La plimp que derramó Ranma por amor. Segunda parte.

Plamp, plicht, splat. Las gotas de sudor de Ranma solían sonar así al caer. Parecidas a sus lágrimas pero más gallardas y altivas. Ninguna igual a la anterior. Extraña inversión de lo esperable si se pensaba bien las cosas; ya que el sudor se debía al esforzado trabajo repetitivo y por tanto su naturaleza tendría que ser la de las idénticas hormigas que acumulan experiencia. Las lágrimas, por su parte, nacían de la amargura pasional; lo lógico sería esperar que se manifestaran de diferentes formas, tamaños y sonidos. Claro que todo en Ranma era estúpidamente enternecedor, hasta la médula. Efectivamente si mi prometido tenía la capacidad innata de verter dos o tres plimps gordas en unos minutos o más de quinientas diminutas en un instante jamás lo sabríamos. Él solo había llorado y lloraría por una cosa y esa cosa se podía definir como "Akane lejos de él". De hecho, "Plimp" solo lo escuché tres veces. Cuando creyó que había muerto en Jusenkyo, cuando se le metió en su enorme cabezota dura que me gustaba Shinosuke y ayer, cuando le hicieron ver que nuestra "casi" relación, en el mundo de los adultos, el feroz mercado capitalista, equivalía a un nada que me dejaba libre para que me intentara tomar el mejor postor.

Plimmcht. Cayó otra gota de sudor más. Hachiro le tenía acorralado y jadeante. Más humillante aún, su rival apenas si mostraba signos de fatiga. Peleaban a diferentes niveles sin duda.

-Recuerda nuestro trato, Saotome; Akane está en juego. Ya sabes lo que le pasará si pierdes…

-No pienso dejarme vencer tan fácilmente. ¿me has oído?

-De acuerdo, pero me lo has prometido. Si el cosmetólogo es más fuerte que el artista marcial...tendrás que renunciar a ella. Deberá abandonar el Dojo y aceptar el puesto que le hemos ofrecido.

¡MIERDA! Eso sonaba tanto a Ranma. El muy tramposo de Hachiro le había líado aprovechando su punto más débil: el ego. ¡Y el imbécil me había apostado sin siquiera pestañear! ¡A mí! ¡A su prometida! ¡Al amor de su vida por quien vertía plimps! ¡Tonto engreido! Con las prometidas no se juega.

Podría citar como punto negro en mi basto saber ranmesco que no tengo ni idea de cómo suena su cuerpo cuando vuelve a hacer contacto con el suelo luego de un mazazo. Menos áun si le mando a volar tan lejos como lo hice entonces.

-Hmpf –protestó Hachiro con su inseparable tonito burlón-. Has convertido mi victoria en un "casi" triunfo, guapa. No me vale…aunque podríamos aprovechar la ocasión para terminar nuestra entrevista en un bar. ¿Qué te parece?

-Me parece que usted quiere algo de mí –repuse- pero no me lo va a decir directamente.

-Ja. Muy astuta. De verdad. Nada que ver con su prometido. Ya volveremos a hablar cuando me convenga, señorita ´Saotome´ -hizo un gesto de comillas en el aire con sus respectivos dedos índice y mayor- ¿no le molesta que la llame así, verdad?

-No, no me molesta.

¡Dios! ¡Qué vergüenza! –pensé mientras se alejaba-. Me había puesto tan nerviosa, me había sacado tanto de mis casillas, que se me había escapado una confesión de amor por Ranma en voz alta y con claridad. En rigor era la primera vez que lo hacía. Por suerte, no fue la última. Aunque el principal aludido no la oyera…

¡Señorita Saotome! ¡Qué bien que sonaba el oxímoron! Daba igual si casarme con Ranma significaba ascender directamente al rango de "señora" y daba igual si Hachiro juntaba dos palabras que no podían ir juntas -"señorita" con mi futuro apellido de casada- para burlarse de nuestros "casis". "Señorita Saotome" me sonaba muy bien. Era la definición exacta de cómo me sentía. Ni "Señorita Tendo" ni "Señora Saotome", una joven prometida que amaba a su futuro marido sin estar casada.

