N. A.: ¡Hola, hola, hola a todos! Perdón por la tardanza en poner este capítulo, tuve algunos inconvenientes y el trabajo de la U es ¡uf! Para qué les cuento. Bueno, menos palabras y más acción, el Capítulo 5 está aquí:
Capítulo 5: Disfruta tu último día aquí, McGuire
En efecto, el dolor del corazón de Kate se tornó en rencor. El rechazo de Gordo produjo en ella un deseo de venganza en contra de Lizzie, pues creía que ella era la razón de ese rechazo. Prefería echarle la culpa a la existencia de Lizzie que a sus propios errores, errores que sabía que cometía, pero que no quería remediar. El primer paso de su plan para alejarla de Gordo sería lograr que fuera expulsada de la escuela. ¿Pero, cómo lo haría? La incriminaría en un acto de indisciplina, y tendría que tener las pruebas necesarias para que aparezca efectivamente culpable.
"¿Cómo lo haré?"
Su perversa mente maquinaba mil posibilidades. Su mente se detuvo en una de ellas.
"Una doble de Lizzie… ¡las cámaras de seguridad de la escuela podrían filmarla, y eso sería la prueba perfecta!"
¿Pero a quién usaría para hacerlo? Su mente volvió a buscar posibilidades. Finalmente, se detuvo al pensar en una persona. Decidió ir a hablar con ella ese mismo instante. Eran las siete de la noche, y la persona en cuestión vivía un poco lejos de allí, así que fue donde su madre para pedirle que la llevara.
"¿Mamá, puedes llevarme a la casa de una amiga? Necesito ayuda con un deber."
"Kate, ahora estoy muy ocupada, no puedo." respondió su madre, con la mirada fija en el televisor, viendo una telenovela.
"Mamá, por favor…"
"¡Ya te dije que no, deja de molestarme!"
Kate siguió insistiendo. Su madre, más por dejar de ser molestada que por complacer a su hija, accedió. Una vez que llegaron, su madre le dijo:
"No tengo tiempo para venir a recogerte, así que toma dinero para un taxi." dijo al tiempo que le entregaba unos billetes. "Adiós".
"Gracias mamá." respondió Kate. "Por NADA."pensó para ella misma.
Su madre arrancó el auto y se marchó de allí, haciendo rechinar las ruedas en el pavimento. Kate caminó decididamente hasta la puerta de la casa. Tocó el timbre y una chica salió a atender.
"Kate…" dijo la muchacha.
"Hola. Necesito tu ayuda."
-s-
Más tarde esa noche, Miranda llamó a Lizzie y a Gordo para tener una de sus acostumbradas pláticas por teléfono. Había acabado de recibir dos llamadas y tenía que hablar de ello con sus amigos.
"¡Chicos, buenas noticias! Parker McKenzie me llamó. ¡Dará una fiesta en su casa el viernes y estamos invitados! Me dijo que les avise, y que nos entregará nuestras invitaciones mañana en la escuela."
"¡Genial!" dijo Lizzie.
"¡Fantástico! Una fiesta. Ya me hacía falta, el trabajo de la escuela es muy estresante." añadió Gordo.
"Pero hay algo más… que no es precisamente bueno. También invitó a Tudgeman, y llamó, para pedirme que vaya con él a la fiesta. Me dijo algo que me dejó intrigada: que ya no sería el mismo Tudgeman que a mí no me gusta si acepto… No sé qué hacer…."
"Tudgeman…" dijo Gordo, sacudiendo su cabeza y riéndose ligeramente.
"Creo que deberías darle una oportunidad" añadió Lizzie. "Larry puede ser un chico raro, pero es fantástico en realidad, ¿Recuerdas cuando se disfrazó para ir a tu fiesta? Hasta te gustó y no creo que precisamente por su apariencia física…"
"Tengo que pensarlo…"
"Ese "tengo que pensarlo" me sueña a un "sí voy a ir con él…" ¿No es lindo? ¡Miranda ya tiene un novio!"
"¡Gordo, no seas molestoso!"
"Uh… lo siento."
