Hola a todos, espero les guste este capitulo. Aun tenemos un buen camino que recorrer juntos y
me gustaría escuchar su opinión, puesto que un autor vive gracias a los comentarios de sus lectores.
Realmente me gustaria mucho escuchar su opinion de la historia.

Atentamente

Elnauhual


La orden de los Caballeros Mortales

Por Javier Delgado aka Elnauhual

Fan fiction, inspirado en "Oh mi diosa" de Kōsuke Fujishima.

Capitulo XXVIII

Lealtades

Yoshida Takashi se encontraba en lo alto de una colina, un suave viento movía sus ropas y esto lo hacia sentirse ligero, casi se sentía apunto de volar. El cielo tenia purismo color azul que el gigantesco sol rojizo iluminaba la escena. Comenzó a caminar sobre un grueso césped que no dejaba escuchar sus pasos. Este se extendía como una verdadera e inmaculada alfombra verde interrumpido por islas de vegetación. Avanzo un centenar de metros y entonces vio un sendero empedrado, al aproximarse noto que habían las piedras habían sido talladas para hacer lucir sus de vetas minerales cuyos trazos al combinarse visualmente producían un efecto de armonía.

Camino mirando a su alrededor, por doquier se veían vetas minerales aflorando del piso, mostrando hermosos crecimientos cristalinos que centelleaban como joyas. Avanzó hasta que vio un grupo de flores y se acercó curioso, no se parecía a nada que hubiera visto antes y entonces se dio cuenta de que esto no podía ser natural. Todo estaba organizado en un hermoso conjunto. Las flores formaban un patrón familiar, aunque no podía identificarlo. Súbitamente comprendió y su corazón salto de emoción: -¡Una serie de Fibonacci!- Su mente matemática se regocijo con el descubrimiento, pero tal que le pareció aun mas extraordinario es que no era que las plantas hubieran sido plantadas en cierto orden, sino que las mismas plantas parecían crecer siguiendo ese patrón.

Luego miro a su alrededor, y comenzó a comprender, los cristales, flores, las piedras del camino, todo tenia un armonioso orden definido matemáticamente. Su sentido matemático se extasió ante ese descubrimiento, observo y pronto comenzó a descubrir correlaciones aun mas sutiles y profundas, casi sin darse cuenta, comenzó a explorar conceptos geométricos y entonces su visión de ese mundo se transformó, no estaba seguro de lo que era, tomo un pequeño cristal que había en el piso y examinó sus planos de simetría. Observó extasiado aun sin logra entender que era lo que tenia de extraño, hasta que le llego la comprensión y una sola palabra estallo en su mente:- "Hipergeometría"- . Estaba viendo un mundo de mas tres dimensiones y sin embargo al principio no se había dado cuenta, lo percibía como si fuera algo natural. Solo podía haber una explicación, lo estaba mirando a través de la mente de una criatura de ese universo, y no a través de su propia mente. Ante la comprensión sintió que sus ojos se llenaban de lagrimas, extasiado al ver algo que tantas veces había intentado visualizar.

Entonces percibió un suave perfume y escucho un suave canto, apenas un murmullo con una voz familiar que lo hacia estremecer, luego poco a poco el paisaje comenzó a disolverse. Yoshida suspiro mientras exclamaba un nombre que ya era sagrado para el: "Ghadril".

No necesitaba abrir los ojos, sabia que ella estaba ahí, en su lecho y que lo que había visto era parte de un sueño. Sintió la tibieza de su cuerpo, y en su pecho, reconoció esa extraña corriente que surgía entre los dos cuando se tocaban. Sonrió extasiado y dijo.

- ¿Ese es tu mundo?, es hermoso, gracias por mostrármelo.

Lentamente, como si le costara trabajo regresar a su propio mundo abrió los ojos y giro la cabeza para ver a la hermosa mujer que yacía junto a el, en la cama de su departamento.

- Tú me has enseñado la belleza de tu mundo, me pareció justo enseñarte algo del mio, Cuando llegué y te vi durmiendo y soñando, pensé que era una buena oportunidad de proyectarte esa imagen.

Yoshida miro extasiado al rostro de la diosa, y supo que había algo mas, pero no necesito preguntar, Ghadril pudo comprender su pregunta muda.

- Tendré que partir, no se por cuanto tiempo sera, pero no temas, no regreso a mi mundo, es una misión que los jueces me han encomendado.

Yoshida la miro intrigado, había algo mas. De alguna manera misteriosa ahora era capaz de percibir los sentimientos de la diosa como si fueran suyos.

- Algo te preocupa, siento inquietud y duda. ¿cual es el problema?

- Yoshida, hay algo que necesito comprender. ¿porque los mortales se matan entre si usando nuestro nombre?...

El hombre se estremeció ante las implicaciones de esa pregunta, ¿como explicarle a esta diosa, que algunos de los aspectos mas sublimes de la humanidad estaban unidos a los mas destructivos?. El no era un historiador o humanista, pero sabia que algo del corazón del hombre.

- Ghadril, en nuestra búsqueda de trascenderlos a nosotros mismos, en superar nuestro temor a la muerte, hemos creado muchas cosas nobles, pero también hemos cometido las peores atrocidades. No se por donde comenzar.

La diosa lo miro y vio su turbación, y supo que le seria difícil expresarlo con palabras, así que le dijo.

- Permiteme entrar entonces en tu mente, las palabras serán innecesarias.

Yoshida la miro avergonzado, tendría que abrirse y revelar también su propia humanidad, con sus logros y defectos, y le dijo:

- Tengo temor de que descubras lo que somos en realidad los humanos, pero no puede negarte nada, mi mente es tuya. Ven y conoce el corazón del hombre...

