Este capítulo es algo largo, pero no me pude detener,
espero que su lectura sea tan emocionante, como lo fue escribirlo.
Javier Delgado


La orden de los Caballeros Mortales
Por Javier Delgado R.

Fan fiction, inspirado en "Oh mi diosa" de Kōsuke Fujishima.

Capítulo XIV

La batalla del templo Tarikihongan

Sundrbornar mjök segi ek nornir vera, eigu-t þær ætt saman;
sumar eru áskunngar, sumar alfkunngar, Þaðan koma meyjar
margs vitandi þrjár ór þeim sæ, er und þolli stendr;
Urð hétu eina, aðra Verðandi, Skuld ina þriðju;
þær lög lögðu, þær líf kuru alda börnum, örlög seggja

Esas palabras resonaban en la mente de Keiichi. El acceso a Yggdrasil le había dado mucha información pero esos simples versos recitados por Urd en un antiguo lenguaje eran la clave que hacía falta y que gracias a su cerebro modificado, podía entender claramente:

- "De variados orígenes las Nornas son,
tampoco de una sola raza.
Algunas descienden de los dioses,
otras de los demonios sangre tienen.
Aquí viene las doncellas, grandes en sabiduría.
Las tres se aposentan bajo el árbol.
Urth es una nombrada, Verthandi es la siguiente y Skuld la tercera.
Y en el árbol Yggdrasil las leyes harán,
para fijar los destinos de dioses, hombres y demonios."

Keiichi miro entonces a la delicada joven que se recargaba su cabeza sobre su hombro. Belldandy, diosa entre las diosas, procreada con el propósito de fijar los destinos de los dioses, y para eso sería la futura Kamisama. Su hermana Urd, procreada con el fin de ser la futura Daimakaichō y regir sobre Hell, y finalmente Skuld, procreada para un día ser la regidora del destino de los hombres. Ellas eran las Nornas, destinadas a ser los seres más poderosos del multiverso.

El día anterior había sido un día de revelaciones. Pero las explicaciones de Urd y Belldandy solo habían alimentado su sensación de que aún faltaba mucho por entender. Entendía que Urd se había alejado de su madre y tal nunca sería la Daimakaichō, pero en Belldandy también parecía haber un rechazo a su futuro. Pero no solo eso, los preparativos contra una posible amenaza y el contemplar el poder de la diosa, le habían recordado lo frágil que es la existencia.

Hoy había estado meditando todo el día en las implicaciones. Belldandy parecía percibir sus preocupaciones, pero también había estado silenciosa. Keiichi después de vivir cuatro años con ella, sabía reconocer que algo estaba mal, pero no deseaba presionarla, Él confiaba en ella y esperaría.

Ahora Keiichi y Belldandy se encontraba sentados el jardín del templo, Belldandy le había dicho que habría una hermosa puesta de sol, y que deseaba compartir con él. Esa era una experiencia que Belldandy le había enseñado a disfrutar, pero entendió que en este momento ese no era el propósito real. Belldandy quería estar a solas con él.

Por el momento las palabras eran innecesarias, lo único que necesitaban eran sentir la presencia, uno del otro y dejar que los invadieran los ritmos de la naturaleza. Keiichi había aprendido a percibir la delicada y poderosa magia de Belldandy, mientras que ella dejaba que la hermosa aura del joven la envolvieran, complementándose uno al otro.

Pero Keiichi no podía concentrarse. No dejaba de pensar en esas palabras y en todo lo que implicaban. Belldandy, era la Norma, la poderosa diosa, pero era algo más importante, era a quien él amaba. ¿Qué podía hacer él por ella? Solo era un mortal. No importaba, si su vida era todo lo que podía ofrecer, la daría.

¿Tendría esta joven un destino que cumplir? Las tres hermanas habían nacido con un propósito. Pero algo había salido mal. Su padre había muerto. Él había soñado acabar con el conflicto entre dioses y demonios, pero ya no estaba ahí para asegurarse que eso pasaría. Urd había abandonado Hell, Belldandy luchaba en contra de su papel, y Skuld parecía carecer de los grandes poderes mágicos de sus hermanas. Además había oposición en ambos universos. Oposición que parecía, podía alcanzar proporciones mortales.

Keiichi se estremeció y abrazo con fuerza a Belldandy. Esta se sobresaltó, pero también lo abrazo como adivinando sus pensamientos.

- Keiichi-san, por favor no te angusties. Los problemas de demonios y dioses no son tuyos.

- Belldandy, todo lo que te afecte, me importa. Sé que comparado contigo, solo soy un débil mortal, pero algo me dice que puedo hacer una diferencia. Hace tiempo que pienso en esto. Eres una inmortal, mi vida es insignificante junto a lo que has vivido y cuando yo muera, tú seguirás existiendo durante una eternidad.

Belldandy tembló ante esas palabras, ya sabía lo que Keiichi quería decir.

- Keiichi, no pienses en la muerte. Piensa en la vida. Tú siempre vivirás en mi corazón.

Keiichi se reclinó para apoyarse en la joven. Sabía que algo había cambiado. Siempre que había intentado acercarse a ella, había sentido, no un rechazo, era algo más sutil, era como si Belldandy temiera el contacto. Pero ahora era distinto, esta vez sentía como si Belldandy deseara ese contacto. Sentía la tibieza de su cercanía, y le tomo de nuevo la mano y percibió como el cuerpo de Belldandy respondía ante el contacto y estrecho su mano con más fuerza. Pudo sentir una emoción contenida en Belldandy, pero ella evadió su mirada.

-Yo sé que algún día moriré, pero tú le das un significado a mi vida que nunca había tenido. No importa si vivo para ser un anciano o si muero la semana próxima. Mi vida es tuya.

Belldandy suspiro profundamente y había volteado el rostro para Keiichi no viera sus bellos ojos que comenzaban a llenarse de lágrimas. Esas eran las palabras de Keiichi que más temía y sin embargo que más la llenaban de felicidad. Respiro lentamente para tratar de evitar que le temblara la voz.

-Por favor Keiichi-san. No digas más. Solo compartamos este momento, el sol se va y sabemos que volverá a salir., pero este momento, no se repetirá.

¿No se repetirá? Pensó Keiichi, soltó la mano de Belldandy y con delicadeza la tomo del rostro y el obligo a mirarle a la cara. Al ver sus ojos llenos de lágrimas su corazón se contrajo, pues sabía que por alguna razón, él era la causa de esas lágrimas. La emoción lo desbordo, y sabía que solo había una manera de acabar con esas lágrimas. Era algo que nunca se atrevía a hacer. Dominando su ansiedad, lentamente, acerco su rostro al de Belldandy. Ella se estremeció al darse cuenta de sus intenciones.

- Keiichi-san, por favor, no lo hagas, No sabes que pasara después de esto.- por un instante Belldandy volvió a ver sus pesadillas, pero el sonido de la respiración de Keiichi las disolvió.
- Belldandy, te amo. Sé que tú ya lo sabes, pero para mí siempre ha sido difícil decirlo. No importa lo que ocurra mañana, tú lo dijiste, este momento no se repetirá. Mi vida será muy breve comparada con la tuya, pero al menos, espero que sea una brillante chispa, aunque dure muy poco.

Keiichi se había acercado más a Belldandy, podía sentir su respiración, y sabía que a pesar de las palabras de la diosa, ella también lo deseaba.

Ella cerró sus ojos, ya no había marcha atrás, pero no se atrevió a acercarse, espero que fuera Keiichi el que se acercara. Lentamente, unieron sus labios, y para ellos el mundo desapareció.

Mientras tanto, el cielo se había llenado de estrellas completamente indiferentes a la escena que alumbraban. En el mundo millones de parejas cobijadas por la noche, compartían ese gesto, pero solo el sencillo acto de esta pareja podría llegar a afectar a las mismas estrellas.


