Segunda y penúltima parte de Ranma desbocado.

Estimada Minefine7. ¿Qué bicho le picó a Ranma? ¡Eso quisiera saber yo! Digo…lo sé perfectamente. De ninguna manera estoy improvisando sobre la marcha. Eso sería jugar con los sentimientos de los lectores…

Estimada Angelikitap4emmet. Efectivamente van los tiros por allí. Y no digo más. Sobre los zapatos, hoy me los he probado de nuevo y no me duelen los pies. Según minefine7 se amoldaron gracias a la viejita y debería agradecérselo. Desde mi punto de vista, he desarrollado una tolerancia tal al dolor infinito que ya ni lo siento.

Estimada RosemaryAlejandra. Perdonada aunque me gusta que me comentes porque si mal no recuerdo eres de las primeras que me dejó un review ya incluso en "Cocinera por amor".

Estimada Shiroki-san. No, desde luego. Igual considero que todos esos dolores femeninos como el dolor de parto o la "amiga mensual" son mitos de las mujeres… (Boing; me acaba de pegar un golpazo en la cabeza Minefine7). Cambiando de tema, la razón por la que sueno español pero no "españolete" es porque llevo muchos años viviendo en España pero…soy argentino. Eso sí, mis hijos sí que son españoles y suenan a "españolete" a cada instante.

Estimada Noemí. Sí, yo también me he asustado un poco. No es mi estilo este…pero qué se le va a hacer .Salió así.

Estimada elena 79. "Gilipollas" es una palabreja que se me pegó aquí en España. Significa "tonto", "boludo", etc. Pero en su connotación más suave.

Estimada Hiwatari. Mmmmm. Yo que tú no seguiría leyendo. En fin, sé que vas a leer igual así que te advierto. Se me ha hecho largo y tuve que partirlo otra vez. El desenlace en el próximo. Y para hoy, todo empeora si eso es posible.

Dear Kikko. Thanks for reading. When I find a review in English, I feel like I did something well in the fic. I´m not sure why I feel like that. It´s hard to explain. Anyway, I think my writting is easy to read, is it?


Ranma desbocado. Segunda parte.

Round 4

Aquello fue el fin. A Akane ya simplemente le daba igual ganar o perder. Si eso era lo que deseaba, si eso le iba a dejar más tranquilo, ella le daría el gusto. Ranma ya no existiría para Akane ni Akane para Ranma. Como si nunca se hubiesen cruzado una mirada, como si no fueran prometidos, amigos ni compañeros de aventuras. Dos perfectos extraños que compartían techo por circunstancias de la vida. Ni siquiera le guardaría rencor. El odio era para los enemigos o rivales. Ranma no podía llegar a eso en su status de desconocido. Ese era el plan. No muy bueno pero digno. Muy pronto sin embargo descubrió que no podía ejecutarlo de forma coherente. Ranma le ignoraba lo cual lo hacía más fácil pero también se paseaba por delante de ella como si nada. A veces se quitaba la camiseta después de entrenar y le dejaba espiar su recientemente adquirida musculatura con expresión vana y arrogante. En otras, le antagonizaba con las palabras o simplemente le convertía en blanco de sus travesuras. Le copiaba la tarea o le escondía los libros. Eso sí. Cierta parte de su amargura constante se había disipado por completo. Como si el simple hecho de ser él quien decidiera los cuándos y los cómos de su exposición a la akanidad le bastara para respirar más tranquilo. Claro que Akane no lo interpretaba en esa clave. Ni en ninguna otra. De hecho, no lo entendía en absoluto. ¿Qué le había hecho? ¿Cuándo? Porque hasta una ciega para la sutileza como Akane, comprendía que el muchacho le había dejado todo tipo de pistas. 1: que había faltado a la palabra "compromiso" de alguna manera en el pasado. 2: Que la falta era muy grave. 3: Que no se detendría hasta que esta fuera subsanada.