Llegué a mi habitación con una sonrisa tatuado en mi boca. Allí me esperaba un más que magullado Ranma. Estaba furioso. Tanto, que ni había intentado ocultar sus heridas o ajustar siquiera sus ropas desencajadas.

-Muy bonito, muy bonito. Yo jugándome el cuello por ti y tú flirteando con ese.

-No flirteaba.

-Claro que sí. Mírate al espejo, tonta. Hoy nadie te saca esa sonrisa de tonta enamorada, tonta.

-En esta habitación –MI HABITACIÓN- hay un solo "tonto" y no soy yo.

Se hizo un segundo de silencio –mi respuesta había impactado de lleno-. Otros dos segundos más –veloz e infructífera búsqueda de respuesta ingeniosa-. Y luego, otro –se dio por vencido-.

-Oye, energúmena pechoplano…yo pensaba que…que…

-¿Que qué? –le acorralé sabiendo que no era capaz de completar la frase.

Se volteó. Los brazos cruzados casi a la altura de las axilas y la barbilla pegada al pecho. En esa pose, de niño ofuscado, le asomaba el ombligo por el hueco que el traje apretujado contra el pecho había dejado libre.

-Es igual –dijo al fin.

-Vamos –intenté dulcificar el rostro en busca de una confesión imposible dado su estado de ánimo-. Dime.

-Nada. Nada. No vuelvas a entrometerte en una pelea mía. Solo eso. ¿Está claro?

-Yo no me metí –intenté defenderme con lógica-. Me metieron. Me apostaste. No te olvides. ME A-POS-TAS-TE. ¿Cómo pudiste tratarme como a una posesión? Yo…tengo sentimientos, ¿sabes?

Los músculos de Ranma, todos ellos, se aflojaron de golpe perdiendo su máxima tensión. Señal corporal inequívoca de un "Ah, con que eso era" mental. Al muy Ranma todavía no se le había pasado por la cabeza la razón de mi enfado.

-No…no…es mi culpa…ha sido todo cosa de él…-tartamudeaba con una mano apoyada en la espalda- yo jamás acepté eso. Pero no me hizo caso…no paraba de atacarme…mientras me ofrecía tratos que él mismo aceptaba en mi lugar. ¿Me crees, verdad? Ahora que somos nov…somos "novsotros" dos… ¡Eso! Nosotros dos contra él, no podemos desconfiar el uno del otro.

Tenía que haber dicho: "claro" y luego aprovechar su momento de debilidad y que estábamos solos para avanzar en el interrogatorio pero no. Su actitud infantil se me había subido a a la cabeza. Yo también estaba furiosa. Ni siquiera se había disculpado apropiadamente y ahora le echaba la culpa a Hachiro de la actitud más ranmesca que pudiera existir en el manual de ranmitud que yo misma había escrito en mi corazón.

-Por supuesto que no te creo. Eres incapaz de rechazar un desafio por mi. Tu ego es más fuerte que tu…ya sabes…tu "eso"…que … "eseas"…por mi.

-¿Yo "eseo"?

-Sí, es un verbo que me inventé para definir lo nuestro.

-¿Nuestro "casi"?

-Nuestro "casi".

Era primavera. Un viento suave se colaba por la ventana de mi habitación. Cálido y gentil, acariciando mi cara a vaivenes. De la misma manera imaginaba que pronto haría lo propio Ranma. Pero no, antes tuvo que hacer una maldita pregunta inquisidora. ¡Si ya tenía yo los labios entreabiertos y las defensas en mínimos!

-Entonces, aún aceptando que hay un "casi" entre nosotros, ¿no me crees?

