Disclaimer: Si algún día Rumiko se sintiese agraviada por mi tendencia a pedirle prestados dos de sus personajes, solo necesitaría mostrarle al juez el final de su magnífica obra y de cualquiera de mis fics para que me dejara libre sin cargo.
Disclaimer 2: ¿De verdad? ¿En serio? ¿En el tremendamente imposible caso de que Rumiko me demande, realmente prefiero que no lo haga? Repasemos la secuencia lógica: tendría que devolver el dinero ganado con el plagio: cero euros. Y pedir perdón públicamente. Luego sería tan famoso, que mis nuevas historias como "Akuni al desnudo" o "Un Ronma normal" se venderían como rosquillas.
Intuición masculina
Al principio iba todo normal. Como siempre. Un simple intercambio de caricias orales, disfrazadas de pseudo-agresiones y ya.
-Tonta.
-Fenómeno.
-Pecho plano.
Luego se puso un poco rara la cosa. Le tocaba a ella. Darme un golpe como excusa para generar un contacto físico o devolverme el insulto con los ojos cargados de amor. Pero no hizo ni lo uno ni lo otro.
-Tienes más peligro en la cocina que un cirujano con hipo…-continué yo sin que ella atinara responder-…que mono con navaja –insistí aunque siguiera callada-…que un Gremlin "singing in the rain".
Parecía molesta. No estaba seguro, pero sus ojos siempre tan intensos, tenían una tonalidad vidriosa como los que pone Kasumi cuando pica cebolla. Mi intuición masculina se activó de golpe. ¡Claro! De seguro le dolía algo. Una muela; estaba claro. Si no paraba de morderse los labios por dentro. Se trataba de eso o de que estaba tragándose un reproche gordo. Obviamente se trataba de la primera opción. Yo no le había hecho nada malo.
-¿Sabes que día es hoy? –me preguntó de pronto.
-Claro. Diez de julio.
-Hoy se cumple un año desde la boda fallida.
¡Genial! ¡Había acertado! Mi intuición nunca me fallaba. Al día siguiente de que Happosai se zampara mi cura, Akane tuvo cita con el dentista. Y lo dejó muy clarito la secretaria: "toca revisión dentro de un año".
-Tienes que ser valiente. A veces duele un poco. Especialmente cuando las cosas no salen como uno quiere. La mejor cura es desprenderse de aquello que te hace sufrir. Como hice yo hace unos meses.
-Entiendo…n-no sabía…que estaban así las cosas.
-Claro que sí –le palmeé el hombro-. Después de todo vivimos juntos. Somos casi como hermanos. Es normal que "estén así las cosas ahora" –repetí sin entender muy bien su extraña elección de palabras.
-Claro…claro. Siento haberte molestado.
Y se fue a su habitación. Un poco más deprisa de lo que acostumbraba. A lo mejor le dolía tanto la muela que prefería sufrir en privado. Así que decidí dejarle un poco de privacidad porque, gracias a Dios, disponía de una aguda intuición masculina. Por poco y metía la pata. Pero no, gracias a ella, estaba todo en orden. Mañana la acompañaría al dentista. Verdad que se había quedado un poco tristona y desubicada. Normal, probablemente no se esperaba semejante grado de percepción de mi parte.
Cuando volvía a mi habitación, noté cerca de la suya un diminuto rastro de gotas de agua por el suelo. Iba a avisarle a Kasumi que no había fregado bien pero mi intuición masculina me recomendó dejarlo para más tarde. Algo más importante estaba ocurriendo entonces. Efectivamente, se oía a Akane llorar dentro de su cuarto. Odiaba estar en lo cierto con estas cosas. Le dolía demasiado. Casi casi como si le hubiesen partido el corazón.
-Akane… ¡Akane! –golpeé a la puerta.
-¡AHORA NO, IDIOTA!
Me volvía a insultar. Buena señal. De seguro se sentía mejor.
-Por favor, déjame entrar.
Al final, empujé la puerte e ingresé en su habitación. Era un poco rudo dado su silencio pero mi intuición me mandaba a hacerlo. Si ella lloraba, no había razón en el mundo, ni siquiera el respeto a su intimidad, que me impidiera estar con ella. Tuve que apretar los dientes y ahogar un grito de dolor cuando le vi así. Tenía los ojos rojos, la almohada húmeda de tanto restregar las lágrimas contra ella y una pose de derrota que nunca antes le había visto. Se le notaba tan débil y vulnerable que daba miedo. Jamás se había puesto así. Hacía falta por tanto, actuar con tacto. Dejarle ver que podía compartir conmigo su dolor.
-Perdona, Akane. Creo que no fui suficientemente claro recién. Di muchas cosas por sentado. ¿Qué te parece si vamos…?
