Porque para entrar de lleno en el tema de Halloween no existe un monstruo más horrendo que un troll…y porque no me refiero a los inocentes y delicados trolls clásicos de los bosques (esos de nariz regordeta y cachiporra), yo, Leandro Sensei, he decidido emular en este especial de noche de brujas a la variante monstruosa más horrible imaginable: al repugnante y temible… TROLL de Internet. Claro que, como hoy no estoy de humor para guerras absurdas, me tomaré la extraña licencia de ignorar a todos mis queridos enemigos (Bill Gates, Luthor y Razpunzel) para pasar a trollearme a mi mismo. Así que con un ustedes y sin mayores preámbulos, una genial y divertida Ystoria Vomitus.
Con cariño,
Meando-Sensei.
Fic largo y perfectamente desarrollado.
Ranma y Akane se llevan mal hasta que aparecen de la nada unos cuantos efectos especiales (plimp, plafui, Irónico, ¿verdad? Tic-tac-toe, patapum, splash…) y por alguna extraña razón de causa-efecto, todo se resuelve y deciden casarse.
Fin.
Ystoria Vomitus.
Introducción
Y ahora que ya me deshice de la formalidad del fic, vamos a lo que realmente me interesa: HABLAR DE MI, de mi y de mi. Porque yo soy la única cosa digna de mención de este sitio. Yo. ¡Yo y YO! Soy tan genial, bravo y agraciado que antes de cumplir los tres años ya había creado los grandes inventos de la humanidad: el fuego, la rueda, la imprenta y el papel higiénico de dos capas, mi mejor creación. No olvidéis, tampoco, que mi cuerpo es tan rico en proteínas y sales minerales que cuando Dios me sacó una costilla para crear a Minefine7, la asó un poquito antes y le dio un bocado. ¡SABROSA! Os hablaría más de Minefine7 pero…si lo hiciera dejaría de hablar de mí. Lo cual, ya sabéis, es…INACEPTABLE! También me burlaría un poco de Bulmita si tuviera los huevos para hacerlo. Pero por alguna razón me da miedo.
Volviendo a la extensa narración sobre mi tímido ego, debo recordarles que nací a la fabulosa edad de CERO años. ¿A que es increíble? ¿Conocéis a alguien más que haya nacido con cero años? Y no solo eso…365 días después –atención, atención-…cumplí UN año. Wooow. Soy el rey a la hora de agasajar a mis lectores con datos útiles e imprevisibles. Blablabla. Yo, yo, yo. Más blablabla. Minefine7, soy genial, Bulmita, blablabla, Gohan, sigo siendo genial. Blaaaa.
Cuando los egocéntricos desfilan yo voy al frente. Y no sé si me sigue alguien más porque me voy mirando a mi mismo en un espejo. Hay veces que la gente no me aplaude al pasar. Y yo los entiendo. Necesitan dormir al menos una vez al año. Aunque todavía no he acabado de autoalabarme, será mejor que pase al nudo de la historia vomitus, más que nada para disimular que sí hay un tema en mis escritos.
