Ranma Saotome, Primer Ministro, se divorcia. Tercera parte.

Y entonces Ranma pronunció el discurso más conmovedor y lleno de frases jugosas de la historia de la humanidad repasando una a una las razones por las que seguía enamorado de Akane y demostrando por tanto, que la conversación no podía ser real. El hecho de hacerlo sin leer de hoja alguna, claramente improvisando y por cadena nacional le dio un toque poético y tan alejado de la política que pronto las narices de todo Japón se pegaron a las pantallas. A los veinte minutos de describir sus tensas miradas de adolescentes tímidos, las amas de casa lloraban, los niños juraban que cuando fueran mayores se buscarían una Akane de esposa y los oficinistas…bueno, los oficinistas seguían disputando sobre si el claro penal no cobrado al Yokohama Marinos durante la velada anterior, hubiese alcanzado para modificar el resultado negativo o no.

Y justo cuando estaba terminando de contar los detalles de la boda fallida…se oyó por fin un clásico en el exterior de la sala de prensa: los pasitos apresurados de una mujer enamorada. Los tacos y la puntera de los zapatos se alternaban generando un sonido similar al de unas castañuelas. Suave primero, más fuerte después y por último, a un ritmo frenético. Aquella danza que se acompañaba instrumentalmente sola, la danza de la mujer enamorada que volvía a los brazos del hombre que había pronunciado las palabras justas en el momento de mayor dezasón, se coronaron con un estruendoso portazo. Agitada, agotada y un tanto desinhibida, así intentó arrojarse a los brazos del Primer Ministro, Secretaria Cuatro.


Muy lejos de allí, mientras toda la nación nipona observaba entre lágrimas a su Primer Ministro desnudar su alma en público, Akane estaba abierta de piernas intentando que no se agitasen tanto sus senos por los nervios. El corazón sin embargo, de tanto latir y de hacerlo tan fuerte, provocaba que sobre la superficie de su torso se derramase un sudor frío que poco a poco se evaporaba al resbalar por sus curvas. Era su primera vez con otro que no fuera el hombre de su vida. El desengaño le había llevado a tal pose en tal sitio y a tal hora. Las dudas, enormes y carcomientes, no eran suficientes para ayudarle a escapar pero sí, para teñir su cara de un brillo distinto. Sin duda se sentía ruborizada ante el tamaño y la forma de aquello que le amenazaba pero muy en su fuero íntimo se sabía "no preparada" para dar el paso y también –¡terrible angustia!- "no preparada" para resisitirse. El Doctor Cuatro, un guapo galeno que dejaba a Tofu y Ranma en ridículo con su amabilidad al `atenderle´ y por la forma de mover los músculos al introducirse dentro de ella, volvió a posar sus quirúrgicas manos sobre la peliazul.

El doble sentido más elemental nos haría pensar mal primero y luego sospechar que se trataba de una simple inspección de rutina para tratar sus problemas de concepción…en fin, que el médico, un tanto gay en el aspecto, seguramente llevaba guantes y el escenario seguramente se reducía a una simple salita de un hospital. Y era bien posible que se tratara de eso si lográramos explicar también de forma convincente por qué se encontraban ambos en el suelo de la cocina de la casa de la Primera Dama como Dios los trajo al mundo, es decir, sin ropa y con un mazo entre las manos Akane y con un gran instrumental médico entre las piernas el galeno. O por qué este le miraba con una furibunda expresión de deseo que muy mal lograba disimular, tras el barbijo.

De haber oído la tele o la radio, probablemente la todavía joven mujer de Ranma Saotome hubiese recapacitado pero en aquel momento no estaba pendiente de ningún tipo de canal de comunicación. Así trabaja el intercambio de información en las telenovelas. Mientras el causante de la ruptura supera el problema inicial, el personaje roto prepara un nuevo conflicto que les separa aún más y justo, justo cuando está todo por destrabarse. Si el bucle es infinito o no depende más de la Rumiko que vive dentro de todo autor y no de los furiosos clamores de los lectores o espectadores que, ya se sabe, aman sufrir y quejarse.

