Un dolor que jamás entendería una mujer.
Un dolor que jamás entendería una mujer. Ese mismo me infligió ayer Akane y ahora para colmo, pretende que me case con ella. ¡Como si fuera tan fácil! Antes tendría que disculparse, ¿verdad? No se trata de una tontería sin importancia como cuando me pega con una mesa o similar. Ayer me ha dado en un área mucho más sensible. Invadió totalmente mi intimidad. Las mujeres en este sentido son todas iguales. Siempre quejándose por nuestra falta de empatía pero en cuanto tocan un tema que no conocen, pues se desentienden totalmente del dolor que puedan causar con la burda excusa de que ellas no comprenden ese tipo de angustia. ¿Dónde quedó la famosa empatía entonces? Y en el caso de Akane, ella se lleva la palma. He conocido piedras más empáticas que ella…
En fin, para hacer corto el cuento, aclaro que todo comenzó por la noche; a eso de las dos de la mañana en el gimnasio. Llevábamos varias horas entrenando para el concurso de la semana que viene de artes marciales. Siendo sinceros, yo aprovechaba la oportunidad para pasar más tiempo con ella y disfrutaba sobre manera cuando las sesiones se alargaban hasta la madrugada, momento en que las luces flaqueaban y nos invadía una media penumbra que envolvía todos nuestros movimientos en un semi-anonimato. ¿Para qué entrenar tanto? Para nada. No nos encontraríamos grandes rivales en el torneo y yo, desde luego, estaba en forma. Más atlético y filoso que nunca. He de admitir, por el contrario, que algo le pasaba a la técnica de Akane. Estaba como "desprolija" por llamarlo de alguna manera. Más fiera, más fuerte…pero menos precisa. Incluso, y espero que no me oiga, menos inteligente. En fin, atacando a tontas y a locas en lugar de pensarse una estrategia que le permitiera equiparar mi evidente ventaja física y de técnica.
-Oye ¿y esa patada baja? –pregunté por fin ante su enésimo error-. Es nueva ¿no?
-Si –me repuso algo cortante aunque manteniendo su estupenda sonrisa-, hoy me apetece cambiar.
"Cambiar". Prestad atención a esta palabrita porque en la correcta interpretación de su significado se monta todo el problema que se desarrolló a continuación.
-Ya, no digo que estuviera mal…–insistí sin notar que la molestaba- pero ¿no hubiese sido más efectivo dar tu patada alta de siempre? Por un instante bajé la guardia por la fuerza del golpe anterior. No creo que hubieses llegado a aprovecharlo. Pero la oportunidad estaba. Una patada baja simplemente no tiene sentido.
Entonces noté ese brillo de furia en sus ojos que la semipenumbra me ocultaba. Le había herido el orgullo con mi insistencia. Intenté cambiar de tema pero ya era demasiado tarde. Ya me señalaba con su dedo índice izquierdo y a sí misma con el derecho.
-¿Ahora me vas a enseñar TÚ a pelear a MÍ que me entreno desde niña?
Lo lógico hubiese sido continuar con el plan trunco anterior, cambiar de tema, ¿verdad? ¿Verdad? Desde luego, lo tonto hubiese sido, continuar por allí. Y lo directamente suicida, lo que contesté entonces.
-Pues sí. Parece que sí que tengo que enseñarte a pelear. Hoy estás como si fueras un ajedrecista que no se acuerda del nombre de las piezas. Patada baja…caramba. Ni Ryoga cometería un error tan infantil.
Como única respuesta recibí otra patada baja. Solo que más fuerte y precisa. Furibunda diría yo.
-¿Otra vez? –la intercepté con facilidad mientras volvía a meter la pata con las palabras.
-Ya vale. –intentó atizarme con una tercera patada idéntica a las anteriores-. Este es mi nuevo estilo de pelea. Te guste o no.
Reconozco que actué por instinto. De haberme parado a pensar, tal vez, hubiese sucumbido ante la energía creciente de sus ataques. Enfrascado como estaba en demostrar mi punto, la esquivé con un salto ligero y caí sobre ella con todo el peso de mi cuerpo. Todo artista marcial con un mínimo sentido común sabe que atacar por abajo a alguien de mayor envergadura tiene ese inconveniente. Que al final, se te caen literalmente encima.
