Con motivo del estreno de la versión en español de la Balada de Ranma y Akane (Jade y Ricardo Silva), Minefine7, una enamorada de esa canción, me retó a escribir algo le que superara en romanticismo. Lamentablemente, hoy tocaba fic trágico…así que tuve que integrar ambas motivaciones en una sola idea. Espero que os guste.


Advertencia 1: No es un universo alterno. Si algún personaje se sale de la norma, paciencia. Todo tiene su explicación dentro de la misma linealidad temporal de la historia.

Advertencia 2: Este fic tiene similitudes evidentes con Misterios en Nerima.

Advertencia 3: Reaparece Ibuki.


Romántico como balada de Ranma y Akane. Primera parte.

Seis años antes de que el amor, un dios educado y formal, tocara a la puerta del Dojo Tendo, la tragedia, otra diosa más bien caprichosa y escurridiza, se colaba por las hendijas del gran portal de entrada sin aviso previo y en forma de carta. Era un día cálido, de esos que aplastan con su modorra a las personas y a las piedras hasta hermanarlas en seres idénticos que apenas si se mueven. Por culpa de aquella pesadez climática la misiva reposó sobre el felpudo de entrada durante al menos dos horas, antes de que Soun siquiera advirtiera que el aguijón del destino hacía rato que había inoculado un ácido venenoso en su vivienda. Y aún hubo de pasar cinco horas más hasta que Kimiko, la sobria madre del trio Tendo, regresera a casa y le sugiriera abrirla.

Soun, justo es decirlo, leyó la carta en la misma pose que utilizaría años después para examinar la postal de Genma. Incluso pestañeó de la misma manera. Una expresión de incredulidad, de esas que parecen tan apropiadas para su rostro, se le dibujó sin que siquiera se diera cuenta. La que sí lo notó en seguida -que para eso era su esposa- fue Kimiko.

-¿Qué ocurre, querido?

-Es la confirmación de la reserva del crucero que solicitamos. Tiene la fecha y el precio mal. Mucho más barato –le brillaron los ojos-, pero dos semanas después de lo que queríamos. Se superpone con mi viaje a Tokio…

El carácter de Kimiko por ese entonces era similar al de Akane -probablemente había sido idéntico en su juventud- aunque se había templado bastante luego del matrimonio y de los tres embarazos consecutivos. Solo en casos como este, el de batallar contra los molinos de viento de la burocracia de una gran empresa, era que la inocente agresividad juvenil le regresaba en forma de gritos y amenazas. Veinte minutos después, luego de manifestarle a los cuatro vientos a una pobre secretaria al teléfono: "¡No me iré de vacaciones sin mi marido!", se dio por vencida con un botín de consuelo bajo sus brazos.

-No pueden cambiar las fechas…está todo vendido hasta marzo. Pero en compensación nos lo han dejado gratis a las nenas y a mi.

Soun le abrazó con fuerza, -no tanto por el júbilo que le causaba la noticia del viaje gratis, si no para apaciguar los temblores corporales que la pelea telefónica habían ocasionado en su mujer-.

-Tranquila, aprovecha el regalo –le volvió a sujetar con fuerza hasta conseguir que se tranquilizara-. Ya tendremos ocasión de ir todos juntos más adelante.

Kimiko tenía los ojos almendrados. Por un lado el color y por otro la forma de las pupilas hacían honor a la fruta otoñal de forma sutil. Además, el leve vaivén de los párpados al pestañear, cautivaba a quien quiera que osara sostenerle la mirada más de dos segundos seguidos. Con esos mismos ojos, entornados en el ángulo adecuado, le realizó a Soun la siguiente pregunta.

-¿Te portarás bien en Tokio?

-Sabes que sí –repuso Soun-. ¿Y tú? ¿Podrás sola con las tres?

Kimiko sonrió.

-Ahora que lo pienso. Quizá aproveche el crucero para pulirlas un poco. Ya sabes…conseguir al menos que Akane se anime a entrar al Dojo.

-¡Ja! –balanceó la cabeza Soun a ambos lados-. ¡Imposible!

-¿Y por qué no? –se cruzó de brazos Kimiko.

