Prometinovios. Segunda parte.
Un mes después del encontronazo entre Ranma y Hachiro, todas las alarmas sonaron en el sistema defensivo del guardarropa de Nabiki Tendo. Primero un leve pitido solo perceptible por oídos femeninos. Luego, unas sirenas nada silenciosas y por último, luces de todos los colores.
-¡Caramba! –exclamó Nabiki que casualmente se encontraba en ese momento en su habitación-. ¡Otra vez me dejé la puerta entreabierta del armario!
Dichas las palabras mágicas: "Ábrete Sésamo", el subsuelo del mueble dio lugar a una escalinata dorada que serpenteaba en dirección al infierno. Algunos escalones y las paredes presentaban a modo de lunares decorativos incrustaciones de piedras preciosas. Rubíes, esmeraldas y fotos de Bill Gates.
La mediana de las Tendo estuvo a punto de detenerse para honrar la imagen sagrada de su guía e inspiración cuando notó que, impulsado por el viento, subía por la escalera de caracol un poco de polvo. Solo entonces descubrió que no se trataba de una falsa alarma.
Bajó las escaleras con una resolución akanil, dispuesta a dar su vida por proteger aquello que más le importaba en la vida, la caja fuerte del sótano.
¡¿Qué haces aquí Akane?! –preguntó Nabiki cuando se topó con su hermana envuelta en el humo que ella misma había levantado al cargarse la pared del fondo, boquete por el que había ingresado en el cuarto de "reflexión" de su hermana.
-¿Desde cuándo soy tan…tan así, hermana? –repetía Akane en voz alta sin quedar muy claro si realmente se dirigía a Nabiki, dado el apelativo, o si se estaba hablando a sí misma-. Antes, el juicio de mis semejantes no me importaba nada de nada…Si odiaba a los chicos…pues lo decía. Nada que ocultar. Si cocinaba algo, se lo daba a probar a quien fuera…aunque supiera mal…ahora…desde que Ranma entró en mi vida…todo cambió. Me da miedo el qué dirán. ¿Y si no le gusta lo que preparé? ¿Y si se rie de mi? ¿Y si…? Confesarme me costó un riñón. Y esto del hockey me está carcomiendo el otro.
-Ya, ya. Interesante tráuma y no me vayas a tomar por una insensible pero…¿podrías tenerlo en otro sitio? Me estás mojando el oro con tus lágrimas.
Akane observó por unos instantes los lingotes que descansaban a sus pies, apilados en forma piramidal. Efectivamente, estaban todos empapados. Nada malo, después de todo. Se trataba de oro. Un material que precisamente valía lo que valía por su escaso ratio de oxidación. Extrajo un pañuelito de su bolsillo e intentó secar alternativamente su propio rostro y la fortuna de Nabiki.
-¡NO LO TOQUES! ¡ES MÍO! ¡MI TESORO!
-L-lo siento.
-¿Que lo sientes? –insistió la hermana del medio-. Mira lo que has hecho. El muro entero destruído. ¿Por qué no te vas a invadir los aposentos privados de Kasumi y me dejas tranquila?
-Ya lo he intentado. Y no quieras saber lo que tiene allí. Es demasiado…bizarro.
-Ya –desvió la vista Nabiki-. Se me había olvidado. ¿Todavía tiene la…? -hizo un gesto en el aire con las manos al que respondió Akane agitando la cabeza de arriba a bajo-…¿y el…?
-Sí, también.
-Entiendo. De acuerdo, hermanita. Desahógate conmigo. Son 1000 yens.
Lejos de allí, en un estadio inútilmente gigantesco -como estación de autobús faraónica construida por político en época de elecciones-, Ranma entrenaba con sus nuevos compañeros, los jugadores del Nerima Chihaku. La pista -seis metros más ancha de lo normal- y la cantidad de asientos para el público, delataban épocas de esplendor que constrataban con el pobre presente deportivo. Así mismo, aquel deterioro de rendimiento se traslucía también en algunas goteras no reparadas y un par de ventanas con sus vidrios ennegrecidos. Poco a poco, a partir de la partida de Hachiro, aquel glorioso club que había crecido muy por encima de sus posibilidades comenzaba a perder fuelle. El primer síntoma fue la partida de su estrella; el segundo, las seis caídas consecutivas en el debut liguero. El tercero y más importante, una mengua en el público asistente que a corto plazo provocó la huída en masa del resto de jugadores buenos a otros equipos más solventes. Otros detalles más como el cierre del sauna, la escuela deportiva y la cafetería eran parte de un proceso de normalización que llevaba a la institución a su forma más adecuada: un club de barrio normalito. Solo una fuerza iba en contra de aquella restructuración. Si público, presupuesto y jugadores abandonaban paulatinamente el barco antes de que se fuera a pique, un joven necio se subía a él por puro despecho.
