El circo nudista. Final.

No sé cuánto tiempo pasó exactamente desde que la maldita cotorra morada comenzó a esquivar mis ataques con vuelos cada vez más altos e irregulares. En rigor no debieron ser más de cuarenta minutos de lucha frenética (aunque a mi me parecieran dos meses y medio de paréntesis obligado). El caso es que bastaba con acercarme a una saliente o ventana del instituto para que el demoníaco animal adivinara en qué dirección me ayudaría a propulsarme aquel obstáculo y me esquivara en el último instante. Y por supuesto, con cada fallo, como si se tratara de un hechizo que me castigaba, la consigna se graznaba con más y más potencia: "¡Croooook! ¡Desnudar a Akane! ¡CROOOK! ¡DESNUDARLA YA!"

Un grupito de estudiantes, mis compañeros más descerebrados y alelados, disfrutaba de cada una de mis derrotas parciales con indudable alborozo. Alguno de ellos, incluso, osaba repetir la frase prohibida entre murmullos. Peor aún, pasada la centena de minutos, y ante mi evidente impericia para vencer, los murmullos aislados se fueron juntados unos con otros hasta conformar un clamor audible por toda Nerima.

Para cuando quise darme cuenta un semicírculo de miles de curiosos nos rodeaba en plan baboso. Una muchedumbre que pretendía pecar en masa con la esperanza de que el número de agresores disipara la gran culpa colectiva en ínfimas culpas individuales. En resumen, la idea de Kuno de vencer a Akane a la entrada del instituto pero en plan porno.

Akane apoyó su espalda contra la mía. Su pose de combate, como es costumbre, le obligaba a tensar músculos y arquear levemente la espalda. O lo que es lo mismo, a frotar sus glúteos contra mis nalgas cada vez que desencajaba mandíbulas a tortazo limpio. ¿Es lícito excitarse en una situación así? Porque en rigor a la verdad, juraría que ninguno de los miles de idiotas que sufrieron aquel día aplastamiento craneal debido a nuestros potentes ataques, deseaba desnudarla más que yo.

-Yo…Ranma…-balbuceó Akane mientras describía un extraño zigzag entre los cuerpos caídos para evitar pisarles-…lo siento mucho…después de todo no eres el más degenerado de Nerima. Incluso me pareció ver a Ryoga entre la masa.

-Sí, el muy tonto se ha de haber perdido como siempre –mentí para protegerle-. Ya sabes: si me ve peleando, empieza a atacarme sin pararse a pensar en los detalles. Es así de impulsivo e irreflexivo.

Akane dejó salir un suspiro de alivio de entre sus labios y por el camino también se le escapó una de sus famosas sonrisas que le inundaban la cara de felicidad.

-Jajaja. Me pareció que iba a por mi. Pero sí. Eso tiene más sentido. Actúa por instinto…como tú.

¡Mentira! El muy degenerado sí que iba a por sus ropas. Además, no éramos iguales. Yo jamás me hubiese puesto del lado del grupo más numeroso en un combate. Eso es cobardía se mire por donde se mire. Claro que para variar, en ese entonces me bastaba con ver la cara de satisfacción y tranquilidad de Akane, esa serena belleza tan propia de su forma de ser, para quitarme ideas malas de la cabeza como hacerla sufrir con verdades hirientes. ¡Qué más daba si Ryoga era un cerdo en todas las acepciones de la palabra! Como diría Bugs Bunny (soy japonés pero conozco algo de animé extranjero): "es temporada de caza de pájaros y no de cuadrúpedos".

-¿Vas a ir a por la cotorra, verdad?

Asentí con la cabeza. Odiaba que me conociera así. Y odiaba también que pronunciara esas palabras con aquel tonito nostálgico. Como si mi forma de ser le aguara la fiesta. Verdad era que estábamos caminando hacia el Dojo en soledad y llevándonos bien, un raro milagro que casi nunca ocurría. También era cierto que ya se estaba haciendo de noche y que más le convenía a nuestra relación admirar el atardecer que separarnos. Sin embargo…el dolor de admitir una derrota suele ser muy intenso en los Saotomes. Por lo menos a mí me podía y todavía me puede.

-Iré ahora mismo si no te importa.

-¿Eres consciente de que, con tu suerte habitual, te enfrentarás a gente muy fuerte y extraña? Sin contar que estarán…desnudos.

-¿Qué te preocupa? ¿Que me ganen o que haya chicas guapas?

-Insisto –se llevó una mano a las sienes y se las frotó durante un rato-. Tú suerte está muy bien definida: la tienes mala para los enemigos y buena para las mujeres.

-En eso tienes razón. Tengo solo dieciocho años. Increíble que te conociera hace dos años…tan pronto…digo…estem…conocer a una contrincante tan fuerte. Decididamente, tengo mala suerte para los rivales.