Brazo izquierdo sosteniendo el derecho de mi "rival", brazo derecho haciendo lo propio sobre el restante, rodillas contra rodillas y respiración contra respiración. Así caímos y así se entrelazaron nuestros cuerpos con la naturalidad de un presagio del destino. Creo que nos turbamos ambos a la vez. Aquella pose, en unos novatos en el amor como nosotros, pertenecía más al campo de la imaginación que a un lance entre artistas marciales. Como se le ocurriera insinuar que lo había hecho a propósito…y en el idioma de Akane "insinuar" consistía en llamarme "pervertido"…como se atreviera…a lo mejor hasta seguía de largo y la besaba. ¡No! Desde luego, no podía darme el lujo de dejarle hablar primero. Tenía que contragolpear antes de que ella siquiera atacara. ¿Qué me había dicho? ¿Cómo era? Ah, sí. "Este es mi nuevo estilo de pelea. Te guste o no". Fácil de contrarrestar…
-Pues no –repuse-. No me gusta. No tiene gracia ganarte fácilmente. Utiliza toda tu fuerza.
-Esta es toda mi fuerza ahora. No pienso volver a intentar una patada alta.
Terca…guapa y ¿triste? Así, tan cerca, casi se podía oír el intenso murmullo interno que le agobiaba. Más aún, cuando giraba la cabeza hacia un costado. ¿Evitaba mirarme por la vergüenza? ¿O…intentaba esconder unas plimps incipientes?
-Pero ¿por qué? Si es tu mejor golpe…
Lo era. De verdad. El único ataque suyo que realmente envidiaba.
¿Qué más da la razón? –pensé-; si sigo sobre ella…y la verdad…se siente muy bien.
Lamentablemente. Sí que importaba y mucho. Akane me devolvió de mi ensoñación onírica con unas revelaciones ridículas. Una sarta de patrañas a las que no di fin de un "plafui" solo porque yo era el caballero y ella, la dama.
-No daré más patadas altas porque a ti te salen mejor ¿vale? –dejó escapar un hipo nervioso. A lo mejor sí lloraba en silencio-. Ayer me di cuenta cuando entrenábamos. Mi mejor golpe lo haces tú mejor que yo. ¿Irónico, verdad? ¿Qué pensarán los jueces del concurso de artes marciales de mañana cuando nos vean pelear? Que soy tu aprendiz. O peor aún, tu imitadora. Eso…eso sería tan…humillante. Prefiero pasar por cabeza hueca con mi propio estilo a qué todos digan: "¡Qué bien que lucha Akane! Se nota que Ranma le enseñó todo lo que sabe".
Me levanté enfurecido y la aparté de un empujón.
-¡Eso que yo hago mejor la patada alta es ridículo! Solo soy más alto. Y lo demás, impropio de ti. Aquí el que es absurdamente competitivo soy yo. ¡No me robes eso! –la señalé con dedo acusador-. Soy yo el que renunciaría a mi mejor golpe solo por orgullo –y dicho esto, le pegué una soberana patada baja. Con bronca y deliberadamente fuerte. La primera que le daba así desde que le conocí.
-¡Oye! –la rechazó espléndidamente bien. ¡Interesante! Evidentemente se había tomado en serio el temita de dominar ese golpe-. ¿Desde cuando das tú patadas bajas?
-¡Desde ahora! –volví a intentarlo con el mismo éxito escaso.
-¡NO ES JUSTO! ¡ESE es mi estilo NUEVO!
-Pues te aguantas. Uffff, no quiere imitarme la loca esta y se pone en plan ultracompetitivo –me quejé mirando al techo y luego a ella-. ¿Qué va a ser después? ¿Convertirte en un chico de pelo rubio cuando te mojes con agua?
Nos paramos los dos a descansar. El intercambio de patadas bajas no había dejado, cerca, jadeantes y agitados. Sus cabellos rozaban mi barbilla y mi hombro izquierdo descansaba sobre el suyo.
-A lo mejor –me dio, de golpe, otra patada baja-, me busco otros dos prometidos. ¡Eso sí que sería imitarte!
-¡Jamás! –estallé.
-¿Por qué? ¿Te da celos?
-¡Porque soy YO el de las tres prometidas! Te lo advierto, Akane. Si haces eso…si lo haces…te juro que…haré algo que no te gustará. ¡NO ME PROVOQUES!
-Creo que me los buscaré musculosos.