-Excelente, Ranma –le felicitaba el entrenador, única gloria que se mantenía en su sitio por amor al club-. En apenas dos semanas has pulido magníficamente tu patinaje. Ahora ya eres capaz de utilizar tu potencia y precisión al máximo nivel. Increíble que seas un novato.
Ranma se sacó el casco y resopló. TS, con esas siglas se hacía llamar el entrenador, era un viejo cascarrabias que solo mostraba su lado amable cuando intentaba engatusarle. Demás sabía el chico de la coleta que luego del cumplido vendría el sermón. Sus largas canas blancas ocultaban una generosa frente redondeada y una nariz del tamaño y color de un tomate. A lo mejor se debía al frío del hielo o quizá a su afición al sake.
-Solo una cosa, muchacho. Tienes la tendencia a realizar un juego muy individualista. Antes te lo dejaba pasar porque te costaba patinar, levantar la vista y visualizar la posición de tus compañeros. Ahora está claro que lo haces por fanfarrón y creído…como Hachiro.
Solamente por escuchar el nombre de su rival a Ranma se le tensaron los gemelos y los patines por poco provocaron una rajadura en el hielo. A su vez, se encendió su vena competitiva. Jamás sería como Hachiro. Si había escogido ser su reemplazante en el club abandonado no era para emularlo sino para superarlo.
-¡Yo no soy como ese idiota! –exclamó-. ¡Puedo ser mucho más fanfarrón y creído que él!
Al día siguiente se dio por dos veces consecutivas los que los científicos suelen llamar "la excepción que confirma la regla". Y luego todo volvió a la normalidad. El hecho extraordinario fue una notable coincidencia de palabras y respiraciones entre los eternos desincronizados, propias de un mutuo "te amo" que se tradujo en el caso de nuestros protagonistas en la coincidente pronunciación de las siguientes frases:
-¿Sabes qué día es mañana? –se preguntaron ambos mutuamente.
-Sí, claro –volvieron a repetir lo que el otro decía a la vez-. Pero me sorprende que lo sepas tú…
-Mañana cumplimos dos meses, una semana y tres días de prometinovios…-agregó Akane.
-Mañana debuto con Nerima Chihaku…-completó su razonamiento Ranma.
Ambos se miraron a los ojos notablemente desubicados. Ni Ranma parecía ser muy consciente de la importancia de los aniversarios en una pareja (por muy estambróticos que sonaran) ni Akane comprendía la necesidad animal que empujaba a Ranma a querer pisotear la cabeza de su ídolo deportivo.
-¿En Chihaku? –preguntó por fin Akane-. Odio a ese equipo.
-Sí, ya. ¿No pretenderás que me mude a otra ciudad o que compita contra Hachiro dentro de su mismo equipo?
-¡Pretendo que NO compitas contra él! ¡Pretendo que pases nuestro cumplemés conmigo!
-Además –continuó Ranma ignorando las palabras de Akane y su énfasis al pronunciarlas-, sería injusto para él. Quitarle la titularidad y todo eso. No soy tan cruel.
-Pues no pienso ir a verte jugar. Y menos en un día tan especial.
De pronto Ranma cambió totalmente de actitud como si aquella palabra, "especial", suprimiera por arte de magia su veta arrogante para extraer de su interior su otra forma de comportarse característica, la dubitativa.
-Y-yo –se rascó la cabeza y miró al techo-. T-tampoco había olvidado lo otro…estem…toma –sacó un paquete de su bolso de gimnasia-. Es para ti. Pensaba dártelo mañana pero creo que será mejor ahora.
A Akane se le pusieron los morros de un color entre el rojo y el morado. Vergüenza por recibir su primer regalo oficial de novios, culpa, por no tener nada preparado para corresponderle y también alegría, mucha alegría. Algarabía que por supuesto se esfumó de golpe cuando por fin logró desenvolver el paquete y observó un bonito traje de Hockey azul y amarillo.