El lugar estaba lleno por grandes y complejos equipos, sin embargo estaba relativamente vació. Muchos de los estudios se realizan en forma automatizada, por lo por lo que podía realizarse sin supervisión humana, pero frente a uno de esos equipos, se encontraba una joven solitaria.

Jenny Rosenthal no dejaba de expresar su ira en palabras, que parecían muy poco apropiadas a ese lugar. Estaba segura de estar perdiendo el tiempo, pero su supervisor de posgrado había insistido mucho en este estudio y el Profesor Yoichiro Nambu no era una persona fácil de ignorar.

Tres veces ya había realizado el estudio y tres veces había obtenido resultados imposibles. - ¡Maldición!- grito una vez más, cuando el display de la computadora presento una gráfica nueva.

Ya le había pedido al Profesor Nabu que no le hiciera perder el tiempo, pero le había recordado que ella era la mejor operadora de este equipo, que se llamaba nada menos que: "Difractómetro Huber 4-Circle de radiación de sincrotón", Uno de los equipos más complejos del área de "Advanced Photon Source" en el Laboratorio nacional Argonne.

Examino la gráfica de nuevo. -¡Esto es Imposible!- No ese resultado no tenía sentido. Solo estaba perdiendo su tiempo. Ella era la estudiante más brillante el profesor Nambu, y por un momento pensó si él tendría algo en contra de las mujeres. ¿Porque otra razón la había puesto a realizar esa prueba tan descabellada? Verificar las supuestas propiedades de uno cristales. Y luego esa ridícula carta invocando unas propiedades extraordinarias y de una persona que ni siquiera era físico. Sonrió con satisfacción al pensar en el E-mail que le había enviado como respuesta. Esperaba haberlo puesto en su lugar.

Finalmente intento tranquilizarse y decidió comparar este resultado con los anteriores. Tal vez así podría encontrar la falla.

Abrió los archivos, puso los resultados y se quedó petrificada. Tenía cuatro ensayos y todos tenían exactamente el mismo resultado dentro del rango del error experimental. No había forma de equivocarse y obtener el mismo valor. ¿Y si el resultado no fuera tan descabellado? Cerró los ojos, y realizo algunos cálculos mentales y su corazón se comenzó a acelerar.

El equipo había escaneado las propiedades estructurales de la muestras, con una precisión de micras. También había utilizado espectroscopia de rayos X y de fluorescencia. Y todas las pruebas coincidían.

Su pulso se aceleró, conforme volvía a revisar los resultados. Cerró los ojos, respiro hondo, y no pudo evitar lanzar un sonoro:-¡Yahoooo!-. Fue un grito más apropiado para una adolescente en un concierto, que para una estudiante de posgrado de física, pero a ella no le importó. Esto era extraordinario, tenía que confirmarlo una vez más, pero sus dudas habían desaparecido. Era algo extraordinario y cuando escribiera el reporte...

Repentinamente se quedó petrificada y recordó - ¡El E-mail!-

Trago saliva, una mujer joven en el competitivo y esencialmente masculino mundo de la física, no es alguien que este acostumbrada a pedir disculpas, pero tendría que hacerlo. Con las manos un poco temblorosas, se sentó frente a su laptop y comenzó a escribir un correo.

Fue un momento difícil, apenas estaba descubriendo él difícil arte de pedir disculpas, sin llegar a aceptar que se había equivocado. Después de varios intentos fallidos, Finalmente estuvo satisfecha con sus esfuerzos literarios y envió el correo.

Terminado ese desagradable momento, se puso a elaborar un plan de trabajo. Leyó con cierto desprecio la descripción del procedimiento usado para obtener la muestra. Y pensó para sí misma: - Esos químicos, creen que los saben todo- Necesitaba mucho más material, miro a su alrededor, y sonrió. Podría usar técnicas de resonancia de Difracción para duplicar la estructura cristalina, y justamente se había cancelado un experimento por lo que el equipo estaba disponible. Pronto tendría todo el material necesario, y en su mente se comenzaron a formar cientos de posibilidades a explorar.

Sonrió satisfecha, apenas contaba con 23 años, y esto la llevaría a las grandes ligas. Luego tuvo un pensamiento la hizo reír carcajadas. Cuando recibiera el Nobel, el nombre de Rosenthal iría antes que Shugahara.


Era un pequeño cuarto de Hotel, uno de esos abigarrados cuartos, que se encuentran en muchas ciudades europeas y que olía antiguo.

En una pequeña mesa, el Dr. Shugahara revisaba sus correos, pero se veía muy distinto. En la cama del cuarto, el profesor Sripathi lo veía con cierta preocupación. La tensión comenzaba a hacer mella en el hombre, a pesar de su tenacidad. Sabía que el peso de la responsabilidad que se había impuesto era grande. Y cada día, conforme se hacían nuevos hallazgos, la responsabilidad aumentaba. Y además la falta de noticias del paradero de Urd.

Repentinamente el Dr. comenzó a reír. Pero no era su risa habitual que revelaba su especial sentido del humor, eran una risa que tenía algo de histérico, como si estuviera a punto de perder el control.

El profesor se levantó un poco alarmado. Se le acerco por detrás, pero se detuvo. Reflejado en la pantalla de la computadora alcanzaba a ver su rostro, surcado de lágrimas. Por un momento no supo que hacer, sabía que para un japonés, mostrar sus lágrimas era algo muy difícil y no quería incomodarlo. Pero necesitaba ayudarlo.

Finalmente se decidió. Apoyo su mano sobre si hombre y se concentró en la pantalla de la computadora, para evitar mirarle a la cara e intento iniciar una conversación para distraerlo.

-Parece que recibió buenas noticias, o al menos algo fuera de lo común.

El Dr. Shugahara se sobresaltó al contacto de esa mano, repentinamente fue consciente de que su risa no era natural. Tenso el cuerpo e intento retomar el control. Fue un momento un poco embarazoso, pero poco a poco dejo de reír. Finalmente aspiro profundamente, y sin voltear a mirar al profesor, para que no viera sus lágrimas, comento:

- Quiero pedirle una disculpa. Lo he arrastrado por medio mundo en esta locura que yo mismo no sabía a qué nos llevaría.

-Por favor. Por nada del mundo me hubiera perdido de esto. Primero me dio una misión que nunca soñé, ayudarlo a proteger a una Devi, pero ahora, estamos en un viaje que cambiara todo lo que sabemos de la historia humana. No, nunca me hubiera perdido de esto.

- Entonces aprueba lo que estamos haciendo. Usted tenía mucho miedo cuando obtuvimos el primer cristal.

- Cierto, tenía miedo, hasta que usted me explico lo que es el cristal. Y estuve pensando, el pueblo Mai-m-mîn, estaba a punto de desaparecer. Una generación más y ese cristal habría sido descubierto por extraños. No me atrevo a pensar en lo que podría haber pasado.

El Dr. Shugahara suspiro, y cerró los ojos, meditando las palabras del profesor. Abrió lentamente los ojos, pero con la vista una fija en la pantalla y comentó:

- Esos cristales son peligrosos. La humanidad lo supo, cada una de las civilizaciones que tuvo contacto con ellos, y sufrieron los estragos de su poder, los ocultaron lo mejor que pudieron. Uno estuvo protegido por milenios por un grupo de fieles; otro en una caverna oculta en un volcán; uno as bajo en una pirámide prehispánica, y también debajo de un bloque de granito de más de mil toneladas, otro más en un laberinto, y en pasadizos ocultos en las pirámides de Egipto. Me he comenzado a preguntar si no es una imprudencia mía a sacarlos de nuevo a la luz.

