Hola a todos.
Las cosas han estado un poco muertas por aquí, ¿no? He tenido mucho trabajo de la Universidad, pero eso no será impedimento para seguir escribiendo, ya que me gusta escribir.
Hace algunas semanas, encontré un documento en Internet, muy interesante, dicho sea de paso: The Lizzie McGuire Timeline (La línea del tiempo de Lizzie McGuire). Creo que es fantástico por que puede ser una herramienta muy útil para quienes se animen a escribir fanfics de Lizzie, tiene (se podría decir) TODO lo que pasa en la serie, y otras cosas más, deducidas de eventos de la serie. Lo pueden encontrar en:
http/lizzie.dan.info
De acuerdo a esa línea del tiempo, este fanfic está sucediendo en el 2003. ¿Curioso, no?
Este capítulo se me ha hecho un poco difícil de escribir y por cierto, es el más largo de esta historia.
Ahora tengo una homepage, pueden visitarme allí, si van a mi página de profile encontrarán el link.
Bueno, menos palabras y más acción: Aquí está el Capítulo IV:
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Capítulo VI: Llamadas, encuentros, un plan llevado a cabo…
Las dos adolescentes caminaban por la soleada vereda, camino a casa de Miranda, al fin de la jornada. Miranda, a pesar de sentirse todavía mareada por el incidente del laboratorio, disfrutaba de la caminata, más aún en la compañía de su mejor amiga. Y, por supuesto, tenían que hablar de las cosas que habían sucedido ese día.
"Bien, Miranda." - dijo Lizzie, con una sonrisa de complicidad. Había visto la expresión de Larry cuando Miranda recobró el conocimiento en la enfermería, y la mirada que ella devolvió. - "¿De qué quieres hablarme?"
"De Larry." respondió Miranda. "Decidí que sí quiero ir con él al la fiesta de Parker."
"Era obvio." Lizzie respondió. "Desde estos últimos días me doy cuenta de cuánto se adoran ustedes dos. Hasta que al fin Larry decidió hacer algo al respecto, y no esperaba sino esa reacción de tu parte."
"Sí… Aunque Larry es raro, siento que desde que estábamos en 8º año, desde mi fiesta de cumpleaños… me siento atraída por él y no lo he querido admitir…"
"Ja, ja, ja… Miranda enamorada de la cabeza a los pies…" exclamó Lizzie, riendo un poco.
"¡Oye, no te burles!" Miranda respondió al tiempo que daba un codazo a su amiga.
"No me estoy burlando… Es…" - y se detuvo, mientras que su rostro se opacaba. – "…es sólo que me alegra ver que has encontrado alguien para ti…" - Lizzie terminó con un dejo de tristeza en su voz.
"¿De qué hablas? ¡Tú también tienes a alguien y ese alguien se llama David Zephyr Gordon!"
"Eso es lo que tú dices, es lo que Matt dice, pero no estoy segura. Hoy traté de decirle cómo me siento y en ese instante empezó el incidente del laboratorio. He decidido hablar con él pero me falta valor…"
Miranda rompió el Cono de Silencio que guardaba con Gordo.
"¿Sabes qué? A Gordo le sucede lo mismo."
"¿Qué dices?"
"¡Gordo te adora, y desde el domingo está tratando de hacerte saber de lo que siente, pero todo le sale mal! Despierta, Lizzie, tú sabes que él te adora desde hace mucho, inclusive Kate se ha dado cuenta y ella…"
Miranda se detuvo. Se dio cuenta que había hablado demasiado, como siempre. Pero felizmente dejó de hablar antes de revelar los sentimientos de Kate por Gordo… de todas formas, Lizzie no escuchó las últimas palabras pues sintió su cabeza dando giros, y su corazón latiendo tan fuerte al punto de que parecía que se iba a salir de su pecho.
"No puede ser…" dijo Lizzie.
Miranda pensó "Bueno, una vez que las palabras salen de tu boca… ¿no pueden regresar, no?". Y sentenció:
"Sí lo es… Y decídete de una vez a hablar con él. No pierdas más tiempo. Ya te lo he dicho."
