La "plimp" que derramó Ranma por amor.

Existen tres tipos de Ranmas Saotomes en este mundo. El que está metiendo la pata, agresivo, locuaz y orgulloso. El que ya la ha metido: más sereno y guapo pero extremadamente arrogante. Y el que está por meterla: una monada de tímidez sensual. Me gustan los tres. Aunque puestos a elegir, me quedo con el segundo. El que luego de embarrarla y volverla a embarrar, se me queda mirando con cara de "no me importa lo que pienses". Por favor, entendedme. Darle un golpazo en ese instante es una necesidad vital. O me lo saco de delante o se terminará notando demasiado que no puedo quitarle el ojo de encima.

Para una licenciada en Ranmalogía como yo, advertir hace una semana que de "novio" se comportaba prácticamente igual que de prometido forzoso, fue una liberación. Fue comprobar que lo anterior ya era algo más que coqueteos disfrazados de enemistad. Lo único que nos faltaba era el beso y la confesión. En teoría no hicimos ninguna de ambas. Ni me lo dijo ni se lo dije. Tampoco nos besamos ni vamos ahora de la mano. Pero somos novios. Algo cambió después de todo. Aunque sigue sin poder refrenar su filosa lengua, aunque sigo mandándolo a volar, aunque se haga un silencio dulce justo antes de que se inicie la tormenta, ya no somos los mismos.

Todo comenzó, como corresponde, en el instituto, donde se organizó un curso obligatorio de orientación vocacional. Terminada la charla general, se procedió a las entrevistas individuales. A Ranma le tocó justo antes que a mí. Se le veía un tanto nervioso. Aunque mantenía la compostura. Sin embargo, la conversación –que bien pude oir pegada al otro lado de la puerta- no se desarrolló por donde esperábamos. El entrevistador, un enviado de una gran empresa de cosméticos, tenía poco interés en nuestros sueños y ambiciones. Su principal y única preocupación era rellenar con exactitud nuestros datos personales. Hablaba con un tonito pomposo y nos miraba de reojo, casi con el mismo asco que siente un ganadero al recoger los excrementos de sus animales. Aunque supongo que Ranma ni se enteró. Nunca fue muy ducho para reconocer a la gente mala solo por las expresiones.

-¿Nombre?

-Ranma Saotome.

-¿Edad?

-Casi dieciocho.

-Sea preciso, por favor –le repuso con rintintín y enfatizando la segunda palabra de la siguiente oración con un ligero silbido-. Los "casis" no valen en el mundo real. Usted no tiene casi dieciocho. Solo diecisiete.

Se hizo un silencio de un segundo y tres décimas, el tiempo exacto que tarda Ranma en girar la cabeza y decirse mentalmente: "vaaaale".

-De acuerdo. Tengo diecisiete.

-¿Profesíón?

-Artista marcial.

-Eso no es una profesión. Será como mucho un hobby.

Segundo silencio. Esta vez de cinco segundos y siete décimas: forcejeo interno entre liarse a trompadas con él para demostrar su punto o darle otra oportunidad.

-Pienso ganarme la vida con eso. Y no lo dude; seré el mejor artista marcial del mundo…

-Ya, ya. Lo que sea. ¿Estado civil?

-Solte…prometi…¿casi casado no vale, no?

-A la luz de lo que acabamos de hablar recién, ¿usted que piensa?

-Que sí me quita los "casis" de mi vida no tengo nada de nada. ¡NADA!

Luego se escuchó un "plif"…, un "plaf" más fuerte…seguido de un "pluf" liviano y acabando en un inconfundible "zaz". Es decir, salto, zancada, apertura de ventana y huída al exterior. Justo después del "zaz", pude distinguir también un ligerisimo "plimp", el sonido que hacen al caer las lágrimas de Ranma. Y eso sí que no podía tolerarlo. Me acomodé la falda, ajusté la mira del mazo a su máxima capacidad, calibré los ángulos de junta entre palo y bloque para asegurarme la mayor dureza de impacto y entré.

-Siguiente…

-Akane Tendo –grité haciendo girar el mazo sobre mi cabeza-. De profesión, vengadora de prometidos.

Ya dentro de su despacho, pude notar que el muy cretino ni se inmutaba. Su relumbrosa calva apuntando al cielo, las manos entrecruzadas apoyadas sobre el escritorio y cierta impaciencia en el tono de voz.

-Por favor, siéntese.

Cerca de la ventana, a tres centímetros de distancia, descansaba el "plimp" de Ranma. Imperdonable.

-Me sentaré cuando haya acabado con usted…señor…-miré la placa triangular que descansaba sobre su escritorio- Hachiro Sato.

El reclutador de cosmetólogas se rascó la cabeza. Luego pronunció palabras sorprendentes, como si mi mazo en alto y mi fiera expresión no le causaran el menor impacto negativo.

