Pe-chan y Shampoo ayudan a Ranma y Akane a confesarse.
Luego de mucho meditarlo y volverlo a meditar, nuestro héroe, el gran Ranma Saotome, juntó el valor para dar por fin el paso necesario para curarse de su "enfermedad" –así llamaba a su gran dolor, su amor akanil semicorrespondido, para diferenciarlo de su otro problema, "la maldición" de Jusenkyo-. En Pobres Enamorados Cobardes y Huidizos Anónimos de Nerima, PECHAN para abreviar, le esperaban con los brazos abiertos. Se trataba de un club de autoayuda de esos que suelen formarse para tratar todo tipo de adicciones perjudiciales para la salud. En su caso, por la magnitud y clase de la adición a tratar, akanismo crónico agravado por un agudo caso de timiditis empedernida, el recibimiento fue realmente acogedor. Palmadas, abrazos, consejos susurrados al oído y una algarabía generalizada que se parecía mucho al caos habitual de su vida pero que producía el efecto contrario, le hacían sentir comprendido.
El lugar de reunión, el patio de un hospital psiquiátrico, no daba muy buena espina para ser sinceros pero Ranma lo aceptó como algo normal cuando se lo explicaron.
-Varios de nuestros integrantes han sucumbido ya a esta peste, el miedo, de forma irremediable. Este patio es la frontera entre la locura enfermiza y el loco amor. La línea es tenue e imperceptible. De ti depende no cruzarla y de nosotros, guiarte por el buena camino.
Su interlocutora, la organizadora del evento y cofundadora de PECHAN, llamémosle R. para preservar su anonimato, era una mujer mayor de sonrisa afilada y escasa estatura. Simpática e inteligente, la más normalita del grupo. Los demás, parecían sacados de un zoológico…una advertencia visual de lo que le esperaba si no espabilaba a tiempo.
-Pero…¿alguno de estos se ha curado?
-No, claro que no, tonto –respondió R.-. Los que se han curado ya no están aquí.
-Ah, claro, claro –reflexionó Ranma en voz alta-. ¡Qué pregunta más tonta! Me refería a qué porcentaje de éxito tiene el club.
R. sacó una calculadora que escondía en su bolsito de cuero negro y la apoyó sobre su palma izquierda. Veloces cálculos se realizaban a medida que los dedos iban danzando sobre unas y otras teclas. Unos treinta segundos después, R. guardó la calculadora.
-¿Y?
-¿Y qué?
Ranma se tiró de los pelos.
-¿Cuál es el resultado? Ese que ha estado calculando delante de mí hace unos instantes.
-Bueeeeno, lo realmente importante en estas cosas es el inicio y sobre todo, el desarrollo. Un buen y eterno desarrollo sobre lo mismo todo lo puede. Los finales no siempre son lo que uno espera.
Obviamente le estaban tomando el pelo…o a lo mejor no…a lo mejor le estaba invitado a vivir el día a día…una forma irónica de hacerle ver que no debía angustiarse tanto por concretar lo que deseaba para poder disfrutar de lo que ya tenía que no era poco. A lo mejor se trataba de una mujer muy sabia. O quizá, R. también estaba loca de remate. Daba igual, unas veinte sillas metálicas aguardaban en círculo a que los distintos pacientes la ocuparan. Para cuando Ranma notó que era el único integrante del club de autoayuda que no estaba internado en el hospital psiquiátrico, los locos ya se habían sentado en sus sitios y la reunión ya habían comenzado.
El primer chiflado…digo…el primer enamorado con la mente un poco extraviada comenzó con su relato.
-Colegas, compañeros, yo soy un hombre valiente. Por fin lo he aceptado. Me he enamorado del cielo –clap, clap, clap, le cayó un nube de aplausos encima-. No es una metáfora. Luego de pasarme años observando el horizonte de la mano de Yuko, meses de la mano de mi segunda novia, Ritsuko, y una semana, de la buena de Mamoru, descubrí que en realidad no me gustaba ninguna de ellas. Solo el cielo. Sus fragancias, su inmensidad, su celestial belleza, siempre igual, siempre diferente, siempre en movimiento. Os juro que cuando no hay nubes…y la veo así…al desnudo….maldigo mi condición de humano que me impide intimar con semejante belleza. Más aún, cuando la veo furiosa y huracanada, cuando me escupe rayos y atronan sus reproches, comprendo que estoy prendado de ella hasta la médula. Por eso digo que soy valiente. No existe en este mundo nada más hermoso, delicado, iracundo e inaccesible que el cielo.
A Ranma esa insistencia en recalcar su valentía le chirrió un poco. Nadie era más valiente que él. Iba a manifestarlo en voz alta cuando el siguiente pirado…digo…amante de seres imposibles debido a un leve desorden emocional, tomó la palabra.