Y así fue que Ghadril comenzó a conocer el fondo de el corazón de los mortales.


Cuatro poderosos demonios de la guardia Élite de Hild entraron por la puerta destrozada. Su rostro, habitualmente inexpresivo, estaba lleno de odio y sus ojos brillaban mostrando esa locura que había infectado a tantos habitantes de este mundo. Pero los guardias cometieron un error táctico, esta no era la habitación de un demonio mas, era la habitación de la diosa-demonio Urd. En lugar de una criatura atemorizada se enfrentaron a dos ojos violetas que centelleaban con furia, una furia que ademas habían dado tiempo de crecer.

El destello de esos terribles ojos violetas pronto fue opacado por un plasma de energía que se formó entre las manos de la diosa, extendió sus brazos mientras invocaba un poderoso hechizo. Urd sonrió, era misma sonrisa con la que Hild era capaz de aterrorizar a sus enemigos, el plasma floto suavemente hacia los guardias, se separó en esferas individuales. Los guardias por un momento se quedaron hipnotizados mirando esas esferas de luz y antes de que tuvieran tiempo de reaccionar, estas se impactaron contra ellos y contra el resto del grupo que venia de tras de ellos. Un relámpago cegador los envolvió y los guardias cayeron inconscientes al piso, su piel y su ropa había sido quemada por una energía que por una fracción de segundo había competido con los fuegos solares, pero calculada fríamente para no ir mas profundo.

Urd rio satisfecha, pero se contuvo inmediatamente, no era tiempo de perder el control. Durante unos segundos se había dado el lujo de dejar libres sus sentimientos. La tensión de los últimos días, la emoción de los viejos recuerdos, el enojo de ver sus pociones dañadas y la puerta de la habitación destrozada habían construido a llevarla a un paroxismo emocional que había descargado con una precisión inhumana. A pesar de lo poderoso de la descarga, nada de su habitación había sido dañado.

Respiro profundamente, se relajo y aprecio su obra. Lind estaría orgullosa, sus lecciones sobre el manejo de plasma en ese universo paralelo habían dado fruto, rio suavemente al pensar que esa sesión en el campo de tiro de los guardias sería innecesaria.

Entonces vio una figura moverse con rapidez. Era Bragg, quien se apresuró para examinar a los guardias caídos, los miro asombrado y luego con un amplia sonrisa, no diferente a la de un padre orgulloso, miro a Urd y comento:

- ¡La Princesita ha crecido!, en Hell solo Hild tiene el poder para vencer a un guardia élite y has derrotado a seis.

Bragg procedió a sellar a los demonios, Urd lo observo con curiosidad y luego respiro profundamente para despejar lo que queda de su ira, entonces le preguntó

- Bragg, ¿que esta pasando? ¿porque me atacaron? Pensé que la guardia era inmune a la locura.

Sin interrumpir su trabajo, Bragg contestó:

- Toda la guardia de Hild ha sido infectada, sea lo que sea que la esta causando encontró la manera de infectarlos, Walharen envió una advertencia hace unos minutos explicando todo y apenas tuve tiempo de reaccionar, pero al parecer mi Princesita no la vio. Ademas, por alguna razón no fui afectado.

Bragg señalo a una pantalla de información detrás de Urd, donde un aviso parpadeaba indicando la llegada de un mensaje urgente. Urd lo miro con sorpresa, y se dio cuenta de debía haber llegado hace varios minutos, inmediatamente ordeno desplegar la información y su rostro se lleno de incredulidad ante su contenido.

- Esto significa que toda la guarda debe estar infectada. - Luego una idea cruzo por su mente y con preocupación le dijo Bragg- ¡Los Sabios! Debemos protegerlos, yo los traje al palacio pensando en que aquí estarían protegidos. Ellos han avanzado y están a punto de encontrar una cura.

- Por el momento están a salvo. Pido una disculpa por no estar aquí antes, pero se de la importancia que mi Princesita les da a ellos y los conduje al salón del trono bajo la protección de Hild. Ella estaba extremadamente molesta ante mi llegada, pero no esperé a escucharla.

Urd miro asombrada a su guardaespaldas. ¿Como es que un demonio tan capaz había aceptado ser reducido a un bruto hipertrofiado? Pero no era el momento de pensar en eso.

- ¿Que sabes de Marler? ¿Está bien?

- No lo sé, la busqué en sus habitaciones pero no estaba ahi. Es posible que se encuentre con los sanadores debido a su herida. Es una zona segura y de momento debe estar a salvo. Pero no podemos esperar mucho. El palacio cuenta con 3000 guardias activos y 2,000 suspendidos. Mi Princesita pudo derrotar a seis, pero ni siquiera Hild podría derrotarlos a todos si atacan al mismo tiempo.

- Entonces debemos ir con mi madre. ¿Serán seguro ir por los pasillos? El salón del trono esta protegido contra tele portación y no creo que mi madre desee eliminar los bloqueos en este momento.

- Los pasillos principales no son seguros, por eso debemos usar los pasajes secretos de la guardia, tal ves encontremos algunos guardias ahí, pero la mayor parte estará en los pasillos principales, pues el personal no debe saber de su existencia.

Bragg realizo hizo una señal en dirección a una pared y apareció la entrada de un pasaje- Debemos irnos inmediatamente.

Urd lo detuvo con una señal.

- Un momento Bragg, tengo algo que decirte.- Urd sonrió al fornido demonio- Haz realizado un excelente trabajo

- Cumplo solo con mi deber.

