La orden de los Caballeros Mortales
Por Javier Delgado R.
Fan fiction, inspirado en "Oh mi diosa" de Kōsuke Fujishima.
Capitulo XIX
Aura
Jenny Rossenthal disfrutaba de su primera taza de café del día. Era un ritual que disfrutaba mucho puesto que el ritual la ayudaba a poner en orden sus ideas. Su mente vaga libre mientras sus manos realizaban el mismo ritual cotidiano: Hervir el agua, agregar la cantidad correcta de café, reposar un par de minutos, filtrar y servir. Nada de recurrir a algo tan barato como un café instantáneo.
Pronto el aroma del café recién hecho inundo su cubículo y entonces no pudo evitar un estremecimiento de emoción al decir en voz alta - "mi cubículo".
El día anterior había recibido esa sorpresa. Al parecer los informes que había estado escribiendo sobre su trabajo con los cristales habían causado una gran impresión. Y no era solo el cubículo, ¡Ahora tenía ayudantes!, eran estudiantes apenas un poco más jóvenes que ella. Sabía que pronto se correría la voz de que se cocinaba algo importante.
Logro contener su emoción, y tomo el primer sorbo, era un café cargado que llenaba su paladar de un sabor fuerte y aromático mientras la cafeína comenzaba a entrar en su sistema. Disfrutaba esa sensación. Luego recorrió el lugar con la mirada. No era un lugar elegante, estaba vacío salvo por un espartano escritorio y su laptop, pero aun así, significaba tanto para su carrera. Por un momento dejo volar sus fantasías y pensar que tal vez ese Nobel no estaba tan lejos, tal vez menos de 10 años.
Con un gesto enérgico alejo esas fantasías, era hora de comenzar a trabajar, el proyecto de síntesis de los cristales avanzaba bien y posiblemente hoy tendría un primer lote listo.
Tomo un par de sorbos de café que paladeo con toda deliberación, porque al mismo tiempo paladeaba un momento de triunfo. Finalmente dejo la taza y encendió su laptop, Seguramente la esperaba una nota de felicitación o algo parecido. Pero la súbita actividad del programa de correo la tomó por sorpresa. Comenzó a recibir una docena de correos, muchos de ellos parecía ser repeticiones, al parecer la habían estado tratando de contactar. Había sido un mal momento para extraviar su celular.
No había correos del Profesor Nambu, pero si varios de personas cuyos nombres recordaba vagamente por sus trabajos, había varios de Nakayama Shigeru y casi salto de sorpresa al reconocer otro nombre, ¡Yoshida Takashi,! había disfrutado especialmente de uno de sus trabajos pero nunca había esperado estar en contacto directo con el autor. Todos los correos tenían algo en común, procedían de la Universidad de Chiba.
No pudo evitar un silbido de sorpresa al leer la lista de remitentes, al menos cuatros científicos de alto nivel parecía estar tratando de contactarla...
Observo que muchos correos eran simples repeticiones solicitando acuse de recibo, finalmente llego a los originales. Decidió comenzar con el del profesor Yoshida Takashi.
Tomo nerviosamente un sorbo de su café y comenzó a leer el terso ingles del profesos Takashi y casi cayo de su silla, la primera frase era una orden directa de interrumpir su trabajo... ¿una orden? Como se atrevía, por muy alto nivel que tuviera...
Pero el correo incluía varias fotografías que pronto atajaron su indignación: eran un laboratorio destrozado, y seguía una detallada explicación de lo ocurrido en el Campus Hongo de la universidad de Chiba.
Entonces leyó el último párrafo y Jenny supo por primera vez lo que es el miedo conforme comprendía lo sucedido...
Había ocurrido una terrible explosión en el laboratorio y esta había sido producida al irradiar unos miligramos de lo que ella llamaba "Cristales de Dilithium"...
Rápidamente miro su reloj mientras su rostro adquiría un tinte pálido. Su corazón dio un vuelco y ella salto de su silla. Aún estaba a tiempo de detener el trabajo que había encargado a sus flamantes ayudantes. ¡La síntesis de 50 gramos de cristales!
Olvidando toda dignidad Jenny salió corriendo y gritando de su cubiculo.
En su escritorio, su café comenzó a enfriarse.
