Estimada elena 79. Los padres no son malos…solo manipuladores, ambiciosos, codiciosos, desconsiderados y demás lindezas pero ¿malos? Nooooo. Malos, no.

Estimada Angelikitap4emmett. No, Ranma no llorará para pedir perdón. Voy a disimular un poquito y esperarme dos o tres one-shots para hacerle llorar de vuelta.

Estimada minefine7. Este Ranma…siendo arruinando todo con su bocota. Por suerte no me parezco a él en nada…

Estimada Ran-chanx. Sí que es difícil de explicar el argumento para el que no conoce el tema. Y no solo la historia del manga es rara. El simple hecho de que seamos tantos los que seguimos disfrutando con estos personajes tantos años después de que finalizase, es por lo menos, sorprendente.

Estimada Hiwatari. Muy inteligente. Efectivamente la resolución de la escena amorosa me la dejé sin contar a propósito para que entrara en el desenlace de hoy.

Estimada Maxhika. Al final sí tiene una breve aparición Nodoka. No sé cómo me olvidé de ella en el anterior pero lo he subsanado ahora. Gracias por sugerirlo.

Estimada Massy13. Tienes razón. Por diversos imprevistos, me he retrasado un poco más de lo que acostumbro. Y si no fuera por tu llamado de atención de verdad que lo dejaba para la semana que viene.


Desprometidos. Final.

-¡Akane! –volvió a gritar-. ¡Akane!

Nada. Tan solo un simple gato negro que no dejaba de mirarle marcando el territorio y poco más que reseñar. Dos o tres cajas medio desechas, varias telarañas y una serie de montículos carnosos que se asomaban desde detrás de las cajas. Se trataba de más gatos. Estaba oscuro pero Ranma calculó que probablemente serían unos veinte cachorritos.

Maldita Nabiki –pensó-. Me ha tendido una trampa.

Como si aquel pensamiento se tratara de una invocación, la nueva rica de la familia Tendo apareció tras de él.

-¿Qué te ha parecido mi idea? Podrías utilizar el Neko-ken para encontrarla con tu sexto sentido gatuno…eso si la quieres lo suficiente como para entregarte a esos gatos.

-Sí, podría –farfulló Ranma-. Pero no sería digno. Debo pedir disculpas plenamente consciente…

Nabiki escrutó la expresión de Ranma buscando debilidad, duda o miedo. De fondo se oían los gritos de Nodoka que había recibido un "mensaje anónimo" acusando a ciertos progenitores de conspirar contra la hombría de su hijo por dinero. Ni los aullidos de dolor, ni los golpes de katana aserrándolo todo ni el ruido de las excavadoras llevándose por delante buena parte del dojo, distraían al joven artista marcial. Menos aún, el gatito que bailoteaba entre sus pies. O había superado su miedo a los felinos por amor o su concentración extrema le impedía enterarse siquiera de lo que tenía frente a él.

-De acuerdo –resopló Nabiki-. Pensaba castigarte con esto. Te lo mereces de sobra pero ya da igual. Akane se encuentra en la cocina. No sé bien por qué pero no está enojada contigo.


Ranma atravesó la escena dantesca en un suspiro. Ni tiempo tuvo de ayudar a su madre a apalear al panda conspirador; ni deseos de desasnarse sobre la frenética actividad desconstructiva en el sur del Dojo. Tan solo pensaba en Akane, sus lágrimas y la extraña sentencia de Nabiki. No estaba enojada con él. ¿Cómo podría ser eso? ¿A qué se debían entonces las lágrimas? ¿La había lastimado físicamente? ¿Tenía nostalgia de su virginidad perdida? ¿Le aquejaba algún otro problema?

En la cocina se la encontró ajena a todo el barullo del exterior. Preparaba la cena con unos cascos puestos. Oía música como si nada. El cuchillo caía impecablemente sobre una larga zanahoria que se iba acortando poco a poco. Los golpes suaves y perfectos marcaban cierta armonía en su alma. Efectivamente ni estaba nerviosa ni deprimida.