- Haz hecho mucho mas. Nuestro mundo te debe mucho. Ahora debemos ayudar a mi madre y tal ves tengamos que abandonar el palacio. Me parece que Walharen estaba fortificando el centro de control de Nieghood, creo que puede ser una buena alternativa.- entonces Urd cambio su expresión y miro a Bragg con expresión irritada- Pero Bragg, solo una cosa mas, y esto es muy importante- Bragg se detuvo sorprendido por la seriedad de Urd- Nunca, y repito NUNCA te atrevas a llamarme "princesita" en presencia de mi madre. ¿Entendido?

Urd desapareció en el túnel, Bragg se quedo boquiabierto un momento, luego rió divertido y orgulloso para después lanzarse detrás de ella. Inmediatamente después la entrada desapareció sin dejar huella.


Herja grito de dolor, y entonces supo que estaba viva. Su cuerpo se convulsionó fuera de control, sintió que varias manos aprisionaban sus brazos y pies intentando retenerlos, sintió una presión contra su pecho y una descarga de magia la invadió, luego escucho una voz cantando un hechizo curativo. ¡Era la voz de Lind!, intento hablar, pero no lograba controlar su cuerpo sin embargo este rápidamente dejo de convulsionar. Esta era magia curativa de una clase que nunca había sentido, poco a poco el dolor la comenzó a abandonar excepto su brazo que aun le dolía... - ¿su brazo?.

Recordó que su brazo había sido devorado por la niebla azul, era extraño que fuera eso lo que le doliera. Entonces se forzó a abrir los ojos.

Vio rostros borrosos encima de ella. Poco a poco comenzó a reconocerlos, Lind, Oth, Rota, y Eir. ¿Donde estaba Alruna? Entonces recordó que Alruna había sido devorada por la niebla. Cerró los ojos y se dio el lujo de sentir dolor por su compañera desaparecida, pero sabia que no podía dedicarle mucho tiempo. Haciendo un gran esfuerzo unió su voz al canto de Lind y sus compañeras también añadieron el poder de su propia magia, necesitaba recuperarse lo mas pronto posible. Pronto entró en un trance curativo.

Gracias a toda esa magia, en unos minutos Herja logro levantarse, aun se sentía insegura y a regañadientes acepto la ayuda de sus compañeras, luego pregunto a Lind.

- Que clase de magia usaste. Se que curar nunca fue tu especialidad, y aun así la magia que usaste fue poderosa

- No fue mi magia, fue una de las pociones curativas de Urd.

-¿Pociones? - Herja no pudo evitar reírse- Vaya quien lo dijera, siempre pensé que las pociones eran una perdida de tiempo. Luego levanto su brazo y miro con disgusto el muñón. Lastima que no sea suficiente para recuperar mi brazo, pero no hay tiempo para eso. Estamos vivas y eso es lo mas importante. ¿que fue lo que paso? Pensé que no lograríamos controlar a Belldandy, es demasiado poderosa.

- Belldandy intento luchar contra eso que la esta poseyendo, al final ella misma nos ayudo.

- ¿Entonces ella también fue invadida por la locura? Si ni siquiera Kamisama puede estar a salvo de la locura, como podremos luchar contra ella.

Lind entonces la mira fijamente y le dijo...

- Esta no es la locura. Por lo menos no exactamente. Cuando la locura invade a un dios, su mente se trastoca, pero en el caso de Belldandy pareciera ser un mente separada contra la que esta luchando, creo que su conciencia sigue adentro. Luchando contra el invasor.

- Pero si no es la locura ¿que es?

- Eso intento averiguar- Lind señalo hacia el centro de la destrozada sala. Un gigantesco cristal se encontraba ahí, y distorsionado, en su interior se veía el cuerpo de Belldandy, contorsionado y quemado por la lucha. Una expresión de dolor estaba congelada en su rostro.- Por eso necesito su ayuda. Intentare penetrar en su mente y averiguarlo.

Herja miro a Lind asombrada, luego levanto los hombros y rio. Sus compañeras se sorprendieron ante esa risa y la miraron incrédula, al darse cuenta ella contestó.

- Hemos atacado al mismo Kamisama, ahora somos parias en el mundo de los dioses, sin importar si fue para bien o mal. Nuestros días de existencia están contados y pronto desapareceremos, así que, ¿que podemos perder?. Lind dinos que hacer. Así al menos la espera no sera aburrida. Sabemos de tu lealtad y amor hacia Belldandy, y te respeto por eso. Si crees que exista alguna manera de curarla, lo haremos, no tenemos absolutamente nada que perder.


El CERN es lo suficiente grande para parecer un pueblo pequeño, varias calles y avenidas lo atraviesan aunque hay pocos autos ya que la mayor parte del personal recorre esos espacios en bicicletas. Por ello no dejo de causar extrañeza que hubiera un verdadero congestionamiento en Route Meyrin, la avenida principal del centro, justo enfrente de la plaza Galileo Galilei.

Ahí se encontraba un pesado automóvil negro, de gruesas ventanas blindadas, y una escolta de varios vehículos. El espectáculo era tan inusual que pronto se formó un buen grupo de espectadores que conversaban animados intentando adivinar que estaba pasando.

Entonces de la recepción del edificio Mycrocosm, al otro lado de la plaza, salio un nutrido grupo, el director del CERN, varios científicos y un grupo de guardias armados rodeándolos. En medio de ellos estaba una joven menuda y delgada acompañada de un guarda fornido. Las conversaciones entre los espectadores no se hicieron esperar, la silueta de esos dos se había convertido en algo conocido dentro del centro. Debían ser Jenny Rosenthal y su guarda espaldas, pero el grupo de guardias no dejaba acercarse a nadie. Los murmullos se intensificaron puesto que nadie entendía que pasaba o porque tantos guardias. El grupo avanzó hasta el gran auto negro, y la joven y su guardaespaldas subieron. Los guardias que los escoltaban subieron a los demás automóviles y pronto el grupo se puso en marcha. Los automóviles se fueron por la Route Meyrin, en dirección este, hacia el aeropuerto internacional de Ginebra.