-¿¡Qué!? Es la camiseta de Chihaku. ¿Cómo puedes conocerme tan poquito como para darme un presente tan inapropiado?
-Claro que te conozco. Mira el número. Es el 1. Sé que la portería es tu puesto preferido.
-¡PERO ES DE CHIHAKU! ¡ODIO A CHIHAKU! RANMA, LEE MIS LABIOS: NO PIENSO PONÉRMELA NUNCA.
-P-pero…yo creía…que lo usarías…mañana…ya sabes…es mi primer partido…con Chihaku…te conseguí una entrada…-extendió la mano temblorosa con el ticket y cerró los ojos para no ver venir el mazo que seguramente le golpearía a continuación.
-¡Ay! Por favor, Ranma, no me hagas elegir entre mi amo…entre mi estima hacia ti y mi odio a Chihaku. Es evidente que perderás. Soy una forora de mucho cuidado. Los odio más que a Shampoo y Kodachi juntas. Animaría a los Nerima Devils aunque jugara allí Azusa…tú ganas. Iré a verte…pero entre el público visitante con mi traje rojo de los Nerima Devils. No pidas más.
Ranma abrió los ojos y no respondió. Imitando la conducta errática de su antepasado francés, Ranmond de Saotonnieres, se prometió a si mismo, sin embargo, que antes de que pasara un mes conseguiría que su amada visitiera de azul y oro. Luego exclamó:
-¡Venceré a Hachiro Stick o dejaré de llamarme Iceman Ranma!
Sobre las 17 horas comenzó el séptimo partido de la temporada, el que marcaba el inicio del cambio o la debacle definitiva. ¿El rival? Los Tokio Giants, terceros y subiendo. Uno de los peores emparejamientos posibles. Básicamente porque Ibuki Ibuki, la talentosa portera de Chihaku, usualmente un muro infranqueable, solía perder los papeles cuando enfrentaba a jugadores musculosos como los de Tokio. En aquellos casos, su portería se convertía en un coladero.
Sobre las 21, Ranma ingresó en el Dojo dando un portazo y envuelto en una furiosa rabieta infantil.
-¡ERES IMPOSIBLE, AKANE! ¡IMPOSIBLE! HE METIDO CINCO GOLES. EL MEJOR DEBUT DE UN NOVATO DE LA HISTORIA Y POR FIN GANAMOS. ¡5-4! ¿Y ME FELICITAS? NO, CLARO QUE NO. SOLO ME SERMONEAS.
-Espera, Ranma –le alcanzó, jadeante Akane-. Solo te recomendé que jugaras más en equipo. Si defendieras más en lugar de lucirte tanto, hubiesen ganado 3-0. Sin tanto sufrimiento.
-Hachiro también juega así –se calmó un poco el de la coleta furiosa-. Gana el que más goles mete. Defender es de cobardes.
-Hachiro es un idiota al que solo tolero porque está en mi equipo.
Santas palabras que terminaron de apaciguar su ánimo y le permitieron por fin, preguntar lo que tanto deseaba.
-Él te parece eso. ¿Y yo qué?
-Tú eres el idiota del que me enamoré. Además eres bonito cuando te enfadas.
Durante las cinco semanas siguientes se repitió la misma escena punto por punto. Triunfo individualista, regreso hecho una furia de Ranma y reconciliación romántica…hasta que por fin, al terminar el sexto partido desde que debutara Ranma, fue Akane la que ingresó al Dojo llorando y en soledad.
-¿Qué ocurrió, Akane? –le salió al paso Kasumi desde la cocina-. ¿Te has peleado otra vez con Ranma?
Akane ya ni hablaba. Le dolía tanto la garganta y los ojos de llorar que apenas si lograba contener los hipos nerviosos, apoyada sobre el hombro de Kasumi.
-Tranquila, tranquila –le acariciaba el pelo su hermana mayor- Ya me lo contarás cuando te tranquilices. ¿Quieres bajar al fondo de mi armario? Allí estaremos más tranquilas.
-N-no, no. ¡NO! Gracias. Ya estoy bien…creo.
-¿Qué te hizo ahora?
-Ya lo verás en la tele…como todo Japón.