El famoso punto de no retorno se había cruzado con demasiada facilidad. El galeno, tan erecto como un actor porno profesional, se abalanzó sobre la peliazul y se posó sobre ella como si estuviera a punto de realizar unas flexiones cuyo punto más bajo de vaivén se premiaba con un beso húmedo de la vagina akanil. En el momento en que ese beso carnal y profundo se realizara, ya el punto de no retorno se transformaría en un enorme agujero negro que se tragaría el pasado, presente y futuro de la pareja más famosa de Japón.

-¡Corten! –gritó de pronto el director envuelto en una nube colérica estándar (negrita con pequeños rayitos que emergían a uno y otro lado de la nubosidad)-. ¡Naoko! ¡VEN AQUÍ, POR FAVOR! No podemos filmar un documental así, para desprestigiar a la Primera Dama y que te comportes como una princesita timorata. ¡Se supone que le estás metiendo los cuernos al Primer Ministro! Eres malvada y rastrera. ¿Dónde está la lujuria en esos ojos, que no la veo?

-Es que…-intentó protestar la actriz mientras se vestía con un camisón de seda.

-¡ES QUE NADA! Si hasta te estás vistiendo ya. Naoko, por favor...esto no es una violación. Y en caso de serlo, tendrías que estar tú violándole a él. Toyama ha pagado mucho dinero…me da igual ya si te lo hace por delante, por detrás o de lado…pero toma la iniciativa. Que quede claro que eres una linfómana.

Naoko tragó saliva. De acuerdo, su novio Yuri le había metido los cuernos con su mejor amiga. Estaba furiosa, desencantada de él, de ella y del mundo…pero no tanto. La supuesta "venganza" exponiendo su infidelidad a todo Japón se había transformado en una humillación extra que no pensaba consentir. Yuri sería un capullo pero por lo menos tenía corazón. Doctor Cuatro en cambio parecía un robot lascivo sin alma ni cerebro. Pronto, sin embargo, se dio cuenta de que no sería tan fácil salir de allí sin realizar el trabajo. El director, un cerdo que solo veía números en su cuerpo, le empujaba a la cama y le había quitado el camisón de un manotazo. Doctor Cuatro le esperaba de brazos cruzados taponando la puerta con su mástil todavía erguido. Parecía aburrido. A punto de ponerse a bostezar él mismo y de haber tenido la más mínima personalidad, su cosa hubiese en ese mismo instante hecho lo propio. Despreciada en cuerpo y alma, a Naoko solo le salvaría un milagro de esos que solo puede producir un hombre firmemente enamorado. Obviamente Yuri nunca irrumpió en el escenario a darle una buena paliza a ambos seres inmundos y explicarle con el corazón en la mano los malentendidos que llevaron a Naoko a pensar falsamente que había intimado con su amiga. Obviamente, el amor no es para todos y menos a los niveles de perfección y heroísmo de Ranma. En la vida real, las Secretarias Cuatro, Shampooes y Ukyos se reparten al galán en sucesivas infidelidades. Pero en la fantasía y en las contadas ocasiones en que el amor es verdadero y mutuo, entonces, aquella sincera demostración de afecto sencillo, sin firuletes ni cortesías rimbombates, se vuelve una verdad tan poderosa que incluso salva a las damiselas en peligro ajenas al dueto original.

¡Ring!

Doctor Cuatro avanzó pesada y lentamente hacia el teléfono. Por momentos parecía que caería hacia delante dada la desproporción entre el peso de lo delantero y las pocas neuronas que hacían contrapeso por detrás.

-Señor Makino, es Toyama.

El director se aproximó hasta el aparato haciendo gala de un paso tan cansino como el de su antecesor, solo que el riesgo de caída, dada la gordura simétrica de su cuerpo, se daba en todas las direcciones.

-¿Sí?

Una voz agria y un tanto anciana, curtida en demasiadas rencillas electorales le repuso con pausa y moderación. El tono, sin embargo, no dejaba lugar a dudas. No era un pedido. Se trataba de una orden que había que cumplir.

-Cancela el rodaje.

-Disculpe señor –intentó protestar el director-, pero ya estamos a mitad de…

-Da igual. Cancela.

-Pero señor, como comprenderá hubo gastos…reproducir la cocina de la Primera Dama, contratar actores…

Toyama conocía demasiado bien a los de su calaña para siquiera rebajarse a negociar.

