Hello ¡ …

Bueno como ya saben los personajes de esta historia no me pertenecen ( aunque quisiera xD ) , son de Rumiko Takahashi. Esta historia si que viene directo de mi mente retorcida , eh?..xD . Bien ahí va, dejen reviews, si ?

Cuentas Pendientes

Capitulo Uno : " Una supuesta despedida y un reencuentro inesperado "

Sus pies descalzos pisaban la arena mojada. Las olas estaban alborotadas, y faltaba poco para que anocheciera. Su cuerpo semidesnudo aun estaba húmedo, y el blanco vestido de franela se pegaba a su perfecta y esbelta figura. Su cabello castaño, rizado en las puntas , bailaba al son del viento y golpeaba suavemente su rostro tan blanco como la nieve. Caminaba lento, como si quisiera que el tiempo se detuviese y que ese cuadro se viviera por siempre.

Por detrás de las montañas se escondía un ya sol, que con su partida, dejaba un cielo rojizo y anaranjado que se apreciaba por todo el lugar.

Se mordía el labio inferior, tratando de apaciguar la furia y la tristeza que , en ese momento , invadían su alma , corazón y mente.

"No dejes que mis bienes lleguen a un tacho de basura. Cuídalos y haz con ellos la fortuna que siempre quise llegar a tener. Logra lo que yo nunca pude lograr. No dejes que nadie te quite nada. Si solo un centavo llegara a faltar a mi posible llegada, las pagaras. "

Vaya despedida.

Su padre se distinguía por su forma de ser. Rudo y firme, pero comprensible y amoroso también. Cuando decía las cosas, las decía en la cara y sin merodeos. Eso era lo que le gustaba de ser su hija. Había sacado el mismo carácter de su padre.

Su forma de decir las cosas como eran realmente, eso la caracterizaba.

Pero jamás imagino que su padre llegaría tan lejos. Ni siquiera un abrazo, ni siquiera un beso de despedida, ni siquiera un simple y corto : " Adiós " .

Nada.

Había notado extraño en su padre durante los últimos días, pero jamás imagino que se fuera de un día para otro , y para colmo , sin saber si su viaje tendría retorno. En más de un aspecto, podría ser la última vez que lo viese... vivo.

Eso era lo que había estado dando vueltas a su cabeza todo el día.

Desde el amanecer no pudo dejar de pensar en la razón por el cual quiso irse , por el cual dejo el lugar que lo vio crecer , las personas que lo apoyaron desde pequeño y por sobretodo su mansión , que tanto le había costado construir.

Ni siquiera estaba la opción de buscarlo ya que, si había alguien en este mundo que pudiese mantener el anonimato donde quiera que fuese, ese era su padre: Yoshiro.

Podía incluso estar frente tuyo y no lo reconocerías. Ese era otra " virtud " de su padre. Poder pasar desapercibido. Al parecer casi la única " virtud " que no heredo de él.

Se sentó. Ya estaba cansada. Y no precisamente por caminar todo el día, sino por pensar tantas veces el mismo asunto y llegar a la misma conclusión: " Simplemente se fue. No puedo hacer nada".

Eso la frustraba.

Pero, que podía hacer ? Estaba fuera de su alcance. Solo podía seguir las " ordenes " que su padre le dejo antes de irse. Seguir al pie de la letra los " consejos " que días antes le dio para mantener todos sus negocios en perfecto estado.

¿Por que se lo habría dejado todo a ella? Otra pregunta sin respuesta.

Estiro los brazos y apretó con fuerza los puños para canalizar toda la mala energía dentro de su cuerpo. Se recostó en la arena y miro fijo al cielo. El color rojizo ya casi desaparecía y las nubes comenzaban a oscurecerse. Era mejor que se fuera de ahí, ya comenzaba a sentir frío , y lo que menos deseaba era resfriarse en este momento.

Se levanto y estrujo sus ropas. Ya estaban mas secas y sus voluptuosos pechos ya no se pegaban tanto a su vestido.

Hora de irse.

Miro por ultima vez ese atardecer, ya que estaba segura, le esperaría un largo día , mañana por la mañana.

Llego a la mansión. Todo estaba en calma. Como se notaba que los inquilinos que tenia su padre ya no estaban en el salón comedor, jugando cartas y riéndose a carcajadas dejando que su hijas, en la cocina , rompieran cada plato , vaso o vasija a su paso , que dejaran sus juguetes por ahí , causándole a Kagome tantas caídas como es posible tener. Como se notaba que esas personas se habían ido, lejos, a un lugar desconocido para ella. Un lugar tan desconocido como el paradero de su padre.

Y volvía a caer en lo mismo.

Sacudió su cabeza negativamente, sacando todos los malos pensamientos de su mente para poder descansar, por fin , en ese día tan atareado.

Paro en el recibidor y se puso un chaleco que había dejado por ahí, antes de salir , un chaleco celeste claro. Le gustaba ese color, le recordaba el cielo y el mar, cosas tan infinitamente misteriosas como el mismísimo ser humano.

Camino de puntillas a la cocina. Ciertamente, no le gustaba hacer ruido en la noche. Le gustaba ese silencio propio del ambiente.

Las luces del comedor y del amplio living estaban encendidas, eso quería decir que aun estaba Kaede, su ama de llaves preferida. Su nana, más bien.

Kaede la había cuidado desde que tenía 13 años. Una edad difícil, por lo tanto, un trabajo difícil cuidar de una niña tan escurridiza como ella. Kagome era tan poco predecible, como las cartas que te saldrán en un juego de póker.

Siguió caminando por la mansión hasta llegar a la cocina. Kaede estaba cortando unos vegetales. Estaba sola. Escuchaba un programa de radio en el que daban canciones tan antiguas como los mismísimos griegos. El programa favorito de Kaede.

