Akane.
-Akane.
-¿Qué deseas?
Le contesté sin siquiera dignarme a mirarle a la cara. Desde nuestro último intercambio de opiniones poco amistoso me había subido a mi habitación con un humor de perros y dispuesta a no volver a repetirnos en lo mismo. Y me daba igual si a lo mejor subía tan solo a disculparse (raro en él). A terminar con el trabajo de desquiciamiento akanil (lo más seguro). O si se había acordado de que tenía que pedirme algo. No importaba de qué se tratara, le ignoraría. Estaba demasiado cansada de nuestro jueguecito de siempre para continuar como si nada hubiese ocurrido.
-Akane –volvió a insistir con esa única palabrita y un tono de gato mojado enternecedor. ¡Maldita sea! ¿Sería posible que el muy cretino de alguna manera hubiese encontrado mi punto débil? Mi furia simplemente necesita de más locuacidad para activarse. ¿Cómo pegarle por solo pronunciar mi nombre?
-¿Sí, Ranma? –enarqué levemente la ceja para mirarle sin mirarle-. ¿A qué has venido?
-Akane.
-Ah, ya veo –puse los brazos en jarra y le enfrenté por fin-. Has tenido una regresión infantil. Quieres molestarme a lo niño pequeño. Pues que sepas que no se te nota tanto la diferencia. Usualmente eres así de tonto…
Jaque mate, Ranma. Te la había devuelto de forma inapelable. ¿Querías que me pusiera a tu altura? Pues me puse y te superé. ¡JA!
-Akane.
-Déjalo ya, Ranma –hice un gesto de disgusto y superación moviendo la muñeca izquierda de arriba hacia abajo-. Nosotros, los adultos, tenemos que estudiar para el examen de mañana.
En rigor…¡era verdad! Teníamos un maldito examen de trigonometría bastante complicado. Más para él que para mi. Y sin embargo, allí le teníamos. Molestando en vez de pidiendo ayuda o encerrándose en su cuarto a disimular que estudiaba.
-Akane.
¡Argggg! Tanta insistencia ya se merecía un poco de ironía mezclada con una buena amenaza. Empecé, pues, por lo básico.
-¿Sabes que tengo un mazo, verdad? ¿Y que no me caracterizo por ser muy paciente?
-Akane.
He de reconocer que se trataba de una técnica verdaderamente inapelable. Un grado avanzado de molestia sostenido por un verdadero especialista Antes que en maestro de las artes marciales, se había convertido en uno de la tontería. Sí, sí creedme. Ranma era el Happosai de la tontería. Y yo me sentía ante él como todos los demás. Indefensa y asustada. Sabiendo que hiciera lo que hiciera me caería implacable otra de sus bombas. Y por tanto, había que adoptar las mismas técnicas que contra el otro monstruo. Resignarse a convivir con lo inaguantable. Bien pensada, esta frase, "la resignación de convivir con lo inaguantable", es la que mejor definía mi vida, la de Kagome, Godai y mis demás primos ficticios.
-¡Bah! –me volteé hacia mis libros y saboreé el olor de la tinta de uno de ellos-. Puedo estudiar perfectamente contigo al lado molestándome.
-Akane.
-Es básicamente lo que vivo siempre pero a lo tonto.
¡Gran aclaración! De a poquito empezaba a verlo claro. Esto era una metáfora misma de mi vida. Todo, absolutamente todo lo que hacía, se veía interrumpido por una palabra de Ranma. Y todo lo que decía aquel maldito muchacho que un día me engatusó con lo de "eres bonita cuando sonríes", sonaba a "Akane". Aunque estuviera hablando de fútbol, meriendas, prometidas o ecuaciones integrales, cuando le oía hablar…, yo solo escuchaba "Akane".
-Akane.
-¿No vas a parar, verdad?
-Akane.
-De acuerdo, Ranma –dejé escapar un buen y largo suspiro de entre mis labios resecos-. Te lo voy a dejar bien clarito. No me molestas. Al contrario. Escuchar constantemente mi nombre pronunciado por ti y sin que venga luego un insulto, pues…me relaja.
-Akane.
-¿Sabes, Ranma? –decidí cambiar de tema-. En el instituto corre un rumor interesante. Que te has peleado con Ukyo. Sé que ya hablamos de esto hace un rato pero me gustaría insistir. ¿Es verdad?
-Akane.