Kasumi encendió el aparato, solo para notar que su hermanita de fuerza incomparable y fragilidad emocional intensa corría hacia su cuarto. ¿Tan terrible era como para ser incapaz de verlo o al menos de explicarlo con sus propias palabras? Pronto supo que sí. Se frotó los ojos y subió el volumen de la tele. Tanto la imagen como el sonido que ofrecía el canal deportivo local no dejaban lugar a duda: mostraban la entrevista que le habían hecho hace unos minutos a Ranma. De fondo, un millar de jovenzuelas ataviadas de azul y oro le ovacionaban.
-¡Ranma! ¡Ranma!
Él les respondía con una mano extendida como un gran galán de telenovela. Le brillaban los ojos.
-¡Caramba con el cretino de mi cuñado! –pronunció su primer taco en siglos Kasumi-. Si con tres prometidas se le dispara el ego. Con esto le hemos perdido para siempre.
Solo un lunar, un pequeñísimo y exiguo lunar akanil y colorado se adivinaba en el fondo de la tribuna auriazul. A lo mejor Ranma saludaba hacia allí. Imposible saberlo con esas imágenes. A continuación, Kasumi se introdujo en el armario de Nabiki rezando la contraseña: "Ábrete Sésamo", bajó las escaleras doradas ignorando cuanto lingote había por el camino y atravezó el boquete que separaba el cuarto secreto de una y otra hermana menor.
-Perdona, que entre por aquí. Me conozco mejor la contraseña de Nabiki que el tabique exacto que tengo que presionar en el tuyo.
-El tercero de la izquierda –contestó Akane con un hilillo de voz desde una camita que se había improvisado con un par de sillas y solo tapada con unas camisetas rojas a modo de mantas.
Kasumi le abrazó.
-Vamos, hermanita, tú eres fuerte. De acuerdo, el problema de las babosas tirándosele encima se ha multiplicado de dos o tres locas a un millón pero tienes que confiar en Ranma.
-¿Has visto el final del reportaje?
Kasumi meneó la cabeza. Se había bajado ipso facto cuando creyó adivinar la raíz del dolor akanil.
-Hoy estuvo raro todo el día. Por momentos sentí que no quería que le acompañara. Que le molestaba mi presencia de alguna manera. No me animé a preguntarle el por qué de tanto silencio y seriedad en el gesto. Al final, me olvidé de todo eso cuando ganaron a los segundos clasificados. Los Warriors de Kyoto. Tienen una defensa tan solida que en esta liga solo Hachiro había logrado vulnerarles la valla. Al final, luego de intentarlo tozudamente, Ranma se rindió, atrajo todas las marcas en el segundo final y se la pasó al número siete que marcó. Ganamos…digo…ganaron 1-0…fue emocionante. ¡Por fin Ranma empezaba a pensar en equipo! En ese momento grité como una forofa de Chihaku más. Mi corazoncito rojo se puso azul y oro por un instante. Daba igual que odiara al equipo…si Ranma empezaba a jugar en equipo…yo…creía que sería capaz de aceptarle como un deportista de verdad…ya sabes…dejar de verlo como un artista marcial engreído que se disfraza por capricho de jugador de Hockey sobre hielo.
Kasumi sonrió.
-¿Eso es todo? ¿Gritaste un gol del equipo que odias por amor?
El rostro de Akane volvió a hincharse como una pasa que se hidrata demasiado. Las plimps ya ni resbalaban por sus mejillas. De tan mojada que estaba, tan solo se acumulaban unas sobre otras sobre la camiseta roja de Sato, su héroe y gran guardameta que había fundado el Nerima Devils.
-Cuando sonó la bocina, bajé entre todas las histéricas, porfiando por hacerme un hueco para felicitarle. Realmente me había conmovido hasta ese nivel. Entonces, ocurrió. Una enorme cámara de televisión irrumpió en el estadio. La primera que acudía en meses a la sede de Chihaku. Obviamente, los seis triunfos consecutivos ameritaban una entrevista. Tonta de mí. Creo que hasta me alegré por él. Se lo merecía.
El resto ya no logró contarlo Akane. Un sudor frío y unos escalofrios constantes invadieron pronto su cuerpo. Ya no lloraba. Al contrario, ardía tanto que las plimps se evaporaban una a una.
-Tonta, has llorado hasta empaparte la ropa en un estadio repleto de hielo. Normal que te enfermaras. Descansa. Te bajaré ahora una sopita y medicina.