Miranda se sintió realmente preocupada en esos momentos. Desde cuando Gordo le contó lo que Kate había hecho, Kate no había hablado con nadie en la escuela, ni siquiera con Claire. Tanta reserva, tanto silencio, eran preocupantes. Ni siquiera había molestado a Lizzie ese día, y es algo que Kate nunca hubiera dejado de hacer. De pronto tuvo el presentimiento que Kate tramaba algo. Y se sintió presionada a urgir a Lizzie a hablar con Gordo antes de que cualquier cosa suceda.
"Por favor Lizzie, habla con él…"
"Bien… lo haré…"
-s-
Gordo había llegado a su casa. Eran las cinco de la tarde, y recordó que tenía reunión con el Club Cinematográfico de la ciudad a las seis de la tarde, y que no podría faltar. Estaría ocupado por lo menos hasta las nueve de la noche, así que tomó rápidamente una ducha, comió algo y se marchó despidiéndose de su madre.
Mientras caminaba pensaba en Lizzie.
"Mjhh…"
Gordo suspiró. ¿Acaso podía pensar en algo más? ¿En alguien más? Quizá debía distraer su atención en el club… eso era lo único que podía sacarlo de sus crisis…
Iba tan distraído que al doblar una esquina no se fijó y chocó con alguien, e hizo que esa persona soltara la bolsa que cargaba, y que los contenidos de la misma se desparramen por el suelo.
"Perdón, lo siento." – dijo al tiempo que trataba de ayudar a esa persona a recoger las cosas que estaban en el suelo.
"¡Fíjate por dónde vas, idiota!"
Era Kate.
"Kate, lo siento." Gordo se disculpó.
Ella tartamudeó.
"Calla."
"Perdón…"
Kate recogió todas las cosas que habían caído de la bolsa. Eran cosas de mujer: lápices labiales, esmaltes de uñas, una peluca… ¿Peluca? ¿Para qué tenía Kate una peluca? En fin, si se lo preguntaba, era más que seguro que recibiría una bofetada o algo por el estilo, tan molesta como estaba, así que mejor se marchó.
"Adiós, Kate."
Ella no respondió. Sólo le dio una mirada de odio… en realidad, de odio, mezclado con dolor. Y se marchó.
"Ella está enfadada conmigo. Pero yo no tengo la culpa de nada." pensó Gordo, mientras llegaba al Club.
-s-
"Muy bien, aquí vamos…"
Lizzie marcó el número de Gordo y esperó contestación. Si bien no iba a hablar por teléfono de sus sentimientos, quería por lo menos escuchar su voz.
"¿Aló?" se dejó oír una voz al otro lado de la línea.
"Buenas noches, señora Roberta, soy Lizzie."
"Lizzie, mi niña, ¿cómo has estado?"
"Bien, gracias. Me preguntaba si Gordo está en casa."
"Ahora no está aquí, Lizzie. Está en el club cinematográfico. Él regresará más o menos a las nueve y media de la noche… ¿Deseas dejarle algún recado?"
Lizzie había olvidado por completo que los martes por la noche Gordo iba al Club Cinematográfico.
"Ah… no, gracias. Sólo dígale que lo llamé, y si puede, que me devuelva la llamada. Gracias señora Roberta, hasta luego."
"No hay problema, linda. Adiós."
Lizzie colgó el teléfono. Casi podría decir que se sentía desesperada. Pero decidió tranquilizarse. Así que bajó a la sala de su casa, y encontró a Matt en el sofá viendo un álbum de fotos.
"Hola Matt, ¿qué haces?"
"Nada. Sólo veo unas fotos."
Lizzie se sentó junto a él y miró el álbum. Había una foto en la que estaban Lanny, Oscar y Matt, con el uniforme del equipo de béisbol de la escuela, celebrando la victoria del equipo. Eso había pasado cuatro meses atrás.
"Extraño a Lanny."
"Lo sé. La vida a veces no es justa."
"Sí, y me pregunto cómo está él."
"No te preocupes por él. De seguro está bien, y vigilando cada uno de tus pasos."
