Prometinovios on ice.

Entre los fans del club de Hockey sobre hielo más afamado de Japón, los Nerima Chihoku, cundía la decepción y el rumor se esparcía por los periódicos deportivos como palabras deslizándose por una catarata de titulares sensacionalistas: "El gran Hachiro traiciona a su excompañeros", "Cambio de vereda del infalible capitán", "Fin de una era", "El Figo japonés" y otras noticias más, daban cuenta de un pequeño terremoto a escala deportiva. El autor del 80% de los goles de Nerima Chihoku, Hachiro Stick, fichaba por su eterno rival a cambio de una suma astronómica de dinero. La desolación era completa en las varias peñas y clubes de admiradores del deportista del año de Nerima. Haiku-kun, autor del célebre cántico: "Hachiro, Hachiro, nunca erra un tiro" ahogaba las penas en un bar cercano al estadio de Hockey. Unos cuantos hinchas más de sexo masculino también lamentaban de forma similar la merma en el rendimiento deportivo de su equipo. Y, sin embargo, no eran estos los que mayor costernación demostraban. ¡No! Se trataba de las féminas -especialmente las adolescentes- las que alternativamente demostraban dolor, si pertenecían al club abandonado o escenas de algarabía si hinchaban por el nuevo equipo. En realidad, y pasadas una semanas, la mayoría, fanáticas esporádicas de Chihoku, y simples admiradoras de sus pómulos rectos y músculos enormes, habían cambiado de bando casi sin pensárselo demasiado. Solo una fan se alegró del cambio por razones meramente deportivas, la única mujer de todo Japón que admiraba el deporte antes que las delicadas facciones de la estrella número uno del país, Akane Tendo. De hecho, y aunque se cuidara muy bien de manifestarlo en público, era una forofa de Nerima Devils, nuevo hogar de Hachiro y de toda la parafernalia que su fama generaba.

¡Por fin! –tembló de emoción cuando se enteró de la noticia-. ¡Por fin podremos vencerles! Chihaku no volverá a reirse de los Devils jamás.

Como todos los hombres sospechan (aunque DE MOMENTO no exista ninguna prueba), en todo armario de mujer –incluso en el de Akane- existe un botón secreto primorosamente escondido que al pulsarse da lugar al movimiento de sigilosos mecanismos. Estos engranajes construidos fuera del conocimiento del sexo masculino, liberan por fin, una trampilla en el interior mismo del closet que da paso a una nueva habitación, hogar dentro del hogar en donde cada mujer guarda sus más preciados tesoros femeninos. Precisamente por esto, es que se acostumbra decir que los hombres que deciden cambiarse de vereda "han salido del armario". Es decir, el gremio femenino les ha reconocido como integrantes de su logia y se les ha dado acceso a este singularísimo privilegio.

Akane, pues oteo en ambas direcciones hasta asegurarse de que Happosai no estuviera escondido por alli para espiarle, luego quitó la percha con su kimono rosa y dio tres golpecitos sobre la madera trasera del mueble. Instantáneamente un hueco del tamaño de un puño se materializó en la base del mismo y fue ampliándose poco a poco hasta permitirle el paso.

Si Ranma supiera que quepo por aquí –pensó mientras se deslizaba por un tubo al estilo baticueva de Batman- ya no me diría que estoy gorda.

Una tenue luz de una vela aromática iluminaba el cuartito secreto. Colgados sobre las paredes más de cinco o seis uniformes colorados de los Nerima Devils aguardaban a que su dueña los desempolvara y aseara un poco. Junto al número 16 del goleador histórico de los Devils, se encontraba la 1, la de su fundador, Taichiro Sato, gran guardameta y presidente actual del club. Una mano de Akane resbaló por la manga izquierda de la equipación. Le admiraba. Como hombre y como deportista. Aquel viejo estadista era el artífice de todo. Primero, como joven visionario y soñador que promovió la práctica de aquella actividad en una ciudad poco acostumbrada a los deportes de invierno. Luego como jugador estrella que gracias a sus paradas consiguió que el equipo conservara la categoría en sus inicios titubeantes e inseguros. Y luego como dirigente, logró lo imposible, que Nerima se coronara como la cuna del hockey. Su única deuda pendiente era el campeonato, título que se les escurrió de entre las manos cuatro años seguidos por culpa de Hachiro. Quizás era traicionar un poco las bases de esfuerzo y superación que había establecido como método de crecimiento, pero si hacía falta fichar a la estrella del rival por un dineral para alcanzar el último objetivo…pues era su deber hacerlo. Nada que reprocharle desde la óptica de Akane.