En el bosquecillo que rodeaba el templo Tarigonkan, dos figuras se deslizaban sigilosamente, acercándose a un árbol. La de apariencia más joven se adelantó y señalo hacia una de las ramas de un árbol. La otra figura era Lind, quien asintió ante las señas de la valquiria y se quedó inmóvil luego con una habilidad inhumana comenzó a trepar el árbol contiguo como si su cuerpo no tuviera peso, no deseaba usar magia que pudiera disparar alguna alarma. Luego caminó a lo largo de una de las ramas que se extendía en dirección al otro árbol, que apenas parecía sentir su peso. Llego casi hasta el final y pudo tener una mejor vista del objeto. Extendió sus manos y concentro sus sobrehumanos sentidos en el objeto que se encontraba en la rama. Intento interrogar al objeto y envió un leve impulso de energía, pero entonces sintió que estaba a punto de disparar una alarma, así que se detuvo, y se quedó inmóvil un momento. El objeto podría ser primitivo, pero funcionaba bien. Realizo un escaneo pasivo del objeto y memorizo su configuración, luego retrocedió sobre sus pasos y descendió junto con la joven valquiria. Le indico mantenerse en silencio y luego se retiraron del lugar.
Una vez que estuvieron a una distancia segura Lind dio la orden de detenerse y comentó a su compañera.
- Tienes razón, es un artefacto espía de origen humano.
- Si señora. ¿Entonces los humanos nos están espiando?
- No, no los humanos, percibí un pequeño residuo de magia demonica.
- ¿Un demonio? ¿Porque estarían ellos usando tecnología humana?
- Es algo muy ingenioso, un hechizo, un objeto mágico, o cualquier elemento relacionado con la magia seria fácil de detectar para nosotras. Pero la tecnología humana está por todas partes y es demasiado nueva, aun no la conocemos, por eso no lo habriamos detectado. ¿Lo descubriste por accidente?
- Si señora, estaba buscando especies vegetales para recrear el jardín, tal como nos ordenó.
- Señalo un pequeño saco que contenía bulbos y semillas que había recogido de los alrededores.- Afortunadamente creo que me encontraba fuera de su campo de visión.
Lind miro en dirección al templo. El campo mimetizador que Belldandy había colocado para ocultar cualquier actividad en el templo aun seguía activo. A pesar de la destrucción y las grandes energías liberadas, desde el exterior todo parecía completamente normal.
Lind medito un momento. Este espionaje posiblemente estaría relacionado con el ataque al templo, seguramente el atacante no sabía de ella y su escuadrón. Tal vez podrían sorprenderlo. No podía dejar de pensar que el ataque a Giörel, el ataque al templo y ahora la perdida de contacto con el cielo, deberían estar relacionadas y solo había un lugar de donde esto pudiera venir, "Hell". Si había un demonio rondando debería capturarlo.
- Necesitamos averiguar a donde se está enviando la información.
- Mi señora, nosotras no dominamos la tecnología humana, creo que este artefacto está usando la red humana de comunicaciones que llaman internet. Podrá ser primitivo pero sus huellas están bien ocultas.
Lind sonrió, su compañera la miro con sorpresa, desde que se encontraban aislados de Yggdrasil, Lind parecía sonreír más fácilmente, y eso la desconcertaba, pero no esperaba sus palabras:
- Tal vez no sea necesario que lo hagamos nosotras, esos mortales del lugar llamado "la Universidad" parecen ser expertos en esto. Creo que es hora de comenzar a interactuar directamente con los humanos... Tendrán que ser más amigables con ellos. No pude evitar notar que su presencia los afecta.
La valquiria intento mantener la compostura ante esta declaración, pero no logro ocultar su desagrado ante esa idea.
- Señora, somos guerreras, no diosas del amor.
Lind dejo de sonreír, se dio cuenta de que había estado permitiéndole demasiada familiaridad, de otra manera su comentario no habría sido cuestionado. La miro con severidad y la amonesto.
- Harán lo que sea necesario. Aun soy la líder del grupo.
- Si mi señora – contesto bajando los ojos, luego intento cambiar de tema-. ¿Les informara a los otros mortales?
- Ellos ya han hecho demasiado y se han puesto en peligro varias veces por ayudar. Es nuestro turno de hacer algo.
Durante los últimos días, la frustración de no poder hacer nada había estado creciendo, y el depender de los mortales comenzaba a desesperarla. Sentía la necesidad de actuar por su cuenta. Posteriormente Lind se arrepentiría de esta falla en su juicio.