-¿Mi niña consentida, pelear? ¿La que llora si se paspa un poquito la rodilla o si ve una hormiga "amenazante" a dos calles de distancia? Quita, quita. Tú a su edad ya matabas elefantes con la mirada. Mejor céntrate en Kasumi. Ella sí que promete. No existe una jovencita de doce años más fuerte que ella…


A unas cuantas calles de distancia avanzaban las tres hermanas en silencio y echando chispas cada una a su manera. La pequeña, lloraba; la futura manipuladora se mordía los labios para no imitar a la pequeña y la mayor, sonreía por fuera pero iba magullada y arrastrando varios golpes sobre sus hombros. Parecía un cortejo fúnebre por adelantado ya que en rigor, no repetirían la escena hasta dentro de un mes cuando el barco del crucero decidiera abandonar a su tripulación a la buena de dios para ir a visitar a su amor de juventud, el lecho marino del mar de Japón. En este caso, solo lloraban por un tema menor, una simple riña de niñas que había terminado en montonera.

-Tú todo lo arreglas a los golpes, hermana –le reprochó Nabiki a Kasumi-. Ya te dije que se los había regalado yo.

-¡De eso nada! –exclamó furiosa Kasumi-. Mamá se pasó toda la noche cocinando esos bombones especialmente para ti porque es tu cumpleaños y sabe que te gustan. No puedes ser tan tonta de haberlos regalado todos y no llegar a probar ni uno. ¿O acaso no te encontré llorando en un rincón por eso? ¿Porque te habías quedado con las ganas de probarlos?

-Sí, me dio mucha tristeza cuando me di cuenta. Pero no fue culpa de los chicos. Los vi tan hambrientos y necesitados que…no sé…sentí que era mi deber compartir con ellos.

Kasumi la cogió en brazos, con esos mismo brazos que le dolían tanto luego de apalear a los tres crios mayores que ella y recibir los correspondientes puñetazos defensivos.

-Compartir es repartir. Darlo todo es de tontos.

Akane, que hasta el momento a duras penas lograba contener los mocos que se le caían de tanto llorar, se animó por fin a decir algo.

-Podrías cocinar más y ya. No hacía falta hacer algo tan peligroso.

El puño de Kasumi se apretó en un segundo y sin que pudiera evitarlo y de tanta bronca que tenía, se pasó cerca de la cara de su hermana menor.

-Como vuelvas a insinuar algo así, te mato. Cocinar es para jovenzuelas descerebradas. ¡YO SOY UNA GRAN ARTISTA MARCIAL!

Poco tiempo tuvo Kasumi para arrepentirse de su grito y su gesto violento. Solo dos segundos después, tenía a la pobre de Akane, la dulce y delicada Akane de diez años, llorando a lágrima viva, hecho más que suficiente para que se viera obligada a hacerle upa con su otra mano. Y así, con ambas hermanas entre sus brazos y el cuerpo molido por la golpiza, regresó la mayor de las Tendo a casa. El Dojo le esperaba para que descargara toda su furia por última vez entrenando a patada limpia. Dos ideas se paseaban por su mente: la primera, que cuando heredara el Dojo ya nadie podría vencerla, siquiera hacerle daño. La segunda, que protegería a sus débiles hermanitas sin importar lo que ocurriera.


Un rato después, mientras Kasumi se escondía en el baño para tratar sus heridas sin que Kimiko le viera y le regañara y más importante aún, sin que Soun pusiera los ojos en blanco y se desmayara, Akane oyó pronunciar su nombre desde la cocina.

-¿Qué pasa mami?

Kimiko dejó escapar una sonrisa. Su hija pequeña tenía diez años y aún, de tan inmadura que era, llevaba entre las manos su peluche preferido. Un caballito de crin lacia, ojos fieros y sin montura al que Akane solía llamar "mi potro salvaje". Día sí, día también y por supuesto, a las escondidas, solía jugar a mamás y papás con él.

-¿Podrías alcanzarme el tarro de azúcar?

-Ufa, mamá ¿por qué tengo que ayudarte yo a cocinar la tarta de Nabiki?

-Porque a Kasumi no le gusta…

-…a mi tampoco me gusta cocinar –se apresuró a explicar Akane.

Kimiko le dio un beso.

-Ya lo sé. Pero a Nabiki no le puedo pedir que me ayude a preparar su propia tarta, ¿no te parece? Si no te gusta, puedes ir a entrenar con Kasumi.

-¿Para qué? Si igual está claro que Kasumi heredará el Dojo. Es la más fuerte. Perdón, es la ÚNICA con fuerza de las tres.

Kimiko se sentó sobre su silla de madera, la que utilizaba para descansar mientras el horno hacía su trabajo. Luego, depositó el culo de Akane sobre su regazo.