Nudo
Ahora que me acuerdo, durante mi primer Halloween me pasó una cosa súper romántica con Minefine7 que ni siquiera conoce ella. Resulta que yo estaba con la sangre en el ojo porque unos cuantos meses atrás mi futura mujer me había hecho un escándalo por obviar San Valentín (fiesta que, entonces, me parecía un cliché). Y por tanto, se me había metido en la cabeza la tonta idea de regalarle algo bonito y especial para la noche de brujas que es otra fiesta importada de Estados Unidos (típica ironía del Sensei de la que saldría vivo porque había planificado un regalo que ninguna mujer podría rechazar). Sin embargo…
Ahora que lo pienso, cómo me molesta la gente que se va por las ramas y deja una historia a medio terminar. Yo entiendo que sus vidas les parezcan mega interesantes y que tengan la estantería de los recuerdos muy desordenadas pero aún así, podrían tener la buena voluntad de completar sus historias. Lo que más me molesta es cuando me cortan el hilo de la narración en el momento más inoportuno y saltan de un tema a otro en una absurda cadena de eslabones abiertos y desilachados. Me pasa igual que con los degenerados que deciden en qué momentos cortar una peli de suspenso para encajarnos media hora de publicidad. Realmente, los odio. Me pregunto qué clase de persona podrá trabajar de eso. ¿Dónde los reclutarán y entrenarán? ¿En Transilvania? Volviendo a lo del Halloween romántico con Minefine7…¿les conté ya que Ibuki está embarazada, Anticlímax revivió, Ranmond perdió la espada invisible (no la encuentra por obvias razones) y Amnar…bueno…también está embarazado (no preguntéis)? ¿No lo conté? Pues sí. Todo eso pasó. Pero mejor vuelvo a la historia de Minefine7 y Halloween. No quiero parecerme a uno de esos monstruos horribles que no terminan nunca de contar sus historias. ¡UN MONSTRUO! ¡Eso mismo sería si decidiera dar por terminada la Ystoria Vomitus ahora! O si cambiara de tema sin venir a cuento. Por ejemplo, si me detuviera ahora a describir la economía danesa del siglo XIX, de seguro, más de uno de ustedes me aborrecería como a un monstruo putrefacto. Por tanto, porque les tengo mucha consideración, solo voy a centrarme en la economía portuguesa del siglo XIX, que como todo el mundo sabe, es mucho más divertida. Para empezar, habría que señalar que no se dio una revolución industrial como en Inglaterra. De hecho, el país se industrializó muy poco. Si atendemos a economistas e historiadores ingleses esto se debe, evidentemente, a que se trataba de un país "cola de león" que tenía cierto poderío marítimo por su ubicación pero nula capacidad para aprovecharlo ya que no se encontraba desarrollado en infraestructuras y mentalidad al nivel de Inglaterra ni mucho menos. Desde el punto de vista portugués, las cosas fueron más o menos así: Inglaterra creció gracias a su extenso comercio con sus colonias y cuando Portugal intentó hacer lo mismo con Brasil…pues los ingleses bloquearon las comunicaciones entre ellos por medio marítimo. Obligando a Brasil a comerciar con el único puerto "amigo" disponible: el de Inglaterra. Una bonita forma de obtener lo que se quiere, la pasta, sin tener que meterse en molestas guerras, conquistas y otras tonterías. Según Ranmond, seguro que hubo un poco de ambas cosas. Y según Minefine7: "¿A quién demonios le interesa eso? Yo quiero saber qué demonios pasó en Halloween de 1997…y con LUJO DE DETALLES!".
A propósito, ¿habéis visto las caritas tontas del whatsapp? ¿Esas que, vosotros, los adolescentes, por alguna absurda razón llamáis… abro comillas: emoticones o emonjis cierro comillas? ¿Qué son? ¿Emos que van vestidos de negro y que se han cruzado a la acera de enfrente? En fin, ¿habéis visto esa amarilla (sí, ya sé que casi todas son amarillas) que tiene la boca fruncida en ambas extremidades hacia abajo en señal de disgusto y ambos párpados imitando el gesto? Pues esa misma cara me está poniendo Minefine7 ahora en la realidad. Os lo explico así porque sé que la mayoría de vosotros ya no os interrelacionáis con seres humanos en vivo y en directo y a lo mejor la frase: "expresión de impaciencia mezclada con enojo" os suena a chino.
Desenlace
Y así, más o menos, sería una parodia de mis historias bonus. He notado con cierta angustia que los originales y las parodias se parecen demasiado. Lo cual probablemente signifique que me la paso parodiando siempre. Irónico, ¿verdad?
Para finalizar, por si no ha quedado claro, ya sé que a menudo les doy poco protagonismo a Ranma y Akane, suelo hablar mucho de mí, me voy por las ramas y dejo historias sin completar. Gracias por leerme de todas formas y pensad: podría ser peor. Podría ser Pro-Shampoo. O "más de lo mismo". O no hablar tanto de mi vida pero ser extraordinariamente engreído e intolerante. O mandar a Akane al hospital cada dos por tres. Ah, no, esperad. Esa última sí que la hago. Y evidentemente el hospital no podría faltar en una parodia de Meando-Sensei.
