La Dama oculta

Por mayraexitosa

Capitulo 1

Una verdad valiosa

Un jovencito acompañado de su tutor y mentor, llegaba a una mansión, donde se encontraba delicada una dama, esta lo recibía, diciéndole todo lo que habían pasado ella, su hija por abusos in calculados, un robo a ojos vistos, por su propia familia, contando esto, dándole las pruebas, le rogó se hicieran cargo de su hija, pues ella no podría seguir cuidando de ella, su padre, había muerto en manos de quienes les robaron todo siendo estos socios directos de los Andrew en la mitad de los bienes que los reunían con los Kennedy, le suplicó que por seguridad ocultará a su hija quien lloraba a su lado rogando a su madre, no la separa de ella y le dijo,

-Hijita mía, ya no puedo esconderte, eres la heredera de esa fortuna, son ellos quienes te protegerán, el jovencito le dijo,

-Juró por mi vida, que estos documentos permanecerán ocultos, su hija también, no será llamada Candice Estefanía Kennedy Well, la ocultaremos con el nombre de Candy Kenwell y mi tutor será su tutor, nadie la encontrará, la niña vio al jovencito que le lloraba al igual que su madre, esta le dijo

-También quieres a mi madre, este le respondió

-Candy, perdí todo a tu edad, mi madre, mi padre y mi familia, por eso comprendo tu dolor, ella lo abrazó efusivamente, la dama que agonizaba sonrió tomando la mano del jovencito, a quien le entregaba su hija.

El jovencito, creció, siendo un hombre cuidaría de la niña que había jurado proteger, ella en cambio levanto una muralla a su alrededor, protegiéndose de todo en donde se encontraba, fue la primera en llegar, pues en ese lugar solo se aceptaban jovencitas de doce a dieciocho años, para convertirse en damas, sin embargo, ella fue recibida desde los ocho años que llegó, a escondidas recibió visitas del joven, quien la visitaba en sus vacaciones de estudio de manera oculta, se hacían amigos

-Candy, como estás princesa, ahora porque vistes así

-Estoy de maravillas, solo que aquí se aprende muchas cosas Bert, fíjate que una señorita que estaba por graduarse, se ha fugado de este lugar porque un hombre la convenció de que sería su esposa, resulto ser una mentira, ella estaba triste, hasta pensó en quitarse la vida, lloraba todas las noches, un día entre a su habitación, me dijo que no quería a su hijo, estoy muy angustiada, ella se ha fugado y no quiero pensar que eso me pase a mí.

-Candy, no estarás así, ella se enamoro de un cobarde, tu no lo harás, no te preocupes, ella estará bien, sus padres la encontraron si no me equivoco es la señorita de a un lado de tu habitación, no se fugó, se la llevaron a otra parte, pero su madre la quiere mucho y la apoya.

-¿De verdad Bert?

-Si, pero no le digas a nadie lo que me has contado, es muy deshonroso para una dama, entregarse a un hombre y que este resulte ser un cobarde.

-Bert, no me voy a enamorar nunca, ella era la mujer más feliz, después se convirtió en la más triste,

Candy en su interior observaba mucho a las damas, las más bonitas, que llamaban la atención eran las más asediadas, así que ella oculto en todo lo que podía verse femenina, sus ropas, eran más largas, flojas, su cabello recogido lo más que podía, si no en dos o tres coletas si pudiera, se sentaba a conversar con la religiosa todas las tardes, para no salir con las damas.

- ¡Oh mi pequeña! porque no has ido al paseo del parque hace un hermoso sol,

-No deseaba salir de momento, saldré cuando venga el señor Johnson o mi familia,

- Cómo desees Candy, sabes estaba informándome la madre Gracia que la mayoría de las enfermeras de la escuela vecina han sido llevadas a la guerra, ahora nosotros haremos las funciones de enfermeras, si sufren ustedes

- ¡Oh madre!, por eso el doctor ahora viene tan seguido, pobre antes venían dos enfermeras con él, ahora viene solo, ahora lo comprendo

-Si hija, eres muy observadora, lo peor es que no sabemos tanto de enfermería, estudie para clases no medicina.

