La orden de los Caballeros Mortales
Por Javier Delgado aka Elnauhual
Fan fiction, inspirado en "Oh mi diosa" de Kōsuke Fujishima.
Capitulo XXXIV
Pasado y presente
El cuarto se encontraba a obscuras, el aire se sentía viciado, como si no hubiera sido ventilado en semanas, algunos rayos del sol lograban penetrar por algunas ranuras de entre las tablas que cubrían la ventana. El leve resplandor era lo suficiente para percibir el interior, era un cuarto ricamente adornado, las frías paredes de piedra estaban adornadas con suntuosos tapices que contaban leyendas paganas; en uno se veía el mítico árbol de Yggdrasil con la serpiente Nieghood mordiendo sus raíces y a los pies del árbol estaban las nornas tejiendo el destino de hombres y dioses. En otro tapiz una orgullosa valquiria rescataba el alma de un guerrero. En el siguiente tapiz se veía a Wottan dirigiendo a los dioses. La elaboración de esos tapices debía haber costado una pequeña fortuna y contrastaban con un austero mobiliario, un pequeño pero cómodo camastro, un viejo y traqueteado baúl, una mesa llena de papeles y útiles de dibujo y escritura, ademas en un estante en una esquina habia otro tipo de ostentación de riqueza, eran libros lujosamente encuadernados y de una época anterior a la imprenta que habían sido cuidadosamente copiados a mano por hacendosos monjes. Colgadas en otra esquina estaban colgados una colección heterogénea de objetos, símbolos de rango de distintos clanes, algunas armas y otros objetos difíciles de identificar. El cuarto tenia cierto aire de bodega y estudio de algún sabio.
Se oyeron voces y la pesada puerta de madera del cuarto crujió al abrirse. El primero en entrar fue un hombre maduro, ya entrado en su quinta decena. Vestía un lujoso traje al estilo de los Francos del siglo VII, una sencilla corona lo identificaba como un rey. Después de el entró un anciano, tenia un rostro delgado y fino surcado de arrugas y por las manchas de la vejes que sugerían una extrema edad, pocos hombres en esa época llegaban a esa edad su larga barba le daban un aire de patriarca. Su ropas eran sencillas y desgastadas por el uso pero de buena hechura y que mostraban que debía ser alguien de alto rango. A pesar de que hablaba con viveza, el peso de la edad ya era evidente pues dos mujeres lo ayudaban a caminar, ellas contrastaban con los hombres. Sus ropas humildes parecían de campesinas pero tenían un porte que ninguna campesina tendría, ademas portaban varios amuletos, símbolos mágicos, y ambas traían un bolso de donde se podían ver algunas hierbas y otros materiales medicinales, eran curanderas ambulantes. Una era muy joven y la otra era de edad madura, posiblemente su maestra. Detrás de ellos entró un monje vestido con un tosco sayal quien no dejaba de ver todo con desaprobación.
Mientras al mayor de las mujeres conducía al anciano a la silla junto a la mesa, la joven inmediatamente se dirigió a una de las paredes donde hábilmente removió las protecciones de madera que cubrían la ventana y el lugar se ilumino con los rayos del sol de la mañana trayendo la vida a los hermosos tapices y demás objetos, ademas de aire fresco.
Un ave que se sentó, el anciano continuó su charla:
- Rey Harald, me alega saber que la nueva etapa del Danevirke ya esta terminada. Una vez consolidadas las alianzas con los clanes tendrá el poder expulsar a los germanos, pero debe mantener la alianza a toda costa, o los clanes terminaran peleándose entre si en lugar de lucha contra el enemigo.
El rey miro al anciano como queriendo leer sus pensamientos, pero finalmente dijo:
- Lo se, una vez hace casi 10 años ignoré sus advertencias y fuimos invadidos, esta vez escuchare su consejo.
- Ya no me queda mucho que decirle excepto unos consejos de un anciano. Ahora a quien debe escuchar es a su gente, debe atenderla y logrará que cooperen con usted. En su nombre he contactado a los principales lideres y lucharan con usted, pero recuerde, no porque sean su súbditos debe esperar obediencia absoluta, ellos son gente muy independiente. Es mas poderoso el que logra que la gente haga las cosas por su voluntad que si es obligada a ello. Si lo hace están dispuestos a dar su vida.
El rey se mostró irritando ante las palabras del anciano.
- Creo que ha tomado demasiadas decisiones en mi nombre, He escuchado los rumores, todos creen que han hablado directamente conmigo. - el hombre no pudo ocultar un breve destello de furia en sus ojos – Si fuera otra persona seria alta traición. Aun no logro entenderlo, se desaparece durante meses, y luego repentinamente aparece aquí dándome instrucciones y con noticias de alianzas, pactos, concesiones y tratados y todo en mi nombre. Anciano, tienes demasiado poder. Conoces a mi gente mas que yo. Convives con ellos y ellos te escuchan, tambien la hermandad te escucha. Hace tiempo que podrías haber sido rey de haberlo querido, no entiendo porque nunca tomó el poder.
El anciano no pudo evitar una sonrisa divertida.
- Confieso que en mi juventud soñé con serlo, pero alguien me enseñó que ese no era el camino. Prefiero estar con la gente, con nuestro pueblo, y pronto ya no tendrá razón para quejarse de mi interferencia, ya estoy demasiado viejo para eso.
La mujer que lo ayudaba protestó, y se acerco para susurrarle al oído.
- Sabes que hay manera de poder evitarlo, hay manera de detener la vejez
El anciano sonrió con cierta nostalgia y le dijo en voz baja.