-No, está claro que "apostarme" es un mal menor para ti, comparado con perder a lo que sea con quien sea.

¡Estúpida bocota! Desde luego, tenía razón y no mentía. ¿Pero qué más daba? Si yo le quería igual, así creidito y todo. Si se había tomado la molestia de servirse a sí mismo en bandeja de plata y solo faltaba hincarle el diente.

-Bien –se marchó gritando cuando oyó mi respuesta y sin siquiera mirarme a la cara-. Si tan feliz te hace flirtear con ese viejo engreido, mi ego y yo no volveremos a tratar con el tal Hachiro ni aunque me lo pidas de rodillas. ¡Te lo prometo! Y dará igual cuánto me desafie él o cuánto me lo pidas tú.


Durante los siguientes dos días intenté hacer las paces con él sin éxito. Mucho menos, logré volver a crear una atmósfera tan favorable para las confesiones como la que acababa de desperdiciar. Por una parte, el detonante, Hachiro, había desaparecido del mapa –¡con lo bien que me hubiese venido que me atacara para que don "rompepromesas" se diera por vencido a las primeras de cambio!-. Por otro, Ranma procuraba no estar solo nunca. Más raro aún, se había aventurado a la única cosa más peligrosa aún que protagonizar un duelo de artes marciales a muerte: jugar al poker…con Nabiki. En el fondo tenía sentido. Solo existía una mayor diferencia entre sus capacidades de combate y las de Hachiro, y era, su capacidad de manipular comparada con la de Nabiki. Así, su ego quedaba a salvo, envuelto en una aventura de mayor envergadura y dificultad. Tapaba un clavo con otro clavo por mí y obviamente perdiendo una fortuna que jamás sería capaz de pagar. Muy, muy, muy a su manera, conmovedor.

-Bien, cuñadito veo tus veinte y subo veinte más.

-De acuerdo.

-Eh, eh. ¿Qué haces? –protestó falsamente Nabiki mientras me guiñaba el ojo con picardía.

-Poner dinero.

-No, no, no –volvió a protestar-. Has dicho que querías una batalla justa. Yo he apostado lo más importante para mí: la pasta. Ahora tú tienes que hacer lo propio.

-De acuerdo, apuesto lo más importante.

¿Otra vez? ¿No había confesado la semana pasada que era yo? ¿Y ahora me volvía a poner en juego? Peor aún, delante de mí. ¡Claro! ¡Por eso jugaba al poker! No era para tapar un clavo con otro. Era para vengarse. Demostrarme que podía jugarme y no perderme. Estúpida excusa, aún de funcionarle, que no tapaba el hecho de que me había tratado como un objeto material.

-¡AHORA SÍ QUE ME APOSTASTE! –interrumpí.

-No.

-Te he oído. "Lo más importante" dijo Nabiki.

-Caramba, Akane. Sí, claro. Por supuesto, tú eres lo más "importante" para mí. Pero Nabiki se refería a la foto comprometedora que le saqué ayer. Esto es poker. Se supone que mienta con gestos y palabras.

Señaló la foto que descansaba sobre la mesa.

-…o sea –interrumpí- que no soy lo más importante para ti.

-Sí, lo eres.

-Me apostaste entonces.

-No…, bueno…, sí. Pero está todo controlado.

-Como si fuera un objeto. Algo de tu propiedad.

-No, no un objeto. Aquí hay en juego tantos yens que el ganador podría comprarse una isla entera con el botín.

-¿Tan poco valgo para ti?

-¡UNA ISLA!

-Entiendo. Si ahora mismo se te cruza Hachiro por aquí y te ofrece una isla, me cambias sin pestañear.

-No, no es eso.

-Pues explícate.

-Y-yo…estem…¿DESDE CUÁNDO TE IMPORTA TANTO LO QUE YO HAGA O DEJE DE HACER?

-¡DESDE QUE DECIDISTE APOSTARME!

-¿Tú que harías en mi lugar?