- ¿Eso es lo que lo ha estado preocupando? Yo también lo he meditado: Pero piense en esto. Tarde o temprano habrían sido descubiertos. La curiosidad de la humanidad ha crecido, y nuestra tecnología también. Los pasajes de la pirámide de Meidum fueron descubiertos hace 10 años utilizando fibras ópticas. Algún día alguien entraría ahí. El pueblo Mai-m-mîn estaba al borde de la extinción. Esa cueva en México estaba a punto de ser explorada. He llegado a la conclusión de que en realidad estamos evitando una catástrofe. Usted estuvo expuesto al poder del cristal y no sucumbió, creo que es el más adecuado.

- Pero estuve a punto de hacerlo, si no hubiera sido por el recuerdo de Urd. Pero es cierto, al menos ahora entiendo porque el cristal es capaz de enloquecer a los hombres. Ningún ser humano ha tenido la capacidad de pagar el precio que hay que pagar por usar ese poder. Mi angustia es que no se si estos cristales sean la solución, pero si Urd me ayuda, los podremos alejar de las manos de la humanidad.

- Pero no es eso lo único que le preocupa.

- Si, también pienso en Urd. No sé en dónde está, Belldandy me asegura que ya tomo medidas de protección, pero no puedo evitar preocuparme. Todo esto me llena de angustia.

El profesor Sripathi sintió la preocupación del Dr. y decidió intentar distraerlo un poco...

- El correo que recibió, ¿qué es?

El Dr. comenzó a reír de nuevo, pero esta vez era distinto, como si le hubieran descargado un gran peso, su sentido del humor parecía regresar.

- ¡Ah!, es de una joven y arrogante estudiante de física...

El profesor lo interrumpió.

- ¿Joven, arrogante, y físico? Siempre he pensado que esas tres palabras son sinónimos. Los físicos siempre nos están recordando a nosotros, los de las ciencias "blandas" que ellos tienen los secretos del universo.

El Dr. se relajó con estas palabras y comenzó a reír de una manera relajada y agradable.

- Cierto, pero también reconozco que en ocasiones tienen la razón. ¿Recuerda que le comente sobre un compuesto especial que extrajimos de la flor de Urth?

- Si, usted estaba muy emocionado con ese compuesto, pero no creo haber entendido sus implicaciones, esa charla de dimensiones superiores me suena a magia moderna.

- También está fuera de mi área, por eso le pedí al Dr. Yoichiro Nambu, del departamento de física que lo investigara y le explique sus propiedades. Le costó trabajo creerme, pero finalmente asigno el trabajo a su mejor estudiante. La joven al ver mi descripción de las propiedades y averiguar que solo soy un vulgar botánico, me escribió una hermosa carta indicando que estaba completamente loco...

- ¿Y ese es lo que le causo gracia?

- Lo encontré divertido, a su edad yo era igual de arrogante. Pero parece que tuvo que cambiar de opinión. Se dio cuenta que tenía razón, así que tuvo que disculparse, sin llegar a aceptar su error. Incluso ya le puso un nombre al compuesto. A pesar de su arrogancia, tiene sentido del humor

- ¿Por el nombre?

- Si, según ella ahora su nombre oficial será "cristales de dilithium"...

- ¿Ese nombre? - El profesor pensó un momento, estaba intrigado tratando de recordar donde había escuchado eso antes - Ya recuerdo, es de una vieja serie de ciencia ficción.

Ambos hombre comenzaron a reír, en parte por la broma, pero también porque se daban cuenta que se comprendían mutuamente. Luego el profesor Sripathi se quedó en silencio un momento meditando y dijo:

- Dr. Shugahara, creo que es momento de que regrese con Urd y sus hermanas. También tengo un mal presentimiento.

- Pero aún falta mucho por hacer, No puedo abandonarlo.

-Tonterías. Yo puedo hacerme cargo. Solo quedan unos pocos lugares más por explorar. Además le tengo una buena noticia. Se aceptó la transferencia del joven Somasindhu. Se pospondrá un poco su ingreso a la universidad, así que le pediré que me ayude. Él es de los pocos que comprende lo que estamos haciendo y siente que tiene una deuda que pagar.

El Dr. Shugahara finalmente volteo a ver al profesor Sripathi, Sus ojos se volvieron a humedecer ante la muestra de solidaridad, pero no se avergonzó de eso. Se levantó y realizo una elegante reverencia de agradecimiento y simplemente dijo:

- Gracias.


Walharen, demonio de tercera clase, finalmente llego al palacio central y se presentó ante el visir encargado de mantener a los curiosos y peticionarios fuera de la vista de Hild. Solo los más insistentes podían llegar a verla, pero para desgracia de Walharen, su puesto en Nidhogg acceso inmediato.

Una fila de peticionarios lo miro con odio cuando se le concedió el acceso inmediatamente, a pesar de su rango de tercera clase, pero el con gusto les habría cedido su lugar.

Un guardia lo escolto a la sala del concejo donde Hild normalmente atendía sus asuntos, había una agitación poco usual en el ambiente. Luego, para su sorpresa, el guarda no lo dejo quedarse en la sala, en su lugar lo llevo a una antesala. Al interrogar al guardia, este le indico que posiblemente habría una junta del consejo. Walharen se sintió sorprendido, tenía tiempo que no había una, a Hild parecían no gustarle.

Finalmente el guardia le indico un asiento y le dijo simplemente - Espera aquí.- y abandono el lugar dejándolo encerrado.

Walharen se sintió aliviado, su encuentro con Hild parecía que sería pospuesto. A diferencia de los humanos, los dioses y demonios no necesitaban comer, así que podía esperar todo el tiempo del mundo. Se sentó a esperar pacientemente.


El niño miraba asombrado las manipulaciones de Skuld. Desde que se conocieron había sabido que ella era especial, y sus muestras de poder mágico, y ese ser que ella llamaba ángel se lo habían confirmado. Pero nunca había querido cuestionar ni preguntar más. Le bastaba con saber que ella era simplemente Skuld.

Hacia un par de días, Skuld, sus hermanas y Keiichi lo habían recibido de una manera muy seria. Se había sentido muy nervioso ante la atención que le prestaban, pero eso solo había sido el principio de algo mucho más extraordinario.

Aun no terminaba de entenderlo, pero solo recordaba dos cosas. Las tres hermanas eran diosas y una amenaza se cernía sobre el lugar. Todo el que estuviera cerca de las diosas estaría en peligro, y le habían pedido que se alejara de Skuld un tiempo

Pero él se negó, si Skuld estaba en peligro, no deseaba alejarse, se sentiría como un cobarde. Afortunadamente Keiichi había intervenido. Keiichi era un mortal como él y creía que él podría ser de ayuda. A pesar de las protestas de las diosas finalmente se había decidido que Sentaro-Kun también debería aprender sobre las defensas del templo.

Y ahora estaba con Skuld, que le explicaba nuevamente la manipulación de las distintas armas, defensas y mecanismos que su genio mecánico le había concebido. La jovencita tenía en su mano algo que parecía estar armado con desechos, pero Sentarō ya había visto cómo funcionaba.

- … Y recuerda, el detonador no debe activarse sino hasta poco antes del disparo. - Skuld se detuvo irritada al ver notar que Sentarō no reaccionaba a sus palabras

- Sentarō, ¡escúchame! ¡Eso es importante!

Luego Skuld se detuvo, acababa de darse cuenta que si Sentarō que ella era la causa de la distracción de Sentarō, y no pudo evitar un ligero rubor. El reacciono nerviosamente.

- Skuld, discúlpame, Pero aún me suena increíble, ¡Eres una diosa! ¡Eres increíble!

- Lo siento, tal vez debí decírtelo antes, pero gracias por querer ayudarnos.

