Capitulo 6
Separación
-Lo siento Albert, no lo pensé así, que podemos hacer, ellos deben estar en América, pueden creer que me fui o me robaron, solo Dios, ya ves que todos se rumoraban que estaba comprometida con Leegan.
- Candy, te amo, pero no voy a oponerme a las decisiones de tu familia, ellos también te aman, si te han buscado, te deben encontrar, no puedo casarme contigo sin su consentimiento, es como aceptar que forme parte de ese robo, y no es así, tu madre confió en mí, luche porque todo esto se aclarará, de ser necesario quiero que tomes en cuenta que no me interesa ninguna dote, ni tu fortuna, te amo a ti, ellos son los dueños legítimos, ahora que lo sabes, no lo olvides, te amo a ti, a ti y eso quede claro.
-Albert gracias por decirlo, lo tomaré muy en cuenta, sobre todo si ellos están cerca de mí o me buscan.
Candy estaba en su camarote, era cierto que su madre le había entregado las pruebas a Albert, también que confiaba en él, que Leegan resultara ser familia de él, era de dudar, pero mis hermanos, no confiarán en él, a menos que ellos se den cuenta que él fue quien rescato la fortuna, quien la protegió todo este tiempo, quien no me dejo en manos de los Leegan.
Llegaban a América, un gran barco desembarcaba en puerto, para Candy, las ilusiones vivas de su familia, en su mente la vez que se fue de América en ese mismo lugar, recordó, como el tutor de Albert en ese entonces Bert, era quien llevaba todo, lo informaba la tía Elroy, era quien guiaba todo, pero Bert, la cuidaba, no dejo en manos de nadie los documentos, no dejo en manos de nadie sus pertenencias, la protegía, la cuidaba, se iba y la respetaba, guardaba su distancia, sin embargo se comportó como un gran caballero desde niños.
Al bajar ella lucía seria, se presentaron ante ellos varios caballeros, Candy trato de pensar que eran sus hermanos, pero no, sus ojos eran distintos de inmediato se hizo hacia atrás, escondiéndose con Albert y los demás, Terry sonrió, se acercó
-Dejen bajar a las personas, a quien buscan para tapar la salida.
-A la dama Kennedy, venimos de parte de sus hermanos.
-Ella se quedo en Inglaterra, sostuvo Terry, no viene en este barco, por su seguridad, vendrá en el siguiente, ustedes son su familia. Titubeaban, contestaron
-Si, somos su familia, Albert hizo una seña y los guardias, los tomaron, interrogándolos. Candy dijo a George,
-Ninguno me es familiar, esta se quedo con la Sra. Johnson, ambas estaban juntas, cuando sintió que alguien la tomaba por la espalda, le dijo
- Nos siguen, soy tu hermano y vine por ti, ese era Tom, definitivamente lo reconoció esta lo abrazó, haciéndolo hacia atrás para que no lo vieran.
- ¿Cuál es tu nombre?
-Tom, mira ahí esta Kent, lo ves
-Si, quienes son ellos
-Hombres de los Leegan
-Vengo protegida por los Andrew, rescataron nuestra fortuna, ellos me han protegido.
-No lo sabíamos, solo sabemos que Leegan envió un telegrama y mando por ti, a unos hombres, por eso estamos aquí, por ti, ahora te irás con nosotros.
-Por supuesto, pero deja decirle a quienes me cuidan.
-Esta bien, pero se irá con nosotros, sin decir nada.
-La seguridad nos seguirá,
-Tal vez, pero como crees que hemos sobrevivido todo este tiempo.
Candy tomo del brazo a Tom, levanto su capa, jalo el brazo de Albert este se sorprendió, no pudo detenerse.
- ¿Pasa algo Candy?
-Si, ven un momento.
Este siguió del brazo, noto que el brazo derecho de Candy era sostenido por otro hombre, este vio como un auto los esperaba, subieron, arrancaron sin esperar a nadie, después todo era una revoltura, la gente se amontonaba, la guardia seguía con los hombres George buscaba a Candy y a Albert estos no estaban, Terry se asombro no quedo en nada con Albert pero al buscarlos, todos se asombraban pues la pareja no estaba.
-Hola Candy, soy Sean, un joven sonriente la veía, sus ojos verdes, el cuate de Tom, Candy solo tomo su mano, sonriendo.
-Soy Kent, porque lo trajiste a él. Un hombre serio mayor que Albert ese era el mayor, ahí estaba frente a Albert. Muy parecidos solo que este tenía sus ojos miel claro. Candy le contestó
-Porque necesitamos hablar con él, mi madre me entregó a él, para rescatar la fortuna de mi padre, esta ya se encuentra a salvo, me dice que está a nombre de los cuatro.