-¡JAMÁS APOSTARÍA A PE-CHAN!

Lo dije con ánimo de lastimar. Sin saber, por supuesto, entonces la verdadera naturaleza de mi mascota. Solo intuyendo que le dolería. En el fondo no era justo. Acaba de decirme a los gritos y en la cara que yo era lo más importante para él. Pero yo no veía eso. Solo veía que me volvía a apostar. Veía desprecio y un desafío. Un "no me importas y te demuestro que no lo haces minusvalorándote en público y por segunda vez consecutiva".

Pensaba herirle y seguramente lo hice porque sus palabras al despedirse tuvieron el mismo efecto en mi pero por duplicado.

-Pe-chan, Hachiro y tú podéis quedaros en este lindo Dojo. Yo me voy…para siempre.


Muy lejos de allí, la doctora I. tomaba sus precauciones. El líquido del gotero caía implacablemente. Dos, tres, cuatro gotas. Y listo. No debía pasar de allí. Desde que la empresa familiar de cosméticos se había ido a pique, ya no tenía vía libre para realizar sus experimentos en paz. Del prestigioso grupo de investigación en perfumes inicial compuesto por setenta científicos conovocados de las mejores universidades japonesas, solo quedaban tres. Ella misma, intocable hija del jefe, el brillante y excéntrico Doctor Hachiro y Yuko, una practicante sin sueldo ni experiencia. El resto había tenido que destinarse a otras plantas administrativas, de reparto o mantenimiento de maquinarias. El recorte en gastos también incluía los materiales de investigación. Ya no le dejaban gastar ingentes cantidades de productos químicos en "nombre de la ciencia" y sin resultados garantizados. Su trabajo se había reducido de la adquisición de fragancias nuevas y exóticas, extraídas de las plantas más raras y difícil de conseguir…a probar infinitas variantes sobre los mismos productos consolidadados. Si antes realizaban numerososos trabajos de campo en las selvas más recónditas del planeta, ahora, era bastante si le dejaban salir a la esquina y pagarse un café con la tarjeta de la empresa.

-Doctora I., ¿está segura? Es el último tarro de sustancia X.

-¿A qué tienes miedo, Yuko? Soy la hija del jefe y tú, una becaria. Aquí el único que debería temer por su sueldo es Hachiro y no está.

-Aún así…doctora…a lo mejor cierran el departamento de investigación al entero…todavía tengo la esperanza de cobrar algo antes.

La doctora I. podía parecer una joven dulce y tierna, sobre todo porque su despampanante cuerpo rodeado de una bata de médico le generaba una cierta aura de investigadora sabia e inocente. Su verdadera personalidad, sin embargo, se parecía más a la de un científico loco.

-¡Ja! ¿Cobrar? ¿Un becario? ¿En plena crisis? Ya nadie compra perfumes. Si tienes alguna esperanza de ganar dinero en esta empresa, es teniendo éxito en nuestra investigación. Repetir el triunfo de Hachiro.

Las gafas redondas y enormes de Yuko se bambolearon sobre su naricita. A lo mejor temblaba de emoción o quizá de miedo.

-Eso fue un accidente. Yo…no quiero más. Por un solo éxito…llevamos ya no sé cuántos fracasos.

-237.

-Eso. Es demasiado. La gente empieza a sospechar de sus sarpullidos. Algunos empiezan a atar cabos sueltos…un superhombre a cambio de doscientas demandas…nos despedirán…eso sin contar lo de la pieza del fondo…

La doctora I. echó el cuerpo hacia atrás y miró de reojo la habitación que mencionaba su cuasi-secretaria. Perefería no recordar lo que se escondía allí. Ya había desarrollado la capacidad de ignorar las sombras aleatorias que se colaba por debajo de la hendija de la puerta, tan veloces y enormes que solo podían pertenecer a…

-¡Rapido! –entró Hachiro de pronto corriendo a la velocidad de la luz-. Encended la máquina. Me estoy quedando en mínimos.