Si Ranma supiera…-volvió a pensar-. ¿Se burlaría de mí o se pondría celoso? Ambas por supuesto.

Sonrió. Afuera quizá fuera tonta, impulsiva y desconfiada. Pero en su refugio lo era un poquito menos. Lo suficiente como para comprender que el inamduro de su prometido no debía por nada del mundo saber sobre su obsesión con un deporte tradicionalmente de hombres…más teniendo en cuenta el éxito que solía tener el tal Hachiro entre el público femenino. Imposible que le creyera genuinamente interesada en los Nerima Devils por causas solo deportivas y de hacerlo, aún así no se salvaría del típico latiguillo: "marimacho".

Por el momento estaba a salvo de ese peligro. En el fondo si había bajado allí era para concentrarse y prepararse para el "otro peligro" que le aquejaba. Desde que había probado el sabor café de los labios de Ranma en el planetario, todo parecía haber vuelto a la normalidad. Las mismas peleas infantiles y la misma distancia cercana que ni les unía del todo por amor ni les separaba definitivamente por timidez. No habían vuelto a besarse. Tampoco siquiera habían hablado del asunto. Una especie de secreto compartido que podía significar tanto un "fue un accidente sin importancia" como un "disimulemos en público". Nadie osaba preguntar al otro de cuál se trataba. Y sin embargo, esa tarde, esa maldita tarde, les tocaba volver al planetario, otra vez solos. ¿Hablarían? ¿Habría otro "accidente"? ¿Seguirían sabiendo sus labios a café?


-Has llegado tarde.

Akane Tendo le había esperado en la puerta del planetario durante más de media hora. La blusa nueva y recién estrenada arrugada por el viento y los nervios, el maquillaje de Kasumi algo corrido por dos medias plimps nerviosas que osaron escapar minutos atrás cuando el pesimismo le ganó al optimismo. Además, un viento suave que le agitaba la punta de los pelos.

-Sí, perdona –repuso Ranma sin mucha convicción-. Tengo la sensación de que esta semana voy retrasado con todo. Que hago cosas que debería haber hecho antes.

Caminaba agitado y algo desaliñado. Señal de que venía corriendo y que poco tiempo le había sobrado.

-Entiendo. Hubo "distracciones" por el camino…¿qué fue? ¿Shampoo? ¿Kodachi?

Ranma dejó escapar un suspiro y miró hacia el cielo.

-Kuno.

-¿Nada más? –enarcó una ceja Akane-. Eso no te retrasa ni un minuto. ¿No te habrás quedado mirando otra vez el Agente 86 en la tele?

-Puede, ya te dije que hoy siento que voy desincronizado. Como si hiciera cosas que tocaba hacer antes.

Akane volvió a observar a su prometido. Ella se había esforzado tanto en disfrazarse de mujer para que el idiota ni se tomara la molestia de intentar hacer lo propio. No esperaba que apareciera de traje y corbata pero…¿el Agente 86? Toda su frustración se descargó en una frase hiriente.

-Ese programa es aburrido.

-Te lo parece porque no entiendes nada de romanticismo –repuso Ranma, acusando el impacto-. La 99 está enamorada del agente 86 pero él no se da cuenta. Y el 86 está enamorado de la 99 y tampoco lo nota ella.

Akane obvió la indirecta casi sin procesarla. Estaba demasiado enojada. Solo le importaba ganar la batalla dialéctica en lugar de procesar correctamente los mensajes.