El Doctor Shugahara Kenji miro a su clase y pensó que ni en sus más locos sueños había imaginado tener estos estudiantes. Una diosa sanadora y seis valquirias.
Lind había escuchado impasible su sugerencia, pero al final la había aprobado. Ni siquiera había querido escuchar sus argumentos, al parecer la idea de que su escuadrón se familiarizara con una actividad humana le parecía excelente. El además esperaba poder conocer más a fondo a estas fascinantes criaturas.
Las diosas lo miraban con curiosidad, no estaba seguro si el objeto de su curiosidad era el, o lo que estaba haciendo. Kenji no pudo esbozar una sonrisa, tal vez su siguiente libro debería llamarse "Cocina para diosas", nunca había tenido estudiantes más dedicados y que aprendieran con tal facilidad.
El Dr Shugahara era un apasionado y conocedor de la antropología, y comenzó explicando la importancia de los alimentos para los humanos y sus implicaciones culturales. Y posteriormente todo el mundo de posibilidades de mezclas, técnicas y preparaciones, que podían usarse para poder modificar textura, sabor y aroma de los alimentos.
Las diosas escuchaban fascinadas, pues hasta ese momento había considerado a la alimentación como una simple forma de recargar energía y ahora encontraban que había todo un mundo nuevo y de fascinante posibilidades por explorar. El mundo humano les parecía un lugar exótico y misterioso.
El doctor añadió además fascinantes datos sobre la alimentación entre distintas culturas y después de una demostración práctica, las dejo trabajar.
Ellas no necesitaban muchas explicaciones. Kenji observo maravillado su inhumana precisión al trabajar. Realizaban corte de los vegetales con una exactitud milimétrica, y la velocidad con la que manejaban los cuchillos no dejaba de recordar que tenían un entrenamiento bélico. Todo esto más su velocidad de aprendizaje, le recordaron cierta diosa que lo había maravillado y no pudo evitar que se humedecieran los ojos.
Othala lo observaba, no dejaba de impresionarse ante la fuerza de sus sentimientos. A pesar de su apariencia joven, ella era vieja y sus años de vida sobrepasaban con mucho las de esa criatura. Había visto guerras y muertes, aun así estas criaturas mortales no dejaban de fascinarla. Pudo ver los sentimientos del Dr Shugahara reflejados en su aura y sintió su dolor.
Sus instintos de sanadora la movieron a actuar, se acercó al hombre y puso su mano en su hombro. El Dr salto ante el contacto inesperado, luego como si escucharan una orden invisible, las demás valquirias interrumpieron su trabajo y lo rodearon, tocándolo con las palmas de sus manos. Iniciaron un suave canto y Othala hablo.
- Tiene una poderosa aura, es una lástima que no la pueda percibir y usar, pero podemos ayudarlo. Su mundo está lleno de fuerzas que usted no puede ver, pero puedo enseñarle a verlas, eso le ayudara a enfocar su dolor de una mejor manera.
El doctor sintió el contacto de las diosas como si fuera una descarga eléctrica.
- No entiendo, ¿qué hacen?- Exclamo con nerviosismo ante las sensaciones extrañas que lo llenaban.
- Solo haremos que sea consiente un mundo que usted ya ha comenzado a percibir, he visto que su mundo está lleno de belleza que usted no percibe. No tema, tómelo como un obsequio por lo que han hecho por nosotras.
El Dr comenzó a sentirse distinto, un poco más ligero, pero lo más maravilloso fue que comenzó a ver un brillo que envolvía a las diosas y luego vio que su propio cuerpo también brillaba con los más hermosos colores. Miro a su alrededor y los objetos inmateriales parecieron cobrar vida. Ya no eran más objetos inanimados, cada objeto tenía su propia personalidad y propia energía. Fue una súbita revelación de belleza, de la belleza de su propio mundo. El efecto duro apenas unos segundos, y se fue desvaneciendo, pero no completamente. Era un regalo maravilloso, había visto el mundo con ojos de un dios, y más aún, tal vez podría aprender a hacerlo de nuevo.
Las valquirias se separaron lentamente y volvieron a su trabajo, como si nunca lo hubieran dejado. El doctor miro a Othala y al no tener palabras para expresarse, realizo una profunda reverencia de agradecimiento.