Fue, en suma, un round de estudio del rival y descanso. Un round a la defensiva para evitar el KO. Un round vacío, preludio de los puñetazos alegóricos que estaban por llegar.

Akane Tendo ½ Ranma y ½ …digo Ranma Saotome 3 y ½


Round 5

Y por fin cayó la tormenta pronosticada. Como es sabido la mayoría de los edificios japoneses se construyen teniendo en cuenta la eventualidad de que tarde o temprano caerá algún tipo de catástrofe, sea terremoto, sea tsunami, sea maremoto. Así, pues, tanto el Dojo como los edificios linderos y los de toda Nerima se balanceaban sobre si mismos sin caer ni resquebrajarse. La ingeniería utilizada en su arquitectura antisísmica absorbía todo tipo de vibraciones, incluidas la de los vientos. Estaban todos a salvo, obviamente, mientras no salieran a la calle.

Kasumi preparaba en la cocina té para todos, pues la temperatura había descendido drásticamente. Nabiki, por su parte se había encerrado en su habitación ya que los temporales solían provocarle un agudo dolor de cabeza. Genma y Soun le atendían como podían mientras más y más gemidos lastimeros salían de su cuarto.

En el comedor Ranma y Akane se habían quedado solos. En silencio. De mutuo acuerdo se ignoraban simulando distraerse en vanos quehaceres pero ¿cómo ignorar el silencio? Cada segundo, cada minuto sin decirse nada, se amontonaba dentro de sus mentes sobre el anterior hasta que ya no había espacio para nada más. La ausencia de palabras se llenaba de pronto de significado y ya dejaba de ser "nada" para convertirse en una repetitiva agresión encubierta. Una agresión que, como la tortura china de la gota de agua cayendo una a una, se multiplicaba sobre si misma, erosionando sus resistencias. Aún así, supieron mantenerse en delicado equilibro durante unos veinte minutos más. Hasta que no quedó nada más por hacer. El comedor de tanto acomodarlo había quedado perfecto; el librillo que hojeaba Ranma, ya no daba más de sí. Akane acomodó por última vez el mantel de la mesa e instintivamente desvió la vista hacia Ranma. En rigor no quería hacerlo, pero ya ni controlaba sus acciones de lo nerviosa que estaba.

Ranma dejó el tomito en el suelo y le devolvió la mirada. Desafiante. Un diente, cual colmillo, asomaba bajo el labio superior. La cabellera desordenada por delante y unos ojos punzantes como estalactitas a punto de caer. Akane sostuvo la cabeza en su pose natural aunque en su interior se moría de ganas de agacharla y clavar su vista en el suelo durante los siguientes tres años. Pero no podía hacer eso. Ella no había hecho nada malo. No tenía nada que ocultar ni de qué avergonzarse. Era Ranma el grosero y maleducado que le había herido. Le correspondía a él rehuirle la mirada a ella y no al revés.

-Me voy –dijo Ranma con tono seco y frío mientras se levantaba.

-¿Cómo que te vas? –tartamudeó Akane-. Hay una tormenta allí fuera. No puedes salir.

-Da igual. Prefiero eso a tener que aguantarte un segundo más.

-Si ese es el caso. No hace falta que te arriesgues. Soy yo la que se va.

-Bien –repuso Ranma, inexpresivo-. Mejor así.

Akane se dio vuelta temblando de miedo, o de frío; no, no era frío todavía. Tampoco miedo al temporal. Su temor, mucho más profundo y vergonzante, era que no le detuviera. El muchacho que le había jurado cuidarla y protegerla por siempre ahora la empujaba a un peligro. Si daba diez pasos más y este no le detenía…significaba que ya no le amaba.

Dio un paso. Silencio.

Akane Tendo ½ Ranma Saotome 4 y ½

Dio cinco interminables pasos más.

Akane Tendo ½ Ranma Saotome 9 y ½

Y por fin tres últimos pasos hasta coger el picaporte. Solo entonces Ranma pareció reaccionar.

Gracias a Dios –suspiro Akane para sus adentros mientras le oía acercarse a ella-. No ha dejado de amarme.