"Gracias, Lizzie…"
"Ven acá."
Los dos hermanos se abrazaron. Matt sintió consuelo al abrazar a su hermana. Lizzie se sintió feliz de estar con su hermano, y olvidar por un momento su crisis. Cualquiera que los hubiera visto, nunca hubiera pensado cuántos conflictos habían tenido en el pasado.
-s-
Eran las nueve y cuarenta y nueve minutos de la noche. Gordo salía del club cinematográfico. La reunión se había extendido más de lo esperado. Uno de sus amigos había llevado una película realmente fantástica: El Señor de los Anillos: La comunidad del anillo. La vieron para prepararse para la nueva de la trilogía, El Retorno del Rey, y el debate por la película se había extendido un más de lo normal. Entre sodas, discusión y risa, el tiempo había pasado como un tren supersónico.
Tomó el autobús en dirección que lo llevaría a su casa. En el transporte, se encontró con alguien. Alguien que había conocido hace dos años y a quien no veía desde entonces.
"Hola." dijo Gordo.
"Hola." respondió secamente la chica.
"¿Cómo has estado? Hace tanto tiempo que no te he visto."
"Sí, es cierto, es bastante tiempo."
"Escuché que te mudaste. Ahora vas a la Preparatoria Cresthaven? Porque escuché que---"
"Adiós, Gordo, tengo que quedarme aquí." -interrumpió ella- "Un gusto haberte saludado."
"Eh… Adiós."
Gordo se quedó extrañado con la actitud de la chica. En fin… no importaba. Pero algo le llamó la atención… la bolsa que ella llevaba, era un poco parecida a la que Kate tenía cuando se encontró con ella por la tarde.
Cuando llegó a casa, sus padres lo esperaban.
"¿David, por qué llegas tan tarde?" reclamó ella, a mientras golpeaba su reloj de muñeca. Eran las diez y cuarenta de la noche.
"Lo siento, mamá…"
"Hijo" dijo Howard. "¿Por qué haces que nos preocupemos de esa forma?"
"Lo siento, papá. La reunión del Club duró más de lo usual y no me di cuenta de la hora."
"Bueno, ¿y por qué no llamaste de tu teléfono celular?"
"Se acabó la batería… Lo siento."
"¿Te sucede algo, hijo?" preguntó su madre. "Estos días has estado un poco apagado, callado, ahora nos das este susto y tú nunca haces eso, ¿qué es lo que te pasa?"
"Nada, mamá. Estoy bien. En serio. Ahora voy a hacer mis tareas."
"De acuerdo. Pero si necesitas algo sólo avísanos. Por cierto, Lizzie llamó."
"¿Lizzie? ¿A qué hora?" dijo, mietras su rostro se iluminaba repentinamente.
"A eso de las ocho. Dijo que le llames."·
"Gracias mamá. Hasta mañana."
"¿No vas a cenar?"
"No mamá. Gracias. No tengo hambre."
Dicho esto, subió por las escaleras.
"David me preocupa." dijo Roberta.
"Tranquila. Ya se le pasará. Es la edad. Pero en todo caso tenemos que cuidarlo. Y estar allí para él cuando nos necesite" respondió Howard. Sospechaba lo que pasaba en su vida sentimental.
Ya en su habitación, Gordo tomó el teléfono y marcó el número de Lizzie. Probablemente nadie contestaría. Ya eran las diez y cincuenta de la noche. Pero se equivocó. Sam atendió la llamada.
"¿Si?"
"Señor McGuire, buenas noches. Perdón por llamar a esta hora, pero, puedo hablar con Lizzie?"
"Gordo, ¿qué tal? Lizzie ya está durmiendo… pero, ¿quieres que la llame para que hables con ella? ¿Es urgente?"
"Uh, no, gracias. Sólo dígale que la llamé."
"Ok, David. ¿Nada más?"
"No. Gracias, señor McGuire. Hasta luego."
"Adiós Gordo."
-beep-
Gordo colgó. "Hablaré con ella mañana. Mañana la invitaré a la fiesta de Parker." Por hoy, tengo que hacer mi tarea.