-El verdadero sentido de las artes marciales poco tiene que ver con el interés, el vigor físico, la técnica o la experiencia. Practicamos artes marciales para proteger las cosas importantes para nosotros. No tiene por qué gustarte o interesarte. Solo basta con tener un corazón de oro y tú, lo tienes. El Dojo me da igual. Como bien dices tú, Kasumi podría heredarlo sin problemas. Lo que pretendo de ti es que cuando seas mayor y un enemigo formidable –cogió el bote de azafrán y lo puso en un extremo- amenace a tu marido, novio o prometido –le arrebató de las manos el peluche del caballo salvaje y lo puso en el otro extremo-, seas capaz de ponerte en medio de la batalla y protegerle. Prométeme que lo harás.

-Tonterías…soy demasiado débil.

-Prométemelo.

-Y podría ayudarse él solito, ¿no? Para eso será mi marido.

-Por favor –le cogió de ambas manos-, prométemelo. No quiero tener una hija que se lamente toda la vida porque le quitaron de entre las manos lo que más quería.

-Vaaale –miró para otro lado con resignación-. Lo prometo. Si algún día un azafrán fuerte ataca a mi caballito de peluche, le defenderé con mi vida. Pero no pienso decirle que le quiero. Que me da mucha vergüenza.


El beso que Kimiko y Soun se dieron en el puerto días después fue demasiado apasionado y largo. Tanto que Kasumi se vio en la obligación de gritar: "¡Qué asco!" y taparle los ojos a sus hermanas. Poco les importó a los padres aquella reacción. Los labios, aquellos apéndices mágicos que todo lo saben –que tanto sirven para pronunciar versos como para entregar besos- adivinaban que se trataba de una despedida definitiva y porfiaban por no separarse nunca.

-Adios, querida. No sé si pueda aguantar tanto tiempo sin ti.

-Déjate crecer el pelo –repuso Kimiko divertida-. Así te acordarás de mi.

Soun se acarició la calva de artista marcial que conservaba en honor a su maestro Happosai.

-Sabes que me gusta llevar la cabeza así.

-Y tú que a mi me gusta cortarte el pelo. Ya te raparé cuando volvamos a vernos.


El primer día de crucero se lo pasaron bastante bien. No había mucho que hacer y las niñas se aburrían, especialmente Kasumi que con tanta gente a su alrededor y tan poco espacio no podía entrenar, pero por la noche se desató una fenomenal tormenta que dejó a la hermana mayor atónita y entretenida admirando las olas salvajes, los vientos iracundos y las caras de terror de los turistas que les acompañaban. Akane y Nabiki aprovecharon el cotratiempo climático para apretujarse por la noche contra su madre como cuando eran pequeñas. Por la mañana, sin embargo, ya no quedaban rastros del temporal.

Kimiko descansaba sobre una reposera. Su larga melena que le llegaba hasta más allá de los hombros la llevaba recogida hacia un costado. Un sombrerito de paja, unas gafas de sol y un bikini rosa completaban la imagen de la típica turista relajándose. A su lado, su contrapuesto exacto. Kasumi vestida con un kimono harapiento e intentando realizar unas katas entre la muchedumbre que se agolpaba sobre las barandas del barco a admirar el flamante arcoiris que había dejado abandonado la tormenta a sus espaldas.

Entre movimiento rápido de manos y movimiento aún más veloz de pies, Kasumi dejaba salir unos lastimeros suspiros.

-¿Qué pasa Kasumi?

-Me Abuuuuuuu-RRO.

-Pues mira el bellísimo paisaje que a eso vinimos.

-Puaajjj, eso es para Ibukis creídas. No tienen la más mínima sensibilidad por la naturaleza pero se sacan la foto igual para que la gente vea cuánto dinero gastaron en el viaje.

-¿Ibukis?

-Sí, mamá, Ibukis –frunció los labios y el entrecejo en un mismo gesto de disgusto-. No estás en la onda. Ibuki es la animadora del programa juvenil que mira Akane. Canta, baila, muestra pecho y después, una sonrisa falsa. Luego arquea las caderas, vuelve a mostrar pecho y otra sonrisa vacía. Y mejor no te digo cómo revolea el culo ni cómo se viste. Solo te advierto. Puedo aceptar que mi hermanita no quiera seguir los pasos de papá pero esto me parece intolerable. Ayer la sorprendí diciendo que quería ser una Ibuki cuando fuera mayor. Haz el favor de enderezarla. Que cada vez se aleja más de lo que el destino le tiene preparada.