- Skuld no podría ser de otro modo yo...

Los dos se miraron mutuamente, pero nerviosamente voltearon a otro lado, había palabras que eran muy difíciles de decir. A Skuld la había conmovido mucho el que Sentarō quisiera luchar poder ella. Durante unos instantes no supieron que decir y Sentarō intento cambiar la conversación:

-Entonces, ¿creen que seremos atacados por demonios? ¿Hay una guerra?

Skuld medito un instante, y le contesto en un tono muy serio, que Sentarō nunca le había escuchado.

- Entre dioses y demonios hay un pacto. Siempre seremos rivales, pero no está permitido matar. Hay un sistema para evitarlo. Siempre ha habido luchas y rivalidades. Pero algo paso. Una diosa murió, no entendemos porque, y parece que hay demonios que quiere acabar con el sistema.

- ¿Y es verdad que la reina de los demonios es la madre de Urd? Urd no me parece que sea mala...

-No es reina, es la Daimakaichō. Es una persona temible, pero no la llamaría mala, la diferencia entre dioses y demonios es algo mucho más complicado.

El niño se rasco la cabeza, era muy fácil dividir al mundo en bueno y malo, si la líder de los demonios no era exactamente mala, ¿entonces que era?

- Pero eso no importa, lo importante es que nuestra presencia aquí en la tierra, irrita muchos a los demonios, uno de ellos, se llama Marler y siempre ha intentado expulsarnos de aquí.

- ¿Marler? ¿Entonces ella es mala?

- Skuld no pudo evitar reír, Sentarō solo intentaba entender al mundo de una manera sencilla.

- Marler y Urd fueron amigas cuando era niñas

- ¿cómo? ¿Entonces porque las ataca?

- Porque es su deber como demonio.

- ¿Y entonces ella los va a atacar?

- No, Marler es peligrosa, pero ella busca expulsarnos de la tierra, no trata de hacernos daño. Pero parece que hay una rebelión, de demonios que ya trataron de matar a Urd y que quieren derrocar a su madre.

- Esto es muy complicado. ¿Y es cierto que Urd vuela en escoba?, ¿tú vuelas en escoba?, ¿cómo es el cielo?...

El niño soltó una serie de preguntas, que Skuld no alcanzaba a responder. Finalmente le tapó la boca con la mano...

- No tan rápido, ¡son muchas preguntas!, soy diosa, no sistema de información.-

Sentarō se le quedo mirando con aire contrito, y ante eso, Skuld comenzó a reír, y el niño pronto se le unió.

Súbitamente Skuld se detuvo, como si hubiera escuchado algo. Sentarō la miro intrigado, él no había escuchado nada. Skuld corrió al pasillo seguida por el niño, se encontró con sus hermanas y con Keiichi.

- Belldandy, lo sentiste.

- Si, algo muy poderoso viene, creo que llegara en la parte trasera del templo y no es una sola presencia. Keiichi-san, Sentarō, por favor, recuerden, intenten mantenerse dentro los límites de la casa. La barrera que puse los mantendrá a salvo, si tienen que hacer algo afuera, Regresen al interior lo más pronto posible.

- Belldandy, también debes prometerme que te cuidaras.

Los dos se tomaron de las manos se miraron a los ojos durante unos instantes. , En el rostro de Belldandy había una nueva expresión, en lugar de la dulzura de sus ojos, había fuego. Ella estaba dispuesta a proteger a Keiichi contra todo. Hablo con expresión decidida.

- Keiichi-san, te prometo que lo haré. - De su bolso saco varios discos metálicos. Eran pequeños y llenos de runas. Se los dio a Keiichi, quien los repartió en sus bolsillos. - Nunca se le había confiado algo así a un mortal. Pero por mi culpa has tenido que hacer muchas cosas a las que ningún mortal antes se había enfrentado.

- Belldandy, sabes que es un honor hacer todo esto por ti.- La diosa solo asintió con timidez y continuo dando instrucciones

- Skuld, también debes intentar mantenerte adentro. Puedes resistir un ataque más que ellos, pero tu magia aun no te puede proteger lo suficiente.

- Tengo mis mecanismos para protegerme.

- Skuld, lo sé, y cuento con ellos. Quien quiera que sea, espera magia y no tecnología, Tus mecanismos pueden ser un factor sorpresa. – Skuld miro asombrada a Belldandy ante ese inesperado reconocimiento de sus habilidades.- Recuerda, debes esperar hasta el último momento para usarlos. - Urd se había mantenido un poco separada. Se acercó a su hermana y tomo sus manos. -¿Urd, estas lista?

- Lista, también tengo algunas sorpresas.- Urd rió de una manera que Keiichi sintió que le helaba la sangre y por un momento recordó la risa de Hild - Los demonios tampoco tomas las pociones en serio, ahora lo harán.

Los ojos de Urd brillaron con una salvaje determinación. La seguridad de sus hermanas estaba por encima de todo.

Belldandy entonces se acercó a la entrada, ahí estaba la bicicleta de Sentarō y la motocicleta de Keiichi. Esas máquinas estaban profundamente identificadas por el amor que sus dueños les daban. Se inclinó ante ellas, y las toco. Ella podía ver a sus kami, toco las máquinas y los invoco.

- La vida de dos personas queridas puede depender de ustedes, les pido den su mejor esfuerzo.

Keiichi no podía ver lo que veía Belldandy, pero por un momento tuvo la sensación de que adquirían vida y le respondían. No era la primera vez que Belldandy invocaba ayuda al espíritu de una máquina. Belldandy se levantó y exclamo:

- Todos estamos listos. Vamos a recibir a nuestros visitantes como diosas.

Belldandy levanto los brazos y una luz rodeo a las tres hermanas. Sus vestidos se disolvieron para ser remplazados por un traje que Keiichi había visto muy pocas veces. Era su uniforme de combate.

El grupo entonces camino con determinación a la parte trasera del templo. Alcanzaron a ver como se varios portales abiertos. La violencia de su aparición era muestra del poder de sus visitantes. Descargas eléctricas salian de cada portal para destrozar lo que hubiera debajo de ellos. El hermoso jardín del templo estaba siendo despedazado completamente. El estruendo era terrible, Y poco a poco pudo ver las figuras que salían de los portales.

El corazón de Keiichi se estremeció con terror ante esa visión. Había esperado ver a un par de enemigos, pero en su lugar, eran varios portales y de ellos parecía salir un ejército de demonios. Una docena de ellos portaba lo que parecían uniformes y detrás de ellos, otros más tenían extraños ornamentos que hablaban de su alto rango.

Los demonios flotaban en el aire, los mayor importancia se mantenían arriba. Los guardias bajaron a la tierra y comenzaron a formarse. Keiichi impresionado, comento:

- Son demasiados, ¿Quiénes son todos ellos?

Urd hablo, había tensión en su voz, conocía suficiente de Hell, para reconocerlos. Nunca había esperado una amenaza de este nivel.

- Demonios de muy alto rango. Los que están al frente son guardias, son demonios de tercera clase, con ellos no tendremos problemas a pesar de su número, sus armas están diseñadas para inmovilizar dioses, pero no funcionan contra mortales. Pero los de atrás. Son tribunos y Shaikh. Esto es una verdadera rebelión contra Hild.

- ¿Que son los Shaikh?

- Los Shaikh son el siguiente nivel después de la Daimakaichō. Y debajo de ellos siguen los tribunos.

- Eso suena muy mal.

- Un tribuno es más poderoso que una diosa de primera clase, solo una Valquiria se atrevería enfrentarse a uno...

- ¿Entonces los Shaikh?

- No pienses en eso, no te gustara saberlo. Solo piensa en esto. Incluso un Shaikh puede ser sellado.