-¿Desea trabajar con nosotros?

-¡¿Qué?! No crea que se va a librar de esta, sobornándome.

Un viento veloz y perfectamente equilibrado pasó a mi lado, me quitó el mazo y me obligó a sentarme. No llegué a ver nada salvo que la pose del tal Hachiro se había movido levemente. ¿Había sido él? ¿Tán rápido era? ¿Y tan fuerte? ¿Un cosmetólogo?

-Mire, jovencita, me importa un comino si su forma de ser es poco refinada; me han mandado contratar a la mujer más valiosa de este Instituto y es lo que pienso hacer. Tome, lea –recogí las encuestas que nos habían hecho antes de la presentación-. Puede comprobarlo usted misma. En la sección: "aquello que no podría perder" tres alumnos han puesto: "Akane Tendo".

El corazón me latió con fuerza. La primera era de Kuno ponía: "Chica de la trenza y Akane". La segunda, para mi sorpresa era de Nabiki. ¿Quién lo hubiese dicho de la manipuladora número uno de Nerima? ¿Querer así a su hermanita del alma?

La tercera estaba medio pegoteada debajo de las otras dos y costaba separarla. ¿La razón? Venía acompañada de cinco "plimp" de Ranma. Pobrecito, ¡lo que le habrá costado escribir eso! Cogí la tarjeta con cuidado y la aproximé a la ventana. La sexta "plimp" se reunió con sus hermanas silenciosamente.

-Recogedora de lágrimas. Mucho me temo que se trata de una de las profesiones peor remuneradas de la historia y eso que la gente tiene la tendencia a llorar mucho.

-Esto no ha terminado aquí, señor Hachiro. Volveremos a vernos.

Y lo más importante en la vida de Ranma, yo misma, apoyó la carta de amor indirecta sobre su pecho y se marchó a consolar al tonto de capirote que dejaba caer "plimps" porque un idiota se reía de sus "casis".

Le encontré solo en un parque, dándole puñetazos a un árbol. "Fssss" y "Ssssf". Sus golpes yendo y viniendo cortaban el aire. Sus "Ssssf" un poco más fuertes que los "Fssss" ya que aunque quisiera ocultarlo no podía: era zurdo.

Luego un folio cayó sobre su cara. Era mi encuesta, la que ponía en la sección de cosas que no podría dejar de lado: "Pe-chan".

-Yo he puesto "artes marciales" –me mintió secamente mientras intentaba imitar en vano el tono pomposo de Hachiro-. ¿Cómo quieres que te tomen en serio en "el mundo real" si pones tonterías como estas?

-¿Sabes por qué cité a "Pe-chan"? –le repliqué, abortando todo intento por su parte de embarrarla más-. Porque aunque sea una tontería y no lo entienda, te pones celoso de él. Y eso me gusta. Mientras lo tenga, sé que nunca te alejarás demasiado.

Y nos quedamos los dos callados. Sentados sobre un asiento del parque. Sin hablar ni mirarnos. Solo observando el horizonte durante horas. No hubo ni beso ni declaración pero ya éramos novios. Justo antes de irnos le hice prometerme que nunca más volvería a "plimpear" en toda su vida. Sé que aunque no entendió bien a qué me refería, lo cumplirá.


Pasados dos días comencé a duda de él, de mi misma y del amor. Si no fuera porque sabía lo que sabía, juraría que Ranma no había cambiado su actitud hacia mi en lo más mínimo. Seguíamos peleando en público, seguía soltándome lindezas, seguía tardando siglos en deshacerse de los estorbos, como si en el fondo no le molestaran tanto. Me consolaba pensando en que conocía su secreto: que no podía vivir sin mi pero…, ¿y qué si no podía? A lo mejor estaba obsesionado con vencerme o con heredar el Dojo. O lo decía por la negativa. Nuestro compromiso, le obligaba a no abandonarme aunque quisiera. O simplemente se trataba de un pasota. A lo mejor nada le importaba demasiado en este mundo. Hasta llegué a sospechar que se refería a otra Akane Tendo. Una que conoció durante uno de sus interminables viajes. Desde luego yo no parecía la destinataria de semejante afirmación. No fue hasta que le encontré ¿¡peleando!? con el tal Hachiro en la puerta de casa y diciendo la siguiente frase, que volví a creérmelo:

-Un "casi" con la mujer correcta vale más que mil "todos" con la equivocada.

Acompañaba a su frase una lluvia de golpes que no lograban llegar a destino. El cretino de Hachiro utilizaba aquella supervelocidad que me demostró en el Instituto para esquivarlos en el último momento. Con cada golpe errrado, Ranma se enfurecía más y más, hecho que no pasaba desapercibido al cosmetólogo que gritaba burlonamente: "¡Casi! ¡Casi!".