Y se quedó en la habitación, batallando con sus libros hasta las dos de la mañana.
-s-
Al día siguiente, Kate llegó a la escuela, con una sonrisa en los labios. Pero no con una sonrisa de alegría. Era la sonrisa que tenía cuando sentía que iba lograr lo que quería. Iba acompañada de alguien, quien trataba de permanecer desapercibida. Ambas entraron al baño de mujeres. Luego de algunos minutos, solamente Kate salió. Caminó decididamente hasta donde estaba Lizzie, en el pasillo de los casilleros. Lizzie estaba tomando sus libros para la primera clase de la mañana. Uno de los libros cayó al suelo.
"¿McGuire, qué haces? ¿Empezando un nuevo día de torpezas?"
Lizzie la ignoró.
"¿No me oyes?"
Mientras esto pasaba llegó Miranda.
"Kate, ¡qué disgusto verte!" dijo con el tono más sarcástico que se pudo haber oído de ella.
"No te metas, pequeña estúpida. Que tengan un buen día." respondió Kate, con un dejo de hipocresía, falsedad y maldad, las tres cosas a la vez. Y se marchó.
"Esa Kate…." Lizzie masculló, entre dientes.
"Vamos, Lizzie, no le hagas caso." Miranda respondió.
Kate se dirigió de nuevo al baño de mujeres.
"¡Cuánta ventaja se puede sacar de la falta de sentido de moda de McGuire!"
"Me alegro de haber conservado estas ropas." respondió la chica.
"Sí. Vístete con esto."
"¿Tienes la llave del baño?"
"Aquí está."
Una vez que la chica se vistió, se puso la peluca rubia. Kate la peinó, maquilló, y salieron juntas del baño. Kate cerró la puerta y la aseguró, para que nadie pudiera entrar y descubrir las cosas que ambas habían llevado y dejado allí, y que recogerían más tarde.
"Bien. En estos momentos no debe haber nadie caminando por los pasillos. Estamos a la mitad de este período. Andie, ve a donde te dije. Te llamaré por el teléfono celular cuando sea el momento propicio."
"Ok."
Las dos se separaron y Andie se dirigió a donde Kate le indicó. Estaba un poco nerviosa y caminaba mirando hacia atrás, por lo que chocó con alguien que acababa de llegar ese momento y abría su casillero.
"¿Lizzie, por qué no estás en clase?" preguntó Larry Tudgeman, extrañado. Larry había faltado a la clase de esa hora, pues estaba preparando una sorpresa para Miranda. Larry Tudgeman, ¿faltando a una clase? Parecía que en verdad estaba enamorado.
Andie escondió su rostro en medio del cabello de la peluca, de tal forma que Larry no se dio cuenta de quien estaba en frente suyo no era Lizzie en verdad.
"No me siento bien."
"¿Estás resfriada? preguntó Tudge. Tu voz se oye un poco extraña, algo chistosa."
"No pasa nada. Adiós."
La chica se alejó.
"Qué extraño…" pensó Larry.
Mientras tanto, Lizzie se hallaba en el aula, atendiendo a clases. Pidió permiso a la maestra para salir por un momento. Tenía que tomar su medicina para su alergia. Hace una semana había estado con su familia en un restaurante, y el cocinero puso accidentalmente en su comida salsa de ostras, y eso le provocó una reacción alérgica. Así que tenía que tomar esa medicina todos los días a esa hora por dos semanas. Y Kate lo sabía. Una vez obtenido el permiso, abandonó el aula. Gordo, desde su asiento, veía a Lizzie, y no sabía la razón por la que se sentía tan perturbado. Miranda se sentía igual.
Lizzie salía por la puerta, mientras que Kate, desde una esquina, marcaba un número en su teléfono.
"¡Andie, ahora!" dijo ella.
Andie, mientras tanto, se puso en frente de la oficina del director, y engrasó el piso frente a la puerta, asegurándose de ser vista por la cámara de seguridad que vigilaba ese sector del pasillo. Luego se marchó de allí.
Lizzie caminaba por el pasillo, dirigiéndose al baño de niñas, y se encontró con Larry.