-Ya. Esas cosas es imposible que pasen en la realidad.

-Bueeeno, vaaale…tienes razón…supongo. Igual al final se casan y tiene hijos. Si ese tonto puede…yo…

-¿Tú qué?

-En fin…si él puede vencer a todos sus enemigos con esa torpeza, yo lo tengo mucho más fácil.


Aquella noche Akane volvió a esconderse en su cuartito secreto y ya no volvió a su cama hasta la mañana. Unos hilillos de plimps encadenadas nacían desde ambas cuencas lagrimales y se juntaban bajo su mentón para bombardear su escote con plimps gigantescas. Se sentía estúpida y amargada. Ya en la tranquilidad de su refugio, había descifrado las indirectas con cierta facilidad. La furia inicial hacia Ranma había mutado en una brutal autoreprimenda. Si se había perdido la posibilidad de hablar o de pasar otra vez a la acción era más por culpa suya que por falta de iniciativa de él.

¿Somos como el agente 86? –se lamentaba-. ¿Desde cuando se convirtió mi vida en una comedia romántica? ¿Si yo estaba destinada a protagonizar grandes historias de artes marciales?

Luego lo entendió todo. En su vida cada enemigo era una mera excusa para propiciar lo otro. Saffron, Happosai...Kaos, Sigfrido. ¿Qué diferencia había? Ninguna.

Muy cerca de allí, en la cuevita de la hombría, antro similar al del cuarto escondido tras el placard de las mujeres, Ranma también protagonizaba ciertas escenas de autoinculpamiento.

¿Cómo pude distraerme así? –tiró de la cadena-. Llegar tarde a una mediacita tan importante –colocó el papel higiénico otra vez en su sitio-. Y por una cosa tan tonta como una comedia de la tele. Me merezco su furia e incomprensión. Ella tan bonita, tan arreglada y yo…desastroso. ¡Horrible!

Ranma también se pasó aquella noche en vela…en el lavabo. Pensando y repensando los pasos a seguir por la mañana. Paso núnero uno: disculparse por llegar tarde. Paso número dos: arreglar una nueva cita con la excusa de corregir los errores del trabajo. En realidad no había ninguno pero Akane era perfeccionista. De seguro colaría. Paso número tres: dedicarle algún cumplido sobre su aspecto de ayer. Nada de "eres bonita cuando sonríes". Ese ya estaba muy gastado. A lo mejor contrataría al tal Haiku-kun que se anunciaba en la tele y los periódicos para que le ayudara a componerle un poema…daba igual. El paso tres podía esperar. Solo el uno y el dos eran realmente urgentes.

Y mientras Ranma se devanaba los sesos intentando recrear una escena propicia para las confesiones por cuenta propia, Akane caía por fin rendida en el suelo de su piecita oculta. De tanto llorar había empapado el camisón. Sin ganas de subir hasta su habitación, había optado por abrigarse con la camiseta número 1 de los Nerima Devils. Y se durmió pensando en Ranmas con sabor a cafés y cafés con sabor a Ranma que también los hay.


Por la mañana el reloj despertador sorprendió a ambos muchachos sobando en sitios prohibidos. El uno roncaba sobre el jabón del lavabo generando con cada exhalación una pompa del tamaño de una pelota de tenis y la otra, en la oscuridad más profunda de su escondite secreto. Akane fue la primera en reaccionar. Subió tan rápido como pudo hasta su cuarto se puso las pantuflas y se dirigió presta al servicio. Si se maquillaba adecuadamente nadie notaría que había llorado toda la noche. Ranma a su vez, salió del baño, envuelto en llamas de decisión. No esperaría más para decir las cosas claras y verdaderas. Se confesaría sin esperar siquiera a que ella le contestara o le correspondiera.

Entonces ocurrió lo inevitable. Akane vio a Ranma envuelto de pompas de jabón y echó a reir y Ranma observó a su prometida semidesnuda, solo tapada por la infima protección de una camiseta deportiva y su sonrojo infatil invadió su cerebro y se apoderó de las pocas neuronas que batallaron por ofrecer resistencia.

