La orden de los Caballeros Mortales
Por Javier Delgado R.
Fan fiction, inspirado en "Oh mi diosa" de Kōsuke Fujishima.
Capítulo 40
Galileo 2.0
En medio de una obscuridad casi absoluta había un hombre sentado frente a un escritorio, sobre este había varios monitores de computadora que ocupaban casi todo el espacio disponible. Además del brillo de las pantallas, solo una pequeña luz alumbraba el lugar y apenas lograba penetrar unos metros en esa obscuridad que parecía extenderse al infinito.
El hombre estaba absorto ante el contenido de las pantallas, en ellas solo se veían hileras y mas hileras de cifras, todas prácticamente idénticas, de manera que cuando una era algo distinta se distinguía inmediatamente de las otras, entonces con un rápido estacato tecleaba algunas instrucciones hasta que la cifra fuera idéntica a las demás. El hombre buscaba mas de esas diferencias. Por supuesto había software que podían hacer eso de manera automática y eficiente, pero el hacerlo personalmente le ayudaba a comprender mejor las idiosincrasias del sistema, después de todo el cerebro humano sigue siendo la mejor herramienta para buscar patrones.
Su rostro oriental mostraba cansancio pero también satisfacción. Sonrió al pensar que el sistema finalmente parecía ser completamente estable. Pasó aun una hora completa observando las pantallas hasta que finalmente se enderezó en su asiento, se quitó los lentes y se masajeó los cansados ojos. Luego procedió a estirar los brazos, y no pudo evitar bostezar de manera ostentosa. Alargó la mano a un termo en el escritorio y lo levantó… hizo un gesto de disgusto al darse cuenta de que estaba vacío y suspiró. Tal vez finalmente era hora de descansar un poco.
Solo entonces comenzó a sentir el cansancio acumulado. Suavemente giro sobre su silla, se levantó lentamente y con precaución… no quería que sus cansados músculos protestaran demasiado después de tantas horas de inmovilidad.
Finalmente se puso de pie y movió una a una sus extremidades para asegurarse que la sangre circulara con normalidad, luego avanzo lentamente dando unos torpes unos pasos en medio de la obscuridad, exagerando sus movimientos para no tropezarse con algo. Mientras tanto miro a su alrededor, sus ojos deslumbrados por las pantallas comenzaron a ver un poco mejor, y la obscuridad ya no parecía tan absoluta. Por todas partes, se veían luces parpadeantes. Sonrió para admirar esas ordenadas constelaciones y por un momento se imagino en medio de una galaxia, aunque nadie podría confundir esas luces perfectamente ordenadas y simétricas con estrellas. Las luces se extendían en líneas regulares y se perdían en la distancia.
Ante la vista de esas luces el Dr Kawazu, sonrió satisfecho. El 99.999% de todos los núcleos de procesamiento estaban operando perfectamente, era más de lo que había esperado para el primer día. Cerró los ojos y escuchó el suave sonido de miles de pequeños ventiladores y el bombeo de los sistemas de enfriamiento, de momento no estaban trabajando a toda capacidad, pero sabía que cuando comenzara a operar a toda su potencia el sitio se podría volver algo ruidoso…
En ese momento escuchó pasos y luego el sonido de una docena de interruptores de corriente siendo encendidos en un rápido traqueteo… gruño disgustado ante lo que sabía que vendría y cerró los ojos mientras se protegía la cara con el brazo. En ese momento la luz se hizo.
Las lámparas de los pasillos se encendieron bruscamente inundando de luz el lugar. Sin bajar el brazo intento abrir los ojos poco a poco, estaba completamente deslumbrado finalmente logro abrir los ojos y fue bajando el brazo para acostumbrarse.
Finalmente pudo volver a ver y miró a su reloj, gruñó con sorpresa, era mucho más tarde… o temprano de lo que esperaba. Había perdido todo el sentido del tiempo y al parecer el personal y los invitados estaban llegando temprano para el gran acontecimiento.
Desde la entrada al lugar escucho una voz alegre que él decía…
- "¡Dr Izuka!… estaba seguro de encontrarlo aquí..." - Era su colega el Dr Nakayama "- Traemos algo de café y bocadillos por si gusta."
El interpelado solo asintió, pero sus glándulas salivales comenzaron a trabajan en cuanto escucho el sonido de lo que debería ser el carrito con bocadillos y café, sin siquiera responder al saludo se lanzó al ataque, su nariz respondió ante el delicioso aroma del café recién hecho.
En su camino a interceptar a su presa vio que una docenas de personas avanzaban y charlaban. Con algo de envida se dio cuenta de que estaban frescos y descansados. Adelantándose a ese grupo vio a un hombre que avanzaba a grandes zancadas, era obvio que se dirigía hacia él. El hombre le sonrió y le dijo:
- "Dr Shugahara, ¿ya llegaron todos nuestros invitados?… ¿ya saben todos de que se trata?
- "¡Dr Izuka!" - le respondió con exagerado y falso enojo - "¡De nuevo se quedo toda la noche! Le recuerdo que este aparato no es su único hijo" - Shugahara rio alegremente mientras levantaba una pequeña maleta- su esposa le manda una muda de ropa… pero creo que ya no le dará tiempo de cambiarse, tenga, le presto mi bata para que se vea presentable, está recién planchada.
Shugahara le ofreció su bata limpia y meticulosamente planchada, el Dr Izuka gruñó…
- Yo no uso bata, en mi área es innece...
Pero Shugahara lo interrumpió con una risa traviesa
-Todo mundo sabe que todos los científicos usamos bata, hoy usted la estrella de este show y debe parecerlo. Tome la bata y únase al grupo.
- el Dr Izuka gruño de nuevo, pero aceptó la bata que ocultó sus gastados jeans y su vieja camiseta que lo delataba como antiguo otaku. Con la inmaculada bata ahora realmente parecía ser el honorable Dr Izuka Kawazu, Fundador el Instituto de Lógica Difusa, especialista en redes neuronales y sistemas de inteligencia artificial.