- No lo deseo, mi tiempo esta por llegar. - Miró a ver al rey y hablo con altivez- Rey Harald diente azul. - el rey lo miro con molestia al escuchar ese apodo, nadie mas se atrevería a repetirlo en su presencia - Me queda poco tiempo, y lo que menos quiero hacer es hablar de política. Hace tiempo me ofreciste que me recompensarías con riquezas o con lo que yo quisiera, lo único que te pedí, fue que me dieras una habitacion en tu castillo donde pudiera guardar algunas posesiones, ahora debo pedirte algo mas importante.
El rey hizo un gesto de impaciencia, a pesar de lo que el anciano habia hecho para consolidar su reino, no podía evitar cierto resentimiento.
- Habla anciano. Como rey no me gusta deber favores.
El anciano miro hacia la mesa llena de papeles. Tomo un pequeño envoltorio de cuero y una vieja caja de madera.
- Rey Harald, esta es mi petición. Cuando muera, quiero que este libro sea enviado al monasterio donde Widuking paso sus últimos días, deseo que sea conservado en la biblioteca, oculto a la vista de todos, tambien debe llevarle el resto de mis libros, creo que aquí no servirán de mucho, usted puede hacer uso del resto de lo que se encuentra aquí.
El rey miro con suspicacia el envoltorio.
- Dicen que ese libro esta la fuente de tu poder. ¿Realmente deseas deshacerte de el? Yo podría usarlo para ...
El anciano lo interrumpió con voz severa
- A nadie mas le servirá, solo yo se leer su contenido. Sin mi será solo un libro con símbolos extraños. Estaba tentado a pedir que fuera destruido pero ese libro me es muy querido y no me atrevería a hacerlo, pero hay quienes podrían hacer cualquier cosa por tenerlo solo por los relatos que la gente cuenta, por ello debe mantenerse oculto o quienes lo posean estarán en peligro.
El rey suspiro, como de costumbre el anciano tenia la razón.
- A pesar de que desearía conservar el libro para mi, he dado mi palabra y así se hará. Algo mas.
- Otra cosa mas.-el anciano levantó la caja de madera. Se veía que habia sido reparada y tenia manchas rojizas- Esta caja deberá sellarse y entregarse a los descendientes de Widuking, ahí en esta carta están las instrucciones para ellos. Es muy importante que se ejecuten mis deseos, si la autoridad real acompaña esa carta, sera mejor.
El rey de nuevo suspiro resignado.
- ¿Entonces te llevaras a la tumba todos tus secretos?
El anciano sonrió divertido ante la decepción del rey
- No, la hermandad sabe la mayoría de ellos, y los pondrá a tu servicio si hacen falta - miro a la mujer – Ella es Gyrid. Te ayudará, pero deberás escuchar sus consejos. Ella conoce al pueblo incluso mas que yo y es muy sabia, sera tu enlace con la hermandad y te ayudara a estar en contacto con los lideres.
El rey la miro con disgusto.
- Es solo una mujer, ¿como asegurare su lealtad?
- Eso es algo que usted se deberá ganar. Escúchela y atienda a sus consejos. A través de ella los lideres de los clanes se comunicaran con usted. Los necesitara a todos y necesitara mantenerlos unidos. Deberás ser sabio para lograrlo.
El monje que habia estado recorriendo el cuarto disgustado exclamó.
- Su majestad, ella es una pagana, una curandera que debe estar familiarizada con las artes del diablo. Cuando su majestad se convirtió al cristianismo prometió renunciar a todas esas creencias. Su deber es acabar con los paganos y con las herejías.
Un gesto de ira cruzo el rostro del anciano.
- Fraile Pope, no debe olvidar su lugar, sabe muy bien que la conversión de Harald fue solo por conveniencia política. La mayor parte del pueblo conserva sus creencias. Tal ves algún día acepten su fe, pero solo sera cuando esta deje de representar los intereses del imperio.
El fraile contesto con ira apenas contenida.
- Anciano, Por lo que he escuchado, algunas de esas creencias usted mismo las inventó, son falsas y...
El anciano levanto la mano con un gesto enérgico y lo miro a los ojos, sus ojos azules brillaban con fuego. El fraile calló y bajo su mirada al piso incapaz de enfrentarse, pero cerro los puños con fura contenida, el anciano hablo, con una voz suave pero con la autoridad de un patriarca.
- No, no son mías, son de alguien más pero eso usted no lo comprendería y haría bien en respetarlas. Ahora si me lo permiten, debo descansar.
El rey Harald I, apodado diente azul porque su afición a las moras azules habia teñido sus dientes, no pudo evitar mostrar molestia. Ese anciano nominalmente era solo uno de sus súbditos, pero a pesar de su falta de títulos hablaba como si tuviera autoridad para despedirlo a el como a cualquiera sirviente, pero sabia que ese anciano habia sobrevivido a dos reyes anteriores, quienes habian muerto al hacer caso omiso de sus consejos. Hizo un gesto enérgico al monje, que no se separaba de el un solo instante con la esperanza de ganar confianza. El monje miro con odio a su alrededor y acompaño al rey.
Al cerrar la puerta el anciano pregunto a la mujer.
- Gyrid , ¿Lo harás? Te dejo una gran responsabilidad, pero confió en tu sabiduría y la de tu gente. Debes se fiel al rey mientras el les sea fieles a ustedes y tal ves incluso si no lo es.
- Eso es peligroso, los cristianos nos odian, ese monje podría poner al rey encontrá nuestra.
- Entonces ayudenlo de manera oculta. El empuje de la cristiandad es poderoso, pero ustedes deben mantenerse unidas. Prepárense a ocultarse de ser necesario, pero no por ello dejen de ayudar a la gente, por eso lo necesitan a el, incluso aunque nunca les agradezcan su trabajo. ¿Lo harán?. la mujer inclino la cabeza en señal de respeto y solemnemente dijo
-Cumpliremos vuestra voluntad,
- Entonces Gyrid , tengo algo para ti.- Abrió la caja de madera y de ahí saco un montón de papeles atados con un listón, separo los papeles y se les mostró a la mujer. Esta no pudo evitar una exclamación de sorpresa.