-Jajajaja. A la marimacho le gusta el Hockey. A la marimacho le gusta el Hockey.

Las palabras de Ranma impactaron en el ánimo resquebrajado de Akane con la fuerza de un knockout. Se había olvidado completamente de cambiarse. Su cuerpo casi expuesto ante la mirada lasciva del pervertido y su pasión secreta al descubierto. Un combo perfecto de vergüenza. Una pesadilla digna de Halloween.

-¡Idiota! –intentó darle con el mazo sin éxito. Estaba demasiado somnolienta y nerviosa como para atinar. Además Ranma se movía con una agilidad diferente. Como más lento. Normal teniendo en cuenta que tampoco había dormido nada.

-¡Hockey! Es que cada día nuevo te superas.

-Déjame en paz, idiota. ¿No ves que no estoy de ánimo para tu crueldad ahora? Yo voy a cambiarme ahora y tú mejor que ni te me acerques en todo el día ¿Entendido?

-Y-yo…Akane…-titubeó y al hacerlo notó los ojos enrojecidos de su interlocutora-. Espera…no te vayas…yo…demonios, estás bonita con esa camiseta. No te la quites.

Ranma se quedó petrificado en su sitio, insultándose a sí mismo por su falta de inventiva.

Si seré idiota –se repetía-. Me he vuelto a plagiar en lo mismo.

Akane, por su parte, comenzó a respirar de forma agitada. La "Musa "que vive dentro del corazón de toda mujer enamorada se activó de golpe. Le fallaban las fuerzas sin su desayuno diario. Y ya llevaba bastante tiempo despierta sin echar nada al estómago. La cabeza le daba vueltas. Sentía que se caería allí mismo si no le ponía remedio. Solo el aliento de Ranma tan próximo a ella, le permitía mantenerse en pie.

-Café…necesito un poco de café…

Al principio el muchacho no entendió bien que pasaba. La palidez de Akane iba mutando en un rosa cada vez más intenso a medida que se besaban. Primero le odiaba…luego lo besaba…daba igual. A Ranma simplemente le daba igual que usaran sus besos de complemento vitanímico.

-De acuerdo –se puso Akane las orejeras conseguidas en pasadas aventuras-. Entonces aprovecharemos que es sábado para terminar el trabajo en un bar. Yo iré con esta camiseta que tanta gracia te hace y no oiré gracias a estas –se señaló las orejeras- ninguno de tus comentarios mordaces.

Y así hubiese terminado esta historia, con final feliz y sin suspenso si no fuera por un ligerísimo detalle. Aquel día en aquel bar…Hachiro Stick había decidido promocionar sus nuevo perfume: Eau de Traître y Akane se dirigía hacia la trampa del destino acompañada de un celoso incorregible y vestida como una fanática más.

-¡Akane! ¡Akane! ¡Has venido! –exclamó Sayuri apenas le vio llegar.

-¿Q-qué pasa?

La amiga le señaló con unas de esas manos gigantes que utilizan los americanos para animar a su equipo y se acomodó la gorra de los Nerima Devils.

-Como si no lo supieras con esas pintas. Hachiro está firmando autógrafos.

-¿QUIÉN ES HACHIRO? –interrumpió Ranma.

Ya estamos –pensó Akane-. Ni un segundo de felicidad sin problemas me dejan disfrutar.

-Por favor –le hizo a un lado con delicadeza-, déjame hablar a solas con Sayuri. Luego te explicaré todo con lujo de detalles. Te doy mi palabra de Akane.

-¿Tu palabra de Akane? Jamás había oído hablar de eso. Pero suena serio.

-Y tanto. Es la primera vez que se la doy a alguien. Considérate afortunado.

Nuevamente, permitidme la insitencia, podría decirse que así hubiese terminado todo. Con la "palabra de Akane" como antídoto para la desconfianza e inmadurez de la pareja…más cuando precisamente Ranma aceptó dócilmente aquello como una forma congruente de solucionar el problema y ante la sorpresa de Sayuri se alejó unos cuantos pasos.