Y así fue, con aquellas necias palabras, que descubrí la solución más sencilla para deshacerme del pajarraco de pacotilla. Bastaba con hacer enojar a Akane para salir volando más rápido, alto y firme que cualquier cotorra. De hecho, me resulta difícil describir la expresión de sorpresa de un ser sin pestañas, así que me limitaré a hacer hincapié en lo evidente: en que de ninguna manera se esperaba que a más de 300 metros de altura, de pronto apareciera un puño que se dirigiera en su dirección y a la velocidad de la luz.

-¡Harold! –la voz de una mujer, gritando por su pájaro, me hizo recordar justo a tiempo que mi rival (por mucho odio que le profesara), se trataba de un pobre animal indefenso. Tres segundos después, di un par de volteretas en el aire y caí con la urraca intacta entre mis manos. Y frente a mi, lo que había descrito al principio de mi historia: una mujer cuyos atributos dejaban en ridículo a los de la mismísima Shampoo; una mujer que, dicho sea de paso, me los enseñaba con tan perpleja desnudez que también dejaba en ridículo el desparpajo de la amazona al acosarme.

-Menos mal que no les has hecho daño, chico. A punto estuve de matarte. Si le hubieses puesto una mano sobre una sola de sus plumas…

-¿Cómo? ¿Así? –me aproximé tan rápido como pude y le arranqué una unidad al azar de su plumaje morado.

La gente comúnmente no lo sabe pero el acostumbrado color rojo de piel producido por la ira se limita solamente al rostro de la persona desairada. Y digo que normalmente no se conoce este detalle, porque para apreciar las diferencias de tono entre cabeza y cuerpo hace falta enfadar a una persona sin vestimentas, justamente lo que yo había provocado por pura rebeldía infantil. Akane diría después que la incité para tener excusa de tocar su cuerpo desnudo. Pero nosotros, los lectores y yo, sabemos muy bien que el detonante para inducir la pelea fue su absurda, ridícula y estrafalaria suposición de que podía vencerme si lo deseaba. Puedo resistir perfectamente el nulo encanto corporal de una mujer sin recato mas nunca jamás que se blasfeme en mi presencia sobre mis capacidades de artista marcial.

-¡HAROLD! ¡No! –se mordió los labios de pura rabia contenida y luego me escupió su desafío-. Amigo mío, será mejor que te desnudes y pelees.

Vamos a ver…aunque mis neuronas suelen apagarse un poquito cuando entro en modo pelea, aún así creo recordar que mi instinto de supervivencia me gritaba a los cuatro vientos: "No lo hagas. Ya es bastante malo luchar contra una mujer sin ropa. Si Akane se llega a enterar que tú también te desvistes, no cuentas el cuento". Claro que si yo hiciera mucho caso a mi instinto de supervivencia no me hubiese enamorado de Akane en primer lugar.

-De acuerdo, me desnudaré.

[Escena M censurada]

[Escena M censurada]

[Escena M censurada]

Fue entonces que empezó a llover y…

[Escena M yuri censurada]

[Escena M yuri censurada]

[Escena M yuri censurada]

Y entonces pasó justo, justo, justo por nuestro lugar de combate Ryoga con una tetera de agua caliente en la mano, y casualmente dejó de llover. Además la del circo de quien ni me molesté en aprenderme su nombre se tomó un descanso.

[Escena M yaoi censurada]

[Escena M yaoi censurada]

[Escena M yaoi censurada]

Ya estaba a punto de vencerle cuando la maldita lluvia intermitente decidió volver a mojar mi cuerpo con sus líquidos refrescantes.

[Escena M no sé cómo se llama esto…¿zoofilia? censurada]

[Escena M no sé cómo se llama esto…¿zoofilia? censurada]

[Escena M no sé cómo se llama esto…¿zoofilia? censurada]

Finalmente logré darle su merecido a Ryoga y volví a encarar a la mujer del circo. Momento en el que siete mujeres de personalidades totalmente diferentes decidieron cortarme el paso. Cada una llevaba una tetera de agua caliente en mano.

[Escena M de manga Harem censurada]

[Escena M de manga Harem censurada]

[Escena M de manga Harem censurada]

Al principio logré imponer mi vigor sobre cada una de ellas

[Escena M de manga ecchi censurada]

[Escena M de manga ecchi censurada]

[Escena M de manga ecchi censurada]

Pero luego, sacaron a relucir algunas armas que me dificultaron un poco la tarea.

[Escena M de manga hentai censurada]

[Escena M de manga hentai censurada]

[Escena M de manga hentai censurada]

A última hora de la tarde, la batalla nos llevó a la mismísima carpa del circo, luego a los mástiles que sostenían la gran lona del techo y por último, a la cuerda floja.