"Miranda" dijo Lizzie "creo que deberías darle un oportunidad a Larry, además…"
Mientras Lizzie hablaba, Gordo se hundió en sus pensamientos. Esa fiesta…. ¡sería la oportunidad perfecta para hablar con Lizzie de sus sentimientos! Tendría que invitarla y hablar con ella allí. Sólo tenía que esperar…
"¡Gordo!" dijeron a dúo Lizzie y Miranda.
"¿Ah, qué?"
"¿Qué pasa, Gordo? Me estoy despidiendo y no me oyes… Nos vemos mañana, Adiós."
"Adiós." Dijeron Lizzie y Gordo.
"Tengo el presentimiento de que esa fiesta será fantástica…" empezó a hablar Lizzie.
"Yo también... Lizzie, yo…, eh…"
"¿Qué sucede, Gordo?"
"No, nada… Adiós."
"Gordo, espera..."
"-beeep-"
En el auricular se oyó el sonido que produce la línea cuando se finaliza la llamada.
"No importa, Gordo. Ya hablaremos mañana."
-s-
"¿Entonces, me ayudarás?" preguntó Kate, después de explicarle su plan a su amiga.
"Por supuesto. Lizzie me hizo sentir como una estúpida y eso nunca se lo voy a perdonar. Cuenta conmigo." respondió la chica.
"Bien. Empecemos."
Kate buscó en el guardarropa de su amiga prendas que hagan conjunto, buscando imitar la forma de vestir de Lizzie. Vanidosa como era, sabía la forma de maquillar para conseguir disimular o resaltar las facciones de una persona, e hizo eso para hacer parecer el rostro de la chica al de Lizzie. Por último, ensayaron peinados con una peluca rubia, los peinados de Lizzie. No le teñiría el cabello por que la doble no podía llegar a la escuela ya transformada. Cuando terminó, la chica se dio una vuelta completa, como mostrando el resultado del trabajo realizado.
"Vaya, vaya, vaya... Lizzie, ¿A qué hora llegaste? No te vi entrar…" dijo Kate.
Sonrisas malvadas se dibujaron en sus rostros.
Risas de brujas resonaron en la habitación.
-s-
Después de pensarlo mucho, Lizzie decidió tomar la iniciativa, tal y como Matt lo había sugerido. Ella sabía que Gordo estaba enamorado de ella cuando estaban en la secundaria, pero ella aún estaba loca por Ethan en ese entonces. Después de Roma, creyó que como Gordo nunca habló con ella del beso que le robó, él ya no la veía como más que una amiga. Pero los indicios que le habían dado Miranda y Matt le decían lo contrario, y perdió el miedo.
Gordo, por otra parte, decidió planear las cosas con más calma para el viernes, en la fiesta de Parker. Desde hace dos días él estaba decidido a confesar de una vez por todas, pero hubo cosas que le impidieron hacerlo. Ahora sería diferente. Tenía que ser diferente. Lo único que todavía se escapaba de su control eran sus nervios.
Al día siguiente, tenían clase de Laboratorio de Química. Iban pues, vestidos con sus mandiles blancos, en grupos, hacia el laboratorio. Larry Tudgeman estaba muy contento. La clase de Laboratorio de Física era una de sus favoritas, además de las de Matemáticas y Ciencias. Alcanzó al grupo de Lizzie, Gordo y Miranda y dijo.
"Hey chicos, ¿listos para el emocionante mundo de la Química?"
"Eh… Sí Larry, claro…" dijo Lizzie, confundida.
"Tudgeman…" dijo Gordo, de la forma en la que siempre lo solía hacer.
Miranda suspiró. "Dudo que si va este paso este chico vaya a cambiar… pero así y todo yo lo…"
"¡Entonces vamos, tripulación!" exclamó Tudgeman, adelantándose. De soslayo le guiñó el ojo a Miranda, sin que Gordo y Lizzie se dieran cuenta. Miranda se ruborizó notoriamente, tanto que Lizzie exclamó:
"Miranda, ¿qué te pasa?"
Miranda trató de esconder su vergüenza.
"Nada, sólo tengo un poco de calor…"
El maestro de Química formó grupos de dos para la realización de la práctica. Entre esos grupos se encontraban los siguientes: Lizzie y Gordo, Miranda e Ethan, Larry y Kate. Esta última, al ver quién le había tocado como pareja se quejó.