-Sí, sí, por supuesto. Soy un hombre de palabra. Pagaré como si se hubiese realizado el film en su totalidad. Ahora Can-ce-la-la.

Makino respiró hondo. La ganancia evidente de cobrar sin filmar le satisfacía pero no superaba a la enorme curiosidad que la actitud del viejo zorro político le causaba.

-De acuerdo. Lo dejaremos aquí pero disculpe el atrevimiento, podría explicarme qué ocurrió. ¿No se suponía que la presa no tenía escapatoria? Si lo negaba públicamente, le destrozaríamos con el film y si lo aceptaba, nos regodearíamos de todos modos en su desgracia.

-No hizo ni uno ni lo otro. El idiota manipulador o no es político o es el mejor de todos…¿quién sabe? La cuestión es que hizo algo netamente apolítico. Se dedicó a ignorar el problema (normal) pero no para escabullirse… ¡No! Lo hizo para demostrar de forma inequívoca que la ama. De la acusación de infidelidad no le asustó en lo más mínimo las consecuencias políticas y para su cargo, solo el bienestar de su pareja. Ahora es incluso más popular que antes. Cualquier noticia sobre su situación amorosa, por mala que sea, solo elevará su imagen aún más. Así pues, cancela la filmación. Habré perdido pero no caeré en la estupidez de encima financiar la campaña de reelección del "poeta romántico de la política" como le llaman ahora.


Por la noche, Secretaria Cuatro regresó por fin a su casa. Le había rechazado de una forma tan galante, tan serena y tan delante de todo el mundo…¿Qué había sido del Ranma adolescente que no lograba deshacerse de sus pretendientes insidiosas? Sin darse cuenta había emulado a una Shampoo infantil pero el Primer Ministro no había ni pestañeado. En menos de un abrir y cerrar de ojos, le había cogido por los brazos y apartado. La firmeza en el gesto se acompañaba de una sonrisa sincera. Jamás por muy tonta que fuera dejaría de quererla como amiga, jamás sería más que eso. De un solo golpe había evitado la confrontación y licuado sus fantasmas. Ahora sí, no tenía dudas. Encontraría a Ranma. Al suyo. No a uno que se le pareciera; sería un hombre perfecto para ella como lo era él para Akane.

Curiosamente, no muy lejos de allí, una decena de fantasmas invadían la cabeza de la mediana de las Tendo.

-Sí, lo siento –le hablaba a alguien desde su móvil-. Subestimé el alcancé de la estupidez humana. A veces se me olvida que Dios nos creó con limitaciones en todas las áreas menos en esa. En todo caso, pronto lo arreglaré. Ya sabés; siempre me guardo seis o siete ases en la manga.

Luego colgó e ingresó en su casa. Desde luego, no concordaba del todo con su puesto de tan alta responsabilidad ya desde el exterior. La fachada ni irradiaba lujo, ni seguridad. Por el contrario parecía -y así funcionaba- un tugurio al que acudía todo tipo de personajes de dudosa profesión que pertenecían a su red de espías. Algunos, delincuentes; otros, simplemente hombres con mucha labia y bolsillos escasos que veían recompensado su gran saber sobre los entresijos de la sociedad con pequeñas donaciones de su benefactora. En ese momento sin embargo, la jefa del clan, se encontraba a solas. Pasadas las doce de la noche, todos tenían orden de dejarla descansar en paz. Nadie manipula bien con el estómago vacío y ojeras en el rostro. Otro caso, desde luego, era si la visita se trataba de una de tipo social. En aquella circunstancia, aunque a Nabiki le disgustase, tenía que atender a su invitado.

Llevaba seis meses sin verle, una eternidad para una mujer acostumbrada a aprovechar cada instante de su vida para recaudar la mayor cantidad de influencias. Había tratado con infinidad de personajes y situaciones desde la última vez. Sin embargo, cuando eres hermana de una Akane, sabes reconocer hasta su sombra posándose sobre un árbol a doscientos metros de distancia.

-¡Akane! Por fin. Me tenías preocupada…

-Hermana.

