Saludos a . .tz, Minefine7 y angelikitap4emmett que les ha gustado el tercer especial de San Valentín. Y bienvenidos a todos a este que como podréis observar ya desde el título, no tiene nada que ver con los anteriores.


Personajes histéricos piden vacaciones ya.

Ranma se despertó de un salto. No estaba seguro pero creía haber oído un grito. Todavía somnoliento se incorporó y apoyó la oreja sobre la puerta. Efectivamente se oían voces fuertes. No llegaban a gritos como él pensaba pero sí que era algo. Un quejido bastante profundo e insistente. Como todo joven enamorado no tardó en reconocer la voz de su prometida y sin pensárselo dos veces ingresó en su cuarto.

-¿Qué te pasa Akane? ¿Estás bien?

La jovencita se encontraba en el suelo, ojerosa y pálida. Temblaba algo aunque de mala gana y con poco arte. Entre los pliegues del camisón se adiviniba un mal disimulado platito de maquillaje.

-No me siento bien…ohhhh. Moribundeo.

-¿Moribundeas?

-Sí, moribundeo. ¿Algún problema?

-No, no. Moribundea tranquila. Te entiendo igual aunque te inventes palabras.

-Es por la fiebre, ¿vale? En fin, continuemos -se puso un poco más de maquillaje bajo los ojos-. Creo que no paso de esta noche…pero…muero feliz…en tus brazos…solo lamento no haberme confesado nunca…porque yo…yo te am…

-Ah, no, Akane. Eso sí que no. No puedes -interrumpió el muchacho de la coleta y los ojos "azul-no-se-qué", dándole sendas cachetadas a la "pelimorena-o-algo-así" en la cara-. Hoy me toca a mi estar al filo de la muerte. Mira el calendario.

Akane se levantó de un salto, dejando caer un arsenal de elementos extraños: cebolla, ungüentos y otros mejunjes, y cogió una libreta pequeña de su mesita de luz.

-No. Son las tres de la mañana. Técnicamente ya es viernes. Es mi turno.

La mano de Ranma chocó contra su propia frente de un golpe.

-Ups. Perdona. Se me ha ido la olla. Pero que sea rapidito, que por la mañana me tengo que ir tres o cuatro años a entrenar. Luego volveré y tú tendrás un hijo. Tranquila, me aseguraré de que sea nuestro. Así que espabila que antes de morirte tenemos que intimar y luego revives embarazada o yo que sé. Cada vez cuesta más contentar a todos.

-¿Otra vez te vas? ¿Este mes no le tocaba a Pe-chan…digo…a Ryoga?

-Calla, tonta. Que estamos en un fic nuevo. No se supone que sepas que Pe-chan es Ryoga…

-Uy, sí, perdón -se llevó ambas manos a los ojos y comenzó a gimotear otra vez-. Es que estoy confundida por el dolor. Estoy a punto de morir. Snifffff. ¡Qué vida más triste! ¡Tómame, Ranma! No quiero morir sin saber lo que se siente ser una mujer.

Ranma se echó a reir.

-Pero, ¿qué dices? Si con tanto lemon, casi follamos a diario.

-Y tú más que yo. Andan sueltos demasiados pro-Shampoo…en fin. Lo único que me consuela es que cada tanto te toca uno que te lía con el cerdito.

-Ufff, no me lo recuerdes. Por dos o tres roñosas viñetas de la mercenaria…y ya todo el mundo se cree con derecho de…

Akane le tapó la boca.

-No le llames así. Que es nuestra creadora y nos va a oir.

-¿Y? ¿Qué me va a hacer? ¿Matar? ¿Cancer? ¿Volver al pasado? Desde que nos abandonó y nos adoptaron estos, extraño su maldad. Casi prefiero convertirme en chica que pasar estos calvarios impredecibles siete u ocho veces al día. Y eso que solo hablo de los que escriben en español porque los alemanes…uy, mejor no acordarse: recortes en el Dojo, reciclar el agua con el que me mojan, etc.

Ambos muchachos respiraron hondo juntos y exhalaron a la vez.

-¿Sabes, Akane? Creo que necesito unas vacaciones.

-Imposible. Tenemos todos los huecos de trabajo ocupados por los próximos cinco meses. Y al ritmo que recibimos encargos para actuar…mucho me temo que no tendremos vacaciones hasta que se mueran nuestros fans…y eso si no se les ocurre inculcar a sus hijos su fanatismo.