"No puede ser… ¡esto debe ser una broma! No me puede tocar con… ¡Larry Tudgeman…!" dijo Kate, refunfuñando y haciendo una mueca de asco.
"No creas que me place ser tu compañero, Kate…" – respondió Larry- "…A mí tampoco me agrada el hecho de que tenga que pasar mi clase favorita del día contigo. Como sea, tenemos que trabajar juntos, así que cambia de actitud por lo menos este período..."
"¡Ja! ¡Y ahora tú me dices qué es lo que debo hacer?"
El profesor escuchó la discusión, y se dirigió a Kate.
"¡Señorita Sanders, por favor, deje de hacer escándalo y pónganse a trabajar!"
"Está bien…" respondió ella, enfadada.
Por su parte, Lizzie y Gordo se hallaban concentrados en su trabajo, y haciendo bromas de vez en cuando. Estaban midiendo unas cantidades de agua, y Lizzie provocó que Gordo se derramara el líquido sobre el mandil.
"Huy, Gordo, lo siento…"
"No hay cuidado, tranquila…"
Ella tomó una franela y procedió a limpiar diligentemente el mandil de Gordo. Kate los veía y sentía incendiarse en celos. Tomó unas gafas protectoras y se las puso, mientras Larry fue a buscar unos instrumentos en la bodega del laboratorio. Ella se movió de su puesto de trabajo, dejando la mesa sola.
"Discúlpame Gordo, qué torpe soy…"
"No Lizzie, tranquila… los accidentes pasan…"
Silencio.
"Gordo, hay algo que quiero que sepas…"
Gordo se quedó frío.
"¿Qué… su..cede…?"
"Gordo…, tú… me…"
"¡TODOS SALGAN!" exclamó el profesor, al tiempo que una intensa humareda se extendía por todo el salón. "¡SALGAN!"
"¿Por qué? preguntó Ethan. "¿Por qué justo cuando empiezan los efectos especiales?"
"¡Ethan, por una vez en tu vida piensa, algún químico hizo una mala reacción, es por eso que hay todo este humo, vámonos de aquí!" dijo Larry quien había salido de la bodega al ver tanto humo venir del laboratorio.
"¡Maldición…! ¡Miranda, vamos!" urgió Ethan.
"¡Sí, vamos!"
Al mismo tiempo, Gordo y Lizzie se unían a ellos para abandonar el salón. En medio de la humareda, Miranda se tropezó y cayó al suelo.
"¡¡Lizzie, Larry, Gordo, ayúdenme!"
El griterío de los alumnos impidió que cualquiera oyera a Miranda. Ni siquiera el profesor la pudo oír.
Acababan de salir cuando Lizzie preguntó, tosiendo por el humo:
"¿Y Miranda?"
"Está aq…" –respondió Larry, pero en enseguida se dio cuenta de que no estaba, vio a su alrededor y no estaba allí.- ¿Miranda? ¡Miranda!"
"¡Dios mío, se quedó adentro!" gritó Lizzie, al tiempo que entraba de nuevo al laboratorio.
"¡Miranda!" exclamó Larry, siguiendo a Lizzie.
"¡Lizzie, espera!" gritó Gordo, corriendo detrás de ellos, pero se tropezó con una mochila y no pudo seguirlos.
Lizzie y Larry estaban adentro buscando a Miranda, y la encontraron junto a una mesa, casi asfixiándose. Entre los dos la sacaron de allí.
"Miranda, ¡Responde…!" lloraba Lizzie, mientras le golpeaba ligeramente la mejilla.
"Hay que llevarla a la enfermería, ¡Ethan, Gordo, ayúdenme!" instó Larry.
Los cuatro la llevaron, pero Gordo no podía caminar bien. Al tropezar con la mochila se había golpeado la rodilla. Al llegar a la enfermería, el doctor y la enfermera le dieron los primeros auxilios y Miranda volvió en sí.
"Miranda… ¡Estás bien! ¡Qué susto!" dijo Lizzie.
"Qué… ¿Qué…. pasó?"
"Casi te asfixias, Larry y yo te sacamos del laboratorio, ¿cómo te caíste, en qué momento?"
"No sé, no recuerdo… nada… pero, gracias Lizzie…, gracias Larry…"
Larry la miraba tiernamente, sintiéndose aliviado.