-Digo…no es que me moleste o me interese saberlo pero…ya sabes, ella es tu amiga y tu prometida. ¿En calidad de qué os habéis peleado? Da igual, da igual –me volteé-, no me contestes. No quiero saberlo…Además ella es tan sumisa –hice un gesto teatral intentado imitarla aunque creo que no me salió muy bien-. Si hubiese sido la pelea por alguna tontería seguro que Ukyo te hubiese dado la razón sin dudarlo. Pensándolo bien; no consigo imaginarme el escenario en el que ustedes dos podrían discutir. Ya sabes lo que dicen –señalé en la dirección en la que imaginaba que se encontraba el instituto sin estar muy segura si acertaba-: no se puede pelear si uno no quiere. Y Ukyo no es de esas. Cierto es que tú te bastas y sobras para iniciar y terminar una disputa. Aún así…jajaja, ahora que me acuerdo, la cosa está tan confusa en el instituto que algunos hasta lo han entendido mal y aseguran que fue con Shampoo con quien discutiste. Claaaaaro, como si Shampoo fuera a dar el brazo a torcer en nuestra rivalidad…digo…bueno, tú me entiendes…que es imposible.
Silencio. Interesante. O le había ganado o a eso mismo había venido a hablar. O…a lo mejor…simplemente le había apabullado con semejante monólogo. Seguro que no se esperaba que le soltara de pronto semejante parrafada y menos sobre un tema que se suponía que yo debía desconocer. Ahora que lo notaba, Ranma no llevaba su usual traje chino ni el del instituto. Iba vestido con cierta formalidad. Camisa blanca, corbata negra mal anudada, un pantalón largo de los que causan comezón y dos calcetines de diferentes colores. Tampoco había que pedirle peras al olmo. Era curioso. Él también parecía estar explorándome con cierta persistencia. Su mirada al menos se movía de un órgano sensible a otro de mi anatomía con cierta indiscreción.
-Akane.
Sí, claro. Por mucho que sus silencios se volvieran de un espesor dulce y tierno, no dejaba de ser Ranma. Tenía que seguir hasta las últimas consecuencias con la idiotez de turno. Pues…mejor. Podía seguir con mi interrogatorio sin temer a que me dijera algo que no quería oír. En condiciones normales temería una de sus respuestas bárbaras del estilo: "¿A ti qué te importa lo que ocurre con mi vida, pecho plano?", "¿estás celosa?" o la clásica "¡Qué mal que cocinas!", frase que, por cierto, no tenía nada que ver con el tema pero que seguro que encontraba la forma de lanzarme como arma arrojadiza.
-Como te decía…aseguran que también te has peleado con Shampoo. Claro que en vuestro caso, para poder discutir, primero tu amiguita tendría que saber hablar…¡Ay, perdón, qué vergüenza, Ranma! –intenté morderme la lengua demasiado tarde- Se me escapó…es que Shampoo me pone de los nervios. Pero ojo, ¡eh! –levanté mi dedo índice de forma vehemente-. Que no le deseo mal. Y jamás me burlaría de ella en público. Ni siquiera sé por qué dije eso. Creo que el examen de mañana me tiene estresada. Sí, sí, eso es. En fin…no es que me apetezca pero…si necesitas ayuda…yo podría darte una mano para hacer las paces. No tiene por qué salir nadie herido…
-Akane.
-…salvo tú…si sigues provocándome.
-Akane.
Me tomé un segundo para descansar. Aquello no nos llevaba a ninguna parte. Por momentos, me sentía como Dorothy paseando por el camino amarillo, vana promesa de un futuro mejor, que tan solo me alejaba de mi verdadera solución. Cierto era que pronto se vendría el especial 141 en el que viajaría a ese mundo fantástico con mi Toto particular, P-chan. Y también tenía que admitir que ya tenía ganas de reunirme con mi Ranma de hojalata, con el de melena y especialmente, con el de paja. Pero por el momento, todavía me encontraba en el 139. Y en esta historia, lo de transitar por un camino que no llevaba realmente a ningún lado comenzaba a disgustarme demasiado. Más que nada porque ni siquiera había tenido tiempo de secarme las lágrimas. Ahora que lo recordaba y por duro que fuera admitirlo, el muy tonto de Ranma me había hecho llorar cuando estábamos en el comedor. Hablábamos de lo mismo que ahora…pero de otra manera. Yo mucho más insistente e inquisidora y él, sarcástico y cortante. Muy lejano a su dulce estado actual. Recuerdo que fui yo la que empecé con la discusión ni bien entramos al comedor.