Yuko ni le había visto entrar pero sabía a dónde iba y hacia allí fue. Por el camino se hizo visible su compañero que se apoyaba visiblemente agotado sobre la gran mesa de experimentos. Sudaba a mares. Tanto que las gotas no hacían ruido al caer, pues se trataban de largos chorros que se deslizaban por su cuerpo hasta el suelo sin desprenderse del cuerpo hasta el último momento.

La becaria le tomó en brazos y le arrastró como pudo hasta una piscina llena de un líquido verde acuarela.

-¿Qué has hecho el hombre más fuerte del universo para terminar así de agotado? –preguntó con el mismo rintintin en la voz que solía usar Hachiro- ¿Detener un meteorito?

-Más o menos. Ese Saotome es un demonio. Mucho más débil que yo pero incanzable. Si no fuera por esa entrometida creo que hubiese tenido que matarle o rendirme.

-¡Por Dios, Hachiro! Casi no nos quedan voluntarios para el experimento con sustancia X. Déjate de matar a los proyectos interesantes. Si no puedes con él, tráeme a ella.

-Puedo con los dos. Ya verás…-y no dijo más pues el líquido le cubrió totalmente. En dos días saldría convertido nuevamente en un superhombre y volvería a mi Dojo, en donde ya no vivía ningún artista marcial de coleta y ojos azules que me defendiera del caos desatado.

Fin de la segunda parte.


Notas

A) ¿Cuál es el verdadero nombre de la Doctora I.? Os doy una pista: Angelikitap4emmett, la lectora que más veces ha manifestado hastío por las constantes apariciones de cierto personaje, está de vacaciones.

B) Motivado por el comentario de Hikarus, se me ocurrió buscar si efectivamente existía la palabra "plimp" en algún idioma. Grande fue mi sorpresa al enterarme que no solo existía en inglés sino que tenía una variedad de significados bastante alta.

Para empezar su significado literal como verbo es "caída súbita". ¿Irónico, verdad? Casi el mismo significado que le da Akane. Como palabra slang de uso coloquial tiene otros muchos:

1) Mayor perdedor (looser) de la historia de la humanidad.

2) Hombre vestido de forma extravagante, con un diente de oro y con 0% de capacidades comunicativas (es un poco raro que exista una palabra para algo tan tan tan específico pero quién soy yo para dudar de algo publicado en Internet escrito por un desconocido).

3) Como verbo, significa "cometer un delito menor".

Bueno, no me imagino a Ranma con un diente de oro pero lo de las capacidades comunicativas precarias le define perfectamente.

C) Originalmente el fic iba sobre Akane y Ranma peleando porque ella pensaba que él la "había apostado jugando al poker". Para que ello fuera posible y creíble tenían que estar de novios. Narrando lo primero, cómo quedaron de novios, salió casualmente el tema de Akane como especialista en "Ranmitud", eso llevó al nacimiento de las "plimp", la aparición de Hachiro como antagonista y por ende, lo de los cosméticos.


Historia Bonus

Hace mucho que no hablo de Minefine7, solo de los nenes o de disquisiciones mías sobre qué es el mundo y por qué funciona así. Lo último fue en el especial 60 sobre cómo me fue el día justo antes de empezar a salir con ella.

Y ya le toca. Básicamente porque hoy se me presentó con su mirada super-enfática de "por fin te atrapé", también conocida como: "no importa lo que respondas estás perdido pues tengo previstas todas las respuestas".

-¿Tú crees que seamos almas gemelas?

Desde luego no se me escapaba que durante los últimos días había estado leyendo una novelita rosa o similar cuyo contenido y trama, dada su pregunta, estaba más que claro. ¿Pero estaban realmente previstas todas las respuestas? Por suerte no. Se esperaba un "sí, por tal razón" o un "Si, por tal otra" que daría un pié a un debate en el que llevaría las de perder. Pero de ninguna manera se esperaba un rotundo y sincero: "No y es mejor así".