Normal que continuará por ese camino. Si en el fondo no me imitaba. Akane era y es tan competitiva e inmadura como yo. Claro que en ese entonces no advertí el detalle de que me tomaba el pelo. Estaba, literalmente, furioso. Tanto que la cogí con ambas manos del torso y la levanté un palmo del suelo.
-¡OYE! Que te lo he ADVERTIDO. Con esas cosas no se juega. ¡Una palabra más y rompo el compromiso con Shampoo y Ukyo ya mismo!
-¿¡QUÉ!? –se zafó con una patada baja que por la altura a la que estaba impactó en mis rodillas- ¿Qué clase de "castigo" es ese?
-Está muy claro. Sin las otras prometidas, ya no tendrás excusa para rechazarme. Hasta ahora he sido un caballero y te he dado una vía de escape para que no te sintieras obligada a nada que no te apeteciera.
Luego no sabría bien explicar qué pasó o cómo ocurrió. Solo que de pronto vi el techo sin que en rigor me hubiese movido y a continuación caí. Según asegura Akane, me dio una patada baja a su máxima potencia. Una tan rápida y violenta que ni la vi venir. Según mi versión, algún cataclismo en otro punto del planeta provocó con la onda expansiva un terremoto localizado justo en el metro cuadrado en el que estaba parado yo. El caso es que, fuera por lo que fuera (de ninguna manera porque Akane me ganó), de pronto la tuve encima de mí. Invertidos los papeles, con sus suaves bracitos intentando forzar los míos y con sus labios exhalando sobre mi nariz una especie de silbidos contenidos que intentaba reprimir sin éxito.
-¿Y quién demonios te ha dicho a ti –exclamó en cuanto recuperó el aliento- que no me apetece ser tu prometida?
Ah, pero…¿le apetecía? ¿Desde cuando? Si yo creía que solo me veía como un rival.
-Únicamente me prestas atención porque no puedes ganarme. De seguro, dejarías de tomarme en serio como hombre si un día, mis fuerzas se redujeran en un 87% y una serie de casualidades te diera la oportunidad de ganarme.
-¡Puedo ganarte ahora mismo, cretino! –dijo mientras se levantaba y se ponía en guardia.
-Oye, espera, espera –me arrepentí de inmediato de cambiar de pose e interrumpir su confesión-, hace unos segundos hablabas sobre lo mucho que te "apetecía" ser mi…
-Lo único que me apetece ahora –me interrumpió- es darte tu merecido. En guardia –volvió a retarme.
A continuación recibí una a una, la incesante catarata de patadas bajas hiperveloces que no se detenían por nada. Solamente las lograba detener y bloquear por una única razón. Porque sabía de sobra su destino. Una cosa estaba clara. La había puesto furiosa y esa furia le daba una fuerza inaudita. En el fondo, poco me importaba la naturaleza de su transformación. Tarde o temprano se cansaría. Antes que yo, desde luego y le ganaría. Ya tendría tiempo después para hablar de amor. Pero, primero lo primero, dejarle bien en claro quién mandaba en la relación. El hombre, claro está.
-Ya me avisarás cuando te canses –simulé bostezar-. Esto se está tornando aburrido.
¡Bien Ranma! -me felicité irónicamente- ¡Gran estrategia! Akane te está ganando de lo furiosa que está, ¿y tú no tienes mejor idea que enojarla más?
Efectivamente, pronto recurrió a una variante letal. Mechar las patadas bajas con alguna que otra alta, las que eran su especialidad. No importaba. Todas sus patadas me las conocía de memoria. Bastaba con concentrarme más para parar una u otra hasta que se agotara. Claro que de tanto vigilar abajo y arriba, descuidé lo más sagrado…
-Oye, eso ha sido sucio –me quejé desde el suelo y en posición fetal-. No me esperaba que me atacaras justo allí.
-Pues "te aguantas". Y déjate de sobarte la entrepierna que seguro que no duele tanto una patada "media".
-¿Desde cuando das esa clase de patadas tú?
-¡"Desde ahora"! Venga, por favor. Deja de sobarte así. ¿Cuánto puede doler un golpe allí?
-No lo entenderías…
Mujeres…no lo entienden. Aunque le hiciera un gráfico, difícilmente creo que pudiera comprender la magnitud de lo que me había hecho. Por suerte pronto me dejó a solas. Antes, ya en le borde de la puerta del gimnasio me dijo.