Cuando Kasumi subió a la cocina, aprovechó los cinco minutos que tardaba la sopa en hervir para terminar de ver la entrevista. Ranma no se veía mal ni engreido. Al contrario. Felicitaba efusivamente a todos sus compañeros. Especialmente a la portera "doble I" por su gran actuación del día. Le rodeaban más de veinte admiradoras, entre ellas, Akane. En esas imágenes todavía sonreía.
Lo que fuera que le hizo –pensó Kasumi- todavía está por ocurrir.
Entonces se encendieron los monitores gigantes del estadio. Era una imagen extraña. Una tele dentro de otra mostrándole a los espectadores de todo Japón lo que habían visto en directo los del estadio. Se trataba de la entrevista en simultáneo a Hachiro en Sapporo. También habían ganado. Solo que Hachiro no hablaba de eso. Más bien era una noticia de prensa rosa. Ante el agobio de todas sus fanáticas por fin había confesado un secreto increíble. Tenía novia. ¡Nada más y nada menos que Ibuki Ibuki, portera de su exequipo! La historia sorprendentemente romántica no tenía desperdicio. Se habían enamorado como compañeros y ahora que eran rivales seguían manteniendo la relación en secreto. Hachiro juraba y perjuraba por la tele que ambos eran profesionales y que por tanto la calidad del clásico estaba asegurada. Se le veía débil y titubeante. Casi tan tímido incorregible como Ranma, actitud que provocaba en sus admiradoras aún más pasión, más allá de la mala nueva.
Luego, obviamente por eso mostraban la entrevista en directo, fue el turno de Ibuki. La jovencita portera de Chihaku era la justa poseedora de una figura envidiable. Curvas por todos lados, una enorme delantera y un perfecto conocimiento sobre cómo moverlas para cautivar a cuanto hombre deseara. Su nombre impreso por delante en la camiseta en lugar de por detrás le daba a su vez un toque entre romántico y rebelde que cautivaba a buena parte del público masculino. Mismo efecto causaban sus dos mechones castaños sobre sus aún más castaños ojos y la enorme coleta que le colgaba por detrás.
Brazo izquierdo en jarra y derecho sobre un muslo. En esa pose tan segura de sí misma, pronunció las siguientes palabras.
-Soy la novia más guapa que haya tenido jamás un jugador de Hockey de élite sobre la faz de la Tierra.
Solo entonces saltó de entre el público la prometinovia de Ranma para hacerle frente a semejante fanfarrona. Misma pose con la mano sobre la cintura, mismo esfuerzo para mantener la delantera generosa erguida y misma camiseta auriazul.
-Mi Ranma ser deportista de Elite y yo ser mucho más guapa que tú. ¿Verdad, Airen?
Aquel segundo que tardó Ranma en responder se le hizo eterno al corazón de Akane que se resquebrajaba inevitablemente a escasos metros de una Shampoo que nuevamente hacia gala de su mayor cualidad: saltar sobre Ranma más rápido que nadie. Y luego, cuando por fin el muchacho asintió con la cabeza en vivo y en directo para todo Japón, su corazón hizo crack.
Fin de la segunda parte.
Final dedicado a Ai que comentó textualmente sobre la primera parte: "No sé, algo no me cuadra. Acabó muy tierna esta primera parte, algo sospechoso... no recuerdo que alguna parte que no sea el final "acabe tierna" mmm ¿Qué está planeando Sensei?"
Historia bonus 1
La pesadilla.
Minefine7 es hincha de River Plate. Entre sus múltiples virtudes está que le gusta el fútbol a niveles sorprendentes. Los colores de la camiseta del máximo rival de River, Boca Juniors son azul y amarillo. Y por supuesto, jamás y bajo ningún aspecto podrá nadie conseguir que se ponga la camiseta de Boca Juniors, terrible e intolerable humillación. En suma, el Hombre Araña comiendo queso con la camiseta de Boca Juniors; esa es la pesadilla perfecta de mi mujer.
¿La mía? Bulmita de adolescente queriendo ir a bailar con minifalda. Ah, y desde hace un tiempo tengo pesadillas con tigres.
¿De Gohan? El Slenderman con una camiseta que ponga: "Muerte a DRAGON BALL".
¿De Bulmita? Está claro. Dejarla abandonada en medio de un zoológico.