"Descansa, princesa, te sentirás mejor…"
"¿Qué fue lo que pasó ahí adentro?" se preguntaba Gordo, mientras la enfermera aplicaba ungüento a su rodilla.
-s-
¿Qué fue lo que sucedió?
Lizzie sonreía al escuchar las bromas de Gordo. Kate los veía. "Quiero esa atención de Gordo para MÍ" pensó, sintiendo que se quemaba en el infierno de los celos. Se acercó sin que se dieran cuenta para escuchar de qué hablaban. Lizzie derramó agua sobre el mandil de Gordo.
"Huy, Gordo, lo siento…"
"No hay cuidado, tranquila…"
"¡McGuire, siempre tan torpe!" pensó Kate, poniéndose una gafas protectoras.
"Discúlpame Gordo, qué torpe soy…"
"No Lizzie, tranquila… los accidentes pasan…"
Hubo un momento de silencio. Luego Lizzie empezó a hablar, tímidamente:
"Gordo, hay algo que quiero que sepas…"
Kate sintió como si todos sus sistemas hubieran entrado en alerta máxima. Sabía lo que Lizzie iba a hacer, o mejor dicho, lo que iba a decir. Tenía que actuar rápido. Se acomodó las gafas, tomó dos probetas y mezcló su contenido en una de ellas. Echó una pizca de otro compuesto y vertió el contenido en un recipiente que estaba en el suelo.
"¿Qué… su..cede…?"
"Gordo, tú me…"
"¡TODOS SALGAN!" exclamó el profesor, al tiempo que una intensa humareda se extendía por todo el salón. "¡SALGAN!"
Kate salió inmediatamente. Porque sabía en qué momento tenía que salir. Ella fue quien provocó el accidente.
-s-
Más tarde el maestro se dirigió a los alumnos.
"Al parecer, lo que pasó en el laboratorio fue que alguien provocó una mala reacción entre dos químicos. Ya he detectado al culpable al revisar los materiales faltantes, así que esa persona se ha hecho acreedora a una sanción por su descuido. No voy a decir quién fue delante de todos pues no estaría bien culpar esa persona aquí en frente de todos. Amonestaré a esa persona en privado. Por otra parte, quiero un aplauso para la señorita McGuire y el señor Tudgeman, ellos salvaron a la señorita Sánchez de asfixiarse en el laboratorio."
"¡Muy bien, Lizzie, muy bien, Larry" dijo Gordo, aplaudiendo. Lo propio hizo toda la clase.
"Gracias…" respondió ella.
"No fue nada…" dijo Tudgeman.
"Muy bien, heroína. Disfruta tus últimos días en esta escuela." pensaba Kate. "Por lo menos hoy evité que dijeras lo que ibas a decir…"
La campana sonó y todos salieron al fin de la jornada. Y como siempre, los tres inseparables caminaban por los pasillos en dirección a la salida. Miranda todavía se encontraba un poco mal.
"Lizzie, ven a mi casa, por favor, necesito hablar contigo…" suplicó Miranda.
"¿A-a-ahora?" preguntó ella.
"Sí, por favor…" pidió Miranda.
Lizzie iba a hablar con Gordo al salir de clases. Pero ante la insistencia de su amiga, accedió.
"Bueno Gordo, creo que nos vamos, Miranda está como loca…"
"¡Oye!" dijo Miranda.
"Es broma, es broma. Adiós Gordo."
"Adiós, chicas…"
Una vez que las muchachas se fueron, Gordo empezó a caminar y recordó que Lizzie había empezado a hablarle de algo en el laboratorio, antes del incidente. "¿Qué me quería decir Lizzie? Quizá quería decirme que… no… Mejor no adelanto conclusiones. Mejor me voy." Siguió caminando.
Kate caminaba por el pasillo, cuando el profesor de Química la interceptó para hablarle. Para informarle del castigo que tendría por su "descuido" en el laboratorio. Tendría que limpiar la cafetería por tres días, según disposición del director. Una vez que el profesor la dejó, ella salió de la escuela mascullando enfurecida:
"Muy bien McGuire. Espero que hayas disfrutado tu último día en esta escuela."
Al día siguiente ejecutaría el plan que había trazado, con la ayuda de esa chica...