Shugahara sonrió contento ante el cambio, luego, al ver a alguien que venía detrás del grupo, levanto la voz y dijo- "Keiichi, es por acá, te estamos esperando".
El joven Keiichi Morisato caminaba lentamente mirando a todas partes, estaba impresionado por el lugar, nunca había visto tanto equipo de cómputo junto en su vida. Pasillos y pasillos de equipo con anaqueles llenos de lo que parecían ser servidores de cómputo de modelo muy avanzado. Sospechaba que cada uno de ellos debería ser mucho más poderoso que la maquina que le habían instalado en el templo y donde residía la conciencia de Galileo. Sin darse mucha prisa caminó hasta llegar a con Shugahara.
- Kenji, ¿finalmente me van a decir de qué trata todo esto?, Skuld está muy emocionada, pero no logré sacarle nada. - Keiichi sin embargo, no miraba a Shugahara sino a su alrededor. Hasta donde alcanzaba a ver los pasillos parecía que se extendían hasta perderse de vista. Eran cientos y cientos de gabinetes pintados de un naranja brillante y con un gran y elegante símbolo kanji en cada uno de ellos. Abrió la boca de sorpresa al leerlo, era el kanji de "esperanza".
Shugahara continúo hablando:
- Pronto lo sabrás, dejanos disfrutar esto un poco más, ya llegaron otros invitados que quiero presentarte.
Estaban llegando aun mas personas, Keiichi reconocio al profesor Takashi acompañado de Ghadril. Su colorida camisa, sus jeans y su pelo largo contrastaban con el elegante uniforme de la valquiria, pero aun así era la afinidad entre ambos era evidente.
Detrás de ellos venia un pequeño grupo de mujeres guiado por Urd, quien flotaba en el aire, algo que a nadie parecía sorprenderle.
Keiichi se sintió sorprendido por la actitud de Urd. En lugar de la diosa socarrona, burlona, arrogante y dominante a la que ya se había acostumbrado, la diosa trataba al grupo con lo que parecía ser una mezcla de orgullo y respeto. Tal vez aun más sorprendente es que en lugar de su usual ropa reveladora, vestía una ropa elegante y sobria a la vez, sin que eso ocultara su gran belleza, al contrario, le daba una gran dignidad.
Luego examinó al grupo que venía con ella. Eran mujeres de todas las edades, algunas jóvenes, otras casi ancianas, pero todas caminaban despacio, como si apenas se estuvieran recuperando de una larga enfermedad. Una de ellas incluso venia en silla de ruedas y parecía extremadamente débil y demacrada. Las mujeres miraban a su alrededor maravilladas.
Urd a su vez cuidaba sus pasos, y parecía estar atenta a cualquier señal de debilidad mientras les explicaba y les señalaba el equipo que está a su alrededor. Ayudando a cuidar al grupo también estaban Lind, el Profesor Shubashini Sripathi y el joven Somasindhu, quien ahora ya era un orgulloso estudiante de medicina de la más prestigiosa universidad de Japón.
Caminando a la par del grupo se distinguía una joven alta y atractiva que atrajo la atención del joven Keiichi. Su piel casi blanca y un largo y hermoso pelo dorado le robaron la respiración. Por un momento se imagino que era una diosa recién llegada, a pesar de su juventud tenía el aire de quien tiene una gran responsabilidad a su cargo.
La joven se encontró con su mirada y a su vez ella lo miro con asombro y admiración, entonces ella avanzo rápidamente hacia él. Keiichi se sintió nervioso ante la reacción de la joven… cuando esta llego a él comprendió quien era, la señalo, nerviosamente dijo:
- Tú eres ser Gyrirrr… Gyri… - Keiichi se trabó al pronunciar su nombre, a pesar de que ahora dominaba un centenar de idiomas, su trato con las jóvenes hermosas no había mejorado. Finalmente se corrigió- "Eres Gyrid. Shugahara y Urd me han hablado mucho de ti.
La joven sonrió, ella también había escuchado mucho de este joven. A primera impresión parecía ser un joven japonés común y corriente, pero Gyrid Admundsen sintió una aura mágica proveniente de él, y además, gracias su propia magia que poseía también podía ver sus marcas mágicas en el rostro, sabía que no estaba ante un ser humano común y corriente. Era uno de los miembros de la Orden.
Keiichi extendió su mano tímidamente para saludarla, pero antes de que tuviera tiempo hacerlo ella cruzó sus brazos sobre el pecho, puso una rodilla en el piso y en señal de respeto y se inclinó ante el diciéndole.
- "Keiichi Morisato, miembro de La orden de los Caballeros Mortales y protector del templo de Tarikihongan, yo Gyrid Admundsen te saludo, a nombre de la hermandad de Urth y me pongo a tu servicio en gratitud por todo lo que has hecho. Nos has devuelto la vida y nuestras esperanzas.
Keiichi se quedo boquiabierto, no solo tenía a una extremadamente atractiva joven hincada frente a él, sino que sabía que esa joven era el gobernante virtual, aunque oculta, de todo el planeta. Mientras tanto el grupo de mujeres que venía con Urd llegó junto a el y una a una todas ellas repitieron el mismo gesto.
Así Keiichi se encontró rodeado de mujeres hincadas alrededor de él con una actitud de profundo respeto, su actitud y sus maneras le recordaban un retablo medieval, lo que contrastaba con el ambiente de alta tecnología que los rodeaba. Para mayor confusión de Keiichi, el resto de las personas a su alrededor, técnicos, científicos y estudiantes se acercaron a ver qué es lo que estaba pasando Más de uno sacó su celular para registrar la escena.
Durante un momento Keiichi solo pudo emitir palabras incoherentes. Miro a su alrededor para pedir ayuda pero se sintió más confuso cuando vio a Urd y a Shugahara en un apasionado beso… Le pareció una eternidad hasta que se separaron, y solo entonces Shugahara le puso atención. El Doctor rió suavemente al ver el azoro de Keiichi y le dijo al grupo.