-Por cierto –me tomé un momento para recuperar el aire mientras me sostenía erguido con la fuerza del dedo gordo del pié-. Yo me llamo Ranma Saotome. ¿Y tú?

-¡Menos mal! Ya me estaba sintiendo indignada. Peleas conmigo toda la tarde sin preguntarme el nombre. ¡Qué falta de educación! Cualquiera diría que lo único que te importa de mi es que estoy desnuda. Y que como persona no existo.

-En realidad tampoco me importa eso. Solo me interesaba demostrarte que nadie puede vencerme.

Madame Koda, así se llamaba, se tomó un momento para analizar mis palabras.

-¿Es verdad eso que dices? ¿No te distrae verme así? ¿Ni te da vergüenza que te vean sin ropa?

La verdad es que era un hombre que me convertía en mujer en cuanto me mojaba. Estaba demasiado acostumbrado a pasar vergüenza a diario como para que mi desnudez o la de los demás afectara a mi equilibrio. Además, a todas horas me ocurrían escenas sugerentes sin sentido con Akane, Shampoo, Ukyo y hasta Kodachi. Podría decirse que mi vida diaria me había servido de entrenamiento para tomarme aquello como algo casi cotidiano.

-Claro que me da vergüenza. Solo que no es mayor de la que acostumbro pasar. Podría mantenerme saltando por esta cuerda de forma indefinida sin importar lo que me tiréis. Armas, enemigos, gente desnuda, da igual. En una ocasión un raro tipo francés, un tal Picolet, me tragó literalmente la mitad del cuerpo gracias a sus enormes labios. Y mi maestro intenta todos los días desnudarme con todo tipo de artimañas, bombas incluídas.

-¡CONTRATADO!

Y así fue que se torció todo. Un par de actuaciones después, descubrí que mi talento único atraía multitudes y que mi ego se inflaba como nunca antes. Y por supuesto pasada la semana, ya era tan notoria mi fama que a Akane no le resultó difícil sorprenderme saliendo de mi cuarto como Dios me trajo al mundo, y pronunciando aquella dolorosa frase sin dejar de fisgarme la entrepierna:

"¿O sea que son verdaderos los rumores, Ranma? ¿Te has unido al circo nudista? Sabía que eras un pervertido pero jamás me imaginé que lo llevaras a este extremo".

Después apareció Nabiki para interrumpir mis explicaciones con su chispeante desnudez y ya no recuerdo más. Solo sé que se armó tal alboroto entonces que de pronto acabé cogido de las barras de equilibrio dentro del circo y preparado para iniciar mi acto frente a la mayor muchedumbre de conocidos y extraños que hubiese enfrentado nunca. Sí recuerdo perfectamente la advertencia de mi prometida antes de abandonar el Dojo: "o ellas o yo". Extraña forma de dar un ultimátum, ¿verdad? ¿O ellas o yo, qué? ¿Si sigo mostrándome así ante un público mayoritariamente femenino la perderé como prometida? ¿O debía interpretar la frase como una elección más carnal? Es decir, desnudándome ante Akane en lugar de ante el resto de Nerima. Creedme si os digo que me daba más vergüenza imaginar la reacción de mi prometida ante mi desnudez que la de los demás. Por otra parte tampoco estaba haciendo algo tan malo. Me pagaban muy bien. Si en el fondo estaba ahorrando para poder asegurarme un futuro con Akane. Desde luego entendería sus celos si se me diera por hacerme actor y besar en los ensayos a Ukyo. ¿Pero por esto? ¡Vaya, mojigata!


Cuando Ranma se marchó sin hacer caso a mi amenaza: "o ellas o yo", todo se me puso negro. Ya me daba igual si Nerima al completo había enloquecido y me trataban a mi de chiflada por ser la única cuerda. Por una cuerda floja, precisamente, iba a caminar Ranma dentro de unos momentos. ¡Qué demonios! Ni siquiera me molestaba realmente que todas esas mujerzuelas le vieran sus atributos. Solo una cosa: ¿y si el muy imbécil se caía? De una caída al vacío sin red ni el mismísimo Doctor Tofu podría salvarlo.

¿Y por qué me hacía sufrir de forma innecesaria? Para rellenar su ego. Ya no soy la tonta desconfiada de dieciséis. Con dieciocho ya puedo incluso reconocer por olfato los pensamientos de deseo de un hombre. Y por tanto sé que RANMA SAOTOME me quiere pero desde luego se ama más a si mismo que a mi. Siempre fue mi propio prometido mi mayor rival para conquistarle. Ni Shampoo, ni Ukyo. Su enorme ego fue, era y será el único que sabotee nuestros acercamientos.