-Compañeros, colegas, yo también me considero un hombre valiente. He navegado por mares y ríos buscando a mi mujer ideal…hasta que un día, cuando la hallé…comprendí que ella. La mujer más espectacular sobre la faz de la Tierra, no daba la talla. Su belleza, innegablemente la mayor de todo el mundo, resultaba poca cosa comparada con la que soñaba yo. Entonces lo vi claro. La "búsqueda". De la búsqueda incansable y apasionada me había enamorado yo. Una amante que no se separaba de mí, ni un instante. Una compañera que comprendía mi dolor desde su mismísima raíz. Una mujer sin cara ni rostro pero cuyo divino aliento me inflamaba y me inflama el corazón de amor y esperanza. No existe en este mundo nada más hermoso, delicado, iracundo e inaccesible que la eterna búsqueda del ser amado.
Luego le tocó el turno al tercer trastornado.
-Colegas, compañeros y también colegas. Yo me considero un hombre considerablemente valiente, repleto de un valor considerable, colegas. Mi amor imposible, mi amor inalcanzable, colegas, mi considerablemente inalcanzable amor, compañeros, es la redundancia. Dancia. Ancia. Cia. A. Su musical musicalidad me halaga con su música considerablemente los oídos cuando la oigo. Sospecho que no existe nada más hermoso, delicado, iracundo e inaccesible que la redundancia. Ups, en la última frase no he acudido a ninguna redundancia para ser considerablemente redundante…¿irónico, verdad?
El cuarto lunático se expresó en estos términos.
-Ninguno de los anteriores me llega a los tobillos en valentía. Yo estoy enamorado del mar. ¿Que el cielo es inmenso y cuando se enfurece asusta? Pues el mar ni te cuento. ¿Redundancia? ¿Acaso conocéis algo más redundante que las olas del mar? Eternas, infatigables, constantes. Y bueno…de la "búsqueda" mejor ni hablar. Todo lo que se pierde cae tarde o temprano al fondo del mar. "Mar" y "encontrar", por tanto, son oxímoros irreconciliables. No existe en este mundo nada más hermoso, delicado, iracundo e inaccesible que el mar.
El quinto trastornado se puso un gorro de cumpleaños y sopló unas velas que nadie sabía exactamente de dónde habían salido.
-Compañeros, colegas. Valiente es quien ama los cumpleaños. Tan hermosos, esperados y selectos. Solo hay una mujer en el mundo tan buena y generosa que a pesar de no verte durante los otros 364 días del año, el día que está contigo te llena de regalos y procura compensarte por su ausencia haciéndote pasar el mejor día posible. Quizá tenga un poco de mal genio, sobre todo si te olvidas accidentalmente de ella, quizá sea tan suave y delicada e inaccesible que su presencia solo dure veinticuatro horas pero es fiel. Siempre vuelve. No existe en este mundo nada más hermoso, delicado, iracundo e inaccesible que el cumpleaños de la mujer que amas.
Iba a cumplir con el ritual el sexto desequilibrado cuando Ranma se puso en pie y procedió a interrumpirle.
-Amigos míos, yo soy el hombre más valiente del mundo. Amo a Akane. Que es hermosa, delicada, iracunda e inaccesible como el mar, la búsqueda, el cielo, los cumpleaños y la redundancia, juntas. A lo mejor estoy más loco que ustedes pero aún así, no me resigno a consolarme en estas palabras. Tarde o temprano, seguramente más tarde que temprano, me será accesible, aunque en el proceso se haya vuelto más delicada y hermosa.
Una lágrima, una perfecta lágrima de emoción, resbaló por el rostro de R. cuando oyó "seguramente más tarde que temprano".
El club de autoayuda Solitarias Hermanas Aisladas del Mundo Por Orgullo y Otras cosas más como inmadurez, falta de confianza y familiares que se meten en su vida privada, SHAMPOO para abreviar, recibía también con los brazos abiertos a su nueva integrante, la hermosa, delicada, iracunda e inaccesible de Akane.
-Bienvenida –le dijo el cofundador del club cuando le vio plantada en la puerta de entrada con un tono rojizo en sus cachetes y sin animarse a hablar o dar un paso más-. Adelante, adelante. Aquí no tienes nada de qué avergonzarte. Todos nosotros estamos aquí por lo mismo. De hecho, nadie te entenderá como nosotros, los que padecemos tu mismo mal.
Antes de entrar Akane miró por última vez el exterior. Un largo patio partido en dos por un sendero de piedras daba lugar al albergue al que estaba por ingresar. ¿Por qué se reunirían en un lugar tan excéntrico? No lo sabía. Tampoco entendía muy bien por qué estaba tan descuidado al punto de tener un aspecto lúgubre y oscuro pero le dio igual. Estaba demasiado acostumbrada a transitar por guaridas de malhechores para juzgar aquel sitio como desagradable. Finalmente dio dos pasos y cerró la puerta tras de sí, hecho que desencadenó las siguientes acciones: que F. F. (así se hacía llamar) diera dos palmadas con sus manos en el aire e inmediatamente se reunieran cinco muchachitas que salieron disparadas desde unos cuartos del fondo de la casucha.