Súbitamente escucho una tímida tos, era Keiichi, que con había visto maravillado el proceso, de alguna manera el mismo había alcanzado a percibir el aura y lo desconcertaba la experiencia. Luego comento:
- La electricidad ha sido restaurada y la televisión ya funciona. La dejare aquí tal vez sea bueno escuchar las noticias, pero no la puedo dejar en el cuarto de Urd, espero que no le moleste.
El Dr parpadeo. Pasar de descubrir la belleza oculta del mundo para saltar a la banalidad de la TV parecía algo ridículo, pero para entonces las valquirias habían rodeado el aparato. El Dr ya conocía la fascinación que el aparato ejercía en Urd, pero no esperaba esta reacción de un escuadrón de guerreras.
Una de ellas logro encender el aparato y pronto descubrió el cambio de canales, escucho un suave murmullo entre el grupo de diosas, una de ellas comento.
- He escuchado sobre estos aparatos, son primitivos, pero los mortales comparten a través de el muchas de sus historias. Dicen que los mortales son grandes creadores de historias. Lástima que no podamos usar la magia para hacerlo más grande.
Paso rápidamente por varios canales de televisión, luego comenzó una búsqueda más deliberada y sistemática buscando algo: que parecía atraerlas: "historias".
Repentinamente el Dr Shugahara escucho una voz conocida y con un gento enérgico pidió que lo dejara escuchar. La valkiria asintió y lo dejo escuchar intrigada por lo que veía.
Keiichi se sorprendió por la curiosidad del Dr. Era un simple programa de entrevistas, y hablaba un desconocido, un hombre de edad mediana
- ¿pasa algo? ¿Lo conoce?
- Si, es el Dr Shinobu Kitayama de la universidad de Kyoto. No esperaba verlo en televisión, su área de estudio no es precisamente muy conocida.
- ¿que estudia?
- La felicidad.- luego señalo pidiendo silencio para escuchar mientras Keiichi se rascaba la cabeza intentando entender las palabras del Dr.
Era un programa de entrevistas matutino, un entrevistador que parecía sufrir de verborrea crónica y una joven que parecía tener un vocabulario de 5 palabras, rodeaban a un hombre de edad mediana, que parecía una versión más vieja del Dr Shugahara. A pesar de su aspecto formal y su edad, los ojos del hombre brillaban con un entusiasmo juvenil.
-... ¿Entonces usted afirma que se puede medir la felicidad, y meterla en un laboratorio? No me parece que sea algo muy útil o científico.
La pregunta estaba diseñada para molestar al invitado, pero este simplemente ignoro el tono y concentro en contestar con entusiasmo:
- No es tan difícil o increíble como parece, los seres humanos sabemos cuándo somos felices, somos bastante objetivos en cuanto a eso y un buen cuestionario con algunas palabras claves pueden darnos mucha información para poder estudiar la felicidad y lo que hay detrás de ella.
El presentador de nuevo intento ser impertinente.
- Déjeme adivinar. El dinero si trae la felicidad. No creo que se necesite una investigación científica para saber eso.
El hombre sonrió, era una sonrisa fácil que no dejaba duda sobre su área de estudio. En lugar de molestarse examino al presentador como si fuera un bicho raro que había que investigar. Aprovecho para contestar con autoridad.
- Solo hasta cierto punto. Una vez satisfechas nuestras necesidades básicas, la felicidad depende de muchos otros factores. El entender que nos hace felices, puede ayudarnos mucho a traer la felicidad a más gente.
El presentador se mostraba desconcertado por no poder irritar a ese hombre, pero lo intento de nuevo, hablando con cinismo:
- ¿Entonces el dinero no compra la felicidad? Vamos, no lo creo, yo sería feliz con un salario mayor.
El hombre solo sonrió una vez más y contestó
- No es tan sencillo, por ejemplo nuestro país tiene una de las ciudades más felices del mundo, y no es la ciudad con el mayor nivel económico.
- ¡Ah! y quienes son los afortunados.
- Es la ciudad de Nekomi. Hay algo ahí que provoca que la gente sea extremadamente feliz.
La mención de Nekomi capto inmediatamente la atención de Keiichi.
- ¿Realmente pueden medir eso? Y con que exactitud lo puede determinar.