Keiichi miro a Urd, ella solo asintió, para indicarle que sus sospechas eran ciertas, y solo contesto:

- Gracias Urd. Lo recordare.- Keiichi trago saliva, tenía miedo, pero no importaba, tomo la mano de Belldandy, y al sentir el contacto decidió que no importaba que peligro tuviera que enfrentar. Belldandy confiaba en él y no la defraudaría.

Esperaron un momento y entonces Belldandy floto en el aire seguida de Urd. Se dirigió hacia el que parecía ser el más importante, ignorando a todos los demás. Le hablo sin miedo y con un tono alegre y amable, como quien recibe a un grupo de turistas.

- Bienvenido, los estábamos esperando. Si vienen en paz, recibirán nuestra hospitalidad.

El demonio dejo ver por un momento su sorpresa ante esta recepción. La mención de que los estaban esperando, Inmediatamente trajo a su mente conspiraciones y traiciones, pero su curso de acción ya estaba decidido. Se confrontó con la joven diosa.

- ¿En paz? No puede haber paz entre dioses y demonios. - y miro a Urd con una profunda expresión de desprecio.- Y mucho menos con abominaciones como esa.

Urd sintió hervir la sangre, y tuvo que hacer un gran esfuerzo por contenerse. Recordó las palabras de Lind sobre pensar antes de actuar. Ante una amenaza de este nivel un paso en falso seria el fin. Logro refrenar su ira y solo contesto.

- Te recuerdo, Shaikh Anang-Reng. Siembre fuiste servil ante mi madre. No te imagine tan cobarde. ¿Vienes con un ejército para defenderte de dos diosas?

Las palabras parecieron dar en el blanco. Anang Reng se estremeció de furia. Urd se preguntó si había sido lo más adecuado provocarlo.

- ¿Defenderme? Ustedes no son nada, solo están aquí la incompetencia de Hild y su más incompetente ayudante. Le vamos a enseñar a Hild como se deben hacer las cosas. Guardias, aprénsenlas

Cuatro guardias se elevaron en dirección a las diosas. Empuñaban armas y algo que parecían redes mágicas. Urd las recordó, entre los demonios, ser atrapado en una red era símbolo de oprobio. Anang- Reng planeaba exhibirlas como trofeo.

Volteo a ver a Belldandy y esta sonrió, hasta ahora todo estaba bien. Entonces Belldandy le sonrió a Anang-Reng. Su expresión jovial y serena impresiono al demonio, quien había esperado provocar temor. Entonces la diosa realizo un gentil reverencia y luego si apenas mirar a los guardias que se aproximaban, extendió la mano en un movimiento elegante y apunto a los guardias, sin siquiera mirarlos.

- ¡Elementos de la tierra y el aire, escuchen mis órdenes!

El cielo se obscureció ligeramente y enfrente de los guardias aparecieron unas cintas que parecían hechas de jirones de nubes. Parecían inocuas, pero su sonido no lo era. Se oía el furioso sonido del viento.

Uno de los guardias imprudentemente intento tocar uno de los jirones e inmediatamente sintió como su brazo parecía ser succionado. En ese mismo instante los otros jirones envolvieron a los otros guardas con la fuerza de un huracán. Pues eso eran. Belldandy estaba haciendo una ostentación de poder y control al confinar cuatro poderosos huracanes en apenas unos centímetros de espacio.

El viento entonces se liberó violentamente y estrelló a los guardias contra el piso. Repentinamente, apareció Keiichi que abandono la seguridad del templo, los guardas estaban inmovilizados por el viento furioso, pero este no lo tocaba. Se acercó a uno de los guardas y coloco un disco en su pecho. El guarda alcanzo a gritar cuando un destello salió del disco, atrapándolo y luego dejándolo sellado en su interior. Pronto los cuatro guardas estaban sellados en los discos, y Keiichi regreso rápidamente al refugio dentro del templo.

Anang Reng estaba atónito ante esa demostración de control de la diosa, Belldandy le sonrió dulcemente, no parecía haber realizado ningún esfuerzo y le dijo:

- Soy la diosa Belldandy, diosa de primera clase, poder ilimitado, y declaro que no eres bienvenido. Tu ejército ya sufrió cuatro bajas, pero aún podemos evitar un conflicto mayor.

El Shaikh entrecerró los ojos con furia. Podría ser muy poderosa, pero ellos lo eran más. Entonces grito señalando a dos de los tribunos.

- Atáquenla, no me importa el sistema doblete. - Luego señalo a los guardias- Ustedes, ataquen a los mortales, elimínenlos.

Dos de los tribunos se separaron del grupo, Urd se había estado alejando de Belldandy. Anang Reng, sonrió, pensó que solo quería alejarse del peligro.

Belldandy vio acercarse a los tribunos, y entonces volteo a ver a Anang-Reng, a quien le dirigió la más inocente de las sonrisas, cruzo sus brazos en el pecho, y los extendió de nuevo con la elegancia de un paso de ballet. Inmediatamente se formó un poderoso viento a su alrededor. El viento se expandió girando furiosamente y repentinamente desapareció. La súbita descompresión del aire provoco la condenación de la humedad y una nube envolvió a la diosa que desapareció de la vista. La maniobra tomo por sorpresa al Shaikh.

- ¿Qué esperan? ¡Ataquen!

Los dos tribunos dudaron un momento, Se acercaron a la nube, pero dudaron en entrar, ya habían visto una demostración del poder de la diosa. Uno de ellos cruzo los brazos, invoco una maldición y lanzo un poderos rayo al interior de la nube. Esta se expandió envolviéndolos.

El otro demonio lanzo otra descarga que disipo la nube. Belldandy había desaparecido. Anang Reng grito una advertencia. Belldandy y Urd se habían colocado detrás de cada uno de los demonios flotando plácidamente. Luego, con el más delicado movimiento, tomaron un trozo de papel y se lo pegaron a los tribunos en la piel expuesta de la espalda y se alejaron.

Los demonios estaban desconcertados ¿qué clase de ataque era ese? Las diosas se veían sonrientes. Repentinamente uno de los tribunos comenzó a gritar. Su cuerpo estaba comenzando a petrificarse, el otro también comenzó a gritar, los demás demonios se acercaron para intentar ayudarlos, pero era demasiado tarde, ya se habían transformado completamente de roca y cayeron con gran estruendo al piso, donde Keiichi estaba esperándolos para sellarlos. Los guardias se habían distraído con los gritos de los tribunos lo que permitió que él saliera una vez más.

- ¿Qué clase de magia es esa?- Exclamo Anang Reng asombrado.

Urd floto hacia el Shaikh, estaba eufórica. Nunca había soñado en poder vencer a un tribuno, ese era un logro sobresaliente.

- ¿Magia?- Rió de manera traviesa- Solo en parte. - Es solo un poco de tecnología humana. Algo que ellos llaman parche transdermal, útil cuando la víctima no desea beber una poción.- conocía el desprecio de los demonios hacia los mortales, el sugerir que los había vencido tecnología humana solo aumentaría su furia. Luego saco un papel y lo dejo caer guiñando a su hermana.

Belldandy asintió, llevo sus dedos a sus labios y soplo levemente, su magia produjo en un suave viento que llevo el papel en dirección a Anang Reng.

- ¡No! - Grito este, huyendo del papel.

Urd rió. El poderoso Shaikh había huido de un pedazo de papel en presencia de sus subordinados. Eran un gran golpe táctico, pero ellas aún seguían en desventaja numérica. La situación era seria, pero tenían que mantener la ilusión de tener un gran poder.

Entonces oyeron gritos abajo. Varios guardias habían recordado sus órdenes y habían tratado de entrar al templo. Urd no volteo a ver, la primera trampa había funcionado, la ventaja numérica disminuía, pero seguían estando en desventaja. Quedaban tres Shaikh, cada uno inconmensurablemente más poderoso que una diosa de primera categoría.