- "Por favor, pueden levantarse, Keiichi no está acostumbrado a esas ceremonias" –Lentamente, pero con mucha dignidad todas se pusieron de pie, mirando a Keiichi como si fuera alguien muy especial, Shugahara explicó al confundido joven - "Ellas son sobrevivientes de la hermandad de Urd. Gracias a la forma brillante en que lograste localizarme, no solo me salvaste a mí, sino a todas ellas y por eso te están profundamente agradecidas. Al revisar los registros ocultos de esa organización Galileo logró averiguar que algunas aun estaban con vida en varias prisiones secretas, donde intentaban extraerles aun más de sus conocimientos. Todas sufrieron crueles torturas, pero se están recuperando gracias a la combinación de la magia de Urd y los cuidados del profesor Sripathi y el joven Parthasarathi. Los resultados son casi milagrosos. Parthasarathi tiene manos mágicas, algún día será un gran medico. Gracias a ti la hermandad será reconstruida. Con ellas y con los primates, Gyrid puede influir en los gobiernos del mundo. Keiichi, cualquier cosa que desees, ellas harán lo posible para que lo obtengas.
Keiichi pudo comprender la actitud de Urd ante el grupo. Shugahara ya le había explicado la historia de la hermandad y como en el pasado habían intervenido muchas veces en la historia humana para bien de la humanidad. Para Urd el descubrir que aun quedaba parte del legado que había dejado en su primera visita al mundo mortal le daba un nuevo sentido a su vida. Entonces Keiichi miro a Gyrid y trago saliva nervioso, ella tendría casi su edad, y sin embargo tenía una gigantesca carga a cuestas, pero también se dio cuenta de que afortunadamente no estaba sola.
Shugahara y Urd llamaron aparte a Gyrid y al joven hindú para darles algunas instrucciones. Keiichi había escuchado mucho sobre esos dos jóvenes en los últimos meses. Ahora al ver a los cuatro juntos se dio cuenta de la razón.
¡Shugahara y Urd parecían dos padres orgullosos!.
No solo era el que estaban compartiendo con ellos sus conocimientos de Magia, pociones, química, herbolaria, sino también su pasión por ayudar a los demás, había profundos sentimientos que los estaban uniendo. Por supuesto, Keiichi sabía que no debería mencionar una sola palabra de eso a Urd… aunque parecía haberse suavizado un poco, eso no había logrado disminuir el uso indiscriminado de descargas eléctricas por parte de la diosa. Keiichi se rasco la cabeza y sonrió. Se daba cuenta de que Urd nunca había sido tan feliz, y solo faltaba algo para que su alegría fuera completa.
- "Su atención por favor," - Los interrumpió una voz amplificada, Keiichi miro a su alrededor y vio a un hombre junto a un pódium y que tenía un micrófono en la mano- "Es hora de que sepan de que trata todo esto. Acérquense por favor., especialmente nuestros invitados. Primero permítanme presentarme, soy el Dr Izuka Kawazu, Fundador el Instituto de Lógica Difusa y actualmente director de este proyecto. "- El doctor señaló a su alrededor-" Para los que no lo saben, y creo que eso incluye a la mayor parte de nuestros invitados, estas instalaciones fueron parte de de la High-Performance Computing Infrastructure (HPCI) Initiative del gobierno de Japón. Esta instalación hace 4 años debería haberse convertido en la Supercomputadora RIKEN B. y con ello abría sido la mayor supercomputadora del mundo, pero China construyo una más grande y algunos de nuestros burócratas decidieron que por eso ya no valía la pena terminarla para quedar en segundo lugar, por lo que se suspendió su construcción. Pero hace un año, una inesperada fuente de dinero – El Dr Izuka inclino la cabeza discretamente en dirección de Gyrid-" de parte de varias grandes compañías permitió, no solo completar el trabajo, sino quintuplicar su capacidad original. Además, gracias a la Señorita Skuld, Urd Sama y a un grupo de jóvenes genios de nuestra universidad, se logro hacer en un año lo que esperábamos nos tomara más de 4 años. En cuanto este lugar opere a toda capacidad este será por mucho el sistema de computo más poderoso de la tierra, pero la capacidad de computo no es lo único que importa y por ello este centro será mucho más importante que eso. Confieso que hace unos años lo que les voy a decir me habría sonado un disparate, pero desde nuestra alianza con Hell y con el cielo, hemos aprendido que la magia es real y eso hara de este lugar algo unico cuando la magia será incorporada al funcionamiento de este sitio... "
Keiichi se sintió desfallecer, comenzaba a comprender hacia donde iba todo eso. Miró a su alrededor, hacía rato tenía un sentimiento de familiaridad que no lograba identificar, ahora supo la razón, tenia cierto parecido con un gran sistema de computo en el que ya había estado. Como contestando a sus pensamientos, una voz hablo detrás de él, era Skuld. La pequeña diosa venia rodeada del grupo de jóvenes genios de la cibernética de los que había hablado el Dr Kawazu. Keiichi los conocía a todos de vista, pues pasaban muchas horas en el templo hablando con Skuld y Galileo. Ahora comprendía que habían estado planeando, mientras el Dr Kawazu seguía explicaba los avances técnicos que implicaba este lugar Skuld dijo:
- "Por supuesto, este lugar está muy lejos de la capacidad de Yggdrasil y de Nieghood, pero me han dado permiso de hacer todo lo que quiera. Aquí no tengo ninguna limitante, ni necesito pedirle permiso a nadie, por eso podrá hacer algo que ninguno de esos dos sistemas puede hacer… podrá pensar."
El corazón de Keiichi comenzó a acelerarse. Cerró su puño en torno a un cristal que colgaba de su cuello y del que no se separaba nunca, necesitaba sentirlo en su mano y se estremeció por la emoción. En ese cristal, del que nunca se separaba, estaba la diosa Belldandy, diosa entre las diosas, sellada para que pudiera sobrevivir.
Poco después de la aparición de Belldandy en ese parque europeo, se había materializado un cristal con instrucciones. Gracias a eso supo que a Belldandy le quedaba poco tiempo de vida, pero que podía ser sellada temporalmente hasta que tuvieran la capacidad de reparar parte de su código, pero para ello deberían poder romper la clave de encriptación de Kamisama.