-¿Es verdad lo que dicen, Ranma?
-¿Qué? ¿Qué cocinas mal? No, es una mentira piadosa. Tus platos no califican siquiera como "comida mala".
Ahora que solo me contestaba con monosílabos y con calma, entendía que su furia de antes se debía al miedo, a una simple táctica defensiva para cambiar de tema. Entonces, obviamente no lo supe ver. Tan solo odié que aprovechara cualquier oportunidad para echarme barro encima y contraataqué.
-Dicen que Ranma chica tiene menos ausencias este trimestre que Ranma chico. Y ha de ser cierto. Pero no me refería a eso, fenómeno. Estoy hablando de Ukyo.
-También corre el rumor en el instituto que además de la Akane chico que da siempre el presente por ti, existe una chica. Ha de ser una leyenda porque yo no la vi nunca.
Buen golpe aunque mucho más fuerte de lo normal. Con el temita extravagante de lo de Jusenkyo se había vuelto costumbre agredirnos dudando sobre la sexualidad del otro. Pero siempre lo habíamos hecho con un mínimo de tacto y sin cruzar la línea roja. Esta vez, antes que atravesarla, la habíamos amordazado, torturado y luego destrozado hasta asegurarnos de que no tuviera descendencia.
-¿Te has peleado con Ukyo? ¿Sí o no?
-¿A ti qué te importa lo que ocurre con mi vida, pecho plano? ¿O es que acaso estás celosa? No lo estarías tanto si cocinaras mejor
Y entonces comenzaron a caer mis lágrimas. Demasiado tarde para que no la viera. Demasiado pronto como para advertir que era Ranma y no yo quien se había quedado pálido y al borde del KO emocional.
-Me importa mucho lo que te pase, idiota –le golpeé con tanta fuerza que todavía tengo el brazo medio entumecido-. Ojala alguna vez me dijeras solamente lo que estás pensando en lugar de soltarme tantas patrañas.
Y entonces, al recordar el desencadenante de mi regreso al cuarto…lo entendí todo. Ranma seguía allí repitiendo lo suyo con esa mirada de perrito faldero.
-Akane.
-¿Eso estás haciendo, Ranma? –le sonreí para estar más linda-. ¿Decirme solamente lo que piensas? ¿Como te pedí cuando estábamos abajo?
-Akane.
-¿No vas a venirme ahora con el cuento de que si quitamos todas las patrañas de tu discurso solo queda eso? ¡Mi nombre!
-Akane.
-¿O sea que solo piensas en…?
-Akane.
-¿Y tu única prometida es…?
-Akane.
-¿Y la más guapa del mundo, mejor cocinera y ama de cada ideal es..?
-Akane.
-¿Y por supuesto, si existe alguien más fuerte que Ranma Saotome y hábil en el ejercicio de las artes marciales esa persona se llama…?
-Ranma Saotome del futuro.
Con estas palabras, Ranma pareció recuperarse del hechizo, se fue a hacer las compras, por el camino, hizo las paces con Ukyo y todo volvió a la normalidad.
Fin.
Moraleja: cuando tengas a tu presa acorralada, no te regodees. Aprovecha la oportunidad.
Segunda parte obligada por la censura (agradeced a Minefine7).
Al día siguiente.
-Ranma.
-¿Qué?
-Ranma.
-¿Qué quieres, Akane?
-Ranma.
-Vamos, Akane. No pienso caer en eso. Yo soy el que inventó la técnica. Soy naturalmente invulnerable a ella. ¡Soy el rey! ¡El rey!
-Ranma.
-Además, soy más inteligente que tú. Seguro que encuentro mil formas diferentes de escaparme.
Veinte minutos después, Genma y Soun se abrazaban emocionados mientras observaban a sus chicos frente al altar.
-Pensar que solo hacía falta semejante tontería para unirlos, consuegro.
-Sí, consuegro. Es realmente increíble. De hecho…me da vergüenza no haber sido yo mismo quien inventara la técnica.
Fin.
Historia bonus
Leandro-Sensei: Lector.
Lector: ¿Qué?
Leandro-Sensei: Lector.