-Anda que tú…

El puño de Kasumi volvió a tensarse como aquella vez en el parque y se colocó justo frente al rostro de su madre.

-¿YO QUÉ?...Yo…-bajo el brazo-…lo siento, mamá. Todavía me cuesta controlarme…no soy como tú…tan tranquila…

Y sin embargo, catalogar en ese momento a Kimiko de tranquila, luego de sentir el puño de su hija tan cerca de su cara, parecía más bien una broma pesada que una descripción acorde a la realidad. Bastará con decir que se podía ver el fuego ardiente de sus ojos a pesar de las gafas de sol, para que el lector inteligente entienda perfectamente a lo que me refiero.

-¡YA BASTA, JOVENCITA INSOLENTE! –estalló- ¡ESTOY HARTA DE VERTE ASÍ DE CICLOTÍMICA! O ERES UNA COSA O LA OTRA. BORDE O DULCE. LAS DOS COSAS NO.

Kasumi empalideció. Su madre no solía enfadarse pero si lo hacía ya podían despedirse sus nalgas de los asientos durante los dos o tres días que le durara el dolor por los golpes que le daría.

-S-se me escapó, mami…por fa…que estamos de vacaciones. Mira el paisaje…

La vena del cuello de Kimiko pasó del rojo al morado y el aura de combate del azul claro al más oscuro azabache.

-¡AKANE! ¡NABIKI! Venid aquí ahora. Hoy mismo elegiré heredera.

La mayor de las Tendo intentó dilatar las cosas por última vez.

-¿No debería ser papi… quien…?

-¿Soun? Hija mía, abre los ojos de una vez. La dueña del Dojo soy yo. En cuestión de fuerza y técnicas tu padre no me llega a los talones. Ya puedes empezar a hacerme la pelota porque YO decido.

Nabiki y Akane temblaban en un rincón sin hablar. En rigor nunca le habían visto así. Solo Kasumi y sus nalgas recordaban su poderosa furia. Y tan solo por sugerirle una vez y en broma "que cocinar no era lo suyo".

-¡Seguidme!

Las cuatro mujeres Tendo marcharon en fila india y en silencio, nuevamente actuando de forma prematura la marcha fúnebre que en rigor les tocaba protagonizar días después. Solo la madre, la gran ausente en la siguiente caminata fúnebre, se permitía el lujo de hablar.

-La joven insolente aquí presente -me ahorro de dar nombres- insiste en que las artes marciales radican en la fuerza y técnica de…

-…pero mamá –interrumpió Kasumi-. Si tú misma acabas de afirmar que decides tú en lugar de papi porque eres más fuerte.

Una ráfaga veloz como el rayo, que apenas Kasumi logró enfocar, se movió desde la madre hasta un centímetro antes de sus narices. Era el puño materno. En la misma pose y tensión que el suyo de instantes atrás.

-Nos hacemos fuertes para proteger lo que es importante para cada uno. Heredará MI Dojo la que me demuestre que es más apta para cuidar a los demás.

Pan comido –pensó Kasumi-. Llevo defendiéndolas de los aprovechados del cole desde siempre. Aún con triquiñuelas sigo siendo la heredera.

Ya en el camarote Tendo, Kimiko relajo el rostro y volvió a comportarse como la madre buena y sabia de siempre.

-Aquí tenéis. Son tres patitos de madera. Los he confeccionado yo con mis propias manos y hasta les he pintado vuestro nombre en cado uno. Cuidadlos bien. La que lo conserve más tiempo será la heredera. Obviamente, podéis acudir a las artes marciales para desvalijar a vuestras rivales de su tesoro. Es un método fácil y directo. Gana el más fuerte.

Kasumi apretó los puños aunque se cuidó muy bien de no mostrar otra vez su faceta iracunda delante de la madre.

-Mis hermanas son sagradas. Ganaré sin usar la fuerza.

Y se fue dando un portazo. Detrás de ella, las otras dos hermanitas, sin decir palabra ni saber bien qué hacer con tan pesada carga.

¿La orgullosa, la sacrificada o la del corazón de oro? ¿Quién ganará? –se preguntaba Kimiko-. ¿Qué importa? –se encogió de hombros-. Las quiero a las tres por igual.

Fin de la primera parte.


En el próximo, naufragio, trauma y cambio de personalidad de cada hermana.


Historia bonus.

Rectificar es de sabios.