-Vamos, Akane. ¿Quién puede ser tan cruel para hacerle eso a sus propios hijos? Estos tontuelos cayeron en la trampa porque no sabían cómo terminaría la cosa. Son nuestros contemporáneos. ¿Pero sus hijos…? Esos ya no caerán.

Akane levantó ambas manos al cielo.

-Dios te oiga, Ranma. Dios te oiga.

Cuando Ranma oyó a Akane utilizar aquella muletilla, comenzó a farfullar frenéticamente.

-¿Dios? ¿Dios? ¿Y quién es nuestro Dios si puede saberse? ¿El de los humanos? ¿O Rumiko?

Akane se cruzó de brazos.

-Ya estamos otra vez. Sesión de filosofía barata a las tres de la mañana.

-No, en serio, Akane. Piénsalo. Somos sus títeres como el lector lo es de su Dios de verdad y seguramente ese Dios tendrá a su vez otro, que le manipula el destino. ¿Y si a mi se me diera por escribir un cuento, no sería como un Dios para mis personajes, puesto que su destino está en mis manos? ¿No deberían vivir atemorizados de que no me despierte un día de mal humor y zaz, les mande una plaga o algo?

-Bueeeno, es tarde. Me voy a dormir. Cuéntaselo a Ukyo que anda aburrida. Cada vez aparece menos y menos en las invenciones de esa gentuza.

-Oye, no les digas así, pobrecitos. Que al fin y al cabo son los que nos dan de comer. Además, problema suyo. Eso le pasa a Ukyo por sosa. Aunque pensandolo bien, la envidio un montón. Una vez al mes o a veces menos folla con Ryoga, tiene una aventurilla casi siempre romántica y el resto del tiempo a descansar. Una vida normal y acorde con los tiempos que corren.

-Sí, ya. ¿Y? ¿Qué quieres hacer?

-Pues ya te lo dije. Quiero vacaciones.

Akane se puso detrás suyo y le comenzó a hacer masajes en la espalda.

-Tampoco es tan malo. ¿Cuánto tiempo llevamos haciendo esto?

-Toda una vida. Estoy harto. Un día de estos voy a aprovechar cuando uno de esos me mande lejos a entrenar, y no vuelvo. ¡No vuelvo!

-Vamos, tonto. Siempre dices lo mismo y al final siempre vuelves. Me amas. Y en el fondo te gusta el trabajo de actor.

-¡Lo odio!

Akane comenzó a frotarle la espalda con más fuerzas. Sus dedos resbalaban con ligereza y precisión. Llevaba demasiadas noches haciendo lo mismo. Años atrás, sus manos al principio tropezaban como los de una novata pero eso fue hace más de dos décadas. La Akane actual se desenvolvía con gracia, talento y perfección.

-¿Te apetece?

-Todavía no es hora. La próxima sesión nos toca a las siete de la mañana. Tengo que matar a un hombre lobo despistado que se suele perder en cualquier sitio y luego clavarte mis colmillos…

-No, tonto. Digo si te apetece, ahora. Aunque no sea por encargo. Ahora que nadie nos ve. En la intimidad.

Ranma sonrió. Se había acostumbrado tanto a vivir en aquel estado de Gran Hermano permanente que se había olvidado de que existía esa posibilidad.

-Claro. No sé de qué me quejo. Soy un privilegiado. Me pagan por amar a la mujer que amo. Es como trabajar de tester de juguetes siendo niño. O en una dulcería.

A continuación se fundieron en un largo y profundo beso que no pude ver porque se escondieron detrás del telón del escenario. Eso sí. Entre gemido y gemido pude escucharles muy bien dialogar.

-¿Y si nos vamos a Acapulco?

-Ohhh, sí, Ranma lo que tu digas, pero sigue así. ¡Qué bien! ¡Ohhh, qué bien!

-Y los dejamos a Nobita y Doraemon como en el 93. ¿Qué te parece?

-Sí, sí, mi amor. Lo que tu digas pero no pares. Da igual. Esos nunca se dan cuenta de nada…

Y así los dejé, en intimidad, pensando que si en un fic futuro me parece que Akane tiene la cabeza demasiado grande o con bigotes, antes de enfadarme, tendré que hacerme a la idea de que mis queridos tortolitos se lo están pasando bien en Acapulco o donde sea.

Fin


Espero no haber ofendido a nadie con alguna salida de tono. Y si lo hice, pido disculpas. Creo que de tanto fic romántico por San Valentín me he intoxicado un poco y necesitaba imperiosamente, un poco de humor.

Un saludo a todos,

Leandro-sensei