Bueeeeeeno…supongo que si leísteis hasta aquí, a lo mejor sí que os merecéis un fic pequeñito y romántico de Ranma y Akane en un hospital en plena noche de Halloween. Así que con ustedes, el fic sobre nuestros héroes que escribí en 1997 para Minefine7 y que nunca me animé a regalarle.
Sueños de niño vs. Sueños de hombre.
Doce de la noche de la noche más espeluznante del año, el cumpleaños de Ibuki, que curiosamente coincide con Halloween. Toda Nerima acude a la fiesta más grande, pomposa y pretenciosa imaginable. Fantasmas dorados, Frankensteins con tornillos de diamantes, Dráculas ataviados con capas de Armani. Y por supuesto, calabazas repletas de enormes pepitas de oro que les otorgan un brillo especial, único y espectral. Ranma y Akane, nuestros protagonistas, acuden a la cita engalanados con el disfraz más monstruoso y terrorífico que cada uno y por separado pudo imaginar, el de novios.
-De verdad, Akane, -le mira el muchacho de reojo- que tu ves-vesti-ti…tido –tartamudea señalando el velo nupcial- me resulta escalofriante.
A la luz de la luna, las siluetas dejan ver un tono mortecino y colorado en la tez de ambos. Una precisa y quirúrgica mezcla de vergüenza y miedo.
-Pues tu chaqueta de novio –mueca de desagrado con un leve toque de lascivia- no se queda atrás. Damos tanto miedo que ni el mismísimo Juan Sin Miedo tendría el coraje de casarnos.
Dicen todo esto deprisa y casi trotando hacia su destino. Acción que dura poco, tan solo un par de "halagos" textiles más hasta que, de pronto, el camino a la casa de Ibuki se desdibuja en sus mentes. Algunos vapores mentales de procedencia indigna y vergonzosa empañan sus vistas llevando a ambos (a lo mejor, de común acuerdo), por un rumbo extraviado.
La primera en advertirlo es, lógicamente, la jovencita con un mínimo de sentido común, quien da la voz de alarma justo en el momento en que su pareja intenta escalar un muro.
-Ranma, ¿estás seguro de esto? ¿Es realmente necesario atravesar el cementerio en plena noche de Halloween?
-No, pero ganaremos unos veinte segundos. Vale la pena. Además, me carcome la impaciencia. Quiero que todos nos vean disfrazados así…digo…que me vean a mi solo…porque…no vamos juntos…esto NO es una cita…solo coincidimos en un viaje desde un mismo sitio hasta un mismo destino. ¡ESO! Y nada más.
-¿Y por qué quieres que todas tus pretendientas te vean así? ¿Porque estás guapo, don narcisista?
Los labios de Akane advierten demasiado tarde que ha pronunciado palabras prohibidas y se cierran con fuerza sobre si mismos intentando ocultar lo que lamentablemente ya se dijo. Si existiera la máquina del tiempo en este mismo momento, estoy seguro de que la muy Akanuda malgastaría tan espléndido aparato en un viaje de tan solo unos segundos hacia el pasado. Claro que el muchacho no tarda mucho en reaccionar…a su especial y única manera.
-¿Estoy guapo? –se mira con sorpresa Ranma-. Es solo un disfraz –se ruboriza-. Pues tú..tú…tú…estás horrible. Seguro que estarías mejor sin vestido…
Silencio. No es lo que quiso decir seguramente…ni mucho menos, lo que quiso insinuar…pero lo dijo. El intento de insulto fallido huele como nunca a deseo: un deseo que flota sobre un aire espeso y poco respirable. Es entonces que la magia de Halloween, el maravilloso hechizo de terror, consigue lo que nunca antes nadie pudo jamás: obtener de la pareja dispareja un largo y vergonzoso silencio que absolutamente nada osa interrumpir.
-¿Vienes? –extiende por fin una mano el muchacho.