-Madre ¿cómo puedo estudiar enfermería?, para si alguien de aquí se enferma poder ayudar

-No puedes, estas aquí para convertirte en una dama, los estudios en esa escuela son en tres turnos, ahí estudian las mujeres que no tienen familia en la sociedad, se convierten en futuras empleadas de un hospital y auxilian a personas como el Doctor Leonard.

-Madre, si me ayudará usted a estudiar de noche, para hacer una actividad, pues aquí todavía soy muy joven para entrar a las clases me faltan dos años, para comenzar los cursos y solo estoy de oyente en las clases.

-No Candy, eso no lo puedo saber, el doctor Leonard es el que trabaja ahí, tienes razón apenas tienes diez años, como estudiarías para enfermera.

En la visita próxima del doctor Leonard, Candy se ofreció a estudiar enfermería, pues estaba libre, este sonrió, porque realmente le faltaba ayuda, entonces la inscribió en la escuela de enfermería, con el permiso de la hermana superiora, para que la niña le ayudará en el consultorio, no le decía que estudiaría, pues el turno del medio día Candy, tomaba clases como la más joven de todas tomando todos los cursos durante dos años para luego iniciar los cursos de dama dentro de la institución de señoritas prestigiadas, eso claro era un secreto entre el doctor y ella, mismo que le agradecía al cielo, porque por las noches si había una emergencia en la institución, Candy apoyaba al médico, era una damita muy discreta, se gano la confianza de la madre Gracia, de la madre María y de la madre Superiora, pues ella no tenía mucha familia y solo un joven la podía visitar, junto a su tutor, sin decir nada, ella tomaba las clases y a los doce años ya tenía el curso de dos años de enfermería, no le tenía miedo a la sangre y oraba porque si ella fuera enfermera antes, su madre no se hubiera ido.

-Hola Bert, te extrañe mucho ya no puedes visitarme, porque no has venido.

-Candy saldré los próximos tres años de Inglaterra, estaremos escribiéndonos, no puedo estar aquí, pero te juró que volveré por ti,

-No te preocupes Bert, pero no dejes de escribirme, me portare bien, cuando vengas tendré quince años, para poder graduarme de este lugar, debo tener dieciséis.

-Mañana comienzan los cursos por fin, no es así Candy,

-Si,

-Seré quien venga a tu presentación en la sociedad cuando cumplas dieciséis, serás la joven más bella,

-Recuerda Bert, no debo verme bien porque después estaré triste como la joven aquella,

-Eso no es verdad, la belleza no es el exterior Candy está en el interior, eso vale mucho más,

-Puedo pedirte un favor Bert

-El que gustes Candy

-Júrame que no me olvidarás

-Te lo juro Candy, ¿me olvidarás a mí?

-Juro que no, te escribiré, todo el tiempo y cuando venga el señor Johnson te enviaré cartas, bueno también te enviaré cartas con él.

La carrera de enfermería concluiría un año después ella se graduaba a los trece con el doctor como tutor, ahora contaba con una enfermera dentro de la institución, ella no podía ser solicitada para la guerra porque estaba dentro del instituto. En lo que si se divertía mucho era en ser dama de la sociedad, no por no saber leer y portarse a la altura, sino porque ahí, les ajustaban la cintura, las hacían verse bellas, ella ocultaba siempre su belleza, para no enamorarse de nadie, según ella, había una reunión con los jóvenes del instituto de barones donde ellas se unían a un baile, de solo tener que bailar muy bien, podía llamar la atención, en el transcurso antes de cumplir sus catorce años ella hizo amistad con varias compañeras ahora de su edad, una de ellas usaba lentes, traía varios pero dos no estaban gravados, pues eran para enviarse a gravar si se le quebraban los que usaba, entonces Candy le solicitó un par de lentes, sin gravar y le dijo

-Anda Paty, estos no te lucen bien son muy grandes y quiero verme distinta.