Las instrucciones en el cristal le sugerían que deberían llamar a Skuld a la tierra, para lo cual tuvieron que amenazar con suspender la entrega de los brazaletes a los dioses. La estrategia había funcionado y había accedido a enviar a la joven diosa al mundo mortal. Sin embargo Keiichi nunca había imaginado que se trabajaría en semejante escala.
El Dr Kawazu continuó hablando sobre las capacidades de las nuevas instalaciones y todas las investigaciones que esperaban llevar a cabo. Pero muchos de los presentes ya conocían ese tema y aprovecharon para comentar entre sí. Uno de los jóvenes que estaba con Skuld, se acerco a Urd la saludo con mucho respeto y le preguntó lleno de curiosidad.
- "Si Nieghood es tan poderosos como Yggdrasil, ¿por qué no intentó usarlo para romper el código?
Con alarma Keiichi vio que la diosa se llenaba de ira, y se preparó para ir en rescate del joven estudiante, pero entonces se dio cuenta de que el joven no era el objeto de su enojo.
- ¡Por supuesto que lo intenté! - Exclamo con frustración - Pero no sabía que las claves de encriptación de Kamisama son del mismo nivel y tipo que los de Hild. En cuanto terminé de introducir los datos Nieghood inicio una alerta nivel 6. "- Urd lanzo varias exclamaciones en algún idioma desconocido… pero era obvio que estaba describiendo en palabras poco halagadoras el linaje de alguien.- Ni siquiera sabía que teníamos alertas de ese nivel. Nieghood pensó que era un golpe de estado y que quería desencriptar algunos de los códigos de mi madre… afortunadamente ella intervino y logró cancelar la alarma, pero me explicó que una alerta de ese nivel usualmente exige la ejecución sumaria y automática del perpetrador y que no debería intentarlos de nuevo. De no ser yo Urd la hija de Hild, las cosas podrían haber salido muy mal.
Keiichi se quedo sin aliento, no era solo por la revelación de Urd y el peligro que había pasado, sino por al darse cuenta de que unos años antes todo lo referente al Hell y el cielo debía ser mantenido en absoluto secreto, ahora todos los presentes hablaban de ello con toda libertad, aunque para el mundo exterior esto era aun un secreto sabía que Shugahara planeaba que eventualmente todo el mundo entero supiera toda la verdad…
Keiichi se quedo un momento en silencio, meditando y pensando. Cerró los ojos y una lágrima corrió sobre su mejilla. Sus esperanzas de recuperar a Belldandy estaban renaciendo. Sin pensarlo más se arrancó el cristal del cuello, se acerco a Skuld, quien también lo veía sonriendo y con los ojos húmedos, la pequeña diosa había extendido su mano. Keiichi tomo su y con delicadez le entrego el cristal. Entonces la diosa se arrojó a los brazos de Keiichi para abrazarlo con emoción y le dijo:
- "Salvaremos a Belldandy, todos nosotros trabajaremos para lograrlo".
Keiichi escucho murmullos a su alrededor, todos los que estaban alrededor sonreían y Keiichi comprendió, toda esa gente estaba dispuesta a luchar para sanar a Belldandy.
Gyrid se le acerco y dijo:
- "Salvaremos a Megamisama, si hace falta pondremos los recursos del planeta a tu disposición."
Urd se acerco y también abrazo a Keiichi y le dijo.
- Iniciaremos los preparativos finales, y luego será tu turno. - Urd tomo la mano de Shugahara y le dijo emocionada- "Le explicare a la hermandad lo que tienen que hacer, regresare en un momento"- Luego se alejo flotando.
La diosa llamó a la hermandad hacia el centro del complejo, en donde había una zona despejada, con algunas luces, marcas circulares y un pedestal en su centro, como si estuviera diseñado para un ritual. Gyrid se alisto a ir tras ella, pero Shugahara le hablo en voz baja.
- "Gyrid, ¿tienes un momento?"- La joven lo miro intrigada y se detuvo. Shugahara miro en dirección de Urd, para asegurarse de que ella no lo escuchara… -" No he querido preguntarle nada de esto a Urd, ella tenía ciertos planes que no pudo cumplir y no se lo quiero recordar. ¿Qué paso con el Sr Cromwell y esa mujer loca?"
Gyrid abrió la boca ante la sorpresiva pregunta, al parecer había varios recuerdos dolorosos aun… pero al final sonrió, sacó su celular y comenzó a buscar algo, mientras decía.
- Cuando descubrimos que había algunas de mis hermanas aun vivas, Ghadril me hablo de esa comunión que habían usado con los terroristas. Cuando Urd regreso, logre convencerla de que devolviera a sus formas humanas a los ejecutivos que había convertido en ratones e hicimos esa comunión. Fue maravilloso, hasta ese momento todos mis intentos de hacer algo para ayudar a la gente, venían acompañados de sugerencias de guerras, asesinatos, complots políticos, chantajes… todo eso era la forma en que ellos estaban acostumbrados a manipular el mundo. Después de la comunión cambiaron radicalmente. Ghadril me había explicado que no les cambiaría la mente, solo les ofreció la capacidad de ver el mundo a través de los ojos y experiencias de quienes han sufrido. La comunión con mis hermanas los cambio completamente. En cuanto a esos dos, Urd se negó completamente a transformarlos. Me dijo que le había prometido a usted no dañarlos, pero que aun así merecían un castigo…"
-" ¿Y entonces que paso con ellos?"- Pregunto Shugahara aun mas intrigado.
Gyrid entonces levanto su celular con una sonrisa. Era la foto de un par de ratones con una camada de pequeños ratoncitos de pelaje multicolor.
- "Descubrí que mi antigua jefa amaba a los animales y sin decirles quienes eran, ella se ofreció a cuidarlos. Me informó que les dejo tener dos camadas y luego esterilizó al macho. Dice que ahora están gordos y felices, y que no hay manera que los pueda separar, chillan mucho en cuanto lo hace, le hace mucha compañía y me de vez en cuando me envía fotos".