Y Akane va y escala el muro con su prometido. Si antes guardaba alguna reserva sobre el tiempo y el espacio elegido por Ranma para realizar la caminata, ahora tan solo se encuentra muy centrada en contener la respiración para que no se note -¡Horror!- que está agitada. Tan agitada se encuentra, para ser sinceros, que resulta innegable que mente y cuerpo se han desincronizado definitivamente. De hecho, Akane no imagina nada que le aterre más, ni el mismísimo conde Drácula en ropa interior, que no ser capaz de dominar al cien por cien sus siguientes acciones. Le sería mil veces más sencillo enfrentar a una legión de zombies que tener que explicar por qué de improviso ha intentado besarle. Y le resultaría también mucho más intimidante la sonrisa ganadora de Ranma si esto ocurriera, que los cuerpos putrefactos de los supuestos muertos vivientes.
Por suerte para Akane, Ranma camina por delante de ella, ajeno a todos los "peligros" que le acechan. Atraviesan tumbas cerradas, abiertas y a medio cerrar (o medio abrir ¿quién sabe?). Cada tanto, alguna bruja intenta convertirlos en sapos y alguna momia gime lastimeramente a escasos metros de ellos. No hacen caso. El uno, demasiado enfrascado en dilucidar el camino más recto hacia la casa de Ibuki. Y la otra, buscando el pasaje más oblicuo y largo hacia el corazón de Ranma, no fuera cosa que tropezara con él ahora que todavía no está preparada.
-¿Y eso? –señala Akane una gran construcción en medio del cementerio.
-Parece una catedral. ¿Qué tiene?
La peliazul se encoge de hombros.
-No sé, Ranma. Es raro, ¿no? Una capilla sí, pero una catedral dentro de un cementerio…como que no pega.
El cerebro del muchacho trabaja a mil por hora durante unos instantes. Efectivamente, nunca había visto algo así. Los cementerios suelen estar a las afueras de las ciudades y las Iglesias en los lugares más elevados y céntricos de las mismas. A los cementerios se acude en raras ocasiones y a las Catedrales, siempre. De los primeros, intentamos ni acordarnos que existen y a las segundas, procuramos tenerlas siempre presentes.
-Pueees, debe de ser una manera de economizar. Yo qué sé. Centralizar todas las tareas del cura como se hace en las ciudades universitarias. Abogados y artistas no tienen nada que ver pero sus Facultades se encuentran pegadas unas a otras.
Akane deja escapar una sonrisa tímida. Desde luego, la resoluta y extraña argumentación de Ranma le otorga un toque elegante. Podría acostumbrarse a debatir ridiculeces con él toda la vida.
-Pues a mi me sigue pareciendo extraño. Es mezclar cosas que no deberían ir juntas.
Efectivamente, lo es. Claro que una vez que Ranma ha tomado posición sobre cualquier tema, no existe persona tan obtusa como él que consiga hacerle cambiar de opinión.
-Esto es un cementerio. Aquí convergen todo tipo de elementos que no suelen ir juntos. La tumba del ladrón al lado de la donante de órganos. El barrendero hermanado por toda la eternidad con el viejito que tenía síndrome de Diógenes. El banquero con el hippie y…
-De acuerdo, de acuerdo –le interrumpe Akane-. Ya entendí. Salgamos ya de aquí. Que aquel edificio, sea lo que sea, me causa mala espina.
-Solo un poquito más, Akane. Ya sabes lo mucho que me gusta Halloween…yo…estem…-se ruboriza otra vez y se lleva una mano a la espalda-…gracias por acompañarme. Soy consciente de que solo una chica especial me haría compañía en este tipo de cosas.
¡Rebelión! ¡Golpe de estado! ¡Revolución! ¡Libertad! Todos y cada uno de los músculos de Akane claman por tomar el mando del cuerpo y abalanzarse sobre el tonto que pronunció aquel extraño piropo e inundarle de besos. Pero no. El cerebro, al menos de momento, logra sofocar todas y cada una de las actividades antisistema de su cuerpo.
-No hay de qué, Ranma. Sabes que te quiero…ayudar en todo lo que pueda…aunque sí es verdad que me extraña tu actitud. ¿Por qué te gusta tanto Halloween?
-Pues, es una tontería infantil. Mi sueño de niño siempre ha sido pelear con un hombre lobo y vencerle. Ya sabes; a los humanos fuertes ya los he derrotado a todos. Poco a poco me voy quedando sin contrincantes dignos.