-…NO ME HABLES –me interrumpió gritando-. NO QUIERO VOLVER A VERTE.
-Vamos, Akane -le acaricié el pelo por primera vez en mi vida, en un desesperado intento por calmarla-. Cuanto antes dejes atrás el dolor que tienes ahora mejor. Y no se me ocurre manera más rápida de archivar este caso que yendo al centro de oficinas de la Calle Sato.
-¿D-don…de…se encuentra esa agencia de abogados? ¿La que se especializa en divorcios y separación de bienes?
¡Esa misma! En el piso de arriba se encontraba la consulta del dentista. Se ve que hasta el último momento pensaba negar el tema.
-Sí, podríamos ir juntos mañana. Hacemos lo que hay que hacer, aunque nos dé miedo y luego ya no te molesto nunca más. Quedará todo solucionado.
-¿Tan..ta prisa tienes?
Aquella pregunta me tomó por sorpresa. Lo discutí durante unos instantes con mi intuición y acordamos en guardar silencio. Respondiéramos lo que respondiéramos, fallaríamos.
-¿Qué pasa? –insistió- ¿Tienes una cita con Shampoo después?
No pensaba caer en su trampa.
-Shampoo y tu dolor no tienen nada que ver. Esta decisión es absolutamente mía. Recién he llegado a lo conclusión de que es lo mejor para ti y para mí también –odiaba verla llorar-.
-Por lo menos eres sincero. Si eso es lo que realmente deseas, ya no lloraré más. Me sobrepondré.
-¡Ese es el espíritu, Akane! Tienes que ser fuerte.
Pero no lo era. Se pasó toda la noche llorando amargamente. Con tanta fuerza que todos en el Dojo no pudimos pegar un ojo. ¿Quién hubiese dicho que una mujer tan enérgética se dejaría desmoronar así por un simple dolor físico? Yo también lloré de esa manera una vez. Pero se trataba de otra cosa totalmente diferente. Fue la primera vez que me dijo "fenómeno". Tuve que marcharme de allí lo más rápido que pude y morderme los labios para no evacuar aquel sentimiento en público. Luego, cuando estuve solo, di rienda suelta a mi frutración por horas. Como ella.
Al día siguiente partimos juntos y a pie del Dojo. Akane caminaba muy lento, intentado estirar el tema todo lo posible. Yo daba grandes zancadas para darle a entender que atenderse la boca era inevitable. Al final, opté por un plan atrevido. Salté junto a ella, le tomé de la mano y me la llevé a rastras. Al principio se resistió un poco pero al final se dio por vencida. Tenía una expresión extraña. Entre la turbada timidez y la más fuerte desesperación.
-Terminemos con esto –le dije cuando arribamos a la planta baja del edificio de oficinas. Akane me respondió con un hilo de voz.
-De acuerdo.
Escalamos la primera planta por la escalera: Ingenieros rurales. La segunda, diseñadores de interiores. La tercera, abogados y me dispuse a subir uno más, dentistas. Akane se paró en seco.
-¿A dónde vas? Es aquí.
-Me parece una metáfora muy bonita…la de las encías enamoradas de la muela y el abogado que las divorcia cual dentista pero no tenemos tiempo para poesías. Ahora mismo te llevaré a que te extraigan la muela.
-¿Qué dices? Si a mi no me duele nada. Yo creía que querías anular…ya sabes…todo lo que dijiste…nuestro compromiso.
Procesadas bien aquellas palabras, no me costó demasiado unir cabos sueltos y gritar en mi interior: "¡Intuición masculina, estás despedida!". "¿P-pero…yo…cómo demonios iba a saber que…?" -intentó protestar sin éxito mi desconcertada intuición. Así que volví a repetirlo con bastante claridad: "DES-PE-DI-DA".
Luego invité a Akane a sentar junto a mi en uno de los asientos de espera y platicamos sobre nuestros verdaderos sentimientos con el corazón en la mano y en detalle. Y al final, desprovistos de nuestras absurdas consejeras nos besamos.
-Perdona –le dije-, he sido un tonto.
-Tranquilo, mi amor. Yo también he sido tonta…vámonos de aquí.
-Sí, claro…pero antes, por recomendación expresa de una pesada que ni aún desprovista de empleo deja de chillar, déjame que haga esto –le cogí por sorpresa la cara y apreté la mandíbula hasta conseguir que abriera la boca de par en par-. ¡Ajá! Tienes dos caries.
-N-no…no duele…déjame –explicó Akane.
Le tomé otra vez de la mano.
-Tú te vienes conmigo.