Shugahara comenzó a reír, no quería imaginar a Urd haciéndoles algo terrible, y tal vez eso había sido la mejor solución.
En ese momento escucho un susurro a su lado que con voz sensual le decía.
- "Bonita foto, ¿me debería provocar celos?".
De no ser la larga experiencia de Shugahara como maestro atendiendo a todo tipo de interrupciones de sus alumnos, habría saltado en el aire, logró mantener la calma aunque no sin que su corazón se saltara unos latidos… Urd había llegado flotando sigilosamente y su rostro estaba junto a él, con una sonrisa socarrona.
Urd floto y tomo el celular. Le paso una mano encima y la fotografía flotó en el aire aumentado en el tamaño, entonces Urd hablo con una voz seria.
- Kenji, no me he olvidado de ellos. Aun siento que deberíamos castigarlos y sigo imaginando algunas opciones. Pero te prometí dejar la decisión en manos de Gyrid y lo cumpliré. Reconozco que tienes razón en decir que ninguna tortura o castigo podrá deshacer el daño que han hecho, pero por justicia deben recibir un castigo y ellos ya estaban más allá de toda redención. La comunión que usaron con los demás no habría logrado mucho, ninguna de mis pociones tampoco los podrían hacer cambiar. "- Urd floto en dirección a la joven y la tomo de las manos- "Gyrid, al principio pensé que tu intención seria abandonarlos en alguna parte para dejar que fueran presas de algún depredador, pero a pesar de lo que te hicieron, buscaste quien los cuidara y eso es suficiente para mí. Gyrid, sé que el mundo realmente está en buenas manos."
Entonces Urd floto en dirección a Keiichi y le dijo:
- "Keiichi, creo que ahora ya sabes lo que tienes que hacer."
El joven miro a la diosa con los ojos húmedos, asintió lentamente y tomó su celular y hablo:
- Galileo, parece que tienes un nuevo hogar y en este momento puedes tomar posesión de él. Transfiere tu código y tu conciencia a este lugar... Creo que Skuld y Urd ya dejaron todo preparado para eso. Tenemos un código que romper e información que reparar.
Del teléfono salió una voz que cada día era menos impersonal y que dijo:
- "Te debo el poder ser una conciencia libre y por ello, también pondré toda mi voluntad en salvar a tu diosa.
Entonces poco a poco pudieron ver como el lugar cobraba vida conforme Galileo trasladaba la sede de su consciencia a este lugar.
Las luces de los nodos de red animaban, los ventiladores se aceleraron hasta trabajar a toda su capacidad conforme cientos de miles de nodos de procesamiento comenzaron a manipular peta-bytes de información y el consumo de poder aumentaba mega-watt por mega-watt. Ante la vista de todo eso el Dr Izuka ebrio de felicidad hacia algo que parecía una primitiva danza ritual frente a los monitores que indicaban el estado de salud del sistema, al tiempo que lanzaba extrañas invocaciones en algo que parecía tener cierta semejanza con el inglés, pero solo era comprensible por sus colegas cibernéticos.
Keiichi escucho murmullos detrás del, y vio que la hermandad de Urd se había reunido y ahora estaba cantando, junto con Urd, Skuld, e incluso Ghadril. Entendió que la misión que se iniciaba no era cuestión solo de poder de computo, también requeriría magia.
Urd había guiado al grupo al centro de las instalaciones, todo estaba listo para un ritual mágico.
La hermandad de Urd formó un circulo, mientras la Urd, Skuld, y Ghadril formaban un triangulo dentro de él. Gyrid recibió el cristal de manos de Skuld y lo colocó en el pedestal del centro, entonces volteo a ver al Dr Kawazu y este asintió. Gyrid tecleo unas instrucciones en un pequeño teclado en el pedestal y en ese momento una cúpula de cristal bajo del techo protegiendo del cristal. Entonces su unió al circulo formado por la hermandad y el ritual comenzó.
La magia de las diosas combinadas comenzó a formar un gran símbolo mágico, dentro del círculo se apreciaban dibujos complejos que danzaban cambiando constantemente.
Urd, con voz clara y poderosa dijo.
- "Galileo. Este símbolo mágico te dará la protección de la magia de los dioses y de los demonios. Levanto los brazos y los bajo lentamente. - El símbolo mágico que flotaba en el aire descendió lentamente hasta quedar grabado en el piso como una marca incandescente, pero aun faltaba más.- "Shugahara Kenji, Keiichi Morisato, Sentaro-kun y Lind, como miembros de los caballeros mortales, también deben dar su protección a este lugar. Al igual que el templo Tarikihongan, este lugar debe convertirse en suelo sagrado.
Keiichi no esperaba esto, pero comprendió. Sabía lo que había que hacer y extrajo de sus recuerdos un canto mágico. Lentamente los tres mortales y la ex-valquiria entraron en el círculo mágico, escucharon a Keiichi y lo imitaron para darle forma a un nuevo canto que se contraponía al canto de las mujeres de la hermandad. Esta vez apareció un cuadrado obscuro que quedo impreso en el suelo de la instalación dentro del círculo, ahora tocaba el turno a los mortales. Una serie de unidades láser comenzaron a trazar y grabar varios símbolos en la base del pedestal, en ese momento una serie de líneas de luz se formaron en el pedestal y comenzaron a extenderse hacia los racks de procesadores. Al principio el trazo era sencillo, pero poco a poco comenzó a realizar una danza de patrones que por su complejidad y belleza hacia que el lugar pareciera una obra de arte abstracto.
Finalmente el silencio se hizo, pero fue de corta duración. Se escucharon murmullos de asombro de los presentes, había una gran algarabía mientras que varios de los jóvenes estaban tomando fotos y videos tanto de la ceremonia mágica, como de la "danza" del Dr Izuka. Futuros antropólogos pasarían años intentando descifrar el significado oculto de esa danza...
Así como las instalaciones habían impresionado a las mujeres de la hermandad de Urd, la ceremonia había impresionado a los estudiantes y científicos. El ambiente era de excitación ante las maravillas por venir de la combinación de magia y tecnología. Algunos jóvenes con emoción comenzaron a lanzar gritos de "banzai" mientras que al fondo se escucharon las detonaciones de varias botellas de champaña al ser destapadas. El ambiente era de un júbilo exhilarante.