- Lo suficiente para saber que el epicentro de la felicidad esta alrededor de un viejo templo abandonado en la localidad de Tarigonkan
El Dr Shugahara y Keiichi se miraron uno a otros atónitos, Keiichi impresionado comento...
- Eso debe ser a causa de Belldandy. Marler comento que la presencia de las diosas rompen el balance y trae un exceso de felicidad al mundo, pero nunca pensé que alguien lo pudiera medir.
- Pero entonces, si la presencia de una diosa trae felicidad, entonces la presencia de un demonio debe traer infelicidad...
Como si haciendo eco de sus palabras, el presentador comento.
- Pero entonces también deben poder medir la infelicidad. Dígame, ¿Cuál es el lugar más infeliz de Japón?
- Curiosamente también está en Nekomi, pero la zona es mucho más pequeña, es un pequeño suburbio prácticamente abandonado, y muy infeliz. y está localizado en...
El presentador aparentemente encontraba el tema de lo más aburrido al no poder manipular a su invitado, así que interrumpió al profesor.
- Lo siento profesor, nuestro tiempo se ha terminado. Esperamos escuchar más de ese "interesante tema" en otra ocasión...
El Dr Shugahara frunció el ceño irritado, pero se contuvo. Señalo a la TV y le indico a la valquiria que podía continuar investigando el aparato, luego señalo a Keiichi, indicándole que deseaba hablar a solas con él.
Se retiraron un momento al pasillo mientras el Dr sacaba su celular y buscaba en su agenda.
- Debo hablar para felicitar a mi colega, no le mentiré si le digo que encontré fascinante el tema. Estoy seguro que no me negara la información sobre ese desafortunado suburbio - Se detuvo un momento y sonrió apenado.- Confieso que nunca había tomado muy en serio los estudios del Dr Shinobu. Espero algún día poder revelarse la verdad sobre sus estudios.
Era un impresionante laboratorio, y el de la universidad de Chiba parecía diminuto en comparación: grandes pantallas de plasma monitoreaban el equipo, al fondo en un gran salón había una gran supercomputadora, la más rápida del mundo, y en los ventanales se podía ver parte de los detectores de partículas, que estaban cambiando la manera de ver el mundo.
Ajeno a todo lo que lo rodeaba, en un pequeño escritorio el profesor Nambu revisaba su laptop, con aire preocupado. Se le notaba cansado, había tomado un largo vuelo para llegar aquí, pero por no perder tiempo, había rehusado descansar en su hotel para llegar directamente al CERN. En este lugar los mejores expertos en fisca de alta energía y teoría de cuerdas usaban las energías del LHC para interrogar al universo.
Se acercó un hombre, era Yoshida Takashi, quien había insistido en acompañarlo. Intuía que estaba en un momento de gran importancia para la humanidad. Dudo un momento antes de interrumpir al profesor, pero era importante y le hablo.
- Escuché lo que paso con la Señorita Rossenthal.
- Si, estuvo muy cerca de convertirse en tragedia. Olvidé completamente sus planes de sintetizar los cristales. Fue algo imprudente de mi parte.
- ¿De qué cantidad hablamos?
- Veinticinco gramos de cristales. Nosotros estuvimos a punto de morir por solo unos miligramos.
- Entonces lograron interrumpir la síntesis.
- No, ese es el punto. Realmente sintetizó esa cantidad, no entiendo como sobrevivió, al parecer el procedimiento que uso resulto les dio una estructura más estable.
Yoshida silbo de admiración.
- ¿Veinticinco gramos? Si nuestros cálculos son correctos y eso se desestabiliza, podría generar una fuerza destructiva que superaría en varios ordenes de magnitud la bomba Tzar. ¿podremos controlarlos?
- Concentrémonos en lo más inmediato, traer a Jenny aquí con el material. Ella no lo sabe, pero en este momento sus conocimientos podrían ser los más codiciados del mundo. Aquí estará más segura hasta que logremos entender lo que está pasando.
- Imagino que debe estar sorprendida.
- No ha tenido tiempo de disfrutar de su cubículo, pero es una joven ambiciosa que quería participar en las grandes ligas. Creo que la Señorita Rossenthal va a ser el centro de atención de los mejores expertos de física en los próximos días, la experiencia le será memorable.