Una ves que los autos desaparecieron, los espectadores comenzaron dispersarse para continuar con sus ocupaciones habituales, pero un hombre se quedo observando. Parecía ser un jardinero, uno de tantos trabajadores que cuidaban los grandes espacios abiertos del CERN. Este miro a su alrededor, e intempestivamente salio corriendo, tomando una bicicleta cercana, y se perdió entre las calles.

Mientras tanto, una pareja entraba en el centro de computo del CERN. Este es básicamente una gran bodega donde se albergaba el equipo de computo. No solo la supercomputadora, sino también varios cientos de servidores y desktops convencionales. El Sargento Jean Philiphe Valois se veía muy distinto vestido de civil, aunque su ropa no alcanzaba a disimular su atlético físico. El hombre avanzo decidido. Había estudiado a fondo los planos y sabia por donde ir. En el edificio prácticamente no había personal dado que todas las operaciones se hacían de manera remota. Solo había algunos técnicos de mantenimiento y reparación que los ignoraron. No era raro ver visitantes por ahí, vagando confusos ante el ruido.

Valois abrió una puerta y entro directamente en la gran nave. Por un momento se quedo sorprendido por el ruido. Al saber que era aquí donde se alojaba uno de las mas poderosos centros de computo del mundo, había esperado un lugar silencioso, con algunos "bips" y un ambiente estéril, en su lugar el sitio era ruidoso, cientos de ventiladores y sistemas de extracción de aire mantenían al sitio a una temperatura aceptable para las maquinas. Valois sonrió al pensar que uno de los sitios de mas alta tecnología, sonaba como una convencional bodega de refrigeración. Después de una breve pausa para orientarse, Valois hizo una seña a la joven que lo acompañaba, y se dirigieron a la puerta trasera.

Salieron a un estacionamiento, donde un auto compacto los aguardaba. Un pequeño auto que nadie se habría tomado la molestia en voltear a ver. Valois le abrió la puerta a la joven con amabilidad y luego tomo su lugar al volante, arranco el auto y tomo la Route Routerford en dirección a al route Gregory, exactamente en dirección opuesta a el aeropuerto. Sin embargo no habían pasado desapercibidos. Un hombre aun montado en su bicicleta los estaba observando. En cuanto desaparecieron, el hombre tomo su teléfono celular, y hablo.

- Las palomas han dejado el nido. Van en dirección a la Route Gregory, Es un compacto rojo, placas 1-ARG-234, no los pierdan de vista. El doctor Hervieux dice que se dirigen a un escondite en la "Reserve Naturelle de la Haute Chaine du jura". Los caminos son estrechos ahí, sera fácil emboscarlos.


Sentaro-kun miraba fascinado todo a su alrededor. Era la primera ves que subía a un avión y todo era una novedad. El Doctor Shugahara observaba divertido al niño. Le había cedido el asiento junto a la ventanilla y el niño no sabía que atender, si el espectacular paisaje de Japón que se desplazaba bajo sus pies, o la película que tenia enfrente, o la comida que les acababan de servir. Para Shugahara era extraño viajar con un niño, a su edad varios de sus colegas ya eran padres, y por un momento se preguntó que se sentiría serlo, pero sabia que es algo que nunca había contemplado seriamente. Su trabajo lo apasionaba al grado que ser padre no era algo que no formaba parte de su plan de vida, y sin embargo...

La voz de Sentaro lo interrumpió... ¡pero no le entendió nada!. El doctor Shugahara, divertido, le señalo los audífonos que tenia puestos, y luego le indico que debía terminar de masticar el bocado que tenia en la boca. El niño se apresuró y trago sin terminar de masticar...

- Ahí esta la costa, pronto dejaremos Japón. Es la primera ves que salgo del país.

- ¿ Entonces como es que tenias pasaporte?

- Mis padres pensaban llevarme de vacaciones este verano, así que ya tenia todo listo.

- Entonces espero que disfrutes el viaje, Serán muchas horas de vuelo. Casi 12 horas. Si te aburres...

- Hay tanto que ver, no me aburriré...

Shugahara rio ante el entusiasmo del joven, pero tenia mas experiencia en esos viajes largos.

- Si te aburres, - continuo hablando - hay algo que quiero que leas. Será mi próximo libro, y me gustaría la opinión de alguien que no conoce nada sobre el tema.

- ¡Sensei!, ¿Quiere que yo opine sobre su libro?, yo no podría hacerlo.

- Si puedes hacerlo, no debes tener temor a expresarte, ademas es muy importante que lo leas. Te ayudara a entender muchas cosas.

Sentaro sonrió, inclino la cabeza y respondió con un decidido – "Hai", lo leeré.- Shugahara sonrió. Sabia que Ghadril tenia razón, este joven tenia mucho que ofrecer, pero nuevamente Sentaro lo distrajo de sus pensamientos.

- Skuld me dijo que usted ha viajado mucho y que conoce muchos países y lugares extraños.

-Si, he tenido la oportunidad de viajar.

-¡Ah!, y tambien busca tesoros, oro, joyas, ídolos extraños...

Shugahara no pudo evitar reírse. Ante los ojos del niño sus viajes podían parecer dignos de una película.

-No, yo busco algo mas valioso, Plantas curativas, remedios, y a veces, incluso algo de magia.

El niño abrió la boca asombrado, ante la mención de magia.