-Cielo, Mar, Redundante, Cumpleañera Constante y Búsqueda –les gritó-, venid a recibir a vuestra nueva compañera.
-Ohhh –se desilusionó Cielo-. Es una chica. Otra más como nosotras…por un momento creí que…se trataba de uno de nuestros príncipes.
Una fusta de caballo estrelló su extremo más fuerte sobre la mesa, impulsado por la mano del fundador.
-Déjate de cuentos de hadas, Cielo. Nadie os está buscando allí fuera. El amor no existe y si existe nunca es tan perfecto como soñáis. Por eso os causa dolor. Mejor resignarse y vivir aislados del mundo a esperar imposibles que te inoculan veneno en el corazón con sus agujas.
-En mi caso sería una metabúsqueda –repuso Búsqueda.
-¿Entonces…-agregó Redundante- a nosotras no vino nadie a buscarnos a nosotras?
-¡NO! –gritó el jefe del grupo volviendo a azotar la mesa con la fusta-. Repetid conmigo las tres reglas de nuestro club: 1) Las almas gemelas no existen y conformarse con un "alma prima lejana" es para perdedores. 2) Mejor solos que mal acompañados 3) Mejor solos en un sitio como este que en nuestras casas.
Akane observó la escena entera con un alto grado de intriga. Obviamente estaban todos locos –ya estaba acostumbrada a convivir con gente así- pero…era también bastante obvio que no encontraría con ellos una cura para su "mal", metáfora que utilizaba para describir su amor semicorrespondido por Ranma.
-¿Cómo es posible que sea una Cumpleañera Constante? –preguntó cuando le venció la curiosidad.
-Porque nació el 1 de enero. Lo que haces el primer día del año…
-…lo tienes que repetir el resto del año –completó la frase Akane-. Lo siento, he olvidado una cosa –dijo diplomáticamente mientras enfilaba para la puerta y posaba su mano sobre el pomo de esta.
-Oiga –se quejó la peliazul mientras porfiaba con la cerradura-. Esto está atrancado.
Para ese entonces el jefe ya había cubierto la distancia que les separaba y se aprestaba a cumplir con sus maléficas intenciones.
-Por supuesto, chica. De aquí nadie sale. En el exterior hay miles de señuelos amorosos. Demasiado peligroso. La mejor forma de no quemarse es no jugar con fuego.
-La mejor forma de no recibir un puñetazo en la frente –repuso Akane- es no secuestrarme justo hoy que me he olvidado mi carnet en el otro bolso.
Luego, F. F. salió volando de un golpe hasta incrustarse en una pared del salón.
-Redundante –le gritó desde allí-, ataca.
-De acuerdo, jefe. Estoy de acuerdo con usted, jefe.
A decir verdad los golpes de Redundante no eran ni fuertes ni certeros pero para hacer honor a su nombre, simplemente, no se detenían.
-Búsqueda –volvió a gritar F. F.-, aprovecha que está distraída para analizar sus técnicas. Encuentra su punto débil.
-Es muy fácil jefe –le respondió al instante-. Es buena persona. No desea hacernos daño.
-En tal caso –se libró fácilmente del atasco en la pared-. Esto será pan comido.
Efectivamente, se lanzó sobre Akane con una velocidad muy superior a la demostrada anteriormente y le atacó con tanta fuerza y precisión que logró reducirla casi en un santiamén.
-¿Cómo lo ha conseguido, Jefe? -pregunto Mar-. Parecía tan fuerte al principio.
-Y lo es….pero si le atacas sin proteger tus puntos vitales, puntos que sabes que una buena persona no osará atacar…pues ganas mucha velocidad y destreza.
A unas cuantas manzanas de distancia se erigía la famosísima institución psiquiátrica que regenteaba R., Salud Mental ½. En el patio, la directora todavía dirigía las evoluciones de su grupo de autoayuda. Una acalorada disputa tenía lugar entre Ranma y varios de los lunáticos que le increpaban con todo tipo de vituperios. "canalla", "mentiroso", "lunático" y varios más. La pobre anciana intentaba controlar la situación caótica con sus armas acostumbradas, el diálogo y la comprensión. No fue hasta que estas fallaron por más de quince minutos que decidió recurrir a su arma final y definitiva, sobar en un rincón y esperar a que todo se solucione mágicamente.
-Ninguna mujer es más bella que el cielo –le aseguraba uno.
-Ni hay fémina más hermosa que el mar –agregaba otro amenazándole con el puño cerrado.
El tercero agregaba:
-No existe una dama más constante que Redundancia.
-Tampoco hay hembra en esta tierra –concluía el cuarto- más sorprendente que Búsqueda.
-Ni señorita más selectiva que Cumpleaños.
Ranma les miró con su típica sonrisa astuta y contestó.
