Disclaimer: Lizzie McGuire no es de mi autoría, ni ninguno de los otros personajes o lugares incluidos en la serie de Disney.
Capítulo II: La cita en el Frijol Digital
Esa mañana de domingo, Lizzie se encontraba en su escritorio, jugueteando con su lápiz y mirando por la ventana. El teléfono sonó y Jo atendió a la llamada.
J: ¡Lizzie, teléfono!
L: Voy, mamá. ¿Quién es?
J: Es Gordo.
El corazón de Lizzie empezó a latir a mil por hora. Tomó el teléfono y contestó.
L: ¿Aló, Gordo?
G: ¿Lizzie?
L: Gordo, ¡qué gusto escucharte!
G: Igualmente. Lizzie, quisiera invitarte esta tarde al Frijol Digital. ¿Puedes ir? Necesito pedirte un consejo y no quisiera hablar de eso por teléfono – mintió-.
L: Espera un momento y le preguntaré a mamá si puedo ir.
Lizzie pidió permiso a su mamá.
"¿Mamá, puedo ir con Gordo al Frijol Digital por la tarde? Por favor…
"¿Con Gordo?" –preguntó ella, mirándola de soslayo.
Lizzie se sonrojó un poco.
"¿Sí? Por favor…"
Ella no le negó el permiso.
L: Sí, Gordo, sí puedo ir. ¿Está bien si es a las cuatro de la tarde?
G: Sí, perfecto. Entonces, no me falles.
L: ¿Cómo crees que te puedo fallar? Allí estaré. Además, yo también necesito hablar contigo sobre algo…
G: Excelente. Entonces nos veremos en el Frijol Digital a las cuatro de la tarde.
L: Seguro. Adiós, Gordo.
G: Adiós, Lizzie.
Lizzie pensó que no podía ser más afortunada. Ambos abrigaban la esperanza de poder al fin hablar de sus sentimientos, pero sobre todo de ser correspondidos.
Cuatro de la tarde.
Un esplendoroso sol brillaba en el cielo azul, sobre la magnífica tarde de Hillridge. Gordo se encontraba ya en una mesa del Frijol Digital. Trataba de controlar sus nervios. "Este día no terminará sin que ella sepa que la amo desde hace mucho tiempo.", pensaba.
La puerta metálica del Frijol Digital se abrió. Detrás de ella, radiante como nunca, apareció Lizzie. Vestía un conjunto rosado, zapatillas, y su cabello estaba suelto y alisado. Al ver a Gordo, una bella sonrisa se dibujó en su rostro, haciéndola ver aún más fantástica de lo que ya era.
"¡Dios, qué hermosa está!" pensó Gordo. Su cabello rubio, sus ojos color esmeralda y su piel nívea lo hacían soñar. Más aún su forma de ser, sencilla, amable, alegre. Era perfecta desde todo punto de vista.
L: ¡Hola Gordo!
G: Hola Lizzie, ¿cómo estás?
L: ¿Bien gracias, y tú?
G: Igual, gracias…
El nerviosismo de ambos flotaba en el aire. Tratando de dejar el tema principal de la conversación para un poco después, Gordo preguntó:
"¿Y… que tal te va con tu tarea?"
Ambos ya cursaban el segundo año de preparatoria.
L: Bien. Esta mañana la terminé. Eso de derivar en Cálculo se me hace un poco difícil, pero ya lo estoy entendiendo. ¿Y tú, qué tal?
G: Bien, ya la terminé ayer.
L: ¡Claro, si eres el más inteligente de la clase, debías haberla hecho rápido! –dijo ella, riendo-.
"Verla reír es lo más hermoso que podría ver en el universo entero", pensó Gordo.
G: Por favor, no digas eso, no me gusta, no soy nada especial…
"Para mí sí lo eres, lo más especial que podría existir", pensó Lizzie.
L: Vamos Gordo, no seas modesto…
G: ¿Y qué tal vas con tu familia?
L: Muy bien. Mamá y papá tan locos como siempre – dijo sonriendo -. Desde la muerte de Lanny, que en paz descanse, Matt ha cambiando muchísimo. Ahora es uno de mis mejores amigos. Ya no me molesta más, no hace travesuras y…
La conversación se extendió a varios temas. Matt, la escuela, los profesores, Miranda, las familias de ambos, los despistes de Ethan Craft… Empezaba a anochecer. Llevaban ya dos horas conversando y al fin Lizzie dijo:
"Y, bueno, Gordo. Me dijiste que querías pedirme un consejo… ¿De qué se trata? Cuéntame."