-Sabemos que Leegan envió a esos hombres, por eso vinimos por ti, pero no sabemos nada de él, ¿Quién es?
-Yo soy William Albert Andrew, quien escondió todo este tiempo a Candy, su madre me la entrego junto a unos documentos donde se comprobaba quienes fueron los culpables de su desaparición, el desfalco de la fortuna Kennedy.
-No eres tu el que estaba obligando a mi hermana a casarse con Niel Leegan.
-No, eso jamás, los Leegan no alcanzaron a subir al barco. Pero saben que estuvo todo el tiempo escondida en Inglaterra y se acaban de dar cuenta, para que no la obligaran, apareció ante ellos como mi prometida.
- ¡Tu prometida! dijeron al unísono los tres. Candy notando la sorpresa dijo
-Fue mi idea, en el colegio donde estuve al estar comprometida me cuidaban más, así que dije estar comprometida todo el tiempo. Kent miraba fijo a Candy un poco molesto, Tom lo calmaba, Sean sonreía, como que le importaba saber que estaba bien, eso era suficiente para él.
Llegaban a la mansión Kennedy, pero entraban por la parte trasera de la casa, estaba un hombre supusieron que era su Tío Ben, un hombre serio, sin alguna expresión en general, Candy al verlo sintió ver a su Padre, no a su tío pero no dijo nada. Está bajo lo vio, lo abrazó muy fuerte sin hacer comentarios, este se le brotaron las lágrimas, sin poder contenerlas, la abrazo y beso su cabeza. Pasaban a un lugar escondido, Albert les comentaba detallado todo como recupero la fortuna, el hombre solo puso su mano en el hombro, le dijo
-Ellos mataron a tu padre, no creo que lo sepas, pero no tengo pruebas para darte como los Leegan para poder desfalcar a los Kennedy tenían que eliminar a William. Albert estaba sorprendido, George tenía esa misma sospecha, pero al igual no podían ponerla por falta de pruebas que alguien más lo dijera, era imposible.
- ¿Como lo sabe usted? el único que puede asegurar eso es el Padre de ellos.
-Soy el padre de ellos, William, murió mi hermano en mi lugar por una confusión, al ver que iban por mis hijos, los hice pasar por muertos, cuando regrese, ya no estaba mi esposa ni mi hija.
-Lo siento señor, no lo sabía, su esposa me la entrego tome las cosas de aquí, están en la mansión Andrew cerca de esta, están protegidas, pues Candy era la única dueña, de verdad lo siento mucho, no debí llevármela.
-Si no lo hubieras hecho, todos nos siguieran buscando a nosotros, con ella fuera y escondida, todos pasamos a segundo plano, ahora pensaban que era la única heredera de los Kennedy. Lo cierto es que es mi hija, no la pienso alejar de mí. Los Leegan la quieren, una vez salí al rescate de ellos, me arrepentí todos estos años haber dejado a mi esposa y a mi hija, eso ya no se volverá a repetir. Candy se acercó a él, lo que sintió al abrazarlo, si era su Padre, su brazo estaba en la espalda de Candy ella se recargó en el.
-Cuente conmigo, todos los documentos están en regla, le dije a Candy que si dividía la fortuna en cuatro, ya no llamaría la atención tanto, sus cuerpos no estaban, por tanto la fortuna la rescate a nombre de sus cuatro hijos.
-Tal vez tengas razón, pero Esteban Leegan tiene que pagar por lo que hizo, si piensa que estoy muerto, es mejor.
-Como usted desee, si me asegura que él estuvo tras la muerte de mi padre, seremos los Andrew quien cobraremos caro esto.
-No hay otra explicación, porque solo muerto podía haber cedido gran parte de su fortuna a los Leegan, por eso tienen bienes, investiga eso, verás las pruebas las conseguirás por tu parte, como tengo las mías. Sé que fue un gran riesgo robar a Candy, pero la verdad pensé que la encontraríamos como esposa del tal Niel, verte aquí, me sorprende, mi esposa todavía me sigue dando sorpresas, aun después de irse, mira una dama hermosa es mi hija, dándole una vuelta a Candy para girarla y ella sonreía abrazando efusivamente a Kent, su padre, sus hermanos sonreían. Entraba una mujer igual a Kent su hermano y saludo,
-Bienvenidos, Candy se sorprendió vio a sus hermanos para ver de quien era esposa, pero todos sonreían.