-Pero es que mi Akane no es ni mujer, ni señorita, ni hembra, ni fémina, ni mucho menos, dama. Mi Akane es una marimacho.
Una media hora después, la brillante lógica de nuestro héroe hizo mecha en los corazones de los desequilibrados mentales, más por su propio desequilibrio que por la brillantez de sus argumentaciones y todos, como un equipo, llegaron a una conclusión.
-Uno para todos.
-Y todos para uno.
R. se sobresaltó al oír la cita clásica y más aún cuando vio a los seis hombres cruzando sus espadas invisibles en el aire. Le habían despertado de un sueño más que sabroso, uno en el que el esquivo objeto de su obsesión por fin decidía escribirse y dibujarse solo. Mientras se frotaba los ojos y poco a poco se olvidaba del romántico beso de los protagonistas de sus fantasías, los otros, los protagonistas de su realidad le rodeaban con cara de pocos amigos.
-Con su permiso, señora directora, de aquí nos marcharemos con su permiso de aquí con este muchacho a buscar lo que este muchacho nos dijo que buscáramos. Es decir, a las chicas. Entre todos será más fácil.
R. había aprendido merced a su basta experiencia profesional que cuando seis lunáticos decían que dos más dos sumaban cinco, no valía la pena contradecirles. Antes convenía poner la mano en el fuego por la veracidad de ese cálculo.
-Podemos salir de excursión por una tarde. Pero…si se hace de noche y no las hallamos, de vuelta al psiquiátrico. ¿De acuerdo?
En el exterior les esperaba un frío nada acogedor, acompañado de un fuerte viento que lo potenciaba enormemente. Las dos vibrantes múltiples, R. y Ranma, marchaban por delante. Los lunáticos, tan motivados antes y tan asustados entonces, ya que se las veían por vez primera en años frente a frente con la realidad, caminaban en silencio y muy lentamente.
-¿Dónde vamos? –preguntó R.
-A ningún lado en particular. Si algo aprendí en estos años es que no hace falta que Ranma Saotome vaya a los problemas. Estos vienen solos a mí.
Desconcertante. Habla de sí mismo en tercera persona: arrogancia pura. Pero acudía al club de autoayuda por no animarse a abrir su corazón: timidez extrema. ¿Cómo podían convivir ambos estados emocionales en una misma personalidad?
-Ranma –le preguntó- ¿Antes has dicho que tenían problemas para enfrentar tus sentimientos y ahora lideras a un grupo de locos literales que buscan a sus enlaces imaginarios para confesarles su amor? ¿Cómo lo explicas?
-Mis problemas son con Akane y delante de Akane. No tengo dificultades en admitir que estoy enamorado de ella si ella no está aquí. Tampoco me privo de pensar en el amor y su naturaleza en su ausencia. Incluso me siento capacitado para asistir a otros con problemas similares al mío si la aventura completa se desarrolla sin que se entere.
-Interesante –dijo R.-. Parece que le has dado ya muchas vueltas al asunto. Yo creía que eras de los que negaba todo. Pero por dentro, se ve que lo tienes muy claro. ¿Por qué te afecta tanto entonces manifestar todo esto frente a ella?
-Precisamente porque le doy muchas vueltas a las cosas. Lo he pensado bien y sé de lo que hablo. Si me rechaza, me muero. Sin metáforas ni exageraciones. Me muero de verdad.
Al brillante interrogatorio psicoanalítico de R. solo le faltaba el remate: explicarle que así como vivir sin vivir no es una vida de verdad, amar para adentro, amar sin amar, no es amor verdadero. Solo un sentimiento que si no se retroalimenta en el prójimo está destinado a morir.
-…
Más allá, en un puente de unos diez metros de altura, F. F., el villano de esta historia colgaba patas abajo a Akane Tendo, tan fuertemente maniatada que apenas si podía moverse. Seguía haciendo frío pero el viento les había dado una tregua, momento que aprovechaba el sol para inundar el lugar con sus raquíticos rayos invernales. A trasluz los cabellos de Akane parecían más dorados que azules y en esa pose, bocabajo, sus pechos no parecían tan planos como lo solía asegurar Ranma. Claro que Ranma, el que casualmente caminaba por la zona, tampoco parecía él mismo. Más musculoso y alto que de costumbre. Un tanto extraviado en los saltos, como si no hubiese interpretado aquel papel de héroe en mucho tiempo, pero por contrapartida, superguapo y con otro brillo en los ojos, el de una complicidad con su amor semicorrespondido muy superior a la habitual. Le temblaba un poco el cuerpo…probablemente por el frío. Por momentos, incluso, parecía que no sería capaz de mantenerse en pie. ¿Tendría miedo? ¿Sería posible que el gran Ranma Saotome tuviera miedo? ¿De qué? Si en rigor todavía ni sabía del peligro akanil ni de la cercana presencia de un nuevo enemigo. A lo mejor le abrumaba el protagonismo. Quizá se sentía incapaz de realizar su rol de líder correctamente. No sin ella a su lado. Solo con su alma gemela se sentía seguro. Entonces, cuando las dudas más le agobiaban, cuando se sentía tan ínfimo e inútil como una "hache" en desfile de sonidos, entonces la vio, pendiendo de una soga. Instantáneamente dio dos saltos mucho más amplios de los habituales hasta posarse sobre un tejado. Si los rizos peliazules de Akane corrían peligro, entonces, toda su pesada carga de dudas se derrumbaba instantáneamente. Luego adquiría una velocidad y destreza únicas.