- Por favor, cuénteme uno de sus viajes. Uno que tenga que ver con una selva.

-¿Una historia de la selva?- Shugahara se rascó la barbilla, y sonrió conforme le llegaban los recuerdos- Tengo una historia que te podría interesar, es sobre un chaman del Amazonas que me enseño una receta...

Shugahara no pudo evitar sonreír ante la mirada extasiada del niño y pronto, ambos estuvieron a miles de km de ahí...


El pequeño auto avanzaba en medio de una hermosa pradera verde por un estrecho camino de terraceria. La pradera termino y el camino los llevó en-medio de un espeso bosque. Debía ir despacio debido a que el camino era poco usado y había tramos en mal estado. El camino conducía a un viejo albergue para turistas abandonado cuando la zona había sido declarada zona natural protegida.

El auto se detuvo súbitamente y de el bajo el sargento Valois. Camino adelante del auto y examino el suelo atentamente. Había marcas de neumáticos recientes, le habían dicho que nadie visitaba el lugar. Instintivamente llevo su mano a la cintura, pero no estaba armado. Su respiración se contuvo un momento, escucho algo, era el sonido de vehículos en movimiento. Entro rápidamente al auto, dio vuelta en redondo y acelero retrocediendo sobre el camino, acelero lo mas que le permitía el camino de terraceria. Valois volteo a mirar a la joven que lo acompañaba, pero no dijo nada. Alcanzo a escuchar el sonido de un auto que los perseguía, provenía de un vehículo de doble tracción, que podía moverse mejor que el pequeño auto en ese terreno.

Entonces ante él vio un grupo de autos que estaba bloqueando el camino, freno violentamente, para evitar estrellarse contra ellos. Puso la velocidad en reversa e intento retroceder, pero detrás de él apareció una camioneta que freno y le bloqueo el paso así que también tuvo que frenar.

De los autos salió una docena de hombres armados, que lo apuntaban. Le hicieron señales para que ambos bajaran del auto. Valois tenia el rostro lleno de furia, pero no había manera de oponer resistencia y le indico a la joven que no saliera, El bajo lentamente levanto las manos indicando que no estaba armado y se planto enfrente del auto con mirada retadora ante el grupo armado.

Los hombres portaban mascaras y no podía ver sus expresiones, tampoco dejaron salir una sola palabra, así que era imposible identificarlos. Repentinamente el grupo se abrió y entre ellos apareció un hombre sin mascara. Al verlo Valois grito con odio.

- ¿Hervieux, hasta aquí ha llegado tu traición? ¿No has causado ya muertes? Esto no salvará a tu familia.

El Dr Adlene Hervieux portaba un arma, y avanzo lentamente como si estuviera caminando dormido, se colocó enfrente del grupo de hombres y con voz apenas perceptible dijo:.

- No espero que entienda, pero es mi única alternativa. Nunca quise hacerle daño a nadie, pero el destino nos pone en estas situaciones. No puedo hacer nada por usted, pero intentare que no le hagan daño a Jenny. Lo siento mucho.

Sin decir nada mas, levanto el arma y disparo contra el sargento. Este lanzo un grito ahogado y se llevó las manos al pecho y con una expresión de sorpresa, Valois se desplomo lentamente y cayo pesadamente al piso.

La joven en el auto miro atónita como caía, lanzo un grito ahogado y se llevó las manos al rostro, tratando de ocultar la escena ante sus ojos.

Hervieux se quedo en pie, mirando de manera inexpresiva el cuerpo tendido, entonces uno de los hombres hablo.

-¿Era necesario matarlo? Podría haber servido de algo.

-Debo regresar al CERN y el me podría identificar. Aun puedo ser útil para la causa. Ahora tomen a la mujer, pero no le hagan ningún daño, pagaran con su vida si algo le pasa... Ya saben que hacer.

Uno de los hombres abrió bruscamente la puerta del pequeño auto y arrastró a la joven fuera de él. La joven parecía incapaz de reaccionar. Si ningún miramiento, la arrojaron al interior de uno de los automóviles, Hervieux dio una orden y todos subieron a los autos, mientras el se dirigía al auto de la pareja. Saco una de las maletas del auto y la abrió, ahí había aun contenedor metálico sellado. Lo tomo con mucho cuidado y se dirigió al que parecía ser el jefe del grupo.

- Llévense esto con mucho cuidado, es muy peligroso. Bajo ninguna circunstancia intenten abrirlo, y ella es la única que sabe controlar su poder. Cuídenlo con su vida.

Hervieux dio una señal y dos de los autos partieron. Espero un momento y se subió al tercer auto. Inmediatamente partieron y pronto el lugar quedo en silencio, el disparo había asustado a las aves sumergiendo el lugar en un silencio casi absoluto, pero poco a poco, los ruidos del bosque parecieron querer devolver la paz a la escena de lo que había ocurrido. Solo quedo un auto abandonado y una figura postrada en el suelo de tierra.


Un par de hombres caminaban por un sendero desértico en medio de la noche, llevaban visores amplificadores de luz tipo militar, lo que les permitía moverse sin problemas bajo la noche sin luna. El cielo era tan despejado que parecía artificial y las estrellas brillaban con una pureza que los habitantes de las ciudades ya no pueden ni imaginar. Bajo la leve luz de estrellas se podía distinguir el rostro curtido por el sol, ropa resistente y desgastada, y sus pesadas mochilas de lona. Todo esto mostraba que los hombres no eran ningunos novato en ese ambiente. El sendero conducía a una colina casi desprovista de vegetación. Uno de ellos se detuvo un momento para orientarse, saco su cantimplora y se mojo los labios, después la guardo sabia que en el día esa agua le haría falta. Luego comenzó a ascender por la falta de la colina.