- He pasado mucho tiempo organizando esto, pero aquí esta lo mas importante que debes conocer, he traducido y añadido notas del contenido mas importante del libro. Deben cuidarlo y no dejar que caiga en manos extrañas. Pueden copiara algunas partes, pero confió en tu sabiduría para que no sean divulgadas.
La mujer no pude evitar ver otros papeles en la caja, el anciano observo con satisfacción su curiosidad. Por algo la habia escogido.
- Son borradores del escrito que te estoy entregando, y varias cartas personales. Cuando haya muerto coloca mis pertenencias y sellenla. Como le explique al rey, he dejado instrucciones precisas, pero tal vez necesite un poco de presión de tu parte para cumplirlas.
El anciano inclinó su cabeza en actitud de suplica y Gyrid se sintió turbada. Desde que recordaba siempre habia sido viejo y no podía creer que ahora realmente estuviera cerca de la muerte, sin pensarlo dos veces se arrodillo frente a el y le beso la mano.
- Mi señor, mi pueblo te debe mucho, la hermandad cumplirá tu voluntad.
El anciano se inclino con algo de esfuerzo y la obligo a levantarse.
- No debes hacer eso, no soy mejor que tu, solo soy un anciano que desea descansar, pero aun tengo algunos asuntos pendientes, por favor déjenme solo, tengo aun cosas que hacer pero las llamare una ultima vez. No quiero pasar mis últimos días aquí encerrado en esta habitación. La mayor parte de mi vida he vivido con el cielo como techo y así quiero partir.
El anciano toco el hombro de la mujer y esta se levanto, tambien dirigió una sonrisa a la joven que solo habia estado de espectadora, pues no se atrevía a hablar ante esa figura legendaria. Ambas mujeres abandonaron al habitacion dejando al anciano solo. En cuanto salieron, con algo de esfuerzo se volvió a sentar ante la mesa que estaba iluminada por los rayos del sol.
De la caja saco unas hojas en limpio y comenzo a preparar la tinta, después de que estuvo lista tomó una pluma, pero se detuvo a observar su mano con disgusto. Sus manos era delgadas y huesudas, manchadas por la edad y eran agitadas a intervalos por un temblor que le hacia difícil controlarlas. Suspiro y busco entre sus ropas, de donde saco un pequeño frasco de plata hermosamente tallado con temas nórdicos. Luchando con sus manos temblorosas, lo destapó y se lo llevo a los labios donde dejo caer unas gotas. Inmediatamente cerro el frasco para evitar desperdiciar su valioso contenido y esperó mientras observaba su mano. Poco a poco el temblor comenzo a desaparecer mientras sentía como su mente se liberaba temporalmente de las telarañas de la edad. Su pensamiento se volvió claro y algunas de las arrugas de su rostro desaparecieron. Cerro el frasco y lo agito, ya quedaba poco de su contenido pero no ordenaría fabricar mas, con lo que quedaba debería ser suficiente para terminar su trabajo. Guardó el frasco y volvió a tomar la pluma para comenzar a escribir, pero recordó algo. Tomo el paquete de cuero y lo abrió sacando un libro con una pasta desgastada. Lo abrió y lo coloco enfrente de el para poder observar ese hermoso rostro que no envejecía como el. Sintió que los ojos se le humedecían y rio suavemente, eso lo hacia sentir mas rejuvenecido que la poción y lentamente retomo la pluma, sabia que si se quedaba pensando no tardaría en llorar como un niño pero no lo podía evitar, entonces comenzo a escribir:
Escribo esto en el año 998 del calendario cristiano. Los hombres me conocieron alguna vez con el nombre de DuqueBrunoSachsen hijo de Widuking el Sajón, hasta que la rebelión de mi padre contra Carlomagno me convirtió en un duque sin tierras y sin súbditos.
Incapaz de ser un guerrero como mis hermanos, me convertí en un anónimo vagabundo y para ocultar mi nombre y mi vergüenza por no poder luchar, tome el de Fafnir de una vieja leyenda de nuestro pueblo, tal ves soñaba en ser el más fuerte de mis hermanos, aun era joven y soberbio. Ahora mis días se acercan a su fin y mi corazón necesita estar en paz por lo que he decidido dejar esta palabras con la esperanza de que mi amada diosa Urth las pueda leer algún día.
¡Oh mi diosa!, no sabes cuantas veces me he maldecido por dejarme haber llevado por mi orgullo en ese día. Ahora en la vejez y después de haber visto muchas batallas y muerte inútiles he podido comprender tu corazón y tus razones.
Aun recuerdo como si acabara de ocurrir el ultimo día que te vi. Cuando me entere de que habías prohibido que yo participara en la batalla, me enfurecí. Yo habia soñado con ser un gran guerrero como mis hermanos y esa era mi oportunidad. Deseaba tanto poder usar tu poder para recobrar mi posición, oír ello cuando amenazaste con destruir tus notas, donde dejaste tanta sabiduría, decidí huir con ellas y ganar honor en batalla para devolverlas después de la victoria.
Ahora entiendo tus instrucciones; solo debían participar hombres que no estuvieran casados y no tuvieran familia. Tu sabias que pocos de ellos regresarían con vida. En mi orgullo te obligué a tomar una decisión: la muerte de unos pocos o la muerte de muchos. Se que intentaste explicármelo pero no supe escucharte, yo no apreciaba el valor de la vida humana.