Para colmo de males no podía dormir. El angustioso silencio que me rodeaba me causaba escalofríos. Sobre todo el conocer perfectamente su procedencia, el saberme sola en casa, teniendo la certeza real de que era la única mujer que llevaba camisón esa noche. ¡Hasta Kasumi se había revelado como una persona de mayor amplitud de miras que yo! Obviamente no se desnudaba ni asistía a semejante espectáculo pero…al menos, tampoco renegaba de él. "Tienen derecho". Eso mismo me dijo cuando recurrí a ella en busca de una aliada que paliara un poco mi soledad en el asunto. ¿Tienen derecho? ¿Lo tenían? ¿Y si se ponía de moda adoptar zombies del Apocalipsis como mascotas, también tenía que aceptar que lo hicieran…porque tenían derecho? ¿Dónde acababan los derechos de unos y empezaba el sentido común de los otros? Claro que también podría argumentarse que no existía tal cosa como el "sentido común" ya que somos todos diferentes. Que lo que a mi me parecía mal a otros bien y que a lo mejor, yo ofendía con mis ropajes que no tapaban mi cara a otras culturas. Una cosa estaba clara: bastaba con prometer un poco de sexo en una historia para poder colar un largo párrafo de índole moral antes. O incluso dos. Porque retomando la línea de pensamiento anterior: ¿tenía derecho Tumiko Rakahashi a terminar su manga Arane y Kamna con un final abierto? ¿Verdad que no? Desde luego, nuestras acciones afectan a los demás y por tanto, somos responsables de ellas. Y si no, pues esas babosas tenían tanto derecho a desnudarse frente a mi futuro marido como yo, de partirles la clavícula…estem…digo…tenía derecho a ir a ver si Ranma no se hacía daño…porque me preocupaba mucho su salud.

Desde luego, cuando llegué al dichoso circo me encontré con un espectáculo un poco diferente al que había imaginado. Nadie de entre la muchedumbre se estaba frotando contra nadie de forma lasciva. Ninguna de las quinientas muchachas aullaba como lobas, se abría de piernas o gritaba frases incitantes. La verdad es que estaban todas acomodadas en sus butacas…bueno…¿cómo decirlo con tacto? ¿bostezando?

-Esto ya aburre –repetía una rubia de la primera fila-. Hachiro se caía a las primeras de cambio. Bastaba con revolear un poco las lolas o mover las caderas. Pero este no se distrae con ninguna. Ha de ser gay.

-Sí, sí, Ibuki. Yo opino lo mismo –le repuso la castaña a su lado-. Ranma es gay. Está claro.

La distancia que me separaba desde la puerta a la primera butaca, fue cubierta de un solo salto. Luego increpé a la rubia millonaria.

-¿Es que acaso pretendes que se haga daño, peliteñida?

-¡Akane, tanto tiempo! –me recibió dando grandes muestras de alborozo-. ¿A quién llamas "peliteñida"? Lo mío es natural. Y sí: quiero que se caiga. A eso venimos todas. La que provoque la distracción fatal será considerada la más atractiva, ¿no? Pero es imposible. Ranma no se distrae con nada. ¡ES GAY! Espero que pronto le quiten el yeso a Hachiro.

-NO ES GAY –perdí la razón y la cordura por unos instantes-. ¡Y SÍ QUE SE DISTRAE! SOLO QUE TÚ NO TIENES LO QUE HACE FALTA PARA CONSEGUIRLO.

Dije todo esto mientras me quitaba los zapatos y me levantaba levemente la falda. Los tobillos, aquellos que llevaban cubriendo con calcetines en los entrenamientos desde hacia meses porque cierto pervertido no dejaba de observármelos con mirada lasciva, se encontraban totalmente al desnudo. ¡KABOOOOM! Un segundo después Ranma cayó a mis pies…es decir…a mis tobillos.


Dos culos, seis tetas, una cadera. Desde aquí arriba todas las espectadoras parecían hormiguitas en paños menores. Tres espaldas, dos omóplatos, siete senos, una…alto ahí… ¿siete senos? ¿Cómo era eso posible? Daba igual. Si solo los contaba para no aburrirme. Llevaba al menos cuarenta minutos haciendo piruetas en el aire sin que nadie osara marcharse o festejarme las acrobacias. ¿Acaso las aburría? ¿Entonces a qué esperaban? ¿Por qué simplemente no se iban a casa a dormir? Un cuello, dos hombros, un tobillo de marfil resplandeciente esculpido por Venus, Miguel Ángel, Donatello, y Fidias juntos y otro tobillo más, en este caso tallado por Rodin, Bernini y Brancusi para que relampaguee su belleza por toda la eternidad…

¡KABOOOOM!

El brillo de semejante espectáculo me encegueció por completo. Al punto que ya no recuerdo nada de la caída. Solo que debí despertar unas dos horas después ya que por ese entonces los cielos comenzaban a perder su oscuridad nocturna. Y que me dolían todos y cada uno de mis huesos. De hecho, en lugar de los 206 acostumbrados, sentía al menos 300, señal inequívoca que me había fracturado muchos...demasiados.