Poco a poco la pendiente de la colina aumento, y al final el sendero desapareció, llego un momento en que tuvieron que usar manos y pies para poder subir por una pendiente inclinada.

Una hora después llegaron a la cima. Uno de ellos se asomo cautelosamente al otro lado. Desde ahí se podía ver un pequeño pueblo en medio de una llanura reseca. A pesar de ser noche tomaron precauciones para no ser vistos, así que se acuclillaron y comenzaron a sacar el contenido de sus mochilas. Uno de ellos traía una pequeña pala y comenzó a cavar una zanja larga y ´poco profunda, mientras él otro construía un pequeño techo con una pesada lona grisácea. Al final colocaron el techo encima de la zanja. El espacio era suficiente para ocultar a una persona, y desde ahí tendría una buena vista del poblado. Uno de ellos busco varios arbustos para cubrir la lona y ademas le vació un poco de tierra, hasta que fue casi indistinguible de su entorno, mientras el otro abrió un maltratado estuche, saco una cámara con un poderoso tele-foto. A diferencia del resto de sus pertenencias, este era completamente nuevo. Su compañero había sacado una laptop y una antena parabólica. La encendió y checo la conectividad. No tendrían problemas en enviar la información.

Cuidadosamente el fotógrafo se metió a su refugio y comenzó a explorar el pueblo con el tele-foto, tomando algunas fotos de exposición larga, su compañero le dijo.

Regresare al auto por las provisiones, la espera sera larga, pero si mis contactos están en lo cierto, pronto habrá algo de acción. Nos pagaran bien por esas fotos. No todos los días podemos documentar el inicio de una revolución. Años mas tarde no podría evitar recordar esas palabras sin sentir un estremecimiento.


Por enésima vez, Marler maldecía su suerte, mientras intentaba mantener su barrera física intacta, pero sabia que no duraría. Conocía la capacidad de los guardias de Hild y sabia que no podía nada contra ellos. Miraba a su alrededor buscando una solución, Si estuviera sola, habría sido fácil escapar, pero detrás de ella estaban los sanadores, demonios que no tenían ninguna experiencia en combate y varios heridos. No podía dejarlos atrás.

Ella había estado inconsciente mientras recibía tratamiento, cuando el sanador en jefe la despertó súbitamente presentándole un mensaje urgente de Walharen, debido al tiempo en que tardó en reaccionar, apenas había logrado montar una primitiva defensa en el sala de curación del palacio, pero ahí no había nada que pudiera servir como arma.

Detrás de su barrera física, veía un grupo de seis guardias, pero solo dos estaban atacando, el resto de ellos observaban divertidos la escena.

Marler volvió a maldecir, y volteo a ver a los heridos que apenas y podían moverse. Era personal administrativo sin experiencia y varios sanadores, tragó saliva y apresuradamente le dijo al de mas alto rango.

-No podre contenerlos mucho tiempo, solo me queda una alternativa, intentare distraerlos y retrasarlos, ustedes deben intentar huir.

El jefe de sanadores, un hombre alto y de apariencia frágil la interrumpió.

-De ninguna manera, Mi Señora Marler. Usted es la Druhting de Hild, su vida es mas valiosa que la de nosotros. No tolerare perder a mi paciente mas valioso, especialmente después de ver todas las vidas que ha salvado en estos días. La protegeremos con nuestra vida. Seré solo un sanador, pero tengo algunos trucos y magia que podemos usar.

El hombre miro a su personal y a los pacientes, todos asintieron apoyando sus palabras. Marler sintió un nudo en la garganta, tantos años de ser despreciada y ahora estos demonios ofrecían sacrificarse por ella, pero por eso mismo no lo podía permitir. Tenia que pensar algo...

En ese momento una intensa luz ilumino el salón y el ataque de los guardias ceso. Todos voltearon a ver que había pasado y ahí, en medio de los cuerpos postrados de los guardias, apareció una diosa con ojos centelleantes y furiosos que dijo.

Nadie se va a sacrificar sin mi permiso.

- ¡Urd!- Grito Marler- ¿como es que estas aquí?

-¿Creías que dejaría sola a la persona mas fiel y valiosa que tiene mi madre.? Ademas, sabes que no debe desobedecer a tu sanador. Pero no hay tiempo de explicar mas, debemos irnos antes de que despierten. No tengo tiempo de sellarlos. El salón del trono es seguro, pero no aguantará mucho tiempo. Podemos ir por los corredores secretos de la guardia.

El jefe de sanadores, exclamó con sorna.

-Nada de corredores, no hay tiempo, los transportare directo al salón.

Urd alcanzo a exclamar. - pero la tele-transportación dentro del palacio esta blo...

No alcanzo a terminar de hablar cuando sintió el impacto de una magia poderosa y antes de darse cuenta, estaban materializándose en el salón del trono, ante la mirada irritada de Hild...

- ¿como es posible? Toda teleportación esta bloqueada dentro del palacio.

La voz de Hild la interrumpió...

- Excepto en caso de una emergencia medica y el jefe de sanadores tiene acceso a sitios restringidos. Me asombra que ustedes dos ignoren tanto sobre el funcionamiento interno del palacio.

La voz burlona de Hild irrito a Urd, pero al verla a los ojos, se dio cuenta de algo... Solo era su vieja mascara para ocultar sus sentimientos, un leve brillo húmedo en sus ojos la traicionaba y supo que estaba feliz de verla a salvo. Al darse cuenta Urd no contestó, en otro momento habría comenzado a discutir con su madre, pero no era el momento para juegos infantiles. Solo asintió con la cabeza indicando que aceptaba las palabras de su madre, entonces se puso a examinar lo que estaba haciendo su madre.