Recuerdo muy poco de la batalla, seguimos tus instrucciones, tomamos un sorbo de la poción que preparaste y luego bebimos tanta cerveza como pudimos. Cuando locura nos invadió dejamos de sentir el cansancio, el dolor y el miedo. Vagamente recuerdo haber luchado poseyendo un poder sobrehumano y sin conciencia, solo tenia el deseo de luchar hasta morir.
Cuando desperté de ese sueño extraño estaba tirado en el suelo mientras me desangraba por varias heridas, entonces supe que no tardaría en morir. Solo mi estuche de dibujo me habia salvado de morir instantáneamente, pero aun si sabia que las heridas eran mortales y sin embargo no le temía a la muerte, tal vez aun era el efecto de tu poción pero nunca mas le volví a tener miedo. Alrededor mio veía cientos de cuerpos mutilados y ensangrentados, escuchaba los quejido de los que igual que yo comenzaban a despertar de su sueño. Aun recuerdo el hedor de la sangre, los gritos de dolor y los estertores de agonía. Vi que algunos de los guerreros que habian sobrevivido se acercaban buscando sobrevivientes y con las fuerzas que quedaban logre escribir una nota para dársela a un guerrero quien caminaba como dormido. Le suplique que te diera mi nota y mi estuche con tus notas, el lo prometió y entonces me prepare a dormir para siempre. Poco a poco los gritos de los moribundos comenzaron a acallarse y yo sabia que pronto los acompañaría
No cuanto tiempo paso, pues el sueño de la muerte estaba ya sobre mi cuando sentí algo,una fuerza poderosa que me obligaba a respirar. Entonces te vi, flotando en el campo de batalla, era una visión que me lleno de temor y maravilla al comprobar lo que ya sospechaba, que eras una diosa. Tu rostro era hermoso y atemorizador, tu cuerpo brillaba tanto que casi me era imposible verte y ese brillo me lleno de vigor, mis heridas comenzaron a sanar, al igual que las de algunos guerreros que tambien estaban cercanos a la muerte. Intente gritarte, pero de mi boca no salio ningún sonido. Gemí y me arrastre, pero antes de poder aproximarme aparecieron otras diosas que te increparon.
Pude ver que a pesar de estar débil respondiste con ira a su llamado y te lanzaste a luchar contra ellas, aun me estremezco por el poder que pude ver y entonces comprendí lo que habías estado evitando todos esos años, habías roto alguna prohibición divina para poder salvarnos todos. Te sacrificaste por nosotros. Oh mi diosa, si llegas a leer esto, espero que me des tu divino perdón.
Cuando las diosas guerreras te llevaron a la fuerza, llore implorando tu regreso, no se cuanto tiempo paso, pero poco a poco mis cuerpo recupero su fuerza y cuando me pude levantar fui al campamento esperando encontrarte, pero nunca mas te volví a ver. Fue por ello que decidí continuar con tu labor, habia comprendido lo que estabas haciendo.
Las mujeres de la hermandad me ayudaron a darle sentido a mi vida y yo a cambio les revelaba algunos de los secretos de tus notas, pero cumplí tus deseos, nunca les revelé nada que pudiera causar daño. Viví con ellas muchos años y viaje de un lado a otro llevando tus conocimientos, tus cantos y tus enseñanzas. Tal ves lo mas extraño es que adquirí poder entre los hombres, tal ves mas poder del que soñé de joven. Al conocer a mi pueblo y sus necesidades comencé a ayudarlos y aconsejarlos, al final y sin darme cuenta me convertí en consejero de reyes.
Ahora se acerca el fin de mi vida y creo que puedo decirte que logré hacer mas bien que mal, estoy satisfecho y espero que mi muerte y que mi recuerdo viva en ti. Mis fuerzas se acaban, y pronto...
La mano del anciano se soltó la pluma dejando una mancha de tinta mientras su cabeza se inclinaba sobre la mesa, incapaz ya de soportar su peso. Las mujeres entraron súbitamente a la habitación, como presintiendo algo. Gyrid lo examino y encontró que aun estaba con vida, pero sabia que solo viviría un poco mas, cerro los ojos y se estremeció, levanto la cara intentando esconder la emoción pero no pudo evitar que sus ojos se llenaran de humedad, intento hablar pero nada salio de su garganta, respiro profundamente y abrió los ojos para ver a su joven compañera, ella no habia intentado contener sus emociones y ya las lagrimas corrían por su rostro. Gyrid la miro luego ambas mujeres se abrazaron. Después de unos instantes, se separaron y Gyrid con un ademan silencioso indicó algo a la joven quien salio corriendo, unos instantes después regresó acompañada de algunos hombres, ninguno de ellos parecía tener nada que ver con el palacio, eran gente del pueblo. Los hombres se detuvieron con respeto ante el anciano, después de dudarlo se acercaron lentamente y entre todos tomaron al anciano y lo cargaron. Cumplirían su ultima voluntad y lo llevarían al campo abierto, debajo de ese cielo que tanto habia amado. Gyrid tomo la carta de Fafnir, la secó y la guardo en la caja de madera, busco algo de lacre y selló el contenido. Acomodo todo, antes de irse tomó las hojas que le habia dado Fafnir y abandonó la habitación.
La escena se desvaneció y Urd grito...
- Fafnir, Fafnir, ¡nunca necesitaste mi perdón...!
Entonces Urd miro a su alrededor y se sintió confundida. La habitación del castillo habia desaparecido. El lugar era vagamente familiar. ¿En donde estaba?.
Escucho una voz familiar y extraña a la vez que le susurraba con ternura.
- Por favor no intentes levantarse. Debes tranquilizarte, la visión del pasado ha terminado, es todo lo que pude extraer, por favor hija miá, debes reposar.