Seamos sinceros en esto, si tuviera otro Leandro-Sensei frente a mí en femenino, quizá me pusiera a jugar al ajedrez con ella o a hablar de fútbol pero, -¡por dios! ¡Qué asco!-, jamás me enamoraría. El amor no va sobre igualdades. Se trata de compatibilidad. Por supuesto que a veces hay que pedalear juntos en la misma dirección y si uno sabe andar en bici y el otro no, pues mal. Pero la mayoría de las veces es al revés. Hay que trabajar en equipo. Uno pedalea y el otro mira el gps. O uno se acuerda de traer los cascos y el otro las rodilleras. Tu alma gemela tiene tus mismos puntos débiles y virtudes. El amor de tu vida, será igual que tú en las cosas que sea importante que sean iguales y diferente en las que necesites que sea diferente.

Yo admiro a Minefine7 en algunas cosas y estoy allí en otras para ayudarla porque no se arregla sola. Y al revés.

No creo que Ranma y Akane sean almas gemelas tampoco. Y sin embargo, qué buena pareja hacen. Otra cosa, por supuesto, es la esencia más absoluta. En eso sí tiene que haber coincidencia. Que no os quede ninguna duda, cuado las lágrimas de Akane caen al suelo suenan así: "Plimp".

Fin de la historia bonus.

PS: No tengo ni idea de cómo suenan las lágrimas de Gohan y Bulmita. De Gohan, porque no llora y de Bulmita porque acompañan a las gotas, semejantes alaridos que no hay quién las oiga caer.

PS2: Las de Minefine7 suenan así: Ssplish splash splish splash. Como si se soltaran de golpe y se deslizaran sin que pudiera evitarlo. Luego resbalan por las mejillas y se quedan colgando bajo el mentón. No sé muy bien cómo lo hace pero allí se quedan sin caer, esperando a que las enjugue yo y acepte mi culpa, haya cometido un delito o no.


Comentarios

Estimada Ai. Totalmente de acuerdo. La escena del parque está inspirada en la que mencionas tú.

En la fábrica hay trabajo para hombres también. Pero desde luego la razón de hacer entrevistas a hombres es otra: conseguir conejillos de indias suficientemente fuertes para aguantar los experimentos de la Doctora I.

Sí, todo el three-shot (espero que sea un three y no un four) será narrado desde la perspectiva de Akane.

Para el especial 70 tengo muchas ideas. No sé todavía que haré. Si puedo adelantar que aparecerá un personaje nuevo…

Estimado Lu4AVG (cap. 64). Muy profundo Alexander Oparin. No hay por dónde refutarle nada.

Estimado Lu4AVG (cap. 65). Lo más extraño de no usar Internet es no tener una pantalla en frente de la cara durante buena parte del día. Darse cuenta de pronto que la capacidad de enfocar cosas de nuestros ojos es mucho mayor de la que creíamos.

Estimada Miztu-chan. Recoger lágrimas es una actividad linda y sacrificada. Al menos debería ser una materia obligatoria de todas las carreras.

Estimado Lu4AVG. Sí, ya tenía ganas de una historia con un poco de acción.

En toda comunidad hay momentos de máxima participación y otros de un perfil más bajo pero la comunidad nunca se olvida de nadie o dejaría de ser precisamente eso, una comunidad.

Estimada minefine7. La dualidad de carácter, aspecto, personalidad, forma de actuar es un tópico tan antiguo como la escritura. A mayor densidad semántica mayor profundidad y riqueza de un personaje, escenario, etc.

Estimado hikarus 1. Gracias por el "casi" review.

Estimado hikarus 2. Excelente costumbre la de comentar por duplicado. Los demás deberían imitarte.

Auinque lo de "plimp" es una palabra que me inventé, creo que ya te contesté bastante sobre su significado en la historia bonus.