Sí, sí. Será su prometido y estará vestido de novio y superguapo en aquel momento. Pero sigue siendo Ranma. Por muy romántica que resulte la jornada, fanfarronear es un ingrediente en el cóctel ramnesco que nunca falta.
-Pues en tal caso, vamos a explorar ese sitio. Seguro que el GRAN Ranma Saotome encuentra un rival de su calibre. Una rata feroz por ejemplo –gesto de pequeño con los dedos-. O un murcielaguito atroz –gesto aún más diminuto-.
Niños y niñas de ffnet, recordad esta lección y atesoradla en vuestras mentes. Ranma es inmune a la ironía y no la entiende. Así que nunca, nunca, nunca, jamás de los jamases, le digáis eso mismo que dijo Akane si es que como ella no pretendéis realmente acudir a tal sitio.
-¿En serio? –da dos saltos de alegría, Ranma-. ¿Pues a qué estamos esperando? –le ofrece la mano y se la aprieta muy fuerte entre sus nudillos-. Vamos allá.
Cinco pasos después y unas cuántas acrobacias más, se detienen ante un gran portal de madera. Efectivamente, y como bien había advertido nuestra heroína enamorada de un tonto sin cura, el edificio al completo se trata, a juzgar por sus espeluznante arquitectura, de una catedral fantasmal, es decir, una edificación que siempre estuvo allí pero que solo es visible por ojos humanos una vez al año, en Halloween. De hecho; Nada más al entrar, tres esqueletos parlantes les dan las buenas noches y les invitan a adentrarse en las entrañas del lugar.
-Es curioso –se asombra Akane-. Sus disfraces son demasiado buenos. Casi como si fueran reales. Y el de ese Grifo mejor ni te cuento.
-No son monstruos.
-¿Cómo que no? –insiste Akane señalando a la izquierda-. Mira al fantasma de la Opera en el teclado del órgano. Tiene un aspecto inhumano y las teclas se mueven antes de que las toque.
-Efectos especiales. No son monstruos.
-¿Y el cura? –señala al frente- ¿No le ves el hocico y el pelo por todo el cuerpo y las largar orejas? Es un hombre lobo como los que soñabas vencer de niño.
-Un disfraz. No son monstruos.
Akane se detiene un instante y extiende el brazo en dirección diestra.
-¿Y eso? Acabo de ver al Doctor Jeckyll convirtiéndose en Mr. Hyde.
-Más efectos especiales. NO SON MONSTRUOS.
La conversación se detiene de improviso cuando ambos jóvenes llegan sin advertirlo hasta el altar. Momento en que se cierran las puertas y el Fantasma de la Ópera ensaya un suave réquiem nupcial en su órgano. El cura hombre lobo saca una Biblia de su bolsillo y comienza con la ceremonia de casamiento.
-De acuerdo, Akane –consiente Ranma entre susurros-. Son monstruos.
-¿Y ahora cómo lo sabes?
-Porque vamos disfrazados de novios y estos mequetrefes quieren aprovechar la ocasión para casarnos. Es espeluznante.
Aquella palabra, "espeluznante", provoca una masacre en el ánimo de Akane mayor que la que inflingiría una momia en una tienda de papel higiénico. Razón más que suficiente para que no responda palabra y tan solo se limite a contener de mala manera las goteras de sus ojos.
-Adelante, Ranma –responde al fin enjugando las lágrimas-. Allí tienes a tu hombre lobo real. Cumple con tu sueño infantil y véncele. Yo te espero en lo de Ibuki –le da un beso en la mejilla-. Procura que no te muerda. Si algún día maduras, no quiero que nuestro séptimo hijo varón se obsesione con las lunas llenas.
El gesto de Akane, un tanto desganado, devuelve a los jóvenes a la realidad circundante, una realidad que ha llegado a su clímax.
-¿Acepta usted, Don Ranma Saotome, a Akane Tendo como su legítima esposa? ¿Promete serle fiel en lo adverso y en lo más adverso, en la tos convulsa y la bronquitis, hasta que la muerte os una más?
-Sí, acepto.
El ministro hombre lobo desorbita los ojos.