-Ahora que estamos solas, puedes decirme ¿a santo de qué vas disfrazada así, Sayuri? ¿Desde cuándo te gusta el Hockey?

-Desde que el guapo de Hachiro fichó por los Devils, obviamente. ¿Y tú? ¿No vas a decirme que has venido vestida así hasta aquí por casualidad?

-Precisamente.

Sayuri le guiñó un ojo.

-Y desde luego, delante de Ranma no puedes reconocer que es guapo.

-Claro que no es guapo…

-…delante de Ranma...-le interrumpió con malicia-. Entiendo. Mis labios serán una tumba.

Y así terminó la conversación con Sayuri. Abruptamente. Todavía estaba a tiempo de huir de allí con Ranma y aclararlo todo pero…el destino ya tenía todas las cartas ganadoras en su mano. Bastó con que el engreído de Hachiro –porque obviamente y aunque no se dijo antes, era engreído- saliera al trote del bar, le rodeara una nube de fanáticas y este agobiado por tanta fan incodicional, pegara dos manotazos al aire sin mala intención, para que desatara una enemistad irrenconciliable.

-Mira lo que le has hecho a mi novia –bramó Ranma cogiéndole del casco y levantándole un palmo del suelo-. Le has tirado el café en la camiseta. Discúlpate.

Los potentes músculos de Hachiro rodearon el brazo de Ranma y presionaron con tanta fuerza que poco a poco le obligaron a bajarlo hasta el suelo.

-A las amigas de tu "novia" no parece importarles demasiado. Y creo que a ella tampoco.

Efectivamente Sayuri pegaba ligero chillido tras ligero chillido mirando atónita la camiseta de Akane-

-Ohhhhh. Es el Café de Hachiro. Sobre él depositó sus labios hace instantes. Ay, que me da algo. Ay, que me da algo. No laves el vestido nunca. Hay que enmarcarlo. ¿Qué digo enmarcarlo? Hay que embalsamarlo. Te lo compro. 1000 yens. No espera. Aquí tengo más. Dos mil quinientos.


Cuando Ranma volvió la vista hacia Hachiro, este ya estaba muy lejos firmando autógrafos. Luego se subió a su gigantesca limusina y partió dejando tras de sí un sinfín de jovencita semidesmayadas. Dadas las pertinentes explicaciones, palabra de Akane mediante, Ranma se frotó el puño dolorido y trató de zanjar la cuestión con una sentencia.

-Si será engreido ese tipejo.

-No es para tanto –le repuso Akane con una sonrisa de esas que le hacían más bonita que de costumbre.

-¿Que no es para tanto? Si yo te hago algo así sin querer me mandas a volar y este lo hizo a propósito.

-Eso no lo sabes.

Ranma se cruzó de brazos, ofuscado.

-¿Desde cuándo eres tan analítica? Sacar conclusiones apresuradas es lo tuyo.

-Es una estrella. Estas cosas le pasarán a diario.

-Ya veo.

-¿Qué ves?

-¡Una estrella! –puso Ranma los ojos en blanco mientras la dibujaba irónicamente en el aire-. Te gustan las estrellas.

-No digas tonterías.

-Pero si te has ruborizado.

-Calla. No es verdad.

A continuación se desató un tenso silencio de esos que siempre se solucionaban con una interrupción rumikesca. Lamentablemente, Ryoga andaba por el Himalaya (22 grados de sensación térmica) y Shampoo, Ukyo y Kodachi habían asisitido al festival de animé de Tokio, haciendo cosplay de Kagome, Kaede y Kikio.

Finalmente Ranma volvió a hablar.

-Apuesto a que podría ganarle.

-Seguro. Y yo.

-Me refiero en su campo. Jugando a eso.

Akane le dedicó una mirada tierna.

-¿Tú? Pero si no sabes nada de Hockey sobre hielo.