Lector: No, no, no, mi buen amigo Sensei. No. No pienso dejarle un review y menos si acude a una técnica chantajista tan burda.
Leandro-Sensei: Lector.
Lector: De hecho, tengo miles de cosas mejores que hacer. Como lavar los platos. O jugar a la lotería. Creo que va a salir el 637.
Leandro-Sensei: Lector.
Lector: De hecho, le lee gente de todo el mundo. Seguro que en algún país el 637 sale. Solo es cuestión de estar en el sitio correcto.
Leandro-Sensei: Lector.
Lector: Siga hablando todo lo que quiera. Que ya he apagado el móvil, portátil, pc o dispositivo electrónico que esté usando para leerle.
Leandro-Sensei: Lector.
Lector: De acuerdo, de acuerdo. Usted gana…pero solo uno. Desde luego lo de comentar los 139 capítulos no está al alcance de cualquiera.
Leandro-Sensei: Lector.
Lector: Bueno, sí. Existen unos cuantos locos que sí lo han hecho. Realmente no sé cómo hace para encontrar tanta gente cortada por la misma tijera.
Leandro-Sensei: Lector.
Lector: Sí, sí, a favoritos y follower también. Y si no tengo una cuenta, me hago una ya. Claro, lo que usted mande.
Leandro-Sensei: Lector.
Leandro-Sensei: He de admitir que me ha convencido demasiado fácil con su habitual locuacidad. Casi suena a manipulación barata.
Leandro-Sensei: Lector.
Lector: Es más; pienso comentarle ahora mismo para quejarme de su maniobra repugnante.
Leandro-Sensei: No se trata realmente de coleccionar reviews. El verdadero objetivo es mantener la palabra viva. Hasta que el autor no da por terminada una obra, da igual si se publica o no, todo es provisorio. Los personajes aún si mueren, siguen vivos (siempre puede haber un giro y revivir o surgir un flashback en el que les toque participar). Incluso se mantiene esa fragilidad natural del estado de todo personaje. El villano siempre puede redimirse. El héroe caer en la tentación. El generoso, delinquir. El retorcido, sacrificarse. Toda esa magia de posibilidades pervive en la cabeza del escritor hasta el momento en que pone "fin" al escrito. En condiciones normales, allí mueren todas las posibilidades y el manuscrito va al cajón o a la imprenta. El resultado es el mismo. Aunque el lector ocasional le insufle un poco de su propia vida al leer, al final las posibilidades del personaje vuelven a morir cuando la lectura acaba. Sin embargo, he aquí lo bonito de este sistema. Voy compartiendo con ustedes, una historia inacabada. ¿Anticlímax podría volver a ser malo en una historia futura? Perfectamente. ¿Akane y Ranma pueden no acabar juntos? Claro. ¿Nodoka puede enseñarle a luchar a Mousse? Sí, ya ha ocurrido. Todo es posible y lo seguirá siendo hasta que termine. Telenovela, folletín del siglo XIX, manga, fic. Todos tienen esa magia en común. No pretendo la excelencia ni el reconocimiento con estas historias. Solo compartir con ustedes un largo proceso creativo en el que poco a poco se agregan piezas que componen un universo de posibilidades nuevo. Y por eso mismo, requiero vuestras opiniones. Además…¡qué bonito es cuando alguien me comenta sus miedos sobre cómo acabará el capítulo 33 o 34 o 67! ¡O cuando me dicen: "parece que te ha gustado el personaje de Ibuki porque ha salido por segunda vez"! ¡Si supieran lo que les espera! Este es el sueño de todo autor. Saber lo que va pensando el lector a medida que lee. Claro que la opinión final es muy importante. Pero la evolución en la lectura es impagable y raramente se obtiene de forma objetiva. Al escritor profesional solo le comentan su obra lectores que ya se la han leído integra. Al amateur que escribe poco…lo mismo. Solo disfrutamos de este privilegio que nos ayuda a escribir mejor, los que desarrollamos historias largas y episódicas. Si tenemos la suerte de mantener lectores que se animen a llegar a la cresta de la ola aunque esta sea cada vez más alta y repetitiva, ¿cómo no aprender a sorprender al lector cuando recibes continuamente impresiones de lo más variopintas y detalladas? Por supuesto, algunas opiniones son más útiles que otras pero todas son piezas que agrego a la caja de posibilidades de mi cabeza. Y por esta razón, tenéis mi agradecimiento eterno.