Fin de la historia bonus 1
Historia bonus 2
El patinaje.
Está claro que el ser humano no fue creado con la intención de que patiara, escalara o realizara ninguna acción peligrosa. No tenemos pezuñas, garras ni patas de pingüino. Nuestro lugar natural es frente al ordenador o en su defecto, la tele. El discovery channel, en el fondo, lucra con la suprema ironía de los seres vivos ya que nos permite en nuestro ámbito natural, el comedor, observar lo que otros animales mejor adaptados al clima, realizan en su propio habitat. Solo dos veces intenté desafiar las leyes de la naturaleza. La primera fue obligado. Tenía 10 años y habían abierto una pista de patinaje sobre hielo por mi barrio. Una madre -obviamente no muy lúcida- tuvo la brillante idea de celebrar el cumple de su hijo en aquella sala de la tortura. ¿Alguno de nosotros sabía patinar sobre hielo? Claramente no. ¿Nos obsequiaron con un instructor que amablemente nos soplara al oído las bases mínimas sobre cómo realizar el susodicho patinaje? TAMPOCO. Era muy caro. ¿Alguna madre se quedó siquiera con nosotros a vigilar que nuestra integridad física no estuviera en grave peligro? Nada; a tomar café y hablar mal de las dos madres que no habían podido asistir al cumple. Si a esto le añadimos que en ese entonces me molestaba especialmente verme rodeado por mucha gente, imaginad lo que era aquel infierno. El sitio estaba lleno. ¡Por supuesto! Estaba de moda. Había una lucha interna de vanidades entre las madres por organizar el cumple más espectacular y llamativo. Daba igual si era práctico o divertido. Lo importante era quedar bien frente a las otras brujas. En fin; como iba diciendo, el sitio estaba lleno de desconocidos que patinaban a grandes velocidades por lo que la simple acción de separarse del muro, único garante de no ser atropellado, se nos antojaba ridícula. Solo un compañerito, Boludo-que-nunca-mide-las-consecuencias-de-sus-act os intentó divertirse. Pronto notó que aunque no se caía, tampoco dominaba aquello lo suficientemente bien como para fijar el rumbo deseado y fue literalmente engullido por la masa amorfa y danzante de adultos presumidos. Diez minutos después le hallaron llorando en el otro extremo de la pista con múltiples magulladuras. Las madres reaccionaron escandalosamente, nuevamente compitiendo unas contra otras por demostrar la mayor escena de dolor. Falsedad que pronto se vio revelada cuando cada una se despidió susurrando al oído de su vástago: "como me hagas pasar la misma vergüenza que sufrió la madre de Boludo-que-nunca-mide-las-consecuencias-de-sus-act os, te reviento". Por supuesto, hubo quien intentó resistirse, señalar la ridiculez del acto social más aberrante del mundo, los cumpleaños infantiles, resaltando un hecho evidente.
-¿Podrían enseñarnos un poco, no? –repuso Replícalo-todo-a-todo-el-mundo.
-Es muy fácil, chicos –contestó su madre con fastidio-. Es como andar en bicicleta. No se olvida.
Al final y ante semejante sordera mental, decidimos pasárnosla bien por nuestra cuenta y sin esperar ayuda externa. Ya que no podía remediarse, los varones nos pusimos de acuerdo para jugar a caernos a propósito y golpearnos entre nosotros. La única regla era que no debían enterarse las madres. Así que nada de llorar. Las chicas se la pasaron en un rincón, atenazadas a una barandilla e imitando a sus procreadoras, destripando vivas a las amiguitas faltantes. ¿Patinar? Nadie.
Unos seis años después en ocasión del Viaje de egresados tuve que enfrentarme a algo un poco más complicado: esquiar. He de reconocer que en esta ocasión sí que me lo explicaron muy bien y lo repitieron al menos en cinco ocasiones: "Para frenar hay que juntar los esquíes por las puntas delanteras. De ninguna manera los separen porque se caerán seguro". Así que no tengo muchas excusas. Simplemente me dormí mirando el paisaje, los árboles nevados, la gente dibujando zurcos blancos con sus trayectorias montaña abajo, etc. Para cuando quise frenar ya ni me acordaba cómo era ni tenía la mente muy en claro para deducirlo…vale, lo confieso, habia una chica delante de mí que se había agachado para tomar impulso. Así que me distraje mirando el paisaje…nevado. No se lo contéis a Minefine7. Es un secreto. La cuestión es que de pronto bajaba más rápido de lo que podía manejar (la chica de trasero generoso resultó ser una esquiadora con bastante experiencia) y decidí frenar. Era una apuesta de 50% de posibilidades. ¿Juntar las puntas de los esquís delanteras o traseras? Y elegí la que no era. El resto del día me la pasé jugando a tirarnos bolas de nieve con otros tres desertores, mi mejor amigo, Azulejo-verde y dos compañeras de curso que tampoco sabían patinar muy bien, Aburrida-a-más-no poder(0) y Aburrida-a-más-no-poder(-1).