-Claro que sí. Anotaré muchas carreras. Ya lo verás.

-Goles.

Ranma prosiguió con su razonamiento, haciendo caso omiso de las correcciones de su prometinovia (existe el término, lo tengo patentado).

-He dicho "goles". Al final del cuarto tiempo Hachiro se irá llorando del estadio.

-Solo hay tres partes.

-Pues llorará en los vestuarios cuando recuerde la paliza que le di.

Akane se puso en puntillas y le dio un beso en el mentón.

-Lo que tú digas.

Fin de la primera parte.


Elige tu propia historia bonus: El circo.

Estos libros estaban de moda cuando Minefine7 y yo éramos chicos. No existía todavía el hipervínculo y por tanto, se publicaban en papel unas historias que cada tanto dejaban al lector escoger entre varias opciones y le mandaba a continuar leyendo en tal o cual página (página que tenía que encontrar manualmente). En este caso, para simplificar un poco el sistema, lo haremos con un multiple choice.

Durante dos días de esta semana acudió al pueblo un circo francés pequeñito pequeñito (tenían una llama, un dromedario, una serpiente y poco más) y se aposentó en un terreno baldío muy cerca de mi casa. Quiso la mala fortuna y la enorme pericia de los muchachos del circo para hacer propaganda, que tanto Gohan como Bulmita se enteraran de su presencia y, por supuesto, que quisieran ir con desesperación a la primera función. Y digo que fue mala suerte porque como recordaréis, a Bulmita le aterra todo ser vivo no humano de mayor tamaño de una hormiga a menos de dos kilómetros de distancia. Intenté explicarle en vano durante horas que por las dimensiones reducidas de la carpa que ya habían montado y se podía ver desde el balcón de mi casa, los animales necesariamente actuarían a escasos metros de la grada en donde nos tocaría sentarnos y eso en el mejor de los casos…en el peor los tendría frente a frente.

Para resumir la historia, solo diré que durante todo el día y hasta que nos acercamos a comprar las entradas, la magia de la imaginación infantil había reducido en su mente el tamaño de los animales al de unos peluches inofensivos y había magnificado las cualidades acrobáticas y circenses de los payasos y demás integrantes humanos de la compañía. Fue, sin embargo, cuando comenzamos a acercarnos que Bulmita, advirtió con horror que fuera de la carpa los animales vagaban en libertad y eran desde sus pequeños y horrorizados ojos, enormes.

Desde luego se largó a llorar, gritando: "¡Quiero irme! ¡Quiero irme!"

1) Entonces yo…

a) Me di vuelta brucamente y exclamé con la voz entrecortada: "Cuidado, Bulmita, que se escapó un elefante".

b) Me lo tomé con mucha madurez y responsabilidad de padre y por tanto respeté sus tiempos de asimilación de lo nuevo y extraño.

c) Tuve que actuar en casa el "Circo Sensei sin animales" en donde yo era el mago, equilibrista, payaso y presentador.

Una hora y media después, los valientes de Gohan y Videl salían del circo con diferentes estados de ánimo. El primero, alma infantil y alegre, profundamente emocionado por el espectáculo superior. Y la segunda, triste por el escaso nivel de la fauna exhibida y porque el truco del payaso consistía solamente en arrojarle pelotas de playa a la cara al público. En el momento en que ambos manifestaron su opinión contrastante al unísono, giraron sus cabezas hacia el otro integrante de la pareja y esbozaron un gesto de sorpresa cecano a la desilusión.

2) Entonces Gohan dijo:

a) Claro, no te gusta el circo porque temes que la mujer barbuda te haga competencia como la marimacho de Nerima…digo…del pueblo.

b) No pasa nada. A mi me gusta y a ti no. Mejor hablemos de otra cosa para no pelearnos.

c) La C es siempre falsa ni me molesto en inventarme algo.