Nabiki le observó mejor. De sobra sabía que Akane solo se ponía trísislábica cuando la pena porfiaba por no ser superada por la furia y esta última estaba por ganar.

-¿Pasó algo?

-No, nada especial. Solo pensaba en lo curiosa que es la vida, hermana. Primero el gobierno de Ranma entra en crisis por una separación que tú provocaste con la elección del tema de manipulación, tema que sabías que nos llevaría a discutir…

-Oye, oye –se defendió Nabiki-. No me metas en tus líos ni me responsabilices. Ya sóis mayorcitos. Si no sóis capaces de hablar sin pelear no es mi problema ni mucho menos mi culpa. Niñatos.

-Es curioso, también –continuó como si nada-, que se fitrara a la prensa en momento tan oportuno la conversación a la que solo teníamos acceso tres personas, tú, el principal damnificado y una servidora. Sé perfectamente que yo no fui. Por tanto…

-Caramba, insinúas cosas horribles, hermana. Y bastante educada he sido yo de no insinuar nada sobre semejante tripita.

Akane dio otro paso hasta quedar frente a frente con Nabiki. Efectivamente, el rostro destilaba odio y el vientre se mostraba un pelín más hinchado que de costumbre.

-Es curioso, por último, que según las encuestas de antes de la conferencia de prensa, la figura más decollante del partido fueras justo tú. La "heredera" natural en caso de renuncia forzosa.

-Sabes bien que al jefe de gobierno lo elige el partido que ha ganado la mayoría en las elecciones. No es mi culpa…

Nabiki dejó de pronto de hablar. Su basta experiencia le había salvado más de una vez de recibir un puñetazo y esta ocasión no sería la excepción.

-Claro que es tu culpa –estalló a continuación Akane-. Todo lo es. Desde el primer día. Ni Shampoo ni Ukyo. Siempre has sido tú mi mayor rival. Ya va siendo hora de saldar cuentas.

Fin de la tercera parte.


Ahora sí: punto de no retorno alcanzado. Deseadme suerte para la conclusión.


Historia Bonus

El cumpleaños de Bulmita. Día 2.

Y por fin, Bulmita cumplió seis años…bueno, en rigor cumplió y sigue cumpliendo. Es taaaan duro despedirse de un día de control despótico total que… ¿por qué no…? Si es lo que mandan los genes…si sus abuelas sin haberse conocido nunca de jóvenes, cada una y por separado inventaron el "fin de semana de la madre"… ¿por qué no va ella a extender su cumple veinticuatro horas más?

Mi versión de la historia de la humanidad es como sigue: Primero la libertad, el caos y la anarquía, luego la asociación tribal igualitaria o semi-igualitaria y finalmente, en algún momento perdido en la noche de los tiempos, una Bulmita de Cromañón cumplió años. En ese mismo momento nació la idea de monarquía e imperio que fructificaría de forma latente muchisimos años después. Se dice que en Francia poco antes de fin de siglo XVIII, cuando ya esta instaurado el sistema monárquico más alejado de la realidad del pueblo se dio una inusual camada de Bulmitas en la natalidad lo que provocó que la gente estuviera como más receptiva a la idea de revoluciones y guillotinas. El resto es historia. Desde luego no estoy insinuando que Bulmita se portara mal ayer… o que hubiera momentos en que deseara guillotinarla…solo que le gusta mandar y cada año que pasa le gusta un poco más.

En suma si organizamos los sistemas de gobierno desde más liberales a más opresivos, tendríamos una secuencia más o menos así: anarquía, democracia, oligarquía, monarquía, monarquía absoluta, tiranía y Bulmitismo. La gradación va pasando desde le gobierno de todos, al de la mayoría. Luego, el de unos pocos, de uno, de uno con poderes absolutos, de uno sin ningún tipo de legitimidad y por último, el de uno pero según leyes totalmente arbitrarias y cambiantes. Efectivamente el Bulmitismo es una especie de fusión entre la tiranía y el anarquismo.

Según gustos, desde luego, es posible agregar unos u otros sistemas, cambiarles el nombre o el orden pero desde luego solo una cosa se mantiene constante: el Bulmitismo debe ir al fondo de la secuencia.