Al final de tanto subir y bajar cuesta arriba y cuesta abajo. Terminamos agotados y nos echamos sobre la nieve a descansar. Entonces ocurrió algo raro. El cielo estaba totalmente despejado. Como nunca lo había visto. Nada de nubes y nada de celestes inocuos. Un azul profundo. Limpio. A sí mismo, el paisaje también estaba totalmente descubierto. Solo nieve blanca. Sin grumos, árboles, piedras o nada salvo el blanco de la nieve. Y nos habíamos alejado tanto que no se oía nada del resto de la expedición. Normalmente en una ciudad tenemos un silencio sucio. Un silencio que es ruido de los vecinos y de la calle que catalogamos como silencio porque es ininteligible. En este caso, no. Realmente no se oía nada ni se veía más que el blanco del suelo y el azul del cielo. Llevaba ya unos diez minutos apoyado sobre la nieve así que tampoco sentía demasiado. Y obviamente llevaba la nariz tapada. Así, despojado de todos mis sentidos solo percibía un estímulo sensorial. El sonido de mi corazón latiendo a mil por hora debido a tanto ir y venir. En ese momento, cuando noté que poco a poco los latidos se espaciaban pensé que me iba a quedar dormido. Escena parecida a la que me ocurrió cuando me caí en el barro del campamento. Y sin embargo, al final nos levantamos y volvimos con nuestros amigos.
Recién fue unos años después, durante la tercera privación forzosa de mis sentidos que logré por fin sentirme suficientemente seguro para conciliar el sueño en un lugar que no fuera mi cama de toda la vida. El blanco de la nieve había cambiado al negro de la oscuridad más absoluta. El silencio puro de la montaña daba lugar al silencio de quienes ya se dijeron todo lo que tenían que decirse y no hacía frío. Por el contrario, Minefine7 me abrazaba con ese calorcito que solo ella sabe proporcionar. Así fue nuestra primera noche en Madrid y la del resto de nuestras vidas.
Fin de la historia bonus 2.
Comentarios
Estimada Isakura Tendo (cap. 9). Gracias. Tengo un par de fics parecidos a este. Como suele decirme Massy13: "me encanta mandarlos al hospital". 11, 14, 31-33, 37-39, 46-49, 52-54, 61-64, 71-74 (acabo de darme cuenta que toca trágico muchas veces luego de un número redondo)
Estimada Isakura Tendo (cap. 86). Musa y Haiku-kun son personajes del capítulo 51.
Estimada Isakura Tendo (cap. 87). Espero que también te haya gustado esta segunda parte.
Estimada Ai. Claro, te entiendo. Si revelas el secreto vendrán las de la logia a reprochártelo.
Según Minefine7 uno de los párrafos de la primera escena de este capítulo es para responderte a tu inquietud sobre Akane y sus inseguridades. Nada que ver. Es pura casualidad.
De acuerdo, no me cuentes tu historia bonus con el café (Minefine7 quedó más picada que yo con el desenlace) pero yo no te contaré lo que hay en el armario de Kasumi.
Luego de 87 capítulos ya deberías conocerme lo suficiente para marcar la "D" con los ojos cerrados precisamente porque no ponía nada.
Sobre el nombre todavía no sé lo que haré. Tengo ganas de cambiar la imagen de fondo pero eso me obligaría a fijar un título.
Espero tu actualización.
Estimada Daia. Pero la gran pregunta es: ¿Quién te cae peor? ¿Ibuki o Shampoo?
Estimada evanmychem (cap. 11). A mi también. Aunque pensándolo bien si se asoman 100 Kunos, 100 Kodachis, 100 Ryogas etc, etc…puede ser muy peligroso.