Era Hild , pero en su voz habia una dulzura que la hacia completamente extraña. Poco a poco Urd comenzó a salir de su confusión. ¿Una visión del pasado?. Haciendo un esfuerzo miro a su madre quien la miraba con preocupación y luego miro encima de ella, flotando estaba la carta de Fafnir envuelta en un suave resplandor y entonces comprendió. ¡Eso era!, su madre habia usado magia para extraer los últimos instantes que habia dado lugar a su creación, pero ¿como habia sido posible?. Hild toco el rostro de Urd para tranquilizarla y volvió a hablar, casi en un susurro como procurando no ser escuchada.
- Ese mortal debió haberte amado mucho. Cuando me entregaron ese manuscrito, que fue encontrado en lo que quedaba de tus habitaciones, pude sentir su aura, estaba lleno de poderosos recuerdos.
- Madre, esos recuerdos ¿porque los extrajiste?, son...
- Son dolorosos pero tambien muy fuertes. Estuviste al borde de la muerte y el sanador real nos informó que era necesario algo para que impulsar tu voluntad de vivir. Esos dolorosos recuerdos te han salvado la vida, pero aun no esta completamente sanada, debes reposar.
Urd ignoró las palabras de su madre:
- Fafnir no murió ese día, el ... - No pudo continuar, sintió un nudo en su garganta, Hild se inclino sobre ella, la miro a los ojos y en un susurro le dijo:
- El vivió y tuvo una vida plena. Ahora puedo entender porque esa estancia en la tierra te cambio tanto, yo habia culpado de ello a tu enfrentamiento con las valquirias, pero eso ya quedo en el pasado, ahora debe dejar de culparte por su muerte. Eres mi hija, no puedes darte ese lujo.
Los ojos de Urd se inundaron de lagrimas, sentía aun profundo dolor, pero tambien se sentía liberada. Ahora sabia que Fafnir la habia comprendido y habia continuado lo que ella intentaba hacer. Igualmente importante, el había encontraba su propio camino, habia vivido una vida larga y plena, y la muerte le habia llegado como una amiga.
Urd lloró en silencio y poco a poco sus viejas culpas se disolvieron, finalmente quedo dormida. Unas horas después despertó de nuevo, finalmente reconciliada con su pasado, Urd miró a su alrededor intrigada y comenzo a examinar el lugar. Se encontraba flotando en medio de la gran habitacion privada de Hild, incluso ella habia estado muy pocas veces ahí y le sorprendió ver a varios demonios en ella. El sanador real y varios de sus ayudantes estaba ahí, algunos formaban un circulo alrededor de ella, uniendo su magia en un hechizo que inundaba la habitacion, otros se encontraban en un panel del control al fondo, manipulando pantallas que llenaban la habitacion con un inmenso flujo de datos. Urd entonces comprendió al ver atravesar los datos por la habitacion y reconocerlos. Estaban reparando su cuerpo, linea por linea de código.
Intentó levantar sus brazos y grito al verlos. ¡Sus brazos no existían, eran apenas un leve fantasma.!. El Sanador real dejó sus ocupaciones y se acercó a ella, con voz serena y profesional le dijo:
- Sus manos y brazos sufrieron profundas quemaduras, aun tardaremos en reconstruirlos, por favor no luche, nos falta mucho trabajo.
Urd se relajo, eso tenia sentido, pero aun habia mucho que no sabia.
- ¿Que ha pasado el tiempo que estuve inconsciente?
Hild contesto, su voz habia vuelto a ser la de siempre, orgullosa y altiva.
- Todos los guardias infectados han sido localizados y sellados, el palacio ha sido recuperado. - Hild esbozo una sutil y enigmática sonrisa- No solo eso, esos científicos humanos y nuestros sabios han logrado encontrar la cura, actúa lentamente pero poco a poco lograremos sanar a todos.
Urd recibió con alegría las noticias, pero la actitud de Hild no era de victoria.
- ¿Entonces el peligro ha pasado?
- No. Sabemos que Nieghood esta infectado. Mientras tomemos energía de el habrá mas infectados, la cura lleva tiempo en actuar y no sirve para prevenir por lo que si usamos esa energía, el nivel de contagio nos podría rebasar. He dado la orden de que se suspenda el acceso a su energía, excepto en emergencias.
- Pero no podremos vivir mucho tiempo así, nuestras reservas de energía se acabaran, afectara especialmente los mas débiles...
Hild, no contestó, se veía que algo le molestaba, le alejo unos pasos y luego regreso con Urd inclinándose sobre ella, y le hablo en un susurro.
- Ese joven mortal, Keiichi contactó con nosotros usando la autoridad que le di como juez, nos dice que tiene unos brazaletes que nos permitirá tener energía, y se ofrece a proporcionarlos. ¿Sabes algo de eso?
Urd soltó una exclamación de sorpresa.
- ¡Los brazaletes lunares! Si, los recuerdo. Los use en una ocasión que Yggdrasil se desconecto de la tierra. Si funcionan, pero la energía que proporcionan no es mucha y en aquella ocasión Keiichi solo pudo fabricar algunos, necesitaríamos...
Hild la miro fijamente, se notaba una sensación de alivio pero tambien de sorpresa.
- Keiichi nos ofrece ocho millones de brazaletes, suficientes para todos. No se como obtuvo ese numero. Incluso nos dios una fecha de entrega que esta por cumplirse. Quería confirmarlo. He enviado a Marler por ellos. Odio decirlo, pero de ser cierto quedaremos en deuda con el mundo mortal, una deuda que sera difícil de saldar. Tenia dudas de aceptar la oferta, esto cambiara completamente nuestra relación con su mundo. Me sorprende que los dioses tambien hayan aceptado.
- Debes aceptarlo madre, tu sabes que puedes confiar en Keiichi a pesar de todo lo que he has hecho, el no tiene intenciones ocultas. Y tal ves sera hora de cambiar algunas cosas.