¿Por qué peleaban? No lo sabía. Las motivaciones de Ranma estaban más o menos claras pero las de Hachiro…eran un total misterio.

Fin de la primera parte.


Bueno, ¿qué os pareció? ¿Alguno de vosotros es también licenciado/a en Ranmalogía o Akanismo? ¿Habéis dejado caer algún "plimp" a la hora de elegir carrera? ¿Qué opináis sobre los "casis"? ¿Valen en la vida real o no?


Historia bonus

Los "casis" y los "plimps" de Bulmita.

Bulmita: Papi, ya no soy una pequeñaja.

L-Sensei: Ya lo sé. Tienes "casi" seis años.

Bulmita: Y ya no lloro tanto…

L-Sensei: Nooooo, para naaaaaada. Muy poooooco.

Bulmita: Es verdad. Casi nada. Solo dos veces por día. Las llevo contadas.

L-Sensei: Y eso es muuuuuuy poooooco.

Bulmita: Es que me esfuerzo, ¿sabes?

L-Sensei: Estem…no te lo tomes a mal pero…¿te acuerdas de cuando te enfadaste con Gohan porque te quitó el control remoto? ¿Y de cuando te caiste? ¿Y de cuando me comentabas algo pero yo estaba distraido y no te escuchaba? ¿Y de cuando viste ese superjuguete por la tele y yo te dije que no te lo compraba porque ya tenías uno parecido en casa? ¿Y de cuando te sugerí que te lavarás los dientes con mayor ahinco? ¿O de cuando le serví zumo antes a Gohan que a ti en la mesa?

Bulmita: Sí.

L-Sensei: Fue todo hoy.

Bulmita: No me entendés. Buahhhhhhh.

Fin de la historia bonus


Hoy "casi" consigue llegar a su meta. ¿Qué os parece? ¿Lo logrará mañana? ¿O solo pretende que yo acepte que llora menos de tres veces por día aunque no sea verdad?


Comentarios

Estimada Minefine7 (cap. 65). Si nos pusiéramos a respetar los tiempos de publicación y comentarios predeterminados, no podría dejarte leer nada hasta que esté terminado y luego pasa lo que pasa.

Estimada Ai. Lo peor de todo es que, no sé la femenina, pero la intuición masculina sí que existe y es así tal cual como la describí en Ranma para todos los hombres del mundo.

No. Lo de los dieciséis Ranmas se me ocurrió pensando en lo de siempre: en que Rumiko dibuja a todos sus personajes igualitos.

Jaja. Al final tu familia me va a saber más de lo que escribo que la mía.

En estos momentos me está doliendo una muela de juicio. Probablemente sea castigo divino por hablar de dolores dentales en el fic o quizá fue una premonición mía o como me gusta llamarlo a mi: "una intuición masculina".

Estimada Maxhika. Que te mejores. Obviamente ya lo sabes, pero se te extraña en el fandom y se nota cuando pasas mucho tiempo sin publicar.

Me alegro que le haya gustado a Ai. Gracias por decírmelo. Ya sabes, esta chica es tan tímida que nunca me entero de sus reacciones…

Me has hecho acordar: antes de fin de año tengo que escribir un crossover de Ranma y Bob Esponja. Imagino que irá en algún especial para pasar la censura. ¿En el ochenta?

Ya me contarás la historia que leiste por ahí.

Estimada Minefine7 (cap. 64). Te agradezco todo tu apoyo durante estos casi seis meses de one-shots ininterrumpidos (se cumplen el miércoles que viene). De no haber estado conmigo al pié del cañón porbablemente lo hubiese abandonado antes o solo publicaría cada dos o tres semanas capítulos cortos. Y ya lo sabes, los niños y tú son lo único que no puedo dejar de lado en este mundo.

Estimada RosemaryAlejandra. Lo lindo de Ranma y Akane es que sospechamos que no hará falta que Ranma despida a su intuición. Akane le ama con todo incluido. Lo bueno y lo malo.

Estimado hikarus. Sí, mucha coincidencia. Así es el mundo de Rumiko. Más de la mitad de las escenas cómicas dependen de ese artificio. Por ejemplo si Happosai y Ranma van a buscar a unos baños públicos un pergamino, justo Akane tiene que ir a ese mismo sitio a bañarse.

Lo de estudiar los personajes la verdad que lo decía en broma para ir con el tono irónico de la historia bonus. Me averguenza confesarlo, pero hay muchas partes del manga que no me acuerdo bien porque lo leí entero por última vez hace mucho.

Estimada angelikitap4emmett. Intuición de Ranma vs. sentido de la orientación de Ryoga. Suena interesante. En el fondo, será que Ryoga se orienta intuitivamente…felices vacaciones.