Hild se encontraba en el centro del salón, haciendo una lenta y elegante danza, alrededor de ella jirones de magia y símbolos mágicos giraban y se dirigía a las puertas y paredes, creando una poderosa barrera mágica. Urd había usado muchas veces su barrera física, y apreciaba la compleja magia de su madre, que podía abarcar un espacio tan grande y al mismo tiempo poder ser tan selectiva para crear aperturas a voluntad. Era una impresionante muestra, no solo de poder sino de conocimientos mágicos.

Pero igualmente impresionante era que esa poderosa magia era lentamente consumida, por ello Hild no podía detener su lenta danza. Era un equilibrio mortal, tan pronto como un bloqueo era disuelto por el ataque exterior, este era reemplazado inmediatamente por otro. Era un equilibrio que mostraba el verdadero poder de Hild, el preciso control de magia avanzada.

Urd no pudo evitar recordar el pasado durante unos instantes y pensó la admiración que de niña había sentido hacia su madre. Su corazón se estremeció de nuevo con esa sensación, pero ahora mucho mas profunda. Se daba cuenta de que esa admiración estaba justificada.

Pero recordó su situación y comenzó a examinar el salón de trono, completamente distinto de la ultima vez que había estado ahí. El lugar estaba abarrotado de demonios, al parecer la mayor parte del personal habían logrado ser rescatado. Hild miro a su hija y comento de manera casi inaudible a los demás.

- Ese guardia tuyo los ha estado rescatando y trayendo hacia acá. Creo que ha logrado rescatar a la mayoría, estoy segura de que regresara de un momento a otro.

A pesar de la magia de Hild, se sentían vibraciones en el piso que les recordaba que estaba siendo atacado con magia increíblemente poderosa, y a pesar de la magia de Hild, no podría resistir para siempre especialmente si la seguridad del palacio había sido comprometida. Ni siquiera Hild, que tenia contingencias para las contingencias, había previsto algo así.

En eso escucharon una alarma, y un túnel apareció en una de las paredes, era Bragg seguido de otro grupo de personal que había logrado rescatar. Hild no bajo la barrera que bloqueaba el túnel, miro con desconfianza al guardia.

Urd se acercó, y Bragg le correspondió con una inclinación de cabeza y una sonrisa. Urd sonrió, ninguno de los guardias infectados podría hacer eso y le dijo a su madre.

- Esta bien, puedes dejarlos pasar, reconozco a Bragg.

Hild levanto las cejas con una resignación que casi parecía cómica y comento:

- Desgraciadamente es idéntico a los demás guardias, y en este momento debemos ser desconfiadas. Estuve tentada transformarlo en otra cosa, pero tal ves su identidad pueda ser usado a nuestro favor.

Entonces con un elegante y enérgico gesto, bajo la barrera. El grupo de demonios entró, su expresión de temor se convirtió en alivio al ver el lugar abarrotado con sus colegas. Apenas paso el grupo y Hild levanto de nuevo la barrera. Algunos de ellos re sintieron cohibidos ante la presencia de Hild.

Bragg avanzo y llego ante Hild, se arrodilló ante ella, y le dijo con su voz profunda.

- Mi lady Hild, este fue el ultimo grupo, no creo que quede nadie mas con vida. Yo soy Bragg, tercer asiento de la segunda Cohorte de la guardia de palacio, asignado actualmente al cuidado de mi prin... err, de la Princesa Urd y sigo siendo fiel a mi señora, finalmente tengo oportunidad para presentar mi informe:

Hild lo interrumpió con un gesto enérgico y lo examino con curiosidad, luego comprendió, miro a Urd y le pregunto.

-Urd ¿Le diste una de tus pociones?

Urd asintió, había esperado mantener esto como su secreto, pero había ahora algo mas importante en que pensar:

-Si, y creo que estamos pensando lo mismo. Al parecer un efecto secundario de mi poción fue lo que impidió que fuera infectado.

Sin dejar su lenta danza, Hild se acercó al guardia para examinarlo y le pregunto a Urd:

-¿removiste el bloqueo mental? ¿que mas alteraste?

-El hechizo de lealtad.- Hild levanto una ceja como única expresión de sorpresa y pregunto:

-Pero sin ese hechizo, ¿como es que te obedece?

Urd no pudo evitar reír.

-Madre, hay algo que es mas poderoso que los hechizos para hacer que se te obedezca. La lealtad se debe ganar, no imponer.

Un destello de ira ante ese reclamo cruzo por los ojos de Hild, pero no contesto. En lugar de eso, puso su mano sobre Bragg, quien aun estaba arrodillado y procedió a examinarlo con su magia. El poderoso demonio no pudo evitar estremecerse, sabia que él era una anomalía a los ojos de Hild y como tal podría ser desechado con un simple gesto. Hild cerro los ojos leyendo su mente y luego una sonrisa traviesa apareció en su cara...

-Al menos en este caso tienes razón, este guarda es completamente fiel a ... " su Princesita"...

Urd palideció ante el tono burlón de su madre, pero no contesto, sabia que en ese juego, ella no era rival y solo le contesto con una mirada de reproche que sostuvo altiva. Pero ese duelo de voluntades fue interrumpido por una voz profunda, era Wotan, quien examinaba una pantalla de datos sin prestar atención al conflicto enfrente de el y exclamo triunfante;

- Creo poder entender lo que paso, fue un accidente afortunado, según los informes de Walharen, la infección llego a través de los canales de energía encriptados de los guardias y esa encriptación es parte de los bloqueos del hechizo de lealtad. Al eliminar este, Bragg ya no puede usar la energía encriptada y debe usar las mismas fuentes de poder que nosotros. Es como una apuesta. En lugar de una infección segura como al resto de los guardas, ahora tiene la misma oportunidad de infección que todos nosotros.