Un ejemplo de control despótico y absurdo elegido al azar:

00:00:01. ¡Es el mejor cumple de mi vida!

00:00:02. Buahhhhhhhhhhhh.

00:00:03. ¡Que Gohan se vaya a su cuarto y no vuelva hasta que la reina lo mande!

00:00:04. ¡Que Papi se vaya…!

00:00:05. ¡Que Mami…!

00:00:06. ¿Por qué me dejáis sola?

No cualquiera pasa, en seis segundos, de considerar que todo es perfecto a quedarse solo por exigencia propia y encima quejarse por tal situación. Es una capacidad que solo está al alcance de unos pocos.

Eso sí. En todas las fotos sale adorable. No tengo mayor prueba de su dictadura que mi testimonio. Quien quiera creerme, que me crea. Al que no…queda advertido. Se trata de una Nabiki con mazo.

Fin de la historia bonus

En fin esta historia bonus no ha sido muy graciosa…pero es que he tenido que censurar casi todo el día. Así que dejad volar la imaginación.


Comentarios

Estimada Ai. ¿Quién es Secretaria Cuatro? Yuko no porque está despedida. Ibuki tampoco por lo mismo. Akane…ya está hecho. ¿Queda poca gente no? A lo mejor no es nadie conocido. Un personaje nuevo como Ikubi que luego probablemente no vuelva a aparecer.

Doble sentido erótico. No suelo acudir mucho a él pero en este fic es lo que toca. Echadle la culpa al especial 69.

¿Odias a Nabiki por momentos? Entonces seguro que te gustó el final de este capítulo…

Sobre el tema de los bebés perdidos no puedo adelantar nada de nada. Solo repetir la misma cosigna de siempre. Confiad en el final feliz.

Leyendo tus historias bonus he notado algo que no sabía: es mucho más difícil vivir en sociedad para una mujer que para un hombre. Los peligros, al menos, son más variados.

Estimada Massy13. Sí, sí, sí. Es mi técnica favorita. Y es refácil. Desconectarse de este mundo hasta que todo acabe. La uso al menos cinco o seis veces al día. Precisamente, es parte del ciclo creativo. Si no fuera que me agobia tanta gente durante el día, no me vería obligado a desconectar tanta veces y por tanto, no se me ocurrirían tantas historias nuevas. Esperemos que estos días me hable suficiente cantidad de gente pesada porque no tengo ni idea de cómo enderezar el rumbo de la historia.

EstimadoLuyyiAVG. Las 2:30 de la mañana y te pudo la curiosidad…es un muy buen halago. A mi no me hacéis leer nada luego de las 23:00 hs salvo a punta de pistola. Claro que existe gente como Minefine7 que solo lee a partir de aquella hora y muchas veces hasta el día siguiente…cuestión de estilos.

Estimada Dark-Yuki. Bienvenida al selecto club de los lectores que han leído todo y están en la cresta de la ola. A mi también me pasa pero al revés. A veces veo lectores caminando por la calle. No le tengas envidia a Minefine7. Mucho más fácil es obligar a tu novio a escribirlos. Por difícil que parezca siempre hay una forma de conseguirlo.

Estem…¿me repites la última pregunta? No la he entendido. Supongo que Minefine7 tapándome los ojos cada vez que llego al final del comentario al grito de: "no leas eso que te inflará el ego" conspira contra la correcta lectura del comentario.

Estimada Shiroki-San. Esta vez no he leído nada. Había que elegir entre preparar todo lo del cumple como se debe para evitar la furia de la reina o vivir una vida normal. Con gran sentido común y de supervivencia, Minefine7 y yo, elegimos la primera opción.

Estimada Minefine7. ¿Cuál? El de "Me Abuuuuuuu….rro". ¿El del polo? ¿El de la caída en el río? ¿El de la mosca que se quedaba dormida cuando decía una palabra con la letra "j"? El de la montaña ya lo conté.

Estimada Mnemosine624. La historia empieza con la frase: "Si yo fuera Bill Gates" y termina con: "pude ganar mucho dinero pero me fui asqueado de ese mundo de conspiración y creo que hice bien". La historia completa es demasiado larga y tediosa. Supongo que podría tomarme el trabaaaaajo de escribirla si insistieras lo suficiente...