- Y es que acaso mi papa se llevo hasta a los empleados? - pregunta Kagome de repente, con voz baja , para no exaltar a Kaede y que esta muriera de un infarto. No exagero. Podría pasar.

Kaede al escuchar ala voz de Kagome deja de tararear la canción que daban por la radio y fija su vista en ella. Estaba mojada.

- " Seguramente fue a la playa " - Pensó Kaede.

No se esperaba a nadie a esas horas. Todos pensaban que estaba en su habitación.

Claro.

Luego de regresar del aeropuerto en donde " se despidió " de su padre, se encerró en su habitación y cuando salio , seguramente nadie la vio.

Le dirigió una sonrisa amigable a Kagome y tomo un pedazo de carne de la mesada y comenzó a picarlo sobre una tabla.

- No diga eso, mi niña. Su padre tuvo que tener una razón para irse... Quizás, tuvo un problema en los negocios o...

- No pierdas tu tiempo en defenderlo , Kaede ...además , me dejo todos sus negocios - dijo , enmarcando la palabra " todo " - Pero bueno , no me amargare el día - termino , apoyándose en el marco de la puerta y cruzándose de brazos - Que cocinas ?... huele deliciosos- siguió , cerrando los ojos , sintiendo mejor el rico olor de la cena - Lastima , no podré probarla .. - dijo, mirando hacia el pasillo -.

- No piensa cenar, Srta. ? - pregunta Kaede un tanto confusa. Primero halaga su cena y resulta que no probara bocado.

Kagome camina unos pasos adelante, quedando a un lado de Kaede y con su brazo izquierdo le da un pequeño abrazo.

- Me iré a dormir temprano - apoya su cabeza en el hombro de su nana - Tengo la leve impresión de que mañana será un día... - miro al techo - inolvidable... y no, en la mejor de las formas... - Le dio un corto beso en la mejilla a Kaede - Cenaras tu y Souta, que se va de viaje mañana ...así que los dejo. Buenas noches - agrego mientras caminaba hacia la puerta de la cocina y se alejaba de ahí.

- Esta niña un día de estos se va a volver loca con tanto problema y negocios - suspiro , cerrando los ojos y moviendo negativamente la cabeza - Pero bueno , así es la vida - afirmo, y siguió con preparando la cena -.

Ya era de mañana.

Una hermosa mañana, por cierto. Los rayos del sol se filtraban por el gran ventanal de la habitación de paredes blanquecinas.

Se restregó los parpados y poco a poco fue abriendo los ojos dando paso a unos hermosos iris de color verde. Hizo a un lado las sabanas y se sentó en la cama.

-Hoy será un largo día - susurro, se levanto, abrió las cortinas y cerró los ojos con el fuerte impacto del sol en estos. Enseguida se fue a cambiar.

Tenía un enorme ropero. Con todo tipo de ropas, desde disfraces que usaba en halloween hasta trajes de etiqueta que le regalo su padre.

Finalmente se decidió por unos pantalones de color blanco y negro , cuadrillé , una polera negra , bototos negros y un pequeño collar con una flor roja en el centro. Usaba sus pulseras y anillos de siempre, todos de oro, como le gustaba a su padre y alguno que otro negro. Que esperaban? Un vestido? Déjenme decirles, ella solo tenía 18 años.

Bajo las interminables escaleras de la mansión y vio que las empleadas corrían de un lado para otro con vasijas con agua y paños húmedos.

- Que demonios pasa aquí! - grito Kagome asustada por pensar que fuese algo que le ocurrió a Souta-.

Una empleada de las cuantas que había ahí camino rápidamente hacia Kagome con intención de explicarle.

- Srta. Kagome alguien..-- se vio Interrumpida por Kaede quien de un momento a otro apareció de la nada, detrás de Kagome.

- Srta. , venga inmediatamente... tenemos... visita - dijo lentamente pero con calma , Kaede.

- Que paso? - repite Kagome con un poco de impaciencia.

- Acompáñeme - prosiguió Kaede tomando uno de los brazos de Kagome y llevándola consigo a un cuarto .

El cuarto de invitado.

Llegaron.

Una multitud de criadas estaban tapando la vista pero podía alcanzar a ver a alguien en la cama de dos plazas que estaba ahí.

- Y este quien es? - dijo, aun tratando de mirar y saber de quien se trataba.

- Tuvo un "supuesto accidente de auto" y tiene heridas por todo el cuerpo. - Dijo de pronto Kaede, susurrando.

- Supuesto accidente?.. Acaso tiene supuestas heridas también? - rió divertida - lo siento... es un poco extraño, no Kaede? - Prosiguió Kagome con una leve sonrisa en los labios -.

- Con el nunca se sabe, Srta. . Nunca se sabe. - Afirmo Kaede -.

- De que hablas ?.. Ni siquiera lo conoces .. - pregunto un poco mas interesada - O si? -.

- No ha dejado que lo toquen, se queja cada vez que las criadas tratan de sacarle la camisa para ver sus " supuestas heridas " y solo ha dejado que le pongamos unos cuantos paños en la cabeza. Nada mas. A que no adivina de quien se trata - La reto Kaede- .

- No se me ocurre quien pueda ser... déjenme verlo por favor - le ordena a las amas de llaves que dan paso a ver la escena.

Un hombre musculoso, de cabellos negros y mirada ambarina , vestido de traje pero sin la chaqueta estaba recostado en la cama , con algunas heridas en el rostro y supuestamente con manchas de sangre en la ropa.

- " Que demonios..." - frunció el ceño y dijo seriamente - InuYasha -.

¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨

Ähi estuvo ojala les haya gustado. Dejen reviews … Bye.

Con cariño de Ktita… o Akiko. xD