- ¿Pero que realmente piensa decirles a todos los que está pasando? Y no me refiero solo a la parte de los dioses, que aún me cuesta trabajo aceptarlo a pesar de haber sido testigo de su poder, sino a que estamos ante energías que sobrepasan nuestra imaginación. Si esa información sale fuera, alguien podría desencadenar una destrucción sin precedentes.
- Desgraciadamente lo más importante ya se sabe, "funciona". Tarde o temprano alguien más intentara repetir el experimento y esta vez tal vez no tenga una diosa a la mano para salvarle la vida. Tampoco podemos darnos el lujo de que solo unos cuantos sepan esto. Recuerde lo que paso con la bomba atómica hasta que un científico entrego los planos a la unión soviética y logro restablecer el balance de poder. Fueron años de miedo, ante ese balance, pero fue preferible a que solo una nación tuviera esa tecnología. La ciencia está basada en el flujo libre de información. Pero la información debe ser real y verificable.
- Tiemblo de pensar en las consecuencias si esto se usa mal.
- Puede ser igualmente peligroso si alguien cree que esto le dará poder sobre el mundo. Pero no es lo único que me preocupa.
- ¿Puede haber algo más importante que la destrucción de nuestro mundo?
- Estuve repasando los apuntes de la Señorita Rossenthal, espero que me asignen tiempo de cómputo para verificarlos- mientras señalaba a la Gigantesca computadora CS-2/ Meiko Limited del Cern.- Además, acabo de hablar con Stephen y el confirmo mis sospechas. Las diosas provienen de un universo de más dimensiones que el nuestro, y esos universos son inherentemente inestables. Creo que su la existencia de su universo, depende del nuestro, pero solo tengo sospechas. Tal vez no solo seamos responsables por nuestro universo.
Keiichi y el Dr Shugahara observan expectantes como la vieja computadora arrancaba. El inicio de sistema operativo les parcia más lento que nunca. Finalmente termino y Keiichi lanzo el navegador de internet, y rápidamente entro al sitio web, que ya no le quedaba duda, era del cielo.
Pero esta vez no apareció nada, la conexión tardaba en conectarse. Keiichi temía lo peor, que también esta fuente de comunicación estuviera rota.
Finalmente apareció una pantalla, pero no era la que esperaba. Esta vez no había imágenes, solo un sencillo texto.
- Imposible contactar con sitio web. El servidor no responde. Protocolo http inoperante. Intentados protocolos de comunicación alternos.
Keiichi salto por la sorpresa. No era un mensaje de internet estándar. Kenji lo miro sorprendido, y entonces recordó que él no podía leer esos símbolos.
- La línea de comunicación parece que sigue abierta, pero no se puede comunicar. Sin embargo parece que hay un software en la computadora que va a intentar un método alterno.
- ¿Crees que sea seguro?
Keiichi sonrió, después de lo que habían pasado, sonaba casi ridículo preocuparse por una pieza de software
- Recuerda, ahora somos la orden de los caballeros mortales.
Kenji sonrió, y puso su mano en el hombro de Keiichi.
Repentinamente apareció mas información en pantalla:
- Protocolo tcp/ip activo. No hay servidores de acceso de información disponibles. Sugiero activar interface local de programa para evaluar alternativas de manera interactiva.
¿Interface local? Eso parecía confirmar las sospechas de Keiichi, había software extraño en su máquina. Con emoción apenas contenida, tecleo un simple "si"
Pocas veces, esas palabras desencadenarían consecuencias tan profundas para el destino de la humanidad. Pero a Keiichi no le habría importado, pues lo único que deseaba por encima de todo, era salvar a su diosa. Pero pronto sabría que algo extraordinario estaba pasando.
Adx-654 había despertado.
Fin del capitulo XIX
Notas:
Adx-654. En caso de que se haya olvidado de este programa, favor de ver el capitulo 9, "core war".
Shinobu Kitayama. El es realmente un especialista que estudia la felicidad, su medida y el impacto en nuestras vidas. Recomiendo leer sobre su trabajo y las distintas expectativas sobre la felicidad en las distintas culturas
CS-2/ Meiko Limited. Es una de las computadoras mas raidas del mundo, y esta basada en mas de 1000 procesadores trabajando simultáneamente.
bomba Tzar. Es el artefacto nuclear mas grande que se ha construido , diseñada para una potencia de 100 megatones, el concepto fue probado con "solo" 50 megatones.