Hild la miro molesta, pocos demonios habrían podido sostener su mirada, pero Urd no se dejaba intimidar por tan poco, finalmente Hild dejo a un lado el intento y dijo, mirando hacia otro lado, como hablando consigo misma:
-No me gustan los cambios, pero parece que eran inevitables, ahora el palacio es un lugar muy ruidoso, todos están celebrando y hablando. Espero no arrepentirme de haber aceptado eliminar el hechizo de lealtad, un poco mas y estarían cantando y bailando por los pasillos y no creo estar lista para ello.
Urd se sobresalto.
- No entiendo, ¿los guardias celebrando? ... - luego recordó -... ¿Que paso con Bragg?
El sanador real intervino, habia estado atento a la conversación.
- Sobrevivió... apenas, pero no podremos curarlo, el daño que recibió es demasiado grande.
- Pero pueden hacer lo mismo que me están haciendo...
- No existe un respaldo del código de su cuerpo, ademas él fue modificado al convertirse en guardia así que seria inútil. En este momento se encuentra en stasis, pero sin energía de Nieghood no podremos mantenerlo mucho tiempo así, y si falla, en ese momento morirá.
- No lo puedo permitir. El me salvo la vida y yo...
- Lo se mi princesa, por eso la decisión de lo que debemos hacer con el sera suya. Es imposible salvar su vida de manera que pueda seguir siendo lo que es. Estoy seguro de lo que el escogería, pero es mi princesa la que deberá tomar la decisión final.
Urd cerro los ojo, una vida mas sacrificada por su causa. Lind le habia dicho que varios guardias habian muerto protegiéndola, Bragg le hacia pensar en ellos. Entonces sintió como su madre se acercaba y le acaricio el rostro, Urd sintió como una corriente eléctrica, jamas su madre la habia tocado de esa manera...
- Tendrás tiempo de pensar en eso, mientra exista energía lo mantendremos con vida, ahora debemos tratarte.
Entonces Urd miro a su madre, le pidió que se acercara y le hablo en voz baja en toco acusador
- Ahora recuerdo, estabas oculta dentro de mi mente, al igual que padre. Pero ya no los siento.
Hild puso las manos sobre su pecho, como si sintiera un frio repentino.
- Lo se, mi avatar fue destruido, lo pude sentir. Debió enfrentarse a tu padre.
- ¿Porque nunca me dijiste que mi padre te habia traicionado? yo... tenia otra idea de el.
- Entonces nunca habrías aceptado ir al cielo. Tu odio lo abría impedido y no podía darme ese lujo. Aquí ya no era seguro.
Urd miro a su madre y sintió un nudo en la garganta, al darse cuenta de los sacrificios que Hild habia hecho por ella, comenzaba a comprender muchas cosas.
- Ese día antes de enviarme al cielo, me dijiste que habías puesto un hechizo de lealtad, pero en realidad hiciste mas. Fue en ese momento que dejaste una parte tuya dentro de mi. ¿Porque lo hiciste?Al dejar tanto poder dentro de mi te arriesgaste volviéndote mas débil.
Hild sonrió y le dijo:
- Eres mi hija, habría hecho cualquier cosa por ti. Necesitaba cuidar de ti, y ya sospechaba que tu padre podría intentar algo. Si me arriesgue y así como ese mortal que amas salvo tu vida, tambien salvó la miá, yo abría muerto después del enfrentamiento con Anang Reng.
- ¡Kenji! Como quisiera que estuviera aquí. Creo que el me ayudaría a encontrar una solución apara ayudar a Bragg.
- ¿Tanto confiás en ese mortal? Ten cuidado, el no vivirá para siempre y eso te lastimará, recuerda lo que paso con ese otro mortal que...
Urd la interrumpió, no quería que regresara ese recuerdo doloroso.
- Estoy consciente de que Kenji es un mortal.
- Aun no he cumplido el contrato con ese mortal. ¿Deseas que se volviera inmortal? Tengo ese poder.
- Algo me dice que Kenji no lo aceptaría. Pero yo si tengo un deseo, quisiera poder verlo.
Hild suspiro y le dijo:
- Entonces debes concentrate en sanar y tal ves puedas regresar con el. Pero antes, tienes muchas decisiones importantes que tomar y que no solo te conciernen a ti, sino a nuestro mundo. También tienes responsabilidades...
- Responsabilidades. - Urd rio ante es palabra- siempre he querido huir de ellas y veo que es inútil, creo que es hora de enfrentarlas.
El Dr Shigeru vio como su cuerpo era rodeado de una intensa luz, intentó moverse pero algo lo inmovilizaba, entonces sintió que se elevaba y sus pies dejaron de tocar el piso. De manera inexorable comenzó a flotar en dirección de la voluptuosa mujer y pronto se encontró que su rostro se encontraba a unos centímetros de su hermoso y terrible rostro. Miró con temor sus colmillos, claramente visibles cuando ella rio de una forma que le produjo un escalofrió. Intentó luchar pero era inútil, estaba completamente inmovilizado, entonces vio que ella se movía pero no podía ver sus manos, sintió algo en la parte inferior del abdomen, grito por la sorpresa y y luego perdió el aliento... la sensación era... tremendamente agradable al grado que sentía perder la conciencia, entonces una nueva risa lo trajo de vuelta y escucho lo que decia la mujer...
- Tenia mucho tiempo que no tenia un mortal para poder jugar con el, he aprendido algunas cosas nuevas en los últimos siglos, hay formas de lograr que el placer y el dolor sean uno mismo...
El Dr Shigeru se estremeció ante las palabras y sin embargo se dio cuenta que otro sentimiento se estaban formando en el y no era temor... sino curiosidad y anticipación.