Estimada evanmychem (cap. 12). Lindo cumplido. El día en que lo escribí estaba un poco aburrido. Eso ayudó a salirme un tanto del género.
Estimada evanmychem (cap. 13). Obviamente, en este caso estaba aún más aburrido.
Estimada evanmychem (cap. 14). Sí, es parecido. Como le comentaba más arriba a Isakura Tendo, tengo la tendencia de mandarlos al hospital cada tanto.
Estimada evanmychem (cap. 15). ¡Acapulqueños! Por supuesto. Yo pensaba que eran acapulcanos. Pues sí. Ha sido casualidad. Más tarde me enteré que México es probablemente el país con más seguidores de Ranma ½ de habla hispana.
Estimada Akyfin02. ¿Verdad que sí? Ya eres la segunda que me confirma que sí existe el cuarto secreto en el armario.
¿Ranma vencer a Hachiro? Yo garantizo finales felices en el ámbito amoroso. Luego si Ranma gana o pierde contra Hachiro me da igual. Capaz que es vencido como Ranmond contra Phileas Fogg. Todavía no lo sé.
OTRA COSA. ACABO DE DESCUBRIR QUE SOY INOCENTE. Si miro los reviews capítulo por capítulo fanfiction me los muestra todos. Pero si le doy a mostrar los 800 juntos (a veces lo hago porque me comentan de diferentes capítulos) y los ordeno por fecha, se saltea inexplicablemente algunos. ESO FUE LO QUE ME PASÓ EL OTRO DÍA y es lo que casi me pasa hoy también. INOCENTEEEEEEEE. Puedes preguntarle a minefine7 para que veas que no miento.
Estimada Akyfin02 (otra vez). Contestado en historia bonus. Resumen: no se patinar. Sé esquiar. No sé frenar.
Estimada evanmychem (cap. 16). A mi también me cae mejor Ranma que Akane y soy hombre. Quizá exagere pero siento que el verdadero protagonista es más él que ella. Es decir, es su punto de vista el que se cuenta. Como el de Godai en Maison Ikkoku. Ya me diréis los especialistas pero juraría que no hay capítulos en los que falte Ranma y sí alguno en el que falta Akane.
Estimada evanmychem (cap. 17). Y eso que la versión primera era más cortita: "Ranma ama a Akane".
Estimada evanmychem (cap. 18). Ya me contarás alguno.
Estimada evanmychem (cap. 19). Ya se enteró que Kikio vuelve. Es partidario de traer a la encarnación de Inuyasha del futuro para emparejarlo con Kikio. Otra vez recurro a los especialistas, ¿ya existe un fic así?
Estimada evanmychem (cap. 22). Nada es fácil en la vida de Ranma. Ni el del manga ni el de los fics. Aunque me atrevería a afirmar que en los fics se lo pasa peor (y mejor también según lo que le toque).
Estimada swordmaster7. No te lo tomes como una indirecta de clase M pero "APAGA EL ORDENADOR Y VETE A LA CAMA".
Estimado luyyiAVG. Yo también estoy con videojuego nuevo. El plantas vs zombies 2 en chino. ¡Shampoo, dame una mano por favor!
Aquí en España, se llama a la secundaria "Instituto" y "Universidad" a la Universidad. En el Instituto se estudia la Eso que es el primer ciclo obligatorio y luego el Bachillerato que no lo es.
Me sé todas las reglas del hockey pero son superaburridas así que intentaré no meterme en muchos tecnicismos sin importancia en el próximo capítulo en el que por fin se narra el encuentro entre Ranma y Hachiro.
Digas lo que digas me gustan tus comentarios y aprecio el esfuerzo de dejarme uno o dos reviews casi siempre.
Estimada Candy. Muchas gracias por leer. Hace casi un año escribí un one-shot llamado "prometidas on ice" que iba sobre Ranma curándose de la maldición sometiéndose a terapias de frío extremo. El nombre es un guiño para los lectores fieles que lo recuerdan. "Prometinovios" es una palabra que me inventé para describir la relación de Ranma y Akane como novios prometidos. Vendría a ser la continuación del capítulo 81.
Es curioso. En todos los bolsillos tengo la misma cosa: un agujero.
PS: Una parte minúscula de Mienfine7 me odia por eso aunque se cuida muy bien de no manifestarlo.
Ninguno. No cambio cosas del pasado. Solo el presente.