Los cinco lunáticos se le quedaron mirando junto a R.
-¿Has visto cómo pisaba esa teja, Stuart? Podríamos demandarle por daños y perjuicios. Ve a tocarle el timbre al dueño de la casa.
-¿Te parece, Ringo? ¿No sería mejor esperar acontecimientos? Si rompe más cosas, podríamos armar una demanda conjunta que es más efectiva.
-Sí, sí -agregó el desequilibrado redundante-. George, podría preparar una proforma H2O de esas que tiene preparadas para que la firmen por quintuplicado los abajo firmantes, es decir, todos los afectados.
R. chasqueó los dedos. Tanto trabajo reeducándolos y bastó una pequeña dosis de realidad para que volvieran a sus personalidades originales. A juzgar por la velocidad con que tramaban sus futuros juicios, se habían olvidado completamente del cielo, el mar y demás amores imposibles.
Mientras tanto, Ranma ya había trepado hasta el puente y enfrentaba a F. F.
-¿Qué está pasando aquí? ¿Por qué has secuestrado a mi prometida?
-Porque se niega a aceptar que los finales no siempre son felices. He tenido que salir a demostrárselo. En el fondo estoy protegiéndola de sí misma. Cuando madures, me lo agradecerás. Redundante –llamó a una de sus esbirras-, ataca. Búsqueda, analiza.
La batalla no duró demasiado. Por muchos golpes que tirara Redundante, poco parecían al lado del truco de las castañas de Ranma. Pese a todo, pese a que el primer asalto no duró ni dos segundos, Búsqueda tuvo tiempo suficiente para dar su veredicto.
-Si ella –señaló a Akane- le rechaza, se muere.
-No me sirve –bramó F. F.-. Busca otra cosa. Mar, Cielo, os toca.
Ambas muchachas se arrojaron sobre su rival sin mucha fuerza ni técnica. Un toque gentil en el hombro de una y un empujoncito caballeroso a otra bastó para deshacerse de ambos estorbos sin dañarlas.
El veredicto de Búsqueda fue entonces mucho más terminante.
-Aún juntas eran más débiles que Redundante pero tardó más en ganarles. El número de atacantes le desconcentra como si se tratara de un público arisco.
-En tal caso –dio dos aplausos en el aire F. F. para que se reunieran tras de él un ejército de muchachitas a las que protegía del terrible "mal" del amor-. Esto también será pan comido.
Efectivamente, a medida que las jovencitas se iban sentado en el suelo formando un gran semicírculo, a Ranma le comenzaron a flaquear las fuerzas.
¿Por qué? –pensó-. Si siempre peleo frente a gente.
La respuesta llegó en los propios labios de Búsqueda.
Odia el rechazo. Por eso se muere si esa no le acepta y por eso siente pánico ante un público. Normalmente no se nota porque siempre gana pero…si el público le abucheara…perdería el control.
-Buuuuuhhh, ¡qué malo es! -Comenzó a gritarle el ejército de chicas-. Y qué poco masculino. No sirve para pelear ni para el amor. Buuuuuhhhh. Es un bueno para nada…nada…¡NADA!
Poco a poco el cerco de chicas se estrechaba sobre su epicentro sin que el muchacho atinara a moverse o contraatacar. Sus rostros le parecían los de cien ogros gigantescos. ¿Cómo vencerles? No recordaba haberlo logrado nunca. O quizás sí. Imposible concentrarse en aquel estado de nerviosismo. Nada llegaba ya a su mente. Ni el aire frío que comenzaba a soplar con fuerza nuevamente, ni las gotas de lluvia que iniciaban su caída libre en ese momento, ni siquiera, las feas caras de bruja del círculo agresor que se seguía estrechando. Estaba claro. Él, Ranma Saotome, no servía para actuar de héroe ni de ninguna otra cosa que empezara con hache. Solo una cosa le impedía perder el conocimiento. Aquella sonrisa. Aquella extraña y calma sonrisa de Akane. De su Akane. La Akane que a pesar de pender de una soga sobre un puente no dudaba ni un instante de él. Una sonrisa que lo decía todo. Aquella sonrisa que le hacía sentir fuerte como el hierro, guapo como el hielo y delicioso como un helado.