Bwuajajajajaja. ¡Yo sabía! ¡Yo sabía! ¡Yo sabía que este día iba a llegar! Claro que sí. Cuando una vale, vale. ¿Cuánto duró el supuesto "Sensei" sin mi? ¿Cuánto? ¿Diez capítulos? ¿Menos? ¿Y por qué dio su brazo a torcer? ¿Qué paso? Ohhh, nada. Un detalle menor. TENÍA QUE ESCRIBIR UN FIC ROMÁNTICO DE VERDAD. CON MAYÚSCULAS. Y claaaaaaro; una cosa es redactar las tonterías de siempre y otra intentar superar a la Balada de Ranma y Akane. Para algo así necesitaba PRO-FE-SIO-NA-LES. Actrices espléndidas. Ibukis. Sí, sí, sí. A mí. Me necesitaba a mí. Uy, fue tan bonito cuando le vi venir con el rabo entre las piernas a implorarme que regresara, que le perdonara, que todo había sido un error…

Y ojo, que una tiene su orgullo y mil veces estuve a punto de mandarlo a la mierda. De decirle que ya había perdido la oportunidad pero…por amor a la profesión…y por un jugoso aumento de sueldo…al final me ha convencido. Y simplemente para empezar a demostrar mi valía os pido de corazón a todos los lectores que, para mostrar vuestra alegría por semejante suceso, comentéis por duplicado. Eso distinguirá al que comenta por el "sensei" de los que comentan por mi. QUE LE QUEDE BIEN CLARITO. La mayoría de los aplausos me los gano yo…

Cambiando de tema, este capítulo estuvo muy lejos -en materia romántica al menos- de cumplir con lo que el título promete. Eso es porque salgo poco yo. La trama realmente romántica se desarrollarrá en el próximo capítulo que transcurre en el presente, momento en el que el joven de la coleta y el patito de Akane tendrán sus más y sus menos.

Fin de una historia bonus y el recomienzo de una gran carrera artística.


Comentarios

Estimada Akyfin02. Ayayayay. Me olvidé de revisar si habías publicado Mizaki. ¡Qué barbaridad! Con lo que me gusta esa historia. Bueno, al menos te hice algo de publicidad. No está mal lo de las hamburguesas…la película Lluvia de albondigas me encanta.

Ya que lo preguntas, la economía en España está fatal. Mucha gente sin trabajo. Y los que lo conservan en peores codiciones que hace unos años. En mi caso, por ejemplo, me veo obligado a trabajar el doble de tiempo para estar igual que antes. Y dado el panorama general no me puedo quejar. Por otra parte, si planeas venir cuando seas billonaria, es un país genial para turistas ricos…

Se coloca 1 terrón en la primera taza, 4 en la segunda taza y 5 en la tercera. Luego se coloca la primera taza encima de la segunda taza… ¡Gracias Internet!

Estimada sofiaflores1. ¡Enhorabuena por el compromiso y saludos a tu póstipe azul! Aunque no entiendo muy bien eso de proponerte matrimonio. ¿No tendría que haberte comprometido el padre de él con el tuyo sin avisarles?

Como habrás podido comprobar de a poco me voy mentalizando otra vez en Misterios en Nerima. ¿Será que Ibuki tiene algo que ver con Los Que Saben?

Cuando llegó Bulmita tuve que estrechar lazos con Gohan durante más de un año. Primero porque sobre el final del embarazo Minefine7 ya no podía atenderlo igual y luego porque Bulmita acaparó a su madre literalmente sin darnos bola a los otros dos integrantes de la familia. Recién cuando cumplió ocho meses, Bulmita se enteró de que existía algo más en el mundo además de la teta y mi vida se convirtió en lo que es ahora.

La descripción de Akane temiendo a las hormigas está inspirada en Bulmita y supongo que con eso respondo a tu pregunta sobre sus travesuras con animales.

Estem…Minefine7 y yo éramos novios en Argentina y vivíamos en las casa de nuestros respectivos padres. Un día tuvimos la posibilidad de hacer un viaje de estudios por nueve meses a España y como soy medievalista…y existía la posibilidad real de que el viaje se alargase indefinidamente, le pedí permiso formal al padre de casarme con su hija si esto finalmente ocurría. No fue muy romántico pero tampoco hacía falta. Desde el principio Minefine7 y yo teníamos el pacto implícito de hacer que la relación funcionara hasta las máximas consecuencias. Eso incluía, desde luego, el matrimonio.