La aún prometida de Ranma soltó el picaporte y se volteó. El joven desbocado estaba junto a ella, todavía con mirada desafiante aunque el cuerpo ya parecía demostrar con las acciones un cambio de actitud. Los brazos porfiaban por elevarse hacia ella y por fin, luego de un ligero temblequeo, consiguieron depositarse ambos sobre cada hombro de Akane.

¡Por fin! ¡Por fin! ¡Por fin me va a besar! –cerró los ojos-. Ven, mi amor. Bésame y te perdonaré todo.

Era extraño; ¿por qué si estaban a punto de besarle sentía tanto frío en la espalda? ¿Por qué le había parecido oír que la puerta se abría tras de sí? ¿Por qué se sentía empujada por la descomunal fuerza de Ranma al exterior?

Akane abrió los ojos y se encontró empapada unos tres o cuatro metros por fuera de la casa.

-¡Y no vuelvas! –clamó un Ranma furioso mientras azotaba la puerta para cerrársela en sus narices.

¡Dios mío! ¡Me ha echado de mi propia casa!

Akane Tendo ½ Ranma Saotome 10 y ½


Round 6.

No sabría decir a ciencia cierta cuánto tiempo estuvo fuera la orgullosa de Akane ni durante cuánto tiempo creyó que alguien vendría a salvarle y/o pedirle disculpas. Lo que sí puedo asegurar es que por nada del mundo tocaría a la puerta, por muy suya que fuera la casa, para refugiarse de la tormenta. El aguacero no era terrible pero sí, constante y fresco, muy fresco. Tanto que ni la fuerte de Akane pudo soportarlo adecuadamente. Desde entonces todo fue a peor. Akane cayó enferma. Y Soun, con un enorme dolor en el corazón, no tuvo más remedio que hacer lo que haría cualquier padre responsable. Echar a las patadas a Ranma y Genma de su casa. Del compromiso nadie se acordó de hablar aunque se daba por sobrentendido que estaba roto.

Mientras todo esto ocurría y durante los días subsiguientes, Akane yacía en su cama literalmente destruida. Las toses y el agudo dolor en el pecho le daban igual. También la pulmonía. Era fuerte y se recuperaría. Pero lo de Ranma…perderle así…tanto físicamente pues no vivía más con ella, como inmanterialmente pues le odiaba hasta ese punto…no podía soportarlo. Desganada y triste, apenas si tenía fuerza para pelear contra la enfermedad. Y de Ranma ni noticia. Él le había provocado eso. Era cien por ciento culpable y aún así, aún a sabiendas de que ya habían pasado quince días y en lugar de recuperarse empeoraba, no osaba siquiera a pasar a verla. No pretendía que le pidiera perdón pero por lo menos que se preocupara por ella, que sintiera lástima o aunque sea remordimientos.

-Los hombres no saben lo que es eso –intentaba consolarle Nabiki- sentada junto a ella, en la cabecera de la cama.

-Me quiere muerta –sollozaba Akane-. Es evidente. ¿Qué le he hecho? ¿Qué le he hecho para que cambie tanto?

Akane Tendo ½ Ranma Saotome 11 y ½


Round 7.

Eventualmente Akane se recuperó. Bueno, físicamente por lo menos. Por dentro estaba más muerta que viva. Desengañada, triste y peor aún, enamorada. Sí, a pesar de todo, seguía enamorada y aquello le partía el alma. ¡Qué fácil que es tolerar la adversidad cunado viene de paradero desconocido o de un enemigo! ¡Y qué difícil cuando surge por el flanco menos resguardado, el más tierno y débil! Si hubiese muerto en las fosas de Jusenkyo…pues, no le hubiese gustado, desde luego…pero hubiese sido una muerte dulce y aceptable, dándolo todo por el amor de su vida. En cambio ahora, una simple enfermedad -provocada por este mismo amor- le llagaba el alma. Lo primero era mil veces preferible a lo segundo.