- Urd volteo a ver al sabio y comento...

Interesante, tal ves podamos usarlo a nuestro favor- giro a ver al guardia- Bragg, me dijiste que hay 2000 guardias suspendidos. ¿donde están?

- Se encuentran en los niveles profundos, en animación suspendida, para el caso en que se requieran tropas frescas.

Urd se quedo pensativa, y miro a su madre, tenia una idea, pero su madre debería autorizarla.

- Si están suspendidos, es poco probable que estén infectados, si eliminamos el sello de lealtad y los reanimamos, estarán a nuestro favor.

- ¿Eliminar el sello de lealtad? - Exclamó Hild con sorna- No dejare que le hagan eso a mi guardia personal. ¿Como garantizare su lealtad? Debemos usar un hechizo distinto.

Marler que había estado callada súbitamente hablo con emoción:

- Mi señora Hild, humildemente ofrezco mi opinión. Esos demonios escogieron voluntariamente servir para ti, es el puesto de mas alto rango y prestigio que hay en nuestro mundo. Ellos y sus familias están orgullosos de pertenecer a tu guardia. El forzar su lealtad con magia es innecesario.

Hild no contesto inmediatamente. Siempre había sido desconfiada y normalmente habría dicho que no, pero en los últimos días, había visto que ella era respetada por sus acciones y no por el temor que infundía. Pero de alguna manera las palabras de Marler la habían impresionado. Pero era obvio que Marler se había sumergido en el tren de sus pensamientos al grado del olvidarse de Hild, luego hablo casi pensando en voz alta.

- Entonces debemos aplicarles la poción de Urd y despertarlos, son 2000 guardias élite contra 3000 infectados, creo que con la estrategia adecuada podemos compensar la diferencia numérica.

Urd miro a Marler, sonrió con fiereza ante la opción de un plan arriesgado y asintió, luego miro a su madre quien no pudo evitar una sonrisa idéntica ante la propuesta:

- Según parece Marler no ve ningún problema en cruzar 17 niveles de seguridad antes de llegar a los guardias en suspensión. Si ese es el caso, apruebo su plan, pero primero debemos llevar a esta gente a un lugar seguro. - Marler se sintió cohibida al darse cuenta de que había expresado sus pensamientos en voz alta, y que atónita al darse cuenta de que Urd y Hild aprobaban su plan. Hild entonces se dirigió a Urd:

- Urd, ¿podrás tomar mi lugar un momento? Solo yo podre levantar los bloqueos de seguridad y transportar al personal con Walharen.

Urd abrió la boca para protestar, pero no dijo nada, se daba cuenta de que de eso dependía poder continuar con el plan. Pero no estaba segura pode poder manejar magia de ese nivel. Después de unos seguidos de duda, contesto.

- Madre, los haré- luego con una franqueza poco usual en ella añadió- Pero no se cuanto tiempo lo pueda mantener, aun no estoy a tu nivel.

Estoy segura de que será suficiente. - Luego levanto la voz, que retumbo atronadora en la sala- Prepárense todo, los transportare a un lugar seguro, luego me propongo recuperar mi palacio. Vayan todos a la puerta principal para abrir un portal.

La mayor parte del grupo se dirigió obediente hacia la puerta, pero un pequeño grupo se colocó frente a ella, pusieron una rodilla en el piso, y ion de ellos abrió.

Mi señora Hild, no somos soldados pero permitamos luchar por usted. No podemos dejarla sola.

Hild sintió un nudo en la garganta. De nuevo, un grupo de demonios se ofrecía a ayudarla y arriesgar sus vidas. Tal ves Marler y Urd tenían razón y la lealtad era algo que no debería imponerse. En el mundo de Hell estaba por ser transformado.


Nuevamente las valquirias habían formado un circulo con Belldandy en el centro, pero esta vez ademas habían sacado a sus ángeles que flotaban sobre ellas, pues la magia que realizarían ahora era de mas precisión.

Lind se encontraba sentada en el suelo enfrente de Belldandy y cantaba suavemente para entrar en trance. Debería ser capaz de liberar su conciencia de su cuerpo para poder entrar en la mente de Belldandy. Pero esto seria mucho mas difícil que si Belldandy fuera aun solo una diosa de primera categoría. Al ser elevada a Kamisama, automáticamente se habían instalado barreras de protección en su mente. Esas barreras, más complejas y avanzadas que incluso las que protegían a Yggdrasil, deberían haberla protegido y eso preocupaba a Lind, la alternativa era que el ente extraño, que ella estaba segura que compartía la mente de Belldandy, ya estuviera ahí antes de ser Kamisama. Una sospecha se había comenzado a formar en la mente de Lind, pero solo había una forma de averiguarlo. Respiro hondo y finalmente exclamo.

- ¡Estoy lista!

Herja asintió, pero no pudo evitar un momento de duda, estaban a punto de intentar hacer algo que jamas nadie había intentado; penetrar en la mente de Kamisama. Ese era uno de los máximos crímenes que podían existir en su mundo, pero ellas ya no tenían nada que perder después de haberse atrevido a desafiar su autoridad y aprisionarla, aun así la disciplina ante la autoridad imbuida durante millones de años seguía pesando en su mente., así que no pudo evitar comentar antes de iniciar la magia.

- Lind, gracias a ti, nuestro mundo nunca nos olvidará, pero nunca espere ser recordada como criminal.


Fin del capítulo XXVIII