Gordo se sonrojó.
"Lizzie, se trata de algo muy delicado. En realidad no es consejo lo que te voy a pedir, más bien quisiera hablar de algo que…"
Inesperadamente, Kate Sanders apareció junto a ellos, escoltada por sus odiosas amigas, y con su acostumbrada maldad, se dirigió a ellos:
"Gordon, McGuire, ¿Qué están haciendo? McGuire, ¡Qué ropa tan cursi llevas! Viniste preparada… ¿…para qué? ¡Tu blusa parece un jardín de rosas… marchitas y aplastadas! Ja, ja, ja, ja…"
Gordo saltó de su silla.
G: ¿Qué es lo que te sucede, Kate? – preguntó. - ¡Deja de molestarla! ¡Ella no te ha hecho nada, y no voy a permitir que le faltes el respeto!
K: ¡Oh, vaya! ¡Y aquí está el defensor! ¿Qué son ustedes dos? ¿Novios? ¡No seas insolente, no me hables de esa forma!
G: ¡La única insolente aquí eres tú, Kate! Mira que…
L: Gordo, déjalo así, vámonos de aquí…
Kate atacó de nuevo.
K: "¿Oh, la niñita se va a llorar a su casa? Si yo fuera tú…"
"¡Ya basta!" – gritó Lizzie, mientras propinaba una magistral bofetada a Kate, quien no pudo hacer menos que quedar paralizada -. "¡Me voy!"
"¡Lizzie, espera!" -dijo Gordo, corriendo detrás de su amiga, quien salía del Frijol Digital.
Kate chilló de rabia y de vergüenza. Era la primera vez que alguien reaccionaba así ante sus ataques. Ethan llegó en ese momento, sorprendido al ver a Lizzie salir enfadada y Gordo detrás de ella, corriendo.
"¿Qué pasó?" - preguntó Ethan -.
"Esa estúpida McGuire, me las pagará…"
"¿Qué sucedió?" – insistió el muchacho -.
Ella le contó lo sucedido. Después de escucharla, Ethan sentenció:
"Me parece muy bien lo que Lizzie hizo. Te he dicho muchas veces que no trates así a los demás. Si continúas con esa actitud, te quedarás sola, sin un solo amigo."
Dicho esto, se retiró.
Kate pensó en las palabras de Ethan. Y alejándose de sus amigas, lo único que pudo hacer fue llorar en silencio.
Lizzie salió corriendo del Frijol Digital, mientras sus mejillas se empapaban con su llanto. Gordo la alcanzó y la sujetó suavemente del brazo.
"Lizzie, cálmate, por favor…"
Ella lo abrazó.
L: No puedo seguir soportando a Kate. Me fastidia todos los días y cada vez más cruelmente, y no entiendo el porqué. ¡Ya no la soporto!
G: Lizzie, por favor, no le hagas caso, sabes que no vale la pena…
L: Lo sé, pero esto ya es demasiado…
G: Tranquila… junto con Miranda veremos la forma de que esto se termine.
L: Gracias, Gordo…
Permanecieron abrazados por un largo rato. Sentir el calor del otro era la sensación más reconfortante que podían sentir. Luego empezaron a caminar, dirigiéndose a casa de Lizzie.
G: Lizzie, perdóname. Si no te hubiera pedido que vayas al Frijol Digital conmigo, no hubieras pasado ese mal rato.
L: No, Gordo, tú no tienes la culpa de nada.
G: ¿Sabes qué es lo único bueno de todo esto? Que pusiste en su lugar a Kate.
L: Creo que tienes razón… - dijo Lizzie, sonriendo ligeramente.
Al fin llegaron a casa de Lizzie. Ella dijo:
L: Gracias por estar conmigo, gracias…
G: No hay nada que agradecer. Siempre estaré allí cuando lo necesites.
Ella depositó un suave beso en la mejilla de Gordo y entró a su casa. Gordo se quedó un rato allí, pensativo. "Parece que hoy no era el día apropiado para declararme. ¡Maldición! ¿Por qué tuvo que suceder todo así? " Luego empezó a caminar hacia su casa.
Lizzie estaba recargada en la puerta, ya dentro de su casa.
"¿Por qué tuvo que pasar todo así, justo hoy, cuando iba a hacerle saber a Gordo de mis sentimientos?"
"¡Oh, no!" Un pensamiento cruzó por su cabeza. Recordó el motivo de la cita. "¡Gordo quería hablarme de algo!" Salió apresuradamente al patio de su casa. Pero ya no encontró a nadie. Gordo se había marchado ya.