Durante la primera semana simuló que todo iba bien. Solo tuvo que responder por Ranma a dos o tres despistados, luego ya todo el instituto supo lo ocurrido y le dejaron vivir en paz. Ni siquiera Shampoo ni Ukyo, indignadas por su modo de comportarse, intentaron aprovechar la situación. Durante la segunda semana, sin embargo, se enteró de que Ranma seguía en paradero desconocido. Al mes, ya los rumores recorrían toda Nerima. Ranma se había esfumado pues ni Genma ni Nodoka sabían algo.

Al día siguiente Akane le comenzó a buscar. Kasumi fue la primera en negarse. Nabiki, en cambio, simuló ayudarle pero solo aprovechaba el tiempo transcurrido juntas para intentar disuadirle. ¿Qué pretendía encontrar? ¿Qué podía haber de bueno para ella en el nuevo mundo de Ranma fuera cual fuera? Soun y hasta Genma, le prohibieron sin éxito que continuara. Shampoo y Ukyo le dieron por perdido y al rato ya se estaba peleando por el amor de otro chico que les parecía más guapo.

Pasó al menos un mes más o dos. Y por fin, en una fábrica abandonada, Akane sintió que le temblaba el corazón dentro del pecho. Efectivamente, sobre la estructura metálica, en lo más alto de todo, se podía visualizar la sombra de un hombre con coleta.

Akane escaló la estructura, aprovechando cada ventana, cornisa y saliente como si fueran los escalones de una invisible escalera. Y por fin, le reconoció junto a ella en el tope de la construcción. Llevaba el rostro tapado por una máscara de carnaval pero indudablemente era él. Solo Ranma podía, en esa situación, presentar una pose tan altiva.

En cuanto le vio con esa ridícula máscara tapándole la cara, ya no pudo contener su furia y le propinó una descomunal patadas de las suyas. Quizá le tomó por sorpresa o quizá simplemente lo hizo muy bien. Pero la realidad es que dio de pleno en su pecho y le tiró al suelo.

Akane Tend Ranma Saotome 11 y ½

A aquello le siguió una catarata de puñetazos que le impidieron incorporarse o esquivarlos.

Akane Tend Ranma Saotome 11 y ½

A la postre, el muchacho de la coleta logró recuperar el equilibrio y tomar distancia. Luego atacó. Akane esquivo las dos primeras patadas y detuvo con sus brazos la tercera y la cuarta. Le conocía bien. Sabía que venía la quinta por el lugar menos pensado y que no le pararía así que optó por atacar también. Ambas piernas se entrelazaron en el aire generando un estruendo y luego cayeron los dos. Porfiaron un poco más pero a la postre, quizá en honor a los viejos tiempos, Akane cayó sobre Ranma.

Akane Tend Ranma Saotome 11 y ½

Luego la máscara cayó al suelo impulsada por el peso de Akane sobre el estómago de Ranma.

-¡Dios mío, Ranma! ¡Estás llorando como un niño!

Akane Tendo 11 y ½ Ranma Saotome 11 y ½

Akane fijó la vista sobre los ojos de su exprometido. Atravesó primero la coraza de odio y resentimiento, luego la de la pedantería, después la de la timidez y por fin llegó más allá, dentro de sus ojos. A la postre, lo comprendió todo.

-¡Oh, mi niño! –le abrazó muy fuerte- Ahora lo entiendo. ¿Es una chica, verdad? Te has enamorado de alguien…y yo te estorbaba. Por nuestro compromiso…claro. Lo entiendo. Hubiese preferido que me lo dijeras directamente pero lo entiendo.

Ranma seguía llorando a mares mientras cubría su cara contra el hombro de Akane. Ella le acariciaba como si de un Neko-ken se tratase. Sus lágrimas se fundieron en un solo charco salado.

Akane Tendo 0 Ranma Saotome 0


Lo siento pero se me ha hecho un poco largo. En el próximo capítulo el final feliz…sí, no os preocupéis, tengo pensando, por imposible que parezca, un final feliz.