-Ella es mi sobrina Katherine Kennedy, la hija de mi hermano Ben, rubia de cabello liso ojos miel parecía una dama gemela del mayor de los Kennedy, este se acercó, la abrazó diciendo
-Ya está aquí Candy, Kent el hermano mayor agrego -Ves no estarás sola con nosotros, al final, ya te llegó una hermana a ti también. Albert dijo
-Para mi familia será extraño no ver a Candy conmigo, pero para los Leegan que vienen pronto, será una confirmación de que no la escondí, ellos piensan que la protegen los Grandchester. Sean sonrió, dijo
-No será que este anillo lo dice todo, quieres llevártela y asegurar que será tu esposa, ella no se va, se queda con su familia, creció sin nosotros a su lado, no es justo que se case ahora, con el peligro que corremos todos, a Katy la consideran mi hermana y ha estado oculta todo el tiempo, pero eso se acabo. Tom y Kent vieron acusadoramente a Albert. Candy dijo
-Por favor, si no es por el ahorita estuviéramos en las mismas, la fortuna perdida y desfalcada, el ha hecho mucho por los Kennedy, no me iré, pero consideren mis sentimientos hacia él, el padre la vio serio, tenía que asegurar que estuviera bien, pero eso sería hasta que los Leegan pagaran.
-Hija no me estoy oponiendo a ustedes, pero tenemos que aclarar que esto no está terminado, no somos enemigos, en todo caso somos aliados, su familia debe asegurarse como murió William, veras que estaremos del mismo lado. Candy dijo seria,
-Creen que solo mi prima ha estado oculta, creen que ha sido fácil, pues bien, puedo volver a esconderme y no volver jamás a ser una Kennedy, puedo seguir oculta todo el tiempo, acabar con los Leegan si lo desean, pero saben que, soy alguien, que sabe lo que es huir, esconder y sobre todo, que nadie te vea, pueden creer que me tienen, que puedo desaparecer otra vez de todos. Todos se quedaron en silencio con los ojos muy abiertos, no sé si lo tomaron como una amenaza, lo cierto es que estando oculta fui libre, y ahora sabían a que me estaban volviendo a ocultar. Su padre dijo
- ¿Te ocultarías de tu familia?
- ¿No se ocultaron ustedes de mí?
-No es lo mismo, nosotros estábamos… fue interrumpido por ella
- ¡Ocultándose! Lo sé, yo también y no por un tiempo, sino años, créanme perder una fortuna no es nada, perder una familia, una vida, libertad y vivir oculta, claro que lo sé, mi prima los tiene a ustedes, yo no tuve a nadie, estuve sola. Se dio la vuelta alejándose de todos, al final, no esperaba lastima, pero si un poco de consideración, me fui a la pequeña cocina, coloque un poco de té, después, busque un lugar para dormir, no me despedí de nadie, sabía que ellos son los hombres tomarían las decisiones, pero no tenía derecho a nada, recuperar a mi familia y volver a ocultarme, interesante.
Albert se fue acompañado de dos de los hermanos de Candy, volvieron más tarde, ella no salió de una pequeña salita, ahí durmió, cerro con llave, durmió por tanto que paso la noche de largo, sin cenar, sin merendar nada, por la mañana, se levantó, vio a su prima seria.
-Buenos días, dijo Candy con mayor tranquilidad.
-Si deseas ropa, tengo algo en mi habitación.
-No gracias, se retiro a la misma habitación llevando un té, un pedazo de pan, no sabía cómo vivían ahí, no sabía nada, pero no había muchas personas, los hombres ya no estaban, Katy toco la puerta,
-Adelante, dijo Candy
- ¿Estas molesta?
-No, solo que me imagino que debo quedarme aquí, a esperar a que se solucionen las cosas sin hacer nada, pero dime qué haces tú todo el tiempo.
-Leer, cocer y bordar, preparar alimentos, en fin cosas simples
-Lo siento, pero no sé qué decirte
-Que tu padre se fue con el hombre con el que llegaste, tus hermanos también, estamos solas.
- Hay algún hospital cerca
- A tres cuadras, ¿te sientes mal?
-No, pero puedo salir
-Si, ¿quieres que te acompañe?
-Si, salgamos un rato.
Llegaron al hospital, Candy se acercó, pregunto si había vacantes de enfermera, estos dijeron que si muchas, solicito una con el nombre de Candy Roses y que sus documentos no los traía, que si querían hacerle una prueba, estos de inmediato aceptaron, pasaron a la sala de emergencia, Katy se quedo sentada con un libro en las manos, mientras Candy atendía a varios pacientes a la vez el doctor la miraba, sonreía le dijo al director
-Esa enfermera vale por dos, es muy rápida y eficiente
-Si, solo que pide venir por las mañanas solo el primer turno, no los fines de semana,
-Es el más saturado, acéptela, corremos el riesgo de perder pacientes si siguen faltando enfermeras.