-¿Akane? –abrí un ojo-. ¿Eres tú?

-Sí. Tonto. Mira que caerte de esa manera. Y solo por unos tobillos.

Todavía me duraba cierto mareo por el impacto pero no tanto para dejar de advertir que mi Akane me estaba llevando a cuestas por algún pasaje de Nerima.

-¿Dónde estamos?

-Camino a lo del Doctor Tofu. Cuando te vieron partirte la clavícula, todos, incluída madame Koda, huyeron de allí. No es por hacer juegos de palabras pero me dejaron literalmente sola con el "muerto".

Cobardes…en condiciones normales me tocaba inventarme alguna excusa mechada con algún insulto para disimular lo de mi fallo por culpa de su tobillo. En aquellas circunstancias, tan dolorido y maltrecho, opté por apoyar mis pómulos sobre su espalda (me llevaba a caballito, valga la ironía). Curioso, no imaginaba que su torso fuera tan suave, tibio y sedoso. De hecho, cada una de sus vértebras me acariciaba el mentón al respirar. Más aún teniendo en cuenta que por el esfuerzo que hacia al llevarme, exhalaba e inhalaba con inusual potencia. Por momentos sentía que iba a caerme (producto del mareo supongo yo); aún si pasaba mis brazos por su cintura y las anudaba a la altura de su ombligo, la vista se me ponía borrosa. Y eso que ohhhh, sorpresa, Akane tenía el ombligo –según deducía al tacto- unos milímetros a la izquierda de su centro de gravedad. ¡Con razón lograba encajarme esas patadas altas con tanta facilidad! ¡Con un centro de gravedad tan idóneo para las artes marciales! Recién cuando apoyé una mano sobre sus caderas y percibí la misma sedosa tibieza que caracterizaba a su espalda, noté lo evidente:

-¡AKANE! ¡ESTÁS DESNUDA!

-Claro, idiota. Llueve. Te ibas a enfermar así. Y…bueno…dadas las circunstancias…necesitabas ropa de chica.

A lo lejos algunos vecinos que salían a trabajar contemplaban azorados el espectáculo de una mujer bellísima desnuda llevando en andas a una pelirroja maltrecha.

-Decías que no te desnudarías por nadie.

-Y tú que entrenar con los calcetines puestos era una moda nueva en Europa. Y que debíamos seguirla ambos.


No me contestó. El muy Ranma tan solo volvió a desmayarse a la entrada de un callejón. He de confesar que por entonces yo ya sudaba a mares. Además la lluvia continuaba a la suyo, inclemente. Y como Ranma, aún en modo chica pesaba una tonelada, comprenderéis perfectamente que en esas condiciones, es decir, con mi cuerpo tan lubricado y resbaloso, todo me costaba el triple. Al final divisé un asiento salvador dentro del callejón y no dudé en colocarle allí. La verdad es que daba impresión verle con mis ropas puestas. Parecía una Akane gemela con el pelo pelirrojo. La falda se le había desacomodado dejando ver buena parte de sus entrepiernas y el resto del vestido, unas tallas menores a las necesarias le hacían parecer una Shampoo a punto de estallar. ¡Ni aún dormido era capaz de guardar un poco de recato! Le acomodé como pude y me dediqué durante los quince minutos siguientes a secarle. Gracias a dios no pasaba nadie por allí o a saber lo que hubiese pensado de la escena. Más aún cuando de pronto se irguió tan alto como era y me cogió en brazos.

-Basta, Ranma –chillé sorprendida-. ¡No es el momento! Digo…no puedes moverte. Te has roto muchos huesos.

-Tonterías –repuso-. Mi cuerpo masculino está magullado. Este no sufrió daño alguno. No puedo permitir que esto siga así. Nos vamos a casa lo quieras o no.

Como dije no sé que podría haber pensado el curioso ocasional de la escena que se estaba desarrollando en el callejón. Él, porfiando por quitarse mi ropa y volver a ponérmela y yo haciendo lo propio por permanecer desnuda y proteger su intimidad de posibles resfriados.

-Vale, Akane –se rindió a cuarto o quinto manotazo que resbaló por donde no debía-. Haremos lo que tú digas pero por favor, consígueme un poco de agua caliente.

-¿Qué? No puedes. Te volverá a doler todo.

-Lo sé. Pero tengo que decirte algo y tengo que ser un hombre al pronunciar esas palabras.

Y me mató. Solo Ranma podía decir algo así mientras sus senos chocaban contra los míos y conseguir que sonara tan masculino. Lo reconozco, me ruboricé al instante. Pero no en plan niña inocente en las mejillas. ¡No! Lo hice con todo el cuerpo. Por fin, oiría lo que tanto deseaba. Ya no me importó pues desviarme de la cercana casa de Tofu hacia el Dojo ni que los escasos transeúntes me vieran avanzar abrazado a Ranma. Yo mostrando mis atributos superiores. Y él…ella…él, lo inferiores.