Se levantó poco a poco, amortiguó el efecto de los temblores con sendos puñetazos sobre su propio pecho y desafió con mirada fiera y combativa al grupo de adolescentes que instintivamente se desbandaron sin esperar a nada.
-Muy bien –dijo F. F.-. Veo que has superado tu punto débil momentáneamente. Pero por eso mismo estoy aquí. Para que aprendáis que no siempre hay finales felices. Despídete del origen de tu fuerza –le dijo y cortó la soga.
Por la cabeza de Ranma pasaron un montón de imágenes en un segundo. El día que se despidió de su madre para irse a entrenar con Genma. Su caída en las fosas de Jusenkyo. Akane desnuda en el Dojo el día en que se conocieron…y miles, millones de imágenes akaniles más. Desde que le había conocido, ninguna otra cosa se había guardado en su corazón que recuerdos sobre ella. Saltó con la fuerza de un tigre y la precisión de una gacela. Era su gran escena. La que repetían siempre. Ella caía y él la salvaba mágicamente. Nunca antes ningún villano había osado jamás intentar la más horrible de las canalladas. Incluso Anticlímax solía quedarse embobado mirando la hermosa escena de amor que aquel reencuentro salvador en el aire significaba. Pero F. F. no se quedó quieto. Parecía estar hecho de otra pasta. Como si conociera al dedillo la forma de comportarse de los héroes. Solo así se explica cómo pudo adivinar tan perfectamente su trayectoria e interceptarle.
-Ya te lo he dicho –bramó otra vez mientras le sujetaba del codo y una rodilla-. Los finales felices no son para todos.
En ese instante, Akane descubrió que por primera vez Ranma no llegaría a tiempo y también se le pasaron por la mente infinitud de imágenes de esta y otras vidas. Se sentía como si fuera su primera o segunda vez actuando de heroína. Una gran impotencia le embargaba el alma. La que sienten todos los que fracasan en algo que creían triunfo seguro. Recordó todos y cada uno de los momentos románticos con Ranma e infinitud de objetos relacionados con su amor. Su elegante traje colorado, el bigote de dragón, sus asientos en el instituto, su plato siempre limpio y reluciente y también, por alguna razón, una lluvia de tomates.
El aterrizaje no fue violento. Nunca lo es en el primer instante. Recién al segundo, cuando todos los huesos se rompen es que la mente deja de pensar: "no fue para tanto" y comienza a temer por su vida. En este caso, sin embargo, nada de estas sensaciones invadieron su cuerpo. Cinco cuerpos escuálidos, los pertenecientes a cinco locos enamorados de seres imposibles, habían amortiguado el golpe.
Akane pestañeó un par de veces sin lograr entender lo que había ocurrido.
-¿Por qué?
-Porque te queremos…pedir que actúes como testigo en nuestra demanda conjunta…te queremos mucho, muchísimo…viva.
Varias lágrimas caían de sus caras, probablemente producto de su propio e ilógica locura. Y sin embargo, aquellas palabras, aquellas pausas y aquellas emotivas expresiones le llegaban al corazón. Quizá por eso, porque estaba genuinamente conmovida, se olvidó por un momento que era una Akane…una jovencita tímida y retraída, y gritó las palabras mágicas.
-¡RANMA, TE AMO!
Si un rechazo suyo le mataría…una confesión tendría que provocar el efecto contrario…aunque hacía falta algo más que un milagro de amor para salvar a Ranma en ese momento. El ejército de muchachas, más de mil chicas, había aprovechado el momento de debilidad para arrojarse sobre él. Literalmente su cabeza era empujada hacia el exterior del puente por más de un millar de personas. Luego asomó su cuerpo y finalmente solo se sostenía de la barandilla con un dedo amoratado que se negaba por unos instantes más a ceder al empuje de tanta gente.
-¡RANMA, TÚ PUEDES! ¡CONFÍO EN TI! ¡SIEMPRE ESTARÉ A TU LADO!
Una especie de terremoto sacudió el puente a continuación. Aquel dedo que le sostenía, no solo no cedía, sino que además tiraba en dirección contraria con suficiente fuerza como para mover el puente al completo. En un abrir y cerrar de ojos, el mejor artista marcial de Nerima había dado vuelta la tortilla y se encontraba en medio del puente sosteniendo a las muchachas para que no se cayeran.
-Sosteneos fuerte. Ya os izo a todas.
Alguna que otra de las muchachas sintió un poco de vergüenza. Le habían atacado tan cruelmente antes. Habían intentado asesinarle…y ahora…sin siquiera pestañear, era él mismo quien las sostenía a todas. Eso es lo que sintieron algunas. Las demás simplemente pusieron los ojos en blanco y se desmayaron. La mayoría, enamoradas de su nuevo héroe. Solo un integrante de la muchedumbre encontró aquello demasiado humillante y prefirió lanzarse al vacío antes que ser salvado por Ranma, F. F.