Para el mundo exterior ese día solo había comenzado a funcionar un gran centro de procesamiento de datos que le daría prestigio a Japón, y que se merecería una nota en algunas revistas especializadas, pero el equipo de trabajo de Dr Izuka sabía que era mucho más. Era un momento más importante para la humanidad que el primer hombre en la luna o cualquier otra hazaña, pues no solamente la culminación de más de un año de trabajo, todos sabían que estaban creando la conciencia más poderosa del planeta. Con el fin de salvar a un dios acababan de dar el primer paso en un camino completamente desconocido que llevaría a la humanidad a su más grande aventura.
-xxx-
En el Jardín del templo Tarikihongan la primavera estaba llegando a su fin y la vida de ese jardín construido por valquirias irradiaba una sensación vital y a la vez tranquilizante. El verano se acercaba y el sonido de algunas cigarras comenzaba a escucharse.
A pesar de haber sido destruido completamente durante la batalla con los demonios, la magia de las diosas y el tiempo parecían haberlo dotado de una maravillosa vida propia.
Un hermoso árbol de ciruelo crecía en borde de un pequeño estanque, solo tenía unos años pero había crecido de manera exuberante y sus ramas proporcionaban una amable sombra. Debajo del, sentada en una cómoda silla de madera se encontraba una anciana que miraba todo a su alrededor como si fuera la primera vez.
La anciana sonreía ante cada pequeña maravilla de ese jardín, fuera una mariposa, una hoja cayendo, las ondas en el estanque producidas por uno de los pequeños peces que lo habitaban. Constantemente abría la boca en una exclamación muda, pero no emitía ningún sonido, luego la anciana miro hacia atrás y sonrío como si estuviera desbordando de felicidad. Un joven de mirada amable le cepillaba el largo cabello blanco y lo desenredaba con un cuidado infinito de manera que más que cepillar, parecía acariciarlo.
En ese momento una mariposa paso cerca de Belldandy, ella intento tocarla, pero la mariposa la esquivo, sin embargo no se alejo y se quedo aleteando en el aire. Belldandy la miro un poco entristecida y levanto su mano… entonces la mariposa se acerco y se poso en ella unos momentos… para luego salir volando, como si esa pequeña criatura se sintiera feliz de haberla tocado, la diosa pareció sentirse feliz por ese fugaz contacto.
Keiichi compartía con emoción todas las pequeñas felicidades de la diosa, y pensó en lo afortunado que era.
Galileo había realizado algo casi increíble, contra todo calculo en solo un año había logrado desencriptar el código de Kamisama y con ello habían logrado restaurar el código de Belldandy para poderla despertar.
Ademas Keiichi había usado sus poderes como caballero mortal y ahora la diosa al igual que Lind, ostentaba sus marcas mágicas de mortal. Pero eso había sido todo lo que habían logrado.
Belldandy no había logrado recuperarse completamente, sus poderes agotados la hacían verse una anciana y sin sus recuerdos no era capaz de ayudarse. Cada día parecía volver a olvidar todo lo que había visto el día anterior.
A pesar de todo Keiichi estaba feliz por poder estar con ella, por compartir esos pequeños momentos mágicos, una y otra vez. Amaba el cepillar y acariciarle el pelo mientras que la vida en el templo comenzaba a convertirse en una amable y tranquila cotidianidad.
Keiichi sabía que fuera del templo el mundo estaba cambiado de manera acelerada. Bajo una cuidadosa y amable guía, los instintos bélicos de la humanidad estaban siendo encausados hacia fines más nobles. Los viejos azotes de la humanidad estaban siendo vencidos uno a uno mientras que un pequeño grupo de hombres y mujeres usaban su sabiduría para reformar de manera oculta las sociedades de los hombres para apartarlas de los peores demonios del alma humana, y sin embargo, nada de eso parecía importar aquí, en el jardín del templo el tiempo parecía fluir con una deliciosa pereza.
Entonces escuchó el sonido de un transporte escolar, la tranquilidad del templo quedaba alterada ante el sonido de una veintena de voces infantiles
Keiichi no pudo evitar reír un poco, como lo hacía invariablemente dos veces a la semana.
Conforme Lind había comenzado a recuperar su magia, se había vuelto más y más inquieta e irritable. Acostumbrada a un régimen espartano de trabajo por tener que dirigir y entrenar a los cuerpos de Valquirias, a las que tenía que ejercitar al máximo, el no hacer nada más que pequeños trabajos domésticos en el templo le era intolerante. No solo eso, ya no era una Valquiria y sentía que su vida carecía de propósito. Su magia era aun limitada y en ese mundo mortal tenía muy poco que hacer. Por eso eventualmente había decidido buscar trabajo en el mundo humano y los resultados iniciales habían sido desastrosos… No parecía comprender la lógica y las costumbres del mundo mortal.
Sin embargo el amor de Lind por Belldandy la había rescatado. A veces algunos niños que habían sido amigos de Belldandy en el pasado, se acercaban a buscarla, y de alguna manera para ellos no fue sorpresa encontrar en su lugar a una anciana princesa… pues eso les pareció a ellos.
Lind había notado como la presencia de los niños animaba a la envejecida diosa, al grado que casi parecía poder hablar y decidió encontrar la manera de traer más niños al templo.
Así la temida y estricta Lind había encontrado el trabajo más exigente que podía existir, cuidar niños de preescolar. Le fascinaron estas mentes libres, en formación, sin miedos ni vicios y que se abrían fácilmente hacia ella, y así podía ver todo el potencial que podían desarrollar.