-Ah, y una cosa más. Ponte guapo para mañana que nos casamos.
Lo que es guapo, guapo, estoy siempre. Vamos que habrá querido decir: "ponte más guapo si eso es posible". Pero no pienso casarme hasta que no me pida perdón por lo que me hizo. ¡Con la posibilidad de tener o no descendencia no se juega!
Bueno, vale. Al final me he casado y sin que tuviera que disculparse. En fin…¿qué pretendíais? Iba vestida de novia. Demasiado guapa como para acordarme que todavía me dolía allí. Eso sí, antes del casamiento Ryoga, Mousse y Kuno intentaron armar un poco del lío habitual, ocasión ideal para poner en práctica las enseñanzas de mi furibunda Akane. Y, he de reconocerlo, dejarlos así durante horas en el suelo, se sintió genial.
Fin.
Historia bonus: Bulmita y las películas de amor de los 90.
Hace unos días, vimos en la tele una peli típica de los 90. La protagonizaban Whoopy Goldberg y el actor que hacía de dueño del bar de la mítica serie Cheers. Además aparecía un mono (estaban muuuuy de moda), muchos coches destrozados (largometraje norteamericano después de todo) y Will Smith haciendo de hermano atontado. La historia iba sobre una chica negra que quiere conocer a su padre biológico, dador de esperma en su juventud, y descubre que este es blanco. Obviamente, esto provoca una serie de malentendidos entre los padres que no congenian muy bien. Ella tiene una tienda de libros sobre afroamericanismo y él es un vendedor de coches que se viste y promociona sus carros al estilo cowboy. Al notar que llevan un tren de vida totalmente diferente, comienzan las peleas. Lógicamente, gracias a la simpatía de la hija, ambos terminan llevándose mejor y finalmente, se enamoran. Luego, los típicos altibajos de toda historia de amor. Se pelean, se amigan, ella sufre un accidente de tráfico y al final, se descubre que él no es el padre. Lo que no impide el happy ending en la escena de graduación de la protagonista.
Y mientras todo esto pasaba, bastante inocente a mi entender…una pequeñita observaba todo con palidez cadavérica. Bulmita había caído por fin en las redes de las pelis románticas. Salvo que jamás de los jamases alguien como ella iba a aceptar que sufría por culpa del argumento cambiante. No, no. Imposible. Mejor chillar cosas del estilo: "Quita esa tonta película que no me gusta cómo actúan" cuando se pelean y un "alto, alto. No cambies que les doy otra oportunidad" justo cuando el galán acierta con lo que tiene que decir. Y así, casualmente, entre uno y otro altibajo en la tortuosa relación de los protagonistas, me tuvo mi hija tapándole los ojos y destapándoselos según lo que tocara. ¡Y ojito con equivocarme! Debía tapárselos cuando venía una escena en la que "actuaban mal" y destapárselos cuando la iluminación era acorde a sus pretensiones de sibarita televisiva.
Desde luego hubiese sido muy inmaduro de mi parte aprovechar la ocasión para hablarle sobre la maldad inherente de todos los hombres. Así que me limité a contarle que la vida real está repleta de pésimos actores y que las pocas escenas bien iluminadas aparecen a cuentagotas. Sobre todo, insistí en la importancia de mantenerse en sitios BIEN iluminados cuando algún mal actor la invitara a salir.
A propósito, Gohan está traumatizadísimo porque Jo y Kendall de Big Time Rush rompen al final de la segunda temporada porque ella tiene que irse por tres años a filmar una película a otro país (ups…un spoiler; espero no haberle provocado un infarto a nadie). En todo caso, mi forma de consolarlo fue la misma que utilizo siempre que le pasa algo malo; le dije: "¿Jo se fue lejos por mucho tiempo? Bueno, podría ser peor. A Kendall podría haberle aparecido una Kikyo".
-Sí, papá –me respondió apesadumbrado-, eso hubiese sido peor.
Fin de la historia bonus.
Comentarios
Estimada Rosejandra (cap. 81). Bienvenida. Huevos de chocolates, bombones…¿qué diferencia hay? Ahora que lo pienso, debí ambientar este one-shot en San Valentín. Demasiado presente el tema del chocolate.
Estimada Rosejandra (cap. 82). ¡Nabiki generosa! En mi imaginación esta historia era mucho más trágica de lo que luego me salió al pasar al papel. Solo de unir estas tres palabras: "Nabiki, trauma y generosa", siento escalofríos.