-¡NO! Ranma, por favor…-se arrodilló patéticamente- tengo miedo….¿Qué digo miedo? ¡Pavor! Haré todo lo que me pidas. Me casaré contigo ya mismo….sí, sí, eso…y no cocinare nunca…nunca, nunca, nunca…te compraré comida hecha todos los días…por la mañana, la tarde y la noche…por favor…no me lleves allí…mejor aún: tiraré el mazo a la basura…y haré que Nabiki te devuelva todo el dinero que te quitó en estos años y pagaré tus deudas…si me amas…no me lleves al dentista.
Por un momento pensé seriamente en aceptar su propuesta y exigirle que se deshiciera de Pe-chan también. Tenía todas las de ganar. Pero tuve que desecharla por culpa de mi intuición masculina. Al fin y al cabo, la amaba y mi intuición no nacía de otro sitio más que de ese amor. Así pues, la alcé en brazos y le dije:
-No te soltaré la mano durante todo la consulta, ni después mientras dure el efecto de la anestesia, ni hasta que se vaya el dolor ni hasta el día de mi muerte. Siempre estaré contigo. En las buenas y las malas.
-¿Y te casarás conmigo?
-Sí, sí. Me casaré contigo.
-¿Y les dirás claramente y delante de mí a Shampoo, Kodachi y Ukyo que no las quieres?
-También.
-¿Y dejarás de atosigar al pobrecito de Pe-chan?
-Es mucho pedir, pero vale.
Mientras iba asintiendo una a una a todas y cada una de sus demandas, mi intuición masculina me reprochaba a gritos: ¡Pero si hace dos segundos estábamos al revés! ¡Te iba a comprar comida hecha de por vida!
-Y cocinarás tú al menos tres veces por semana.
-De acuerdo. Lo que tú digas.
"Esto es increíble" –volvió a protestar mi intuición. A lo que le respondí: "Si eres tan intuitiva como te crees, deberías haber sospechado desde el primer momento en que nos pusimos a negociar que tú y yo saldríamos perdiendo. Olvídate de los detalles y conténtate con ser readmitida en tu empleo y casarte con el amor de tu vida".
Fin
Historia bonus
El fic más fiel al original del mundo.
Puesto que en estos días no ha pasado nada particular en las vidas de mi familia y que luego de escribir un fic trágico me queda como un mal sabor de boca, he decidido reemplazar la historia bonus con otro fic de tono humorístico. Espero que lo disfrutéis. No todos los días se tiene la chance de leer una historia tan sobria y tan acotada al universo exacto del autor original, la gran Rumiko Takahashi
Disclaimer: La obra Ranma ½ y todos sus personajes pertenecen a Rumiko Takahashi. Hago esto sin ánimos de lucro. Y me interesa especialmente que quede bien claro porque en este caso particular he logrado emular la esencia de los personajes hasta tal punto de refinamiento y perfección que difícilmente se podría distinguir estos de los originales. Para conseguirlo he realizado diarios viajes de investigación por las mañanas y profusas labores de perfeccionamiento de mis notas por las tardes en la Biblioteca Nacional. Y por supuesto, he releido Ranma ½ cinco veces con paciencia y ánimo crítico. Debo reconocer que aún Akane, personaje complejo y temperamental, ha escapado levemente a mi reproducción cuasi-fotográfica. En el caso de Ranma, poco hay que decir. Basta con leer el primer párrafo para ponerse de pie y aplaudirme en voz alta: "Leandro-Sensei, esta vez sí que lo has conseguido".
Luna llena en Nerima. Los acostumbrados aullidos de los últimos meses impedía conciliar el sueño a la cazadora de vampiros, Buffy Tendo, hermana mayor de Akane, personaje al que nunca habíamos visto antes porque Rumiko se olvidó de mencionarla en los breves treinta y ocho tomitos de su obra. Akane, por su parte, tampoco podía dormir. Le remordía la consciencia sus últimas relaciones yuri con Kodachi pero no había tenido elección. Protegería a Ranma, el hombre lobo del que se había enamorado, a toda costa. Incluso sacrificando su cuerpo ante la principal forjadora de balas de plata de la ciudad.
En el exterior y a pesar del horario nocturno se seguía celebrando el Festival del agua fría y caliente. Potentes chorros a presión de agua de los dos tipos, cubrían aleatoriamente toda Nerima.
A lo lejos y cada vez más cerca, se oía gritos de pánico.
-Es un hombre lobo.
-Ahora una mujer lobo.
-Ahora un hombre lobo.
-Mujer…
Finalmente, ya casi llegando al Dojo, se oyó el incofundible sonido de una veintena de gatos maullando junto a un hombre lobo aterrorizado. Luego el azote de unas ventanas y la calma. Buffy Tendo se caracterizaba por su gran instinto y devoción a su tarea. Si algo extraño había entrado en su casa y amenazaba su frágil hermana, ella actuaría.