No había sido fácil, las autoridades escolares habían desconfiado de esa blanca, alta y misteriosa gaijin… Se Requirió todo el poder de convencimiento de Shugahara, de la Universidad de Chiba, del Tecnológico de Nekomi, ademas de una generosa aportación de algunas empresas educativas, para que los burócratas dejaran a sus preciosos niños en manos de esa "gaijin". Pero pronto la capacidad de Lind logró ganárselos. Sin embargo Lind no estaba satisfecha con eso, y logro una concesión extraordinaria, que dos veces a la semana los niños visitaran al templo. La directora de la escuela nunca entendió como es que había podido llegarse a autorizar semejante cosa, aunque Urd si lo sabia… pero habían preferido que Lind no supiera que parte del merito se debía a las pociones de Urd.
Todo ello enorgulleció a Lind, tanto como cualquier victoria que hubiera tenido en el pasado. Ahora durante unas horas cada semana, el templo se llenaba del sonido de los niños que jugaban en ese lugar y que para ellos no cabía duda, estaba lleno de magia. Lind supo que había tenido toda la razón, el sonido de sus voces, gritos y sus ruidos de juego llenaban de felicidad el rostro de la diosa.
Por ello Keiichi sonrió de felicidad cuando una pequeña niña se acerco y tomo la mano de Belldandy para colocarle una flor, entonces la pequeña le dijo:
- "buenos días abuelíta princesa."- Ese era el titulo que le habían dado los niños por su porte majestuoso, a la vez que amable.
La diosa sonrió y abrió ligeramente la boca como murmurando algo… y la niña contestó.
- "Yo también estoy muy bien, tengo un juguete nuevo, ¿lo quieres ver?"
La diosa la miró y asintió. La niña salió corriendo a buscar su juguete. Keiichi veía maravillado esa conversación. No le quedaba duda de que Belldandy podía comunicarse con esa niña y para el eso era más que suficiente.
Mientras tanto Lind llego junto a ellos. En lugar de su uniforme de valquiria vestía el sencillo traje que correspondía a una educadora, pero con su figura atlética y esbelta resaltaba su feminidad. La diosa puso una rodilla en el suelo y saludo a Belldandy con una inclinación de cabeza, después dirigió el mismo gesto a Keiichi... Este se sintió un poco incomodo, pero cada semana era lo mismo y no lograba convencerla de que no lo hiciera, asi que una vez mas y como lo hacía dos veces por semana, le dijo a la ex valquiria.
- Lind, sabes que me siento incomodo con eso, solo soy un mortal. Belldandy es una diosa, yo no lo soy.
Lind nunca decía nada, pero esta vez parecía de mejor humor que lo habitual y le contesto con una risa traviesa que dejo a Keiichi sin aliento. La diosa que antes se caracterizaba por su rostro severo ahora estaba iluminada por una hermosa y femenina sonrisa y en sus ojos había un brillo de humedad, como si estuviera a punto de llorar de felicidad. Keiichi sentía que ese día seria especial, pero no sabía por que. Lind hablo con una voz suave y emotiva, como si fuera amigos de toda una vida.
- "Keiichi san, nunca en mi vida me había sentido tan feliz, es como si toda mi larga vida anterior fuera un sueño. Ahora entiendo porque tantos dioses hemos perdido el sentido de nuestras vidas. He hablado con Ghadril y ella siente lo mismo que yo, aquí nos sentimos vivas, mi vida tiene un propósito. Este es un mundo que tiene tanto por ofrecer, y además el que nos permitan compartir su vida y sus sentimientos nos permite vernos a nosotras mismas de una manera completamente distinta. Mucho te lo debemos a ti. Nunca me cansare de agradecértelo…" - La diosa dejó escuchar una sorprenderte y hermosa risa femenina –" ... incluso creo que puedo disfrutar de decirte esto una y otra vez."
Keiichi se rascó la cabeza con timidez. Lind nunca antes le había hablado así, y mucho menos la había escuchado reír de esa manera... desconcertado y como única estrategia ante una situación desconocida decidió cambiar de tema... pero entonces vio algo que lo dejó congelado … En el cepillo que usaba con Belldandy era usual encontrar algunas hebras de cabello blanco como la nieve, pero esta vez sobresaliendo entre esas hebras de plata , había algo distinto… ¡Había una hebra de cabello dorado!
Miró a la diosa, que en ese momento se había rodeado de niños quienes le contaban todas las grandes emociones y aventuras por las que todo niño y que a esa edad son siempre las más grandes el mundo. Belldandy entablaba una conversación silenciosa con ellos como era usual, pero al ver su rostro, se dio cuenta de que parecía haber rejuvenecido un poco. Keiichi volvió a mirar la hebra de cabello dorado y cayó de rodillas para luego comenzar a llorar.
Lind se acercó lentamente. Tomo la mano del joven y con la punta de un dedo toco levemente esa fibra de oro y se estremeció al sentir su magia, entonces lentamente cayo también sobre sus rodillas, abrazó al joven y olvidando toda su antigua dignidad de valquiria, también comenzó a llorar con el.
Debido a la emoción, Lind cometió un descuido, algo que jamás había pasado antes... se distrajo del cuidado de los niños. Escucharon un ruido fuerte y un llanto. La niña que había ido por su juguete había llegado corriendo y se había tropezado con una piedra que sobresalía a unos pasos de Belldandy. Lind se maldijo a sí misma, se le habían confiado esos preciosos niños y (ante el azoro de la directora) ella había prometido que daría su vida por ellos con toda la formalidad e intensidad que se podía esperar de una diosa guerrera…. Ahora había fallado en su cometido. Se levanto rápidamente para correr a ayudar a la desconsolada niña, pero se detuvo por la sorpresa.
¡Belldandy también se había levantado!
Con la suavidad y rapidez de un vientecillo de verano, se había movido y ahora estaba junto a la niña y la acariciaba. La niña dejo de llorar y comenzó a reír. Belldandy con toda delicadeza ayudo a que se pusiera de pie y la niña exclamó, llena de felicidad
-" Princesa abuelita, ya puedes caminar…"
Entonces Belldandy miro a las rodillas de la niña, donde un pequeño hilillo de sangre salía de un raspón. Se inclino y puso su mano sobre ella, mientras dejaba escuchar un hermoso canto. La herida desapareció… Pero en ese momento el rostro de Belldandy se mostró lleno de cansancio y la niña le dijo preocupada.