Estimada Rosejandra (cap. 83). Sí, sí, está inspirada toda la historia en ese capítulo.
Estimada Rosejandra (cap. 84). Siempre es culpa de Ibuki…bueno, a lo mejor no siempre. Será cuestión de que leas unos cuantos capítulos más. En fin, te tomo tu reflexión como un: "ha sido más romántico que Balada de Ranma y Akane". Otro voto a mi favor.
Estimada Rosejandra (cap. 85). Es una de las pocas canciones que me conozco. Muy de moda cuando era un grinchito de la música inmaduro.
Estimada Rosejandra (cap. 86). Como dice Ai, la mayoría de las historias originales y sus versiones televisivas difieren radicalmente.
Estimado Gohan67. A mi también me ha gustado leerte. Claro que yo SÍ que te leí.
Estimada Rosejandra (cap. 87). Yo también lo ví. Partidazo. De hecho me acordé por fin, por qué había elegido este deporte para el fic. Es el único en el que existe algo llamado: "expulsión temporal". El jugador que comete una falta importante queda fuera del equipo durante cinco minutos. Normalmente, el equipo rival aprovecha la superioridad numérica para marcar. La idea era que Ranma con su inmadurez dejara al equipo muchas veces con uno menos y luego tuviera que arreglarlo cuando volvía. Una forma de justificar a través de su personalidad los marcadores cambiantes. Y que la evolución de su relación con Akane fuera la clave de que el equipo ganara finalmente. Luego…se me olvidó todo esto.
Estimada Akyfin02 (cap. 106). Muchas gracias. Espero llegar este año al otro objetivo. Sin duda, me has dado un buen empujoncito en esa dirección, Nancy. Sí, a mi también me cae bien Sandro Lensei. Se nota que sabe bien lo que hace.
Estimada Akyfin02 (cap. 01). Es un índice moderno autoactualizable y lo hace cuando le da la gana. A veces intento presionarlo pero no demasiado porque tiene mal genio. ¿En serio? ¿Facebook compra whatsapp y de pronto la aplicación ya no funciona tan bien? ¿Qué extraño, no? Era algo totalmente imprevisible…me ha tomado totalmente por sorpresa. No me lo puedo creer. ¡INCREIBLE! Y así podría seguir con el sarcasmo unas cuantas horas más.
De acuerdo, de acuerdo. Dado que te afecta tanto el tema, intentaré aceptar tu "nancyedad" o "nancysmo" todo lo que pueda. Seguramente será mucho tiempo.
Yo he pasado por un proceso similar. Solo que más caótico y desordenado. Sé que es tópico de aquí decir que sin los lectores y comentaristas el escritor no estaría aquí. Ya sabes que no recurriría a un tópico si no fuera verdad. Y en el caso de mis lectores vip esto es una realidad evidente. Sin ellos, me hubiese aburrido ya de escribir tantas veces lo mismo. Cada vez resulta un poquito más difícil utilizar a los mismos personajes abandonados en un mismo punto y llevarlos al mismo final pero de forma diferente. Sin las Nancys, Lauras, Daianas, etc., etc., seguramente estaría escribiendo otro tipo de historias ahora y solo las leería Minefine7.
Claro que sé que es broma. Si no fuera así, no sería tan gracioso. En todo caso, me ofende eso que insinúas que me gusta llevarte la contraria, Nancy. No es verdad.
PS: Sí, lo noté. La primera vez le dije a Minefine7: "¡Qué raro! Ai me está llevando la contraria". Y Minefine7 me contestó: "Lo que pasa es que estás leyendo un review de Akyfin inusualmente largo".
Estimada Akyfin02 (cap. 02). De acuerdo. Entonces yo también te escribo poco.
Estimada Akyfin02 (cap. 03). Igualito que a tus compañeras, le pasa a minefine7. Me paso horas diciéndole: y ahora voy a pinchar a Akyfin con esto y luego con esto otro, etc, etc.
Estimada Akyfin02 (cap. 04). Yo también le tengo aprecio a este fic en particular y al primero. Ambos tienen algo en común. Los escribí muy rápido. De una sentada. Son ocasiones en las que los típicos problemas: bloqueos, dificultades, incoherencias, etc. desaparecen y todo fluye con sencillez. Lástima que dure tan poco.