Al igual que Akane, F. F. no sintió un excesivo dolor al primer instante de hacer contacto con el suelo. Se tanteó el cuerpo sorprendido. Nada. Ninguno de sus huesos se había roto. Debajo de él, R., magullada y sonriente, amortiguaba el impacto.
-Ru…Ru…Rumiko. ¿Estás aquí?
La anciana se acomodó las gafotas intentando enfocar bien. Le había salvado por puro reflejo y humanidad. Pero…¿Cómo era que conocía su nombre? ¿Por qué le hablaba con tanta familiaridad? ¿Por qué el tono rosa de sus mejillas por permanecer sobre ella un poco más de lo recomendable?
-¿Final Feliz? –dijo al fin- Yo creía…que…
-¡Y YO! –bramó F. F. dándose la vuelta y alejándose tres pasos-. ¡Me abandonaste! ¡Sin explicaciones! ¡Sin siquiera una cobarde carta de despedida! ¡Nada de nada! ¡Tan solo te esfumaste! ¿Tienes idea de cuánto tiempo te esperé en esa esquina? ¡Seis días, Rumiko Takahashi! Te esperé por seis días. Por momentos parecía Ranma esperando a Ryoga.
Mientras tanto, Ranma que ya había bajado, se acercó a Akane y la inspeccionó cuidadosamente. Aunque sabía perfectamente de su fuerza akanil, especialmente cuando le aplastaba contra el suelo con una mesa, en realidad le consideraba frágil y necesitada. Le creía incluso capaz de insolarse por la potente luz de la luna.
-Estoy bien –le sonrió Akane-. Esos locos me salvaron. Los muy chiflados aseguran que me quieren como a una hija o sobrina. ¡Si ni me conocen!
-Bueeeno, yo les estuve hablando de ti por horas. Es normal que sientan cierta empatía. Ellos también están enamorados…digo…bueno…sobre lo que has dicho antes…yo…cambiando de tema. ¿Crees tú que esos dos fueron pareja antes? ¿Rumiko y Final Feliz, digo?
Akane asintió con la cabeza. Más allá, R. lloraba a lágrima takashida.
-Fuiste tú quien me abandonó entonces. Y yo la que te esperó por seis días. En la esquina. Junto al kiosco de manga.
-No, no, no –meneó la cabeza F. F. La esquina es la unión de las dos calles. El kiosco estaba unos metros más adentro. Yo te esperaba en la esquina esquina como habíamos quedado.
-Y yo en la esquina del kiosco, obviamente en el kiosco, como habíamos quedado…¿entonces?
-¿Entonces?
-Tú nunca me abandonaste…
-Ni tú a mí…
Ranma gruñó: hay que ser estúpidos e inmaduros para pelearse por algo así.
-Bueno –repuso Akane-. No todas las parejas son tan rápidas como nosotros. Hay que respetar los tiempos de los demás. Mira, mira, ya se besan. Final feliz está teniendo su final feliz. Estaba tan amargado por perder al amor de su vida hace unos instantes y míralo ahora. La vida da muchas vueltas ¿verdad? –le dio un empujoncito- ¿verdad, Ranma? –volvió a empujarle- ¿VERDAD?
-Caramba, Akane. Deja de empujarme. ¿Qué quieres?
-Que vayas a tener una metaconversación con ella, de personaje a autor.
-¿Tú crees? –preguntó Ranma-. Esa mujer me da un poco de miedo. No parece muy en sus cabales. Y el otro trató de matarme hace un rato.
-¡DE ACUERDO, GALLINA! Iré yo.
Dos jóvenes de dieciséis años se pierden por una callejuela que les llevará al Instituto Furinkan. Avanzan en su mutua compañía. Tan juntos, que hasta parece que en cualquier momento se darán la mano. Tan separados, que nadie podría asegurar al cien por ciento si son amigos, pareja o hermanos.
-Caramba, ricitos peliazul. ¿Por qué estamos aquí de pronto? ¿Qué le has dicho?
-Que ahora que se había reunido con Final Feliz podría aprovechar para darles una alegría a sus lectores. Luego le guiñé el ojo.
-¿Y? ¿Qué te contestó?
-Que era una excelente idea. Que sus lectores de Rinne se iban a poner muy contentos.
Fin.
Historia bonus: Las fiestas sin Minefine7.
Como ya todos sabréis en mi casa solo se miran dibujos animados por la tele. Bob Esponja, La princesa Holly, Dragon Ball Z, etc. Eventualmente se aceptan cosas con seres humanos (puajjj, ¡qué asco!) a las que llamamos dibujos animados de carne y hueso, porque también están destinadas a un público infantil: ICarly, Big Time Rush, Victorious, Buena Suerte Charlie, etc. Los bondadosos y supermaduros padres de Bulmita y Gohan aceptan a regañadientes perderse el fútbol, noticieros o telenovelas casi siempre. SIN EMBARGO (así, con mayúsculas), hay un programa para adultos al que Minefine7 no está dispuesta a renunciar. Se trata de Cuéntame cómo paso, un gran éxito de la televisión española y que tiene sus diferentes versiones en otros países. La idea consiste básicamente en contar cómo era España hace 30 años a través de las aventuras y desventuras de una familia, los Alcántara. Originalmente era un método de hablar del franquismo apelando a la nostalgia de los adultos que recordaban su niñez. No obstante, fue tal el éxito de la serie que actualmente van por la temporada 15, es decir, bastante después de la muerte de Franco. A este ritmo llegará el día en que los Alcántara lleguen a 2001, año de su estreno y presencien en la ficción el nacimiento de un nuevo programa: Metacuéntame cómo metapasó.