Belldandy se volvió a ver a Anang Reng, y con una voz amable y tranquila, le dijo

- Shaikh Anang-Reng, parece que te estas quedando sin gente. Pero aún podemos terminar esto amigablemente.

Todos los demonios voltearon a ver a Anang Reng, se les había dicho que esto sería sencillo.

Anang Reng, solo dio un grito terrible y sin advertencia lanzo cegador rayo en dirección a Belldandy. Esta apenas tuvo tiempo de reaccionar, y colocar su barrera física. La mayor protección que posee una diosa. Aun así el impacto fue terrible. El Shaikh había demostrado que su poder estaba casi al nivel de Hild, Belldandy sabía que no podría soportar mucho más.

En ese momento Urd fue rodeada por los otros dos Shaikh. Urd decidió atacar primero, necesitaba liberarse de ellos para poder ayudar a Belldandy. Recordó lo que había pasado en el campo de entrenamiento, necesitaba generar un plasma que si pudiera controlar. Comenzó a formarse una esfera de luz incandescente enfrente de ella. Los Shaikh dudaron un instante, se suponía que ella no debería ser capaz de hacer eso, finalmente uno de ellos comenzó a invocar un hechizo, Urd se estremeció, era de muy alto nivel, así que antes de que pudiera terminarlo, lo ataco.

Abajo den el templo, Keiichi miraba con horror como Anang-Reng atacaba a Belldandy, podía ver el dolor en su rostro ante el impacto, entonces le grito a Skuld.

-¡Ahora!, es tu turno. Sentarō, tenemos que distraer a los guardias.

Enfrente del templo aún quedaban seis guardias, bloqueando la entrada. Era el momento de que el niño mostrara sus habilidades. Se subió a su bicicleta, era el modelo que usaba para acrobacias, pedaleo con todas sus fuerzas hacia una rampa que habían preparado, y salto por encima de los guardas, quienes corrieron detrás del niño. Quedaron tres guardias atrás, pero Keiichi ya estaba preparado, había quitado el Side Car de su motocicleta, y la había reforzado, él también sabía hacer acrobacias.

- ¿Lista?, en cuanto los distraiga, tendrás tiempo de apuntar.

Keiichi arranco su motocicleta, que respondió inmediatamente, acelero al máximo y la aceleración levanto la rueda delantera como un caballo brioso y se lanzó a embestir a uno de los guardias.

Esto era algo complemente desconocido para ellos, uno de ellos corrió y el otro se hizo a un lado. Keiichi se detuvo y giro para verlos de frente, y les grito para atraer-los, en cuanto ellos corrieron detrás de él. Entonces le hizo una señal a Skuld y volvió a arrancar, buscando provocarlos. Logro ver a Sentarō que estaba haciendo lo mismo.

Skuld salió del templo con su androide Bampei-kun. Pero este estaba irreconocible. En la espalda traía varios tubos, eran lanza proyectiles. El androide se movió fuera del templo, hinco sus pies en la tierra y bajo las ordenes de Skuld apunto a Anang-Reng, que seguía su ataque despiadado contra Belldandy.

Anang-Reng recibió el impacto en la espalda y grito. Esa era magia desconocida para él. Debido a su poder, los proyectiles difícilmente le podrían provocar daño, pero si podían provocar dolor y suspendió su ataque a Belldandy.

Esta estaba agotada por el ataque, en la tierra sus energías eran limitadas. Desapareció su escudo y comenzó a caer a la tierra, pero logro controlarse a tiempo. No podía dejar a su hermana sola con tres Shaikh. Necesitaba energía, pero le llevaría tiempo. Tenía que romper sus sellos limitadores. Comenzó el complejo hechizo que le permitiría removerlos. Tenía estrictamente prohibido quitárselos, pero había cosas más importantes que una simple prohibición del cielo.

Volteo a ver a Urd, vio como uno de los demonios que la estaban atacando se retorcía de dolor. Sus manos estaban ennegrecidas, al parecer por el ataque de Urd, pero estaba lejos de ser derrotado, era demasiado poderoso.

Skuld cambio de blanco, y disparo contra uno el otro atacante de Urd. Este grito, pero al parecer soportaba mejor el dolor y reacciono con rapidez. Por un momento miro con incredulidad a la niña que lo estaba atacando, pero al ver que el robot volvía a apuntar señalo a la tierra, y una columna de roca se elevó creando una barrera que intercepto los demás proyectiles.

Bampei-kun no se podía mover, pues se había anclado al piso para tener más precisión. Así que Skuld lo puso en automático para disparar en cuanto pudiera distinguir al demonio, y Skuld corrió para poder tener otro punto de ataque. Corrió para colocarse detrás de la columna, pero repentinamente apareció el Shaikh que miraba extrañado a esa pequeña diosa. Skuld lo miro retadora, el arrojo varias granadas que llevaba consigo. Las granadas hicieron impacto, pero el demonio no se movió, a pesar de que parecía dolerle.

Skuld pronto se quedó in municiones. El demonio se dio cuenta y se preparó para atacarla, pero Skuld un no estaba derrotada. Cerró los ojos y se concentró, su ángel emergió de ella y floto hacia los restos del estanque del templo. El elemento de Skuld era el agua, así que busco toda la fuerza que tenía, y logro provocar una poderosa columna de agua que dirigió al demonio. Pero este era un Shaikh, soporto el ataque y antes de que Skuld reaccionara, lanzo un poderoso rallo ígneo contra ella.

-Cuidado- Fue el grito que escucho Skuld y sintió un impacto que la lanzo lejos del lugar. El rayo se estrelló contra el suelo provocando un cráter. Skuld intento levantarse y se dio cuenta de lo sucedido. Sentarō la había embestido con su bicicleta para quitarla del camino. Su cuerpo de diosa había resistido el impacto, pero Sentarō yacía inconsciente en el piso. Asustada intento levantarlo sin darse cuenta de que el Shaikh se acercaba a ella, y se preparaba para lanzar otro disparo.

Skuld solo alcanzo a ver una luz cegadora, y el demonio fue lanzado a varios metros del lugar, entonces vio al cielo y vio a su hermana Urd, que con voz fiera gritaba - Nadie toca a mis hermanas-

Pero esa distracción le costó caro, En ese momento Urd recibió un impacto que la lanzo contra el suelo. El otro Shaikh se había recuperado. Este se dirigió hacia ella para continuar su ataque.

Keiichi acababa de embestir a un guardia con la motocicleta, y al caer se lanzó contra él para tratar de sellarlo. El guardia era mucho más fuerte que él así que lo agarro de un brazo y lo lanzo lejos. Keiichi se impactó contra el piso y alcanzo a golpearse la cabeza. El dolor fue insoportable pero no perdió el sentido. Pero sintió algo húmedo, al tocarse la cabeza sintió el flujo de la sangre tibia. Estaba atontado mientras el guarda se lanzaba contra él, en ese momento, alcanzo a ver algo en la entrada del templo.

Una figura completamente desconcertada acababa de cruzar. Era el Dr. Shugahara que miraba atónito lo que ocurría a su alrededor. Debido a la magia de Belldandy, nada de lo que ocurría en el área del templo se veía desde afuera. Simplemente al cruzar la puerta era como haber sido transportado al infierno.

El doctor vio a Sentarō tirado en el suelo mientras Skuld trataba de revivirlo. Vio Keiichi con la cabeza ensangrentada, a Urd tirada en el suelo retorciéndose de Dolor y a Belldandy flotando el aire, mientras un extraño ser la atacaba.

Sus peores pesadillas se habían convertido en realidad. El impacto era tan grande que no alcanzaba a reaccionar.