Estimada Akyfin02 (cap. 05). ¿Sí? ¿Lo haría el Ranma del animé? Yo no estoy muy seguro. El manga lo tengo presente pero el animé lo vi hace tanto tiempo que a menudo tengo que preguntarle a minefine7 si me estoy saliendo o no del personaje.
Estimada Akyfin02 (cap. 06). Y con este me pasó exactamente lo contrario que con el cuarto. Me costó muchísimo. Al punto que cuando lo publiqué no me sentí satisfecho por la desproporción entre el resultado -una historia normalita- y el esfuerzo y tiempo invertidos para crearla. Diez veces más de lo normal.
Estimada Akyfin02 (cap. 07). Bueno…en Maison Ikkoku nos muestran al final al hijo de Godai. A mi me vale.
Estimada Akyfin02 (cap. 08). Efectivamente, estimada Nancet. Ibuki como personaje principal recién nació en el capítulo 11. Ese fic, el de la reunión de los 100 Ranmas y las 100 Akanes, solo se entiende actuado por alguien con el talento de Ibuki. Miles de Akanes diferentes y similares. Probablemente allí fue que se me ocurrió la idea de una Ibuki detrás de los personajes visibles. Aquí solo actuó de cuarta farola. Todavía se queja de lo humillante que fue rebajarse a hacer de objeto inerte.
Estimada Akyfin02 (cap. 09). ¿Mi cara al ver tantos reviews juntos? Algo así :-o
A mi tampoco me gusta leer historias tristes. Las escribo por mandato minefinesco y porque escribiéndolas, cambia la cosa. Hay cero sentimiento de impotencia. Soy el autor. Puedo arreglarlo en cuanto haga falta.
Estimada Akyfin02 (cap. 10). Sí, claro. Voy a dejar los reviews sin responder. Si alguien se toma el trabajo de leer y comentar, hay que responderle. Aunque sea un simple: "gracias". Uffff, esta vez fueron 29 juntos. Sí, los cortitos suelen tener mejor recepción que los largos. Sobre todo si el largo me sale medio aburrido como Desprometidos, La fragancia del amor o Ranma, Primer Ministro, se divorcia. Eso sí, cuando le encuentro el punto al largo, me divierto un montón redactando, caso de Tormenta, La vuelta a la Akane en 80 Ranmas o el Especial 100-101.
Estimada Akyfin02 (cap. 11). Espero a tener escrito algo que no me de vergüenza presentar a un editor o concurso.
Estimada Akyfin02 (cap. 12). No tengo mucha idea de como sería ese fierro pero lo imagino como el mazo metálico de Akane en La fragancia del amor.
Estimada Akyfin02 (cap. 13). No es por intentar ganar, lo digo de verdad. Para mi, la historia de Amnar y Enaka ya la escribí y en detalle. Hace poco conté la historia de dos enamorados que, por separado, son el opuesto de Ranma y Akane desde varios puntos de vista. Y, al mismo tiempo, cuando se juntan, son ellos en esencia y por la forma de quererse. Ibuki es pretenciosa. Hachiro es inseguro. Enaka y Amnar.
Estimada Akyfin02 (cap. 14). Hasta la próxima y sigue con la autoestima en alza.
Estimada Rosejandra (cap. 88). Seguro que lo tienes. Todas tienen un armario así. Pero vale, te dejaré disimular. No sea cosa que te multen las del comité de disciplina de la Asociación Mundial de Mujeres.
Estimada Linahi (cap. 106). Muchas gracias. La relación entre Ranma y Akane siguió igual que antes. Cada vez que se termina un fic, es como si se rebobinara la cinta y vuelta a empezar. Es que Ferb no habla mucho. Divertido para un dibujo animado. Malo para un fic escrito.
Estimada Linahi (cap. 16). Buena forma de aprenderlo.
Estimada Massy13 (cap. 105).Yo también me perdí en el torbellino. Soy el primero en aceptar que es una historia al menos confusa. Ni que decir si no conoces a los personajes.
Estimada Massy13 (cap. 106). ¿Tú harías lo mismo que Akane, verdad? No hay nada peor que un egocéntrico enterándose de que tenía razón.
Estimada Minefine7. Sandro no disfruta haciendo rabiar a Finemine7. Es ella la que no puede vivir sin censurar sus acciones.