-¿Acepta?
-Sí, acepto. ¿Por?
-Es que…-aulla malhumorado- no sé yo…-vuelve a aullar- ¿no era su sueño infantil pelear con uno de mi especie? ¿Va a dejar pasar la oportunidad, Don Ranma Saotome?
-Sí, -se voltea hacia Akane- ese era mi sueño de niño. Pero prefiero ahora cumplir el sueño que tengo como hombre. Casarme con mi prometida. Akane, ¿te molesta casarte conmigo delante de todos estos monstruos?
La respuesta de la feliz peliazul, tan correcta como cierta, no tarda mucho de salir de sus labios. Solo lo suficiente para comprobar que está despierta y que ninguna bruja ha hechizado a Ranma para obligarle a decir eso.
-Mi amor, los verdaderos monstruos son nuestros amigos y familiares que destrozaron nuestra anterior boda. Estos engendros, al lado de tu padre o de Kuno, me parecen unos señores muy civilizados.
Dos horas después, la feliz pareja discute en la pieza de un hospital. El vestido de novia ajado por terribles garras y el traje de novio hecho trizas.
-¿Tenías que liarte a trompadas con el hombre lobo después de casarte, no?
Ranma se encoje de hombros.
-Cumplir mi sueño de hombre primero no es obstáculo para hacer realidad luego mi sueño infantil.
-Pues, muy bonito, muy bonito, esposo mío. Pasar la noche de bodas en el hospital.
-Ahhhh, ya sé lo que ocurre aquí. Perdona, Akane. ¿Te apetecía tenerme en plena forma para esta noche, verdad? Y yo, en mi infinito egoísmo, he mermado mis capacidades atléticas un cinco por ciento. No te preocupes; con medio Ranma sobra. De ahí el nombre del manga.
Niños y niñas de ffnet, recordad esta lección y atesoradla en vuestras mentes. Si algún día os casáis con Akane Tendo y os da tanta vergüenza presentaros a vuestra primera noche de casados que preferís pelear con hombres lobos, nunca, nunca, nunca, jamás de los jamases, fafarronead al respecto para ocultar la situación. Porque podéis salir volando por los aires sobre una cama de hospital.
Fin.
Comentarios
Te-comento-porque-estoy-aburrida-y-no-tengo-nada-que-hacer
"awwwwww, Meando-Sensei, me encantó la parte en que Ranma sale volando de un mazazo. Me pareció súper, súper original. Eso en otros fics nunca pasa".
Estimada Te-comento-porque-estoy-aburrida-y-no-tengo-nada-que-hacer. Soy genial. Gracias por recordármelo.
.
Lo-comento-todo
"Me encanta, encanta, encanta. ¿Ya te he dicho que me encanta?"
Estimada Lo-comento-todo. Soy genial. Gracias por recordármelo.
.
Quiero-ligar-con-"Lo-comento-todo".y-por-eso-comento-todo-lo-que-comenta-"Lo-comento-todo".
"Bueno, la verdad es que no lo he leído pero…estem…mi nombre lo dice todo".
Estimado Quiero-ligar-con-"Lo-comento-todo"… Soy genial. Gracias por recordármelo.
.
Mounstrefiere7.
"1466 capítulos y 1466 reviews. Me pregunto si yo tendré algo que ver en estas estadísticas".
Estimada Mounstrefiere7. Soy genial. Gracias por recordármelo cada día de mi vida y por quererme siempre un poquito más que antes.
.
Ahogyhastaelfin02.
"Te faltó un efecto especial: pffft".
Estimada Ahogyhastaelfin02. Soy genial. Gracias por recordármelo hasta con efectos especiales y por quererme como a un anciano.
.
AyyyyyyyGimetardi.
"Pues yo creo que un Ranma entero es mejor que un Ranma mermado en un 5%".
Estimada AyyyyyyyGimetardi. Soy genial. Gracias por recordármelo y por quererme como a un dinosaurio.
.
Died
"Está claro que inconcientemente nuestro querido Meando-Sensei está buscando que le digan que es genial y se lo recuerden".
Estimada Died. Soy genial. Gracias por recordármelo y por quererme como a un Goku.