En la cocina de casa la paz seguía reinando. Por el momento, nadie había regresado. Luego lo supe, la caída de Ranma provocó una repentina ola de vergüenza tardía y la muchedumbre se había pasado toda la noche peleando en el vestidor del circo por recobrar sus ropajes. Solo Ranma y yo nos habíamos marchado renunciando a recuperar sus prendas.

Le rocié con un poco de agua caliente, la misma que luego usé para prepararle un té y servírselo. Ya le había visto desnudo hasta el hartazgo. Por eso puedo afirmar ya como mujer y no como niña, que el traje chino rojo que se acababa de poner hacía resaltar todos y cada uno de sus rasgos más encantadores. Estaba guapísimo y a punto de confesarse. Ahora sí, el corazón me daba vueltas y volvía a ser la Akane de siempre. La desconfiada, temerosa y que juzgaba imposible que semejante bombón pudiera quererme. Después de todo, daba igual todo lo que habíamos madurado esa noche. ¡Seguía siendo Ranma la persona que tenía frente a mi! Era tan probable que me dijera "te amo" como que me propusiera fundar un Dojo nudista que nos hiciera millonarios. Lo peor de todo es que no era mala idea. Nabiki seguramente organizaría todo en un…

-Akane…-me devolvió a la realidad Ranma-…eres linda cuando sonríes desnuda.

¡Argghhhh! ¡Otra vez! ¿Cómo demonios conseguía convertir una frase de pervertido en algo tan romántico? ¿Era su mirada de cachorrito tierno al pronunciarla en lugar de la burlona de siempre? ¿O simplemente era yo la que había cambiado? Harold se había posado ya sobre el tejado del Dojo y a petición de su nuevo amo, Ranma Saotome, comenzó a graznar una consigna que ya no nos parecía ofensiva a ninguno: "desnudar a Akane Crooook ¡DESNUDAR A AKANE".

Y final feliz. Al día siguiente Nabiki ganó una demanda millonaria a Madame Koda por maltrato laboral de su representado y deficiencias en materia de seguridad, el circo se desmanteló por completo y Ranma y yo nos dimos cuenta esa misma noche de que [Final feliz censurado por Tumiko Rakahashi].

Fin.


Historia bonus

Japón, la ironía y los terremotos.

Nepal. Llevo casi 140 capítulos bromeando con la posibilidad de que nuestras acciones repercutan en Nepal o las de allí en nuestra vida cotidiana. Se trata en el fondo, de una simple metáfora visual, de lo globalizado que está el mundo. Como la historia del aleteo de la mariposa en las cataratas del Iguazú que provocan huracanes en Indonesia. Una forma literaria de hacer hincapié en lo difícil que es calibrar las últimas consecuencias de nuestras decisiones. Durante el pasado mes, sin embargo, el destino ha querido tomarse de forma literal mis bromas y todos nos hemos enterado del efecto devastador de los dos terremotos que asolaron Katmandú. Y ahora tengo a todos mis vecinos hablando sobre Nepal cual expertos estudiosos. Sobre el clima imprevisible, la arquitectura poco apta para sufrir calamidades, las obras culturales perdidas y hasta sobre el efecto negativo del desastre sobre la economía del país. ¡No es justo! ¡Nepal era mío! De los lugares recónditos del planeta hay que acordarse siempre porque la conexión es continua. ¡No vale saber que existe solo cuando ocurre algo de relevancia internacional! Ahora sale a todas horas gente en la tele siendo entrevistada por sus familiares anclados en Nepal y cómo les afectó a los españoles una catástrofe tan lejana. Y los espectadores se sorprenden y se dicen a si mismos: "¿Realmente existe gente aquí que tenga algo que ver ahora mismo con lo que ocurre en Nepal?". Pues sí. Somos animales sociales. Tejemos miles de redes de relaciones durante nuestra vida. Por tanto, no me sorprendería que alguno de mis lectores me diga: "el primo de mi vecino conoce a alguien que es familiar de una persona que presenció el desastre".

Obviamente, en mi caso, el de una persona que sospecha que el universo está regido por Anticlímax, yo voy más allá y me preguntó ¿qué habrá hecho Ranma ahora para que al supremo Dios de la Ironía le haya parecido un terremoto en Nepal, irónico? Y como realmente no lo sé, ahora mismo me pongo a investigar y me encuentro con la siguiente lista de residentes extranjeros y turistas en Nepal.

AUSTRALIA: 549 australianos registrados como viajeros en Nepal, se confirmó que 200 se encuentran bien. No se reportaron muertes de australianos.