-¡Oh, Ranma! –exclamó la joven esposa-. ¡Has vuelto! Ya volví de comprar pero todavía no terminé de preparar la cena.

-Yo…lo siento. Lo de Ibuki…me ha cegado. Confío en ti pero no estoy acostumbrado a hacerlo en voz alta. Hace unos días…se suponía que me odiabas y ahora estamos casados...

Akane oyó toda la disculpa en silencio.

-¿O sea que has dicho lo de Ibuki por celos?

Ranma agitó la cabeza de arriba abajo como un niño que había cometido una travesura.

-Ah –continuó inexpresiva Akane-. Yo pensaba que era porque no recordabas nada de lo que ocurrió…que era tu forma borde de preguntar cómo fue todo luego de perder el conocimiento. De enterarte al menos si seguíamos siendo vírgenes o no.

Ranma se revolvió sobre sí mismo. Le había pillado. Y se lo decía sin retarle ni reprochárselo. ¿Desde cuando se había vuelto tan madura?

La gente normal cuando se sonroja suele mutar el color rosa de su piel a uno más oscuro, cercano al rojo o incluso al bermellón. ¿Pero…violáceo? Solo Ranma podía lograr una tonalidad así con tanta naturalidad. También le suele ocurrir a los tímidos expuestos a una escena vergonzante, que le tiemble una parte del cuerpo o que un tic nervioso entre en acción. Un guiño constante o un movimiento nervioso de alguna extremidad sería lo normal. En el caso de Ranma, decir que vibraba cada fibra de su ser, cada una porfiando por escapar de allí en una dirección diferente, sería poco. Lo correcto sería decir que, por culpa de eso, su aspecto parecía por momentos inflarse o contraerse según sus células escapaban en una u otra dirección.

Akane le tomó de la mano.

-¿Quieres que te lo cuente? ¿Nuestra primera vez? ¿Quieres saber por qué no estoy enfada contigo?

Akane se sentó en la cama con un pimiento entre las manos. Un tomate tan avergonzado y colorado que parecía una fresa a punto de ser mordida.

-Te apuraste, ¿te acuerdas? Al principio fue todo bien. Me mimabas con cariño pero luego…ya cuando comenzaste con eso…empezaste a temblar, sudar, se te extravió la mirada y perdiste el control.

Ranma le oía con los ojos extasiados de miedo y curiosidad. Perdió el control…¿eso significaba que la había embarrado? ¿Qué la había lastimado? ¿Qué ni siquiera había consumado el hecho amoroso? ¿Todo junto?

-Pudiste lastimarme, bruto…-le reprochó Akane con la cara enrojecida por la vergüenza pero sin llegar a los grados de Ranma-. Pero no lo hiciste. Soy fuerte. Y tengo un as en la manga que nadie tiene.

El pimiento que se había casado con Akane apartó la vista de su mujer. No quería oír más. Ya era bastante vergonzoso lo que le había ocurrido para que encima ella se lo narrara con calma. Mucho mejor sería recibir una buena paliza y no hablar del asunto nunca más. Mejor la abstinencia a sufrir semejante ignominia.

-No sabría bien cómo explicarlo. Quizá lo mejor sería bautizar al as en la manga como "neko-sex" o algo así. Fue verte tan nervioso, tan fuera de tu habitual yo, que intenté recuperarte con las mismas armas de seducción que utilizo siempre cuando te atacan los gatos. Unas caricias en los lugares adecuados, una acupuntura del corazón utilizando los dedos como agujas y poco a poco fuiste adormeciendo aquel estado salvaje hasta dejarme compartir contigo tu pasión.

Ranma observó nuevamente a su mujer.

-¿Entonces…lo hemos…hecho?

-Sí, hasta el final.

-Pareces…satisfecha…-balbuceó Ranma- no me malinterpretes…contenta contigo misma.

Akane le besó en los labios.

-Claro, amor mío. Yo también tenía inseguridades, ¿sabes? Pero ya no. Ahora estoy orgullosa de mi misma .Sé que soy la única que podría tener relaciones exitosas contigo. Shampoo, Ukyo o la que fuera, ninguna te quiere como yo. Ninguna es capaz de traerte de vuelta de tu mundo de timidez. Solo yo.

