En realidad no son maldiciones muy sofisticadas, pero prefiero no traducirlas.