Estimado LuyyiAVG. Efectivamente, el capítulo 100 está más cerca. Me había propuesto llegar este año. Difícil. Pero no imposible. A lo mejor, me estiro hasta principios de enero y lo hago coincidir con el año exacto de empezar a recopilarlos. Por lo pronto he recuperado a Ibuki. Todavía sigue en pie mi promesa de escribir Ibuki ½ para la centena. Supongo que tú eres la persona ideal para contestarme esta duda que tengo: ¿Para el capítulo 86 sería muuuuuuy ridículo hacer un crossover con el superagente o existe la posibilidad?

Estimada Daia (cap. 15). Claro que he visto todos tus mensajes. De hecho, ha coincidido con mi cumpleaños, así que muchas gracias. Tener una lectora nueva tan entusiasta es todo un regalo.

Estimada Daia (cap. 17). Bueno, no son toooodos. Igual me ha tocado conocer hasta una pro-Kodachi. Su argumento: es la única que le quiere sin estar comprometida. La única 100% sincera…

Estimada Daia (cap. 18). Gracias por tantos cumplidos. Cuando empecé a escribir fics, no había leído ni uno solo. Supongo que eso fue malo porque me costó entrar en sintonía pero me permitió mantener mi toque de originalidad. Ahora que he leído lo suficiente del género, hay cosas que seguramente las escribiría diferente.

Estimada Daia (cap. 19). Lamento informarte que a Gohan se le ha ido la pasión por Inuyasha. Ahora está totalmente obsesionado otra vez con Dragon Ball. Igual sigue siendo pro-Kagome.

Estimada Ai. Me cachis. ¡ES VERDAD! Me olvide de escribir el epílogo en el que Ranma le cuenta a Akane el por qué de su cambio, cierra los ojos porque cree que le van a besar y en lugar de eso, Akane salta furiosa y se va a darles su merecido a los idiotas que se rieron de ella.

En realidad los hombres no tienen sentimientos. Es uno de esos elementos fantásticos que pongo en mis fics para hacerlos más románticos como los edificios que hablan y las galletas de la suerte vacías.

No lo sé. A lo mejor Kasumi preparó todo. O quizá solo tuvo mala suerte Akane. Lo que es seguro es que Ranma no tuvo nada que ver con las desapariciones.

Historia bonus: Claro que le hizo daño…a la araña. ¡Pobre araña! Con lo tranquila que estaba en la mano de mi hijo…

No he entendido muy bien lo del final del review: "postdata marimacho". Si significa que vas a leerlo o que ya lo has leído. Por las dudas, te pido que no lo leas todavía. Le quedan 2 capitulos pendientes que terminaré para fin de año.

Estimada Daia (cap. 22). ¿Tomo 39? Aparece en el capítulo 75. Te lo recomiendo.

Estimada Daia (cap. 24). Yo todavía no tuve tiempo de leerle los fics a Freya pero Minefine7 sí que lo hizo y le gusta.

Estimada minefine7. ¿Y el lemon pie? Pues tus besos saben a dulce de leche.

Estimada Maxhika. Muchas gracias por la felicitación. A propósito, ¿tú cuándo cumples?

Estimada Daia (cap. 27). Ahora gana Goku seguro. Desde la nueva película que se acaba de estrenar, se puede convertir en Dios. Fin de la discusión.

Estimada Daia (cap. 28). El truco de llorar ya no me funciona. ¡Snifffff!

Estimado hikarus. Buen final el tuyo. Lástima que cuesta tanto dejar de lado el orgullo. Sobre todo si lo son tanto como es el caso de nuestros protagonistas.

Estimada Daia (cap. 39). Las historias reales tienen ese encanto. Son más intensas que las fantásticas.

Estimada Massy13. La reacción posterior es que cada tres o cuatro meses sin que venga a cuenta, Minefine7 me pregunta toda ilusionada: "¿Pero de verdad se la comió o te lo inventaste para torturarme?". Y yo le contesto: "aunque me encanta torturarte con mis historias, esta es de verdad".

Estimada Daia (cap. 42). La historia con Minefine7 es 100% real. Suelo en mis historias bonus enfatizar algunos aspectos para hacerlos más graciosos o efectivos, incluso a veces miento un poquito con los tiempos uniendo sucesos que sucedieron en rigor en días separados. Sin embargo, en esta historia no hice nada de eso. Al contrario, hasta omití detalles para no ser demasiado repetitivo y cansino en la lenta descripción del proceso de confesión.