-¿Por qué llorabas entonces?

Por las mejillas de Akane volvieron a correr sendas lágrimas.

-Por mi padre. Nabiki me había advertido pero no le creí. Sin embargo, cuando tú mencionaste a Ibuki otra vez y aseguraste que papá te metió eso en la cabeza, comprendí que era verdad.


Tres meses después Ranma aprendió a dominar sus miedos. A los ocho meses, Soun ganó la lotería y donó todo a una entidad benéfica. Una semana después, Nabiki comprobó que la rehabilitación de su padre era sincera y le perdonó junto con Ranma y Akane. A los dos años Genma obtuvo un premio gordo apostando en un casino y nadie le volvió a ver. A los siete años y dos días, Ranma sorprendió a Akane con un tal Ibuki en la cama y quemó su casa con la pareja adúltera dentro. Luego se despertó de su pesadilla y descubrió a su bella mujer dormitando junto a él. Ese mismo día le regaló un gran ramo de rosas. Akane nunca supo que ese regalo se debía a la última gota de inseguridad de su esposo huyendo de su cuerpo. Desde entonces, la imagen de Ibuki se fue emborronando paulatinamente de su cabeza y pensamientos. Ochenta años después, unos más que envejecidos enamorados parloteaban sentados en dos mecedoras contiguas.

-Hoy vendrá Sayumi con su nuevo novio a visitarnos. Compórtate. No quiero que le espantes como a los tres anteriores.

-No lo haría si nuestra bisnieta tuviera mejor gusto para los novios. ¿Cómo se llama el nuevo?

-Ibuki.

-¿Ibuki? ¿Ibuki? ¿De qué me suena ese nombre?

-¡Por fin! –susurró Akane mientras Ranma le abrazaba.

-¿Has dicho algo, amor?

-No, nada.

Fin


Historia bonus

Investigando me he enterado que por la cordillera Bayan Har, el sitio en donde se encuentran las fosas de Jusenkyo, pasa el gran Río Amarillo de China.

En tiempos antiguos se creía que el río Amarillo fluía desde el cielo como una continuación de la Vía Láctea. En una leyenda china, se cuenta que Zhang Quian fue el encargado de encontrar la fuente del río Amarillo. Después de navegar río arriba durante muchos días, vio un rebaño de vacas y a una niña hilando. Al preguntarle a la niña dónde estaba, ella le entregó unas indicaciones para que se las mostrara al astrólogo Yen Chun-p'ing. Cuando regresó, el astrólogo lo reconoció como el servicio de transporte de la estrella Vega, y, por otra parte, dijo que en el momento en que Zhang recibió las indicaciones, había visto una estrella errante interponerse entre la niña y el rebaño. Así pues, según la leyenda, el río Amarillo nace de la estrella Vega que se nos aparece en la figura de una niña.

En la mitología China, existe la historia de amor de Qi Xi (七夕) en la cual Niu Lang (牛郎, Altair) y sus dos hijos (β Aquilae y γ Aquilae) son separados de su madre Zhi Nü (織女, Vega) quien se encuentra en el lado más alejado del río, la Vía Láctea. Sin embargo, una vez por año en el decimoséptimo día del decimoséptimo mes del calendario lunisolar chino, se hace un puente y así Niu Lang y Zhi Nü pueden estar juntos de nuevo durante un breve tiempo.

¿Hasta que punto conocía Rumiko estas leyendas y las ficcionaliza? No sabría decirlo pero bien podría ser Ranko una forma ficcional de la estrella Vega y bien podría ser la separación de Genma y Ranma de Nodoka una parodía de la historia de amor de Qi Xi y Niu Lang. Si seguimos esta interpretación, Genma y Nodoka están destinados a reencontrarse definitivamente decisiete años después de su marcha para entrenar. De lo cual puede deducirse que todavía les falta unos añitos a Ranma y Akane para casarse y romper la maldición.

Fin de la Historia Bonus.