AUSTRIA: Unos 250 austriacos se encontraban en Nepal, sin reportes de víctimas.
BANGLADÉS: Cincuenta ciudadanos evacuados, incluyendo integrantes de la selección de fútbol femenino sub 14. No hay información sobre el número exacto de ciudadanos en Nepal.

CHINA: La agencia de noticias Xinhua, citando al embajador chino en Katmandú, reportó cuatro muertos confirmados y 10 con heridas graves. Xinhua dijo que al menos 20 personas murieron en el Tíbet.

COLOMBIA: Siete ciudadanos desaparecidos. No hay reportes de muertos ni heridos.

COREA DEL SUR: Tres ciudadanos heridos en el terremoto. Se estima que en Nepal estaban unos 650 residentes y hasta 1.000 viajeros.

CROACIA: Cuatro turistas, todos sanos y salvos.

- ESTADOS UNIDOS: Tres estadounidenses murieron.

FILIPINAS: Dos escaladores filipinos se encuentra a salvo.

FRANCIA: Las autoridades francesas han ubicado a 1.098 ciudadanos, pero otros 674 todavía no han sido contactados. Sin reportes de víctimas.

GRAN BRETAÑA: Se cree que hay varios cientos de británicos en Nepal. No hay reportes de muertos ni heridos.

GRECIA: Dos ciudadanos griegos a salvo.

INDIA: Cinco indios murieron en Nepal y otros 66 en regiones de India cercanas a la frontera. Hasta el momento, 1.417 indios fueron evacuados de Nepal.

INDONESIA: Treinta y cuatro ciudadanos indonesios se encontraban en Nepal, 18 de ellos residentes. Dieciocho aún no han sido contactos.

IRLANDA: Unos 100 ciudadanos en la zona afectada. Muchos han sido contactados.
ISRAEL: Se estima que alrededor de 600 israelíes están en Nepal. Unos 400 han sido contactados, la mayoría de ellos refugiados en la embajada de Katmandú. La cifra incluye a 25 parejas que viajaron a Nepal para llevar a casa bebés nacidos de madres sustitutas.
ITALIA: más de 300 italianos en Nepal han sido ubicados, otros aún no han sido contactados.
JAPÓN: El Ministerio de Relaciones Exteriores de Japón dijo que un hombre japonés murió y una mujer resultó herida. Unos 1.100 japoneses que viven en Nepal están registrados en la embajada, pero no había información sobre la cantidad de ciudadanos que viajaban como turistas.

LETONIA: Cuarenta y un ciudadanos han sido contactados. Sin reportes de heridos.
LITUANIA: Cincuenta y cinco lituanos estaban en Nepal. Cinco no pudieron ser contactados.
MALASIA: Dos malasios están desaparecidos. Un equipo de escaladores de Malasia en el campamento base del Everest se encuentra entre aquellos sanos y salvos.
MÉXICO: Veintiocho ciudadanos mexicanos están a salvo. Uno está desaparecido.
NORUEGA: Unos 150 ciudadanos se encontraban en Nepal, sin reportes de muertos o heridos.

PAQUISTÁN: Unos 30 ciudadanos han sido evacuados de Nepal, no hay información sobre el número exacto.

PORTUGAL: Los siete portugueses que se sabía estaban en Nepal se encuentran a salvo.
REPÚBLICA CHECA: 155 ciudadanos en Nepal, 54 aún no han sido contactados.
RUMANIA: Veintiocho rumanos en Nepal, incluyendo al montañista Alex Gavan y otros tres, todos a salvo.

RUSIA: La agencia de noticias Tass, citando al ministro de Emergencias, dijo que no hubo víctimas fatales entre los rusos.

SINGAPUR: Aunque no hay información sobre el número exacto, la mayoría de los ciudadanos de Singapur registrados en Nepal han sido contactados.

SRI LANKA: Unos 100 ciudadanos han buscado ayuda para ser evacuados. No se reportaron víctimas.

SUECIA: Se sabía que unos 150 suecos estaban en Nepal. No hubo reportes de víctimas y la mayoría de ellos está sano y salvo.

TAIWÁN: El Ministerio de Relaciones Exteriores de Taiwán dijo que 179 taiwaneses estaban en Nepal en el momento del terremoto. De ellos, 152 están sanos y salvos, y el paradero de los otros 27 era desconocido.

TAILANDIA: Sesenta y seis tailandeses, entre ellos seis estudiantes de medicina, están sanos y salvos.

Efectivamente, si analizamos los datos, los japoneses eran en aquel momento mayoría en Nepal luego de los indios. Marcharse de un país con tanto problemas sísmicos como Japón y que te sorprenda igual un terremoto, resulta al menos sospechoso, ¿verdad?