Uno de los guardias que estaba persiguiendo a Sentarō lo vio, y se dirigió a atacarlo. Aun sin entender que estaba pasando, el doctor alcanzo a esquivarlo. Pero el piso ya había quedado cubierto de escombros y resbalo, entonces el guardia saco algo parecido a una espada, pero que brillaba de manera ominosa, y se lanzó contra él. Esperaba sentir el impacto, pero apareció una luz que lo envolvió, y como si fuera cámara lenta, vio como el arma rebotaba contra la luz. El Guarda había utilizado toda su fuerza contra él, y cayó hacia atrás. El doctor vio entonces como un maltrecho Keiichi sacaba algo de sus bolsillos, y lo colocaba en el guardia, este desapareció en un destello...

- Doctor. ¿está bien? ¿que fue eso?

- Keiichi ¿qué está pasando aquí?

- Estamos bajo el ataque de varios demonios. Son mucho más poderosos que Belldandy y Urd, Tenemos que ayudarlas. ¿de dónde salió el escudo que lo protegió?

- ¿Ayudarlas? - El Dr. Shugahara intento concentrarse, entonces se recordó el paquete que llevaba. Por los bordes de la caja alcanzaba a verse una luz, ¡Los medallones estaba brillando! La abrió con desesperación y ahí, brillando intensamente, estaban los medallones de la hermandad Urd. Ella los había construido para proteger a los miembros de su hermandad y le manuscrito mencionaba que eran amplificadores que se alimentaba de las energías vitales dentro de cada ser humano. Tomo uno y se lo dio a Keiichi.

- Toma esto puede ayudar, es para protección y creo que podríamos...

Keiichi había tomado el medallón y comenzó a leer las runas. Las habilidades implantadas por la computadora le eran útiles. Entonces leyó una invocación que tenía escrita:

- "skarpt mun gnesta,
skjöldr mun bresta,
mun hjalmgagarr
í hlíf koma.

("la lanza se romperá,
El escudo se destrozara,
la espada no penetrara".)

El brillo de los tres medallones aumento, como si estuvieran conectados y en torno a ellos se formó una barrera magia apenas perceptible, pero no por eso era menos poderosa.

- ¡Es un escudo mágico!-

Entonces escucharon el grito de Skuld. Uno de los guardias intentaba atacarla mientras ella defendía a Sentarō que aún estaba inconsciente. Skuld y su ángel estaban controlando el agua del estanque para detenerlos, pero Skuld se veía debilitada. No podría contenerlos mucho tiempo. Keiichi subió a de nuevo a su maltrecha motocicleta, que pudo arrancar al primer intento, como si recordara la invocación de Belldandy, se volvió hacia el docto y le arrojo un disco, diciéndole- Tómelo, ya vio cómo usarlo.- Entonces

Se lanzó dispuesto a embestir a ese demonio, mientras el Dr. corría detrás de él.

El demonio parecía extremadamente fuerte. Al ver aproximarse a Keiichi, se preparó para recibir al impacto, y logro detener la motocicleta. Keiichi entonces acelero al máximo, no le importaba destrozar su máquina, se percibió el olor del caucho quemado, entonces freno el demonio extendió la mano para intentar arrancarlo de la motocicleta y Keiichi súbitamente acelero al máximo, el demonio resbalo y Keiichi paso encima de él. El demonio intento levantarse, pero antes de lograrlo el Dr. salto encima de él, y le coloco el disco.

Keiichi llego a tiempo apenas para sostener a Skuld, que estaba muy débil. Llego el Dr. que inmediatamente atendió a Sentarō. Este comenzó a reaccionar, lentamente abrió los ojos, pero salto inmediatamente al ver a Skuld inconsciente.

-¡Skuld! ¿Estás bien?-Grito Sentarō, pero Keiichi lo tranquilizo-

-Solo está agotada, pero no está lastimada.

-Dr. Shugahara, que bueno verlo por favor que se ponga bien.

- Sentarō, toma esto - Y el Dr. le dio el tercer medallón.- Es un escudo mágico, te ayudara a protegerla. - El doctor miro a su alrededor, intentaba entender que pasaba. Había una batalla en el cielo, y otra en tierra. Keiichi entonces le señalo a los dos guardias que quedaban.

- Aún nos quedan dos por derrotar. Los medallones lo harán más fácil.

El doctor miro a los demonios que se acercaban lentamente a ellos. Su actitud era cauta, pues habían visto derrotar a la mayoría de ellos...

Entonces vio el arma de uno de los demonios, y el tomo.

-¿Qué es esto?

- Es un arma mágica, puede inmovilizar a un dios, pero no a un mortal, aunque no quisiera que me golpearan con ella.

- ¿Contra un dios? ¿Servirá también contra un demonio?- Mientras sopesaba el arma. Era pesada, no serviría para hacer esgrima.

Keiichi observo a uno de los demonios, este pareció ponerse nervioso al ver al doctor empuñar el arma.- Creo que le tienen miedo. Es nuestro turno.

Mientras tanto, Anang Reng, descargaba su furia contra Belldandy. Esta se protegía con su barrera física, ayudada por su ángel, En su rostro se veía el dolor.

Anang Reng, no había utilizado todo su poder. Su plan había sido provocar a Hild con el ataque a las diosas y con ellos romper la tregua. No podía darse el lujo de desperdiciar su poder. Pero la diosa era tenaz. Finalmente lanzo un rayo más poderoso que los anteriores, y vio con satisfacción como rompía la barrera de la diosa, El impacto la hizo gritar y cayo Entonces Anang Reng se dispuso a ayudar a los otros dos Shaikh a acabar con Urd y se dio la vuelta...

Pero apenas habían pasado unos segundos y escucho una voz a sus espaldas. - Aun no estoy derrotada- Belldandy se elevaba lentamente, su rostro mostraba dolor, pero también decisión.

Al caer, Belldandy había alcanzado a ver la imagen ensangrentada de Keiichi, y se había horrorizado, pero luego se dio cuenta de que estaba vivo. Pero esa imagen había despertado sus pesadillas. Decidió que daría su vida, si es que eso era lo necesario para defenderlo.

Volvió a elevarse dispuesta a enfrentarse a Anang Reng hasta el fin. Este vio con asombro la retadora actitud de la maltrecha diosa. Su uniforme estaba destrozado, tenía quemaduras en varias partes del cuerpo, pero sus ojos seguían brillando con la misma intensidad.

Furioso, lanzo una descarga de energía aún más poderosa. Belldandy la recibió e intento bloquearla y durante un momento soporto el tremendo castigo, pero se colapsó de nuevo y volvió a caer.

Keiichi observo esto último desde el sueño y grito al verla caer. Dudo un momento sobre lo que tenía que hacer, pero el Dr. le grito.

- Ve a ayudarla, yo me encargare de esos demonios. -Y se dirigió directo a los guardias.

Keiichi llego al lugar donde había caído Belldandy, grito al ver su maltrecho cuerpo, y se apresuró a sostenerla en sus brazos

-¡Belldandy!

La diosa abrió lentamente sus ojos al sentir el calor del cuerpo del joven - Keiichi, te he fallado-

- Belldandy, esto aún no termina, no te des por vencida. Aún tenemos esperanzas. Luchemos juntos.

Keiichi vio como Anang-Reng descendía, este había decidió no darle una nueva oportunidad a la diosa y se disponía a acabar con ella.

- Haz sido un gran rival, pero nunca tuviste oportunidad, ahora morirás junto con ese mortal. No me importa si un demonio muere contigo, Su muerte será un honor.