-¿Qué es eso? –exclamó sorprendida luego de tirar abajo la puerta de la habitación de Akane- ¿No será un vampiro, no? –le apuntó con su ballesta.
-No, no hermana –le repuso Akane con ternura mientras le acariciaba el hocico-. Es un hombre-mujer-lobo en estado de neko-ken…y le amo.
Efectivamente una empapada Ranma-chan descansaba en el regazo de su Akane. Su inconfundible pelo rojo cubría todo el cuerpo sin lograr ocultar unos prominentes colmillos por los que salían unas pequeñas ventiscas de aire que se convertían en silbidos agudos. Dormía.
Buffy Tendo examinó el cuerpo de la chica lobo gato, en especial sus colmillos hasta asegurarse de que no se trataba de un vampiro.
-Vale, aprobado. Pensaba que se trataba de algo más complicado.
Fin de la primera parte.
En la segunda (que nunca escribiré) se cuenta cómo Ranma se traga accidentalmente la pócima de Doctor Tofu y Mr Hyde.
Aparecerán los siguientes personajes:
Ranma hombre humano normal
Ranma hombre humano Hyde
Ranma hombre lobo normal
Ranma hombre lobo Hyde
Ranma mujer lobo normal: Luna llena, mojado con agua fria, sin gatos ni pócima actuando.
Ranma mujer lobo Hyde
Ranma mujer humana normal
Ranma mujer humana Hyde
Neko hombre humano normal
Neko hombre humano Hyde
Neko hombre lobo normal
Neko hombre lobo Hyde
Neko mujer lobo normal
Neko mujer lobo Hyde
Neko mujer humana normal
Neko mujer humana Hyde: Mojado con agua fria, de día, frente a gatos y con la pócima actuando.
Espero que los herederos de Stevenson no me demanden tampoco. Supongo que sabrán entender que no es mi culpa tener este don de trasladar tan perfectamente la esencia de los personajes a la pantalla y al papel.
Comentarios
Estimada Miztu-chan. El club de las Akanes que no nacieron para nadar tiene muchos integrantes. Y todos tenemos nuestro punto débil. Yo, por ejemplo, pertenezco al club de los que no nacieron para conducir.
Estimada RosaRamiez. Y tú eres una buena lectora. Gracias.
Estimada RosemaryAlejandra. Akane protege a Ranma. Ranma a Akane. Es una constante del manga.
Estimado hikarus. Me había dado cuenta de que eras tú. Tu estilo de redacción es único. Sobre los teléfonos, tienes razón, la tecnología avanza muy rápido.
Estimada Ai. Bueno, sí, lo reconozco. Lo de la intuición masculina se me ocurrió leyendo el último capítulo de "Ranma entero".
Sobre Ibuki, la verdad es que eran las siete de la mañana y estaba por irme a trabajar cuando Minefine7 me avisó de que habías publicado. Y me insistió y me insistió para que lo leyera. Yo pensaba: "¡Qué raro! Si ni siquiera me lavé los dientes". Claro, la muy mala no me dijo nada. Así que cuando leí lo de "Ibuki" me empecé a reir como un tonto. Y le pregunté a Minefine7: "¿Dice lo que creo que dice?". "Sí, dice eso" me contestó. Y ya me leí todo el resto del capítulo con una sonrisa en la cara que se mantuvo hasta el final porque te salió bastante gracioso.
Caramba, no me acordaba ni de la mitad de las frases. Ya me he hecho una idea bastante clara de qué tipo de razonamientos te gustan más.
Estimada darkengel-sora. Gracias por agregarme en favoritos y espero seguir teniéndote como lectora mucho tiempo más.
Estimada angelikitap4emmett. Tienes razón. En algunas partes, por la impaciencia de publicar, no machaqué demasiado en el sentido literal de algunos acontecimientos. Kima y Akane no trabajaban juntas. En el momento en que Akane medio despierta, cuando Ranma le dice lo de la costilla y ella se acuerda de que "le gustan los tontos", decide besar a Saffrón por sorpresa para volver a ser ella misma y por eso simula matar a Ranma arrojándolo al vacío. Ella lo conoce y lo tira en el ángulo y fuerza necesarios para que el golpe no sea mortal pero lo parezca. En el caso del primer beso de Kima a Saffrón se trata de un amor no correspondido y por eso, Saffrón le quita energía vital. En el de Ranma y Akane, como se quieren los dos, nadie gana ni pierde años, tan solo comparten vida. De allí la frase del final: "Volvimos a darnos otro beso sin que ninguno le quitara años al otro. Como debe ser cuando el amor es mutuo y correspondido".