Al día siguiente, le prometí a Gohan que si sacaba poca tarea le dejaría ir de nuevo a la última función como premio por sacar buena nota en los tres controles de la semana pasada. Sin embargo…

3) Sacó su maletín repleto de fichas y no pudo asistir. Entonces….

a) Se puso a llorar.

b) Se puso a llorar.

c) Se puso a llorar (sí, ya sé, si la C fuera siempre falsa, entraríamos en una especie de paradoja).

d)

Cuando Bulmita notó que Gohan estuvo a punto de obtener una segunda entrada al infierno de bestias devora-Bulmitas, montó en cólera y protestó exigiendo que la lleváramos a ella en lugar de Gohan o nos gastáramos el dinero de la entrada en un juguete.

4) Desde luego, ante una trampa tan sutil, la mejor forma de reaccionar es…

a) Comprarle el juguete.

b) Hacerle upa a la fuerza y salir corirendo con ella en brazos en dirección al circo mientras ella grita: "nooooo, tengo miedo. Yo quería el jueguete…el juguete".

c) Actuar en casa el "Circo Sensei sin animales" en donde yo sería el mago, equilibrista, payaso y presentador.

d) Todas las anteriores en el siguiente orden lógico: B, A y C.

Fin


Como sospecho que cierta persona que no pienso nombrar me va a acusar de hacer trampa, publico más adelante las respuestas.

Atención, Spoiler, Atención, Spoiler. No leer a menos que seas Akyfin02.

1=A. Me clavó las uñas hasta hacer contacto con el hueso. Me lo tenía merecido.

2=B. Yo hubiese debatido con Minefine7 a muerte. Las nuevas generaciones se ve que son más diplomáticas.

3=D. Se puso a llorar en silencio como solo Gohan sabe hacer (odia llorar hasta el extremo de desarrollar un llanto silencioso).

4=D. Obviamente intentar tomarle el pelo a Bulmita dos días seguidos solo podría traer nefastas consecuencias.

Fin de elige tu propia historia bonus.

Ah, sí, antes de irme: ¿Qué guardáis en vuestro cuarto oculto tras el armario? No intentéis negarlo. Sé que existe. Es la única explicación lógica a un montón de enigmas que la extraña conducta femenina genera en mí.


Comentarios

Estimada Ai. Idea de Minefine7. Redacción de Sensei. Censura de Minefine7. Nueva redacción de Sensei. Censura de Minefine7, etc. Al principio a mi tampoco se me pasó por la cabeza que fuera Musa. De hecho, era Maxwell Smart, Agente 86 de Control. Pero no pasó la censura.

Sí, lo de la cuenta abierta lo tomé de ti. Perdón, no conozco a muchas fans para saber sus hábitos de conducta. Así que aprovecho todos los detalles que sí manejo.

Cumple de minefine7: 18 de enero.

Musa no es tan ingenua. Se hace. De hecho, es mucho más ibukeska de lo que parece.

Estimada Massy13. Era cortito. Aunque igual costó lo suyo la redacción. Bueno, historias de cocacolas rotas tengo muchas. La más espectacular fue con 10 años. Me mandaron al almacén a comprar una y dio la casualidad que se me rompió en millones de pedacitos. Tan fuerte fue el impacto que casi no quedo vidrio sino como una especie de arena trasparente esparcida por toooooda la tienda y mezclada con el liquido marronuzco.

Estimado LuyyiAVG. La cocacola no es un producto capitalista. Nada que ver. ¿Qué te hace pensar que una multinacional tan poderosa y globalizada tenga apetencias, objetivos, métodos de producción y distribución capitalistas? Nada que ver.

Es que Swordmaster7 pelea como una vaca.

Estimada Renata. ¿Por qué cambio tan a menudo el nombre de la colección? Por culpa de Minefine7, mi mujer, que cuando comencé a hacerlo me dijo que así confundiría a los lectores y como a mi no me gusta perder a nada, le dije que pensaba seguir haciéndolo hasta llegar a los 800 reviews. Ella me dijo que entonces seguiría cambiándolo por siempre...en fin, ya me queda poco para rebatir a Minefine7 y, por tanto, ponerle algún nombre definitivo a la colección. Se aceptan sugerencias.