-Como desees Candy, la verdad lucen muy bien tus ojos para que los ocultes tras unas gafas

-Usaba dos coletas, no usaba maquillaje y lucía pecas, los lentes la hacían ver menos agraciada y los vestidos en color serio, Annie le dijo

-Ningún chico en su sano juicio te sacará a bailar, debes verte hermosa

-Mi plan no es bailar Annie, mi plan es estar tranquila y las tres sonreían

-Llegaban los jóvenes hermosos del colegio, buscaban a las chicas para bailar, pasar la tarde agradable, un rebelde ignoraba la tarea a la que le era encomendada, era el chico más atractivo y arrogante de toda la escuela, era de los mayores, todas querían bailar con él, este ni las miraba, disgustado por ver a las damas tan insinuantes, mientras Candy lucía diferente con vestido largo obscuro, lentes grandes y toscos. Tampoco deseaba bailar y permanecía sentada. El profesor que los acompañaba dijo

- Joven Grandchester, tenga la amabilidad de ser caballero, saque a la dama que permanece sentada, que no ve que es una dama, independiente de su aspecto, este para mostrar que era un caballero, fue por ella, le dijo

-Hágame el honor de bailar conmigo señorita, se lo suplico, solo es por cumplir esta tarea y ella al escucharlo tan honesto, de inmediato le dijo

-Perfecto, también tengo que cumplir con esta tarea, bailaban sin mirarse a la cara, sin llamar mucho la atención, el joven se atrevió a decir,

-Si no le molesta, estaré viniendo una vez por semana a tomar la clase de baile, estas damas por demás insinuantes, no me gustaría tomar como pareja, le parece que baile con usted, solo para cumplir mi obligación y que no me fastidie el profesor,

-Como guste joven, a mi no me es grato conocer a caballeros mentirosos, con gusto puede sacarme a bailar la próxima clase, soy una dama comprometida y no bailo con nadie

-Esta usted comprometida, ¡tan joven!

-Si, es mejor estar comprometida a que te comprometan, no le parece.

-Si a usted le agrada eso, a mí que me puede interesar

Cumplía ya los quince años esta ocasión venía la familia de todas las damas, los jóvenes del instituto de varones tendrían por primera vez su graduación con las damas, pero ellas se graduaban a los dieciséis, mientras los jóvenes a los dieciocho, el joven Grandchester por tal de no tener que comprometerse con las jovencitas empalagosas, le pedía a Candy Kenwell que fuera su pareja solo para la graduación pues ya no se volverían a ver. Esta acepto, el problema fue que una de las hermanas las supervisaba en su vestimenta.

Candy no estaba apropiada, Paty para que no la pusieran en mal, le quebró los lentes, así ella no estaba involucrada en hacerla ver fea, Annie tuvo que prestar uno de sus vestidos, porque la dama no quiso usar uno de fiesta y no se preparó con tiempo, la hermana Gracia las arreglo a todas y esta vez Candy lucía mejor, no como una gran mujer pero si muy hermosa, fue entonces que ni se quiso ver al espejo, dijo

-Es la última vez que veo al joven ese y el próximo año saldré de aquí. Llegaban al evento, Grandchester no encontraba a la pareja, fue ella quien tomo su brazo, le dijo

- Hora de bailar joven. Este abrió sus ojos, no reconoció a con quien siempre bailaba, pues era por demás muy hermosa, contaba con una mirada muy bella, por no decir mucho competía con las más bellas de las damas asistentes, el padre lo felicitaba, por la hermosa dama, pero esta solo se despidió sin siquiera hablar más con él. Los demás jóvenes no sabían quién era, muchos no la reconocieron, pero nadie la olvidaría, esos días todos la miraban, ella estaba muy apenada, trato de salir antes de terminar el baile, con eso todo buscaban a la cenicienta de ojos verdes.