- "Abuelita, no debes hacer eso, ven, te ayudare a sentarte en tu silla…"
Belldandy intento caminar, pero tropezó… estaba a punto de caerse cuando unos fuertes brazos la rodearon, y se encontró en brazos de Keiichi…
La pequeña lo miro maravillada ante su fuerza de adulto y le pregunto.
- "¿Verdad que eres su príncipe? ¿Por eso la vas a proteger por siempre?"
Keiichi no pudo evitar que los ojos se le llenaran de lágrimas, entonces miro a su diosa, quien había cerrado los ojos… y se había quedado profundamente dormida, entonces dijo.
- "Soy su príncipe y la protegeré con mi vida. Así lo he prometido."
La niña se sonrojo ante esas palabra, se rio y salió corriendo feliz… pero esta vez Lind estaba detrás de ella para detener su carrera antes de que volviera a caerse… una vez que la tuvo sujeta por la mano volteo a mirar a Keiichi... su rostro también estaba llena de lagrimas de felicidad… Luego miro a la niña. Debería reprenderla por correr así… pero solo supo abrazarla. La niña le dijo:
- "También su prometiste cuidarla ¿verdad? ¿También eres su caballero? No sabía que las mujeres pueden ser caballeros."
Lind la abrazó y le dijo.
- "Si, las mujeres podemos ser caballeros y todo lo que queramos. Además ella es mi diosa."
La niña sonrió con emoción, como si le hubiera contado un cuento de hadas. Entonces se escuchó la voz temblorosa de Keiichi.
- "Belldandy finalmente logró usar magia, pero fue demasiado el esfuerzo. Está agotada, se quedo dormida y debe descansar. La llevare a su cuarto para que se recupere, al fin Belldandy regresara con nosotros."
Lind asintió, miro a su alrededor y pensó que el mundo de los dioses ya no tenía sentido para ella, mientras que el mundo mortal era su realidad. Finalmente había descubierto el poder de los sentimientos y la verdadera felicidad. Sin darse cuenta murmuro una breve plegaria a los mortales que le habían enseñado tanto.
-xxx-
La luz del sol de la mañana comenzaba a penetrar en el cuarto de Belldandy con tonos aun rojizos. El aire frio de la mañana estaba lleno de los cantos de los pájaros. En el centro de la habitación había dos futones, en uno de ellos esta Keiichi, quien se había quedado dormido sentado, mientras vigilaba a su diosa.
En el otro Belldandy reposaba con una respiración tranquila y sosegada, pero algo había cambiado en ella. Su pelo blanco parecía brillar como oro ante los primeros rayos del sol y su rostro ya no estaba arrugado y marchito. En ese momento su respiración comenzó a acelerarse, luego respiro profundamente y finalmente con gesto delicado levanto los brazos y lanzo un largo y femenino bostezo.
Se enderezo sobre su lecho y miro a su alrededor. Se sintió confusa, no lograba reconocer en donde estaba. Extendió una mano y su cuerpo floto para ponerse de pie. Miro al joven que se había quedado sentado, se inclino y le toco una mejilla. El joven se movió un poco y Belldandy retiro la mano rápidamente, como asustada…
Comenzó a examinar la habitación. Los recuerdos comenzaban a llegar poco a poco, reconoció sus pertenencias… pero también había otras que no estaban antes. Debían de pertenecer a ese hombre.
Vio entonces una pared, llena de fotografías. En muchas de ellas estaba ella junto con el. Extendió la mano y las toco. Se estremeció cuando las emociones guardadas en esas fotografías la invadieron, provocando un torrente de lágrimas. Eran recuerdos hermosos. Luego vio las demás fotos, en las mas recientes ya no estaba ella, solo el. En algunas estaba vestido de corredor y con varios premios. En otras estaba en frente de varios vehículos mostrando distintos premios. Miro al resto de las fotos y comenzó a sentir un profundo dolor.
Esas fotografías eran la historia de alguien que tenía su vida llena de éxitos. Corredor y campeón, diseñador de vehículos, lleno de honores y premios.
Entonces miro al hombre en la habitación y se dio cuenta de algo. El joven que estaba en las fotos con ella, ahora se había convertido en hombre... y ella no había estado con él para compartir sus éxitos… Tocó las fotografías, en cada uno de ellas estaba plasmado un recuerdo valioso que ella no compartía con el... entonces se desplomo al piso llorando y cubriéndose el rostro con las manos.
Entonces sintió unos brazos que la rodeaban y una voz varonil le dijo. Belldandy, tú has estado conmigo todo ese tiempo, y aun podemos crear muchas memorias juntos.
Belldandy intento dejar de llorar pero no lo lograba… entonces sintió unos labios que se unían a los suyos y se estremeció por el contacto. El joven Keiichi ya no estaba con ella, pero Keiichi, el hombre estaba ahí. Se separo de él un poco para examinar su rostro, el joven hombre que la veía tenia la misma sonrisa tímida que recordaba, pero estaba acompañada de una madures que lo hacia mas varonil. De nuevo volvió llorar, lo abrazó, lo besó y lo volvió a abrazar. Entonces se separo de él, lo tomo de la mano y con emoción le señaló hacia las fotos,.
-"¿Todos esos son tus hijos?"
Keiichi miro las fotos de todos los vehículos que había diseñado después de retirarse de una breve pero exitosa carrera como corredor y asintió, estaba muy orgulloso de sus ellos.
- "Todos ellos también tienen algo de ti, me enseñaste a ver el mundo de otra manera, y me enseñaste a que todas las creaciones tiene parte de nuestro espíritu y por ello deben ser creadas con respeto."
Belldandy miro los ojos de orgullo del joven hombre, con una mano toco las fotos y le dijo.
-"Cuéntame de ellos, dime sus historias, deseo hacerlos también míos y darles mi protección.-"
La diosa abrazó al hombre que estaba a su lado y sintió como una profunda paz la invadía. No sabía que le deparaba el futuro, pero haría que cada nuevo instante con él sería un recuerdo que atesoraría para siempre.
Fin del capitulo 40