Keiichi abrazo con fuerza a Belldandy, no creía que el medallón pudiera soportar mucho pues se alimentaba de su escaso poder de mortal. Tomo el medallón con la otra mano, y recordó cuando había alojado el ángel de Lind, y como esto lo había agotado. Ahora estaba preparado. Cerró los ojos y pensó en el medallón, estaba dispuesto a darle hasta su última gota de energía vital, Si esto podía ayudar a Belldandy

Anang-Reng levanto sus manos y comenzó a realizar un conjuro. La diosa estaba terminada, podía darse tiempo de acumular energía para un golpe final. Lentamente extendió sus manos y con un grito furioso salió una luz enceguecedora de sus manos.

Keiichi se quedó sin aliento, pero el campo de medallón no cedió, pero sentía como rápidamente le extraía su energía. Y oprimió con más fuerza el cuerpo de Belldandy, esta volvió a abrir los ojos y vio como un campo de energía retenía el ataque del demonio. Y sintió como la energía era extraída de Keiichi.

No lo podía dejar solo, invocó su último resto de energía y abrazo a Keiichi con fuerza. Entonces unió su barrera física al escudo de Keiichi.

Anang Reng no entendía que pasaba, esa energía debería haberlos desintegrado, pero estaban resistiendo. Pero era aún solo una fracción de su poder, así que comenzó a incrementarlo.

En el suelo. El doctor había empuñado el arma y comenzó a realizar algunos ejercicios que su padre le había enseñado de niño para poder evaluar las armas. Era un esgrima muy básico, pero ante los ojos de los dos demonios restantes, que habían visto caer sus demás compañeros, parecía que sabía lo que hacía. Entonces camino hacia ellos con paso decidido, lanzo un grito y se abalanzo hacia ellos. Al caer el arma... esta cayó sobre espacio vació. Volteo a su alrededor y no vio señales de ellos. Solo pudo ver como uno de los portales se cerraba. ¡Habían huido!

Se quedó con la boca abierta. Y dejo caer el arma, luego comenzó a reír, Keiichi, Sentarō y Skuld habían logrado llenarlos de miedo... Pero su risa duro poco, en el cielo Urd también estaba a punto de caer.

El pequeño androide había cumplido bien con su cometido, con sus proyectiles, que disparaba con gran precisión, Había impedido que los dos Shaikh atacaran simultáneamente a Urd, pero ya no le quedaban más y los demonios ahora se estaban uniendo.

Urd se encontraba en medio de los dos. Su cuerpo parecía un objeto incandescente. Había logrado formar una esfera de plasma a su alrededor que le servía de escudo y de ataque. Con una precisión que rivalizaba con al de su hermana, repentinamente ese plasma generaba lanzas ígneas que atacaban a los demonios, pero se estaba debilitando. Lentamente descendía al piso, mientras los dos Shaikh lanzaban descarga tras descarga.

El corazón del doctor casi se detuvo, pues al descender pudo ver como las quemaduras cubrían su cuerpo, pero ella no dejaba que se notara su dolor. Sus ojos eran como dos brazas incandescentes.

El docto vio entonces a Belldandy y a Keiichi, que resistían el ataque de Anang Reng. Y entonces supo lo que tenía que hacer.

Tomo un estuche que le colgaba del cuello. No era el ídolo de oro que le había entregado el pueblo Mai-m-mîn, sino una moderna aleación de tántalo, tungsteno y torio que había resultado eficaz para bloquear toda la radiación del cristal. Pero ahora era hora de utilizarlo y estar dispuesto a pagar el precio.

Abrió el estuche y desbloqueo las cerraduras. Este ahora brillaba fieramente, en respuesta a la gran cantidad de magia en el ambiente. De nuevo sintió que el cristal quería invadir su mente, pero esta vez estaba mejor preparado. Cerró los ojos y se concentró en un solo pensamiento. Sabía lo que quería el cristal e intento proyectarle es imagen. El cristal reacciono como un ser vivo. Sintió como vibraba y luchaba contra él, como si no pudiera compréndelo. El cuerpo el doctor comenzó a temblar violentamente y repentinamente todo se volvió negro. El doctor no podía ver nada. Y súbitamente escucho en su cerebro una voz, que hablaba sin palabras. Pero sabía lo que le decía.

-"aceptado".

Ahora en lugar de la lucha anterior, sentía un contacto frió y lógico. Que solo expresaba una sola idea.

-¿?-

Era una interrogación pura, fría y directa. Finalmente comprendió, le estaba preguntando lo que deseaba. Y se concentró en Urd, en la lucha, en su poder que disminuía. El cristal aceptaba estas ideas como una esponja. Y súbitamente todo fue luz. Pero sabía que esa luz solo existía en su cerebro. El cristal lanzo una luz que recorrió el cuerpo de Urd, y luego ofreció una información fría y precisa.

- Sujeto no puede controlar más poder. Bloqueo de nivel 9, encriptación personal de la Daimakaicho. Solución: remover bloqueo. ¿Orden?

El doctor no entendió la información pero no le importaba, Sentía que el cristal se introducía cada vez más en su conciencia, de una manera fría y desapasionada, parecía realizar un estudio de su cerebro. Ahora comprenda como es que todos terminaban locos. Entonces concentro su mente en un solo pensamiento. -Proceder con desbloqueo.-

El cristal brillo breve mente y emitió un suave brillo, que se desprendió de él, y comenzó a rodera a Urd, que ya se encintaba en el suelo e intentaba no ser derribada.

Entonces el doctor escucho gritar a Urd

Urd no sabía que estaba pasando, su poder estaba a punto de agotarse y no había logrado debilitar a los Shaikh, su poder era demasiado grande, solo le quedaba resistir el mayor tiempo posible

Y entonces, sintió como si una compuerta se desbordara en su interior. Su agotamiento desparecía. El flujo inesperado de poder pareció volverla loca. Se comenzó a llenar de ira. ¿Cómo era posible que estos dos se atrevieran enfrentarse a Urd, la hija de la gran Daimakaichō? Se sintió embriagada de poder y comenzó a reír. Era una risa que los dos Shaikh creyeron reconocer y temer.

Entonces Urd sintió que algo la rodeaba, algo cálido, amable, y... ¿qué era eso? Intento luchar contra eso, y entonces oyó una voz. - Urd, ¿me puedes reconocer? Soy Kenji, por favor escúchame…

Urd entonces sintió como un aire fresco la rodeaba y la niebla se disipara. Se llevó la mano al pecho y toco la mano del Dr. que la abrazaba por detrás. Sintió como despertaba de un sueño, cerró los ojos, y al abrirlos vio la cara de los dos demonios, los dos Shaikh que querían dañarla a ella y a los que amaba.

Se volvió a llenar de ira, pero esta vez no perdió el control. Comenzó a evaluar la situación. Sentía que tenía poder, pero no sabía cuánto y los demonios que enfrentaba eran muy poderosos. No los podía subestimar. Así que decidió dar todo en un golpe único y esperaba que decisivo.

Comenzó a elaborar un lento y poderoso hechizo para acumular energía. Los dos demonios intentaron atacarla, pero el medallón que portaba el doctor logro absorber el ataque.

finalmente Urd supo que estaba lista. Todo a su alrededor brillaba, la energía parecía inconmensurable, pero el control parecía a punto de fallar. Sintió el cuerpo del Dr. a su lado. El era alguien a quien quería proteger. Hizo un esfuerzo final y lanzo toda la energía que tenía contra los demonios.

El destello era tal que no poda ver nada, solo pudo escuchar gritos, gritos y más gritos, pero no sabia si eran suyos o de los demonios. Poco a poco se desvanecieron. Finalmente, la luz comenzó a desaparecer pero ahora todo era negro, mientras hasta el último ergio de energía pareció abandonar su cuerpo, finalmente Urd se desvaneció.


fin del capitulo XIV- rev1.2