La cuestión que a Minefine7 le encanta esta serie porque es histórica, aparece Imanol Arias, explora todo el abanico de sentimientos (tragedia, romance y comedia), aparece Imanol Arias, aprende cosas de España de antes de llegar ella, aparece Imanol Arias, tiene muchos premios por la calidad de sus actores y sus guiones, aparece Imanol Arias y…ah, sí, casi me olvido, aparece Imanol Arias.
Por tanto, todos los jueves de 22:30 a 24:00 la tele está tomada por Minefine7. En condiciones normales, no pasa nada. Somos una familia unida. Mientras uno mira un programa que a los demás no les gusta, los excluidos de la tele se quedan en el comedor, hablando, jugando, estudiando, escribiendo, comiendo, etc. Es raro, salvo en el caso de Bulmita cuando hace puzzles, que alguien se quede solo en una habitación y el resto en otra.
PERO (así, con mayúsculas también), Bulmita, Gohan y yo, no toleramos Cuéntame cómo pasó. Gohan se la pasa preguntando por cada escena que no entiende (todaaaaas), Bulmita intenta todo tipo de tretas para recuperar el control remoto y yo lo paso fatal con las numerosas secuencias de humor consistente en hacer pasar vergüenza ajena al espectador. Por tanto, desde hace un año, todos los jueves a las 22:30 nos reunimos los tres en el dormitorio de mamá y papá en lo que Bulmita denominó: "Fiestas sin Minefine7". ¿Lindo nombre, no? Totalmente inocente. ¿En qué consiste? En comprarnos alguna cosa rica para comer a escondidas y devorarla mientras hacemos cosas que usualmente no se podrían hacer con Minefine7 delante (comer sobre la cama, jugar con el móvil de Minefine7, planificar cumpleaños, etc.). Por supuesto, cuando se está por cumplir la hora, mi manipuladorita se va llorando al salón con la madre al grito de: "¡Qué aburrido! ¡Es mucho mejor pasármelo con mami!".
Así, la misma niñita que inventó el nombre sugerente y que cada diez minutos se asomaba al comedor gritando mentiras del tipo: "¿En serio piensas eso de mamá, Gohan?" o "¡Se nos escapó la araña!" o "Tranquilo, Gohan, las manchas de queso de untar en las almohadas salen fácil", consigue que, a los ojos de la madre, ella parezca la buena y los demás los malos que se reúnen periódicamente a sus espaldas para hacerle maldades. Da igual. En general cuando ambas mujeres de la casa vuelven a la habitación, Gohan y yo ya nos hemos quedado dormidos.
Fin de la historia bonus.
Comentarios
Estimada Akyfin02. Estamos de acuerdo. Hoy he subido el de SHAMPOO y PECHAN y luego redactaré el de Phineas y Ferb. Espero tu actualización con ansias.
Estimada Massy13. Akane a trois. Tomo nota...Minefine7 está con regla no alegre...así que me esperaré para ese. Dudo que pase la censura fácilmente. Me parece que sí fuiste tú...tampoco me acuerdo bien. Sobre el fic de Inuyasha...tengo un problema: ¡TERMINA BIEN EL MANGA! Llevo tanto tiempo escribiendo finales alternativos...tendría que ponerme a pensar en otro tipo de fórmula para justificar la existencia del fic.
Estimada minefine7. No, no, no. Yo jamás insinuaría que Bulmita te manipula. Lo digo con todas las letras y en mayúsculas: ¡TE MANIPULA!
Estimada Ai. Pues al final tuve que quitar los adornos. Todo un record (en enero). Solo quedaron las luces del balcón que están desenchufadas y no se nota. ¿así vale, no? Sobre Akane Mamoru y Musa haciendo el papel de Akane...ya se van notando los cambios...espero.
Musa=igual villana. Era papel de Ibuki. Es triste pero es así. Por eso mismo me resulta gratificante este primer capítulo de Hachiro e Ibuki haciendo de Ranma y Akane.
A propósito, he notado en la sección de estadísticas que el segundo país (después de México) con más lecturas de esta colección es China. Me gustaría saber algo de aquellos lectores por simple curiosidad. Tener una o dos lecturas de países lejanos me suena lógico pero esta cantidad abultada me parece bastante singular.