Lector: De acuerdo, comentaré.
Fin de la historia bonus.
Comentarios
Estimada blackpanterkjes. Cuéntame sobre tu apodo. ¿Significa solo "pantera negra"? Simple curiosidad.
Estimada the-girl-of-pig-tailed. ¡Muerte a los números! ¡Y a los abogados! ¡Y a los que llaman a mi móvil para venderme cosas a la hora de la siesta…! A menos que alguno de esos, sea lector mío. En cuyo caso está perdonado.
Estimada Aale Saotome. ¡Muy bien! Porque está terminantemente prohibido que te guste Naruto y Ranma al mismo tiempo. Es como ser hincha de River y Boca al mismo tiempo. O de Banfield y Lanús.
Estimada Zulema Saotome. Bienvenida. Me alegro de haberte atrapado. Ya veremos si eres de los casos excepcionales que llegan hasta el final o no te detienes antes. Aunque sospecho que perteneces al primer grupo.
Ahora Bulmita se parece más a una Nabiki encogida aunque todavía conserva algo de ternura inocente. Gohan siguen igual, igual.
Estimada Zulema Saotome (cap 29). No te preocupes; termina bien. Y por suerte…puedo ver todo lo que me escribes. El cómo y el lugar para contestarte es cada vez que publico un nuevo capítulo….como ahora.
Estás en lo cierto. A Nabiki no la veo como un personaje malvado. Más bien como quien manipula por timidez. Para que no se vean nunca sus intenciones al hacer tal o cual cosa.
Estimada Zulema Saotome (cap.32). Siiii, es uno de los primeros fics en donde juego con las expectativas de los lectores. Tiene final feliz como siempre y una muy buena explicación.
Estimada Zulema Saotome (cap. 33). No soy muy bueno con los trabalenguas pero creo que te entendí. Mientras al final desenrede todo lo que haya enredado durante la redacción, me das permiso para enredarte con todo tipo de duros nudos y rudas mordazas. Entendido…creo.
Estimada Zulema Saotome (cap. 35). ¡Los extraterrestres tienen mucho que ver! Porque el amor de Ranma y Akane no es de este planeta…de acueeeerdo, en realidad, no tienen nada que ver pero me gustó la técnica de ir entrelazando historias. Por culpa de fics como este, luego pasa lo que pasa más allá del capítulo 100 con Ranmond. ¿Cómo? ¿Que no conoces a Ranmond todavía? Ohhhhh, te falta tanto por leer, mi estimada Zulema.
Estimada Zulema Saotome (cap. 36). En resumen, te engañé. Vale, solo fue por unos párrafos…pero te engañé. ¡Genial!
Estimada Zulema Saotome (cap. 37). ¿Fusión exitosa de Bulmita y Gohan…? El fin del mundo asegurado. Apocalipsis inmediato. Doy fe.
Estimada Zulema Saotome (cap. 38). En eso…no estoy de acuerdo. Mejor que sean felices en el Más Acá primero. Ya tendrán tiempo de "masallaear" a placer cuando mueran. Estem…sí, tengo la tendencia a definir acciones complicadas con neologismos.
Estimada Zulema Saotome (cap. 40). Según mi hija, soy un anciano. Y yo le creo todo lo que me dice. Ouchhh.
Estimada Zulema Saotome (cap. 41). Le veo un pequeño problema a tu plan de comprarle los derechos a Rumiko. Ella es rica y yo pobre. A lo mejor podría organizar una colecta entre todos los lectores. Claro que si me empiezan a mandar dinero, probablemente me decante por irme de vacaciones en Acapulco. Tampoco conseguiré así que cambie el final pero me lo pasaré mejor.
Estimada Zulema Saotome (cap. 42). Pobre Ibuki. Ya me había olvidado de ella. Desde que se murió ya no sale tanto. Ups…ahora me entró la duda y necesito ayuda de mis buenos lectores Alguien se acuerda si ya publiqué la historia en la que se muere… ¿o todavía no lo hice?.
Estimada Zulema Saotome (cap. 44). No hay problema. Sé que es difícil comentar desde el móvil. A veces Minefine7 se enoja cuando te ve escrito "Ranma 1/3" en lugar de "Ranma 1/2" y me dice: "¿No se te ocurrirá escribir un fic de "Ranma 1/3", no?". He de confesar que la idea me seduce bastante.