Estimado MATT. Espero por el bienestar físico de Gohan y mental de Minefine7, que nunca se le dé a mi hijo por imitarte. Es que ya me la imagino a Minefine7 acogotándolo. No te preocupes por la ausencia. Con dar el "presente" cada unas cuantas historias como ahora alcanza para saber que sigues estando del otro lado de la pantalla y que te siguen gustando mis historias.

Estimada Akyfin02. Es el riesgo de comentar la primera. Puedo confundirte con la última del capítulo anterior. Si quieres golpear a Musa espérate al capítulo 100. Ya tengo la trama y puedo adelantar que ella será la villana.

PS: Ya jugaré al Vector y te daré mi opinión.

Estimado hikarus. Musa por el momento no cobra nada. Se queda toda la paga Haiku-kun porque en sus palabras: "darle dinero a una mujer y tirarlo a la basura es casi lo mismo". Ahora que lo recuerdo, creo que tienes razón, pese al incidente de la cocacola, la comida sí que quedó sabrosa. Punto para mí.

PS: Ya volverá. Siempre vuelve.

Estimado Haiku-kun. Solo decirte una cosa. Préparate a sufrir. El castigo por tu osadía se manifestará en golpizas recibidas por tu personaje en todos los capítulos pares hasta el especial 100.

Estimada Chikibell (cap. 5). :-) Bienvenida.

Estimada Chikibell (cap. 8). Suele pasar, sobre todo con los primero capítulos, que caigas en la trampa. Luego los lectores ya se van acostumbrando al cambio inesperado en la trama.

Estimada Chikibell (cap. 11). Y a mi que leyeras tantos capítulos de una sola sentada.

Estimada Chikibell (cap. 14). También es de mi preferidos.

Estimada Minefine7. Je t´aime.

Estimada Daia (cap. 85). ¿Qué tal han ido los parciales?

Estimada Daia (cap. 86). ¿Eres antiIbuki como Minefine7? De acuerdo, seguro que Ibuki te perdona. Ella es muy comprensiva...

Estimada Evanmychen (cap. 1). De arrebato de locura nada. Todos los lectores deberían imitarte.

Estimada Evanmychen (cap. 2). Alucinar no, pero sí que me causó mucha alegría. Por el cambio de horario cuando tu comentas yo estoy durmiendo y cuando me levantó me encuentro con todos juntos de una. Es una buena forma de aforntar el día con una sonrisa.

Estimada Evanmychen (cap. 3). No es tu culpa. Ya me advirtió Minefine7 que era un poco confuso. Claro que por ese entonces todavía no cedía a su censura tan fácilmente.

Estimada Evanmychen (cap. 4). Nabiki, como ya he comentado en otras ocasiones, es mi personaje preferido de la serie luego de los protagonistas.

Estimada Evanmychen (cap. 5). Es una idea muy graciosa. Una margarita "deshojando" los pelos de una persona para vengarse. Da para una historia o un cuento. Quizá algún día te la robe.

Estimada Ai (cap. 2). Espero ansioso el capítulo 10 de Deseos. "Deseo" leerlo.

Estimada Evanmychen (cap. 6). Me alegro que te gustara porque aunque no quedé conforme del todo con el resultado, trabajé un montón para escribirlo.

Estimada Evanmychen (cap. 7). Es que Ranma nunca pierde contra Akane. Igual que Minefine7 hasta el día de la fecha jamás me ha ganado a nada. Mejor dicho, jamás ha logrado demostrar sin lugar a dudas que lo ha hecho.

Estimada Evanmychen (cap. 8). De acuerdo, pero que sepas que para mi es un reto personal despistar al lector.

Estimada Evanmychen (cap. 9). Recursos telenovelescos. Son mis preferidos. Y confieso, suelo abusar de ellos.

Estimada Evanmychen (cap. 10). Escribí esto hace meses pero sigo igual. No aguanto ni diez segundos contra Minefine7. A propósito, ¿Qué es el timbiriche?