Entonces escucharon un grito que provenía de la entrada de la bodega.
- ¡Marler!, ¡Que gusto me da verte de nuevo!
La mujer hizo un gesto de disgusto, se dio vuelta para enfrentarse al recién llegado y el hombre cayo al suelo, lo miro con ojos llameantes..
- Joven Keiichi, eres inoportuno, estaba por divertirme un poco
Keiichi se acercaba con paso rápido, intentaba parecer tranquilo pero no podía ocultar la preocupación en su rostro, sabia que habia llegado a tiempo a para interrumpir "algo", y conociendo a Marler, no habría sido nada bueno.
Finalmente llego enfrente de ella y trago saliva al verla de cerca. Ya no era la misma Marler a la que habia conocido y definitivamente no parecía ser la misma a la que las nornas y el habian logrado engañar y capturar mas de una vez. Había una actitud distinta y ademas su nueva ropa dejaba ver mas piel de la que el encontraba confortable.
Keiichi se paro enfrente de ella desconcertado, entonces noto que ella le hacia un gesto... y sin decir nada, con los ojo señaló a los demonios que estaban detrás de ella... y le guiño un ojo.
Keiichi comprendió, la vieja Marler seguía ahí, pero eso debía ser un secreto. En ese momentosupo lo que tenia que hacer, hizo una profunda reverencia y luego puso una rodilla en el piso, inclinó la cabeza, dirigió la mirada al piso yhabló lo mas formalmente que pudo.
- Druhting Marler, disculpe mi comportamiento, Yo Keiichi, juez y miembro de la orden de los caballeros mortales le doy la bienvenida al mundo mortal.
Entonces los demonios que venia detrás de Marler y que habian mostrado señales de nerviosismo, se formaron marcialmente junto a la demonio y tambien pusieron una rodilla en el piso para inclinarse ceremoniosamente.
Keiichi no sabia que durante años el mundo de los demonios se habia reído de las hazañas de Marler en el mundo mortal, y que ella habia estado luchando en los últimos días para ganarse su respeto en lugar de imponerlo y no dejaría que un mortal la hiciera ver menos. Ahora, al ver el recibimiento en el mundo mortal por parte de un juez al que la misma Hild parecía respetar, los jóvenes demonios que la acompañaban se llenaron de orgullo, su lider era respetada por estos extraños seres.
Ante la visión de los demonios en actitud de saludo formal, el grupo de estudiantes y científicos se acercó y se inclinaron en esa actitud ceremonial que los japoneses aprenden desde niños ante una autoridad. Los estudiantes extranjeros hicieron su mejor intento por imitarlos.
Keiichi elevo la mirada y vio a su alrededor. Sentía que de alguna manera esta ocasión debía ser muy especial y única. Respiró aliviado, aparentemente el primer encuentro oficial entre mortales y demonios se habia salvado de comenzar con un desastre... incluso del Dr Shigeru habia logrado recuperar la compostura, pero no lograba apartar la vista de Marler.
Marler riósatisfecha, se sentía muy bien ser recibida así. Sabia que su honor habría sido ligeramente manoseado y por ello era importante no perder el respeto de sus jóvenes demonios, por lo que recordó el asunto en el que estaba antes de ser interrumpida.
- Keiichi.- y señalo al Dr Shigeru - Este mortal debe ser...
Keiichi la interrumpió manoteando en el aire... tenia que pensar rápido...
- debe... debe… eh, ¡debe ser recompensado!
Keiichi rio nerviosamente y se rasco la cabeza, en lo que intentaba pensar, Marler lo miro con enojo, pero antes de que pudiera decir algo, Keiichi tuvo una idea y la interrumpió.
- Sin el conocimiento del Dr Shigeru habría sido imposible lograr esto: - de su bolsillo Keiichi saco uno de los brazaletes de cerámica, era una de las pruebas que habia realizado en la planta.- por favor examina esto.
Marler todo el brazalete y lo miro con extrañeza. Toco su superficie y sintió una extraña sensación de cosquillas en sus dedos.
- Entonces estos son los brazaletes lunares que nos has prometido. Cuando espiaba … quiero decir, cuando supervisaba a Urd vi que usó algo parecido, pero este se ve distinto, ¿realmente funciona?
Antes de que Keiichi pudiera decir algo tomó el brazalete y se lo puso en su brazo, entonces Marler sintió una oleada de poder que le recorría su cuerpo. La primera vez que habia llegado a la tierra habia sentido la intoxicación de la vida y a pesar del entrenamiento que le habian dado para poder venir a la tierra, se habia sentido intoxicada durante semanas antes de poder sentirse normal, pero esto era cientos de veces mas poderoso. Era energía de Gaia en forma intensamente concentrada, el éxtasis del poder era... Marlerno pudo evitar lanzar un gemido que dejo sin aliento a todos los presentes, quienes se sintieron estremecer junto con ella. Marler se dio cuenta y lucho por recuperar el control, respiró profundamente para poder controlarse y lentamente con la mano ligeramente temblorosa se saco el brazalete. Entonces intentando pretender que no habia pasado nada extraordinario dijo:
- Ah... creo que servirá a nuestros propósitos.
Keiichi se acerco un poco y le susurro para que solo ella escuchara.
- Lo siento, quise advertirte, no debes usar el brazalete en la tierra puesto que atrae demasiado poder...- El joven dijo mientras tragaba saliva, el gemido de Marler lo habia alterado y al parecer tambien a todos los demás.
Marler cerro los ojos un momento y suspiro profundamente, luego acaricio suavemente el brazalete, podía sentir su poder, con algo así en Hell podrían desconectarse de Nieghood sin problemas y no abría manera de infectarse. Hild estaría complacida.