Ya que estamos investigamos las relaciones entre Nepal y Japón, prepárense para sorprenderse: unos montañistas japoneses afirman haber encontrado las huellas del Yeti en una de las cumbres de Nepal. ¿Sorprendidos? ¿No? ¿Por qué? ¿Porque no encontraron al Yeti ni fueron capaces de sacarle fotos a las huellas? Bahhh, detalles. Y hablando de detalles…¿cómo creéis que se apellida el líder de la expedición? ¡Bingo! Takahashi. Esto demuestra que…tengo razón más allá de que el apellido "Takahashi" es muy común en Japón.

Y ahora sí, he dado con la prueba definitiva de mi punto. El embajador japonés que más tiempo ha estado en Nepal fue Tatsuo Mizuno que se ocupó durante años del apoyo japonés para mejorar las infraestructuras de Katmandú. Adivinad quién le reemplazó en 2011 y es por tanto el embajador actual de Japón en Nepal. Efectivamente: ¡Mr. Kunio Takahashi!


Comentarios

Estimada blackpanterkjes. Mmmmmm. El 28 de febrero me pusiste "y ahora a esperar la segunda parte". Siento que te he fallado. Buahhhhhh. Ya pasaron como dos meses y medio.

Estimada rya16. Teniendo en cuenta tu comentario anterior, imagino que no te habrá gustado nada encontrarte con algunas escenas censuradas.

Estimada "guest"-of-pig-tailed. Imagino que ya habrás vuelto de las vacaciones. ¿Qué tal fueron?

Estimada girl-of-pig-tailed. ¡Me gustan los comentarios extra!

Estimada Bry1: No puedes secuestrar a Rumiko ahora que están haciendo el animé de Rinne. Espera a que intente cancelarlo porque le parece que no le respetan su arte para hacerlo.

Estimada Bry2: No puedes secuestrar a Rumiko ahora que están haciendo el animé de Rinne. Espera a que intente cancelarlo porque le parece que no le respetan su arte para hacerlo.

Estimado/a guest. Historias bonus y capítulos, los redacto con el mismo cariño. Me alegro que te guste.

Estimada MariaAna (cap 101). No, no, no. Gohan no sabe lo que es somatizar. Esa en todo caso sería Bulmita. Lo sé porque cuando se enferma y no tiene exámenes aún así lo sorprendes jugando a cosas intelectuales en lugar de al fútbol. A propósito, últimamente se está luciendo en los exámenes. ¿Debería preocuparme?

Estimada Akyfin02 (cap. 134). Uffff, eso fue hace mucho. Ya no me acuerdo qué le regalé para San Valentín. De hecho, Bulmita se pone histérica cuando confundo lo que le regaló Papá Noel con lo de Reyes. No es mi culpa…¡los compré el mismo día!

Estimada Akyfin02 (cap. 135). En rigor intenté leer 50 sombras de Grey. Y no sabría muy bien qué decir. Es una simple novelita rosa. Ni mejor ni peor que otras. Y lo sé porque, por razones ajenas a mi voluntad, pasan por mis manos para catalogar muchísimas de esas.

Jajaja. Justo hoy que se me cayó el empaste que me hicieron ese día me toca contestarte. Cosas del destino.

Estimada Akyfin02 (cap. 136). ¡Claro que puedo! De hecho, lo hice por mucho tiempo. No seré ni el primero ni el último que empieza algo y no logra terminarlo a su hora acostumbrada. Insinuar que busco temas conflictivos para ganar lectores es una idea del todo equivocada. De paso, aprovecho la ocasión para anunciar el título de mi próximo capítulo: El Ranmasutra. ¿O queda mejor "Akanesutra"? Ah, no, no, no. Tengo un título mejor. No sé cómo no se le ocurrió a nadie: Nueve Ranmas y medio. Jajaja. Es que soy genial.

Estimada shanaraia. Sniffff. Emociona ver que hay lectores que se han leído lo suficiente de las historias anteriores para entender al completo el especial 112. Igual el 119-121, "Anticlímax rules", que continúa cerrando temas anteriores también debería ser de tu agrado. Ya me contarás si lo has leído.

Estimada Zwoelf. Muchas gracias. Me alegro si te hice reír un poco. Es uno de los objetivos. Aunque…no deberías fumar. Es malo para tu salud. Desde luego, es mejor leer y escribir. A propósito, tú también me has arrancado varias sonrisas con tu "Comida China para Llevar". Muy bueno.

Estimada minefine7. Cumpliré con tu orden de "publicar ya" en cuanto termine de contestarte…estem…estoy en una especie de contrasentido. Para dejarte contenta, debería escribirte poco porque si me explayo respondiéndote, no publico cuanto antes. Ahhhh, ya veo por dónde vas. Es una especie de trituradora de hombres encubierta. Haga lo que haga no tengo escapatoria. Mmmmmm. ¡Ya sé! Lo arreglaré a lo Rumiko. Me ha encantado tu review porque…

Fin.