"Hola Larry… oye, ¿por qué no estás en clase?"
"Ah, hola Lizzie…. Pues yo… oye, tú espera, ¿qué haces aquí? Hace unos momentos te vi pasar por aquí y me dijiste que no te sentías bien…"
"¿Yo? Imposible… Acabo de salir del salón. Seguramente me confundiste con alguien más."
"No, claro que no. No estoy loco."
"Nadie ha dicho que lo estés. Y acabo de llegar aquí. Por cierto, ¿qué es eso que tienes allí?"
"Nada, nada…"
"¿Oh, nada?" preguntó Lizzie, con una mirada sospechosa.
"Nada, en verdad."
"Bueno… entonces te veré luego. Adiós."
"Adiós."
-s-
El nuevo director de la escuela, el señor Freeman, estaba en su despacho. La profesora Ungermayer había dejado el puesto hace una semana, así que se encontraba habituándose al nuevo ambiente de trabajo. Descubrió que necesitaba ciertos documentos que estaban en el Archivo, así que se dispuso a salir de la oficina para conseguirlos. El momento en que abrió la puerta y dio un paso, resbaló y cayó al piso.
"¡AYYYY!" gritó mientras se desplomaba.
El señor Dig, quien pasaba por el pasillo contiguo, escuchó el grito y acudió a ver qué sucedía.
"Señor Director, ¿qué…?"
"Señor Dig, ayúdeme"
El señor Dig intentó levantarlo, pero el director gimió de dolor.
"Mi brazo, creo que me lo rompí…"
"¿Cómo se cayó?"
"No lo sé, me resbalé…" se fijó en el piso y se dio cuenta de que estaba engrasado. – "Al parecer alguien quiso jugarme una broma. Y sabremos quién es. Llame a la enfermera por favor, y luego revisaremos la cinta de la cámara de seguridad que está en este pasillo. ¡Quien quiera que haya hecho esto será expulsado!"
El señor Dig se preguntaba quién podría haber hecho semejante cosa.
-s-
Lizzie encontró cerrado el baño de niñas. Larry la vio intentar abrir la puerta y al ver que estaba cerrada, regresó.
"Seguro que no pasa nada, Larry?" Lizzie preguntó de nuevo, con un tono de voz que dejaba ver que se daba cuenta de lo que Larry estaba haciendo.
"Seguro. Ve a clases, te estás perdiendo las explicaciones. Yo iré a la clase del segundo período."
"Bueno, si tú lo dices..." dijo Lizzie, y se dirigió al aula.
Larry cerró su casillero y escuchó un grito lejano en los pasillos. Volteó a ver en todas direcciones y vio a Lizzie entrando en ese instante en el aula. El grito venía de algún otro lado. No se preocupó mucho por eso, estaba más concentrado en hacer lo que tenía preparado para Miranda, así que salió al patio hasta el inicio del siguiente período.
Kate acudió al encuentro de Andie, esta vez, en el cuarto del conserje.
"¿Oíste el grito? Lizzie no estaba en el salón en ese momento. Creo que ya está en problemas… jejeje. Ahora quédate aquí, iré baño a recoger las cosas que dejamos allí... nadie te vio, ¿verdad?"
Andie titubeó.
"No, nadie me vio." Y sonrió pícaramente, tratando de hacer su mentira creíble.
"Bien. Ahora, Lizzie ya está fuera de esta escuela…"
Kate y Andie salieron de la escuela, con sonrisas perversas en sus rostros.
"Bien, McGuire. Fase I completada." Kate pensó. "Fase II a la orden esta misma tarde. Qué bueno que pueda leer tus movimientos. Eres tan predecible". Pero en esos momentos, una voz dentro de sí le decía que lo que había hecho estaba mal. Una voz como la de… Lizzie. Pero la ignoró.
Algunos minutos después, Lizzie atendía a la clase, mientras que el señor Dig, sintiéndose triste y confundido, se dirigía al aula a buscarla. A llevarla ante el Subdirector para discutir lo que habían visto en la cinta de la cámara de seguridad del pasillo de la Dirección.
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