Mientra Marler pensaba en el recibimiento de Hild, Keiichi aprovecho para llamar a los científicos y hacer las presentaciones adecuadas.
- Druhting Marler, tengo el honor de presentarle al Dr Shigeru y a la Dra Ohta de la universidad de Chiba. Ellos son los responsables del poder de esos brazaletes.- y luego señalo a su alrededor- Todos estos jóvenes son sus estudiantes que tambien ayudaron.
Los estudiantes miraron a Marler con temor reverencial, era el apropiado para su primer encuentro con un demonio real y Marler lo aprobó, pero la Dra Ohta no podía alejar su mirada del portal, y sin ninguna ceremonia preguntó mientras lo señalaba..
- ¿Cómo funciona eso? ¡Tengo algunas miles de preguntas que hacerles al respecto!
Marler frunció el ceño al ver que la Dra encontraba al portal mas interesante que ella, pero respondió con dignidad.
- Si estos brazaletes funcionan en Hell, nuestro mundo tiene una gran deuda con ustedes. Los demonios estamos acostumbrados a engañar y a mentirles a los mortales para obtener nuestro propósitos, pero tambien reconocemos nuestras deudas. Todos ustedes tienen ahora un contrato con nuestro mundo. - Miro a los demonios que estaban detrás de ella- Después de llevar los brazaletes a nuestro mundo, ellos regresaran a la tierra y cumplirán su contrato, podrán pedir cualquier deseo, solo tengan cuidado con lo que pidan- volteo ver a Keiichi.- no debería decir esto, pero el joven Keiichi les podrá explicar lo importante de pedir el deseo apropiado.
Los ojos de la doctora brillaron de anticipación, no necesitaba pensar mucho en lo que ella deseaba, pero no todos parecían sentirse igual de seguros, se escuchó una exclamación de protesta entre los estudiantes, la joven del crucifijo decía:
– ¡Un trato con el demonio! Yo... Yo no quiero un... un.. un trato...- al tiempo que ella hablaba, uno de los demonios detrás de Marler se separo y se le acerco mirándola con una intensa curiosidad, lo que no paso desapercibido a la joven, era un joven demonio de piel obscura, cuerpo atlético y belleza sobrehumana. Se plantó frente a la joven y con una sonrisa le dijo – No deseas tener un pacto conmigo... - La joven lo miró atónita y solo pudo contestar con un leve quejido que indicaba que no tenia otra ninguna objeción que hacer...
Keiichi suspiro, al parecer no podría evitar algunos problemas, sabia lo que los deseos concedidos por demonios podrían provocar y tendría que hablar con todos ellos antes de que los demonios regresaran. Tenia que cambiar de tema antes de que hubiera problemas, rio nerviosamente, su fuerte nunca habia sido hablar y ahora tenia que hacerla de intermediario entre demonios y mortales, trago saliva y manoteo nerviosamente en el aire mientras decia...
- Druhting Marler, los deseos puede esperar. Pronto vendrán del cielo a buscar sus brazaletes y creo que aun no es buena idea que un grupo de demonios y dioses estén en la tierra al mismo tiempo.
Marler rio ante el nerviosismo del joven y no pudo evitar jugar un poco con el.
- Keiichi, te estas volviendo sabio. De acuerdo, nos llevaremos los brazaletes, solo tengo un mensaje de Hild. Es para ese mortal que Urd parece apreciar tanto. Urd luchó para salvar a su mundo y se encuentra bien pero debe recuperarse antes de volver a la tierra. - Keiichi respiro aliviado, la falta de noticias de Urd lo tenia preocupado, podría enviarle a Kenji la buenas noticias. - Y tengo un mensaje para ti joven Keiichi, Hild te previene que tengas cuidado con los dioses, ellos no siempre son lo que parecen.
Keiichi se quedo sorprendido, pero no dijo nada. Mientras tanto los demonios habian comenzado a usar su magia y conforme los estudiantes les señalaban las cajas que les correspondían a ellos, las levitaban para llevarlas la portal donde desaparecían inmediatamente. Poco a poco los jóvenes estudiantes estaban perdiendo el miedo y no dejaban de examinarlos y fotografiarlos con sus celulares. Al finalizar con todas las cajas los demonios entraron al portal, para decepción de los estudiantes, dejando a Marler atrás.
Marler miró partir al último y dijo.
- Debo volver a Hell, pero pronto tendrás noticias de mi.- y luego miró al Dr Shigeru- En cuanto a este mortal que me haz asegurado que merece ser recomenzado, yo me encargaré personalmente de el, aun no he decidido que tipo de recompensa o castigo se merece - Una sonrisa salvaje hizo relucir sus colmillos y luego desapareció en el portal.
Keiichi miro aliviado como el portal se disolvía, y al fin pudo respirar normalmente. Miro a su alrededor y pudo darse cuenta que la visita de los demonios había provocado una profunda impresión entre los mortales, llevaría mucho tiempo explicarles la situación para evitar que se metieran en problemas. Entonces sintió que una poderosa presencia se acercaba. Los demás también lo sentían, era algo muy poderoso y muy distinto de la sensación que habían sentido antes.
Los dioses venían a la tierra.
Fin de capitulo XXXIII
notas:
Rey Harald diente azul.: Diente azul se dice en sajón antiguo Bluetooth. Si la palabra suena parecida es porque el protocolo de comunicación Bluetooth se nombre así en honor al Rey Harald, por su habilidad por lograr que las distintas tribus se pudieran comunicar entre si.
Danevirke. Fue un sistema de fortificaciones a lo largo de la península cimbria y que se uso hasta 1830. Su construcción inicio en el 908 a cargo del Rey Gudfred y el Rey Harald concluyo el trabajo. La fortificación se convirtió en un gran símbolo nacional del pueblo danes.
